Figuras destacadas

Esta sección busca dar visibilidad a las mujeres que han aportado en el desarrollo de las telecomunicaciones, las tecnologías de la información, las ciencias y en general que han tenido un rol destacado y que pueden servir de inspiración a otras mujeres. Es posible que no estén todas, pero nuestra intención es que se conozca el trabajo de las mujeres para romper estereotipos que marcan ciertos campos del conocimiento como exclusivos de los hombres.


Kiran Mazumdar-Shaw

(India, 1953)

Kiran Mazumdar-Shaw

Bióloga, experta en Biotecnología, considerada una de las mujeres más poderosas del mundo. Fundadora y presidenta de Biocon, una de las biofarmacéuticas líderes en la India, cuya producción abarca 10% del mercado mundial de insulina, así como medicamentos contra el cáncer.

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Fotografía de  Kiran Mazumdar-Shaw

Kiran Mazumdar nació el 23 de marzo de 1953 en Bangalore, India. Recuerda que su fascinación por la ciencia, la química y la biología empezó desde la escuela. En 1968 completó sus estudios en la escuela secundaria Bishop Cotton Girl, de esa ciudad del sur de la India. Quería estudiar medicina, pero se matriculó en Biología, especializándose en Zoología; se graduó con honores en el Mount Carmel College, de la Universidad de Bangalore, en 1973. 

Hija de un maestro cervecero de United Breweries, con sede en India, Kiran Mazumdar planeó originalmente seguir los pasos de su padre, por lo que cursó una maestría en procesos de destilación y en 1975 se graduó como maestra cervecera en la Escuela Cervecera de la Federation University (antiguamente University of Ballarat) de la Universidad de Melbourne, en Australia.

Su aspiración era dedicarse profesionalmente a la elaboración de cerveza, su padre la animaba diciendo que, como mujer, podía alcanzar las mismas metas que cualquier hombre e incluso superarlas. Sin embargo, al regresar a la India, no encontró empresas dispuestas a ofrecer un trabajo cervecero a una mujer experta en la ciencia de la fermentación. 

No estaba preparada para hacer frente a la hostilidad y el sesgo de género que prevalecían en el sector cervecero de la India. Pero ese rechazo alentó su espíritu emprendedor: aprovechó sus conocimientos de los procesos de fermentación para producir enzimas y productos biofarmacéuticos en lugar de cerveza. Así fue como en 1978, a los 25 años de edad, fue socia fundadora y directora de la empresa de biotecnología Biocon, dedicada a producir enzimas para bebidas alcohólicas, papel y otros productos. 

En un año, Biocon se había convertido en la primera empresa india en exportar enzimas a los Estados Unidos y Europa, pero su crecimiento se estancó, debido a que seguía enfrentándose al escepticismo y la discriminación: era difícil encontrar empleados en la India (tanto hombres como mujeres) que estuvieran dispuestos a trabajar para una mujer; también era difícil conseguir inversores y algunos proveedores se negaban a hacer negocios con ella, a menos que contratara a un gerente masculino.

Luego de su éxito en el ámbito de las enzimas, aplicó sus conocimientos de biotecnología para proponer alternativas en el sector de la salud, introduciendo productos biofarmacéuticos asequibles para las y los pacientes que más los necesitaban. Dichos productos, conocidos como medicamentos biológicos, se desarrollan a partir de fuentes biológicas vivas, como tejidos, células y proteínas. De hecho, los medicamentos biosimilares son a los biológicos lo que los genéricos son a los medicamentos patentados de síntesis química. 

La razón de seguir este camino fue comprobar que un porcentaje significativo de la población mundial no tenía acceso a los medicamentos esenciales y que la atención sanitaria, donde existía, era inasequible. Su trabajo se centra en desarrollar insulinas que sean realmente asequibles para las personas diabéticas en todo el mundo. También están desarrollando productos (farmacéuticos) contra el cáncer y las enfermedades autoinmunitarias que sean asequibles para un gran número de pacientes.  Al respecto, Mazumdar-Shaw expresa: “Para mí, un medicamento de gran éxito no es el que genera mil millones de dólares (en ventas anuales), sino el que ayuda a mil millones de pacientes.”

Ese propósito ha ido acompañado del éxito económico. En 2004 Biocon se convirtió en la segunda empresa india en cruzar la barrera de los mil millones de dólares. Actualmente es la mayor compañía biofarmacéutica de la India basada en la innovación, opera en 120 países, y es uno de los tres principales productores mundiales de productos biosimilares de la insulina.

Por su aporte a la ciencia, Kiran Mazumdar-Shaw ha sido incluida en las listas de líderes mundiales y es considerada la reina de la biotecnología: 

En 2001, la revista británica The Economist la llamó "La reina de la fermentación", el rostro femenino de la biotecnología en India. En 2010, la revista estadounidense Time la incluyó en su ranking anual conocido como "Time 100" dedicado a las personas que "más influyen en nuestro mundo". Su nombre apareció en la categoría de "héroes" por su contribución a la biotecnología. En 2014, la revista Fortune la nombró como una de las mujeres más poderosas de la región de Asia-Pacífico y en 2015, la publicación especializada Scientific American la seleccionó como una de las visionarias de la biotecnología.

En 2016, la revista Forbes la incluyó en las listas de las mujeres más poderosas del mundo (posición 77) y de los más ricos de India (posición 65); señalando a su compañía como la mayor productora de insulina en Asia, con 10% de la participación del mercado global.

A estos logros han contribuido los valores fundamentales de Biocon centrados en la diversidad y la inclusión: un lugar de trabajo diverso refuerza una cultura de innovación y colaboración; la diversidad va más allá de la promoción del equilibrio de género para apreciar culturas, orígenes, generaciones e ideas diferentes.

Mazumdar-Shaw está convencida de que las mujeres científicas aportan diversidad de pensamiento, creatividad e innovación, lo que se traduce en más oportunidades para las mujeres científicas. Como aporte, año tras año, la Biocon Academy contribuye a reducir el desequilibrio de género en el sector de la biotecnología formando a un número significativo de mujeres graduadas en ciencias.

Aunque las mujeres constituyen una porción importante de la comunidad científica de la India, pocas mujeres ocupan puestos de liderazgo en los ámbitos de la ciencia, la tecnología y la empresa debido a la discriminación por motivos de género que sigue existiendo. Muchas personas siguen pensando que las mujeres deben sacrificar su carrera para dar prioridad al matrimonio y la familia; lo que explica la desigualdad de género en el ámbito de la investigación en muchas disciplinas. Si bien muchas mujeres estudian ciencias en la India, pocas hacen ciencia o se dedican a la investigación científica.

Su consejo para las mujeres científicas, es que, para tener éxito en este sector, se requiere un espíritu pionero. Es necesario coraje para actuar según los propios principios, perseverancia para superar las decepciones y los fracasos, confianza en las propias aspiraciones y tesón para alcanzarlas.





Fuentes consultadas:

Women in Chemistry: Kiran Mazumdar-Shaw.

Estas son 5 de las mujeres más poderosas de la ciencia mundial.

Dr. Kiran Mazumdar Shaw.

Kiran Mazumdar-Shaw.

Julia Urbina Pineda

(México, 1980 aprox.)

Julia Urbina Pineda

Ingeniera en Electrónica y Comunicaciones, especialista en seguridad de la Información, detección de Intrusos y Ciberseguridad para redes fijas, móviles e inalámbricas.

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Julia Urbina Pinedas

Julia Urbina es una ingeniera mexicana experta en ciberseguridad, una de las pocas mujeres en ese campo, lo que es parte de un problema social y familiar, que permanece en las generaciones actuales: las mujeres perciben como ajeno a ellas escoger un área tecnológica. Recuerda que, mientras estudiaba en la preparatoria el área de Físico-Matemáticas, eran tres mujeres en un grupo de veinte estudiantes. Subraya que es fundamental eliminar los estereotipos para que más mujeres opten por áreas de ciencia y tecnología, con el apoyo de la familia y su entorno.

Julia estudió Ingeniería Electrónica y Comunicaciones en la Universidad de las Américas Puebla.  Su trabajo de investigación para graduarse “Sistemas de Detección de Intrusos en Redes de Computadoras” fue su inicio en la ciberseguridad, que consiste en el manejo del riesgo cibernético en la seguridad de la información; lo que requiere análisis, imaginación y curiosidad.

Continuó su formación en el Centro de Electrónica y Telecomunicaciones (CETEC) en el TEC campus Monterrey, como Asistente de Investigación, donde participó en proyectos para SCT, IUSACELL y Nortel, al tiempo que cursaba un posgrado. En 2009 se graduó de la Maestría en Ciencias con especialidad en Electrónica y Telecomunicaciones y en 2015 del Doctorado en Tecnologías de la Información por el Tecnológico de Monterrey, con temas de investigación en mejoras en la calidad de servicio y seguridad en las comunicaciones móviles e inalámbricas (LTE-5G).

Ha promovido el desarrollo del campo de seguridad en el Internet de las Cosas (IoT) en nuestro país. Desde 2017 es directora y fundadora de Ciberseguridad Móvil e Inalámbrica (nombre comercial CyberIIoT2) una consultoría para el diseño de la arquitectura de seguridad, las estrategias de ciberseguridad, análisis de los riesgos y madurez de la ciberseguridad de las organizaciones de múltiples sectores, como Financieros, Educativos, Pymes, Desarrollo de Software e Industriales (ICS- CADA).


En 2020 fundó en México el capítulo del Instituto de Seguridad del IoT (IoTSI), donde la acompañaron de diferentes sectores del gobierno como IFT, SCT, Unidad Científica de la Guardia Nacional, ANUIES y AT&T, Udlap Jenkins y miembros de instituciones Financieras. Es miembro de diversas organizaciones vinculadas con seguridad de la información e IoT. Como integrante del Instituto de Ingeniería Electrónica y Eléctrica (IIEE), es revisora de las las recomendaciones y avances de ciberseguridad para el standard 3GPP (redes 5G). En 2021 fue nombrada Presidenta del Capítulo de la Sociedad de Comunicaciones de la Sección IEEE Puebla, donde uno de sus objetivo es promover la seguridad de la información en las Comunicaciones móviles en inalámbricas. 

Fue nombrada Experta en Políticas de Ciberseguridad por la Fundación Global para Estudios e Investigación de Ciberseguridad, con la finalidad de promover a nivel local y global el uso de políticas de Ciberseguridad en todos los entornos, a fin de evitar intrusiones en los dispositivos, fraudes cibernéticos, robo de identidad, entre otros riesgos a los que están expuestas las personas y las organizaciones al usar tecnologías de la información (TI).

Obtuvo la certificación SCCISP5 (Smart Cities and Critical Infraestructure Security Professional) y creó la división de Escuela de Capacitación en Ciberseguridad, que es el centro autorizado para la certificación SCCISP. Obtuvo una beca para el curso Visión Estratégica y Técnica de las Comunicaciones Móviles 5G por la Universidad Politécnica de Madrid, Qualcomm y ETSI. También ha participado en múltiples eventos virtuales para el INEEL, GaoTek Summit 2021 NYC, USA, Semana de Ciberseguridad 2021 por la Udlap Jenkins y ComSoC Latinoamérica, entre otros.

Julia Urbina es una de las pocas mujeres dedicadas a la ciberseguridad en un campo laboral ya de por sí masculinizado; no obstante, señala que el panorama va cambiando: de ser el 11% de las personas que trabajan en ciberseguridad en 2014, para 2019 se había alcanzado un 24% de mujeres entre las y los profesionales de la ciberseguridad a nivel mundial. Además, comenta, las mujeres están más capacitadas y cuentan con más certificaciones que sus pares masculinos, por lo que contratar a más mujeres es una oportunidad que la industria TI debe aprovechar.

Además, hay que considerar que en Latinoamérica hay una demanda no cubierta de 140 mil profesionales en ciberseguridad, déficit que a nivel mundial es de cuatro millones de personas, por lo que las oportunidades laborales están abiertas. No obstante, hay que eliminar la brecha salarial de género que existe en este sector, que es de alrededor de doce puntos porcentuales.

Aumentar el número de mujeres dedicadas a la ciberseguridad, y que su participación abarque también los puestos de liderazgo, requiere una transformación del entorno familiar y social, para que impulsen a las niñas y las jóvenes a seguir carreras requeridas en la transformación digital. Al respecto, Urbina comenta: “cuando a las mujeres se les pregunta si les gustaría estudiar alguna carrera relacionada con este campo, al final desisten porque se les dice que es una labor más identificada con el género masculino,  pero en realidad como mujeres podemos dedicarnos sin problema a estudiar carreras de TI, y más allá de eso, tenemos más facilidad para hacer una lectura de puertos, interpretar gráficos, y elaborar complejos análisis de riesgos, entre otras acciones. Como complemento, tenemos la capacidad de liderazgo y dirección suficiente para ejecutar planes de prevención y corrección, indicando qué acciones se deben ejecutar, aunque sea a un grupo de líderes varones”.





Fuentes consultadas:

El reto de ser mujer en la industria de la Ciberseguridad.

Julia Urbina-Pineda, SCCISP.

Webinar: ¿Qué se necesita para tener más mujeres en puestos de liderazgo en ciberseguridad?

Julia Urbina-Pineda.

Nettie Marie Stevens

(Estados Unidos, 1861-1912)

Nettie Marie Stevens

Fue una bióloga y genetista que contribuyó a la Biología con un gran descubrimiento: la distinción entre el cromosoma X y el cromosoma Y que determinan el sexo de un organismo.

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Fotografía de  Nettie Marie Stevens

Nació en Cavendish, Vermont (EE.UU.). Perdió a su madre a la edad de 4 años y cuando su padre (un humilde carpintero) se volvió a casar, la familia se trasladó a Westford. En seguida destacó en los estudios, pero la falta de recursos económicos la llevó a trabajar de profesora y bibliotecaria. Durante más de 10 años ahorró para poder pagarse los estudios universitarios y finalmente se matriculó en Stanford a la edad de 35 años. Allí se graduó y cursó un máster, y el doctorado lo hizo en Bryn Mawr College, en Filadelfia.


Cursando el doctorado consiguió una beca para trabajar durante un año en dos institutos de Zoología europeos, en Nápoles y en Würzburg. En este último conoció al famoso biólogo Theodor Boveri que despertó su interés por el papel de los cromosomas en la herencia. Finalmente obtuvo su título de doctorado en 1903 y se quedó en Bryn Mawr College dedicada a la investigación.


Cabe decir que en esa época los biólogos evolucionistas y los filósofos planteaban diversas líneas teóricas para explicar cómo se determinaba el sexo en un individuo y lo explicaban mediante factores externos durante el desarrollo, factores internos a través del huevo o factores hereditarios. A finales del XIX y principios del XX se investigaba la relación entre cromosomas y herencia, de hecho, se conocía el comportamiento de los cromosomas, pero no existía ninguna confirmación de su relación con la herencia.


Nettie Stevens se dedicó a estudiar insectos y detectó que, en el gusano de la harina, las hembras solo producían células X mientras que los machos producían células X e Y. A partir de aquí analizó varias especies de escarabajos y de moscas y concluyó que los cromosomas no se organizaban en largos bucles como se pensaba hasta entonces, sino en estructuras de parejas de células. Vio que las células de las hembras tienen 20 cromosomas grandes (es decir, 10 parejas de cromosoma X), mientras que las de los machos tienen 19 cromosomas grandes y uno pequeño (lo que es 9 parejas grandes iguales y una pareja constituida por un cromosoma X grande y un cromosoma Y pequeño). Además observó que era la información contenida en los cromosomas de los espermatozoides la que determina el sexo del individuo.


En 1905 publicó Studies in Spermatogenesis with special reference to the “accessory chromosome” con el que defendió que los cromosomas son parejas de células donde el óvulo fecundado por un espermatozoide portador del cromosoma X da lugar a una hembra, mientras que un óvulo fecundado por un espermatozoide portador del cromosoma Y da como resultado un macho.


El mismo año, el biólogo Edmund B. Wilson publicó un estudio que iba en la misma línea que el de Nettie Stevens, así que, debido a su fama y al “efecto Matilda”, el crédito de este descubrimiento se lo llevó Wilson.


No fue hasta varios años después que se vio que el trabajo de Wilson era incompleto (estudió unos insectos en los que el macho tiene un cromosoma menos que la hembra), además de que defensaba que el factor del entorno también jugaba un papel en la determinación del sexo. Por si eso fuera poco, Wilson mencionaba en su estudio el trabajo de Nettie Stevens, lo que le concedía a ella prioridad en el descubrimiento.


Por su parte, la teoría de Nettie Stevens, que defendía que la determinación del sexo era exclusivamente debida a los cromosomas, ligaba con los supuestos de Mendel y su teoría de genes dominantes y recesivos. Mendel no fue escuchado en vida, pero a principios del siglo XX se volvió a sus tesis para estudiar los mecanismos por los que ciertos aspectos pasaban entre generaciones.


Después de este gran descubrimiento, Nettie Stevens siguió investigando en el campo de la genética. Consciente de la poca relevancia que se daba al trabajo hecho por mujeres, se dedicó a publicar artículos de gran calidad científica llenos de citas y referencias al trabajo de otras mujeres.


Murió en 1912, víctima de un cáncer, antes de poder ocupar la cátedra creada para ella en Bryn Mawr College.





Fuentes consultadas:

https://www.esciupfnews.com/2021/04/14/cromosomas-nettie-stevens/

https://es.wikipedia.org/wiki/Nettie_Stevens

Eva Ramón Gallegos

(México)

Eva Ramón Gallegos

Química Farmacéutica Bióloga de la Universidad Veracruzana, obtuvo la maestría en Ciencias en Citopatología, con mención honorífica en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional.

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Posteriormente realizó el Doctorado en Ciencias Químicobiológicas, y obtuvo mención honorífica también en la misma institución. Realizó una estancia en el departamento de Física en la Universidad Do Minho, Braga, Portugal y en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados del IPN. 


A partir del año 2001 es profesora-investigadora de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN, es profesor Colegiado de la Sección de Estudios de Posgrado e Investigación de dicha institución, profesor de tiempo completo, Jefa del Laboratorio de Citopatología Ambiental y Coordinadora de los programas de posgrado de Maestría y Doctorado en Biomedicina y Biotecnología Molecular. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores, es parte del comité editorial del International Journal on Hand-on Science, es revisora de artículos de revistas internacionales de prestigio.


Ha impartido las materias teórico-práctica de Cultivo de células y tejidos animales, Biología Celular y Molecular, Bioestadística y Biofotónica en el Instituto Politécnico Nacional. Ha presentado 58 trabajos en congresos nacionales, 82 en congresos internacionales, publicado 2 libros, 6 capítulos en libros internacionales, 5 solicitudes de patentes (2 patentes otorgadas) y cuenta con 53 publicaciones en revistas indexadas y JCR (Scopus). Ha dirigido 32 tesis de licenciatura, 41 de maestría y 17 de doctorado.


Logró la eliminación del 100 por ciento del Virus del Papiloma Humano (VPH), focalizado en el cérvix uterino de 29 mujeres de la Ciudad de México a través de terapia fotodinámica.





Fuentes consultadas:

https://2019.talent-land.mx/dra-eva-ramon-gallegos/

https://oeinm.org/epoca-contemporanea/eva-ramon-gallegos/

Katya Echazarreta

(México, 1996)

Katya Echazarreta

Ingeniera eléctrica, primera mujer mexicana seleccionada para viajar al espacio. Comunicadora de la ciencia, busca empoderar a las niñas y las jóvenes en STEM.

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Fotografía de  Katya Echazarreta

Originaria de la ciudad de Guadalajara, Jalisco. A los siete años su familia se mudó a los Estados Unidos. Durante el proceso de migración, que duró cinco años, fue separada de parte de su familia; lograron reunirse cuando ella tenía 12 años. Recuerda que su abuela le decía: “aunque estemos separados, vivimos bajo el mismo cielo”.

Crecer en los Estados Unidos fue difícil al principio, por la barrera del idioma, pero trabajó duró en aprender y en dos años ya hablaba inglés con fluidez. Su mamá le inculcó una fuerte ética del trabajo, y siempre la ha alentado a seguir sus pasiones. 

El espacio, las matemáticas, la astronomía y la física le han interesado a Kat desde que tiene memoria; algo que nunca perdió de vista mientras crecía. Recuerda que alguna vez le preguntó a su mamá: “¿cuál es el trabajo más difícil que alguien puede tener?”, a lo que ella contestó: “pues para ti yo creo que es como una astronauta”. “Okay, entonces eso es, eso es lo que voy a hacer. Lo haré”, fue la respuesta de Kat; su mamá sabía que así sería.

Al concluir la preparatoria se matriculó para estudiar Ingeniería Eléctrica en la universidad comunitaria de San Diego, California, donde formó parte de la Sociedad de Mujeres Ingenieras, participó en el programa de mentorías de Matemáticas, Ingeniería y Logros en la Ciencia (MESA, Mathematics, Engineering and Science Achievement) y fue premiada con una beca escolar.


Después de tres años se trasladó a la reconocida Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), donde se graduó como Ingeniera Eléctrica. Antes de graduarse fue investigadora interna en 2016 en la Universidad Rutgers, donde participó en el programa de Investigación en Ciencia e Ingeniería. 

En 2017 fue asistente de investigación en la UCLA para la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas Henry Samueli, donde experimentó con varios materiales para que sirvieran tanto de placa de circuito impreso como de cuerpo de un robot, manteniendo porciones eléctricamente aisladas. Posteriormente obtuvo una práctica en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA para los veranos de 2018 y 2019. 

Después de su graduación, recibió formación de astronauta científica suborbital con el Proyecto PoSSUM. Se convirtió en ingeniera a tiempo completo en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA como parte del grupo de equipos de apoyo en tierra de Europa Clipper. En total, participó en cinco misiones de la NASA, incluida la misión a Marte Perseverance.

Kat Echazarreta actualmente es estudiante de la maestría en Ingeniería Eléctrica e Informática en la Universidad Johns Hopkins. 

Como estudiante de Ingeniería fue muy consciente de la falta de mujeres en el campo. Esto fue muy difícil para Kat, porque no tenía muchas personas a las que pudiera pedir consejo sobre varios temas, como los sesgos implícitos que diariamente enfrentaba como mujer. El apoyo logrado le dio la oportunidad de ayudar a orientar a aquellas niñas y mujeres que, buscan a alguien con experiencia en lo que están pasando: “A través de la honestidad sobre las dificultades y el aliento, espero poder ayudar a las mujeres a estar mejor preparadas para su experiencia como mujer en STEM”.

Katya será la primera mexicana por nacimiento y la estadounidense por naturalización más joven en visitar el espacio, y volará como parte del programa Citizen Astronaut Program; la organización Space for Humanity (S4H) es la que patrocina el asiento de la joven latinoamericana, como su astronauta embajadora.

Fue seleccionada entre más de siete mil personas solicitantes de más de cien países, para poder ocupar un asiento en la nave que despegará rumbo al espacio, para realizar el quinto vuelo humano del programa New Shepard y el 21 de la compañía espacial Blue Origin. En el punto más alto de la trayectoria de vuelo, los pasajeros podrán desprenderse de sus asientos para flotar y disfrutar de las vistas panorámicas de la Tierra y el cosmos. El viaje durará 10 minutos desde el despegue hasta el aterrizaje.

Como ingeniera mexicana que trabaja en la industria espacial, Echazarreta sabe de primera mano que son muy pocas mujeres en ese campo, y menos aún mujeres latinas. Siempre ha creído que no es suficiente para alcanzar las propias metas “si no ayudas a que los demás crezcan contigo”. Por eso empezó a trabajar para ayudar no solo a estudiantes en los Estados Unidos con grandes aspiraciones como las de ella, sino también a mujeres en México que escuchan las mismas palabras que solía escuchar con demasiada frecuencia: Eso es para ti”. 

En 2019, mientras trabajaba en la NASA, Katya comenzó a utilizar las redes sociales (Instagram, Youtube y Tik Tok) para ayudar a más jóvenes, compartiendo sus conocimientos sobre su ingeniería, su trabajo, las mujeres en la ciencia; crea y comparte contenidos que desearía haber visto cuando estaba en la escuela y buscando carreras y trabajos.

Parte de su labor como embajadora de la organización S4H incluye su participación como coanfitriona de la serie de YouTube Netflix IRL; así como su sección Electric Kat en el programa de la cadena de televisión CBS Mission Unstoppable. En la actualidad se dedica a escribir su primer libro.





Fuentes consultadas:

Kat Echazarreta.

Quién es Katya Echazarreta, la primera latinoamericana que viajará al espacio.

Katya Echazarreta, la primera latina nacida en México en ir al espacio.

Penélope Rodríguez Zamora

(México, 1984 aprox.)

Penélope Rodríguez Zamora

Física, experta en Biotecnología. Ganadora de la beca L’Oréal-Unesco-Academia Mexicana de Ciencias 2020, en el área de Ciencias Exactas, con un proyecto sobre la relación entre el origen de la vida y las problemáticas farmacéuticas actuales.

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Fotografía de  Penélope Rodríguez Zamora

Originaria de la Ciudad de México, Penélope es la mayor de tres hermanas y un hermano. De niña escudriñaba los objetos minuciosamente para saber de qué estaban hechos. Si algo aparecía roto o descompuesto en casa, su madre sabía quién era la culpable: la insaciable curiosidad de su hija por saber cómo funcionaba el control remoto de la televisión o cualquier otro aparato.

Su mamá fue una mujer trabajadora que laboraba en la Casa del Libro de la UNAM, en la Colonia Roma. Hoy, como madre de familia, Penélope Rodríguez Zamora recuerda con agradecimiento el que ella y su padre le hayan alentado a seguir su pasión por las matemáticas, al ver que desde niña tenía facilidad en resolver las tareas y problemas que le dejaban en la escuela en estos temas.

También comenta que muchas personas escogen su carrera descartando aquellas que tengan que ver con matemáticas. El desánimo que provocan en los niños y en las niñas en particular, sobre las matemáticas y las ciencias en general, es un problema en México y en el mundo. Afortunadamente, ella no tuvo este freno. La escuela en que cursó primaria, secundaria y preparatoria apoyaba el gusto por la ciencia y las matemáticas, algo que fue muy importante para Penélope, sobre todo a partir de la secundaria. 

Ya en la preparatoria definió su vocación y decidió ingresar a la carrera de Física en la UNAM. Siempre ha contado con el apoyo de su mamá y papá, así como de sus profesores para estudiar y proseguir su carrera.

En 2008 se graduó de la licenciatura en Física por la UNAM; de 2009 a 2013 cursó el doctorado en Nanofísica y Biología Molecular en la Universidad de Birminghan, Inglaterra; así como un posdoctorado en el Laboratorio de Biotecnología en la Universidad de Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Desde 2017 es Investigadora posdoctoral del Instituto de Física de la UNAM.

La propuesta de la Dra. Rodríguez se centra en la quiralidad y en la potencial aplicación de las nanociencias en el área de la farmacéutica para facilitar la producción de medicamentos.

La quiralidad es un concepto de no simetría hallado en matemáticas, física y química, que consiste en la imposibilidad de hacer coincidir el objeto original con su imagen especular, como la generada en un espejo plano. El ejemplo más común de objetos quirales son las manos o los pies de una persona, pero es algo presente en el universo, desde galaxias, hasta los aminoácidos que forman las proteínas.

Esta propiedad está presente en los medicamentos que consumimos. Su proyecto aplica el conocimiento sobre nanopartículas en la biomedicina, para estudiar la interacción que puede haber entre ciertas biomoléculas y las nanopartículas metálicas.

Las moléculas que se usan en los medicamentos pueden presentarse en su forma derecha o izquierda (medicamentos quirales), una de ellas resulta terapéutica, mientras que la otra puede tener efectos devastadores, como el ocurrido con la talidomida hace casi sesenta años. Por eso deben separarse, lo cual puede ser muy difícil. 

La beca L’Oreál es un reconocimiento para visibilizar el trabajo que desempeñan las jóvenes científicas y apoyar el desarrollo de su actividad académica con recursos para complementar gastos de investigación; así como fomentar que más mujeres se unan a este quehacer y acotar la brecha de género que prevalece en el gremio. 

A los 36 años de edad, Penélope Rodríguez Zamora obtuvo una de las Becas para Mujeres en la Ciencia L’Oreál Unesco-AMC 2020 en la categoría Ciencias Exactas, para un proyecto que busca contribuir con métodos para desarrollar procesos para producir medicamentos más rápido y a menor costo. 

Con los fondos del premio adquirirá parte del equipo de laboratorio y las sustancias para desarrollar métodos de enantioseparación molecular eficaces y económicos. Esto es clave para crear medicinas que sólo contengan un tipo de enantiómero y por lo tanto no causen efectos negativos a las y los pacientes.

Para la Dra. Rodríguez, la ciencia representa buena parte de la belleza del Universo. La ciencia necesita de las mujeres, simplemente por el hecho de que somos la mitad de las mentes que pueden hallar respuestas dentro de las ciencias. Sobre porqué hay pocas mujeres en ciencia, señala: 

La importancia de la enseñanza a nivel básico para que niñas y niños desarrollen el gusto por las matemáticas y las ciencias, y no lo bloqueen. Si madres y padres observan un gusto o inclinación por esos campos, deben dejar que se desarrollen. En el caso de las niñas debe atenderse urgentemente el problema de esos prejuicios, acerca de que ellas son menos hábiles para las matemáticas y que las ciencias y la ingeniería no son para mujeres.

Lo primero es la educación en casa, dejar claro que hombres y mujeres tenemos los mismos derechos y responsabilidades, no hacer diferencias, y luego en la escuela reforzarlo porque desafortunadamente muchas veces se va guiando por un camino a los niños y por otro a las niñas. Después en la juventud vienen otros obstáculos apuntalados por una cultura de machismo que es necesario erradicar.





Fuentes consultadas:

La palabra México está llena de cosas positivas, señala Penélope Rodríguez.

No. 269 Penélope Rodríguez Zamora.

Penélope Roríguez Zamora.

Penélope Roríguez Zamora.

Manuela Garín Pinillos

(España/México, 1914-2019)

Manuela Garín Pinillos

Nació en Asturias, España el 1 de enero de 1914. Hija de padres españoles, creció en Cuba, pero abandonó la Isla con su familia ante la dictadura que vivieron con Gerardo Machado en 1932, fecha en la cual reinaba la violencia y la represión. Ante esta situación, la familia se marcha de Cuba hacia México, con la creencia de que dada la cercanía de los dos países volverían cuando cayera el dictador.

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Fotografía de  Manuela Garín Pinillos

En México ingresa al Colegio Motolinía. Tiempo después, con algunas dificultades burocráticas, ingresa al bachillerato de Ciencias Químicas en la Escuela Nacional Preparatoria, donde la mayoría de los estudiantes eran mujeres. Su madre deseaba que estudiara Ciencias Químicas, porque decía que la Ingeniería no era carrera para mujeres, prometiéndole que le pondría una farmacia.

Los reconocidos doctores Carlos Graef Fernández y Alfonso Nápoles Gándara, éste último oriundo de Cuernavaca, fueron sus maestros de Matemáticas. Precisamente en una conversación publicada en la Carta Informativa de la Sociedad Matemática Mexicana, señala Manuela Garín que el Dr. Alfonso Nápoles la impulsó a estudiar matemáticas.

A pesar de que había un acuerdo del Consejo Universitario que señalaba que los alumnos del bachillerato de Ciencias Químicas podían ingresar a Ciencias sin tener el bachillerato de físico- matemáticas, había dos señoritas (Pimentel y Cuéllar) en Rectoría que no querían aceptar la inscripción de Manuela, por lo que para conseguirla tuvo que intervenir el director de la Escuela de Ciencias Físico-Matemáticas, el Ing. Ricardo Monges López, gran impulsor y promotor del desarrollo de la geofísica y la geología, ingresando a la carrera en 1937.

Participó desde joven en su lucha por las mejores causas de la humanidad, su enfrentamiento con la dictadura de Machado, su apoyo a la República Española,la defensa de la expropiación petrolera del general Cárdenas y varios años después, como joven y entusiasta profesora democrática de la Facultad de Ingeniería, por su muy destacada y heroica participación en el movimiento de 1968 y su presencia en posteriores movimientos democráticos, en mítines y manifestaciones donde con frecuencia se la encontraba.

Su preocupación por los problemas sociales y su gran vocación matemática, se pone de manifiesto en estas palabras. “Lástima que no todo mundo tenga una carrera universitaria, porque te da otra forma de pensar. No se trata de que la gente sólo absorba información, sino que sepa ver las cosas y analizarlas. Para eso las matemáticas son esenciales, es lo fundamental para entrenarte en los procesos lógicos. ¡Qué bueno que todo el mundo fuera matemático!”, enfatiza.

Se casó con el Ing. Raúl Álvarez Encarnación, que había sido su compañero en el primer año de la carrera de física y luego se cambió a ingeniería. Trabajó como docente en el Tecnológico de Monterrey durante 4 ó 5 años. En 1951, comenzó a dar clases en la Facultad de Ingeniería y en 1952 en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela, impartiendo cálculo, geometría analítica y álgebra moderna entre otras materias.

Trabajó como matemática en el Instituto de Geofísica, a donde la invitó el ingeniero Ricardo Monges López, su fundador y primer director. Sus primeros trabajos en Geofísica los hizo con Anselmo Chargoy, sobre modelos matemáticos del geomagnetismo. En esa época no había las computadoras que hay ahora, así que los modelos eran muy importantes.

Manuela Garín, murió en la Ciudad de México el 20 de abril de 2019, dejando un legado donde la Matemática es un pilar fundamental de la civilización y la cultura humana, en donde los desarrollos tecnológicos y las ciencias modernas utilizan su lenguaje, así como sus procesos de razonamiento.





Fuentes consultadas:

https://revistahypatia.org/conociendo-a-revista-18.html

Marie Anne Pierrette Paulze

(Francia, 1758-1836)

Marie Anne Pierrette Paulze

Marie Anne Pierrette Paulze nació el 20 de enero de 1758 en la localidad francesa de Montbrison. Su padre, Jacques Paulze, era un abogado y financiero que trabajó muchos años en la Ferme Générale, una institución que se encargaba de gestionar algunos impuestos estatales. Jacques había tenido tres hijos con su esposa, Claudine Thoynet, antes de que esta falleciera cuando Marie Anne era una niña de poco más de tres años de edad. Su padre decidió entonces que la pequeña ingresara en un convento donde creció y fue educada como una dama de la alta burguesía francesa.

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Fotografía de  Marie Anne Pierrette Paulze

Cuando tenía trece años, el conde de Amerval, mucho mayor que ella, pidió su mano a un confundido Jacques que buscó la manera de deshacerse del viejo pretendiente, quien le llegó a amenazar con expulsarle de su puesto en la Ferme Générale si no daba su consentimiento para casarse con Marie. Jacques dio un golpe de efecto ofreciendo la mano de su hija a alguno de sus compañeros, más jóvenes que el conde. Antoine Lavoisier, un noble economista y químico de veintiocho años de edad, aceptó la oferta de su colega y se casó con Marie Anne el 16 de diciembre de 1771.

A pesar de ser un matrimonio convenido por su padre, Marie y Antoine congeniaron. Su mutuo interés por la química ayudó a que la pareja se convirtiera, además de en marido y mujer, en un equipo en el laboratorio. Marie no había recibido una formación científica tras los muros del convento en el que había crecido pero su inquietud por aprender fue suficiente para que Antoine buscara maestros que pudieran enseñar los rudimentos de la química a su esposa.

En 1775 Antoine dejó la Ferme Générale para trabajar en el Arsenal de París como administrador de la pólvora. Instalados en la capital de Francia, la pareja empezó a construir un laboratorio que se convertiría en su verdadero hogar. Allí pasaron largas horas trabajando. Marie apuntaba todo lo que observaban en sus experimentos, tomaba notas y realizaba ilustraciones muy realistas. Marie había sido alumna del pintor Jacques-Louis David, amigo de la pareja, a la que inmortalizaría en su laboratorio.


Marie sabía varios idiomas que fueron de gran utilidad para traducir algunos de los principales textos de alquimia, como se conocía a la química. Además de realizar las traducciones que su marido utilizaría para avanzar en sus investigaciones, Marie realizó anotaciones propias. La pareja Lavoisier se convirtieron así en los principales protagonistas de la evolución de la alquimia hacia la química moderna.

La vida tranquila en el laboratorio se vio truncada en la época del Terror, la etapa más dura y sangrienta de la Revolución Francesa. Antoine y su padre Jacques fueron detenidos, acusados de traidores por haber trabajado en la Ferme Générale. Marie no se quedó de brazos cruzados e intentó por todos los medios, poniéndose ella misma en peligro, que su padre y su marido fueran liberados. Pero nada pudo hacer ante una condena firme. El 8 de mayo de 1794, Antoine Lavoisier y Jacques Paulze eran ejecutados.

Marie se encontró sola, en una ciudad sumida en el caos. Sus bienes fueron confiscados, principalmente todo el material del laboratorio, que suponía el trabajo de años de investigación junto a Jacques. Marie consiguió recuperar parte de la obra que habían realizado conjuntamente y publicó en dos tomos las Memorias de Química de Lavoisier.

Años después, Marie Lavoisier volvió a casarse con el conde de Rumford de quien se separó al poco tiempo. Hasta su muerte, el 10 de febrero de 1836, vivió sola en su casa de París.





Fuentes consultadas:

https://www.mujeresenlahistoria.com/2018/07/marie-lavoisier.html

Alejandra Bravo de la Parra

(México, 1961)

Paris Pişmiş

Bioquímica mexicana, experta en Biotecnología, ha sido galardonada por su labor sobre las toxinas bacterianas que actúan como poderosos insecticidas para la fauna nociva e inocuos para especies benéficas y el medio ambiente.

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Fotografía de  Paris Pişmiş

María Alejandra Bravo de la Parra nació en la Ciudad de México el 29 de abril de 1961. Es descrita como una mujer curiosa, cualidad que ha guiado su fructífera carrera científica. Recuerda que “desde los cinco años yo jugaba a curar, quería ser doctora. Me gustaban y se me facilitaban las matemáticas, la biología y la química, y sacaba buenas calificaciones. Leía historias de ciencia ficción, en especial recuerdo Un mundo feliz de Aldous Huxley, en donde vi por primera vez lo que era la manipulación genética, eso era terrible pero interesante”.


En su experiencia como estudiante, el primer año de la carrera (cualquiera que esta sea) es un constante reto; pero ella se sentía motivada por sus profesores, que también eran investigadores, para proseguir sus pasos. Entre las personas que la inspiraron y tuvieron un gran impacto en su vida se encuentra la Dra. Alicia González Manjarrez, quien fue una de sus primeras maestras, quien la inició en ese campo y le compartió su entusiasmo por la ciencia.


En 1985 obtuvo el grado de Licenciatura en Investigación Biomédica Básica, en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, en 1986 concluyó la maestría y en 1989 se graduó del doctorado en Investigación Biomédica Básica en el Centro Fijación de Nitrógeno de la UNAM, año en que se incorporó al Centro de Investigación sobre Ingeniería Genética y Biotecnología de la UNAM como Investigadora Asociada B. Desde xxx es investigadora titular en el Departamento de Microbiología Celular del Instituto de Biotecnología de la UNAM.


Posteriormente realizó dos estancias posdoctorales: una en la Compañía Plant Genetic Systems en 1991, con sede en Gante, Bélgica, y otra en 1995, en el Instituto Pasteur, en París, Francia; con las cuales se especializó en el tema de los bioinsecticidas, en el que incursionó con una visión futurista:


En 1989 se publicó un artículo señalando que los insectos habrían ganado la batalla contra los insecticidas, luego de un efímero éxito en controlar las plagas que dañan los cultivos agrícolas, pues habían desarrollado resistencia y proliferaban sin control; esta fue la inspiración para que Bravo pensara en desarrollar otros métodos para controlar las plagas de insectos, uno de los principales problemas para la seguridad alimentaria de las poblaciones humanas.


En Bélgica supo que México tiene una gran variedad de especies de bacterias únicas, por el clima y cultivos agrícolas, entre diferentes factores, por lo que decidió regresar al país para trabajar lo aprendido y construir su propia colección de cepas de estas bacterias con propiedades insecticidas. En París, se abocó a aprender sobre la genética de esas bacterias.


Su investigación se centró en entender el funcionamiento de toxinas generadas por microorganismos, capaces de matar diversos insectos de manera selectiva, sin dañar otras especies ni contaminar el medio ambiente. Cómo era que estas biotoxinas eran específicas, cómo se producen y actúan, era todavía una incógnita. Al respecto, señala “una de las maravillas de nuestra actividad, es saber que estamos en las fronteras del conocimiento para, desde ahí, comenzar a construir algo nuevo”. La investigación “es preguntarse cosas con fundamento; contestarlas con creatividad para comprobar hipótesis a través de la experimentación. La ciencia es como hacer arte, tiene el mismo nivel de libertad y creatividad”.


Ante la inminente crisis alimentaria, es necesario controlar las poblaciones de insectos plaga. El principal problema es que estos desarrollen resistencia al tratamiento insecticida. Por ello, apoyándose en la ingeniería genética, Bravo y su grupo generaron nuevas toxinas, efectivas también contra los insectos que han desarrollado resistencia. Dicho logro es particularmente relevante y fue uno de los aspectos considerados por el jurado del Premio L’Oréal-UNESCO para Mujeres en la Ciencia al conceder esta distinción a la doctora Bravo, en 2010.


El trabajo de la Dra. Bravo incluye la creación y caracterización de una colección de miles de cepas de Bacillus thuringiensis a partir de suelos mexicanos. Con este material ha logrado identificar cepas de Bacillus thuringiensis con proteínas insecticidas activas hacia los principales insectos-plaga en México, así como proteínas totalmente nuevas. 


También ha trabajado para desarrollar una formulación contra el mosquito Aedes aegypti, el principal vector transmisor del dengue en México, para tener una alternativa a los insecticidas químicos utilizados actualmente. Su propuesta consiste en unas perlas pequeñas que flotan en el agua y tienen una sustancia que atrae a las larvas de mosquitos, las cuales, al comerlas, se intoxican y mueren, por lo que constituye un insecticida ecológico y efectivo.


A la fecha, Bravo y su equipo han creado cuatro patentes internacionales, como propiedad industrial de la UNAM, que a su vez las ha licenciado a trasnacionales como Bayer Crop Science y Pioneer Hi Bred International, para su explotación comercial. Además de su labor como investigadora, la Dra. Bravo se ha dedicado a la docencia y la formación de recursos humanos, además de ser miembro del Consejo de Bioética del Instituto de Biotecnología y participa en el Consejo Consultivo de la Comisión Interinstitucional sobre Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (CIBIOGEM). 


Miembro de la Academia Mexicana de Ciencias desde 2002 e Investigadora nivel III del SNI desde 2004, ha recibido múltiples premios por sus aportaciones en biotecnología: el Premio de Investigación de la Academia Mexicana de Ciencias 1998, que recibió por su trayectoria científica, siendo la única mujer galardonada entre las siete personas que recibieron este reconocimiento; obtuvo el Premio Universidad Nacional para jóvenes académicos 2000, el Premio AgroBio México a la mejor Investigación en Biotecnología Agrícola de 2003; así como la Medalla Omecíhuatl en 2003, por el fortalecimiento de la participación femenina en el campo científico.





Fuentes consultadas:

Alejandra Bravo de la Parra.

No. 16 Martha Alejandra Bravo de la Parra.

Dra. Maria Alejandra Bravo de la Parra.

Alejandra Bravo de la Parra.

María Salguero Bañuelos

(México, 1978)

María Mitchell

Ingeniera Geofísica. Investigadora, científica de datos y activista; creadora del mapa de feminicidios en México con la finalidad de dar nombre a las muertes de mujeres, jóvenes y niñas víctimas de la violencia en el país.

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Fotografía de  María Mitchell

María Salguero nació el 7 de septiembre de 1978 en la Ciudad de México. Es egresada de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del Instituto Politécnico Nacional.

Estudiar Ingeniería en Geofísica no estuvo exento de enfrentar prejuicios. Cuando comunicó a su familia la decisión de estudiar una ingeniería, su papá, ingeniero mecánico le dijo: “¿cómo vas a estudiar una carrera de hombres?” a lo que ella respondió que él mismo le había regalado libros de astronomía, vulcanología, sismos… que habían despertado su interés por ser ingeniera. En su familia tampoco le dijeron que jugara solo con juguetes de niña, le regalaban carritos de control remoto y trenecitos, que eran sus preferidos. Además, le dijo a su papá que ella era buena en física y matemáticas, pero las otras materias las reprobaba, así que ¿qué otra cosa podría estudiar?

La siguiente objeción, es que había muchas salidas a campo, algo no propio para las mujeres, a lo que María respondió: es un trabajo sin más. En las prácticas foráneas de Geofísica, a ella le gustaba hacer los levantamientos geomagnéticos y graficarlos en un mapa que era impreso, no mapas digitales como son actualmente. 

Desde 2016 Salguero se ha dedicado a registrar los feminicidios ocurridos en México a través de la herramienta que más domina: la geolocalización. Pero desde 2010 ya había trabajado un mapa de desapariciones forzadas. Para 2013, aprendió a usar la herramienta Crowdmap para hacer un mapa colectivo en el que se georreferenciaron 7 mil 466 personas desaparecidas en el México reciente, con nombre y foto. Luego comenzó a llegarle información sobre niñas desaparecidas que después eran halladas asesinadas, y también comenzó a mapearla; ese fue su primer acercamiento al tema de feminicidios. 

Cuando se desarticuló el grupo sobre desapariciones forzadas, ella mantuvo el interés por contribuir a la sociedad: “una vez que empiezas a hacer activismo y te pones a ayudar, dan ganas de seguir haciéndolo y no sólo de salir a marchar”. Sobre por qué trabaja el tema de feminicidios señala: “Hay que ser empáticos con las víctimas: no me podía quedar cruzada de brazos ante la barbarie”. Ella veía a madres llorando, buscando a sus hijas desaparecidas, y eso le provocaba mucha impotencia; fue cuando decidió hacer un mapa donde nombrara a las víctimas, para recordar que no solo son cifras.

Por eso decidió hacer un proyecto de datos abiertos que fuera estadístico, pero que no perdiera en esencia que cada punto en el mapa es una vida y es una familia destruida. Junto con sus amigas periodistas dedicadas al tema de violaciones de derechos humanos echó a andar la idea, que les daría una fuente de consulta con información de todo el país. Así, se dio cuenta que, aunque el Estado de México acaparaba toda la atención en el tema de feminicidios, en realidad era un problema a nivel nacional, que en 2015 iba aumentando y que carecía de cifras oficiales.

Para financiar su proyecto, María se dedicaba al comercio, y los ratos que no había ventas, los dedicaba al mapa, que representaban tres o cuatro horas al día de intenso trabajo, sin recibir remuneración a cambio. Había pensado que las periodistas de Pie de Página se hicieran cargo del mismo, y que ella podría dedicarse a estudiar una maestría en sismología de terremotos; pero nunca imaginó las repercusiones que tendría su mapa: reunía información que mostraba la magnitud del problema en nuestro país y su incremento, pero también mostraba patrones y modus operandi. Su trabajo es tan importante que actualizó dos veces la cifra oficial que registraba el país.

El mapa Yo te nombro: El mapa de los feminicidios en México contiene información del 2016 a la fecha con información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública y las notas y reportes de la prensa; por medio de la geolocalización cualquier persona consultar la fecha, lugar y toda la información recabada sobre el hecho. Las agresiones se catalogan según su estatus, de tal forma que el mapa tiene categorías como el rango de edad de las víctimas, la relación del feminicida con la víctima, transfeminicidios, probables feminicidios o feminicidios por conexión con el crimen organizado.

A dos años de su creación, Salguero había dejado de trabajar los casos de la Ciudad de México, tras señalar que un grupo de narcomenudeo local estaba detrás de una serie de asesinatos de “escorts” en hoteles de la capital del país, como se evidenció, otra vez, gracias al mapa. Desde entonces, un hombre se apostaba diariamente en la puerta del local del negocio familiar, por lo que también tuvo que cerrarlo.

Hacia 2018 pensaba retomar su intención de estudiar una maestría, pero en Ciencia de Datos, y presentar su mapa como su proyecto para ingresar y desarrollarlo a futuro. Sin embargo, la plataforma informática en que están alojados los datos analíticos georreferenciados se está volviendo obsoleta, por lo que María Salguero considera ahora que la Universidad de Sonora sea la encargada de migrar la información a otra plataforma y sea esa institución quien se haga cargo del proyecto. En 2020, ella seguía trabajando en el mapa, ahora por entidad federativa, para homologar los datos y las clasificaciones que maneja; también pensaba que su maestría podría hacer en Criminología.

La creación del Mapa Nacional de Feminicidios en México, la llevó a ser reconocida por ONU Mujeres, así como por el Women Economic Forum en 2019. Además, en junio de 2020 fue incluida, por segundo año consecutivo, en la lista de las 100 mujeres más poderosas de México de la revista Forbes. Reiteradamente, Salguero ha señalado la urgencia de que los asesinatos machistas sean tratados con mayor importancia por parte de las autoridades en lugar minimizarlos o negarlos; pues solo conociendo las dinámicas de la violencia es posible empezar a prevenirla.

María tuvo pesadillas recurrentes durante los primeros meses que trabajó en el mapa de feminicidios en México. Hoy son menos frecuentes los malos sueños, pero la información trágica que diariamente revisa todavía le causa malestar. Cuando eso sucede, hace una pausa en el trabajo para dar un breve paseo en bicicleta. Cuando tiene oportunidad camina con su mascota o ve videos de mascotas para despejar su mente.

Desde noviembre de 2020 María Salguero es titular de la Unidad de Análisis y Contexto de casos de violencia de alto riesgo, de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora. Su trabajo consiste en analizar las causas y consecuencias de los delitos que se cometen en dicha entidad, para así proponer políticas públicas que ayuden a la prevención de feminicidios: revisa carpetas de investigación y examinan qué causas lo originaron y las consecuencias que dejó el feminicidio, como hijos sin madres y dependientes económicos, además de revisar si sus familiares directos reciben atención. También revisa las políticas públicas para atender y prevenir que las mujeres sean víctimas de violencia. Su labor busca mejorar la actuación de las autoridades ante los reportes de desapariciones y las denuncias presentadas por las mujeres que son víctimas de violencia.

Recientemente, su historia fue incluida en el libro Cuentos de Buenas Noches para Niñas Rebeldes; aunque le da gusto formar parte de un proceso de concientización como ese, comenta: “me gustaría que llegara el día en el que los feminicidios disminuyan, soy idealista y quisiera que ninguna mujer fuera asesinada, no me gustaría que otras niñas tuvieran que mapear feminicidios.”





Fuentes consultadas:

María Salguero, creadora del Mapa de Feminicidios en México, se integró a la Fiscalía de Sonora para atender casos de violencia.

María Salguero | Ep.024 Mapa de feminicidios en México.

Entrevista a María Salguero.

María Salguero: ‘No me gustaría que ninguna niña tuviera que mapear feminicidios’.

Mapeando: María Salguero, autora del mapa de femicidios en México.

Paris Pişmiş

(Turquía/México, 1911-1999)

Paris Pişmiş

Paris Pişmiş nació en Turquía en 1911 en una familia acomodada y se convirtió en una de las primeras mujeres licenciadas por la Universidad de Estambul (Turquía).

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Fotografía de  Paris Pişmiş

Paris Pişmiş nació en Turquía en 1911 en una familia acomodada y se convirtió en una de las primeras mujeres licenciadas por la Universidad de Estambul (Turquía). Estudió en la Academia Americana de Mujeres en Uskudar y se graduó en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Estambul. Obtuvo en 1937 el grado de doctora en Matemáticas con una tesis sobre la rotación de nuestra galaxia dirigida por los profesores R. Von Mises y Erwin Finley-Freundlich. Durante su estancia en la universidad trabajó como ayudante en el observatorio de la universidad, ejerciendo como traductora e intérprete al turco del francés, alemán e inglés.

Debido a la excelente labor realizada como ayudante de investigación, el profesor Freundlich se convirtió en su mentor y la recomendó al profesor Shapley para obtener una beca en la Universidad de Harvard. Antes del comienzo de la segunda Guerra Mundial trabajó como astrónoma ayudante en el Harvard College Observatory (HCO), entre 1939 y 1942. En el HCO encontró un entorno muy estimulante como científica de la mano de eminentes astrónomos como Harlow Shapley, Cecilia Payne-Gaposchkin, Bart Bok, Donald Menzel, Fred Whipple y de los múltiples visitantes que recibía el observatorio. En 1942 se casó con Félix Recillas, un estudiante de astronomía mexicano y se trasladó con él al recién inaugurado Observatorio Astrofísico de Tonantzintla en Puebla, y allí trabajó hasta 1946. Entre 1946 y 1948 realizó varias estancias temporales en las Universidad de Princeton y en el Observatorio de Yerkes en Estados Unidos. En 1948 se trasladó a la Ciudad de México para trabajar en el Observatorio Astronómico Nacional en Tacubaya, adscrito a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Paris trabajó más de cincuenta años en el Instituto de Astronomía de la UNAM hasta su muerte en 1999. 

La UNAM le reconoció su trabajo concediéndole el honor de un doctorado Honoris Causa por dicha universidad. A partir de 1955, Paris comenzó a impartir los primeros cursos reglados de astronomía en México, convirtiéndose en maestra y fuente de inspiración para los primeros astrónomos profesionales mexicanos. Entre ellos cabe destacar figuras tan reconocidas como Arcadio Poveda, Eugenio Mendoza, Enrique Chavira, Deborah Dultzin, Alfonso Serrano, Alejandro Ruelas o Marco Moreno. Por su contribución como maestra de jóvenes astrónomos se le otorgó el premio de Enseñanza de la Ciencia de la UNAM. Una de las características destacables de Paris fue su interés constante por nuevos retos y desarrollos técnicos pioneros, lo que la convirtió en un modelo a imitar por sus colegas, influyendo muy positivamente en las estudiantes jóvenes mexicanas. Como resultado de ello, del centenar de astrónomos trabajando en la actualidad en el Instituto un 25% son mujeres.

La Dra. Paris Pişmiş publicó más de ciento veinte artículos sobre diferentes temas de astrofísica, aunque su principal campo de interés fue la estructura galáctica. Entre sus contribuciones más relevantes cabe destacar el descubrimiento de tres cúmulos globulares y veinte cúmulos abiertos. También estudió el efecto de la absorción interestelar de las asociaciones estelares sobre la distribución a gran escala de las estrellas en la galaxia. Ella contribuyó, con sus estudios de poblaciones estelares, a explicar el origen de la estructura espiral de las galaxias mediante ondas de densidad. En 1972, Pişmiş introdujo los métodos interferométricos Fabry-Perot en México para poder realizar estudios de campos de velocidad de nebulosas galácticas. Durante los últimos años de su trayectoria investigadora Pişmiş analizó algunas nebulosas, con el uso de la técnica Fabry-Perot y datos del Observatorio Astronómico Nacional en Tonantzintla y en San Pedro Mártir, estudiando la morfología y cinemática de galaxias con actividad nuclear.





Fuentes consultadas:

http://revista.iaa.es/content/paris-pi%C5%9Fmi%C5%9F-madre-de-la-astronom%C3%ADa-mexicana

Gertrude Belle Elion

(Estados Unidos, 1918-1998)

María Mitchell

Bioquímica y farmacóloga americana. Nacida en Nueva York en 1918, fue hija de emigrantes, de un dentista italiano y un ama de casa polaca. Terminada la secundaria, no pudo acceder a la Universidad debido a la inestabilidad económica familiar debida al crac de 1929.

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Fotografía de  María Mitchell

Bioquímica y farmacóloga americana. Nacida en Nueva York en 1918, fue hija de emigrantes, de un dentista italiano y un ama de casa polaca. Terminada la secundaria, no pudo acceder a la Universidad debido a la inestabilidad económica familiar debida al crac de 1929. Pero gracias a sus excelentes notas pudo entrar en una universidad pública, el Hunter College, donde eligió la especialidad de Química. Su especialidad fue motivada en gran parte por una experiencia personal: la muerte de su abuelo por leucemia, al que estaba muy unida, cuando tenía 15 años; esta vivencia la motivó para el estudio de las ciencias para poder afrontar y solucionar este tipo de enfermedades.

Se licenció en el Hunter College en 1937; para continuar con sus estudios superiores debía ir a la Universidad de New York, pero ante la falta de recursos, su entusiasmo por conseguir investigar la llevó a trabajar primero de forma gratuita y luego por un sueldo irrisorio de 20 dólares semanales como ayudante de un químico. Alternó este trabajo con la docencia: fue profesora en química y física en varios centros de educación superior, como la Universidad de Duke o el Hospital School of Nursing de Nueva York. Se matriculó en 1939 en la Universidad de New York en un posgrado de Química, obteniendo en 1941 un Máster en Ciencias Químicas. Nunca llegó a obtener el título oficial de doctora, pero posteriormente fue reconocida con tres doctorados honoris causa por la Universidad George Washington, la Universidad de Brown y la Universidad de Michigan.

El revulsivo para su introducción el campo de la investigación fue la II Guerra Mundial, ya que provocó la escasez de técnicos de laboratorio y permitió la entrada de la mujer en estos campos. Encontró un trabajo que fue la base de toda su exitosa carrera: asistente del Doctor George Hitchings; en su laboratorio se convirtió en experta en química orgánica y trabajó en los campos de la farmacología, la inmunología o la bioquímica. La colaboración establecida desde 1944 con George Hitchings duraría de por vida, al igual que la establecida con el británico James W. Black.

Elion revolucionó y desarrolló numerosos fármacos para mejorar la calidad de vida de las personas. Entre sus descubrimientos destaca el fármaco AZT para el tratamiento del SIDA o el Imuran, un medicamento que facilita los trasplantes de riñón y que ayuda al cuerpo a aceptar los órganos trasplantados. Aunque su mayor investigación, y por la que le otorgaron el Premio Nobel en Fisiología o Medicina 1988 junto a George Hitchings y James W. Black, es el estudio de las diferencias bioquímicas entre células humanas normales y patógenas (agentes causantes de enfermedades) para diseñar fármacos que pudieran eliminar o inhibir la reproducción de patógenos particulares sin dañar las células huéspedes. Otros premios que recibió son la Medalla Nacional a la Ciencia (1991) y el Premio Lemelson-MIT al logro de toda una vida (1997). En 1991 se convirtió en la primera mujer perteneciente al National Inventors Hall of Fame.

Falleció en 1998 por causas naturales.





Fuentes consultadas:

https://mujeresconciencia.com/2014/09/15/gertrude-belle-elion-premio-nobel-en-medicina/

Daniela Sáez Mahuida

(Chile, 1996 aprox.)

Daniela Sáez Mahuida

Ingeniera Electrónica, especialista en Robótica. Creadora de dispositivos y prótesis para personas con discapacidad y activista por la incursión de las niñas en áreas STEM.

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Fotografía de  Daniela Sáez Mahuida

Originaria de Santiago de Chile. Viene de una familia humilde: su padre, trabajador de la construcción era analfabeto; su madre llegó a Santiago desde los catorce años, para trabajar de nana en casas particulares. Ellos le enseñaron que el esfuerzo constante permite superar obstáculos y alcanzar sus metas. Siempre la impulsaron a estudiar para cambiar su realidad y siempre la apoyan para cumplir sus sueños.

Daniela pensaba quizás estudiar una carrera técnica y empezar a trabajar, pero a los 12 años, cambió de colegio, y coincidió con que abrieron un taller de robótica, algo nada común en 2008; pero no había dinero para contratar a un profesor que enseñara a programar en una escuela municipal. Por eso, las inscritas en el taller tuvieron que buscar opciones en línea y aprender desde internet y enseñarles a quienes se integraban, rememora Daniela. A partir de esa experiencia se enamoró de la tecnología.

Posteriormente, a los quince años, formó un proyecto llamado I-Sence, donde creó un arnés robótico para personas ciegas, que cuenta con sensores que indican la posición de las cosas, que la llevó a representar a su país en USA y Colombia. Al hacer las pruebas definió su camino, ya que las personas ciegas lloraban de emoción al probar su invento; así supo del poder de la tecnología para mejorar la calidad de vida.

A la vez, se dio cuenta de que es difícil es ser mujer en la tecnología, por los prejuicios que existen. Comenta que en sus primeras experiencias la gente se sorprendía al ver que había una mujer detrás de sus proyectos, y solían comentarle: “¿de verdad lo hiciste tú? Seguro lo programó tu papá o tu profesor”. 

Como estudiante de Ingeniería trabajó en un brazo robótico para una chica que perdió casi toda su extremidad en un accidente; pero el tema de la discriminación por ser mujer en tecnología siguió en la universidad. Cuando estudiaba Ingeniería Electrónica, eran dos mujeres en un curso de 50 hombres, y son esas las proporciones en casi todas las carreras en ciencias y tecnologías; comenta que hay creencias que debemos cambiar: comúnmente se dice “son carreras de hombres”; “no hay espacio para las mujeres”; “tienen muchas matemáticas” y otras razones que hacen pensar que estudiar esas carreras está mal.

Tiene claro que se debe comenzar a trabajar desde temprana edad para empoderar a las niñas y jóvenes, hacerles ver que ellas son tan buenas en matemáticas como los niños; que no hay carreras de hombres o de mujeres; sacar los prejuicios y eso es lo más difícil, eliminar los prejuicios desde los salones de clases: a veces sin querer, los profesores aumentan esas brechas, reconoce.

Por eso, Daniela Sáez es activista STEAM, difundiendo el valor de la participación de las mujeres en ciencia, tecnología, ingeniería, y matemáticas, inspirando a niñas, jóvenes y mujeres: “Soy activista STEAM (siglas en inglés para ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas) por motivar a más mujeres para que entren en estas áreas. Soy también voluntaria en Ingeniosas, ya que a lo largo de mi trayectoria me he encontrado con situaciones incómodas y discriminatorias solo por ser una mujer en tecnología, y creo que ninguna niña debería pasar por lo mismo.” 

Además, participó como voluntaria en Girls in Tech, organización que busca promover la ciencia y tecnología en mujeres y forma parte de varias organizaciones que apoyan a las niñas para que desarrollen vocaciones de ciencias y tecnologías, con talleres de robótica o programación. Solo 3 % de los especialistas en inteligencia artificial son mujeres “y si solo la hacen mentes masculinas, será una inteligencia artificial masculina”, por ejemplo. Como parte de esta labor, efectúa talleres y charlas en varias organizaciones en temas de programación, ciencias y tecnología para niñas y mujeres.

Daniela ha recibido becas para participar en foros sobre tecnología, la joven científica ha sido escogida por su liderazgo en proyectos de innovación y promoción de mujeres en la ciencia. He realizado varios proyectos que le han permitido representar a Chile en diversos concursos internacionales. Ha sido reconocida como una de las 25 científicas emergentes de Latinoamérica por la empresa 3M en 2021; recuerda que era la única que no tenía un doctorado o un posgrado, ya que recién se había graduado como ingeniera electrónica. También fue galardonada con la categoría especial del premio Emprende STEM de mujeres empresarias. Sáez Mahuida es Embajadora de Mujeres en la Industria y de One Young World. 

Ella cree que los recursos tecnológicos nos han cambiado la vida y en el futuro no tan lejano se espera que la mayoría de la población sepa de programación. “En mi experiencia personal, siento que no se necesita ser rico o pobre para aprender de estas áreas, solo tiene que existir la curiosidad y la perseverancia; al fin y al cabo, estamos en un mundo cambiante y lleno de avances tecnológicos que nos facilitan la vida”, señala.





Fuentes consultadas:

#EligeEnergía – Innovación temprana desde el liceo por Daniela Sáez.

La joven ingeniera Daniela Sáez fue la única representante chilena en el evento de innovación internacional “One Young World”.

Daniela Saéz, coordinadora de Innovacien, fue reconocida por 3M como una de las “25 Mujeres en la Ciencia Latinoamérica”.

Daniela Sáez Mahuida, ingeniera electrónica y líder femenina en STEM: “AMÉ LA ROBÓTICA DESDE EL PRIMER MOMENTO”.

María Mitchell

(Estados Unidos, 1818-1889)

María Mitchell

Primera astrónoma norteamericana, académica y defensora de los derechos de las mujeres y de la causa antiesclavista.

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Fotografía de  María Mitchell

Nació el 1° de agosto de 1818 en la Isla de Nantucket, Massachusetts. Sus padres, William Mitchell y Lydia Coleman, criaron a sus diez hijas e hijos en la igualdad, quienes tuvieron el mismo acceso a la educación, acorde con la tradición cuáquera, a la que pertenecían.  

Junto con sus hermanas y hermanos, recibió una amplia formación de su padre, que incluyó la realización de experimentos juntos: una de sus hermanas contaba que en el salón colgaba de la lámpara una bola de cristal llena de agua que el papá utilizaba en sus experimentos sobre la polarización de la luz y que hacía que todas las paredes de la estancia estuviesen cubiertas de fragmentos de arco iris. 

María aprendió matemáticas y astronomía con su padre, que era astrónomo aficionado y en casa tenían un telescopio familiar con el que exploraban el cielo nocturno. En los primeros años de estudio, María asistió a la escuela Elizabeth Gardener y, a partir de los once años de edad, estudió en la North Grammar School, donce su padre era profesor y directivo. Además de asistir como alumna, María ejerció de ayudante de su padre. 

Con tan sólo doce años, María ayudó a su padre a cronometrar el eclipse anular de sol de 1831, que pasó en su totalidad por Nantucket; ella calculó la longitud a la que se encontraba su casa; a los trece años sus habilidades técnicas eran tales, que fue capaz de pronosticar un eclipse de luna. María estudiaba de día y por las noches ayudaba a su padre en el observatorio que había construido en el edificio del Banco Pacífico donde Willian Mitchell trabajaba. 

La astronomía y quienes se dedicaban a ella eran muy apreciados en la isla de Nantucket, que vivía de los barcos balleneros, que dependían de los instrumentos astronómicos para orientarse. María Mitchell acompañaba a su padre cuando se encargaba de ajustar esos instrumentos que los barcos usaban para conocer su ubicación cuando pescaban en alta mar.

A los catorce años, María ingresó a la academia femenina que dirigía Cyrus Pierce, la cual se distinguía de otras instituciones por haber reemplazado “la enseñanza de las labores domésticas y las habilidades sociales con matemáticas y ciencias”. En esta institución, María Mitchell también colaboró como ayudante, hasta que en 1835 abrió su propia escuela para niñas, en la que aceptó a estudiantes blancas y negras, algo impensable en aquel tiempo. Allí María daba clases de ciencias y matemáticas. Sus clases podían comenzar antes del amanecer, si había que observar pájaros, o extenderse hasta después de media noche para observar estrellas y planetas.

Un año después, a los 18 años de edad, comenzó a trabajar inició un trabajo como bibliotecaria en el Ateneo de Nantucket, con lo que se convirtió en la primera mujer bibliotecaria. Además de garantizar su independencia económica, su empleo le permitió tiempo para leer y dedicarse al estudio de los astros. Aunque no pudo continuar una carrera profesional por falta de recursos económicos y de centros académicos adecuados, Mitchell fue una autodidacta y estudiosa incansable, buscando nutrirse de los avances científicos de la época; así como de la observación del mundo y sus fenómenos naturales.

El 1 de octubre de 1847 estaba estudiando un segmento del cielo que ya conocía cuando observó una mancha blanca que no estaba allí antes. Bajó a contárselo a su padre, que la animó a hacer público su descubrimiento. Maria Mitchell descubriría el cometa que llevaría su nombre y que le valdría el reconocimiento de la comunidad científica. Era la tercera mujer en la historia, después de Caroline Herschel y Maria Winckelmann que descubría un cometa.

Inicialmente, María se negó a hacer público su hallazgo, pues temía ser menospreciada por ser mujer, pero su padre escribió a otros astrónomos influyentes para que apoyasen el descubrimiento de su hija. El director del Observatorio de Harvard, en Massachussetts, les contó de la medalla a la que Maria podía aspirar: Frederik VI, rey de Dinamarca, también aficionado a la astronomía, había ofrecido una medalla a todo el que descubriese un nuevo cometa. Entonces, María se animó a publicar su descubrimiento, un año después de haber visto el cometa que sería bautizado con su nombre, y la medalla de María Mitchell llegó desde Dinamarca a Nantucket.

El descubrimiento del Cometa Mitchell 1847VI, según la moderna designación C/1847 T1, le dio reconocimiento internacional y contactos con la comunidad de astrónomos estadounidenses: en 1848 María Mitchell se convirtió en la primera mujer que formó parte de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias y, en 1850, de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia. Dos años más tarde ingresó en la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. En 1853 se le otorgó el primer título avanzado jamás dado a una mujer en la Universidad de Indiana “Americana para el Mejoramiento de las Mujeres”.

Posteriormente, fue contratada por el Observatorio Naval de Estados Unidos, para seguir y consignar detalladamente los movimientos de Venus, calculando tablas sobre la posición de Venus para elaborar el calendario náutico de este planeta, que servía como estrella guía para los barcos. Mucha gente venía a visitarla y quería conocerla, impresionados por la primera mujer estadounidense que había descubierto un cometa.

En 1857, aceptó una oferta del General H. K. Swift, un banquero de Chicago, para que acompañara a su hija Prudencia en un viaje a través del oeste y el sur y a Europa. Durante este viaje, Mitchell visitó los observatorios de Greenwich y Cambridge y, aunque las autoridades pontificias se negaron en principio a permitir la entrada a una mujer, fue la primera mujer en entrar en el Observatorio Vaticano.

María, además de ser una reputada astrónoma, dedicó parte de su vida a luchar contra las injusticias sociales, como la esclavitud (dejó de usar vestidos de algodón en señal de protesta) y estuvo vinculada a los movimientos feministas de su tiempo.

De ser una astrónoma aficionada, María Mitchell se convirtió en una acreditada astrónoma y maestra universitaria, que abrió el camino de los estudios formales para otras mujeres. 

En 1860, se trasladó a Lynn, Nueva York, donde Matthew Vassar le pidió que trabajase como profesora de astronomía en la nueva Facultad Vassar para mujeres, y posteriormente fue nombrada directora de su observatorio de dicho centro; donde formó un departamento de astronomía equiparable al de las universidades de Yale y Harvard, con la diferencia de que en Vassar el estudiantado estaba compuesto exclusivamente por mujeres. 

Pero, a pesar de su reputación y experiencia, su salario era inferior al de otros compañeros con menor experiencia que ella. Mitchell permaneció en Vassar de 1865 hasta 1888, periodo en el que no cesó en sus reivindicaciones por la igualdad salarial entre las profesoras y los profesores, con sueldos superiores por ser hombres. Esto la motivó en 1873 a unirse a la Asociación Americana para el Avance de las Mujeres, junto a sufragistas como Elizabeth Cady Stanton. Fue elegida como presidenta de esta asociación en 1875.

Maria Mitchell trabajó hasta poco tiempo antes de su muerte, ocurrida el 28 de junio de 1889, poco antes de cumplir los 71 años de edad. 

El observatorio de Nantucket lleva su nombre, como un homenaje a su vida y trayectoria. En su casa de Nantucket se ubica el Museo de historia natural y la biblioteca científica. En 1902, en su memoria se fundó la Asociación de María Mitchell. Fue incluida en el salón de la fama para grandes americanos en 1905. También se le dio su nombre a un cráter de la Luna y a un barco de guerra de la Segunda Guerra Mundial el “SS María Mitchell”.

Siempre hay que tener presente que el nombre de Maria Mitchell está asociado no solo al campo de la ciencia, sino también al de la lucha de las mujeres por la igualdad social y política.





Fuentes consultadas:

Con la mirada en las estrellas, Maria Mitchell (1818-1889).

María Mitchell: la primera astrónoma estadounidense.

Maria Mitchell, la profesora de astronomía que con 14 años guiaba a los barcos balleneros.

Inge Lehmann

(Dinamarca, 1988-1993)

 Inge Lehmann

Lehman fue la primera sismóloga en afirmar que el núcleo terrestre se divide en una parte sólida y otra líquida. Sus estudios sobre el núcleo de la Tierra, llamados “discontinuidad de Lehmann”, se publicaron en un documento conocido como ‘P’ y también demostraron que la Tierra no es una esfera compacta e inactiva, como se creía hasta ese momento. Utilizó los terremotos para confirmar su teoría.

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Fotografía de  Inge Lehmann

Lehmann nació el 13 de mayo de 1888 en Osterbro, un distrito de la capital danesa Copenhague, hija del psicólogo experimental Alfred Georg Ludvig Lehmann (1858-1921).

Lehmann asistió a una escuela pedagógica progresista dirigida por Hanna Adler, una tía de Niels Bohr. Era un lugar donde niños y niñas estudiaban y aprendían los mismos temas.56 Según Lehmann, su padre y Adler fueron las dos influencias más importantes en su desarrollo intelectual. Después de terminar la escuela, estudió, con algunas interrupciones debido a su mal estado de salud, matemáticas en Copenhague y Cambridge. Después de algunos años de trabajar en el campo de los seguros se convirtió en asistente geodésica de Niels Erik Nørlund, quien le asignó la tarea de creación de observatorios sismológicos en Dinamarca y Groenlandia. Su temprano interés en la sismología se remonta a este período. En su vida adulta, creció con el campo de la sismología, convirtiéndose en una pionera entre los científicos.78

En 1920 obtuvo el título en matemática después de 12 años de estudios de pregrado y postgrado en la Universidad de Copenhague y de Cambridge. También estudió en Alemania, Francia, Bélgica y Países Bajos.

Lehmann empezó la carrera de sismología en 1925 y con ayuda de N.E. Norlund estudió redes sísmicas en Dinamarca y en Groenlandia. En 1928, fue nombrada primera jefa del departamento de sismología del recién creado «Real Instituto Geodésico danés», un cargo que mantuvo durante 25 años.

En 1928 aprobó el examen para aceptar su posición como geodésica de estado y jefe del departamento de sismología del Instituto Geodésico de Dinamarca, dirigido por Nørlund.

Fue la primera persona en postular que el núcleo interno de la Tierra está dividido en dos partes: una esfera interna sólida y una capa de consistencia líquida que envuelve a la anterior. La diferencia entre las dos partes del núcleo se había puesto de manifiesto por la distinta velocidad de las ondas P durante los movimientos sísmicos al reflejarse en dicha parte sólida. Otros sismólogos que habían estudiado este fenómeno, como Beno Gutenberg, Charles Richter y Harold Jeffreys llegaron posteriormente a aceptar y seguir el hallazgo de Lehmann. En términos sencillos, la existencia de una parte sólida en el interior del núcleo líquido se manifiesta en el hecho de que las ondas P (ondas primarias en el registro sismológico) sufren una desviación y cambio de velocidad (se aceleran) al atravesar hacia el interior la discontinuidad que separa las dos partes del núcleo. A dicha discontinuidad se le ha llamado discontinuidad de Bellon, de Wiechert-Lehmann-Jeffrys o discontinuidad de Lehmann, en su honor, aunque generalmente se hace referencia a la discontinuidad de Lehmann a la que existe a unos 190-220 km de profundidad en el manto, que también fue descubierta por Lehmann.

En 1936 publicó el documento que selló su lugar en la historia de la geofísica. Conocido simplemente como «P'» (P-prima),3 contenía la descripción de una nueva discontinuidad sísmica en la estructura de la Tierra, que ahora se conoce como la discontinuidad de Lehmann, que separa el núcleo externo del núcleo interno.

En 1971, ganó la Medalla William Bowie, la máxima distinción de la Unión Geofísica Americana por sus descubrimientos fundamentales en el campo de la geofísica, entre otras distinciones, siendo la primera mujer en recibir dicho galardón.





Fuentes consultadas:

https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/mujeres-cientificas-aula/

https://es.wikipedia.org/wiki/Inge_Lehmann

Jane Goodall

(Inglaterra, 1934)

Jane Goodall

Jane Goodall nació el 3 de abril de 1934 en Londres en el seno de una familia de clase media, criándose en la posguerra en la casa familiar de Bournemouth, en el sur de Inglaterra.

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Fotografía de  Jane Goodall

Jane Goodall nació el 3 de abril de 1934 en Londres en el seno de una familia de clase media, criándose en la posguerra en la casa familiar de Bournemouth, en el sur de Inglaterra. Allí vivió su infancia y juventud, rodeada de animales y soñando con escribir sobre los animales en África. A los 23 años comenzó a hacer realidad su sueño viajando a Kenia, donde trabajó con el famoso antropólogo Louis Leakey, hasta que éste la envió en 1960 a Gombe, Tanzania, con la arriesgada misión de investigar por primera vez a los chimpancés salvajes de la zona. Con la sola compañía de su madre y un cocinero, plantó su tienda en la selva y comenzó su proyecto de investigación que duraría en teoría 6 meses, y que continúa en el presente tras aproximadamente 60 años.


Los resultados de sus exhaustivas investigaciones de campo revolucionaron a la comunidad científica y fascinaron al mundo entero a través de los documentales de National Geographic, entre otros. Su perseverancia, intuición, empatía y capacidad de observación permitieron echar luz en el hasta entonces desconocido mundo de los chimpancés, revelando su conducta instrumental, estructura social, forrajeo, caza, guerra entre grupos, altruismo, dominancia, canibalismo, crianza y adopción, entre muchos otros aspectos. Su extenso trabajo, proseguido por investigadores del Instituto Jane Goodall, cumple 58 años y constituye una de las investigaciones de campo más prolongadas sobre animales en libertad.


Con más de 26 libros en su haber), innumerables artículos científicos y más de 20 producciones para cine o televisión, sin contar las miles de entrevistas o artículos sobre ella, su trabajo ha sido fundamental no sólo para difundir conocimientos sobre los chimpancés y otras especies, sino también para generar empatía y afianzar su protección y la de sus ecosistemas, además de invitarnos a reflexionar sobre nuestra propia especie y promover un estilo de vida más sostenible en nuestras sociedades. Ha sido considerada una de las mujeres científicas de mayor impacto en el siglo XX. 

Jane Goodall es Doctora en Etología por la Universidad de Cambridge y  Doctora honoris causa por más de 45 universidades del mundo, incluyendo dos instituciones españolas. Ha sido distinguida con más de 100 premios internacionales, incluido el Premio Príncipe de Asturias de Investigación en 2003 en España, el Premio Internacional Cataluña 2015, la Legión de Honor de la República de Francia, y el título de Dama del Imperio Británico. Del mismo modo, fue galardonada con la medalla Hubbard del National Geographic Society, el prestigioso Kyoto Prize en Japón, la medalla Benjamin Franklin en Ciencias de la Vida, el premio Gandhi/King por la No Violencia, y la Medalla de Oro UNESCO. En abril de 2002, el Secretario General Kofi Annan nombró a la Dra. Goodall como “Mensajera de la Paz” de Naciones Unidas, y fue confirmada en su misión en 2007 por el Secretario General Ban Ki-moon. En 2009 fue nombrada como patrocinadora oficial del Año del Gorila, por la ONU. En 2012 volvió a participar de la ceremonia en la sede de la ONU en Nueva York. En 2020 recibió el Premio Tang de Desarrollo Sostenible y también el Premio Artemio Precioso, otorgado por Greenpeace España por su activismo ambiental.  





Fuentes consultadas:

https://janegoodall.es/es/biografia.html

Sylvia de Neymet Urbina

(México, 1939-2003)

Sylvia de Neymet Urbina

Matemática. Primera mujer en obtener el doctorado en Mátemáticas en México y primera mujer contratada como profesora de tiempo completo en la Facultad de Ciencias de la UNAM.

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Fotografía de Sylvia de Neymet Urbina

Sylvia proviene de una estirpe de mujeres singulares de principio del siglo pasado: mujeres cultas, mujeres trabajadoras, mujeres artistas: su madre fue maestra normalista y escultora (estudió en la Esmeralda); su abuela paterna fue profesora en el Colegio de las Vizcaínas.

Su papá era ingeniero civil. Para llegar a su primer trabajo tomaba, todos los días, el mismo tren en el Zócalo que llevaba a la joven maestra a Santiaguito para dar clases. Durante esos largos trayectos se conocieron y se enamoraron. La pareja de recién casados se mudó a Mixcoac, donde nacieron Sylvia y sus hermanos.

Cuando Sylvia estaba en primaria, su mamá intentó ayudarle con la tarea, para resolver un problema típico de aritmética: “si 15 manzanas cuestan 7 pesos, ¿cuánto cuestan 23 manzanas?”; su mamá le pregunta “a ver, dime, ¿es más o menos?”.

Asombrada, Sylvia preguntó a su vez: “¿Cómo?”

- ¿Cuestan más o menos? - volvió a preguntar su mamá.

Exasperada, Sylvia le dijo: “Mamá, en la escuela nos piden resultados EXACTOS, ¡no más o menos!”. 

Su madre reflexionó que en su labor docente no había discutido razonamientos, que sólo había enseñado procedimientos sin ton ni son y, pacientemente, volvió a formular la pregunta a su hija, conduciendo la discusión.



Desde joven Sylvia mostró fortaleza y una gran habilidad para las matemáticas en la secundaria y la preparatoria en la Universidad Femenina: su maestra de trigonometría, y quien le mostró el placer de razonar, Manuela Garín, recordaba que Sylvia platicaba con ella después de clases, y sus participaciones dejaban en claro “la profundidad de su pensamiento, sus preguntas eran precisas e interesantes”. 

En la preparatoria se distinguía de sus compañeras; mientras la mayoría de las alumnas acudían “mientras se casan”, ella se entusiasmaba cada vez más con las matemáticas, gracias a las enseñanzas de la extraordinaria profesora Ma. Teresa Sánchez de Padilla (que también daba clases en la Escuela Nacional Preparatoria). La Universidad Femenina era un centro de desarrollo intelectual donde las jóvenes escuchaban las ideas más actuales de la época sobre el arte, la ciencia y la cultura de boca de los creadores; allí Sylvia conoció a su gran amiga Alejandra Jaidar.

Sylvia de Neymet fue pionera en el área de Matemáticas en muchos sentidos. En 1955 ingresó a la Facultad de Ciencias de la UNAM, inaugurada apenas dos años atrás. 

A los 19 años de edad, en el cuarto año de su carrera, el director de la Facultad le propuso dar clases en preparatoria, propuesta que aceptó considerando que era una gran oportunidad. Ese mismo día la enviaron a dar clases de geometría analítica a alumnos de la Prepa 3, en el turno nocturno; quienes acababan de correr, mediante una huelga, a su antecesor.

Lo primero que recibió de su grupo fue un reclamo, porque camino al salón de clase intercambió el aula, situada en la planta baja, con la de otro profesor, ubicada en el primer piso, pues él tenía problemas para caminar. 

Casi todos sus alumnos eran mayores que ella, y Neymet usaba atuendos muy serios y formales para impartir clases. Ese año de 1958 fue de gran agitación social, con muchas huelgas, entre ellas una estudiantil, por el alza del pasaje. Sus alumnos, que habían organizado brigadas de propaganda, la invitaron a una de las manifestaciones, prometiendo cuidarla durante toda la marcha. Al final del curso, le pidieron que fuera su profesora el siguiente año, para la materia de Cálculo. Pero no pudo aceptar, pues había obtenido una beca para estudiar en el extranjero. Sus alumnos la despidieron con mariachi.

Antes de partir ya había terminado su tesis, sobre Ecuaciones Diferenciales. Becada por el gobierno francés, estudio dos años en el Instituto Henri Poincaré de la Sorbona, donde tomó cursos de Topología diferencial (rama de las matemáticas que estaba naciendo), Topología Algebraica y Categorías. 

En su viaje de regreso hizo escala en Estados Unidos, lo que aprovechó para visitar a su profesor en la Universidad de Princeton. Durante su corta estancia en esa institución exclusiva para hombres, ella no se intimidó y participó en varias reuniones, donde conoció a eminentes figuras del ámbito académico de ese entonces. 

Ya en México, en abril de 1961, presentó el examen y defensa de su tesis, para obtener la licenciatura en Matemáticas. En ese mismo año, comenzó a dar clases como maestra por horas en la Facultad de Ciencias. La planta de investigadores del Instituto de Matemáticas constaba de 15 integrantes, de los cuales solamente dos eran mujeres: la matemática Sylvia de Neymet Urbina, a cargo del área de Ecuaciones Diferenciales, y la M. en C. María Guadalupe Lomelí Cerezo, encargada de Estadística y Probabilidad.

Sylvia formó parte de la primera generación de estudiantes de maestría del recién fundado Cinvestav del IPN. A la par, impartió clases de Álgebra Homológica y Análisis Matemático en la Escuela de Físico-Matemáticas del IPN, a la primera generación (que cursaba ya el cuarto año de carrera).

También fue la primera alumna de doctorado de su profesor Samuel Gitler, que había regresado de Princeton. En 1966 fue la primera mujer mexicana doctorada en matemáticas en México y la segunda persona en obtener ese grado en el Cinvestav. Para ese entonces, ya se había casado y tenía dos hijas. Poco tiempo después nació su tercer hijo.

Fue la primera mujer contratada como profesora de tiempo completo en la Facultad de Ciencias de la UNAM en 1966; con lo que Neymet se incorporó como una de las tres personas que formaban el cuerpo docente de tiempo completo, el resto eran profesores por horas.

En un ambiente de constantes debates y discusiones, como el de la Facultad de Ciencias, era fácil resolver los problemas con ella, debido a su sentido común y su sensibilidad para equilibrar las opiniones, sin atarse a posturas ideológicas.

Dedicó la mayor parte de su vida a la docencia; también asumió cargos académico administrativos en la Facultad, como la coordinación de posgrado, y fue miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Matemática Mexicana. En sus últimos años dedicó gran parte de su tiempo a editar las notas de sus cursos de topología y a redactar un libro sobre acciones de grupos. 

Después de una cirugía de corazón quedó muy debilitada, y no pudo resistir una segunda operación. Poco antes de concluir los trámites de su jubilación, falleció el 13 de enero de 2003. Recordada por su gentileza, alegría y entusiasmo, que lo mismo domaba a fieros alumnos y profesores, dedicada y brillante profesora, excelente investigadora, fue una de las pioneras que abrió el camino a más mujeres en las Matemáticas.





Fuentes consultadas:

Tejiendo destellos: Imágenes de la vida de Sylvia de Neymet.

Sylvia de Neymet Urbina: una mujer práctica.

Ecos del pasado… luces del presente. Nuestras primeras matemáticas.

Helen Greiner

(Reino Unido, 1967)

 Helen Greiner

Ingeniera Mecánica experta en Robótica e Inteligencia Artificial. Cofundadora de iRobot, empresa de robots no bélicos y de uso doméstico. Es la creadora del Robot Aspirador Roomba.

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Fotografía de  Helen Greiner

Helen Greiner nació en Londres el 6 de diciembre de 1967. Su padre llegó a Inglaterra como refugiado de Hungría y conoció a su esposa, la madre de Helen, en la Universidad de Londres. Cuando Helen tenía cinco años, su familia se mudó a Southampton, Nueva York, en Estados Unidos.

Desde pequeña fue una entusiasta de la ciencia. Recuerda que su hermano mayor tenía autos de control remoto y equipos electrónicos, que ella le tomaba “prestados”. Cuando su familia adquirió una de las primeras computadoras personales (PC), una TRS-80 de Radio Shack, Helen la reclamó como propia. Pasó mucho tiempo jugando en la computadora, y pronto la usó para controlar los movimientos de algunos de los juguetes confiscados a su hermano.

A la edad de diez años, Greiner fue a ver la popular película Star Wars. Y R2-D2, uno de los androides parlantes de la película, la inspiró a trabajar con robots, porque tenía un carácter, una personalidad, una agenda para salvar el universo; era algo más que una máquina. Ella se propuso crear su propio R2D2. Desde entonces la construcción de cosas que son más que máquinas ha estado en su cabeza, y es lo que ha guiado su trayectoria.

Estudió en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés), una de las mejores universidades de ciencia y tecnología del mundo. Mientras estaba en el MIT, se concentró en la robótica y la inteligencia artificial (IA), que es la tecnología informática que permite a los robots reaccionar ante situaciones y les da cierta capacidad de tomar decisiones. Greiner trabajó en el Laboratorio de Inteligencia Artificial del MIT, dirigido por Rodney Brooks, quien más tarde se convirtió en su socio de negocios.

Antes de graduarse en 1989 en Ingeniería Mecánica, Greiner realizó una pasantía en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en Pasadena, California. Su trabajo consistía en colaborar en el diseño de robots que hicieran reparaciones en el espacio; específicamente, logró un robot espacial que pudiera agarrar objetos más fácilmente. Los diseños se convirtieron en parte de su tesis de maestría.

En 1990, después de obtener un título de posgrado en Informática (también por el MIT), Greiner regresó a California para trabajar en California Cybernetics, una empresa que fabricaba robots que ayudaban en la fabricación de automóviles. Menos de un año después, regresó a la Costa Este para formar su propia compañía de robots.

Helen Greiner confundó iRobot, una empresa de robótica radicada en Bedford, Massachusetts, que provee robots al mercado de consumo. Entre sus muchos productos, desarrolló el PackBot, un pequeño robot móvil que puede explorar situaciones peligrosas, y el iRobot Roomba, un robot aspirador diseñado para uso doméstico, del que Greiner fue codiseñadora. 

Después se enfocó en los drones o robots voladores, porque tienen mayor potencial: evaden las limitaciones que hay en el suelo, y puede irse más lejos en su diseño y construcción. Aunque reconoce que el uso que se les de es un reto, que debe afrontarse con inteligencia.

La tecnología no puede detenerse, afirma. Desde hace muchos años hay robots en las fábricas, pueden hacer cosas con más precisión y rapidez que los humanos. Ella espera un cambio en el contrato social y en la manera de organizar las jornadas laborales, que podrían ser de cuatro o incluso de tres días, con lo que la gente podría pasar más tiempo de calidad con sus familias.

También predice que, dentro de pocos años, cada familia de Estados Unidos podrá tener un robot que realice muchas de las labores domésticas de limpieza; además de aquellos que pueden auxiliar a las personas con discapacidad. Enfática señala: el futuro no está en las novelas de ciencia ficción; el futuro ya está aquí.

Greiner fue elegida miembro de la Academia Nacional de Ingeniería en 2013 por su liderazgo en el diseño, desarrollo y aplicación de robots prácticos.

Actualmente es directora de tecnología de CyPhyWorks, una empresa reciente especializada en pequeños aviones no tripulados multi-rotor para los mercados de consumo, comerciales y militares.





Fuentes consultadas:

´Quiero ver al mundo lleno de robots’.

Helen Greiner Biography

Esperanza Martínez Romero

(México, 1957)

Esperanza Martínez Romero

La Dra. María Esperanza Martínez Romero estudió la licenciatura, maestría y doctorado en Investigación Biomédica en la UNAM. Realizó un posdoctorado en Francia en el INRA (Instituto Nacional de Investigación Agronómica) de Toulouse y estancias sabáticas en la Universidad de California. Es investigadora titular del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM en Cuernavaca con el nivel 3 del SNI. Funge como coordinadora de la Licenciatura en Ciencias Genómicas de la UNAM, que se imparte en Cuernavaca.

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Fotografía de Esperanza Martínez Romero

Durante su carrera se ha enfocado en el estudio de la relación entre las bacterias benéficas y la salud de las plantas. "Mis trabajos sobre las simbiosis de plantas pueden promover el interés de los agricultores para la adopción de prácticas sostenibles y el uso de biofertilizantes", dijo la científica mexicana a CNN.

En 2020, Martínez Romero fue reconocida con el Premio Internacional L’Oréal-UNESCO “La Mujer y la Ciencia”, por su trabajo en el uso de bacterias respetuosas con el medio ambiente para favorecer el crecimiento de las plantas en ambientes con nitrógeno limitado. Como resultado de su investigación, está el aumento de la productividad agrícola que contribuye a la seguridad alimentaria, al mismo tiempo que reduce el uso de fertilizantes sintéticos, lo que ayuda a proteger al medio ambiente y a la diversidad.

"La fijación de nitrógeno es clave para el desarrollo de una agricultura sustentable y beneficia a los agricultores de México y de todo el mundo. Algunas de las especies que he descrito ahora se usan como inoculantes en la agricultura, lo que reduce el uso de fertilizantes químicos y permite a los agricultores ahorrar costos", dijo Martínez Romero a CNN.

La científica mexicana publicó un manual sobre sobre biofertilización para agricultores y ha impartido conferencias y talleres a agricultores, y emprendido programas de reforestación utilizando leguminosas fijadoras de nitrógeno inoculadas con las especies de rizobios que descubrió en 1991.

Actualmente, Martínez Romero se encuentra estudiando los microbios de animales como la tortuga de Tamaulipas, conejos en peligro de extinción y varios insectos nativos de México, como la cochinilla carmín y la cochinilla de cera de Chiapas. "La elección de especies locales para el estudio es muy recomendable para obtener nuevos resultados importantes relevantes para la comunidad local", explicó.

Sobre el papel de las mujeres en la ciencia, Martínez Romero alienta a las mujeres a explorar el camino de las ciencias. "Si alguna niña o joven tiene interés en conocer respuestas a sus preguntas, la ciencia es un camino que debería de explorar, buscando posibilidades y oportunidades que muchas veces no son evidentes", dijo la científica a CNN.





Fuentes consultadas:

https://www.ccg.unam.mx/maria-esperanza-martinez-romero/

https://cnnespanol.cnn.com/2022/02/11/cinco-mujeres-mexicanas-que-dedican-su-vida-a-la-ciencia-orix/

Andrea Guzmán Mesa

(Colombia, 1994)

 Andrea Guzmán Mesa

Andrea Guzmán Mesa nació en Bogotá, Colombia, estudió matemáticas en su país y actualmente cursa un doctorado en la Universidad de Bern, en Suiza, con el que investiga la "intersección entre las atmósferas de los exoplanetas, los interiores de los planetas y el aprendizaje automático", según su página web.

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Fotografía de  Andrea Guzmán Mesa

Desde 2018 hace parte del Centro para el Espacio y la Habitabilidad (CSH) de la Universidad de Bern, y también recibió una beca de la Unión Europea para hacer una maestría en Astrofísica. Guzmán Mesa habla español, inglés, italiano y portugués.

Actualmente es miembro de la Sociedad Suiza para la Astronomía y Astrofísica SSAA y recibió el Premio MERAC patrocinado por la Fundación MERAC, una fundación sin fines de lucro en Suiza que reconoce, alienta y promueve la investigación y la movilidad de los jóvenes Astrofísicos y Cosmólogos en Europa.

También hace parte del Centro de Competencia Nacional en investigación PlanetS, que reúne investigadores de universidades suizas que trabajan en Ciencias planetarias, y de los cuales dos de sus miembros recibieron en el 2019 el Premio Nobel de Física por su trabajo en Exoplanetas, según información de la Cancillería de Colombia.

Según ella, las ciencias exactas, en especial la astronomía, "se ha construido alrededor de un estereotipo muy marcado de género", por lo que se ha limitado el rol de las mujeres en la educación de este campo, e investigaciones propias, o cargos directivos.

"Existe entonces un rezago histórico", dijo Guzmán Mesa a CNN en un correo electrónico. "Existe aún hoy en día una importante brecha de género, la cual a pesar de que se ha avanzado en ese frente, está lejos de cerrarse".

La científica le dijo a CNN que tuvo la "fortuna" de tener una mentora que fue su modelo a seguir, lo que le facilitó encontrar un camino en su carrera. Y agrega que la baja participación de mujeres en el campo de la ciencia se debe a la "poca visibilización que se les ha dado a las científicas, todas ellas potenciales modelos a seguir, y del desconocimiento de estas por parte de la sociedad, en especial de niñas y jóvenes".

"¡No nos convertimos en lo que no vemos!", dijo Guzmán Mesa. Según dijo, no se trata de que no hayan habido mujeres en la ciencia a lo largo de los años, sino porque los aportes de ellas "fueron sistemáticamente negados por la comunidad científica y la sociedad, y debieron vivir a la sombra de sus homólogos hombres".

"Esto está mejorando pero queda mucho por hacer", aseguró.

Finalmente, dice que la ciencia debe representar "la diversidad que como humanidad tenemos" y por eso no solamente deben hacer parte de ella mujeres, sino también tener representación de género, culturas, razas, nacionalidades.

"No hacernos partícipes de algo que es transversal a todos nosotros como es la ciencia, es perder básicamente la mitad del talento y conocimiento humano", asevera, diciendo que "al tener una mirada incluyente y diversa... podremos sacar adelante muchas de las problemáticas que nos aquejan".





Fuentes consultadas:

https://cnnespanol.cnn.com/2022/02/10/mujeres-cientificas-colombia-destacadas-ciencia-tecnologia-orix/

https://www.infobae.com/america/colombia/2021/01/02/andrea-guzman-la-colombiana-que-paso-de-sonar-con-los-astros-en-su-colegio-publico-a-ser-cientifica-investigadora-de-exoplanetas/

Tessy María López Goerne

(México, 1961)

Tessy María López Goerne

Físicoquímica especialista en nanotecnología, pionera en el uso de nanopartículas para aplicaciones médicas. Entre sus principales aportes se cuentan nanocatalizadores capaces de eliminar tumores cancerígenos y una nanopartícula que permite cerrar las heridas provocadas por el pie diabético.

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Fotografía de Tessy María López Goerne

Tessy María López Goerne nació el 22 de octubre de 1961 en la ciudad de Guanajuato. Debido a la condición de salud de su mamá, los primeros años de Tessy transcurrieron en casa de su abuela, donde aprendió a leer y escribir cuando tenía cinco años de edad. 

Desde niña se interesó en la ciencia influida por la profesión de su padre como Ingeniero Químico, quien trabajaba en la Facultad de Química de la Universidad de Guanajuato y desde muy pequeña la llevaba casi todos los días a la universidad. Su papá era tecnólogo, especialista en ciencia de los materiales. Recuerda que los sábados ella y sus hermanos lo acompañaban al laboratorio universitario, donde Tessy cargaba los ligeros materiales aislantes de temperatura, que desarrollaban para usarlos en los frigoríficos industriales.

Estudió la primaria y la secundaria en un colegio de monjas, que no contaba con el nivel de bachillerato, por lo que prosiguió sus estudios en la Preparatoria de la Universidad de Guanajuato, de la cual egresó en 1979, a los 17 años de edad, como Técnica Laboratorista. Por un breve periodo comenzó a trabajar formalmente en el laboratorio del Centro de Química Inorgánica, bajo las órdenes de su papá y orgullosa de ser parte de la Universidad de Guanajuato.

Al momento de elegir una carrera no tuvo dudas, estudiaría Química. Esta decisión puso en choque a su madre, de pensamiento chapado a la antigua. Su padre la impulsó a seguir una carrera científica, aunque esta fuera considerada como un campo reservado para los hombres. También la animó a que estudiara fuera de Guanajuato, pues su ambiente tradicionalista resultaba “muy chico” para ella. 

Así, se trasladó a la Ciudad de México, donde ingresó en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) para estudiar Fisicoquímica. Recuerda que en el aula había 98 alumnos y solamente eran dos estudiantes mujeres. Uno de sus profesores les dijo a ambas que estaban ahí porque buscaban casarse y él iba a hacer que abandonaran la carrera muy pronto. Ese profesor fue despedido ya que Tessy presentó una queja por escrito, luego que su padre le aconsejó que se defendiera, pues ella era más que capaz para seguir esa carrera y era indebido el maltrato que había sufrido.

Concluyó su licenciatura en 1983, se graduó de la Maestría en Ciencias (con especialidad en Estado Sólido) en 1986 y obtuvo su Doctorado en Ciencia de Materiales en 1989 en la Universidad Autónoma Metropolitana plantel Iztapalapa (UAM-I). En 1990 realizó un posdoctorado en nanotecnología de materiales y una especialidad en nanotecnología y nanomedicina. 

El proyecto de su tesis de doctorado fue el método SOL-GEL, que consiste en una solución química (SOL) para formar un gel (GEL) que, al secarse, da lugar al material nanoestructurado. Para desarrollarlo sostenía pláticas telefónicas con especialistas de varios países, pues no contaba con un asesor formal dentro de su universidad, debido principalmente a los estereotipos machistas con los que se enfrentaba desde finales de su maestría. Muchos sostenían que las mujeres apenas pensaban y solo podían dedicarse a cosas sencillas, y les resultaba inconcebible que Tessy pudiera ser esposa y madre, a la vez que tener una carrera como académica y científica.

Desde 1982 López Goerne se desempeña como profesora investigadora en su alma máter, adscrita a la unidad Xochimilco (UAM-X). En un principio, la investigadora desarrolló nanopartículas metálicas que funcionan como catalizadores aplicados en la petroquímica para el tratamiento de aguas residuales, así como en la descontaminación atmosférica.

Inspirada en la trama de la película de ciencia ficción “Viaje insólito”, desde 1991 Tessy López comenzó a imaginar la posibilidad de hacer viajar pequeñas partículas por el interior del cuerpo humano. Subraya esto, pues recién empezaban a cobrar importancia las investigaciones en el campo de la nanotecnología en diversos países. 

A los 36 años de edad le diagnosticaron cáncer por primera vez, y a los 41 años le detectaron una neoplasia endócrina múltiple, por lo cual, a lo largo de los años han tenido que extirparle varios órganos y glándulas. Como ella misma reveló en un programa televisivo: “Vivo de pastillas, para que sustituyan la labor de los órganos que me han quitado”. Tessy López prosiguió con su carrera científica; sin embargo, su cónyuge consideró que la carga de la enfermedad lo sobrepasaba y le pidió el divorcio.

Luego de esa ruptura hubo disputas por el laboratorio montado con recursos otorgados por el CONACYT a ambos investigadores, por lo que la Dra. López decidió tomar un nuevo rumbo. En 2001, cuando fue invitada a incorporarse al Instituto de Neurología y Neurocirugía (INN) - gracias a un convenio entre las dos instituciones- decidió llevar su innovación, ya usada en la petroquímica, a la medicina.

El motor de su interés por la investigación médica han sido su padre (que falleció de cáncer de pulmón cuando Tessy estaba a la mitad de la licenciatura) y su madre, que a los 30 años de edad quedó ciega a consecuencia de un tumor cerebral.  Tras la muerte de su hermana (cuatro años menor que ella) a causa de la diabetes infantil, y luego de ver el deterioro ocasionado por esa enfermedad, tuvo un objetivo de vida: mejorar las condiciones de las y los pacientes.

Tenía la encomienda de fundar un laboratorio, objetivo que logró en 2005, al entrar en funciones el Laboratorio de Investigación en Nanotecnología y Nanomedicina, mismo que actualmente dirige, y donde empezó a desarrollar nanopartículas para aplicaciones médicas. Las nanopartículas son moléculas microscópicas diseñadas para un fin específico; “es como construir una misma las piezas de un gran rompecabezas”, explica.

“A mí me gustan los retos, me gusta la adrenalina, entonces empecé a trabajar y de repente me di cuenta que ya era un laboratorio bastante grande, con mucha gente que quería aprender de nanomedicina", recuerda. Llevar a cabo su trabajo como profesora-investigadora de la UAM en las instalaciones del INN favoreció la interacción entre personal científico y médico desde el inicio del proceso.

Al principio sus investigaciones y aplicaciones se enfocaron en el sistema nervioso central; trabajaban en enfermedades como la epilepsia y el Parkinson con un dispositivo de liberación controlada implantado quirúrgicamente en el cuerpo de la persona bajo tratamiento.

Su siguiente objetivo fue el cáncer. Utilizó el mismo dispositivo para liberar metrotexato, un anti cancerígeno muy utilizado en el sector salud. Los resultados no fueron satisfactorios, pues el medicamento no actuaba solamente en las células malignas. Reflexionó en el siguiente paso a seguir: “tengo 25 años haciendo catalizadores, puedo hacer un catalizador biológico que sea totalmente selectivo”.

La Dra. López buscó entre muchos materiales alguno que sea biocompatible y no tóxico para el cuerpo humano que, además, fuera capaz de atravesar la barrera que protege al cerebro de la entrada de “agentes ajenos” y luego cruzar la barrera celular de las células cancerosas.

Así llegó a las nanopartículas de Platino (Pt) soportadas en Titania (TiO2), (abreviado como Pt/TiO2), las cuales, a diferencia del resto de los medicamentos que contienen Pt, solamente contienen 1% de dicho metal, lo que evita que sea agresivo para el cuerpo humano.

Con el método SOL-GEL pudo “disfrazar” las nanopartículas de platino con un neurotransmisor llamado GABA. Así, al insertar las nanopartículas en el cuerpo, las células les abren paso a través de su pared celular “creyendo” que son parte del mismo organismo.

Fue la primera persona en México y el mundo en llevar a cabo una investigación que explorara el uso de nanopartículas metálicas que ha sido aplicada en personas con cáncer con resultados positivos. Estas innovaciones sentaron las bases para la denominada Nanomedicina Catalítica, en la que López Goerne es pionera. 

Su pasión por las nanopartículas llevó a esta investigadora mexicana a desarrollar un gel que sana las heridas en el pie diabético antes de que se infecten y este deba amputarse; tal vez este sea el invento más trascendente de su carrera. 

Su historia resulta aún más extraordinaria debido a que, en 2010, Tessy López Goerne sufrió un infarto cerebral que la mantuvo tres semanas en coma. Como consecuencia de ese episodio, tiene parálisis en la mitad del cuerpo, pero eso no la ha detenido en lo absoluto. Continúa trabajando en su casa, a donde acude el personal del laboratorio, así como alumnas, alumnos y profesores de la UAM. 

En especial, se dirige a las estudiantes para que sigan sus sueños y los defiendan, pues aún hay obstáculos para ellas por ser mujeres. Además, el equipo de su laboratorio está conformado en su mayoría por mujeres, pues López Goener considera que ellas tienen mayor disposición para dedicarse a múltiples tareas.

La Dra. Tessy López Goerne afirma que el mundo Nano es la medicina del siglo XXI y por ello deben continuar las innovaciones, pues a medida que avanza la biotecnología los retos son mayores. Ella continúa trabajando junto con su equipo para desarrollar tratamientos que curen enfermedades pulmonares como el enfisema pulmonar, la EPOC, la fibrosis pulmonar y el cáncer de pulmón. Su objetivo es lograr tratamientos que estén al alcance de toda la gente, sin importar su nivel socioeconómico.

Autora de varios libros y de más de 200 artículos de investigación científica publicados, la Dra. López Goerne ha recibido muchos premios a lo largo de su carrera, como los otorgados por la Academia Weizmann de Israel, la UNESCO, la OEA, la Academia Mexicana de Ciencias; así como la medalla Miguel Hidalgo y Costilla, además de ser profesora investigadora nivel 3 del Sistema Nacional de Investigadores en el área de Ingeniería y Ciencias Aplicadas y profesora Investigadora Distinguida, de la Universidad de Tulane en Nueva Orleans, Estados Unidos.

Por sus investigaciones para la cura del pie diabético mediante el uso de la nanotecnología, en noviembre de 2015 fue galardonada con el Premio TWAS en el área de Química. La Academia Mundial de Ciencias concede este premio a miembros de la comunidad científica de países en desarrollo que destacan por sus contribuciones a lo largo de su carrera. 

Asimismo, en 2016 estuvo ubicada entre las personas candidatas a recibir el Premio Nobel de Química, debido a la relevancia de sus aportes científicos y por su papel de pionera en el uso de nanopartículas de aplicación médica; lo que la convierte en la primera mujer mexicana en ser considerada para recibir esa distinción.

El gel para el pie diabético ya es aplicado en el Hospital General de México y el Hospital Nacional de la Diabetes, ubicados en la CDMX, pero su creadora sigue trabajando para que muy pronto esté disponible para todas las personas que lo necesiten.





Fuentes consultadas:

Tessy María López Goerne, pionera de la nanotecnología.

Tessy María López Goerne.

¿A quién le importan las científicas?

Conversando con Cristina Pacheco - Tessy López.

En Corto - Tessy López.

Entrevista con la doctora Tessy López 08/03/19.

Ángela Alessio Robles Cuevas

(México, 1917 aprox. - 2004)

 Ángela Alessio Robles Cuevas

Ingeniera Civil, cuarta mujer en graduarse como ingeniera en México. Experta en Planeación Urbana, es considerada la primera urbanista mexicana. Durante su gestión como servidora pública de la Ciudad de México se realizaron importantes obras en el Valle de México.

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Fotografía de  Ángela Alessio Robles Cuevas

El nacimiento de Ángela se sitúa en la Ciudad de México el 30 de mayo de 2017, en plena Revolución Mexicana; quizás por eso en diversas fuentes esta fecha varía por uno o dos años.

Su padre fue el Ingeniero Militar, escritor e historiador Vito Alessio Robles (enrolado en las filas villistas e integrante de la División del Norte). Su madre fue Trinidad Cuevas Espinosa, joven yaqui a la que Alessio conoció cuando, como parte de la llamada Comisión Nacional Exploradora, fue a "pacificar" a los pueblos yaquis en el estado de Sonora. La familia inicialmente estaba asentada en Saltillo, Coahuila, y luego se trasladó a la Ciudad de México, donde su padre asumió diversos cargos públicos.

Ángela creció en un ambiente familiar liberal que era muy estricto, a la vez que afectuoso y suave, gracias al cual “a cada quien se nos dio la libertad de seguir el camino que quisiéramos, siempre y cuando lo hiciéramos bien”, recordaba. Siempre le gustó la construcción, le gustaba hacer planes y proyectos y verlos concretados. También le gustaban mucho las matemáticas y la música, que con seguridad no fue su camino.

Ángela Alessio asistió a la Escuela Nacional Preparatoria No.1, en San Ildefonso. Comenzó a estudiar la carrera de Ingeniería en 1937, que en aquel entonces se impartía en el Palacio de Minería, donde la precedieron solamente cuatro alumnas mujeres. A partir del segundo año de la carrera Ángela tuvo que trabajar, pues su familia vivía un momento difícil, ya que su padre aún era considerado un político de oposición. Así, comenzó a laborar en la Comisión Nacional de Irrigación (antecedente de la Secretaría de Recursos Hidráulicos).

Concluyó sus estudios en la Escuela Nacional de Ingenieros (hoy Facultad de Ingeniería) y se tituló en Ingeniería Civil el 7 de diciembre de 1943, con lo que se convirtió en la cuarta mujer ingeniera en México. Su tesis se tituló “Control y regulación de las corrientes del Valle de México, proyecto de los muros de retención para las presas escalonadas. Caso Milpa Alta”. 

Esa experiencia marcó su camino para adentrarse más en el estudio de la ciudad de México y los problemas de planificación y urbanismo que existían, además de los que estaban por venir ante el crecimiento de la Metrópoli.

Ese mismo interés le hizo ver que necesitaba una mayor formación académica, por lo que aceptó una beca del Departamento de Estado norteamericano y el Instituto Internacional de Nueva York, con la cual realizó estudios de posgrado en los Estados Unidos de 1945 a 1947; donde obtuvo el grado de maestría en Ciencias, Planificación y Habitación por la Universidad de Columbia, en Nueva York. 

Al regresar a México se convirtió en profesora de matemáticas en la Escuela Nacional Preparatoria y la Escuela Nacional de Música, según ella misma refiere.

La ingeniera Alessio Cuevas retornó, ya como experta en Planeación Urbana, en el preciso momento en que se ponía en marcha el Plan Regulador de la Ciudad de México, que buscaba soluciones a los problemas compartidos con el Estado de México, y prever el crecimiento y la conurbación de la capital mexicana; su participación en este proyecto propulsó su carrera. De las pioneras mexicanas en ingeniería ella es quien más se destacó en el sector público:

En 1948 ingresó al entonces Departamento del Distrito Federal, hoy gobierno de la Ciudad de México. En 1956, al ser nombrada subdirectora del departamento de obras públicas del D.F., fue la primera mujer en ocupar un cargo así en nuestro país. Más tarde fue Directora General de Planificación, Presidenta de Planificación del DF y Directora del “Plan para el Desarrollo Urbano” del D.F.

A Alessio Cuevas se le reconoce por haber dirigido con mano firme la planificación de la Ciudad de México durante muchos años. Durante su paso por la administración pública capitalina se concretó la Ley de Desarrollo Urbano y el Plano Regulador de la Ciudad de México; se construyeron grandes obras, como el Mercado de la Merced, la Torre Latinoamericana, el Autódromo Hermanos Rodríguez y el Centro Médico La Raza; así como varias calzadas y avenidas que redefinieron el trazo de la ciudad, además de múltiples unidades habitacionales para las personas trabajadoras del Estado, que era su principal línea de trabajo e investigación. En 1978 cumplió treinta años de labor constante en el Departamento del Distrito Federal.

En 1979 comenzó a trabajar en el gobierno de Nuevo León, inicialmente como asesora y después como Secretaria de Desarrollo Urbano, participó en la construcción de la Macroplaza, en Monterrey; considerada la quinta plaza más grande del mundo y emblema de la capital regiomontana. Alessio estuvo a cargo de la fase de proyecto, el establecimiento de los lineamientos generales, la implementación y la ejecución de las obras de planificación de una de las obras más grandes de mejoramiento urbano autofinanciable, por la cual recibió un diploma al mérito como funcionaria pública.

También le han sido otorgados otros reconocimientos nacionales e internacionales. Fue Mujer del Año en 1965 (Primera urbanista mexicana), después recibió en París la presea de la Legión de Honor Nacional y el Diploma de la Sociedad Británica, ambos en 1968. En los años de 1970 fue nombrada La mujer de la década en México. Fue la primera mujer en formar parte del Consejo Directivo del Colegio de Ingenieros Civiles de México (bienio 1958-1960) y presidió el Comité del Medio Ambiente en 1992. 

Falleció en la Ciudad de México el 27 de abril de 2004, próxima a cumplir los noventa años de edad.





Fuentes consultadas:

Ángela Alessio Robles, primera mujer que destacó en el sector público.

La dama de la ciudad.

Las mujeres en la ciencia y la ingeniería.

Ángela Alessio Robles.

Tuit de @MuseoPresidente.

Lise Meitner

(Cambridge, 1878 – 1968)

Lise Meitner

Lise Meitner (Viena, 7 de noviembre de 1878 - Cambridge, 27 de octubre de 1968) fue una científica austriaca que contribuyó a los descubrimientos del elemento protactinio y la fisión nuclear. Mientras trabajaba en el Instituto Kaiser Wilhelm sobre radiactividad, descubrió el isótopo radiactivo protactinio-231 en 1917. Formó parte del equipo que descubrió la fisión nuclear, un logro por el cual su amigo y colaborador Otto Hahn recibió el Premio Nobel. Albert Einstein la elogió como la "Marie Curie alemana".

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Fotografía de Lise Meitner

Completando su investigación doctoral en 1905, Meitner se convirtió en la primera mujer de la Universidad de Viena y la segunda en el mundo en obtener un doctorado en física. Pasó la mayor parte de su carrera científica en Berlín, Alemania, donde fue profesora de física y jefa de departamento en el Instituto Kaiser Wilhelm; fue la primera mujer en convertirse en profesora titular de física en Alemania. Perdió estos puestos en la década de 1930 debido a las leyes raciales de Nuremberg de la Alemania nazi, y en 1938 huyó a Suecia, donde vivió durante muchos años, convirtiéndose finalmente en ciudadana sueca.

En una carta que escribió en 1945, Lise Meitner se lamentaba: 

«Resulta trágico que, incluso personas como Laue y Otto, no comprendieran a qué suerte abandonaba su pasividad a su propio país.»

A mediados de 1938, Meitner con los químicos Otto Hahn y Fritz Strassmann del Instituto Kaiser Wilhelm descubrió que bombardear el torio con neutrones producía diferentes isótopos. Hahn y Strassmann más adelante en el año demostraron que los isótopos de bario podrían formarse por bombardeo de uranio. A finales de diciembre, Meitner y Frisch resolvieron el fenómeno de tal proceso de escisión. En su informe de la edición de febrero de Nature de 1939, le dieron el nombre de "fisión". Este principio condujo al desarrollo de la primera bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial y, posteriormente, a otras armas nucleares y reactores nucleares.


Meitner recibió muchos premios y honores al final de su vida, pero no compartió el Premio Nobel de Química de 1944 por fisión nuclear, que fue otorgado exclusivamente a su colaborador Otto Hahn desde hace mucho tiempo. Varios científicos y periodistas han calificado su exclusión de "injusta". Según el archivo del Premio Nobel, fue nominada 19 veces al Premio Nobel de Química entre 1924 y 1948, y 29 veces al Premio Nobel de Física entre 1937 y 1965. A pesar de no haber sido galardonada con el Premio Nobel, Meitner fue invitada a asistir a la Lindau Nobel Laureate Meeting en 1962. Sin embargo, Meitner recibió muchos otros honores, incluido el nombramiento del elemento químico 109 meitnerio en 1997.





Fuentes consultadas:

https://eacnur.org/blog/mujeres-cientificas-tc_alt45664n_o_pstn_o_pst/

https://es.wikipedia.org/wiki/Lise_Meitner

Mary Kenneth Keller

(Ohio, 1913 – 1985)

 Mary Kenneth Keller

Fue una religiosa católica, pionera informática estadounidense y la primera mujer doctorada en informática en Estados Unidos. Se doctoró el 7 de junio de 1965, el mismo día que también lo hizo Irving Tang, convirtiéndose ambos en las primeras personas doctoradas en informática en Estados Unidos. Fue también la primera mujer en acceder a la Universidad de Dartmouth, donde fue codesarrolladora del lenguaje de programación BASIC. Cofundadora de la asociación ASCUE para el uso de ordenadores en la educación, dedicó su vida al desarrollo de la informática y está considerada una de las madres de la tecnología.

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Fotografía de  Mary Kenneth Keller

Nació en Cleveland, Ohio, en 1913 o 1914 según fuentes. En 1932 ingresó en la congregación de las Hermanas de la Caridad de la Beata Virgen María (Sisters of Charity of the Blessed Virgin Mary) y se ordenó monja en 1940. Estudió en la Universidad DePaul en Chicago, donde se licenció en Matemáticas, recibiendo un Bachelor of Science y realizó también un Master of Science en Matemática y Física de la citada universidad.

Como estudiante pasó por la Universidad de Wisconsin-Madison, Purdue, la Universidad de Míchigan y la Universidad de Dartmouth, donde fue pionera en ser admitida. Mary Kenneth solicitó el ingreso en Dartmouth, a pesar de que en 188 años de historia de la universidad nunca se había admitido a ninguna mujer. En 1958 entró a formar parte del laboratorio de Ciencias de la Informática, reservado, hasta ese momento, exclusivamente a varones. Allí participó en el desarrollo del lenguaje de programación BASIC.

Realizó el doctorado en la Universidad de Wisconsin-Madison su tesis se tituló Inferencia inductiva de patrones generados por computadora realizada en el lenguaje de programación FORTRAN que sigue utilizándose en aplicaciones matemáticas y científicas. En un principio se consideró a Kenneth como la primera persona en obtener un doctorado en informática en Estados Unidos pero investigaciones posteriores señalaron que el mismo día del mismo año, de junio de 1965 también se doctoró Irving Tang. En todo caso es la primera mujer de Estados Unidos doctorada en Informática.

Tras terminar su doctorado, aceptó una oferta para trabajar en la Universidad Clark de Iowa, donde fundó el Departamento de Ciencias de la Informática, que dirigió durante dos décadas. También estableció un programa de maestría para aplicaciones informáticas en educación.

Keller defendía el acceso universal a la información y abogaba por el uso de los ordenadores en la educación, por ello apoyó la creación del ASCUE (Association Suporting Computer Users in Education), asociación para el uso de ordenadores en la educación.

Murió en Dubuque en 1985





Fuentes consultadas:

Mary Kenneth Keller - Wikipedia, la enciclopedia libre

https://mujeresconciencia.com/2020/12/17/mary-kenneth-keller-informatica/

Berta González Frankenberger

(México, deszconocido-2013)

Berta González Frankenberger

Ganadora del Premio L'Oréal-UNESCO a mujeres en la ciencia en 2009. Sus investigaciones principales son sobre el desarrollo del habla y procesamiento de la voz de niños neonatos y el impacto de este procesamiento en el desarrollo del hemisferio izquierdo del cerebro.

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Fotografía de Berta González Frankenberger

Ganadora del Premio L'Oréal-UNESCO a mujeres en la ciencia en 2009. Sus investigaciones principales son sobre el desarrollo del habla y procesamiento de la voz de niños neonatos y el impacto de este procesamiento en el desarrollo del hemisferio izquierdo del cerebro. Además, describió que la especialización del hemisferio izquierdo para desarrollar el lenguaje muestra poca reorganizacón neuronal en la etapa adulta y que en este hemisferio se procesa y adquiere la lengua materna mientras que una segunda lengua se procesa en el hemisferio derecho. 

González obtuvo el grado de bióloga por la Facultad de Estudios Superiores Iztacala en el año 2000, con la tesis titulada: Estudio en torno al acoplamiento entre la síntesis y la liberación del ácido gama aminobutírico (GABA) en el cerebro de la rata.

En 2008 recibió el grado de Doctora en Ciencias Biomédicas por el Instituto de Neurobiología de la UNAM con la tesis: Habituación de potenciales evocados visuales en lactantes sanos y en lactantes con leucomalacia periventricular.

Posteriormente en 2009, obtuvo el Premio L'Oréal-UNESCO a mujeres en la ciencia, con el proyecto: Desarrollo del habla y procesamiento de la voz en niños neonatos y prematuros, un proyecto que desarrolló el Centro Médico de la Universidad Sainte-Justine (Montreal, Canadá) y Centro Hospitalario Universitario de Amiens (Francia). 

En 2011 se unió a la planta de investigadores del departamento de Neurobiología de la UNAM, donde estuvo desarrollando el proyecto: Tractografía por tensor de difusión en lactantes sanos y lactantes con daño cerebral de 3 a 12 meses de edad.

De sus publicaciones destacan las siguientes: 

    Habituation of visual evoked potentials in healthy infants and in infants with periventricular leukomalacia (2008).

    Developmental patterns of expressive language hemispheric lateralization in children, adolescents and adults using functional near-infrared spectroscopy. Neuropsychologia (2015). 

    Time-frequency-topographic analysis of induced power and synchrony of EEG signals during a Go/No-Go task (2008).





Fuentes consultadas:

https://es.wikipedia.org/wiki/Berta_Gonz%C3%A1lez_Frankenberger

http://132.248.142.109/historias_noticias/2013/noticia7.html

https://www.diclab.com.mx/noticias/avisos/item/mujeres-cientificas-en-mexico-2

María del Carmen Clapp Jiménez

(México, fecha desconocida)

María del Carmen Clapp Jiménez

Es una académica e investigadora titular del Instituto de Neurobiología de la Universidad Nacional Autónoma de México, también forma parte del Sistema Nacional de Investigadores con nivel III.

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Fotografía de María del Carmen Clapp Jiménez

Es una académica e investigadora titular del Instituto de Neurobiología de la Universidad Nacional Autónoma de México, también forma parte del Sistema Nacional de Investigadores con nivel III. Su investigación está centrada en la prolactina y el efecto que esta hormona ejerce a nivel de vasos sanguíneos, como mediadora de la respuesta inflamatoria, así como sus efectos sobre el metabolismo y la supervivencia tisular.  Entre otros reconocimientos, le fue otorgado el Premio Universidad Nacional 2016, por investigación en ciencias naturales.

Realizó sus estudios de licenciatura en biología en la Universidad Metropolitana (UAM) en 1974. Posteriormente curso la maestría y doctorado en fisiología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). y en 1985, realiza una estancia para posdoctorarse en fisiología-anatomía por la Universidad de California en Berkeley.

Entre sus principales aportaciones se encuentra la demostración de que las vasoinhibinas reducen la función vascular y los mecanismos de acción molecular a través de los cuales se produce el efecto angiogénico, así como la vasorrelajación y la vasopermeabilidad en cultivos primarios de endotelio vascular y que, por lo tanto, pueden tener una mayor repercusión sobre la fisiopatología del sistema cardiovascular. Junto con su grupo de trabajo, amplió el espectro de los efectos ejercidos por la prolactina hasta entonces conocidos y que parecen tener implicaciones clínicas no sólo en procesos inflamatorios y enfermedades angiogénico-dependientes, sino también en padecimientos cardiovasculares como la cardiomiopatía del posparto, la preeclampsia, la hipertensión y la aterosclerosis.

Recientemente, demostró que la prolactina ejerce efectos neuroprotectores y antioxidantes que promueven la supervivencia y la funcionalidad de la retina neural, alteradas en la retinopatía diabética y en la degeneración macular asociada a la edad, concluyendo que el sistema prolactina/vasoinhibinas posee gran potencialidad clínica para el pronóstico, la prevención y el tratamiento de la retinopatía del prematuro, la retinopatía diabética, el edema macular diabético y la degeneración macular asociada a la edad, que constituyen las principales causas de la ceguera.

Reconocimientos:

    Premio El Mejor Estudiante de México

    Medalla Gabino Barreda

    Beca John Simon Guggenheim

    Premio de Investigación de la Academia Mexicana de Ciencias

    Reconocimiento Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos

    Premio Bienal José Santos en Oftalmología en dos ocasiones

    Premio de Investigación Médica Doctor Jorge Rosenkranz (2006) 

    Premio de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (2008) 

    Premio GEN (2008) 

    Premio Universidad Nacional, en el área de Investigación en ciencias naturales, entre otros.

    Premio Lóreal México Categoría Laureadas (2021)





Fuentes consultadas:

https://www.eleconomista.com.mx/arteseideas/El-mundo-necesita-ciencia-y-la-ciencia-mujeres-20211014-0151.html

https://dgapa.unam.mx/index.php/semblanzas-anio-pun-2015/2016/728-2016a03-clapp-jimenez-l-maria-del-carmen

https://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_del_Carmen_Clapp_Jim%C3%A9nez

Temple Grandin

(Estados Unidos, 1947)

Temple Grandin

Zoóloga, etóloga y profesora estadounidense; activista y representante del espectro autista. Defensora del bienestar animal, transformó los procedimientos en granjas, mataderos y procesadoras de carne para tener un trato más humanitario en la industria ganadera.

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Fotografía de Temple Grandin

Temple Grandin nació el 29 de agosto de 1947 en Boston, Massachussetts, en el seno de una familia acomodada. Desde los seis meses de edad mostraba rechazo a que la tocaran, lo que hizo sospechar a madre y abuelos que algo no iba bien. Con dos años le fue diagnosticado daño cerebral y cuando tenía más o menos diez años su madre intuyó que la pequeña Temple tenía autismo, luego de leer por su cuenta sobre psicología y trastornos del comportamiento. 

Su adolescencia fue difícil, ya que sufrió acoso. Según sus propias palabras “era una niña rara a la que ridiculizaba todo el mundo”. En esta etapa de su vida, parte de la terapia que recibía consistía en montar y cuidar caballos. Y fue en la adolescencia cuando Temple vivió la experiencia que marcaría su vida: pasó unas vacaciones de verano en Arizona, en el rancho ganadero de su tía. Allí se dio cuenta de que los animales, al igual que ella, tenían problemas emocionales y se dijo a si misma que debía de aprender a ayudarlos. La propia Temple señala que su forma de autismo le permite percibir el mundo a través de imágenes y símbolos, casi como lo hacen los animales. 

Su viaje a la granja también le permitió profundizar acerca de su condición de persona con autismo. Mientras observaba el comportamiento y el trato hacia las vacas, fijó su atención en un aparato usado para tranquilizar al ganado durante los controles veterinarios: era una máquina con dos placas metálicas que comprimían al animal en una especie de abrazo, lo que era eficaz para tranquilizar a la res mientras la examinaban.

Al ingresar a una escuela enfocada en la psicología infantil, sus profesores la animaron a crear su propia ‘‘máquina de abrazos’’ para calmar sus constantes ataques de ansiedad; también la ayudaba relajarse y a empatizar con otras personas. De esta forma, a los 18 años de edad Temple demostró sus grandes cualidades en ingeniería y construcción, además de explotar su capacidad de pensar en imágenes. Este proyecto lo desarrolló con la ayuda de su mentor, William Carloch, un profesor de ciencias que trabajó en la NASA que, además, la animó a llevar a cabo experimentos para demostrar la eficacia de la “caja”. Hoy en día la caja de abrazos se usa en muchas clínicas del mundo para el tratamiento de personas con espectro autista.

Decidió estudiar psicología para investigar el comportamiento animal, y egresó en 1970 del Franklin Pierce College. Se matriculó en la Universidad de Arizona para estudiar Ciencia Animal, donde se graduó en 1975 con una tesis enfocada en el bienestar del ganado en mataderos, buscando mejorar el proceso que sufrían las vacas antes de su sacrificio. El proyecto se inspiraba, en parte, en la conexión que había tenido con los animales desde pequeña; con este logró graduarse con honores y creó lo que se conoce como mataderos conscientes: se enfocaba en las áreas de las plantas procesadoras de carne que trabajan con animales vivos, con énfasis en la manipulación de ganado Sus hallazgos impulsaron una serie de mejoras críticas en toda la industria de producción de carne de EE. UU., desde cómo se recibe al ganado en el lugar hasta su organización, traslado y faenado. 

El proyecto de Grandin incluía disponer los corrales en forma de espiga y un pasillo central. En los corrales, había agua y espacio suficiente para que el ganado pudiera descansar luego del transporte en camiones. Además, se ensancharon los pasillos que dirigen a la planta y se renovaron las paredes con un diseño alto, sólido y curvo, en forma de serpentina, pensado para que el ganado avance constantemente sin distracciones. Basándose en su conocimiento de que el ganado tiende a moverse de zonas oscuras hacia la luz, instaló artefactos de iluminación para incitarlo a avanzar de un área a la otra. 

Grandin es enfática al señalar que este trabajo ha sido posible gracias a que ella, a diferencia del común de las personas, piensa en imágenes, lo que le permite un análisis visual de las condiciones desfavorables o que molestan y lastiman a los animales: fue de las primeras científicas que constató que los animales de granja (vacuno y porcino principalmente) eran muy sensibles a distracciones visuales como sombras, cadenas colgantes, luces, etc. y que los detalles ambientales hacían que los animales se comportaran diferente, se asustaran o estresaran. 

El resultado es un proceso más tranquilo y eficiente, que es mejor para los animales y, por lo tanto, más seguro para los trabajadores de las plantas, con el que logró transformar los procedimientos en granjas, mataderos y procesadoras de carne para tener un trato más humanitario en la industria ganadera.

En 1989 Temple Grandin se doctoró en Ciencia Animal en la Universidad de Illinois. A la fecha, es profesora de comportamiento animal en la Universidad Estatal de Colorado.

La capacidad de Grandin para visualizar le permite fácilmente realizar simulaciones tridimensionales en su cabeza, algo muy útil para sus trabajos de diseño. Recuerda que, en los comienzos de su carrera, tendía a pelearse con otros ingenieros porque estos no lograban ver los errores en los diseños hasta que los equipos no estaban instalados: “creía que eran tontos; ahora me doy cuenta de que no, no eran tontos, sino que carecían de capacidad de visualizar. Literalmente, no podían ver”.

Por eso, anima a las personas a aceptar la diversidad, y desarrollar y aprovechar al máximo las cualidades de todas las personas: mentes distintas, formas diferentes de pensar y ver el mundo son las que permiten transformarlo. En sus pláticas y conferencias enfatiza que, de no ser por quienes piensan de forma distinta, aún estaríamos viviendo en cavernas y apenas dominaríamos el fuego.

Temple Grandin es una de las primeras personas con espectro autista que ha compartido públicamente su experiencia personal. El diagnostico formal de que Temple es autista vino cuando rondaba los cuarenta años; ella tiene Síndrome de Asperger. Al ser una mujer autista de alto funcionamiento, Grandin ha podido ayudar a entender mejor cómo es vivir con este trastorno, y ha demostrado que las personas como ella tienen distintas habilidades.

El neuropsiquiatra Oliver Sacks dedicó un capítulo de su libro “Un antropólogo en Marte” a la vida de Temple. Su libro fue la primera narración sobre el autismo contada desde dentro. Hasta entonces, tanto médicos como familiares de personas con autismo habían pensado que dentro del pensamiento de una persona con autismo no había nada. La autobiografía de Temple, publicada en 1986, asombró al mundo. Grandin es autora de varios libros más, entre otros, La Forma En Que Yo Lo Veo: Una mirada personal del autismo y el Asperger y Los Animales Nos Hacen Humanos; así como un libro sobre proyectos científicos, dedicado a niñas y niños autistas, titulado El científico al aire libre: la maravilla de observar el mundo natural. 

En el tema de comportamiento y bienestar animal, sus publicaciones de artículos y libros son numerosas. Recientemente (2020) coeditó El sacrificio de animales de granja: formas prácticas de mejorar el bienestar animal; su artículo científico más reciente (2021) es “El entorno visual, auditivo y físico de las instalaciones de manipulación de ganado y su efecto sobre la facilidad de movimiento del ganado, los cerdos y las ovejas”.

En 2010 HBO estrenó una película sobre su vida y desde el 2012 es parte del Salón de la Fama de Mujeres Destacadas en el estado de Colorado.





Fuentes consultadas:

Temple Grandin: “La zoóloga que piensa en imágenes”.

Temple Grandin. El mundo necesita todo tipo de mentes.

Temple Grandin (1947).

Temple Grandin Ph.D.

Elisabeth Bik

(Países Bajos, 1966)

Elisabeth Bik

Microbióloga y consultora de integridad científica. Es especialista en detectar manipulación de imágenes en publicaciones científicas.

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Fotografía de Elisabeth Bik

Elisabeth Margaretha Bik es originaria de los Países Bajos (Holanda), nació en 1966. Junto con sus dos hermanos, creció en la ciudad de Gouda, donde su madre y su padre, ambos médicos, tenían un consultorio en su casa de ladrillos rojos, cerca de un canal bordeado de árboles. 

Cuando tenía ocho años de edad, Elisabeth quería convertirse en ornitóloga y pasaba horas con sus binoculares; escudriñando el jardín en busca de pájaros, minuciosamente registraba todas las especies que avistaba. 

Asistió a la Universidad de Utrecht donde se graduó como Bióloga y continuó allí su doctorado en Microbiología. Su tesis fue sobre el desarrollo de vacunas para nuevas clases de Vibrio cholerae involucradas en epidemias de cólera en India y Bangladesh.

Después de concluir su doctorado, Elisabeth Bik trabajó en el Instituto Nacional Holandés de Salud y en el Hospital St. Antonius en Nieuwegein, donde estableció una unidad de microbiología molecular para la detección y tipificación de cepas clínicas y nosocomiales. 

Se mudó a los Estados Unidos justo después del fatídico 11 de septiembre de 2001, cuando su esposo, Gerard, un ingeniero óptico, consiguió un trabajo en Silicon Valley. Ese mismo año se incorporó como investigadora asociada al laboratorio de David Relman en el Departamento de Microbiología e Inmunología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, donde trabajó durante quince años en la caracterización del microbioma humano en muestras orales, gástricas e intestinales; así como estudiando el microbioma de los mamíferos marinos. 

Después comenzó a trabajar en la industria de la biotecnología. De 2016 a 2019 laboró en dos empresas emergentes de microbiomas: fue Directora de Ciencias en Astarte Medical en Foster City, California, y Directora Científica y Editorial en uBiome en San Francisco, California. 

En marzo de 2019, dejó su trabajo para convertirse en voluntaria de integridad científica y consultora ocasional. Este viraje en su trayectoria comenzó a gestarse seis años atrás, cuando descubrió su habilidad como detective científica: al pegar algunas líneas de uno de sus trabajos de investigación en el motor de búsqueda de Google Scholar, descubrió que su trabajo se había utilizado sin darle crédito. Entonces, comenzó a preguntarse cuán extendido era ese plagio intelectual. Inició así un singular hobbie al que dedicaba sus fines de semana y las horas libres que tenía en la Universidad de Stanford.

A medida que su curiosidad la llevó a estudiar detenidamente los artículos científicos, quedó claro que Bik también tenía una habilidad asombrosa: usando solamente sus ojos y memoria, podía identificar imágenes duplicadas y la manipulación de fotografías, que normalmente serían indetectables para el ojo humano, o al menos muy difíciles de identificar sin la ayuda de una computadora. 

Bik explica que su labor es algo similar al reconocimiento facial, aunque es terrible en eso: “miro fotos, trato de recordar formas y puntos distintivos, y luego comparo las fotos dentro o de artículos entre sí. Solo puedo recordar un número limitado de fotos, por lo que no puedo escanear una gran cantidad de artículos y recordar todas las fotografías”.

En mayo de 2014, la Dra. Bik fundó Microbiome Digest y comenzó a dirigir el blog www.microbiomedigest.com, que presenta una compilación casi diaria de artículos científicos en el campo del microbioma. A menudo podemos encontrarla discutiendo artículos científicos en Twitter en @MicrobiomDigest, escribiendo para su blog o buscando en la literatura biomédica imágenes fotográficas duplicadas o manipuladas inapropiadamente. Ha informado de más de cuatro mil artículos por problemas con la duplicación de imágenes, plagio de textos y otros problemas vinculados con la falta de credibilidad y ética científica. Su trabajo ha aparecido en Nature, Science, Wall Street Journal, New York Times, Washington Post, Le Monde y The Times (Reino Unido). 

Esta labor, sin embargo, no ha estado exenta de vicisitudes. Después de que en marzo de 2020 hiciera un exhaustivo análisis de un artículo que respaldaba la hidroxicloroquina como tratamiento, y criticara la metodología del estudio y el conflicto de interés de la casa editora, la dirección de la casa de Bik se publicó en Twitter y se enfrentó a una serie de ataques, tanto físicos como virtuales.

Fue necesario mucho tiempo y esfuerzo para defenderse de esos ataques: obtener asesoramiento legal, archivar y tomar capturas de pantalla de tweets desagradables. También su vida cotidiana se afectó; ahora debe tener mucho cuidado al publicar información personal, así como su ubicación actual. Pero estaba decidida a no dejarse intimidar y continuar haciendo preguntas críticas. Pero lo que más la sorprendió de los ataques, fue que ninguno abordó las preocupaciones detalladas que ella había planteado sobre la credibilidad de la investigación acerca del medicamento antipalúdico.

En abril de 2021 recibió el premio Peter Wildy de la Sociedad de Microbiología del Reino Unido por sus contribuciones a la comunicación científica. En diciembre del mismo año, resultó ganadora del Premio John Maddox, avalado por la revista Nature, la Kohn Foundation y Sense about Science; este galardón (que incluye 2 mil libras esterlinas) se otorga como un reconocimiento a las personas, de cualquier parte del mundo, que se distingan por su lucha por la ciencia y la evidencia en temas de interés público, a pesar de que ello implique inconvenientes u hostilidad por parte de algún sector de la sociedad.





Fuentes consultadas:

How a sharp-eyed scientist became Biology’s image detective

Elisabeth M Bik.

Microbiologist Elisabeth Bik queried Covid research – that’s when the abuse and trolling began.

Sense about Science.

Françoise Barré-Sinoussi

(México, 1983 aprox.)

Françoise Barré-Sinoussi

Es una bioquímica francesa y líder de la lucha contra el VIH/sida en Francia. Fue presidenta de la Sociedad Internacional de SIDA de 2012 a 2014.

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Fotografía de Françoise Barré-Sinoussi

Fue ganadora con el Premio Nobel de Medicina 2008 por el descubrimiento del VIH,  junto con su colega francés Luc Montaigner, premio que también ese año recibió el alemán Harald zur Hausen por el descubrimiento del virus del papiloma humano como causa de cáncer cervical.

Sus muchas contribuciones recientes de investigación son los estudios de varios aspectos de la respuesta inmune adaptativa a la infección viral, el papel de las defensas inmunitarias innatas del huésped en el control del VIH / SIDA,  factores que intervienen en la transmisión de madre a hijo del VIH,  y las características que permiten que algunas personas con VIH, conocidos como supresores de élite o controladores, puedan limitar la replicación del VIH sin medicamentos antirretrovirales. 

Barré-Sinoussi se unió al Instituto Pasteur en París a inicios de los años 1970. Completó su doctorado en 1975 y realizó una estancia en el Instituto Nacional de Salud de EE. UU. antes de volver al Instituto Pasteur. Las investigaciones de Barré-Sinoussi rápidamente se centraron en un grupo particular de virus, los retrovirus. Sus crecientes conocimientos en este campo le llevaron a descubrir el VIH en 1983 por el que recibió el Premio Nobel de Medicina junto a Luc Montaigner.  Este descubrimiento reveló una urgente necesidad de desarrollar test de diagnóstico para ayudar a controlar la dispersión de la enfermedad. Barré-Sinoussi estrenó su propio laboratorio en el Instituto Pasteur en 1988.

Entre las muchas contribuciones a la investigación de la doctora Barré-Sinoussi se cuentan estudios de varios aspectos de la respuesta inmune adaptativa frente a infecciones víricas,  el papel de las defensas inmunitarias innatas del huésped en el control del VIH / SIDA,  los factores que intervienen en la transmisión de madre a hijo del VIH,  y características que permiten a un pequeño porcentaje de individuos seropositivos, conocidos como supresores de élite o controladores, limitar la replicación del HIV sin necesidad de medicamentos antiretrovirales.  Es coautora de más de 240 publicaciones científicas, ha participado en más de 250 conferencias internacionales y ha formado a muchos investigadores.

Barré-Sinoussi ha participado activamente en varias sociedades y comités científicos desde el Instituto Pasteur y otras organizaciones de lucha contra el SIDA, como la Agencia Nacional para la Investigación del SIDA en Francia. También ha estado implicada a nivel internacional, principalmente como consultora de la Organización Mundial de la Salud y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida.

Desde la década de los 1980, Barré-Sinoussi ha iniciado colaboraciones con países en desarrollo en los que ella ha dirigido redes multidisciplinares. Trabaja de forma constante para establecer contactos permanentes entre la investigación básica y clínica con el objetivo de alcanzar avances concretos en las áreas de la prevención, cuidados clínicos y tratamiento de la enfermedad. 

En 2009, escribió una carta abierta al Papa Benedicto XVI protestando por sus declaraciones en las que afirmó que el uso del condón no era efectivo en la crisis del Sida. 

Premios:

Barré-Sinoussi compartió en 2008 el Premio Nobel de Medicina o Fisiología con Luc Montagnier por el descubrimiento del VIH, y con Harald zur Hausen, quien descubrió la causa viral del Cancer cervical que permitió el desarrollo de la vacuna del HPV.

Además del Premio Nobel, Barré-Sinoussi ha recibido los siguientes premios:

    Premio Sovac.

    Premio Körber de las Ciencias Europeas (Premio de la Fundación Körber por la Promoción de la ciencia en Europa).

    Premio de la Academia Francesa de las Ciencias (Académie des sciences) .

    Premio Internacional King Faisal.

    Premio de la Sociedad Internacional de SIDA. 

Barré-Sinoussi fue nombrada Oficial de la Orden Nacional de la Legión de Honor (Ordre national de la Légion d’honneur) en 2006 y fue ascendida a Comandante en 2009. Fue de nuevo ascendida a Gran Oficial en 2013 y a Gran Cruz en 2017.

Recibió el doctorado Honoris-Causa en Ciencias por la Universidad de Tulane en mayo de 2009, y en Medicina por la Universidad de Nueva Gales del Sur en julio de 2014.

Doctora honoris causa por l'École polytechnique fédérale de Lausanne (EPFL) en 2014





Fuentes consultadas:

https://lab4u.co/es/educacion-cientifica/5-mujeres-en-ciencia-que-debes-conocer/

https://es.wikipedia.org/wiki/Fran%C3%A7oise_Barr%C3%A9-Sinoussi

María Teresa Ruiz

(Chile 1946)

Lynn Conway

Es una astrónoma chilena. Fue ganadora con el Premio Nacional de Ciencias Exactas en 1997 y el Premio L'Oréal-UNESCO a Mujeres en Ciencia en 2017. También fue la primera presidenta de la Academia Chilena de Ciencias.

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Fotografía de Lynn Conway

Lynn Conway nació en Mount Vernon, en el estado de Nueva York, Estados Unidos, el 2 de enero de 1938. Lynn nació varón y, aunque la criaron y educaron como un niño, ella desde muy pequeña sentía que algo no iba bien; había una desconexión entre su identidad y su aspecto y el rol asignado. En su infancia tuvo pocas oportunidades de expresarse libremente y vivir como la persona que era. Fue una difícil infancia, pues sus progenitores trataron de eliminar cualquier manifestación de su femineidad, mientras ella era incapaz de comprender lo que supuestamente estaba haciendo mal.

Sin embargo, no tenía dudas. A los 14 años de edad escuchó por primera vez que la historia de alguien que se había sometido a un proceso de transición de sexo y que ella no pensó en si lo haría o no, sino en cómo hacerlo.

Con un coeficiente intelectual de 155, Conway era una niña excepcional e inquisitiva que amaba las matemáticas y las ciencias durante su adolescencia y decidió seguir una carrera científica. Ya en la universidad, cuando Lynn estudiaba Física en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés), comenzó a expresar su identidad. Se hacía llamar Lynn fuera de las clases, cuando las hormonas y los vestidos le ayudaban a convertirse en la mujer que siempre había sido pese a estar encerrada en el cuerpo de un hombre. 

Había conseguido estrógenos en el mercado negro y empezó a aplicarsélos para transicionar, pero tuvo que abandonarlo ya que uno de sus compañeros de estudio la denunció a uno de los decanos que amenazó con denunciarla ante las autoridades. También abandonó el MIT. 

Encontró trabajo como técnico electrónico y más adelante, resignada a tener que vivir como hombre, continuó sus estudios en la Escuela de Ingeniería Aplicada de la Universidad de Columbia, donde se graduó en 1962 y obtuvo su título de máster en 1963. En 1964 comenzó a trabajar para IBM, en el equipo que diseñaba la arquitectura de las supercomputadoras. 

Se había casado con otra mujer y tenía dos hijos. Después de años aparentando lo que no era y tras un intento de suicidio, decidió contárselo a su mujer y a algunos amigos que la apoyaron. Haría la transición y se sometería a un tratamiento pionero, que incluía hormonas, cirugía y terapia psicoemocional. Debido a las leyes del momento, perdió la custodia de sus hijos durante el proceso. En 1968 su decisión de transicionar llegó a los oídos de los directivos de IBM y perdió su trabajo, así como todo el apoyo de familiares y amistades.

Pero el cambio ya era irreversible: Conway por fin vivía como la persona que siempre había sido. Adquirió una nueva identidad y comenzó una nueva vida. Por fin podía ser ella misma. Lynn se vio arropada por personas a las que ni siquiera conocía, que formaban parte de la comunidad transexual. “Eran mujeres maravillosas y nos ayudábamos las unas a las otras. Desafortunadamente, perdimos a muchas por el camino. Ocurrían hechos terribles con la policía en San Francisco", cuenta Conway. 

Lynn empezó de cero, dejando atrás su pasado como hombre. Sin embargo, sabía que en los puestos técnicos a los que aspiraba era posible que se viera involucrada en proyectos para el Departamento de Defensa, por lo que no podía mentir en sus registros médicos, y declaraba su cambio de sexo al departamento de recursos humanos de las compañías a las que aspiraba ingresar. Varias la rechazaron por su condición de mujer trans; y unas pocas empresas la aceptaron. 

Reanudó su carrera de diseñadora de sistemas digitales y arquitecta de ordenadores en Memorex. En 1973 se incorporó al Xerox PARC, el centro de investigación que sentaría las bases para la revolución informática de los años 70. Conway se volcó en su trabajo en una empresa "muy progresista" para la época, pero al igual que en sus anteriores empleos, no compartió su pasado con nadie más allá del área encargada de contratarla.

Sus innovaciones causaron un enorme impacto en el diseño de chips a nivel mundial. Un sinfín de compañías especialistas en alta tecnología, así como numerosos métodos informáticos, se basan en su trabajo.

En 1977 inició el desarrollo y publicación de una serie de investigaciones en las que describían cómo los chips de silicio podían incorporar miles de transistores. Su tema eran los llamados sistemas de Integración a Muy Gran Escala (VLSI) y se convirtieron en la base del desarrollo de la electrónica en Silicon Valley en los años 80, con los que fue posible fabricar computadoras mucho más pequeñas y ligeras, hasta llegar a los teléfonos inteligentes que utilizamos hoy en día. Su coautor, Carver Mead, recibió la mayoría del mérito y las menciones a Conway no eran muy comunes en la literatura especializada. 

Gracias a su trabajo en la PARC, en 1983 entró a trabajar en la agencia de proyectos avanzados del ministerio de Defensa estadounidense (DARPA), como subdirectora de Computación Estratégica. En 1985, la Universidad de Michigan la contrató como profesora, puesto que desempeñó hasta su retiro en 1999.

En los años 90 su trabajo era la base común en los desarrollos de muchas de las empresas de hardware de la época. Uno de ellos, el “dynamic instruction scheduling” (DIS) empezó a utilizarse en casi todos los chips de las nuevas PCs, que aumentaron su potencia considerablemente. 

Sus aportaciones a las ciencias de la computación, previas a la transición, fueron invisibilizadas, a pesar que se encontraban en prácticamente en todos los libros de arquitectura informática, no se citaba su autoría. El motivo: IBM ocultó su nombre y no reconoció como empleada, a pesar de haber revolucionado la tecnología de los sistemas de información.  

A finales de los años 90, después de tres décadas manteniendo oculto su pasado y con miedo a perder todo lo que había conseguido en estos años, Conway comenzó a revelar esa parte de su vida a personas cercanas y luego de manera pública; con lo que inició su activismo por los derechos de las personas trans. “Desde los 70 hasta 1999 se me reconoció por romper las barreras de género en la industria informática como mujer, y desde entonces comencé a romper las barreras para las personas trans”, comenta Conway.

Lynn Conway ha ayudado aconsejado a muchas personas que estaban en proceso de transicionar, ha creado una web en la que cuenta casos de mujeres trans que han realizado su transición con éxito para dar esperanza a las personas que se encuentran en esa situación, ha hecho campaña por la defensa política de sus derechos, por la igualdad de oportunidades laborales y por la despatologización del hecho de ser trans. Con 83 años de edad, continúa esta labor.

En el ámbito de la tecnología finalmente obtuvo el reconocimiento a sus aportaciones. Ha sido galardonada con muchos premios y distinciones internacionales y estadounidenses en reconocimiento a su labor. En 2014 entró a formar parte del Museo de Historia de la Computación, ha recibido la Medalla James Clarke Maxwell, la revista Time la incluyó en la lista de las personas trans más influyentes de Estados Unidos, entre otros reconocimientos. 

Actualmente, Lynn Conway es catedrática y profesora emérita de Ingeniería Eléctrica y Ciencias Informáticas en la Universidad de Michigan y es miembro de la Academia Nacional de Ingeniería de Estados Unidos.

Después de dos décadas de plantearse la necesidad de reconocer la discriminación de la que Lynn fue objeto, finalmente en agosto de 2020, la compañía IBM admitió su pesar y su responsabilidad por el despido de Conway, y declaró: "Lamentamos profundamente las dificultades que encontró Lynn". La empresa también explicó que estaba en comunicación con Conway para una resolución formal, que llegó dos meses después.





Fuentes consultadas:

https://lab4u.co/es/educacion-cientifica/5-mujeres-en-ciencia-que-debes-conocer/

https://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_Teresa_Ruiz

Carolina Leyva Inzunza

(México, 1983 aprox.)

Carolina Leyva Inzunza

Ingeniera Química mexicana. Experta en tecnologías del agua y combustibles ecológicos, desarrolla materiales y tecnología para abordar la contaminación del agua.

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Fotografía de Antígona Segura Peralt

Originaria de Guamúchil, Sinaloa. Carolina Leyva Inzunza es Ingeniera Química por el Instituto Tecnológico de Sonora, tiene una Maestría en Ciencias con especialidad en fisicoquímica por parte del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) y un Doctorado en Ciencias de la Ingeniería Química por la misma institución. También realizó estudios posdoctorales en la Universidad de Caen, Francia; el Imperial College del Reino Unido y en el Departamento de Ingeniería Química de la Universidad Texas A&M, Estados Unidos.

Integrante del Sistema Nacional de Investigadores Nivel I, su tesis de doctorado, enfocada en el desarrollo de catalizadores aplicado a la industria petrolera le ha valido reconocimientos como el Premio de Ingeniería de la Ciudad de México 2011, el Premio nacional IIM-UNAM 2012, del Instituto de Investigación en Materiales de la UNAM; el Premio nacional SIMPOQUIMIA-ESIQIE IPN 2012; reconocimiento especial por parte del Instituto Mexicano de la Juventud por la destacada trayectoria en la distinción de logro académico del Premio Nacional de Juventud 2012. Su tesis de doctorado también recibió el Premio Weizmann 2012 otorgado por la Academia Mexicana de Ciencias.

Ha realizado diferentes proyectos, patentes y publicaciones. Es miembro fundador de la Red Temática Nacional del Conacyt de la Gestión de la Calidad y Disponibilidad del Agua.

Actualmente radica en la Ciudad de México y trabaja en el Laboratorio Nacional de Ciencia, Tecnología y Gestión Integrada del Agua, en el Centro de Investigación en Ciencia Aplicada y Tecnología Avanzada (CICATA) Unidad Legaria, del IPN, donde se centra en diferentes tópicos sobre el agua, principalmente en la contaminación, sobreexplotación y gestión de la misma.

Su grupo de trabajo se ha enfocado, en gran medida, al desarrollo de nuevos nanomateriales, y cuentan ya con varias solicitudes de patente de materiales con la capacidad de adsorber y remover contaminantes del agua como el arsénico, el flúor, metales pesados y microcontaminantes, entre otros contaminantes emergentes, como compuestos perfluorados, fármacos, drogas y hormonas que son compuestos presentes en el agua que provocan gran daño a la salud y que no están normados en México. Se trata de problemas que afectan la salud y los ecosistemas, esto ya sea porque se encuentran en el agua de consumo humano, el agua residual no tratada adecuadamente, efluentes de las industrias y actividades antropogénicas.

Una de sus principales preocupaciones es difundir el conocimiento para crear conciencia social entre las personas que se ven afectadas por la contaminación de las fuentes de agua. 

La Dra. Leyva también es una entusiasta promotora de la ciencia, el desarrollo tecnológico y la difusión de las áreas STEM entre las nuevas generaciones de mujeres estudiantes; así como del desarrollo del trabajo comunitario y la colectividad de las ciencias. Señala que no hay información sobre lo que se puede hacer en una carrera STEM, porque la mayoría de las personas que participan en ciencia y tecnología son hombres. No hay modelos a seguir entre las mujeres, y eso dificulta que las jóvenes estudien ciencia y tecnología.

En septiembre de 2021, recibió la noticia de ser la ganadora del premio Ada Byron a la Mujer Tecnóloga, otorgado desde 2014 por la Universidad Deusto de España, y que en 2019 abrió el Capítulo México, alojado por el Sistema Universitario Jesuita (SUJ). El objetivo del galardón, que recibirá en noviembre, es visibilizar las aportaciones de las mujeres en la ciencia y la tecnología, y fomentar la participación femenina en estas áreas.

Leyva subraya la importancia de este tipo de distinciones, pues permiten que haya modelos femeninos y se cambie la idea de que sólo hombres trabajan en los laboratorios.





Fuentes consultadas:

Carolina Leyva gana el Premio Ada Byron 2021.

Carolina Leyva gana el Premio Ada Byron 2021, por sus estudios sobre agua y combustibles ecológicos.

El Premio Ada Byron, un reconocimiento que abre camino a otras mujeres.

Lynn Conway

(Estados Unidos, 1938)

Lynn Conway

Ingeniera informática, pionera en el campo de diseño de chips microelectrónicos y activista transgénero estadounidense.

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Fotografía de Lynn Conway

Lynn Conway nació en Mount Vernon, en el estado de Nueva York, Estados Unidos, el 2 de enero de 1938. Lynn nació varón y, aunque la criaron y educaron como un niño, ella desde muy pequeña sentía que algo no iba bien; había una desconexión entre su identidad y su aspecto y el rol asignado. En su infancia tuvo pocas oportunidades de expresarse libremente y vivir como la persona que era. Fue una difícil infancia, pues sus progenitores trataron de eliminar cualquier manifestación de su femineidad, mientras ella era incapaz de comprender lo que supuestamente estaba haciendo mal.

Sin embargo, no tenía dudas. A los 14 años de edad escuchó por primera vez que la historia de alguien que se había sometido a un proceso de transición de sexo y que ella no pensó en si lo haría o no, sino en cómo hacerlo.

Con un coeficiente intelectual de 155, Conway era una niña excepcional e inquisitiva que amaba las matemáticas y las ciencias durante su adolescencia y decidió seguir una carrera científica. Ya en la universidad, cuando Lynn estudiaba Física en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés), comenzó a expresar su identidad. Se hacía llamar Lynn fuera de las clases, cuando las hormonas y los vestidos le ayudaban a convertirse en la mujer que siempre había sido pese a estar encerrada en el cuerpo de un hombre. 

Había conseguido estrógenos en el mercado negro y empezó a aplicarsélos para transicionar, pero tuvo que abandonarlo ya que uno de sus compañeros de estudio la denunció a uno de los decanos que amenazó con denunciarla ante las autoridades. También abandonó el MIT. 

Encontró trabajo como técnico electrónico y más adelante, resignada a tener que vivir como hombre, continuó sus estudios en la Escuela de Ingeniería Aplicada de la Universidad de Columbia, donde se graduó en 1962 y obtuvo su título de máster en 1963. En 1964 comenzó a trabajar para IBM, en el equipo que diseñaba la arquitectura de las supercomputadoras. 

Se había casado con otra mujer y tenía dos hijos. Después de años aparentando lo que no era y tras un intento de suicidio, decidió contárselo a su mujer y a algunos amigos que la apoyaron. Haría la transición y se sometería a un tratamiento pionero, que incluía hormonas, cirugía y terapia psicoemocional. Debido a las leyes del momento, perdió la custodia de sus hijos durante el proceso. En 1968 su decisión de transicionar llegó a los oídos de los directivos de IBM y perdió su trabajo, así como todo el apoyo de familiares y amistades.

Pero el cambio ya era irreversible: Conway por fin vivía como la persona que siempre había sido. Adquirió una nueva identidad y comenzó una nueva vida. Por fin podía ser ella misma. Lynn se vio arropada por personas a las que ni siquiera conocía, que formaban parte de la comunidad transexual. “Eran mujeres maravillosas y nos ayudábamos las unas a las otras. Desafortunadamente, perdimos a muchas por el camino. Ocurrían hechos terribles con la policía en San Francisco", cuenta Conway. 

Lynn empezó de cero, dejando atrás su pasado como hombre. Sin embargo, sabía que en los puestos técnicos a los que aspiraba era posible que se viera involucrada en proyectos para el Departamento de Defensa, por lo que no podía mentir en sus registros médicos, y declaraba su cambio de sexo al departamento de recursos humanos de las compañías a las que aspiraba ingresar. Varias la rechazaron por su condición de mujer trans; y unas pocas empresas la aceptaron. 

Reanudó su carrera de diseñadora de sistemas digitales y arquitecta de ordenadores en Memorex. En 1973 se incorporó al Xerox PARC, el centro de investigación que sentaría las bases para la revolución informática de los años 70. Conway se volcó en su trabajo en una empresa "muy progresista" para la época, pero al igual que en sus anteriores empleos, no compartió su pasado con nadie más allá del área encargada de contratarla.

Sus innovaciones causaron un enorme impacto en el diseño de chips a nivel mundial. Un sinfín de compañías especialistas en alta tecnología, así como numerosos métodos informáticos, se basan en su trabajo.

En 1977 inició el desarrollo y publicación de una serie de investigaciones en las que describían cómo los chips de silicio podían incorporar miles de transistores. Su tema eran los llamados sistemas de Integración a Muy Gran Escala (VLSI) y se convirtieron en la base del desarrollo de la electrónica en Silicon Valley en los años 80, con los que fue posible fabricar computadoras mucho más pequeñas y ligeras, hasta llegar a los teléfonos inteligentes que utilizamos hoy en día. Su coautor, Carver Mead, recibió la mayoría del mérito y las menciones a Conway no eran muy comunes en la literatura especializada. 

Gracias a su trabajo en la PARC, en 1983 entró a trabajar en la agencia de proyectos avanzados del ministerio de Defensa estadounidense (DARPA), como subdirectora de Computación Estratégica. En 1985, la Universidad de Michigan la contrató como profesora, puesto que desempeñó hasta su retiro en 1999.

En los años 90 su trabajo era la base común en los desarrollos de muchas de las empresas de hardware de la época. Uno de ellos, el “dynamic instruction scheduling” (DIS) empezó a utilizarse en casi todos los chips de las nuevas PCs, que aumentaron su potencia considerablemente. 

Sus aportaciones a las ciencias de la computación, previas a la transición, fueron invisibilizadas, a pesar que se encontraban en prácticamente en todos los libros de arquitectura informática, no se citaba su autoría. El motivo: IBM ocultó su nombre y no reconoció como empleada, a pesar de haber revolucionado la tecnología de los sistemas de información.  

A finales de los años 90, después de tres décadas manteniendo oculto su pasado y con miedo a perder todo lo que había conseguido en estos años, Conway comenzó a revelar esa parte de su vida a personas cercanas y luego de manera pública; con lo que inició su activismo por los derechos de las personas trans. “Desde los 70 hasta 1999 se me reconoció por romper las barreras de género en la industria informática como mujer, y desde entonces comencé a romper las barreras para las personas trans”, comenta Conway.

Lynn Conway ha ayudado aconsejado a muchas personas que estaban en proceso de transicionar, ha creado una web en la que cuenta casos de mujeres trans que han realizado su transición con éxito para dar esperanza a las personas que se encuentran en esa situación, ha hecho campaña por la defensa política de sus derechos, por la igualdad de oportunidades laborales y por la despatologización del hecho de ser trans. Con 83 años de edad, continúa esta labor.

En el ámbito de la tecnología finalmente obtuvo el reconocimiento a sus aportaciones. Ha sido galardonada con muchos premios y distinciones internacionales y estadounidenses en reconocimiento a su labor. En 2014 entró a formar parte del Museo de Historia de la Computación, ha recibido la Medalla James Clarke Maxwell, la revista Time la incluyó en la lista de las personas trans más influyentes de Estados Unidos, entre otros reconocimientos. 

Actualmente, Lynn Conway es catedrática y profesora emérita de Ingeniería Eléctrica y Ciencias Informáticas en la Universidad de Michigan y es miembro de la Academia Nacional de Ingeniería de Estados Unidos.

Después de dos décadas de plantearse la necesidad de reconocer la discriminación de la que Lynn fue objeto, finalmente en agosto de 2020, la compañía IBM admitió su pesar y su responsabilidad por el despido de Conway, y declaró: "Lamentamos profundamente las dificultades que encontró Lynn". La empresa también explicó que estaba en comunicación con Conway para una resolución formal, que llegó dos meses después.





Fuentes consultadas:

Lynn Conway: pionera en el diseño de microchips y activista trans.

Lynn Conway, la pionera de la informática a la que IBM pidió disculpas por su despido por ser una mujer trans 52 años después.

IBM Apologizes For Firing Computer Pioneer For Being Transgender...52 Years Later.

Antígona Segura Peralta

(México 1971)

Antígona Segura Peralt

Antígona Segura Peralta (Ciudad de México, 20 de septiembre de 1971) es una científica y física mexicana. Desde 2006, es investigadora en el Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y colaboradora del Instituto de Astrobiología de la NASA. Sus investigaciones se enfocan en la astrobiología. Como feminista, colabora activamente en la inclusión de las mujeres en las ciencias exactas, matemáticas e ingenierías

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Fotografía de Antígona Segura Peralt

Se graduó de la carrera de física teórica por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, donde conoció al astrónomo Miguel Ángel Herrera con quien se inició en la investigación científica en un proyecto dirigido por Arcadio Poveda. En 1997, concluyó la maestría en astronomía en el Instituto de Astronomía de la UNAM y en ese mismo año obtuvo un diplomado en Divulgación Científica impartido por la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM.

Hizo el doctorado en el posgrado de Ciencias de la Tierra de la UNAM con la tesis Fijación de Nitrógeno por Relámpagos Volcánicos en el Marte Primitivo, asesorada por Rafael Navarro González. Fue parte del primer grupo de estudiantes que se doctoraron en México con tesis enfocadas en astrobiología dirigidos por Navarro González en el Laboratorio de Química de Plasmas y estudios Planetarios del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM. De 2005 a 2006 trabajó como investigadora postdoctoral en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) asociado al Instituto Tecnológico de California (Caltech).

Su investigación está enfocada al estudio de atmósferas planetarias y la detección remota de señales de vida. Además colabora en un proyecto multidisciplinario sobre formación de condros y condiciones del sistema solar temprano. Determinó posibles fuentes de energía para la generación de nitrógeno fijado en el Marte primitivo, proponiendo como una nueva fuente los relámpagos volcánicos.

Sus estudios sobre bioseñales en planetas habitables alrededor de estrellas enanas M reabrieron el debate sobre la habitabilidad de los planetas que giran alrededor de este tipo de estrellas y han sido utilizados para argumentar a favor de programas de observación astronómica para entender mejor los procesos que generan la actividad cromosférica de las enanas M. Algunos ejemplos de ello son: HAZMAT, el programa de observaciones de Próxima Centauri con el telescopio MOST, el programa para la detección y caracterización de planetas alrededor de enanas M usando ecos de luz y el MUSCLES Treasury Survey.


Su trabajo de investigación se ha desarrollado en diversos institutos como el Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México, el NASA Jet Propulsion Laboratory, la Universidad Estatal de Pensilvania y el Instituto de Astronomía de la UNAM. Además de esa labor, es divulgadora científica, trabajó en la Agencia de Noticias de la Academia Mexicana de Ciencias, ha colaborado con las publicaciones Revista de la Universidad de México, ¿Cómo ves? y condujo el programa semanal de radio Hacia el Nuevo Milenio en Radio Red AM. Imparte constantemente charlas para todo público sobre astrobiología.

Premios y reconocimientos

Reconocimiento Sor Juana Inés de la Cruz otorgado por la UNAM 2017.

Miembro de la International Astronomical Union (IAU). 2015.

Vicepresidente de la Sociedad Mexicana de Astrobiología. 2013-2014.

Presidente de la Sociedad Mexicana de Astrobiología. 2011-2013.

Vicepresidente de la Sociedad Mexicana de Astrobiología. 2010-2011.

Miembro del Comité Editorial de la revista internacional arbitrada Astrobiology. 2010 al 2014.

Premio al Saber Rosa Guerrero Ramírez por trayectoria profesional otorgado por la Escuela Preparatoria Federal por Cooperación “Lic. Benito Juárez”. Aguascalientes, Ags. 2007.

Medalla Alfonso Caso otorgada a los mejores estudiantes de posgrado de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Mención Honorífica en la obtención del grado de Doctor en Ciencias en el área de Física Espacial, UNAM.





Fuentes consultadas:

https://www.nucleares.unam.mx/~antigona/

https://es.wikipedia.org/wiki/Ant%C3%ADgona_Segura

Ana María Beatriz Cetto Kramis

(México 1946)

Ana María Beatriz Cetto Kramis

Ana María Cetto Kramis (Ciudad de México, 1946) obtuvo grados de licenciatura en física (con mención honorífica) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), maestría en Biofísica de la Universidad de Harvard y maestría y doctorado en Física (con mención honorífica) de la UNAM.

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Fotografía de Ana María Beatriz Cetto Kramis

Es investigadora titular C del Instituto de Física y profesora de la Facultad de Ciencias de la UNAM, y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (nivel III, con licencia). Su área principal de investigación es la física teórica, con énfasis en la mecánica cuántica, la electrodinámica estocástica y la interacción de la luz con la materia. 

La Dra. Cetto ha hecho contribuciones importantes en el campo de los fundamentos de la mecánica cuántica. Ha publicado cerca de un centenar de artículos de investigación, una veintena de libros de texto y de consulta y más de 100 trabajos sobre temas de ciencia, educación y sociedad. Ha sido Jefa del Departamento de Física y Directora de la Facultad de Ciencias de la UNAM, Coordinadora del Proyecto del Museo de la Luz (Cd. de México) y Directora de la Revista Mexicana de Física. Es fundadora y Presidenta de LATINDEX, Sistema Regional de Información en Línea para las Revistas Científicas de Iberoamérica y el Caribe. Ha publicado asimismo diversos libros y artículos de investigación en el área de la publicación científica. 

La Dra. Cetto es una personalidad caracterizada y reconocida mundialmente por su compromiso social como científica. Es además reconocida en el círculo científico por su labor pacifista, pues su sentido humano lo imprime en su desempeño profesional. Ha sido miembro del Consejo de la Red Internacional de Ingenieros y Científicos por la Responsabilidad Global (INES). Fue miembro del Comité Ejecutivo de las Conferencias Pugwash al recibir el Premio Nobel de la Paz en 1995. También fue partícipe del Nobel de la Paz en el 2005, al ser Directora General Adjunta del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de las Naciones Unidas. 

Recibió asimismo la Presea Dorada de la Liga Internacional de Humanistas en 1998 y el Premio al Desarrollo de la Física de la Sociedad Mexicana de Física en 2000. En 2003 fue nombrada Mujer del Año en México, en 2006 recibió el Reconocimiento Sor Juana Inés de la Cruz, en 2007 el Doctorado honoris causa de la Universidad Nacional de Tajikistán y en 2008 el segundo lugar del Premio a las Mujeres Mexicanas Inventoras e Innovadoras por el Proyecto Latindex. En el 2002 se convirtió en la primera latinoamericana electa Secretaria General del Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU). 

También fue vicepresidenta de la Comisión de Física para el Desarrollo de la Unión Internacional de Física Pura y Aplicada (IUPAP), del Comité ICSU Press para Publicaciones Científicas, del Comité del ICSU para Países en Desarrollo (COSTED), y de la Asociación Interciencia. Ha sido miembro del Council on Ideas y de la Junta de Gobierno de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU), así como presidenta de la Junta Directiva de la Fundación Internacional para la ciencia (IFS). Es ex-vicepresidenta fundadora de la Organización del Tercer Mundo para la Mujer en la Ciencia (TWOWS). Trabajó como Consultora para la preparación de la Conferencia Mundial sobre la Ciencia (UNESCO-ICSU, 1999) y como editora de la obra correspondiente Science for the Twenty-first Century, UNESCO, 2000. Es miembro del Consejo Consultivo Internacional de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL). 

La Dra. Cetto es miembro electo de la Academia Mexicana de Ciencias, el Seminario de Cultura Mexicana, la Sociedad Mexicana de Física, la Real Academia Belga de Ciencias de Ultramar, la Academia de Ciencias de la República Dominicana, la Academia de Ciencias de la República de Tajikistán y la Academia de Ciencias del Mundo en Desarrollo (TWAS). Febrero 2011

Líneas de investigación:

Análisis de revistas científicas y istemas de información

Electrodinámica estocástica

Electrodinámica (interacción de radiación con materia)

Fundamentos de la mecánica cuántica

Fundamentos de la teoría cuántica; revistas científicas y acceso abierto; Luces sobre la ciudad

La cuantización como fenómeno emergente





Fuentes consultadas:

https://www.fisica.unam.mx/es/personal.php?id=168

Dr. Arathi Sethumadhavan.

https://www.fundacionunam.org.mx/rostros/ana-maria-cetto-reconocida-cientifica-por-su-labor-pacifista/

Xyoli Pérez Campos

(México, 1974 aprox.)

Xyoli Pérez Campos

Ingeniera Geofísica. Investigadora del Instituto de Geofísica de la UNAM. Fue Jefa del Servicio Sismológico Nacional, estuvo al frente de esa entidad durante los sismos de 2017.

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Fotografía de Xyoli Pérez Campos

Nacida en la Ciudad de México, cuando era muy chiquita, como en primero o segundo de primaria, Xyoli quería ser maestra, como su papá y su mamá, quienes siempre inculcaron el estudio a sus hijos e hija. 

Como profesores normalistas, combinaron su trabajo y educación a lo largo de la vida. Su mamá, Yolanda Campos Campos, primero fue maestra de primaria y continuó sus estudios para ser doctora en Pedagogía. Su papá, Nahúm Pérez Paz, también tuvo como primera profesión el ser maestro de primaria y después se tituló como licenciado en Biblioteconomía. Siempre aspiraron a que sus hijos e hijas fueran a la universidad, alentando sus vocaciones y su curiosidad.

Recuerda que, cuando ella le exponía una duda a su padre, “él sacaba la enciclopedia y cinco títulos más sobre el tema, los colocaba en la mesa y me decía: ‘la respuesta está aquí, ¡encuéntrala!’, y si acudía con mamá era peor, me daba una pila de libros similar. Eso me enseñó a investigar desde la primaria y, de alguna manera, me preparó”, para partir de un mundo de datos a buscar explicaciones.

A los catorce años de edad, Xyoli Pérez supo que su camino de vida estaría íntimamente relacionado con el estudio y comprensión de los sismos. No fue una vocación aparecida de la nada, su interés por las Ciencias de la Tierra surgió en 1985, cuando ocurrió el terremoto que provocó cerca de diez mil muertes.

El 19 de septiembre de 1985, recién ingresada a la secundaria, Xyoli tenía once años, iba en el automóvil familiar camino a la escuela y vio cómo el suelo se comenzó a mover: “el vehículo comenzaría a bambolearse con tal fuerza que, por un momento, me sentí como en una de esas lanchas a las que me subía durante mis vacaciones en Acapulco. Me tocó ver un hotel y un colegio colapsados muy cerca del cruce entre Tlalpan y Miguel Ángel, y enterarme de que el edificio Nuevo León, donde vivía mi tío, había caído (por fortuna él sobrevivió). Había nubes de polvo por doquier e ignoraba qué estaba pasando, pero quería saber. Todo ello hizo surgir en mí una certeza de vida: yo sería sismóloga”.  El fenómeno le provocó mucha curiosidad, quería saber por qué sucedían los sismos, por qué se caían los edificios, por qué pasaba lo que pasaba.

Siempre estuvo cercana la UNAM porque, para su mamá, Ciudad Universitaria era un espacio maravilloso, los fines de semana iban a jugar allí, a visitar los diferentes espacios, a escuchar conciertos o ver obras de teatro. Junto con sus hermanos también tomó un curso de computación, en algo como un curso de verano. 

Al darse cuenta que le gustaban las materias de matemáticas y física, decidió que quería estudiar algo que tuviera que ver con esas asignaturas, y que la mejor opción sería una ingeniería. Entre los once y los catorce años se planteó otras posibles carreras, que incluyeron Medicina Veterinaria, Meteorología o Ingeniería Mecánica, pero fue en una Feria de Orientación Vocacional cuando descubrió que existía una carrera llamada Ingeniería Geofísica, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y en la que se estudiaban sismos.

A Xyoli Pérez no la inspiró ninguna mujer para ser sismóloga, ya que no había ninguna. Quien la inspiró fue su madre quien, si bien le dijo que las matemáticas eran para hombres, también le comentó que las mujeres podían hacer ese tipo de cosas, que no existían límites. 

Cuando estaba en primer año de preparatoria, su mamá la llevó a conocer el Servicio Sismológico Nacional, ubicado en al Instituto de Geofísica de la UNAM, ya que le había contado que quería dedicarse a eso, y quería enseñarle de qué se trataba cada carrera sobre la que Xyoli mostraba interés. 

Al entrar y ver los tambores que registraban la información de los sismos y un mapa de la Ciudad de México con luces LED, dijo: ‘Guau. Yo quiero trabajar aquí’”. Pero lo llamó mucho la atención no ver a ninguna mujer trabajando allí, recuerda la Dra.  Pérez, en ese entonces estudiante de la Prepa 5 y que fue seleccionada como integrante de la primera generación de estudiantes del Programa de Alto Rendimiento Académico (PARA), de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, a la que ingresó a estudiar Ingeniería Geofísica, luego de estudiar la preparatoria.

Al concluir su licenciatura hizo su tesis sobre las amplificaciones de los sismos en el Valle de México dependiendo de la región del país de la que provenían. Pérez Campos se ha desempeñado en el área académica desde 2004, cuando se incorporó a la Facultad de Ingeniería como profesara de tiempo completo. Para 2005, se integró al Instituto de Geofísica como investigadora titular del Departamento de Sismología. Luego, de 2008 a 2010, fue representante técnica de México ante la Organización para el Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares de la ONU. 

Personalmente, Xyoli Pérez no ha encontrado ninguna dificultad por ser mujer al dedicarse a la ciencia en México, específicamente en su área. Eso sí, reconoce que son pocas mujeres: “Veo que hay un rezago en participación, que no hay suficientes mujeres participando en cuestiones científicas, que no hay suficientes investigadoras o dedicadas a todo lo que ver con ciencia o ingenierías”.

Considera que esto se debe a una cuestión cultural, ya que, si bien puede haber más jóvenes interesadas en estudiar carreras relacionadas con la ciencia o la ingeniería, algo las retiene al momento de querer desarrollarlas profesionalmente. Tiene que ver con que todavía se piensa que “no son carreras para mujeres, que la mujer tiene otros espacios, que su casa es por ejemplo uno de ellos, que sus hijos son otro de ellos, que el hombre todavía no termina de asimilar que es parte de la casa y es parte de la educación de los hijos y por lo tanto de esas tareas.

Para ella ha habido dos momentos difíciles: el primero, al estar estudiando su doctorado en la Universidad de Stanford, pues tuvo una crisis que le hizo desear suspender sus estudios y volver a México. Pero habló con su mamá y ella le dijo: “si te regresas ahora no te recibo. Piensa una semana ¿Por qué decidiste irte? ¿Fue para darnos gusto a tu familia o fue porque es algo que tú querías para tu vida? Luego de una semana ella viajó a donde yo estaba, hablamos muchos días y finalmente decidí quedarme y concluir”.

Al concluir su doctorado regresó a México donde trabajó como profesora en la Facultad de Ingeniería de la UNAM, luego como investigadora del Instituto de Geofísica y posteriormente como investigadora y luego jefa del Servicio Sismológico Nacional (SSN), cargo que ocupó desde 2014 y hasta 2021.

Fue al asumir ese cargo, que nuevamente tuvo muchas dudas, sobre si podría o no con esa responsabilidad. En esos días escuchó muchas opiniones, pero una que fue determinante fue la de su marido. Él le dijo: Te has preparado para esto y cumples con el perfil. Sí puedes hacerlo”. A partir de entonces, no tuve miedo de atender esta tarea. Hoy, cuando hay un sismo, sé que trabajar aquí es lo mejor que puedo hacer para ayudar”, dice la doctora Pérez.

El 19 de septiembre de 2017 ocurrió lo impensable: no bien habían transcurrido dos horas del megasimulacro con el que se buscaba conmemorar —como cada año— la tragedia de 1985 cuando la Ciudad de México volvió a verse sacudida por un temblor. En esta ocasión a Xyoli Pérez no le tocó vivir este evento como una niña desconcertada, sino como jefa del SSN, papel que le permitió tomar los registros y mediciones generados en el momento y transmitirlos no sólo a las autoridades y a la población, sino a sus colegas a fin de esclarecer qué había pasado. “Me gusta hallar cosas nuevas, plantear preguntas y resolver rompecabezas”. 

Subraya que los movimientos de tierra de 2017 son una oportunidad inmejorable para ahondar en estos fenómenos, en particular porque ambos se dan en escenarios que obligan a replantear mucho de lo que hasta hace poco eran certezas. “Estamos en un momento inmejorable para eso porque hoy contamos con algo que no teníamos en 1985, muchas estaciones (entonces eran un puñado) y registros digitales de buena calidad”.

Sobre el temblor del 7 de septiembre de 2017 la experta refiere que no sólo es el más grande del que se tenga noticia en México, sino que se generó en una zona dentro de la placa de Cocos donde se creía que eran casi imposibles los sismos. “Los modelos de temperatura nos decían que ahí el material era muy dúctil y eso hacía muy improbable una ruptura; sin embargo, esto se dio y ello nos obliga a plantearnos otros modelos que sí nos expliquen por qué esta zona puede ser caliente y frágil al mismo tiempo; en esas indagaciones estamos”.

Esta es una de las tareas más importantes del Sistema Sismológico Nacional: monitorear la sismicidad del país de manera oportuna, eficaz y con poca incertidumbre para, a partir de eso, generar conocimiento. “Es un poco como aquello que aprendí de niña, tenemos preguntas, muchos datos enfrente, y con ellos debemos intentar construir respuestas”.

El principal consejo que da Xyoli Pérez a las niñas y jóvenes que quieren dedicarse a la ciencia, es que se dediquen a lo que quieran dedicarse y que hagan lo mejor posible para que sean las mejores en ello, así como que no permitan que les pongan obstáculos en sus anhelos y sueños.

“Si resulta que lo tuyo es la ciencia, pues dedícate a la ciencia y disfrútala como enana porque así es como se disfruta esto”. Y finalmente señala lo siguiente: “La ciencia puede ser maravillosa, puede ser también muy frustrante, hay muchos tiempos en que las cosas no te salen entonces tienes que estar batallando para que te salgan, pero en el momento en el que logras que que te salga ese resultado tan esperado, pues es así el éxtasis total de haber encontrado algo que has estado buscando por muchísimo tiempo”.





Fuentes consultadas:

Xyoli Pérez Campos, una niña que soñaba con la sismología.

Mujeres en la ciencia. Xyoli Pérez y el terremoto del 85, el motivo para ser sismóloga.

Semblanza - Dra. Xyoli Pérez Campos.

“En un terremoto no tengo vértigo, me pongo mi chaleco y ayudo desde el Sismológico”: Xyoli Pérez.

Arathi Sethumadhavan

(India, 1980 aprox.)

Arathi Sethumadhavan

Ingeniera en Computación y doctora en Psicología experimental. Especialista en el estudio de la interacción entre tecnología y seres humanos. Dirige el área de investigación en Inteligencia artificial, Ética y Sociedad de Microsoft, y es miembro del proyecto AI-Machine Learning del Foro Económico Mundial.

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Fotografía de Arathi Sethumadhavan

Originaria de la India, Arathi Sethumadhavan es hablante de hindi, malayaman y sánscrito.

En 1998 ingresó a la Universidad de Calicut, en el noreste de la región de Kerala, donde estudió Ingeniería en Computación; se graduó en 2002.

En la Universidad Tecnológica de Texas (Texas Tech) estudió la maestría y el doctorado en Psicología Experimental con especialidad en factores humanos y ergonomía, el cual concluyó en 2008. 

Poco después de graduarse del doctorado, trabajó en la creación de sistemas humano-máquina que permitieran a las personas ser más efectivas en entornos complejos en la aviación y la atención médica. También se ha desempeñado como profesora adjunta y profesora asociada en la Facultad de Diseño de la Universidad de Minnesota, así como en la junta editorial de Ergonomics in Design.

De 2009 a 2016, Arathi trabajó en Medtronic, empresa de tecnología aplicada a la medicina, ocupando diversos cargos hasta llegar a la dirección. Con un enfoque centrado en las personas usuarias, diseñó sistemas que se comunican con implantes en el corazón, incluido el marcapasos más pequeño del mundo y creando una estrategia para la participación del paciente. Recibió el premio Star of Excellence Award por innovación. 

Después, casi por dos años fue Directora de Core Human Factors Inc., donde estuvo a cargo de las actividades de factores humanos a lo largo del ciclo de vida del producto, para varios dispositivos médicos y productos combinados. Se centró en la identificación de las necesidades del usuario, el análisis de riesgos relacionados con el uso y la planificación y ejecución de estudios formativos y de validación. 

Desde 2018 es la jefa del área de investigación en Experiencia del usuario, inteligencia artificial, Ética y sociedad de Microsoft, donde es responsable de incorporar las perspectivas de comunidades tradicionalmente desamparadas y desatendidas en la elaboración de productos. Las áreas de tecnología clave incluyen inteligencia artificial (IA) en voz, visión por computadora, reconocimiento facial y realidad mixta.

La mayoría de los equipos de productos lanzan nuevas tecnologías sin considerar completamente su impacto en los seres humanos, una práctica que, según Arathi, puede generar problemas graves, por lo que siempre debe pensarse en las implicaciones sociales de las nuevas tecnologías, particularmente la inteligencia artificial.

La Dra. Sethumadhavan reconoce la importancia de la diversidad en la innovación, tanto para las compañías (pues pueden capturar nuevos mercados), como para tener sociedades con convivencia sana y respeto a todas las personas. Para lograr que los nuevos productos funcionen bien para todas las personas, hay que retar el status quo en cada fase del diseño, para mantener la equidad y la inclusión en el centro de nuestro trabajo. El pensamiento de diseño es un proceso continuo, que busca diversas voces a lo largo de todo el ciclo de vida del desarrollo.

Autora de numerosos artículos académicos, también fue editora del libro publicado en 2020, titulado Diseño en salud: aplicaciones de factores humanos donde se profundiza en cuestiones críticas y emergentes en la salud y la seguridad del paciente y sobre cómo el campo de los factores humanos y la ergonomía juegan un papel en este campo. 

Durante la pandemia de COVID-19, decidió hacer algo significativo con el tiempo extra que tenía al restringirse la vida social. Entonces, en noviembre de 2020 inició una beca del Foro Económico Mundial, como miembro del proyecto Inteligencia artificial y aprendizaje automático, con el propósito de resaltar problemas globales como la esclavitud moderna y el envejecimiento. Fue autora de un informe final sobre el diseño de tecnologías de IA para la población que envejece. 





Fuentes consultadas:

Dr. Arathi Sethumadhavan.

Dr. Arathi Sethumadhavan.

Arathi Sethumadhavan: Ai And Machine Learning Fellowship.

Matilde Montoya

(México 1859-1938)

Matilde Montoya

Después de muchos años de lo que parecía una carrera de obstáculos diseñada para evitar que alguna mujer entrara a un mundo exclusivo de los varones, el 24 de agosto de 1887, la joven Matilde Petra Montoya Lafragua se convirtió en la primera médica mexicana.

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Fotografía de Matilde Montoya

Matilde nació en la Ciudad de México el 14 de marzo de 1859. Al terminar su educación primaria a los 11 años quiso estudiar la secundaria, en aquellos años llamada escuela primaria superior, pero por su edad no fue admitida.Estudió para partera en la Escuela Nacional de Medicina pero abandonó sus estudios por problemas económicos. Solicitó su inscripción en la Escuela Nacional de Medicina, en la que fue aceptada en 1882, a los 24 años.

Las publicaciones femeninas y un amplio sector de la prensa la apoyaban, pero gran parte de la población estaba en desacuerdo y opinaban que "debía ser perversa la mujer que quiere estudiar medicina para ver cadáveres de hombres desnudos".

Matilde no sólo tuvo que lidiar con las críticas de la sociedad sino también soportar las burlas de muchos de sus compañeros de salón al ser la única mujer presente. Tanta presión ejercieron sus opositores, que pronto a la valiente Montoya le fue comunicada su baja.

En su desesperación Matilde le escribió una carta al entonces primer mandatario Porfirio Díaz, quien dio órdenes para facilitarle cursar las materias en las cuales tenía conflicto. Tras completar sus estudios con buenas calificaciones solicitó su examen profesional, que le fue negado ya que en las actas oficiales decía "alumnos" no "alumnas". Matilde tuvo que acudir otra vez t al presidente, quien envió una solicitud a la Cámara de Diputados para que se actualizaran los estatutos de la Escuela Nacional de Medicina.

Después de muchos problemas, y sólo gracias a un decreto que el presidente Porfirio Díaz emitió para que le realizaran su examen profesional, el 24 de agosto 1887 se recibió de médica partera.

Matilde fue una médica destacada, y participó en muchas asociaciones de mujeres, fundando ella misma en 1925, la Asociación de Médicas Mexicanas, pero nunca fue invitada a ninguna asociación o academia médica oficial, aún exclusivas de hombres.

Matilde Petra Montoya Lafragua murió el 26 de enero de 1938 después de más de medio siglo de abrir las puertas de la medicina a otras mujeres.





Fuentes consultadas:

https://www.gaceta.unam.mx/mujeres-cientificas-en-mexico/

https://mxcity.mx/2017/01/matilde-montoya-historia-de-la-primera-medica-mexicana/

Susana López Charretón

(México 1957)

Susana López Charretón

Susana López Charretón nació en la Ciudad de México en 1957. Posee los grados de licenciatura (1980), maestría (1983) y doctorado (1986) en estudios básicos biomédicos, todos obtenidos con mención honorífica en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es investigadora en el Instituto de Biotecnología en la misma universidad.

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Fotografía de Susana López Charretón

Fue becaria del Howard Hughes Medical Institute International Research Scholar desde 2000

A lo largo de su carrera científica, ha contribuido con avances en el entendimiento del rotavirus.Un avance importante de su grupo de investigación6 está relacionado con la entrada del virus en el cuerpo humano. El rotavirus se distribuye por la boca y la piel, pero esas células no son afectadas. Las únicas células afectadas en donde se reproduce el virus es en las células del intestino delgado7. La Dra. López Charretón ha publicado más de 130 artículos de investigación en revistas científicas internacionales89. Fue miembro del consejo editorial de la revista científica Journal of Virology.

Susana López Charretón es especialista en el estudio de la biología celular y molecular de la infección por rotavirus y astrovirus. Sus líneas de investigación también se centran en la genómica funcional de la interacción virus-célula huésped, así como en aspectos de epidemiología, diagnóstico y metagenómica viral de enfermedades emergentes. Desde inicios del 2020, su grupo ha redirigido parte de su trabajo para participar en los esfuerzos de diagnóstico y caracterización de diversos aspectos de la pandemia de COVID-19.

Estudió la licenciatura y el doctorado en Investigación Biomédica Básica en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Realizó una estancia como estudiante graduado en el California Institute of Technology, Pasadena, California. 

Pertenece a la Sociedad Mexicana de Bioquímica, Academia Mexicana de Ciencias, Academia de la Investigación Científica de Morelos, Sociedad Mexicana de Virología, American Society for Microbiology, American Society for Virology y a la Academia de Ciencias de Latinoamérica. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, investigador nacional, nivel III, desde 2001. Ha participado en más de 300 congresos nacionales e internacionales y ha impartido más de 100 seminarios y conferencias por invitación. 

Su trabajo de investigación se ha publicado en 140 artículos en revistas internacionales y ocho capítulos en libros internacionales. También ha publicado 20 artículos de divulgación y dos libros infantiles. Ha formado parte del comité editorial de tres de las más importantes revistas de virología y actualmente es editor del Journal of Virology (2014-2022). Hasta diciembre de 2019, sus publicaciones científicas cuentan con más de 4 mil citas. Ha dirigido nueve tesis de licenciatura, 20 de maestría, 12 de doctorado y 3 de posdoctorado. 

Dentro de su experiencia profesional, destaca su estancia en el National Institute of Health de Tokio, Japón, como profesora invitada (1984); de 1985-1987 fue investigadora asociada, en el Departamento de Biología Molecular, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM y, posteriormente, se incorporó al entonces Centro de Investigación sobre Ingeniería Genética de la UNAM. Fue Fogarty Fellow del California Institute of Technology (1991-1992); y realizó una estancia sabática en el Instituto Nacional de la Investigación Agronómica, de Jouy en Josas, Francia (1998). Actualmente es investigadora titular C, del Departamento de Genética del Desarrollo y Fisiología Molecular del Instituto de Biotecnología de la UNAM (de 1996 a la fecha). 

Entre otras distinciones, ha recibido el Premio de la Academia de la Investigación Científica 1993, en el Área Ciencias Naturales; Premio Carlos J. Finlay en Microbiología otorgado por la UNESCO (2001); fue nombrada Howard Hughes International Research Fellow (2000-2005 y 2005-2010); Medalla Sor Juana Inés de la Cruz 2004; Premio TWAS 2008 en Biología; Laureate for Woman in Science 2012 por la Fundación Lóreal/UNESCO; Medalla Omecihuatl 2012, Inmujeres de la Ciudad de México; Premio Universidad 2013, en Ciencias Naturales . En 2018, el Sistema Universitario Jesuita le otorgó el doctorado honoris causa.




Fuentes consultadas:

https://colnal.mx/integrantes/susana-lopez-charreton/

https://es.wikipedia.org/wiki/Susana_L%C3%B3pez_Charreton

Frances Elizabeth Allen

(Estados Unidos, 1932 - 2020)

Frances Elizabeth Allen

Informática, pionera en la automatización de tareas paralelas y optimización de compiladores. Contribuyó al desarrollo del primer superordenador transistorizado, la IBM 7030. Trabajó en un programa de compilación que podía manipular varios lenguajes de programación simultáneamente. Primera mujer en recibir el premio Turing..

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Fotografía de Frances Elizabeth Allen

Nació en Peru, estado de Nueva York, el 4 de agosto de 1932. Creció cerca del lago Champlain, en la granja lechera de su familia. Fran era la mayor de seis hijas e hijos. Desde niña, Fran aprendió el valor del trabajo duro, la dedicación y la humildad. Recuerda que leía libros con lámparas de queroseno, después de un día de trabajo en la finca y haber asistido a la escuela. 

En la escuela secundaria, Fran se inspiró en su propio profesor de matemáticas y decidió que esa era también su vacación. Como muchas mujeres de su generación, asistió la Universidad del Estado de Nueva York para profesores, donde se graduó en 1954, a los 22 años de edad, obtuvo una licenciatura en matemáticas con especialización en física. 

Como profesora de matemáticas y ciencias, Fran enseñó desde álgebra primaria hasta trigonometría avanzada durante dos años, en la misma escuela secundaria a la que había asistido. Una de sus hermanas pequeñas fue su alumna.

En 1957 se licenció también en Matemáticas por la Universidad de Michigan. Poco tiempo después ingresó al campo de la informática, gracias a que, esta universidad era una de las pocas instituciones que enseñaban ciencias de la computación en la década de 1950. Durante su estadía allí, Fran había tomado algunas clases de computación básica. 

En el verano de ese mismo año, Fran se enteró de que la compañía IBM estaba entrevistando a posibles candidatos en el campus y se inscribió para una entrevista, y le ofrecieron un puesto. Creía que solamente trabajaría allí durante un año, principalmente para pagar sus préstamos del programa de maestría que cursaba, pues planeaba regresar a la enseñanza, un trabajo que amaba. Sin embargo, su carrera la desarrolló en esta compañía, en la que permaneció hasta su retiro, en 2002.

Ingresó en julio de 1957, al área de IBM Research, solo tres meses antes de la introducción de FORTRAN (FORmula TRANslation) por parte de IBM, el primer lenguaje de programación de alto nivel, que permitía trabajar de forma más sencilla. Su eficacia se demostró, sobre todo, en aplicaciones de ingeniería y carácter científico.

Fortran marcó un punto de inflexión en la trayectoria profesional de Allen, quien desde entonces centró su interés en la compilación, es decir, el proceso por el cual un programa se traduce de un código fuente a otro ‘máquina’ para que los ordenadores lo entiendan y así ejecutarlo.

Durante los siguientes años colaboró en diferentes iniciativas, relacionadas con los compiladores, como el proyecto ‘Stretch’, considerado el primer superordenador transistorizado de IBM y conocido también como IBM 7030. También formó parte del proyecto ‘Harvest’ o IBM 7950, complemento del anterior, que fue usado en tareas de criptoanálisis, en la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, durante catorce años, para ser retirado en 1976. En ese año, fue reasignada a las oficinas de IBM.

A la cabeza de su equipo de investigación, el principal aporte de Frances Allen consistió en un programa de compilación que podía manipular más de un lenguaje a la vez. En concreto tres: Fortran, Alpha y Autocoder. Esto sentó las bases de sistemas automatizados.

A principios de la década de 1980, se centró en poner a disposición de las y los jóvenes programadores herramientas ágiles y sencillas: tecnologías y algoritmos que conforman la base de la optimización automática de programas. Para ello, daba conferencias y seminarios en diversas universidades de Estados Unidos, y también fue profesora en la Universidad de Stanford. 

Cuando no estaba inmersa en la computación, Allen se dedicaba a sus otras dos pasiones: escalar montañas y estudiar cuestiones medioambientales. Fue integrante del American Alpine Club y del Alpine Club of Canada; participó en expediciones de exploración al Ártico y a la frontera entre China y el Tíbet.

También era una entusiasta mentora, con gran dedicación inspiraba e impulsaba a la gente joven, especialmente a las mujeres. Durante los años 70 y 80, la informática era un campo dominado por los hombres, pero Allen se esforzó por cambiar esa dinámica y gracias en parte a sus esfuerzos, la mitad del equipo de experimentación en compiladores de IBM estaba formado por mujeres. Siempre se esforzó por incluir el talento menos representado en la industria.

En el año 2000, fue nombrada Socia del Museo Histórico de Computación, "por sus contribuciones por optimizar la programación y compilar para ordenadores paralelos." Formó parte de la Junta de Telecomunicaciones e Informática, la junta de la Asociación de la Investigación Informática (CRA por sus siglas en inglés), y en el consejo consultivo del sector dedicado a la Informática y las TIC de la Fundación de Ciencia Nacional Americana. 

Desde 1994 ingresó como miembro de la Academia Nacional de Ingeniería y la Sociedad Filosófica Americana. Fue elegida socia de la Academia americana de Artes y Ciencias. En 1997, Allen fue incorporada al Salón de la Fama de las Mujeres en la Tecnología. Se retiró de IBM en 2002 y ganó el Premio Augusta Ada Lovelace de ese año, otorgado por la Asociación para Mujeres Informáticas.

En 2006 se convirtió en la primera mujer en ganar el Premio Turing de la Asociación de los Sistemas Informáticos (ACM por sus siglas en inglés), que es considerado el Nobel de las Ciencias de la Computación, “por sus contribuciones que mejoraron fundamentalmente el rendimiento de los programas de computador y aceleraron el uso de sistemas de computación de alto rendimiento”.

Debido a complicaciones del Alzheimer que padecía, Frances Allen falleció el 4 de agosto de 2020, el día que cumplió 88 años, en el hogar para personas mayores en el que pasó sus últimos años.

El trabajo de Frances Allen persistirá mucho más allá en tiempo, presente en todos los modelos y compiladores modernos que nos permiten las actuales experiencias rápidas en los ordenadores y teléfonos inteligentes, o en la futura generación de consolas y juego en la nube.




Fuentes consultadas:

Frances Allen, la científica de la computación que facilitó a los humanos dar instrucciones a los ordenadores.

Por qué debemos recordar a Frances Allen, primera mujer que ganó el Premio Turing

Fances “Fran” Allen.

Carolina Gallardo Patiño

(México, 1979)

Carolina Gallardo Patiño

Ingeniera Física, especialista en nanotecnología. Contribuyó con la NASA a crear pequeños aparatos que acompañan la misión a Marte del rover Discovery.

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Fotografía de Carolina Gallardo Patiño

Aurea Carolina Gallardo Patiño nació en Culiacán, Sinaloa, en 1979. Desde los cinco años se preguntaba ¿cómo podía alcanzar las estrellas? y le gustaba salir todas las noches a contemplar el cielo, tanto, que dibujaba sus propios mapas estelares.

En 1993, cuando tenía trece años, su pasión por conocer el universo dio un salto cuando miraba un programa de televisión, donde realizaban una entrevista al doctor Edward J. Weiler, en ese entonces investigador en jefe del telescopio espacial Hubble de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA). Impresionada con el tipo de investigación que hacía el doctor, y, con la ayuda de su hermana mayor, Carolina escribió y le envió una carta para saber qué tendría que hacer ella cuando fuera grande, para trabajar en programas como lo hacía el doctor Weiler. 

Después de un año recibió la respuesta, junto con una caja llena de libros, poster y fotos del Hubble. Weiler la animó a realizar sus estudios en ciencia o en ingeniería, y le aconsejó buscar becas para estudiar en el extranjero, esforzarse en sus estudios, aprender la tecnología y regresar a México para aplicar lo aprendido.

En 1996, cuando tenía 16 años, participó en el concurso Para Leer la Ciencia desde México, organizado por el Fondo de Cultura Económica (FCE), la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), con un ensayo sobre cuásares. El tercer lugar nacional obtenido incluía como premio una beca para estudiar inglés en Estados Unidos. 

Durante su viaje, que realizó en 1997, contactó al doctor Weiler, quien la invitó a visitar el Centro de Vuelo Espacial Goddard para que conociera la réplica del telescopio Hubble.

Así, en lugar de estudiar astrofísica, Carolina decidió estudiar ingeniería física, porque esta permite la interacción del ingenio y la creatividad con la ciencia. Ingresó a la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), donde se especializó en tecnología de materiales. Además, durante su licenciatura, comenzó a trabajar como asistente de investigación en el CINVESTAV del Instituto Politécnico Nacional, en el departamento de Estado Sólido. Al graduarse fue aceptada para estudiar la maestría en Ingeniería Aeroespacial. 

Sin embargo, dos meses después de concluir su carrera, sufrió un accidente automovilístico: un conductor en estado de ebriedad chocó el auto en que ella viajaba junto con su familia, ocasionándole fractura craneal y lesiones en las vértebras, que dejaron como secuela que ella perdiera la memoria; no recordaba nada de su familia ni lo que le gustaba. Tardó más de seis años de terapias para volver a leer, reconocer los números y las operaciones matemáticas. A fuerza de perseverancia, retomó sus sueños.

Gallardo obtuvo una beca para realizar dos maestrías, la maestría en Ingeniería Aeronáutica y Tecnología Espacial en Cranfield University de Reino Unido y en Astronáutica e Ingeniería Espacial en Francia, ambas las gracias al apoyo de la “Beca Erasmus Mundus” otorgada por la Comisión Europea. Ha colaborado en proyectos con la Agencia Espacial Europea y Astrium EADS en análisis y diseño de misiones espaciales y análisis de riesgos para los diferentes subsistemas de la misión.

Durante su estadía en Francia, Carolina Gallardo participó en el diseño del vehículo de entrada para la Estación Espacial Internacional, auspiciado por la compañía europea Astrium. Su proyecto de investigación esta maestría lo realizó en el Centro de Vuelos Espaciales Goddard (GSFC) de la NASA, en el Departamento de Sistemas de Detectores. En dicho proyecto, se dedicó a la fabricación, análisis y caracterización eléctrica de un sensor hecho de nano hilos de silicio, que será utilizado para detectar compuestos orgánicos (vida) en las futuras misiones a Marte, Titán y objetos cercanos a la Tierra. 

Ella aconseja: “Busquen un mentor, un profesor, un maestro. Alguien que los pueda guiar a través de su carrera profesional; si tienen ganas de estudiar el espacio busquen también a las personas que les puedan ayudar en el camino, busquen hacer intercambios extranjeros y conocer la tecnología que se usa allá y vuelvan a México a aplicarla en proyectos propios. Nunca dejen de buscar”.

Actualmente es mentora en el programa NiñaSTEM Pueden de la SEP y la OCDE. Ha fungido como juez en la competencia STEM del Programa de Alcance Educacional del Ejercito de los Estados Unidos (AEOPS). También es mentora técnica en el Nodo Binacional de Innovación Universitario con un equipo de la UNAM; además de ser la principal impulsora de la iniciativa Mujeres hacia el Espacio de la Agencia Espacial Mexicana.




Fuentes consultadas:

Áurea Carolina Gallardo Patiño, Ingeniera Física, colaboradora de la NASA.

Científica de NASA recomienda a jóvenes potosinos perseguir sus sueños.

La científica mexicana que construyó un nanoinstrumento para la NASA.

Carolina Gallardo: perseverancia y pasión por el espacio.

María Elena Caso

(México 1915-1991)

María Elena Caso

Las estrellas de mar y, en general, la vida marina, fueron la pasión de María Elena Caso Esta mexicana desafió las convenciones y se convirtió en una científica de referencia en el campo de la biodiversidad marina. En una época en la que las mujeres no podían usar traje de baño, recorrió las costas de México y fue recolectando ejemplares de erizos, estrellas y pepinos de mar vistiendo pantalones.

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Fotografía deMaría Elena Cas

Las estrellas de mar y, en general, la vida marina, fueron la pasión de María Elena Caso Esta mexicana desafió las convenciones y se convirtió en una científica de referencia en el campo de la biodiversidad marina. En una época en la que las mujeres no podían usar traje de baño, recorrió las costas de México y fue recolectando ejemplares de erizos, estrellas y pepinos de mar vistiendo pantalones.

Fue una científica mexicana, que basó su trabajo en el estudio de los equinodermos de México, el cual marcó una pauta para el estudio de las estrellas de mar y otros equinodermos en México. Obtuvo el grado de Doctora en ciencias biológicas por la UNAM en 1961.

Fue pionera de las ciencias biológicas en México. En 1939, participó en la fundación del laboratorio de hidrobiología del Instituto de Biología de la UNAM, hoy conocido como Centro de Ciencias del Mar y Limnología.

Desde muy pequeña convivió con grandes pensadores mexicanos gracias a su padre, el maestro Antonio Caso, las ideas de los más grandes intelectuales del país en esa época, por ejemplo: José Vasconcelos, Alfonso Reyes, Pedro Henriquez Ureña y otros.

Caso estudió en la Facultad de Ciencias de la UNAM durante el periodo de 1937 a 1940, obtuvo el grado de Maestra en Ciencias Biológicas, con la tesis: Contribución al Conocimiento de los Asteridos de México, una contribución que marcó el inicio de una nueva época en el estudio de las estrellas de mar en nuestro país.1 Publicó su primer trabajo en 1941 y su tesis profesional en 1943. En 1961 obtiene el grado de Doctora en Ciencias Biológicas en la Facultad de Ciencias, con la tesis doctoral Los Equinodermos de México.

En 1939 fundó la Colección Nacional de Equinodermos del Ciencias del Mar y Limnología, participó en la fundación del Laboratorio de Hidrobiología del Instituto de Biología de la UNAM, bajo la dirección de Enrique Rioja, el cual se convirtió en el Departamento de Ciencias del Mar y Limnología del Instituto de Biología de la UNAM y, posteriormente en el Centro de Ciencias del Mar y Limnología (1973-1981) hoy Instituto.

En el aspecto profesional María Elena se dedicó enteramente a la ciencia; en el aspecto personal nunca contrajo matrimonio, ni tuvo hijos. Su alumno y colaborador cercano, el doctor Alfredo Laguarda Figueras, junto con el doctor Francisco A. Solís Marín, continúan con su labor de recolección, estudio y divulgación de la importancia de los equinodermos.

El 6 de noviembre de 1991, las autoridades del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, develaron la placa conmemorativa que asocia el nombre de la Dra. Malena Elena Caso con la biblioteca de la "Estación Mazatlán". 

Publicó los siguientes libros:

    Contribución al conocimiento de los Astéridos de México (Tesis de Maestría, 1943).

    Estado actual de los conocimientos acerca de los equinodermos de México (Tesis de doctorado, 1961).

    Los equinoideos del Pacífico de México (México, UNAM, Centro de Ciencias del Mar y Limnologia, 1979).



Fuentes consultadas:

María Elena Caso - Wikipedia, la enciclopedia libre

Biografía de Maria Elena Caso | Museo Nacional de Ciencias Naturales (csic.es).

Sarah Catherine Gilbert

(Inglaterra, 1962)

Sarah Catherine Gilbert

Es una vacunóloga británica, profesora de vacunología en la Universidad de Oxford y cofundadora de Vaccitech. Está especializada en el desarrollo de vacunas contra la gripe y los patógenos virales emergentes. Lideró el desarrollo y las pruebas de la vacuna universal contra la gripe, que se sometió a ensayos clínicos en 2011. El 30 de diciembre de 2020, la vacuna de Oxford-AstraZeneca para la COVID-19 que desarrolló conjuntamente con Oxford Vaccine Group fue aprobada para su uso en el Reino Unido.

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Fotografía de María Elena Cas

Estudió en el instituto de Kettering, donde se dio cuenta de que quería trabajar en medicina. Se graduó en Ciencias Biológicas, por la Universidad de Anglia del Este, y realizó su doctorado en la Universidad de Hull, donde se centró en bioquímica.  Tras obtener su doctorado, trabajó como investigadora postdoctoral en la industria. Comenzó su carrera en la Brewing Industry Research Foundation antes de mudarse al Leicester Biocentre. Finalmente, se unió a Delta Biotechnology, una compañía biofarmacéutica que fabrica medicamentos en Nottingham.

Participó en el desarrollo y las pruebas de la vacuna universal contra la gripe. A diferencia de las vacunas convencionales, la vacuna universal contra la gripe no estimula la producción de anticuerpos, sino que activa el sistema inmune para crear células T que son específicas para la gripe. Utiliza una de las proteínas centrales (nucleoproteína y proteína de matriz 1) dentro del Influenzavirus A, no las proteínas externas que existen en la capa externa. A medida que el sistema inmunitario se debilita con la edad, las vacunas convencionales no son efectivas para las personas mayores. La vacuna universal contra la gripe no necesita ser reformateada cada año y evita que las personas necesiten una vacuna contra la gripe estacional. Sus primeras pruebas clínicas en el 2008 usaron el virus Influenza A subtipo H3N2, monitorizando diariamente los síntomas de las personas pacientes.  Fue el primer estudio que mostró que era posible estimular las células T en respuesta a un virus de la gripe, y que esta estimulación protegería a las personas de contraer la gripe. Su investigación demostró que el vector adenovirus ChAdOx1 puede usarse en vacunas que protegen contra el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS) a ratones y capaces de inducir respuesta inmune contra MERS en humanos. El mismo vector también se usó para crear una vacuna contra Nipah que fue efectiva en hámsters (pero nunca se probó en humanos), además de una vacuna potencial para la fiebre del Valle del Rift que protegía a ovejas, cabras y ganado (pero no se probó en seres humanos).


Ha participado en el desarrollo de una nueva vacuna para proteger contra el coronavirus desde el comienzo de la pandemia de enfermedad por coronavirus 2019-2020, liderando el trabajo sobre esta vacuna junto a Andrew Pollard, Teresa Lambe, Sandy Douglas, Catherine Verde y Adrian Cerro.  Al igual que con su trabajo anterior, la vacuna COVID-19 utiliza un vector adenoviral, que estimula una respuesta inmune contra la proteína espiga del coronavirus. Se anunciaron planes para comenzar estudios en animales en marzo de 2020, y se inició el reclutamiento de 510 participantes humanos para un ensayo de fase I / II el 27 de marzo.  En abril de 2020, se informó que Gilbert dijo que su vacuna candidata podría estar disponible para septiembre de 2020;  sin embargo, se requeriría una financiación de más de 100 millones de libras esterlinas para junio para lograrlo, habiendo comenzado con una financiación de más de 500,000 libras hasta la fecha, de fuentes como la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias. Finalmente, la vacuna de Oxford-AstraZeneca para la COVID-19 que desarrolló conjuntamente con Oxford Vaccine Group fue aprobada para su uso en el Reino Unido el 30 de diciembre de 2020. 


En 2021 ganó el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, junto con Katalin Karikó, Drew Weissman, Philip Felgner, Uğur Şahin, Özlem Türeci y Derrick Rossi, por su contribución científica encaminada a enfrentar la pandemia de COVID-19 y que «de forma independiente, han contribuido al desarrollo de alguna de las vacunas aprobadas hasta la fecha, todas ellas basadas en diferentes estrategias, que tienen la proteína S como blanco común».



Fuentes consultadas:

Sarah Gilbert - Wikipedia, la enciclopedia libre

https://www.bbc.com/mundo/noticias-53556296

Frances Arnold

(Estados Unidos, 1956)

Frances Arnold

Ingeniera bioquímica. Recibió el Nobel de Química en 2018 por sus aportes a la “evolución dirigida de las enzimas”, avance de la bioingeniería utilizable en áreas como la medicina y los biocombustibles, para contribuir a una industria química más amigable con el medio ambiente, mitigar enfermedades y salvar vidas.

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Fotografía de Frances Arnold

Frances nació en Pittsburgh el 25 de julio de 1956, en el seno de una familia acomodada. En su juventud viajó de raid a Washington para unirse a las protestas contra la guerra de Vietnam.

Tuvo que trabajar largas y agotadoras jornadas de trabajo como pizzera, recepcionista, camarera en un club de jazz e incluso taxista para costearse su carrera. Pero lejos de desmotivarse, este esfuerzo la inspiró cada día para ser una gran científica. En 1979 se graduó en Ingeniería Mecánica y Espacial en la Universidad de Princeton (Nueva Jersey), para luego doctorarse en  Ingeniería Química en la Universidad de California, Berkeley, en 1985, donde realizó una investigación postdoctoral en química biofísica.

Un año después se unió al Instituto de Tecnología de California, donde ha enseñado e investigado en áreas como Ingeniería Química, Bioingeniería y Bioquímica. A inicios de los años 1990’s decidió abandonar sus ideas preconcebidas sobre la ingeniería y optó por la evolución y sus aplicaciones en química, ciencia y medicina. 

“La vida es larga, puedes tener muchas vidas diferentes. Puedes aprender muchas cosas distintas, nunca se sabe cuándo te servirán, así que aprende todo lo que puedas y combina tus conocimientos de manera novedosa. Adáptate, sé flexible y aprende permanentemente” aconseja Frances Arnold.

En 1993 logró la primera evolución directa de una enzima en el laboratorio. Nunca patentó la tecnología básica, con la finalidad de que su uso se extendiera a otros laboratorios. Desde entonces, refinó los métodos que se utilizan habitualmente para desarrollar nuevos catalizadores proteínicos. 

"La ciencia es muy divertida para dejarla solo a los hombres" señala. Siguió un camino que muchos otros consideraban no era “ciencia”. Arnold toma como ejemplo las mutaciones que ocurren al azar en la naturaleza, pero trabaja directamente con pequeños tramos de ADN y con las proteínas que codifica; observa y replica los procesos que conducen a crear enzimas específicas, que pueden utilizarse para sintetizar biocombustibles o medicamentos. El tiempo mostró que ese era el camino correcto, y sus técnicas aun son usadas hoy en día.

En 2013 fue nombrada directora del Centro Donna and Benjamin M. Rosen de Bioingeniería. En este organismo, Arnold dirigió la investigación que utilizó la evolución dirigida para crear enzimas, donde aplicó mutaciones que aceleraron el proceso de creación de proteínas optimizadas, que luego derivaron en la elaboración de biocombustibles.

También es la cocreadora de cuarenta patentes estadounidenses, y fundó una empresa para fabricar combustibles a partir de recursos renovables. Tenaz defensora de la química industrial “verde”, también investiga alternativas a los plaguicidas para proteger los cultivos. Recalca: “Si vas a cambiar el mundo, debes hacerlo sin miedo”.

Frances Arnold es la única mujer miembro de las tres academias norteamericanas: Academia Nacional de Inge-niería (2000), Academia Nacional de Medicina (2004) y Academia Nacional de Ciencias (2008).

En 2013 recibió en la Casa Blanca la Medalla Nacional de Tecnología e Innovación. En 2016 recibió el premio de Tecnología del Milenio, que entrega la Academia de Tecnología de Finlandia (TAF, por sus siglas en inglés) en años pares desde 2004 y que está dotado con un millón de euros (más de US$1,1 millones). La Dra. Arnold fue la primera mujer en ganar este prestigioso reconocimiento.

En octubre de 2018, fue galardonada con el Premio Nobel de Química, el cual compartió con George P. Smith y Gregory P. Winter, por usar los principios de la evolución para desarrollar proteínas y anticuerpos para curar enfermedades y desarrollar sustancias químicas, como biocombustibles o fármacos, de una forma más limpia y eficiente, según la Real Academia de Ciencias. La Dra. Arnold es quinta mujer en la historia en recibir un Nobel de Química.




Fuentes consultadas:

Frances Arnold, de taxista a Nobel de Química: “La vida es larga, puedes tener muchas vidas diferentes”.

Mujeres Nobel. Frances Arnold.

FRANCES H. ARNOLD. Nobel Prize in Chemistry 2018.

Mary Allen Wilkes

(Estados Unidos, 1937)

Mary Allen Wilkes

Programadora e ingeniera en hardware estadounidense. Pionera de la informática, contribuyó al desarrollo de la computadora de instrumentos de laboratorio (LINC), precursora de las PC. Fue la primera persona en trabajar desde casa con una computadora personal, con un sistema operativo de su propio diseño.

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Fotografía de Mary Allen Wilkes

Mary Wilkes nació en Chicago, Illinois, el 25 de septiembre de 1937. En su penúltimo año de High School, su profesor de geografía notó que Mary Allen destacaba por su mente lógica y le dijo: “Cuando crezcas, serás programadora de computadoras”. Pero Mary no soñaba con ser programadora, recuerda que “no tenía ni idea de qué estaba hablando, no sabía qué era, pero nunca lo olvidé”. 

Ella quería ser abogada, pero su familia y sus mentores insistían para que desistiera de esa idea; pues creían que no tendría oportunidades laborales por ser mujer y la convencieron de estudiar algo diferente. Pero a ella no le atraía la idea de ser profesora, ni enfermera, ni secretaria; las profesiones que se esperaban para una mujer, en caso de trabajar fuera del hogar. Así que optó por estudiar filosofía y teología e intentar probar suerte después en el novedoso campo de la informática.

En 1959, después de graduarse en Filosofía y Teología por el Wellesley College (Massachusetts), a los 22 años de edad, decidió presentarse en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) para pedir trabajo como programadora. La contrataron, ya que en esa época apenas había personas con conocimientos en informática. Era una época en que las personas aun si no contaban con formación profesional, podían ingresar a trabajar en el campo con más facilidad, ya que el área de conocimiento de la programación era prácticamente nueva. Personas como Mary Wilkes, que contaban con educación en áreas lógicas, tenían aún más posibilidades de conseguir un empleo.

Tampoco era inusual que hubiera mujeres programadoras, profesión considerada aburrida y repetitiva, poco interesante y, por tanto, desdeñada por los hombres, que se abocaban más al desarrollo del hardware. Para Wilkes representaba la posibilidad de tener ingresos propios: “Necesitaba un trabajo, las mujeres no pensábamos entonces en una carrera profesional, era un momento diferente para la mujer… Pero quería hacer algo interesante, que fuera un desafío”, recuerda.

Entre 1959 y 1963 trabajó en el Lincoln Laboratory del Massachusetts Institute of Technology (MIT). Su primera tarea fue aprender a programar con tarjetas perforadas, ya que no había ni teclados ni pantallas. Después trabajó en el desarrollo de un sistema de reconocimiento de voz. También trabajó con las computadoras IBM 709 (miembro de la serie IBM 700/700) y TX-2 (utilizada para la investigación de inteligencia artificial).

En 1961 participó en la creación de la primera computadora personal, la LINC (Laboratory Instrument Computer), que cabía en una sola oficina, pero era tamaño de un refrigerador grande. Este equipo ya tenía teclado y pantalla, para programarla más rápidamente sin necesidad de usar tarjetas perforadas. Wilkes ayudó a escribir el software que permitiría al usuario controlar el ordenador en tiempo real. Desde entonces, se dedicó a diseñar sistemas operativos para Laboratory Instrument Computer (LINC), esta línea de sistemas operativos llevaba el nombre de Line Assembly Program LAP, además de diseñar la consola que utilizaría LINC.

En 1962, el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos fue el primero en utilizar el LINC para analizar las respuestas neuronales de un gato; no de sus cometidos era convertir las señales analógicas en digitales. Wilkes fue una de las instructoras para que los investigadores de los laboratorios aprendieran a montar la computadora y usarla; para ello, había diseñado un sistema operativo algo primitivo llamado LAP (LINC Assembly Program) y había escrito un manual de programación.

A finales de 1963 decidió tomar un año sabático para viajar por el mundo, y al regresar a finales del siguiente año, se encontró con que el grupo de trabajo que había desarrollado el LINC se había trasladado a la Universidad Washington en San Luis. Pero Mary Allen no podía mudarse con el resto del equipo de colaboradores, ya que su madre enferma, vivía en Baltimore, y requería de sus cuidados. 

Para resolver esta situación, su jefe decidió que le instalaría un LINC en la sala de su casa, y estaría en contacto con ellos por teléfono. Así es cómo Wilkes pasó a la historia como la primera persona que utilizó una computadora personal en casa y en teletrabajar. Esta computadora, tan grande como un refrigerador, tenía 12 bits de memoria, contaba con un procesador de textos con la capacidad de grabar entre 1024 y 2048 palabras, podía cambiar la cinta tantas veces como fuera necesario. Además, el equipo estaba preparado para trabajar con una toma de corriente normal, sin necesidad de energía extra ni ventilación.

Fotografía de Mary Allen Wilkes

En 1965, instalada en la casa de sus progenitores, Mary Allen diseñó un sistema operativo mejor para el LINC, el LAP6, que disponía de un procesador de textos similar al Word (permitía modificar, añadir y guardar documentos), facilitaba la conversión de programas a código binario y agilizaba la transformación de señales electrónicas en digitales para realizar las investigaciones. Ella quería que fuera usado por cualquier persona, por lo que escribió el manual “LAP6 Handbook”, además de ser coautora del libro “Programando en LINK”, junto a Wesley A. Clark.

En 1972, Mary Allen dejó la informática para seguir su sueño de estudiar Derecho y se matriculó en la Universidad de Harvard, al graduarse ejerció como abogada litigante durante varios años; fue profesora y llegó a ejercer como juez: para 2001 era árbitro en la Asociación Americana de Arbitraje, donde se ocupaba de casos relacionados con tecnologías de la información. Ejerció como abogada hasta su jubilación, en 2014.




Fuentes consultadas:

Mujeres en la programación, capítulo 3: Mary Allen Wilkes.

Mary Allen Wilkes: Trabajando desde casa.

La madre del teletrabajo: “Fui la primera que tuvo un ordenador personal en casa”.

Lilian Chel Guerrero

(México)

Lilian Chel Guerrero

Maya originaria de Yucatán, es Ingeniera Química Industrial. Desarrolla un proyecto de agrotecnología para producir alimentos deshidratados que añadan valor a las cadenas productivas locales en beneficio de las propias comunidades indígenas.

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Fotografía de Lilian Chel Guerrero

Originaria de una comunidad maya del municipio de Maxcanú en Yucatán, su vida ha estado llena de pasión por la ciencia y por el amor a su pueblo de origen, pero también de una lucha constante contra la discriminación.

Lilian recuerda que en el último año de bachillerato se empeñaba en conocer y entender el mundo a través de la ciencia, la física, la química y las matemáticas. Quería entender cómo estaba compuesto el mundo a través de la química. En esa época, una de sus maestras le platicó de la carrera de ingeniería química industrial, y hacia dónde tenía que irse para estudiarla. Y decidió que eso es lo que quería hacer. En su mente y su corazón sabía que los conocimientos que ella adquiriera, deberían beneficiar a su familia y su comunidad.

Tuvo que ir a estudiar a la ciudad de Mérida, lo que implicó enfrentarse a las críticas de su familia y su pueblo: las mujeres no deben salir lejos; deben casarse y tener hijos, debería regresar y hacer lo que le toca hacer, es decir, casarse y tener hijos. Lilian eligió un camino diferente al que tradicionalmente le toca a las mujeres, porque sabía que las mujeres indígenas también pueden decidir su propio rumbo sin dejar de ser indígena. 

Y así comenzó la carrera de Ingeniería Química Industrial de la Facultad de Química de la Universidad Autónoma de Yucatán. Como estudiante universitaria tuvo que afrontar sus propios gastos y la discriminación por su apariencia y su apellido, incluso su forma de hablar y vestir para evitar burlas. No quería delatar que ella sabía hablar maya y cuidaba su acento, ocultaba su origen. Se sentía como si ella hubiera hecho algo malo, pero poco a poco se fue fortaleciendo. Abandonó su estrategia de camuflarse cuando adquirió seguridad y se convenció que podía hacer de ese origen una poderosa arma en su quehacer científico. Y también reconoció que sus pasos podrían seguirlo otras mujeres indígenas.

Casi para concluir la licenciatura, ganó una beca para estudiar la Maestría en Administración y en Ciencias Químicas y Bioquímicas en la misma universidad, la cual estudió de 2011 a 2013. 

Lilian estaba muy consciente de que esta era una oportunidad que se presenta pocas veces en la vida y a muy pocas personas, como ella misma señala: a una década del 2030, solamente 0.1% de toda la población de México tiene estudios de posgrado, y nada más 0.006% de las personas indígenas tiene estudios de maestría o doctorado; estas cifras delatan una enorme desigualdad, sobre todo para las mujeres de origen étnico.

De 2013 a 2018 cursó el doctorado en Ciencia de los Alimentos y Biotecnología en el Instituto Tecnológico de Mérida; al finalizarlo, obtuvo una de las doce becas de estancias postdoctorales para mujeres indígenas que financian instituciones mexicanas y canadienses. Ella está adscrita al Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco, A.C. (CIATEJ). En la Subsede Sureste del CIATEJ, la becaria desarrolla el proyecto “Aprovechamiento de subproductos agrícolas de Capsicum chinense J., cultivado en dos tipos de suelos de Yucatán, como fuente de compuestos bioactivos” cuyo objetivo es evaluar el potencial de subproductos agrícolas de Capsicum chinense J., como fuente de compuestos bioactivos y de su posible inclusión en alimentos.

Su proyecto se radica en Maxcanú, población yucateca de poco más de 20 mil habitantes, 90 por ciento indígena, dedicada principalmente al cultivo del chile habanero. La Dra. Chel estudia el perúnculo, hojas y tallo para su posible aprovechamiento en alimentos fortificados y fármacos contra el cáncer. 

Además, encabeza un programa de impacto en comunidades, con el que busca contagiar a niñas y jóvenes el interés por la ciencia, con actividades como obras de teatro y talleres. También realizará un diplomado en innovación tecnológica para que las y los productores puedan mejorar sus cultivos y hacer más eficientes sus procesos, emprendan sus propios negocios y/o alcancen la educación superior. 

Lilian Chel es testimonio de las barreras que enfrentan las mujeres indígenas, pero también prueba el éxito de los esfuerzos que desde sus propias comunidades emprenden para cerrar brechas, sin dejar sus orígenes: "amas lo que haces, amas tu comunidad, amas a tu etnia, entonces eso te motiva a querer que otros puedan tener la oportunidad que tú tienes".




Fuentes consultadas:

Lilian Chel Guerrero

Mujeres indígenas en la ciencia.

Lilian Dolores Chel Guerrero.

Lilian Dolores Chel Guerrero. .

Nan Laird

(EEUU, 1943)

Nan Laird

La asignatura favorita de Nan McKenzie Laird en el colegio era la de matemáticas. Pero cuando siguió su vocación y empezó a estudiar en la Rice University en Houston (Texas) en 1961, se encontró con que era la única mujer en su clase en un tiempo en que se pensaba que las carreras de ciencias eran exclusivamente para hombres.

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Fotografía de Nan Laird

La falta de compañía femenina y de aplicación práctica en un curso predominantemente teórico, le hicieron cambiar su rumbo. De modo que empezó a estudiar francés. Pero al casarse con un colega de Rice y tener su primer hijo, pausó su carrera, que no retomaría hasta que se mudaron a Georgia un par de años después. En esa ocasión se centró en lo que vio como una disciplina más práctica, la informática. La fortuna quiso que los departamentos de informática y estadística compartieran espacio físico y dicha cercanía, junto con la oportunidad de cursar una asignatura en análisis de decisión, la llevaron finalmente a graduarse en estadística en 1969.

Cincuenta y dos años después, la disciplina le reconoce sus indispensables contribuciones, siendo la primera mujer en ganar el premio internacional de estadística (conocido como el ‘Nobel’ en Estadística, con una dotación de 80 000 dólares) y la tercera laureada, después del británico David Cox (que da nombre a la regresión de Cox o modelo de riesgos proporcionales, y a los procesos de Cox) y Bradley Efron (que propuso el método de remuestreo conocido como bootstrapping). Este premio bienal otorgado conjuntamente por la Royal Statistical Society, la American Statistical Association (ASA), el International Statistical Institute, la International Biometric Society y el Institute of Mathematical Statistics, premia “importantes logros de un individuo o equipo en el campo de la estadística, particularmente ideas originales y potentes que hayan contribuido a aplicaciones prácticas y descubrimientos en otras disciplinas”. En el caso de Laird, el jurado celebra el que haya proporcionado las herramientas estadísticas para el análisis de datos longitudinales facilitando que otros investigadores respondan con ellas importantes preguntas en aplicaciones a la salud, la medicina o la psicología.

Laird ha ejercido su labor como estadística primordialmente en la Escuela de Salud Publica T.H. Chan de la Universidad de Harvard, donde llegó a ser catedrática en 1986, once años después de doctorarse. Se jubiló en 2019 como catedrática “Harvey V. Fineberg” de bioestadística, cargo del que había tomado posesión en 2011, pero sigue activa en su posición como emérita. De sus años como jefa del departamento (1990-1999) destaca la creación del Centro de Bioestadística para la investigación del Sida y el comienzo de un programa de formación para minorías. Pero también expandió la actividad en genética estadística mediante importantes colaboraciones y becas que motivó con charlas e interacciones multidisciplinares en un tiempo en el que el Proyecto Genoma Humano estaba completándose y la disciplina estaba adquiriendo gran relevancia.




Fuentes consultadas:

Nan Laird, Premio Internacional de Estadística 2021 | Vidas científicas | Mujeres con ciencia

Nan M. Laird | Academic Profile | Harvard T.H. Chan School of Public Health

Luz María del Castillo Fregoso

(México, 1926-1990)

MLuz María del Castillo Fregoso

Química y bióloga. Nació un 6 de enero, Se le considera pionera en la biotecnología y zimología, por sus aportes sobre el efecto de la constante dieléctrica y la fuerza iónica de las reacciones...

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Fotografía de Luz María del Castillo Fregoso

En 1964 se convirtió en la primera mujer mexicana en recibir el Premio de Ciencias de la Academia Mexicana de Ciencias. En 1981 fue galardonada con la medalla Lázaro Cárdenas otorgada por el Instituto Politécnico Nacional.

De 1943 a 1947 estudió en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), de la que se tituló con diploma de honor1. En 1947 ingresó al Laboratorio de Fisología General y Vegetal de la ENCB y en 1949 aprobó su examen profesional, nuevamente con mención honorífica.

En 1960, gracias a sus estudios sobre reacciones enzimáticas, fue invitada (junto con su esposo, Manuel Castañeda Aguilo, también científico) a desempeñarse como profesora asociada en la Universidad de California1.

Para 1964, se convirtió en la primera mujer mexicana en recibir el Premio de Ciencias de la Academia de la Investigación Científica y en 1981 fue galardonada con la presea Lázaro Cárdenas, del IPN.

Condujo los trabajos que lograron la creación del Laboratorio de Productos Naturales de la Comisión de Fomento y Actividades Académicas, que en 1980 se convirtió en el actual Centro de Desarrollo de Productos Bióticos.

En 1986 formó parte de la delegación estadounidense «People to people» y viajó a China con fines de intercambio científico.

Falleció el 13 de febrero de 1990. 

En 2014 fue incluida en el homenaje del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León como una de las 31 mujeres de la ciencia que han hecho aportaciones destacadas en México. 




Fuentes consultadas:

Luz María del Castillo Fregoso, química | Efemérides | Mujeres con ciencia

Luz María del Castillo Fregoso - Wikipedia, la enciclopedia libre

Mary Eleanor Spear

(Estados Unidos, 1897-1986)

Mary Eleanor Spear

Estadística norteamericana. Analista gráfica Experta en visualización de datos. Sus aportes fueron pioneros en la utilización de las gráficas para la exploración, análisis y presentación de datos.

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Fotografía de Mary Eleanor Spear

Mary Eleanor Hunt nació el 4 de marzo de 1897 en Jonesboro, Estados Unidos. Asistió a la escuela primaria Peabody, Washington D.C., y después en la escuela secundaria Eastern. Sus estudios profesionales los realizó en el Strayer's Business College y en la Universidad George Washington. 

Comenzó su carrera poco después de cumplir 20 años, al aceptar un trabajo en la redacción de gráficos de datos económicos para el Servicio de Impuestos Internos. Al contraer matrimonio en septiembre de 1921 adoptó el apellido de su esposo: Spear.

A Mary Eleanor Spear le encantaba dibujar y creía en el valor de una imagen bien diseñada como forma de comunicación y arte, “tanto como la pintura moderna o la arquitectura”, en sus propias palabras. 

Después trabajó en el Departamento de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, donde trabajó como especialista en información visual creando multitud de ilustraciones y gráficos de gran efectividad e impacto durante más de 30 años.

Aunque es una figura poco conocida, muchas de las representaciones gráficas que ella desarrolló fueron muy populares y sentó las bases para la elaboración de otras representaciones, que, de manera visual, permitieran analizar datos estadísticos.

Fue autora de los libros Graficar estadísticas (1952) y Técnicas prácticas para graficar (1969). Además de asuntos de precisión estadística, sus libros cubren el amplio espectro de elementos de consideración en una visualización: desde tipografía a colores, pasando por escalas, grosor de líneas e ilustraciones complementarias. De nuevo adelantándose a su tiempo, incluso considera aspectos de accesibilidad como el uso de paletas de color aptas para daltónicos.

Sus conocimientos estadísticos como analista gráfica la llevaron a popularizar la “barra de rango” que incluyó en su primer libro donde presentaba la barra como un sencillo gráfico para describir una variable representando unos pocos valores (mediana, rango intercuartílico y rango) que se podía ilustrar simplemente a mano o utilizando instrumentos como el pantógrafo. Las ilustraciones de sus libros fueron elaboradas así.

Para poder concentrarse en su trabajo, Eleanor Spears montó un estudio en su casa, en Takoma Park, Maryland. Además de una trayectoria de más de tres décadas como funcionaria del gobierno estadounidense, fue consultora independiente por 22 años, principalmente para la industria televisiva y de marketing, para la representación fácilmente comprensiva de las estadísticas que manejaban. Su principal consejo era: “mantén tus gráficas simples, conoce tu público, conoce tu material”.

También fue profesora en la American University enseñando Representación Gráfica de las Estadísticas. 

Consideraba que una mujer tenía que ser independiente, para salir adelante por sí misma: "demuestra que puedes hacerlo!” era su consejo para las jóvenes que formaban su círculo familiar y de amistades.

Falleció en 1986, a la edad de 88 años.



Fuentes consultadas:

https://mujeresconciencia.com/2021/06/22/mary-eleanor-spear-maestra-en-el-arte-de-la-visualizacion-de-datos/

https://medium.com/nightingale/credit-where-credit-is-due-mary-eleanor-spear-6a7a1951b8e6

https://en.wikipedia.org/wiki/Mary_Eleanor_Spear

Celine Rojas Schröter

(México, 2001 aprox.)

Celine Rojas Schröter

Lo que inició con una duda durante el Congreso de Ingeniería Química RXN en 2018 llevó a una estudiante de Preparatoria a realizar un hallazgo científico.

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Fotografía de Celine Rojas Schröter

Con tan sólo 19 años, Celine Rojas Schröter encontró que existe una reacción entre un líquido ferromagnético y un campo magnético dependiendo de la temperatura que se dé al líquido.

“En el congreso se abordó sobre la fuerza de atracción y me pareció interesante, investigué y descubrí que en los libros no hablan de la relación entre el magnetismo y temperatura”, comentó.

“Tuve la oportunidad de ir al Verano de Investigación en San Diego y allí hice pruebas de mi investigación, volví a Monterrey y seguí, fue una gran experiencia sobre el método científico”, señaló.

Una de las razones que motivó a Celine Rojas Schröter en continuar con el desarrollo de su proyecto científico fue que podría utilizarse en la ciencia de la medicina y contribuir en estudios.

“Hay muchas aplicaciones importantes de estos líquidos que son buenos disipadores de calor, encontré también una aplicación en medicina en la cual la usan para disipar calor en tumores”, dijo.

Esta aportación científica llevó a la ahora universitaria a ganar la máxima distinción a la investigación del Tecnológico de Monterrey, el Premio Rómulo Garza, en la categoría de Proyectos de Investigación de Alumnos de Nivel Preparatoria, que se entregó el miércoles 26 de febrero de 2020.

El Premio Rómulo Garza es una colaboración entre el Tec y Xignux, con el fin de reconocer la investigación en la institución y reconocer la memoria del empresario y filántropo mexicano. 

Esta es la primera vez que se entrega el premio en esta categoría, por lo que Celine es la pionera en dicho galardón. 

 


Fuentes consultadas:

https://tec.mx/es/noticias/monterrey/investigacion/celine-rojas-schroter-pasion-por-la-ciencia-y-la-investigacion

María Regina Apodaca

(México, 1994)

María Regina Apodaca

Física, estudiante de doctorado en Aeronáutica y Astronáutica; con su tesis de licenciatura contribuyó a desarrollar el helicóptero Ingenuity, primer dron en volar en otro planeta, que forma parte del rover enviado por la NASA a Marte en 2020, y que actualmente explora ese planeta.

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Fotografía de María Regina Apodaca

Originaria de la Ciudad de México, María Regina no fue de las niñas que creció queriendo ser física; su amor por la ciencia vino más tarde, pero una vez que lo descubrió, no piensa abandonarlo nunca. Ha sido un sueño hecho realidad y sabe que es difícil, pero vale la pena.

Cuando ella vio la película de ciencia ficción Star Trek supo que quería ser como el personaje que era el ingeniero de la nave Enterprise, y se interesó en una carrera aeroespacial, pero en la escuela le dijeron que en México no se tiene el nivel para alcanzar ese objetivo, que solo una gente muy inteligente y muy trabajadora podría lograrlo, y no veían esas características en ella. 

Cambió de escuela y encontró el apoyo que necesitaba en ese momento; gente que creía en ella, y que la ayudó a buscar los contactos que necesitaba. Ahí en la prepa, junto con un compañero, desarrolló un proyecto de astronomía. Así supo que quería estudiar ciencia, y aplicó para ingresar a un instituto israelí, donde conoció compañeras y compañeros con diferentes experiencias buscando oportunidades y le hablaron de las estancias de investigación; que ofrecen universidades y empresas ofrecen becas para que vayan y trabajen para ellos, en contacto directo con la industria.

Al retorno de Israel, comenzó su carrera en la UNAM y aplicó para una estancia en el extranjero en el Observatorio Astronómico Australiano. Por primera vez conoció la instrumentación astronómica. Así supo que estaba estudiando la carrera correcta. Una carrera muy teórica y que por eso le causaba duda si eso era lo que realmente quería estudiar. Estaba preocupada por poder dar el ancho, no sabía cómo eran las escuelas en otros países y si tenía los conocimientos para realizar el trabajo por el que le dieron la beca. Uno de los profesores le dijo que ella como alumna, al salir de su país, se convierte en embajadora, referencia del estándar de México, por eso tenía que esforzarse el triple. “Tú tienes la oportunidad de darle renombre a la ingeniería mexicana”. 

Con ese incentivo, la calidad de su primer proyecto causó tan buena impresión en su profesor, que le dio una carta de recomendación que, a decir de otros investigadores, nunca han visto una carta de recomendación tan buena.

Después pensó en aplicar al Instituto Tecnológico de California (Caltech), de las mejores universidades del mundo en Ingeniería Aeroespacial, y era su meta para estudiar una maestría. Estaba emocionada, pero con un poco de miedo, pues se cuestionaba si tenía la capacidad y la tenacidad para lograrlo. 

Fue aceptada para el proyecto LIGO. Al regresar, impulsada por uno de sus profesores de la Facultad de Ciencias de la UNAM, decidió hacer realidad su sueño y convertirse en ingeniera aeroespacial: en la NASA, en Estados Unidos. Sabía que podían rechazarla, pero estaba dispuesta a seguir mejorando. “Si quieres soñar grande, vas a tener que superar grandes obstáculos”.

Después de un año y medio, la aceptaron en un programa de colaboración de la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio) con otras agencias espaciales, y fue como representante de la Agencia Aeroespacial Mexicana. Así, en 2017, a los 22 años y cuando Regina aún era estudiante de los últimos semestres de Física, pudo realizar una estancia de investigación en el AMES Research Center de la NASA, ubicado en Mountain View, California.

Durante los cuatro meses de estancia en la NASA, fue asignada para trabajar con el jefe del departamento de aeromecánica, William Warmbrodt, donde aprendió sobre el vuelo de helicópteros. Recuerda que su mentor le dijo: “vamos a hablar de qué proyecto vas a hacer”, pues Regina tenía dudas e incertidumbres sobre qué haría en esa área, pues tenía un conocimiento especializado, pero su mentor le dio un libro sobre helicópteros y le dijo, “la semana que viene tienes examen. Eso es para que tú veas que sí tienes la capacidad de aprender lo necesario para estar aquí.”

Regina desarrolló dos proyectos de investigación, en el primero, debía elaborar un experimento para niñas y niños de secundaria y prepa que los interesara y aprendieran sobre el vuelo de un helicóptero, en el cual detalló los aspectos más importantes para realizar el despegue. También fue incorporada al equipo que desarrollaba un instrumento que formaría parte de la misión a Marte.

En vista de lo importante de su diseño, la NASA le asignó un equipo de colaboración para desarrollar en su tesis de licenciatura los aspectos más relevantes para lograr despegar en una atmósfera como la de Marte: ella abordó el estudio de la interacción entre el aire y la arena del suelo, durante el despegue y llegada del helicóptero. “Cuando estos equipos aterrizan en la arena, como en Afganistán, generan una enorme nube de polvo. Como en la superficie de Marte hay algo parecido a arena” relata. Se trataba de dar los primeros pasos para determinar si la nube de polvo sería un problema para la misión marciana, pues si es muy densa se debe hacer un sensor más resistente.

El Ingenuity, dron espacial que resultó seleccionado para guiar al Rover en la próxima misión a Marte, surgió de ese proyecto de divulgación para niñas, niños y jóvenes, elaborado por Regina.

Después de concluir su licenciatura en 2018, Regina estudió su maestría en el Laboratorio de Propulsión Espacial en el departamento de AeroAstro. Actualmente es una estudiante e investigadora del Instituto de Tecnología de Massachusetts y se especializa en la Ingeniería Aeroespacial. 

Busca crear alternativas para hacer asequibles el acceso a la tecnología y a la carrera espacial, y así abrir las posibilidades de que Latinoamérica se consolide como una potencia en innovación espacial. Con esta mira, trabaja en crear la competencia Zero Robotics, que consistirá en enseñar a niñas y niños a programar desde su casa con una computadora y con acceso a internet sin costo; piensa conseguir que, como premio, las y los ganadores puedan programar robots en la NASA.



Fuentes consultadas:

Experiencias de una Mexicana en NASA (Regina Apodaca).

Regina Apodaca: Conquistando Marte desde la NASA.

Regina Apodaca sueña con llevar a México al espacio.

Alumna de la UNAM desarrolla en Centro de la NASA modelo a escala de helicóptero que volará en Marte.

Janet Gutiérrez

(México, 1979 aprox.)

Janet Gutiérrez

Estudió la carrera de Ingeniería en Industrias Alimentarias, es investigadora del Tec de Monterrey, obtuvo el Premio nacional de Investigación 2020 de Ciencias Naturales, dada su amplia actividad científica en biología, biotecnología, desarrollo sostenible, ecología y otras áreas de Ciencias Naturales.

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Fotografía de Janet Gutiérrez

Esta es la mayor distinción que la Academia otorga anualmente a investigadores menores de 43 años, que dedican su labor científica a México. Cerca de 2 mil 500 citas de sus artículos científicos, 16 patentes y más de 30 alumnos graduados de posgrado son parte del bagaje que la Academia Mexicana de Ciencias consideró para distinguir a la doctora Janet Gutiérrez con el “Premio de Investigación 2020”.

La doctora Gutiérrez comentó que una de las “pequeñas” dificultades al aplicar para el reconocimiento, fue el armado de la carpeta con la evidencia de su trabajo científico. 

“Es un ejercicio muy bueno, porque si bien ya la vas teniendo ordenada, antes en formato físico y ahora en digital, te vas dando cuenta de lo que has hecho y te preguntas ¿a qué hora hice todo esto?”. 

Sólo en el presente año, la doctora Gutiérrez trabajó en 16 artículos y logró que le aceptaran una patente, además de trabajar en una propuesta de investigación.

“Es un compromiso como líder de profesores y una muestra de cómo ser eficientes con el uso del tiempo y priorizar cosas de impacto en alumnos y la sociedad”.

Janet Gutiérrez obtuvo su doctorado en 2006 y desde entonces se ha exigido acumular más y mejor trabajo científico cada año.

La ganadora del Premio de Investigación sentenció que su plan a futuro es continuar su labor y ganar premios a los que aspiran investigadores consolidados.

“Quizás no ganaré un Nobel por la edad, para ello se trabaja desde los veintes y a los treintas debes saber que lo que hiciste funciona; ustedes tienen el compromiso de que en el Tec en los próximos 10 o 15 años, así como tenemos este reconocimiento a nivel nacional, también tengamos ganadores de Premios Nobel”.

El trabajo realizado por Janet Gutiérrez se refleja en cerca de 2 mil 500 citas de sus artículos científicos, 16 patentes y más de 30 alumnos graduados de posgrado conforman parte del bagaje en investigación tomado en cuenta por la Academia Mexicana de Ciencias, para distinguir a la doctora Janet Gutiérrez con el “Premio de Investigación 2020” de Ciencias Naturales. 

“Venía aplicando para este premio desde 2016 y en la quinta vez ya me dieron la buena noticia” comparte la también directora de Departamento de Ciencias de la Región Sur del Tecnológico de Monterrey. 

“Cuento con colaboraciones internacionales en institutos como John Hopkins, Texas A&M y muy activamente con el CECIC, equivalente al Conacyt en España”. 

Subvenciones con universidades de Colombia y el ramo empresarial también sumaron a la evaluación de la trayectoria de la investigadora. 

Un requerimiento para merecer el galardón de la Academia es que los jóvenes científicos se encuentren en nivel 2 o 3 del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), con claridad en sus proyectos, productividad e impacto internacional. 

El premio se entrega desde hace 50 años y es la segunda vez que una integrante de la comunidad del Tec de Monterrey lo recibe. La primera fue en 2010 con Eduardo Rodríguez Oreggia y Román, ganador en el área de Ciencias Sociales. 



Fuentes consultadas:

http://www.balancefinanciero.com.mx/detTecnologia.php?id=14028

https://tec.mx/es/noticias/puebla/investigacion/dan-investigadora-del-tec-premio-de-la-academia-mexicana-de-ciencias

Marie Tharp

(Estados Unidos, 1920- 2006)

Marie Tharp

Geóloga y cartógrafa oceanográfica, primera persona en cartografiar los fondos de todos los océanos, revolucionó las Ciencias de la Tierra, al ser la primera persona en corroborar la teoría de la deriva continental y tectónica de placas.

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Fotografía de Marie Tharp

Marie Tharp nació el 6 de julio de 1920 en Ypsilanti, Michigan, Estados Unidos. Hija de un topógrafo, estaba familiarizada desde niña con la cartografía: ella acompañaba y ayudaba a mapear los suelos a su padre, quien trabajaba para el departamento de Agricultura de los Estados Unidos. Su madre era profesora de alemán y latín.

Una de las pasiones de Marie Tharp era la lectura, por lo que decidió estudiar literatura en la Universidad de St. John, pero no la aceptaron por ser mujer, por lo que comenzó su búsqueda por realizar estudios universitarios y logró inscribirse en la Universidad de Ohio, donde se graduó en 1943, con grados de bachelor en inglés y música. 

Su gran oportunidad llegó en ese mismo año cuando, ante la necesidad de ocupar determinados puestos que habían dejado libres los hombres al ir a la guerra, el departamento de geología de la Universidad de Michigan abrió sus puertas a las mujeres. Mientras trabajaba como geóloga para la compañía petrolera Stanolind Oil, Marie Tharp se inscribió al Programa de Geología de Petróleo y se graduó en 1944 con el grado master en geología, poco antes de obtener un grado en matemáticas por la Universidad de Tulsa.

Más tarde se trasladó a Nueva York, donde se incorporó a la Universidad de Columbia en 1948 en el Laboratorio geológico de Lamont, y se convirtió en una de las primeras mujeres en trabajar en este laboratorio. 

Marie Tharp estaba contratada como dibujante técnica; aunque contaba con una maestría en geología por parte de la Universidad de Michigan, así como una maestría en matemáticas, en aquella época el mejor puesto al que podía aspirar una mujer en las ciencias de la Tierra era al de analista y dibujante de los descubrimientos realizados por los hombres. Así se convirtió en cartógrafa oceanográfica.

En este laboratorio conoció al geólogo marino Bruce Heezen, con quien colaboró en varios proyectos, primero localizando barcos y aviones hundidos durante la Segunda Guerra Mundial y luego en lo que sería su mayor aportación a la ciencia: la elaboración de mapas del relieve del fondo marino: ambos realizaron el primer mapa completo de todos los fondos oceánicos. Tharp Logró ser coautora de varios artículos en colaboración con Heezen, sin embargo, el mayor reconocimiento fue para él. 

En esa época, en EE.UU. las mujeres no podían trabajar a bordo de un buque de investigación, así que Bruce se encargaba de tomar los datos en el mar y Marie usaba esa información para dibujar a mano los mapas. 

En 1952 la principal ocupación de Tharp era trazar los hallazgos realizados por Heezen del suelo oceánico obtenidos a través del uso de la técnica sonar. Para complementar su trabajo, Marie Tharp también incluyó, de forma independiente, datos recogidos del barco de exploración de la Institución Oceanográfica de Woods Hole Atlantis y datos sismográficos de terremotos submarinos.

Mientras trabajaba en este mapa, Tharp realizó su mayor descubrimiento: una grieta en el valle del océano Atlántico que estaba trazando. La grieta era tan profunda que Marie revisó sus cálculos una y otra vez, hasta que decidió mostrárselos a Bruce Heezen, pero éste le dijo que sus observaciones se parecían demasiado a la infame teoría de Deriva Continental de Wegener y le quitó importancia, llamándole “girl talk”, una charla femenina sin importancia. 

Sin embargo, ella continuó trabajando en juntar la evidencia necesaria para demostrar que sus cálculos eran correctos. Solo logró convencer a Heezen cuando le mostró como una serie de terremotos submarinos caía justamente sobre esta grieta y que además ésta misma se extendía a lo largo de todo el océano Atlántico.

En 1957 Tharp y Heezen publicaron su primer mapa del Atlántico Norte demostrando la existencia de la dorsal medioceánica, una enorme cordillera submarina que atraviesa el océano por su centro de norte a sur, descubrimiento que fue fundamental para el desarrollo de la teoría geológica más importante del siglo XX: la tectónica de placas y la deriva continental. Curiosamente el nombre de Marie Tharp no aparece junto al de Bruce Heezen en ninguna de las publicaciones realizadas entre 1959 y 1963 sobre este hallazgo.

No fue hasta 1965 cuando Marie Tharp pudo embarcar por primera vez a la edad de 45 años, y así participar de primera mano en una expedición oceanográfica.

Después de 30 años de trabajo y con la ayuda del pintor Heinrich Berann, en 1977 Marie y Bruce lograron mostrar el primer mapa de todo el suelo oceánico. Este mapa muestra grandes cadenas montañosas las cuales coinciden con el mapa de epicentros sísmicos. Esto confirmaba con creces lo que ya apuntaba el mapa trazado por Tharp 20 años antes, en el que incorporó la grieta que hoy en día se conoce cómo dorsal Mesoatlántica y fue la primera evidencia irrefutable de la Deriva Continental, teoría que fue absorbida después por la Tectónica de Placas.

La grieta que Marie trazó en su World Ocean Floor Panorama marcó un cambio trascendental en la forma en que percibimos la Tierra, ya que nos permitió conocer la verdadera historia de la superficie terrestre que no habríamos podido ver de ninguna otra forma.

A pesar que sus cálculos y observaciones fueron desvalorizados y descartados una y otra vez por haber sido formulados por una mujer, Tharp jamás se dio por vencida y continuó reuniendo evidencias hasta que fue imposible negar o ignorar su descubrimiento. Este es quizás otro de sus grandes legados.

Marie Tharp murió de cáncer en Nyack (Nueva York) el 23 de agosto de 2006.


Fuentes consultadas:

Marie Tharp: De “girl talk” al descubrimiento más importante en el suelo del océano Atlántico. #MujeresQueInspiran.

Mujeres en el mar: las 10 pioneras de la oceanografía.

Infografía Tharp.

Marie Tharp

Ana María López Colomé

(México, 27 de septiembre de 1944)

Ana María López Colomé

Es una de las investigadoras mexicanas más distinguidas en el área de la Biología Experimental. Sus contribuciones en el campo de la Neuroquímica han recibido amplio reconocimiento internacional por su extensa y calificada contribución al esclarecimiento de los mecanismos de la neurotransmisión glutamatérgica en la retina. En este campo, es pionera en la caracterización bioquímica del proceso y se cuenta entre los primeros investigadores, a nivel mundial, en postular una función reguladora de la glia en transmisión sináptica.

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Fotografía de Ana María López Colomé

Ganó el premio L'Oréal-UNESCO para mujeres de ciencia, de Latinoamérica por sus estudios en la retina humana, y en la prevención de la retinitis pigmentosa y varias retinopatías. Es especialista en la neurotransmisión excitadora en la retina, cuya alteración en procesos patológicos produce muerte neuronal y ceguera; y, ha caracterizado los mecanismos moleculares que controlan la expresión y el ensamble de los receptores de glutamato en la retina, demostrando que difieren estructural y funcionalmente de los receptores del sistema nervioso central, debido a la expresión diferencial y modificación postranscripcional de las subunidades que los forman. Esos hallazgos posibilitan el diseño de fármacos protectores específicos para las neuronas de la retina.

La Dra. López Colomé fue pionera en la demostración del papel activo de la glía de la retina en la regulación de la transmisión sináptica excitadora en este tejido, a través de receptores funcionales de glutamato.

En una línea paralela de investigación, ha demostrado la participación del glutamato en la transformación morfológica y fisiológica de las células del epitelio pigmentado de la retina que caracterizan a la vitreorretinopatía proliferativa humana, padecimiento que conduce a la ceguera, y es causa del fracaso de 10-20% de las cirugías de retina.

López Colomé es la ex Jefa del Departamento de Bioquímica, en la Facultad de Medicina, e investigadora en el Instituto de Fisiología Celular, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Posee los grados de licenciatura en biología, los de maestría en Química, y doctorado en Bioquímica, todas graducaciones con menciones honoríficas, en estudios básicos biomédicos, por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), desarrollando actividades académicas en el Instituto de Biotecnología en la misma casa de altos estudios. 

Como complemento de sus actividades académicas ha contribuido ampliamente a la difusión de la labor formativa de la UNAM y de la alta calidad de la investigación que en ella se desarrolla, tanto a través de los medios masivos de comunicación, como con su participación en mesas de discusión y eventos dirigidos a la orientación vocacional de los estudiantes.

Premios y reconocimientos

  • Premio L'Oréal/UNESCO "For Women in Science" (2002)
  • Premio UNAM (Investigaciún en Ciencias Naturales (2002)
  • Premio Heberto Castillo (ICyT)
  • Profesor de Asignatura B, Facultad de Ciencias, UNAM.Tutor de Posgrado en: Ciencias Biomédicas (IFC), Biológicas (Facultad de Ciencias), y Médicas (Facultad de Medicina)
  • Editor Regional de "Molecules" (Basilea, Suiza)
  • Miembro del Patronato del Instituto de Oftalmología "Conde de Valenciana", I.A.P.

Fuentes consultadas:

http://www.ifc.unam.mx/investigadores/alcolome

https://es.wikipedia.org/wiki/Ana_Mar%C3%ADa_L%C3%B3pez_Colom%C3%A9

https://dgapa.unam.mx/index.php/semblanzas-anio-pun-2015/semblanzas-2002-pun-2015/168-2002a03-lopez-colome-ana-maria

Catalina Velasco Charpentier

(Chile, 1992)

Fotografía de Catalina Velasco Charpentier

Biológa marina y fotógrafa submarina. Primera mujer latinoamericana en integrarse al equipo de exploración submarina de National Geographic. Usa la fotografía para mostrar la belleza del patrimonio natural submarino y contribuir a su conservación.


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Fotografía de Catalina Velasco Charpentier

Catalina es originaria de Santiago de Chile, ciudad capital donde nació en 1992. Desde niña ha tenido un gran vínculo con el agua y con viajar; siempre disfrutó los meses de verano en los que se iba a la playa junto a su familia. Todos los días se metía al agua y nadaba hasta que las personas de la orilla se volvieran unos puntos difusos en la arena.

Quería estudiar medicina veterinaria, porque siempre le han gustado mucho los animales. Pero al momento de escoger carrera, pensó que siempre estaría encerrada en una clínica y tenía ganas de viajar; entonces, sin pensarlo más, seleccionó Biología Marina, aunque a ciencia cierta no sabía en qué consistía. Ya dentro de la Facultad en la Universidad de Valparaíso, se enamoró paulatinamente de su carrera, sobre todo al bucear. 

Tuvo su primera experiencia de buceo a los 22 años, cuando llevaba ya cuatro años estudiando biología marina en la Universidad de Valparaíso. Es primera vez quiso salir del agua al poco rato de haberse sumergido, porque en el primer intento se sintió incómoda, tuvo miedo y se le aceleró el corazón. Su instructor hizo que se pusiera de espaldaa, la hizo respirar y flotar, hasta que finalmente le dijo: “vamos de nuevo”. De ahí en adelante, Catalina supo que las profundidades del mar serían como un segundo hogar: descubrió la felicidad que la daba estar debajo del agua. “Mientras más buceaba, más sentía la necesidad de mostrar lo bello, y a la vez frágil, del océano”, cuenta. 

Luego de tomar el curso optativo de buceo de su universidad, comenzó a trabajar en el centro de buceo que lo imparte (VALPOSUB) y empezó a obtener certificaciones más avanzadas, hasta ser soy buzo profesional PADI Divemaster. Pero no todo consiste en bucear y estar en el agua, el quehacer científico también demanda concentrarse en hacer preguntas y responderlas. Y una parte fundamental de hacer ciencia, es comunicar ese conocimiento y transformar en acción, en inspiración para que más personas se involucren.

También buceando ha visto el impacto del ser humano en el ecosistema marino de la Patagonia, que podríamos pensar que no ha sido tocado por la mano humana. La gente que vive en Patagonia no conoce cómo son los fondos submarinos; piensan que es gris, frío y con poca vida. ¿cómo puedo trasmitirles la importancia de cuidar el océano si no lo conocen? 

Con ese propósito, e impulsada por dos colegas, fundaron en 2017 la organización Mar y ciencia, para acercar los ecosistemas marinos a las comunidades, porque no todas las personas pueden tomar una máscara y bucear. Catalina Velasco es directora regional en Magallanes de esta asociación, la cual genera programas de divulgación científica y educación oceánica: trasmiten la palabra del mundo submarino por medio realidad virtual en las escuelas de la Patagonia chilena. 

Además de la divulgación científica, en 2017 inició un doctorado de Ciencias Antárticas y Subantárticas de la Universidad de Magallanes, donde trabaja como investigadora en el Laboratorio de Ecofisiología y Biotecnología de Algas, donde realizó su investigación doctoral en ecología de macroalgas pardas. Velasco señala que encontrar el equilibrio entre ambas actividades ha sido difícil; por un lado, la universidad te impulsa a hacer divulgación y cuando entras de lleno, te dicen que toma demasiado de tu tiempo, que debes continuar investigando.

Otro de los obstáculos a enfrentar como científica es la brecha de género. “El hombre, por lo general, la tiene más fácil, nunca tendrá la misma carga familiar que la mujer, ni los mismos estigmas. Ahora, a nivel mundial, veo que la participación de las mujeres en ciencia es muy alta, casi 50%. El problema está en los cargos altos: muy pocas mujeres llegan a ser rectoras, decanas, coordinadoras de carrera, etc. En Magallanes ocurre algo similar, en el doctorado, por ejemplo, el 80% de mis profesores fueron hombres. Pero en la ciencia Antártica la cosa se ve más esperanzadora: el 50% de los líderes de investigación son mujeres” señala Velasco.

En lo personal, no ha sido discriminada, quizás por su carácter, pero se ha topado con colegas mujeres que no pueden coordinar un grupo porque no son escuchadas por sus pares. Otras han dejado de lado su carrera para ser madres, y otras han dejado de lado la maternidad para ser buenas investigadoras, cosas que insiste, a los hombres no les pasa. 

Para poder ir avanzando en las ciencias hay que especializarse, trabajar horarios largos, entrar a un laboratorio, a la academia y contar con posgrados. En toda esa escalera, las mujeres se van cayendo porque se vuelve totalmente insostenible hacer eso y estar a cargo del hogar. Es ahí donde empiezan a ver sus carreras truncadas”, explica. “En ese sentido, mientras no estén repartidas de manera equitativa las labores domésticas y de cuidado, da lo mismo la cantidad de oportunidades laborales que se abran, la mujer siempre se va llevar la carga y solo los hombres van a tener el tiempo para poder escalar esta torre de marfil”, apunta.

La científica marina señala que esto también ocurre en el ámbito del buceo y fotografía submarina, pues es un mundo donde la mayoría de los actores son hombres, pero cada vez las mujeres se abren más espacio; hay fotógrafas submarinas estupendas, y el reconocimiento a ellas comienza a ser visible. 

Catalina Velasco se adjudicó una beca para ser parte de un programa de liderazgo del National Geographic -Early Career Leadership Program- orientado a jóvenes investigadores en sus primeros años de carrera. La convocatoria global seleccionaba a 20 jóvenes, y la bióloga propuso enfocarse en el océano Austral de Chile; pero como becaria de NatGeo, también viajó a Tailandia, para especializarse en fotografía submarina. Además, asistió a reuniones que le permitieron conocer al personal directivo para Latinoamérica de la asociación Pristine Seas.

Así, a comienzos de 2020 fue invitada por National Geographic para sumarse a una expedición a los Fiordos Patagónicos en la zona austral de Chile con el reconocido equipo Pristine Seas. Se trató de una travesía para documentar la biodiversidad del Parque Nacional Kawésqar, contando con el apoyo de las comunidades indígenas de la Patagonia. 

Las praderas submarinas se encuentran tan amenazados como los arrecifes de coral, y son tan productivos como los bosques tropicales. Son ecosistemas muy valiosos en nuestras costas, y debemos conocerlos, valorarlos y protegerlos.

Cuidar el océano significa cuidar la casa de todas y todos. La joven exploradora y ya candidata a doctora tiene por referente a Sylvia Earle, quien ha dicho: “Tengo la convicción de que la salud de los océanos depende de nuestra empatía, lo que solo se logra si conocemos la naturaleza que nos rodea”. Si sienten pasión por un lugar, “denlo a conocer a sus amigas, amigos, familias; no teman compartir sus conocimientos”, aconseja Catalina Velasco, quien sueña con una sociedad que conozca el océano, lo sienta propio y luche por su conservación.


Fuentes consultadas:

Fotógrafa marina Catalina Velasco Charpentier: “El océano es maravilloso: ¡Conózcanlo, quiéranlo, cuídenlo!”.

Bióloga marina y exploradora de National Geographic, Catalina Velasco: “Hay una intención política detrás de lo que hago: democratizar el conocimiento científico y acercar los océanos a las personas”.

Catalina Velasco (1992).

Laura Palomares Aguilera

(México, 1968)

Laura Palomares Aguilera

Ingeniera Bioquímica especialista en biotecnología. Investigadora en el campo de la virotecnología, es una de las líderes del proyecto de la UNAM para la creación de una vacuna mexicana contra la COVID-19.

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Fotografía deLaura Palomares Aguilera

Laura nació en Morelia, Michoacán, en 1968; es la mayor de cuatro hermanas; su madre y su padre la impulsaron a convertirse en científica. A temprana edad mostró inquietud por los fenómenos naturales, la curiosidad científica ha marcado su camino. Le emocionaba poder tener su propio laboratorio, lo que consiguió con un equipo de química, de esos que venden en los supermercados. 

Construyó sus primeros laboratorios en el armario de su habitación y el techo de la casa familiar. Tenía en mente crear una granja de cucarachas y luego un laboratorio submarino con la ilusión de producir alimentos; lo que sí hizo fueron experimentos con hongos y diversos bichos: “a mi mamá no le hacía muy feliz abrir el refrigerador y encontrar cajas Petri con cultivos de hongos que hacía con latas de sopa, el medio de cultivo ideal”, recuerda.

Hasta la preparatoria mantuvo su ideal de estudiar biología marina, pero se dio cuenta de que vivir en la playa no le agradaba tanto y, motivada por su padre, decidió ser ingeniera bioquímica, pues con una ingeniería tendría mejores perspectivas laborales. Se inscribió en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), en Querétaro. Al principio su plan de carrera estaba enfocado en la ingeniería bioquímica en recursos acuáticos, pero se dio cuenta que no era lo suyo, recuerda. El interés por hacer cosas que pudieran mejorar el quehacer humano hizo que la hoy científica se enfocara en la biotecnología. 

Al graduarse en 1990 intentó irse a estudiar la maestría y el doctorado a Estados Unidos, pero se enamoró y se casó. “Sí quería casarme, pero le dije a mi novio que yo continuaría mis estudios de posgrado, así que nos fuimos a vivir a Cuernavaca e ingresé al Instituto de Biotecnología de la UNAM (IBT)”, señala. Casi al finalizar el doctorado nació su hijo Jaime Gabriel. 

Su mentora, la doctora Mayra de la Torre, una de las pioneras de la biotecnología, recuerda que, “cuando Laura estaba por terminar el doctorado y a punto de nacer su hijo, estaba yo preocupada porque concluyera su doctorado y Laura muy determinante me contestó que tenía todo planeado para escribir la tesis y los artículos aun con su bebé, y así fue: al año siguiente presentó su examen doctoral”.

Durante 2001 y Realizó un posdoctorado en la Universidad de Cornell, en Ithaca, Nueva York, (EUA) durante 2001. Se incorporó al Instituto de Biotecnología de la UNAM como Investigadora Asociada en 1999 y actualmente es Investigadora Titular C, PRIDE D, y SNI nivel III. 

Desde hace 20 años, la Dra. Laura Alicia Palomares vive en Cuernavaca, Morelos, donde además de disfrutar su tiempo en la investigación y la docencia, aprovecha cada momento que tiene disponible para estar con su hijo de 17 años, practicar deporte y leer.

Es pionera en México en el desarrollo de procesos tecnificados para la producción de proteínas recombinantes siguiendo el sistema de células de insecto-baculovirus, así como en la producción y caracterización de glicoproteínas recombinantes. Busca impulsar la biotecnología en nuestro país para obtener productos de alta calidad, formar recursos humanos y asesorar y apoyar a la industria nacional e internacional en el desarrollo de tecnologías.

Su trabajo ha sido reconocido por la comunidad científica y por la industrial, tanto en México como en el extranjero. A su extensa obra académica suma el desarrollo tecnológico, priorizando la cooperación entre instituciones públicas y el sector privado. Colaborar con la industria es un proceso de mucho aprendizaje y tiene muchas ventajas, por ejemplo, entender cuáles son las necesidades en nuestro país desde el punto de vista de producción”, resalta.

La biotecnología es, para Laura Palomares, un campo en auge, que ha revolucionado diversas áreas, principalmente la medicina. Está convencida que poco a poco la biotecnología mexicana se consolidará y dará trabajo a muchos jóvenes (…) Hoy ha llegado a destacar en áreas en las que se creía imposible para el país, por ejemplo, en el desarrollo de medicamentos recombinantes de manufactura mexicana”, explica.

La Dra. Palomares recomienda este campo a quienes buscan una carrera en la que quieran ser líderes y jefes: “hagan investigación, es una profesión muy libre, pero también intensa y demandante. Si quieren aplicar este conocimiento en procesos para la sociedad, qué mejor que ser biotecnólogo”, destaca. Una de las satisfacciones de su trabajo como investigadora es ver que el resultado de este genera un beneficio tangible e inmediato para el país. 

Se especializa en el desarrollo de tecnologías basadas en proteínas virales, con énfasis en nanobiomateriales, vacunas y vectores para terapia génica. Es reconocida mundialmente por su labor en el área de la ingeniería del cultivo de células animales, en biofísica de virus y en vacunología. 

Orgullosa de que la institución en la que se formó y trabaja, sea un referente nacional e internacional, la Dra. Palomares ha colaborado con distintas empresas desarrollando procesos para producir vacunas virales, participando en el desarrollo de la primera vacuna recombinante contra influenza y su registro en México, así como de una vacuna recombinante contra influenza aviar, además de otras vacunas que están en desarrollo en su laboratorio. Transfirió tres desarrollos tecnológicos al sector productivo; ha depositado tres solicitudes de patentes, con una otorgada. Fue responsable de promover y recibir apoyo para proyectos individuales, multiinstitucionales y multisectoriales, tanto nacionales como extranjeros.

Junto con 20 investigadores de la UNAM trabaja a marchas forzadas dar una esperanza a la ciudadanía. Actualmente su equipo está trabajando con el desarrollo de una plataforma para la rápida preparación de vacunas, lo que significa que basan su trabajo en un proyecto que ya se encontraba en marcha. Así, la parte correspondiente a producción, purificación y caracterización ya se encuentra lista. La Secretaría de Relaciones Exteriores dio un apoyo 3 millones de pesos para la Plataforma para el desarrollo de vacunas recombinantes basadas en VLP: Aplicación en la prevención de Covid-19. 

La virotecnóloga, como ella se describe, comenta que esta plataforma se diseñó para zika y dengue y cuando empezó la pandemia pensaron que esas estructuras podrían servirles para rápidamente tener una vacuna o un candidato a vacuna. Cuando las vacunas se producen de forma recombinante, las proteínas de los virus son como legos, se pueden ensamblar en muchas cosas, como por ejemplo en esferas, explica. 

Dos estudiantes del Instituto de Biotecnología jugaron un papel importante para el desarrollo de esta plataforma: Esmeralda Cuevas y Arturo Liñán. La alumna de doctorado contribuyó con el descubrimiento de la secuencia del zika y dengue, mientras que el estudiante de maestría comenzó a trabajar con el proyecto. 

Su visión integral de cómo desarrollar la biotecnología la ha hecho merecedora de una docena de distinciones internacionales, la más reciente de ellas fue el Interciencia Award For Life Sciences, otorgado por el Gobierno de Canadá y la Association Francophone Pour le Savoir, por su “contribución a la ciencia de las Américas”, que recibió en octubre de 2014. Por la relevancia de sus aportaciones, la Dra. Palomares es honorable ganadora del Premio Universidad Nacional 2018, en el área de Innovación tecnológica y diseño industrial.

Asimismo, ha recibido el Reconocimiento Sor Juana Inés de la Cruz (2012), el Premio Canifarma Veterinaria (2010 y 2009), el Premio de Investigación de la Academia Mexicana de Ciencias (2009), el Reconocimiento Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos (2007), el Premio Casas Campillo (2004), el Premio Weizmann (2001), el Premio Sánchez Marroquín (mejor tesis de doctorado) y la Medalla Alfonso Caso al Mérito Universitario, por sus estudios de doctorado.

Es miembro del comité editorial de tres revistas internacionales, editora invitada de dos ediciones de Vaccine y ha presidido los congresos más importantes en su campo. Pertenece a la Academia Mexicana de Ciencias, a la Academia de Ciencias de Morelos y a la Sociedad Mexicana de Biotecnología y Bioingeniería. 



Fuentes consultadas:

Laura Alicia Palomares Aguilera, un ejemplo de la pasión por la ciencia.

¿Quiénes? No. 195 Laura Palomares.

Dra. Laura Alicia Palomares Aguilera.

Laura Palomares Aguilera | Científica/mente | Ingeniería en Bioprocesos y Nanotecnología.

Valerie Thomas

(Estados Unidos, 1943)

Fotografía de Valerie Thomas

Matemática, física, científica de datos e inventora. Patentó en 1980 el transmisor de ilusión, futurista invención que ayudó a sentar las bases de la tecnología 3D usada por la NASA así como en cine y TV; actualmente se desarrolla su uso médico.


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Fotografía de Valerie Thomas

Valerie nació el 8 de febrero de 1943 en la ciudad de Baltimore, Maryland, Estados Unidos. Su papá era se dedicaba a componer televisiones, que en ese entonces eran grandes cajas. Valerie miraba fascinada como su padre desmontaba los aparatos, para mirar en su interior la infinidad de bulbos y conexiones; quería saber cómo funcionaban todas ellas, para producir imágenes.

Alrededor de los ocho años, por su curiosidad acerca de cómo funcionaban las cosas, pidió prestado un libro de la biblioteca, titulado “El primer libro del niño sobre electrónica”, que llevó a casa con el propósito de que su padre la ayudara a realizar algunos de los proyectos. A ella le gustaba jugar con radios y televisores, pero él no pudo ayudarle, a pesar de su propio interés en la electrónica.

Thomas asistió a una escuela secundaria para niñas que tampoco encontró apoyo para realizar las prácticas que quería. En ese entonces, los temas científicos no se consideraban importantes o adecuados para las mujeres. Por lo tanto, nadie alentó a Thomas a tomar las clases avanzadas de matemáticas que recientemente se ofrecían en su escuela, y ella continuó sin explotar su aptitud tecnológica. El panorama cambió cuando Thomas se matriculó en la Morgan State University; ella era una de las dos únicas mujeres de su clase en especializarse en física.

Era una excelente estudiante, y además de su título en Física, pronto adquirió el nivel de matemáticas que en 1964 le permitió ocupar un puesto como analista matemática y de datos para la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, mejor conocida como NASA. En esa época, las personas que trabajaban con computadoras debían contar con sólidos conocimientos de álgebra abstracta y ser capaces de realizar operaciones matemáticas en diferentes sistemas numéricos (binario, octal, decimal y hexadecimal).

Como analista de datos, debía escribir programas de computación, pero, salvo en las películas de ciencia ficción, ella nunca había visto una computadora. Por ello, tomó la determinación de aprender todo lo que pudiera sobre computadoras y programación.

Dentro de la NASA Valerie Thomas dirigió un proyecto para monitorear los sistemas de procesamiento de imágenes en tiempo real (de 1964 a 1970) y durante los siguientes once años supervisó el desarrollo de “Landsat”, el primer satélite en enviar imágenes desde el espacio, con las cuales se estudiaban los recursos naturales del planeta. 

Encabezaba un equipo interinstitucional de más de cincuenta personas, que demostró la viabilidad de utilizar la tecnología espacial para automatizar el proceso de predicción del rendimiento de las cosechas de trigo a nivel mundial.

En 1976, acudió a una exhibición científica que la llevó a ser inventora: Vio la ilusión de una bombilla incandescente que había sido desenroscada y retirada de una lámpara. Este efecto era creado con una segunda bombilla apuntando hacia abajo en un enchufe debajo del enchufe superior, empleando un espejo cóncavo para producir la ilusión de la bombilla encendida.

Intrigada, se preguntaba cómo una imagen podía aparecer en el lugar de otra y comenzó a hacer experimentos con los espejos cóncavos.  

El 21 de octubre de 1980, Valerie Thomas obtuvo la patente de su transmisor de ilusión, un dispositivo que crea imágenes de ilusión óptica a partir de dos espejos cóncavos; podía producir ilusiones ópticas en tercera dimensión (3D) con imágenes transmitidas desde el espacio, el cual fue adoptado por la NASA. Actualmente, su invento también es utilizado en la trasmisión de imágenes en sistemas de televisión y video comerciales, y se explora su uso en el ámbito médico.

Thomas continuó trabajando para la NASA hasta su jubilación en 1995, ocupando puestos como gerente de proyectos de la Red de Análisis de Física Espacial (SPAN) y como jefa asociada de la Oficina de Operaciones de Datos de Ciencia Espacial. A lo largo de su carrera, Thomas contribuyó al desarrollo de SPAN (Red de Análisis de Física Espacial para la investigación relacionada con el cometa Halley), así como en el estudio de los agujeros de ozono en nuestra atmósfera y de una supernova.

En reconocimiento a su trayectoria recibió varios premios de la NASA, incluido el Premio al Mérito GSFC (Goddard Space Flight Center) y la Medalla de Igualdad de Oportunidades de la NASA. 

Thomas continúa asesorando a estudiantes jóvenes a través de la Asociación Técnica Nacional (NTA), Ciencia, Matemática, Investigación y Tecnología Aeroespacial (S.M.A.R.T.), Inc., y el Capítulo SHADES OF BLUE DMV (Distrito de Columbia, Maryland y Virginia).

A las niñas y las jóvenes interesadas en las áreas STEM les recomienda aprender y entender todo lo que puedan de matemáticas, pues así tendrán la flexibilidad para ir en la dirección STEM que quieran.


Fuentes consultadas:

Valerie Thomas; inventora del transmisor de ilusión que la NASSA usa hasta el día de hoy

Valerie Thomas

Valerie Thomas

Black Women Who Came Through and Made History (But You May Have Missed It).

Elizabeth Helen Blackburn

(Australia, 1948)

Elizabeth Helen Blackburn

Bioquímica australiana descubridora de la telomerasa, una enzima que forma los telómeros durante la duplicación del ADN por el que recibió el Premio Nobel de Medicina en 2009, compartido con Elizabeth Blackburn y Jack W. Szostak.

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Fotografía de Elizabeth Helen Blackburn

Bioquímica australiana descubridora de la telomerasa, una enzima que forma los telómeros durante la duplicación del ADN por el que recibió el Premio Nobel de Medicina en 2009, compartido con Elizabeth Blackburn y Jack W. Szostak.

Nace en Hobart, capital del estado australiano de Tasmania, hija de un matrimonio de médicos. Se mudó con su familia a la ciudad de Launceston con cuatro años, allí estudió en la escuela secundaria para niñas de Broadland House Church of England (que más tarde se unió con la escuela Launceston Church Grammar School) hasta los dieciséis años. En el año 1970 obtuvo una licenciatura en ciencias y más tarde en 1972 una maestría, ambas de la Universidad de Melbourne en el campo de la bioquímica Años más tarde se mudaron a Melburne, donde se matriculó en University High School, donde obtuvo unas notas muy altas en los exámenes finales de acceso a la universidad.

Estudió Bioquímica en la Universidad de Melbourne y se doctoró en Biología Molecular en 1975 por la Universidad de Cambridge. Mientras estudiaba el doctorado, estuvo trabajando con Frederick Sanger desarrollando métodos para secuenciar el ADN usando ARN, así como también estudiando el bacteriófago Phi X 174.En la Universidad de Cambridge conoció a John Sedat, también biólogo molecular, con quien se casaría y en 1986 tendrían un hijo, al que llamaron David Benjamin.

Comienza a estudiar los telómeros en la Universidad de Yale en 1975, pasando a la Universidad de California en Berkeley. En 1984, descubre junto a Carol Greider la enzima telomerasa, y un año después, la aíslan. Es entonces cuando comienzan a crear telómeros artificiales con el fin de estudiar la división celular y así poder controlarla. En 1986 es nombrada directora de laboratorio, convirtiéndolo en líder mundial en la manipulación de la actividad ,de la telomerosa en las células.

En 1993 es nombrada directora del departamento de Microbiología e Inmunología. En 1990 se trasladó a la de San Francisco, donde ha trabajado en dos departamentos: bioquímica-biofísica y microbiología-inmunología.

En 2001, Elizabeth Blackburn ingresó en la Comisión de Bioética de los EE UU, pero se retiró en 2004 en desacuerdo con las restricciones que la administración de George W. Bush imponía en la investigación celular.

Desde 2003 tiene también nacionalidad estadounidense.

En los últimos años, Blackburn y sus compañeros han estado investigando el efecto del estrés sobre la telomerasa y los telómeros, con especial énfasis en la meditación de atención plena. También es una de va-rios biólogos (y una de los dos premios Nobel) en el documental científico de 1995 "Death by Design / The Life and Times of Life and Times". Los estudios sugieren que el estrés psicológico crónico puede acelerar el envejecimiento a nivel celular. Se encontró que la violecia infligida por la pareja acorta la longitud de los telómeros en mujeres que han sufrido abusos en comparación con las mujeres que nunca han sufrido abusos, lo que posiblemente causa una peor salud general y una mayor morbilidad en las mujeres que han sufrido abusos.

En la Universidad de California en San Francisco, Blackburn actualmente investiga los telómeros y la telomerasa en muchos organismos, desde levaduras hasta células humanas. El laboratorio se centra en el mantenimiento de los telómeros y cómo esto tiene un impacto en el envejecimiento celular. Muchas enfermedades crónicas se han asociado con el mantenimiento inadecuado de estos telómeros, lo que afecta la división celular, el ciclo y el crecimiento deficiente. A la vanguardia de la investigación de los telómeros, el laboratorio de Blackburn actualmente investiga el impacto del mantenimiento limitado de los telómeros en las células mediante la alteración de la enzima telomerasa.

Actualmente es profesora del departamento de Bioquímica y Biofísica y jefa del Laboratorio Blackburn que es líder mundial en la manipulación de la actividad de la telomerasa en las células.


Premios:

    Premio Eli Lilly de Microbiología (1988).

    Premio de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos en Biología Molecular (1990).

    Premio de la Fundación Gairdner (1998).

    La Medalla de Oro de la Sociedad Americana contra el Cáncer (2000).

    Premio Dr. AH Heineken de Medicina (2004).

    Medalla Benjamín Franklin en Ciencias de la vida.

    Premio Albert Lasker por Investigación Médica Básica (2006) junto con Carol Greider y Jack Szostak.

    Premio Louisa Gross Horwitz (2007) junto con Joseph G. Gall y Carol Greider.

    Premio L'Oréal-UNESCO para las Mujeres en la Ciencia (2008).

    Pearl Meister Greengard Prize (2008).13

    Premio Paul-Ehrlich y Ludwig-Darmstaedter (2009) junto con Carol Greider.

    Premio Nobel de Medicina (2009), junto con Carol Greider y Jack Szostak.14


En 2007, la revista Time la incluyó dentro de la lista de las 100 personalidades más influyentes del mundo.

Pertenece a las sociedades científicas más prestigiosas del mundo como la Sociedad Americana de Biología Celular, al Instituto de Medicina de Estados Unidos o a la Royal Society de Londres (Reino Unido).


Fuentes consultadas:

https://www.fundacionaquae.org/10-cientificas-actuales-que-muestran-el-camino-a-seguir/

https://www.conicyt.cl/mujeres-en-ciencia-y-tecnologia/mujeres-destacadas/premios-nobel/elizabeth-h-blackburn/

https://es.wikipedia.org/wiki/Elizabeth_Blackburn

Ximena Aguilar Vega

(México, 1991 aprox.)

Fotografía de Ximena Aguilar Vega

Egresada de la licenciatura en Biología por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Ximena Aguilar Vega es actualmente maestra en Ciencias Antárticas con una especialidad en Glaciología, fotógrafa y estudiante de doctorado en bio-óptica de ecosistemas polares en la Universidad de Stirling.


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Fotografía de Ximena Aguilar Vega

Egresada de la licenciatura en Biología por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Ximena Aguilar Vega es actualmente maestra en Ciencias Antárticas con una especialidad en Glaciología, fotógrafa y estudiante de doctorado en bio-óptica de ecosistemas polares en la Universidad de Stirling.


Ximena ingresó a una pequeña escuela de fotografía en el 2011, etapa en la cual participó en una serie de exposiciones colectivas y exploró diversas formas de estudio a la naturaleza a través de la estética y la fotografía contemplativa. A los pocos meses de concluir la carrera técnica, inicia la licenciatura en Biología con la fuerte convicción de proteger a la naturaleza aunque, afirma ella, concluyó la carrera con un fuerte desasosiego por el futuro de la Tierra, por lo que decidió estudiar una maestría en Ciencias Antárticas con el afán de buscar en los sitios más prístinos del planeta, las causas y las consecuencias del desequilibrio climático.

Durante 2019 y 2020 participó en expediciones científicas antárticas a borde del Polarstern, el mayor buque de investigación de todos los tiempos. A bordo de él cruzó el Aalántico recopilando mediciones y hallando pistas que dan luz sobre el cambio climático y el daño que le hemos hecho a la Tierra.

Con 30 años de edad, la científica mexicana Ximena Aguilar Vega, es una de las 100 científicas seleccionadas alrededor del mundo especialistas STEMM que en grupo propongan, políticas y acciones en sus respectivos países, en relación con los impactos del cambio climático.

La científica de México Ximena Aguilar Vega fue elegida junto con 376 mujeres del mundo con experiencia en ciencias, tecnología, ingeniería, matemáticas y medicina (STEMM, por sus siglas en inglés) para participar en el programa Homeward Bound (De vuelta a casa).

Aguilar Vega estudia los glaciares, su dinámica e interacción con los océanos con un enfoque en el ciclo de carbono, por lo que participa en este grupo (HB6) como especialista en glaciología, una disciplina que no es impartida en México, aun cuando en el país todavía quedan algunos de esos ecosistemas: el Citlaltéptl y el Iztaccíhuatl.

Homeward Bound es un proyecto global de liderazgo que aspira a construir una red dedicada a potenciar la influencia femenina en la toma de decisiones en beneficio del planeta

Ximena Aguilar Vega, encabezará en 2022, la sexta expedición Homeward Bound, uno de los proyectos más ambiciosos para estudiar el cambio climático en la Antártica.

En la iniciativa Homeward Bound, Ximena Aguilar Vega participará durante un año en un training de liderazgo y elaboración de proyectos interdisciplinarios vía remota, previo a una visita de 28 días a la Antártica. 

Nos reuniremos todas en un barco para revisar lo aprendido en esos 12 meses y tratar de llevar el conocimiento a la práctica" Ximena Aguilar Vega


Fuentes consultadas:

https://www.sdpnoticias.com/estilo-de-vida/ximena-aguilar-vega-cientifica-mexicana-edad-mexico-cambio-climatico.html

https://freeman.la/charla-la-vida-despues-de-la-antartica-con-ximena-aguilar/

https://www.lajornadamaya.mx/nacional/82723/biologa-egresada-de-la-uam-participara-en-proyecto-homeward-bound

Timnit Gebru

(Etiopía, 1983)

Timnit Gebru

Ingeniera eléctrica, especialista en algoritmos de minería de datos y sesgo algorítmico. También aboga por la defensa de la diversidad en la tecnología y es cofundadora de Black in AI, una comunidad de investigadores que trabajan en inteligencia artificial.

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Fotografía de Timnit Gebru

Timnit Gebru nació en Addis Abeba, capital de Etiopía, en 1983. Es la menor de tres hijas, de una familia eritrea. Su padre, que era ingeniero eléctrico, murió cuando Timnit tenía cinco años de edad.

Al formar parte del grupo étnico eritreo, fue forzada a abandonar Etiopía cuando tenía quince años de edad, debido a la guerra entre Eritrea y Etiopía, suscitada por el fin de tres décadas de anexión a Etiopía. Timnit logró salir de viaje hacia Irlanda y posteriormente, recibió asilo político en Estados Unidos, donde se reunió con sus hermanas y su madre.

Al igual que sus dos hermanas, eligió la carrera de Ingeniería Eléctrica, de la que se licenció en 2008 por la Universidad de Stanford. Cursó sus estudios de posgrado en la misma institución, también en Ingeniería Eléctrica: en 2010 obtuvo su grado de maestría y en 2015 el de doctorado.

Gebru participó en la creación del primer iPad en Apple. En 2004 hizo su pasantía en Apple en temas de hardware de audio y trabajó en esa compañía como ingeniera de audio entre 2005 y 2007; fue ingeniera de software y hardware de audio, desde entonces y hasta 2011.

En 2012 se matriculó en la Hacker School en la ciudad de Nueva York, para perfeccionar sus habilidades de programación trabajando en un variedad de proyectos de código abierto en Objective C, python, C ++, Ruby on Rails y Javascript.

Como estudiante de doctorado, en temas de visión artificial que puedan beneficiar la accesibilidad de personas con discapacidad, en el Laboratorio de Inteligencia Artificial de la Universidad de Stanford, tuvo como mentora a la célebre Fei Fei Li.

Bajo la guía de su profesora, Gebru encabezó una investigación que tuvo gran repercusión en medios de comunicación. Con minería de datos, Gebru combinó aprendizaje profundo con Google Street View para estimar cuáles atributos socioeconómicos, como inclinación política, ingresos, carrera y educación pueden ser inferidos por la observación de autos en distintos barrios estadounidenses.

En 2015, confundó la organización Black in AI; institución que busca impulsar a especialistas afrodescendientes, de todas partes del. Por ejemplo, comenta, en un congreso de especialistas en inteligencia artificial (IA) al que asistió, se dio cuenta que, de más de 8 mil 500 participantes, apenas ocho eran afrodescendientes, de los cuales, ella era la única mujer.

Gebru es una investigadora pionera en el ámbito de la ética en la inteligencia artificial y su trayectoria ha estado permeada por su preocupación por los sesgos raciales de la tecnología, tanto en términos laborales, como sociales. Una de las compañías que fuera su empleadora, tiene un 1,6% de mujeres afrodescendientes en su plantilla general, pero solo un 0,7% en cargos técnicos y un 1,1% en puestos directivos. Casi el 50% de los puestos directivos son para hombres blancos. “Tienes acosadores que se van con millones de dólares”, en tanto que una joven negra tiene que probarse una y otra vez; esa situación debe cambiar, señala Gebru.

En 2018 llegó a Google, donde realizó una investigación postdoctoral sobre las implicaciones de sesgos en la inteligencia artificial. También colaboró con un grupo de investigación del (Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT por sus siglas en inglés) para investigar un software de reconocimiento facial, que la condujo a uno de sus mayores logros académicos: un artículo de 2018 donde, junto con otros coautores, descubrió que el reconocimiento facial solo se equivocaba al detectar el género de hombres blancos un 1% de las veces, pero erraba en 35% con mujeres afroamericanas.

Otro ejemplo, que menciona Gebru sobre los sesgos del Machine Learning asociados con sus diseñadores, es el siguiente: puedes tener empatía, buscar qué tan bien funciona un producto para diferentes grupos de personas o, por el contrario, alimentar algoritmos que llevarán a conclusiones sesgadas; como el costo de un seguro de automóviles, que puede ser más alto para ciertos grupos de población, aun cuando en lo individual las personas de otros grupos ya tengan antecedentes de accidentes e infracciones de tránsito.

Timnit Gebru fue la colíder del equipo de Inteligencia Artificial (IA) Ética de Google hasta el 2 de diciembre de 2020, cuando se rompió la relación laboral: ella acusó despido y la empresa aseguró que su empleada renunció. Con el transcurso de los días, se conoció que la experta había elaborado, junto con su equipo de trabajo, un artículo de divulgación en donde cuestionaba el costo ambiental del desarrollo de la IA y, además, advertía sobre los sesgos que podrían generarse en un análisis desigual de datos; punto que habría detonado el desencuentro con el gigante de Internet.

Por este hecho, 2 mil 351 personas que laboran en Google y 3 mil 729 académicas y académicos de todo el mundo firmaron una carta de apoyo a Gebru y para exigir que Google cumpla con los principios que estableció para el desarrollo de IA. La comunidad global de ingenieras, ingenieros e investigadores en el campo de la inteligencia artificial sostiene desde entonces un debate sobre la urgencia de tener instrumentos que regulen los alcances del desarrollo científico y tecnológico respecto a la IA; tanto instituciones públicas como privadas deben tener presente que todo avance conlleva beneficios, pero también riesgos.

El compromiso de las grandes tecnológicas con sus propósitos éticos resulta importante social, política y éticamente, por las implicaciones que los sesgos discriminatorios tienen para las personas usuarias de TIC, el desarrollo tecnológico y el tratamiento de la Big Data.


Fuentes consultadas:

Timnit Gebru biography: 13 things about Eritrean-Ethiopian AI researcher.

Por qué el despido de una investigadora negra de Google se ha convertido en un escándalo global.

¿Qué hay detrás de la salida de Timnit Gebru de Google?

Timnit Gebru: Machine learning, bias, and product design.

Sarah Al Amiri

(Irán, 1987)

Fotografía de Sarah Al Amiri

Ingeniera Informática, es Ministra de Estado de Ciencias Avanzadas y Presidenta del Consejo de Científicos de los Emiratos Árabes Unidos. Es la científica que dirige los proyectos de la Misión a Marte de ese país.

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Fotografía de Sarah Al Amiri

De ascendencia baluchis, Sarah Bint Yousif Al Amiri nació en Irán en 1987; poco antes de que su familia emigrara a los Emiratos Árabes Unidos (EAU).

A la edad de 12 años, después de haber visto una imagen de la Galaxia de Andrómeda, decidió aprender todo lo que pudo sobre el espacio. Sarah estudiaba detenidamente imágenes de galaxias lejanas, cautivada por "la cantidad de estrellas, sistemas solares, planetas, objetos que existen ahí fuera y que numéricamente no podemos comprender", recuerda. Pero lo más importante conocer las formas en que los científicos exploran el espacio, ya sea mediante telescopios, naves espaciales, imágenes de radio.

Su interés en la Ingeniería Aeroespacial, era un campo inimaginable en ese entonces, ya que los Emiratos Árabes carecían de una Agencia Espacial. Estudió ingeniería informática tanto a nivel licenciatura como maestría, en la Universidad Americana de Sharjah.

Cuando en 2014, los EAU anunciaron que mandarían una misión a Marte, el país aún no contaba con una agencia espacial y tampoco con un equipo científico en temas planetarios, y apenas habían logrado mandar su primer satélite, en colaboración con Japón. Al Amiri estuvo involucrada en este logro. Inicialmente comenzó a trabajar como ingeniera informática e inició su carrera en el campo de la tecnología espacial en el Instituto de Ciencia y Tecnología Avanzadas de los Emiratos, donde trabajó como ingeniera de programas en los primeros satélites de los EAU, Dubai Sat-1 y Dubai Sat-2, los primeros satélites del país. Para ella fue un sueño hecho realidad.

Después, se unió al Ministerio de Cambio Climático y Medio Ambiente de los EAU. Fue nombrada jefa del Consejo Científico de los Emiratos en 2016 y, un año después, el gobierno se puso en contacto con ella para liderar el nuevo rol ministerial para el desarrollo de las ciencias avanzadas.

Para Al Amiri, la ciencia es la mejor forma de colaboración internacional. Gracias a la ciencia y la tecnología puede tenerse una economía basada en el conocimiento, que pueda ser sostenible para el planeta.

A medio siglo de la conformación de los Emiratos Árabes Unidos, en febrero de 2021, la sonda Hope ingresó a la atmósfera marciana para estudiar los fenómenos meteorológicos que allí ocurren, su objetivo es elaborar un mapa global de la atmósfera del planeta rojo. El éxito de la misión fue el punto culminante de un esfuerzo de seis años. Lograron ser el quinto país en llegar a Marte, y la primera nación árabe en hacerlo.

Retos técnicos, poco presupuesto (200 millones de dólares estadounidenses) para los proyectos a cargo de Al Amiri, pero está dispuesta a aprovechar al máximo todos los recursos humanos de su nación: el equipo de ingeniería tiene en promedio 27 años de edad y las mujeres representan 34% del equipo de la misión espacial y el 80% del equipo científico. Esto ha sido posible ya que, en los EAU, las mujeres representan 56% del total de quienes se gradúan en las áreas de tecnología, ingeniería y matemáticas.


Fuentes consultadas:

Sarah Al Amiri, la mujer que llevó a los Emiratos Árabes Unidos a Marte por primera vez.

Who’s Leading the UAE’s Mission to Mars? The Iranian-Born Scientist Sarah Al Amiri.

Sarah al-Amiri: young minister behind UAE mission to Mars.

Silvia Torres Peimbert

(México, 1940)

Silvia Torres Peimbert

La Dra. Silvia Torres-Peimbert (Silvia Torres Castilleja) nació en la Ciudad de México en 1940, cuando estudiaba secundaria, una profesora la animó a interesarse por la ciencia. Le inculcaba a sus alumnas, ideas como las siguientes.

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Fotografía deSilvia Torres Peimbert

Era un área en donde pocas mujeres han destacado hasta ahora. Siempre ha habido mujeres con gran talento y capacidad.

Estudió física en la Facultad de Ciencias de la UNAM y el Doctorado en astronomía de la Universidad de California, Berkeley cabe señalar, que poco antes de que el hombre pisara la Luna, Silvia Torres Castilleja se convirtió en la primera mexicana que obtuvo el título de doctora en astronomía.

En 1959, Silvia Torres utilizó la primera computadora que llegó a México. Era una de las 2.000 computadoras IBM-650 que se produjeron a partir del año 1954 hasta 1960.

La IBM-650 era de tamaño enorme y necesitaba una sala totalmente refrigerada para que los circuitos no se recalentaran.

Es investigadora emérita del Instituto de Astronomía de la UNAM y del sistema Nacional de Investigadores. Su investigación se ha centrado en la determinación de la composición química de las regiones de formación estelar y de los gases arrojados por las estrellas de masa intermedia en la Vía Láctea y otras galaxias, así como la determinación de la abundancia primordial de helio. Ha sido editora de la Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica y ahora lo es de la Serie de Conferencias de esta misma publicación.

Ha estudiado la distribución del helio sobrante de la primera creación. En 1973 se convirtió en profesora en NAUM y desde 1998 hasta 2002 fue directora de esa institución. Durante este tiempo trabajó en estrecha colaboración con Manuel Peimbert , su esposo. Torres-Peimbert y Peimbert habían sido alumnos de Guillermo Haro (Haro fue en 1959 la primera persona elegida para la Real Sociedad Astronómica de un país en desarrollo).

Ha sido directora del Instituto de Astronomía, Presidente y Vicepresidente de la Unión Astronómica Internacional, Consejera de la American Astronomical Society y miembro de la Junta Directiva de la Astronomical Society of the Pacific.

Entre otras distinciones, recibió el Premio Nacional de Ciencias, el Premio L’Oreal-UNESCO para mujeres científicas en Latinoamérica y el Premio Hans A. Bethe de la American Physical Society. También ganó el premio Hans A. Bethe en 2012 por su trabajo en la determinación de las cantidades de helio y otros elementos diferentes durante el desarrollo del universo. El conocimiento de estos elementos permite a los cosmólogos comprender la evolución de las estrellas y las galaxias.

También ha recibido el Doctorado Honoris Causa por la UNAM, por el Instituto de Astrofísica, Óptica y Electrónica y por la Universidad Ben Gurion del Néguev en Israel. Es miembro titular del Seminario de Cultura Mexicana.


Fuentes consultadas:

http://www.astroscu.unam.mx/IA/index.php?option=com_content&view=article&id=463&Itemid=&lang=es

https://en.wikipedia.org/wiki/Silvia_Torres-Peimbert

https://www.mujeresnotables.com/2018/10/30/biografia-de-silvia-torres-astronoma-mexicana/

Victoria Eugenia Chagoya Hazas

(México, 1933)

Fotografía de Victoria Eugenia Chagoya Hazas

Es una química farmacéutica bióloga nacida en Oaxaca, perteneciente a la primera generación del doctorado en Bioquímica de la UNAM en 1971.

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Fotografía de Victoria Eugenia Chagoya Hazass

Realizó sus estudios de Licenciatura en Química Farmacobiología en la Escuela Nacional de Química (posteriormente Facultad de Química (Universidad Nacional Autónoma de México)). Dicho grado fue obtenido con su estudio sobre la EDTA.

Su labor en la UNAM comienza en abril de 1957, cuando la Escuela de Medicina se cambia del Palacio de Medicina de Santo Domingo a Ciudad Universitaria. Se aprovecha el momento para darle una estructura más moderna a la escuela, formándose el Departamento de Bioquímica, fue invitada a colaborar en él Departamentos de Bioquímica en el área de investigación y de docencia.

Entre 1958 y 1959 realizó una estancia en la Universidad de Wisconsin en Estados Unidos, con el apoyo de la American Association of Universitary Women. A su regreso a México se incorporó a la Facultad de Química, aunque en 1961 volvió a los Estados Unidos a la Universidad de San Luis Misuri, donde logró publicar algunos avances de su trabajo en conjunto con algunos investigadores.

En la Facultad de Química de la UNAM, cursó sus estudios doctorales en bioquímica, perteneciendo así a la primera generación de egresados en esta especialidad en dicha universidad.3 Realizó su estancia postdoctoral en esta misma institución.

En 1996 fue reconocida con el nombramiento de Investigadora emérita de la UNAM en el Instituto de Fisiología Celular. Algunas de sus investigaciones más destacadas se han centrado en el estudio de la adenosina en distintos tejidos, así como el daño hepático por cirrosis. También es miembro de la Academia Mexicana de las Ciencias.

Victoria fue una de las primeras mujeres afortunadas en obtener una de las becas que se ofrecían para estudiar en el extranjero, gracias al apoyo de la American Association of Universitary Women, en dónde comenzó una investigación sobre la adenosina, que es un activo desinflamatorio.

Sus líneas de investigación fueron la Caracterización y Función del Ciclo Circádico de la Adenosina, Hepatoxicidad Aguda y Crónica con Etanol y Tetracloruro de Carbono, Cirrosis y Cáncer Hepatocelular y Cardiotoxicidad durante el Infarto de Miocardio Experimental y la Insuficiencia Cardiaca. Con base a sus investigaciones, Victoria creó un fármaco que combate la cirrosis y disminuye el crecimiento de los tumores, previniendo el cáncer.

Entre sus más destacados premios se encuentran los siguientes:

•Premio de la Academia Nacional de Medicina "Dr. Eduardo Liceaga" (1974).

•Premio Canifarma 1996 de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (1996).

•Premio Nacional de Investigación Fundación Glaxo Wellcome 1996 en el área de Investigación Básica (1996).

•Premio Sor Juana Inés de la Cruz (2004).

•Premio en el Área de Innovación Científica "Mujeres Mexicanas Inventoras e Innovadoras" (2007).

•Premio "Julieta Fierro" como ganadora de todas las áreas (2007).

•Medalla Omecíhuatl 2009 por el Instituto de las Mujeres de la ciudad de México (2009).

•Medalla "José Laguna García" Otorgada por la Rama de Bioenergética y Biomembranas de la Sociedad Mexicana de Bioquímica (2013).


Fuentes consultadas:

https://www.sinembargo.mx/03-01-2019/3517715

https://www.sniseguro.com.mx/post/miembro-em%C3%A9rito-victoria-eugenia-chagoya-hazas

https://es.wikipedia.org/wiki/Victoria_Chagoya

Gerty Theresa Cori

(Praga, 1896-1957)

Gerty Theresa Coris

Gerty Cori Bioquímica Checa, nacionalizada Norteamericana en 1928, nació el 15 de agosto de en Praga. En 1947 recibió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina junto a su marido Carl Ferdinadn Cori y el fisiólogo argentino Bernardo Houssay, por descubrir el mecanismo por el cual el glucógeno se convierte en ácido láctico en el tejido muscular y luego es resintetizado en el cuerpo y almacenado como fuente de energía.

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Fotografía de Gerty Theresa Cori

Gerty Cori Bioquímica Checa, nacionalizada Norteamericana en 1928, nació el 15 de agosto de en Praga. En 1947 recibió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina junto a su marido Carl Ferdinadn Cori y el fisiólogo argentino Bernardo Houssay, por descubrir el mecanismo por el cual el glucógeno se convierte en ácido láctico en el tejido muscular y luego es resintetizado en el cuerpo y almacenado como fuente de energía.

Gerty Theresa Radnitz nació en el seno de una familia judía de Praga el 15 de agosto de 1896. Realizó los primeros estudios en casa con profesores particulares y posteriormente fue inscrita en un colegio para niñas, cuando tenía 16 años de edad decidió que quería ser médico. Animada por un tío materno, profesor de Pediatría en la universidad, estudió y aprobó el examen de admisión de la universidad para asistir a la escuela de Medicina.

Fue admitida en la Facultad de Medicina de la Universidad alemana Carl Ferdinand en Praga en 1914 y obtuvo el Doctorado en Medicina en 1920. Mientras estudiaba en la universidad conoció a Carl Cori, quien inmediatamente se sintió atraído por ella, se casaron en 1920, después de graduarse, y Gerty se convirtió al catolicismo, que era la religión de Carl. Después de la boda se mudaron a Viena, Austria, donde Gerty pasó los siguientes dos años trabajando en el Children's Carolinen Hospital, mientras Carl trabajaba en un laboratorio.

Durante su estancia en el hospital trabajó en la unidad de Pediatría y además llevó a cabo investigaciones en el campo de la regulación de la temperatura, el comparativo de temperaturas antes y después del tratamiento de patología tiroidea y publicó artículos sobre trastornos de la sangre. La vida se volvió muy difícil después de la Primera Guerra Mundial, Gerty incluso sufrió xeroftalmía, causada por la severa desnutrición que le provocó la escasez de alimentos. Estos problemas, junto con el creciente antisemitismo, contribuyeron a que la pareja decidiera abandonar Europa.

Publicó resultados de investigaciones realizadas en coautoría con su esposo, así como en solitario. A diferencia de su marido, tuvo dificultades para conseguir posiciones laborales en el área de investigación y las que obtuvo siempre fueron mal pagadas. Carl insistía en trabajar en colaboración con Gerty, aunque las instituciones que lo empleaban trataran de desalentarlo.

Recibió el Premio Nobel en 1947, junto a su marido Carl y compartido con el fisiólogo argentino Bernardo Houssay. El premio le fue otorgado por descubrir el mecanismo por el cual el glucógeno se convierte en ácido láctico en el tejido muscular y luego es resintetizado en el cuerpo y almacenado como fuente de energía (conocido como el ciclo de Cori). También identificaron el importante compuesto catalizador llamado éster de Cori. En 2004, Gerty y Carl fueron designados National Historical Chemical Landmark (Hito Histórico Nacional en Química) por la American Chemical Society, en reconocimiento a su trabajo en el esclarecimiento del metabolismo de los carbohidratos.

En 1957, Gerty Cori murió tras una lucha de diez años con la mieloesclerosis. Permaneció activa en su laboratorio de investigación hasta el final. Recibió reconocimiento por sus logros a través de múltiples premios y honores.


Fuentes consultadas:

https://www.conicyt.cl/mujeres-en-ciencia-y-tecnologia/mujeres-destacadas/premios-nobel/gerty-theresa-cori/

https://www.urv.cat/es/vida-campus/universidad-responsable/observatorio-igualdad/ano-mujeres-ciencias/dones-i-ciencies/dones-metgesses/gertytheresacori/

https://es.wikipedia.org/wiki/Gerty_Cori

Mary Anning

(Inglaterra, 1799-1847)

Fotografía de Mary Anning

Fue la primera persona en ser reconocida como paleontóloga. Sus numerosos descubrimientos de fósiles y sus trabajos contribuyeron a transformar las ideas científicas sobre la vida prehistórica y la historia de la Tierra.

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Fotografía de Mary Anning

Mary Anning nació el 21 de mayo de 1799 en Lyme Regis, un pueblo costero del condado de Dorset, en Inglaterra, en una zona actualmente conocida como la Costa Jurásica, por sus acantilados con una descomunal evidencia fosilizada de la vida en la Tierra hace millones de años.

Su familia era disidente religiosa y muy pobre. Su padre era ebanista y aficionado a coleccionar los fósiles que abundaban cerca de la playa: Mary lo acompañaba a recorrer los despeñaderos con la vista clavada en el suelo en busca de fósiles, que esporádicamente vendían a los turistas. Era un trabajo peligroso, pues los acantilados son escarpados y las olas provocaban desprendimientos. Su padre falleció a consecuencia de una caída del acantilado, y con la salud mermada por la tuberculosis.

A los once años de edad, Mary Anning continuó sus recorridos junto con su hermano Joseph, luego que su madre la animara a seguir buscando y vendiendo fósiles para solventar gastos y deudas de la familia.

Alrededor de 1811, cuando Mary tenía 12 años, su hermano descubrió en un precipicio un cráneo fosilizado de lo que pensó era un cocodrilo. luego, durante varios meses Mary buscó y excavó cuidadosamente el resto del esqueleto, que medía 5.2 metros de largo. Cuando concluyó la excavación, toda la ciudad decía que había encontrado un monstruo.

El espécimen fue vendido y llegó al Museo de Curiosidades de Londres, donde causó sorpresa en el círculo científico de principios del siglo XIX: con el tiempo se observó que no era un cocodrilo, sino un animal prehistórico.

Mary había encontrado e identificado el primer esqueleto completo de ictiosaurio, una criatura extraña, que parecía mitad pez, mitad reptil (de ahí su nombre, que significa "lagartos peces"), la cual vivió en la era mesozoica desde el Triásico inferior hasta su extinción en el Cretácico Superior, es decir, aproximadamente hace entre 245 y 90 millones de años.

Era necesario desarrollar diferentes explicaciones de los cambios en el mundo natural. Todos sus hallazgos hicieron tambalear las teorías creacionistas que por aquel entonces dominaban el debate científico. Fue medio siglo después que Charles Darwin publicó "El origen de las especies", donde postuló la teoría de la evolución. La evidencia descubierta por Anning es uno de los pilares en que se esta se erige.

En 1823, Mary fue la primera en descubrir el esqueleto completo de un plesiosaurio, un reptil marino de cuello largo, cuyo nombre significa "cercano a un reptil". El espécimen era tan extraño, y el hallazgo se difundió tan rápidamente, que no tardaron en llegar los rumores de que el fósil era falso. Se programó una reunión especial en la Sociedad Geológica de Londres, a la que Mary no fue invitada. Luego de revisar la evidencia, aceptaron el error, y se apoyó la idea de una extinción ocurrida en tiempos remotos.

En 1828, a los 22 años de edad, Mary Anning descubrió un extraño revoltijo de huesos, esta vez con una cola larga y alas. Las noticias sobre su descubrimiento volvieron a expandirse rápidamente. Fue el primer pterosaurio descubierto fuera de Alemania, que después fueron más conocidos como pterodáctilos, los animales voladores más grandes que jamás han existido. Mary Anning también demostró que las entonces conocidas como piedras de bezoar, eran heces fosilizadas, es decir, coprolitos.

Si bien, al igual que muchas mujeres y niñas de Lyme Regis de la época, Mary Anning había recibido muy poca educación escolar, había aprendido a leer y estudió geología y anatomía por su cuenta. Además, se reunía y mantenía correspondencia con coleccionistas famosos, así como con renombrados geólogos. Las cartas que se conservan demuestran sus conocimientos, pues solían consultarla sobre sus hallazgos y pedían su opinión sobre los descubrimientos de vestigios en otros lugares.

A pesar de su creciente reputación por encontrar e identificar fósiles, la comunidad científica dudaba en reconocer su trabajo. A menudo, los científicos hombres no reconocían sus descubrimientos en los artículos que publicaban y daban conferencias sobre sus relevantes hallazgos, sin mencionar siquiera a la mujer que los había descubierto. El sexismo imperante otorgó el mérito del descubrimiento de los restos fósiles a los naturalistas que los compraron. La Sociedad Geológica de Londres se negó a admitir a Anning. De hecho, solo hasta 1904 se permitió que ingresaran miembros mujeres.

Hay pocos datos acerca de su vida. Por ser muer y por pertenecer a una clase baja, sus contemporáneos no se molestaron en documentar su vida, pero se sabe que trabajó con varias mujeres, que fueron sus ayudantes o colaboradoras, como Charlotte Murchison o Francis Bell.

Anning siguió desenterrando más y más fósiles. Vendía muchos de sus hallazgos, lo que aumentaba el interés público en la geología y paleontología. Este éxito se reflejaba en el creciente interés de la gente para acudir a los museos.

Por medio de algunas de sus amistades y colegas, poco después de 1840 se logró que Inning recibiera una modesta pensión anual del gobierno británico en vista de sus contribuciones.

Mary Anning murió de cáncer de mama el 9 de marzo de 1847. Fue enterrada en Lyme Regis. Tenía tan solo 47 años y seguía con problemas financieros, a pesar de sus grandes descubrimientos y su contribución a la revolución de la ciencia.

Solo en su lecho de muerte comenzó a obtener el crédito que se merecía: fue considerada como miembro honorario Sociedad Geológica de Londres y se convirtió en la primera mujer en ser incluida en el registro de muerte de la organización. Después de su muerte se empezó a escribir sobre los logros de esta pionera de la paleontología, que trastocó la historia: gracias al trabajo de Mary Anning se comprendió parte de la vida prehistórica y se cambió el curso de la ciencia.

Su legado pervive a lo largo de la escarpada "Costa Jurásica", declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.


Fuentes consultadas:

Mary Anning, la niña que descubrió dinosaurios nunca antes vistos.

La niña cazadora de fósiles.

Mary Anning: Pionera de la Paleontología de Todos los Tiempos.

Alicia Mastretta Yanes

(México, 1985)

Alicia Mastretta Yanes

Bióloga experta en ecología molecular y genómica. Investiga cómo la biodiversidad mexicana ha evolucionado desde el punto de vista genético; tanto cambios en la distribución de las especies debido a fluctuaciones climáticas, así como el efecto de la domesticación y el manejo humano. Busca impulsar la preservación de los bosques.

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Fotografía de Alicia Mastretta Yanes

Alicia nació en la Ciudad de México en 1985. Debido al sismo ocurrido en ese año, su familia se mudó a las afueras de la ciudad de Puebla, donde transcurrió su infancia; rodeada del campo y un gran jardín en su casa, interactuaba con la naturaleza desde pequeña. Recuerda que en el estanque del jardín de su casa jugaba con lama y renacuajos; tenía un sapo llamado Sam.

Su madre, es historiadora, y su padre, periodista. Cuando era niña, aprendió de su mamá que una mujer puede estudiar y seguir un posgrado. Ambos la criaron sin estereotipos; su enfrentamiento con el machismo fue fuera del seno familiar.

Desde niña tenía una gran pasión por la naturaleza. A partir de una visita que realizó a los bosques en una comunidad conocida como “La Preciosita”, en el estado de Puebla, donde observó la forma en que las comunidades locales se dedican a proteger y conservar las reservas naturales. De esa época recuerda: "Cuando era niña, en Cuetzalan, intenté atrapar una nube, que no era otra cosa que la neblina de ese lugar, al llegar a casa y abrir el frasco que la contenía, solo había agua condensada. Hice un gran berrinche porque se había perdido mi nube".

Alicia leía ávidamente todos los libros que caían en sus manos sobre conservación ambiental, y le preocupaba mucho la contaminación. Varias de sus maestras la impulsaron a conocer y aprender. Recuerda que un momento que marcó su vida fue ver en televisión a una mujer que daba un discurso sobre la conservación del medio ambiente, para lo cual el gobierno mexicano crearía una nueva institución. Años después supo que esta figura inspiradora resultó ser Julia Carabias, en ese entonces Secretaria de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnap).

Una de sus tías le regaló un libro sobre la diversidad biológica de México, que como dedicatoria escribió “del amor a la naturaleza, a la comprensión de la naturaleza, hay un paso: el estudio”. En ese momento se dio cuenta que podía transformar su pasión por la naturaleza en conocimiento, y poder llevar a cabo acciones para su conservación.

Concluido su bachillerato, se mudó a la Ciudad de México para estudiar la licenciatura en Biología en la UNAM, de 2004 a 2009. Entonces, se dio cuenta que, para conservar la biodiversidad teníamos que entender el proceso evolutivo que la genera. Una de las cosas que más me marcó de niña y de joven fue ir a bosques en el estado de Puebla. En La Malinche había gente que era dueña de esos bosques. Si nosotros queríamos conservar los bosques necesitábamos hacer que la gente que era dueña de los bosques pudiera vivir bien sin que eso involucrara tener que cortarlos”.

Un compañero de clase convenció a la profesora Julia Carabias para que Mastretta y su grupo hicieron su servicio social en la selva chiapaneca, junto con una organización de la sociedad civil. Y desde entonces mantuvo trabajo en la zona, con un equipo conformado por muchas mujeres. Como asistente en Natura y Ecosistemas Mexicanos, (2008-2010), pudo acercarse a las mujeres de las comunidades indígenas; uno de los logros fue que las mujeres participaran como socias en proyectos ecoturísticos y comenzaran a ocupar cargos comunitarios.

Su interés por las especies en las partes altas de las montañas, la llevó a estudiar un doctorado en la Universidad de Anglia Oriental, en Reino Unido, de 2010 a 2014. Como parte de su trabajo de posgrado, visitó muchos lugares de la República Mexicana para muestrear genéticamente especímenes de junípero, una conífera mexicana, para estudiar la diversificación genética de la especie. Esto lo logró haciendo contacto con científicas de campo, lo que le permitió llegar con seguridad a los lugares escogidos por su proyecto.

También visitó las trece montañas más altas de México, en la zona de pastizales alpinos (donde antes hubiera glaciares) para recolectar muestras de plantas, y comparar sus genomas. Con más de cuatro millones de datos, debió usar herramientas de supercómputo facilitadas por la universidad de L’Anglais. Para ello aprendió programación y mejoró la técnica de ensamblado genómico para su análisis computarizado.

Además del estudio de las “islas en los cielos”, como ella llama a las comunidades vegetales de las partes altas de las montañas del centro de México, Mastretta colabora con las comunidades locales para aplicar los resultados de la ciencia básica en el mejoramiento de maíz y el manejo forestal.

Entender la biodiversidad genética implica también estudiar el proceso de domesticación de las plantas. En 2015, Alicia Mastretta resultó seleccionada para impartir una cátedra sobre el tema, creada por Conabio, en colaboración con Conacyt. Además, Imparte cursos de Bioinformática, que se trasmiten en Youtube para llegar a más personas interesadas.

La Dra. Mastretta fue una de las ganadoras del premio “Las Mujeres en La Ciencia 2020” otorgado por L’Oreal, UNESCO y la Academia Mexicana de Ciencias. Este reconocimiento señala, representa el trabajo de mucha gente, no solo de la academia sino también de gente de las comunidades que son dueñas de los bosques, en concreto, de la comunidad agraria de Santa Rosa Xochiac, que tiene brigadas para el control de incendios, vigilancia y monitoreo para que se mantengan los bosques, así como un vivero forestal con el que, junto con sus alumnas de la UNAM, esperan trabajar para poder aplicar los resultados de la investigación científica.

En la actualidad, Alicia Mastretta imparte clases en el área de postgrados de Ciencias Biológicas de la UNAM. Una de sus prioridades como académica es formar a nuevas estudiantes e integrarlas al desarrollo de proyectos científicos. Está convencida de que se necesitan más mujeres en la ciencia, “porque somos la mitad de la población y necesitamos incluirnos dentro de la gente que hace ciencia”.

Para ello, enfatiza, es necesario dejar de creer en estereotipos, como pensar que la computación es para hombres. Una breve revisión histórica permite ver que las mujeres siempre estaban a cargo de la programación, y la masculinización del campo se debió a que los empleos eran mejor remunerados y eran el futuro del desarrollo tecnológico.


Fuentes consultadas:

Videoconferencia: "La Contribución de las Mujeres en la Ciencia" 06-03-2020.

Somos la mitad de la población y necesitamos a más mujeres en la ciencia: Alicia Mastretta.

Alicia Mastretta Yanes.

Emanuelle Charpentier

(Francia, 1968)

Fotografía de Emanuelle Charpentier

Emmanuelle Charpentier nace en 1968 en Juvisy-sur-Orge, en Francia. En 1991 consigue su licenciatura en la Universidad Pierre y Marie Curie de París tras estudiar bioquímica, microbiología y genética. En 1995 consigue su doctorado en el Instituto Pasteur en microbiología, donde investiga los mecanismos genéticos y moleculares detrás de la resistencia a los antibióticos.

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Fotografía de Emanuelle Charpentier

Emmanuelle Charpentier nace en 1968 en Juvisy-sur-Orge, en Francia. En 1991 consigue su licenciatura en la Universidad Pierre y Marie Curie de París tras estudiar bioquímica, microbiología y genética. En 1995 consigue su doctorado en el Instituto Pasteur en microbiología, donde investiga los mecanismos genéticos y moleculares detrás de la resistencia a los antibióticos. A medida que las nuevas tecnologías moleculares y celulares se pusieron a disposición a principios de la década de 1990, se centró en el estudio de cómo los patógenos bacterianos infectan e interactúan con sus huéspedes y el medio ambiente, centrándose en los mecanismos moleculares durante la infección con el objetivo de encontrar nuevas vías que podría ser aprovechado aún más en beneficio de la medicina.

Posteriormente se trasladó a los Estados Unidos, trabajando en diversas universidades y hospitales, como la Universidad Rockefeller, el Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York, el Instituto Skirball de Medicina Biomolecular, también en Nueva York, y el Hospital de Investigación Infantil St. Jude, en Memphis. Tras cinco años, regresó a Europa, primero a Viena y más tarde a la Universidad de Umeå en Suecia, donde obtuvo la plaza de directora de investigación del Molecular Infection Medicine Sweden (MIMS) y es además profesora visitante en el Centro Umeå para Investigación Microbiana (UCMR). En 2013, fue nombrada profesora en el Helmholtz Centre for Infection Research en Braunschweig y una cátedra Alexander von Humboldt en la Escuela de Medicina de Hannover (MHH) en Hannover, Alemania.

En 2015, Charpentier aceptó la oferta de la Sociedad Max Planck de dirigir el nuevo Instituto Max Planck de Biología de la Infección en Berlín, manteniendo su plaza de profesor visitante en la Universidad de Umeå.

Charpentier es más conocida por su papel en descifrar los mecanismos moleculares del sistema inmunológico bacteriano CRISPR-Cas9 (en inglés: clustered regularly interspaced short palindromic repeats) y su aplicación como herramienta en ingeniería genética. En colaboración con el laboratorio de Jennifer Doudna, el laboratorio de Charpentier descubrió como Cas9 podría ser usado para hacer cortes en cualquier secuencia deseada de un genoma e insertar, suprimir o modificar ADN. El método que desarrollaron implicaba la combinación de Cas9 con moléculas sintéticas de «ARN guía» de fácil creación. Investigadores de todo el mundo utilizan este método para manipular de forma eficaz ADN de plantas, animales y líneas celulares de laboratorio.

Desde los primeros meses de 2015 tanto Charpentier como Doudna mantienen un litigio de patentes con el bioquímico Feng Zhang, aunque realmente se trata de una polémica entre las instituciones donde trabajan los litigantes: el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde trabaja F. Zhang y la Universidad de California en Berkeley, lugar de trabajo de Doudna. Ambas instituciones piensan que hay mucho prestigio y dinero en juego.

En 2020 fue galardonada con el Premio Nobel de Química "por el desarrollo de un método para edición genética". Este premio lo comparte con Jennifer Doudna.

Premios obtenidos

  • 2011 – Premio Fernström para científicos jóvenes y prometedores
  • 2014 – Premio Göran Gustafsson
  • 2014 – Premio Dr. Paul Janssen de Investigación Biomédica (compartido con Jennifer Doudna)
  • 2014 – Premio Jacob Heskel Gabbay (compartido con Feng Zhang y Jennifer Doudna)
  • 2014 – Premio Breakthrough de Ciencias de la Vida. (compartido con Jennifer Doudna)
  • 2015 – Premio de la Sociedad Internacional de Tecnologías Transgénicas. (compartido con Jennifer Doudna)
  • 2015 – Premio Louis-Jeantet de Medicina.
  • 2015 – Time 100: Pioneros13 (compartido con Jennifer Doudna).
  • 2015 – Premio Ernst Jung de Medicina15.
  • 2015 – Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica (compartido con Jennifer Doudna).
  • 2015 – Premio Gruber de Genética (compartido con Jennifer Doudna.
  • 2015 – Premio Umeå University Jubilee: The MIMS Excellence by Choice Programme.
  • 2015 – Medalla Carus, de la Academia de Ciencias Leopoldina.
  • 2016 – Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biomedicina junto a Jennifer Doudna y Francisco M. Mojica
  • 2020 – Premio Wolf en Medicina junto con Jennifer Doudna.
  • 2020 - Premio Nobel de Química en conjunto con Jennifer Doudna.


Fuentes consultadas:

https://www.fundacionaquae.org/emmanuelle-charpentier-microbiologa-y-bioquimica-reconocida-por-su-trabajo-en-genetica-molecular/

https://es.wikipedia.org/wiki/Emmanuelle_Charpentier

Katalin Karikó

(Hungría, 1965)

Katalin Karikó

Bioquímica. Sus investigaciones en materia de desarrollo de inmunidad a partir del uso de ARNm (Ácido Ribonucleico Mensajero) son la base para la vacuna contra la COVID19.

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Fotografía de Katalin Karikó

Katalin Karikó nació el 17 de enero de 1965 en la pequeña ciudad de Szolnock, en las afueras de Budapest, capital de Hungría. Su infancia y juventud transcurrió en Kisújszállás. La casa de adobe en la que creció carecía de agua potable, su familia tampoco tenía refrigerador. Recuerda que era una niña feliz. Su padre era carnicero y le gustaba mirarlo trabajar, observar las vísceras, los corazones de los animales; “quizás de ahí me vino la vena científica” señala.

Después de estudiar Biología, a los 23 años ingresó a laborar en el Centro de Investigaciones Biológicas de la Universidad de Szeged, en la que además obtuvo su doctorado en Bioquímica. Es en ese entonces que comenzó su interés por el ácido ribonucleico (ARN), unas moléculas que entregan a las células una especie de manual de empleo, con la forma de código genético.

Karikó fue a EE UU en 1985, para hacer una estancia postdoctoral en la Universidad de Temple de Filadelfia, Pensilvania. Decidida a no regresar a su país natal, había vendido su automóvil y emprendió el viaje junto con su esposo y su hija de dos años de edad.

A fines de la década de 1980 la ciencia no tenía ojos más que para el ácido desoxirribonucleico (ADN), visto capaz de transformar las células para curar patologías como el cáncer o la fibrosis quística. Pero la bioquímica húngara persistía en su corazonada sobre el ácido ribonucleico mensajero (ARNm), moléculas que llevan a las células las instrucciones sobre qué proteínas deben crear. Karikó quería usar las células del propio enfermo para que fabricasen la proteína que les curaría inyectándoles un pequeño mensaje de ARN, que contenía las instrucciones para que las células fabriquen dichas proteínas terapéuticas. “Todo el mundo lo entiende ahora, pero no entonces”, lamenta la científica. Esta tecnología suscitó críticas por sus reacciones inflamatorias, relegando el ARN mensajero a un intruso dentro del sistema inmunitario.

Nadie advirtió que desarrollar la solución de Karikó presentaría soluciones que no serían riesgosas, como las opciones basadas en modificar el genoma celular, las cuales pueden generar mutaciones letales; como se comprobó cuando algunos pacientes de la terapia genómica de ADN murieron en ensayos clínicos.

Pasó la década de los 90 recibiendo una carta tras otra de rechazo de instituciones y compañías farmacéuticas cuando les pedía dinero para desarrollar sus ideas. Además, la científica debía encarar el sexismo laboral. Le preguntaban por el nombre de su supervisor, cuando era ella la que dirigía su propio laboratorio, o le decían “señora”, cuando sus pares masculinos eran identificados por el título de “profesor”.

La Universidad para la que trabajaba desechó la propuesta de Karikó de apoyar sus investigaciones sobre ARN, por lo que no logró ninguna subvención. El afán de Karikó por proseguir su línea de investigación, a contracorriente de las investigaciones de moda, le costó su puesto en la facultad:

En 1990 su primera solicitud de beca de investigación fue rechazada, así como las presentadas en los años siguientes. En 1995, la Universidad de Pensilvania, con el ánimo de frenar su insistencia, la degradó al rango de simple investigadora. También fue diagnosticada de cáncer. Este sombrío panorama casi la orilló a desistir y buscar otra cosa que hacer en otro sitio. “Pensé que tal vez no era lo suficientemente buena, no lo suficientemente inteligente”. Pero necesitaba tener un trabajo para renovar su visa en Estados Unidos, y aceptó ese puesto más bajo y con un sueldo menor.

A pesar de todas estas dificultades, Karikó se aferró a su pasión y se consagró a ella. "Visto desde fuera puede parecer loco, incluso insultante, pero era feliz en el laboratorio. Mi marido siempre ha dicho que era un divertimento para mí. No digo nunca que voy al trabajo, es más un juego", rememora. Al mismo tiempo, luchó para hallar la financiación de los estudios de su hija Susan, transmitiéndole gran determinación.

Y finalmente, en 1997, un encuentro fortuito cambió su destino. Frente a una máquina fotocopiadora conoció al inmunólogo Drew Weissman, uno de los investigadores para la vacuna contra el VIH. Decidieron trabajar juntos y desarrollar una solución que permita que el sistema inmunológico no reconozca el ARN sintético.

En 2005, la bioquímica logró introducir cambios en la estructura del ARN, que el sistema inmunológico toleró mejor: cambiando la letra final de la secuencia del ARNm de uridina a pseudouridina, no se generaba respuesta inmune exagerada y, además, se facilitaba la producción de proteína en grandes cantidades. Su hallazgo fue publicado y generó muchas alabanzas.

Karikó cofundó la compañía RNARx y fue su directora ejecutiva de 2006 a 2013, en la cual la dupla de investigadores desarrolló y patentó diversos productos. En 2010 una empresa dedicada a la investigación del tratamiento de enfermedades infecciosas con ARN mensajero compró los derechos de las patentes que habían registrado Karikó y Weissman. Se trataba de ModeRNA, acrónimo de “ARN modificado”.

A la par, una pequeña empresa alemana fundada por dos inmigrantes de origen turco, llamada BioNTech, adquirió otras de sus patentes, que estaban orientadas al uso de ARN modificado para desarrollar vacunas contra el cáncer. En 2013, BioNTech contrató a Karikó, quien actualmente ocupa el puesto de vicepresidenta senior de la compañía.

Una vez en BioNTech, Karikó siguió investigando para mejorar la técnica de ARN mensajero y diez años después de su primer gran éxito, logró situar su preciado ARN en unas nanopartículas lipídicas, que forman una especie de revestimiento que evita que se degrade demasiado rápido y a la vez facilita su entrada en las células.

Actualmente Katalin Karikó es una de las candidatas más fuertes para recibir el Premio Nobel, ya que sus innovaciones fueron decisivas en el desarrollo de las vacunas contra Covid-19 logradas por ModeRNA, y por los laboratorios Pfizer y BioNTech: ambas vacunas se basan en su estrategia de introducir instrucciones genéticas en el organismo para activar la producción de una proteína idéntica a la del coronavirus SARS-cov-2 (causante de la Covid-19), provocando una respuesta inmunitaria.

Por fin su trabajo ha sido validado, después de tantos años en los márgenes de la ciencia, y tras casi cuatro décadas de esfuerzos invirtiendo energía y recursos en sus investigaciones sobre el ARN mensajero, ahora usado para llevar a término vacunas para luchar contra la Covid-19: "Jamás llegué a imaginar que se pondría tanta atención a esta tecnología. No estaba preparada para ser el centro de atención", confiesa, satisfecha de sus logros. Sin embargo, considera que aún no es tiempo de celebrar, ello sucederá cuando el sufrimiento ocasionado por la actual pandemia haya quedado atrás.


Fuentes consultadas:

La madre de la vacuna contra la covid: “En verano podremos, probablemente, volver a la vida normal”.

Katalin Karikó, la bioquímica que entendió cómo utilizar el ARN mensajero para curarnos e inmunizarnos.

De Hungría a un futuro Nobel: retrato de Katalin Kariko, la investigadora tras la vacuna de Pfizer.

Canan Dagdeviren

(Turquía, 1985)

Fotografía de Canan Dagdeviren

Ingeniera Física, especialista en materiales biomédicos. Ha desarrollado diversos dispositivos electrónicos biointegrados, que resultan en implantes que funcionan con la energía generada por los propios órganos.

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Fotografía de Canan Dagdeviren

Canan Dagdeviren nació el 4 de mayo de 1985 en Estambul, la capital de Turquía. Es la mayor de tres hermanos. Completó su educación en la escuela de İzmit, pero su familia se vio obligada a abandonar la ciudad tras el terremoto de İzmit en 1999, por lo que continuó su educación secundaria en Adana.

Desde muy joven Dagdeviren se sintió atraída por la exploración científica. Recuerda que observaba con fascinación las chispas que se producían al romper las rocas. Otra de sus fuentes de inspiración fue un libro que le regaló su padre sobre la vida de Marie Curie. Rápidamente se enamoró no solo del trabajo de Curie, sino también de la investigación realizada por su marido Pierre Curie, quien describió por primera vez la piezoelectricidad en 1880, un concepto que luego actuó como fuerza impulsora en muchos de los proyectos y aplicaciones de Canan Dagdeviren.

También se inspira en Rumi, un poeta persa del siglo XIII que practicó el sufismo, un movimiento para comprender el universo bajo el prisma de la sensación, la belleza y el amor, así como el cuidado por la integridad, la dignidad y la sinceridad.

Pero la dirección de sus innovaciones ocurrió cuando ella tenía 28 años de edad: su abuelo murió debió a una insuficiencia cardíaca; entonces decidió investigar para crear tecnología que decodificara y monitorizara problemas de salud similares a los de su abuelo como una manera de honrar su memoria.

Dagdeviren estudió Ingeniería física en la Universidad de Hacettepe en Ankara, donde se graduó en 2007. Obtuvo un master en ciencias en la Universidad Sabanci en Estambul, como la alumna más brillante de su generación, se ganó el derecho a una beca Fullbright para doctorarse en Estados Unidos. Con esta beca pudo realizar una investigación en Ciencia e Ingeniería de materiales en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign En agosto de 2014, Dagdeviren obtuvo su doctorado en Ciencia e Ingeniería de Materiales en la Universidad de Illinois.

Allí se especializó en la exploración de técnicas de creación de patrones y sistemas biomédicos piezoeléctricos. Desarrolló un recolector de energía piezoeléctrico moldeable que convierte la energía mecánica de los movimientos de los órganos internos del cuerpo humano en energía eléctrica utilizable para alimentar dispositivos médicos. De un material ligero y flexible, se adapta al corazón y otros tejidos blandos.

Se trasladó a Cambridge y se convirtió en Junior Fellow de la Harvard Society of Fellows; fue la primera científica turca en la historia en hacerlo. Actualmente es investigadora asociada en el Instituto David H Koch para la de Investigación Integral del Cáncer del Instituto Tecnológico de Masachussetts (MIT por sus siglas en inglés), uno de los centros más importantes del mundo.

Dagdeviren dirige su propio grupo de investigación sobre decodificadores adaptables en el MIT Media Lab, donde trabaja en la intersección de la ciencia de los materiales y la ingeniería biomédica. Su laboratorio es una sala aséptica que Dagdeviren diseñó y construyó desde cero en 2017: cuando estudiante de doctorado, se prometió a sí misma que si alguna vez tenía la oportunidad de construir su propio espacio de trabajo, este sería físicamente transparente para que cualquier persona de paso pudiera observar, tomar notas y aprender de ella sin necesidad de permisos especiales.

Allí ha desarrollado parches piezoeléctricos flexibles que integrados en las prendas personales pueden extraen energía de los movimientos corporales como el de los brazos, dedos y piernas. Estos recolectores de energía funcionan con el movimiento humano, en lugar de baterías, no sería necesario el reemplazo (muy costoso y de alto riesgo) a través de los procedimientos quirúrgicos para cambiarlas cuando estas se agoten, como ocurre con los actuales marcapasos cardíacos.

Dagdeviren creó un implante capaz de recoger, almacenar y transformar la energía del movimiento del corazón, el diafragma y los pulmones en corriente eléctrica. Este pequeño generador interno podría utilizarse, por ejemplo, para alimentar los marcapasos y otras innovaciones biomédicas que ha desarrollado, como son los dispositivos piezoeléctricos flexibles para la detección de la motilidad gastrointestinal; un sistema neuronal miniaturizado para la administración local de fármacos intracerebrales; así como un sistema integrado para decodificar las tensiones faciales y para predecir los movimientos que realiza la cara.

La inspiración para su más reciente y ambicioso proyecto provino de su madre, quien le comentó que no estaba segura de que la crema que estaba utilizando fuera la adecuada para su piel. Cualquier otra persona le habría recomendado a su mamá visitar un dermatólogo. Dagdeviren en cambio, ideó un dispositivo capaz de medir pequeños cambios en las cualidades de la piel que son inapreciables al tacto. Ese fue el germen de una nueva técnica para la detección precoz del cáncer de piel.

En la exposición “Las abejas de la ciencia” mostró los resultados de sus estudiantes, quienes trabajan en la intersección de la naturaleza, el arte y la ciencia, basándose tanto en sus experiencias en distintos campos de la ciencia y la ingeniería como en sus diferentes orígenes culturales. Busca promover su visión personal sobre cómo liderar un grupo de investigación, enseñar y trabajar.

Entre otros reconocimientos, en 2015 Canan Dagdeviren apareció en una lista de la revista Forbes como una de las jóvenes científicas que están cambiando el mundo.


Fuentes consultadas:

Canan Dagdeviren, 29. Turquía. Innovadores menores de 35 años.

Un marcapasos autónomo que se alimenta con la energía generada por nuestros propios órganos.

Canan Dağdeviren.

Cathy O´Neil

(Estados Unidos, 1972)

Cathy O´Neil

Es la fundadora del blog mathbabe.org y ha escrito libros sobre ciencia de datos, incluido Weapons of Math Destruction. Fue directora del programa Lede en prácticas de datos en el Tow Center de la Escuela de Graduados de Periodismo de la Universidad de Columbia y trabajó como consultora de ciencia de datos en Johnson Research Labs.

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Fotografía deC athy O´Nei

Es una matemática, científica de datos y autora estadounidense.

Es la fundadora del blog mathbabe.org y ha escrito libros sobre ciencia de datos, incluido Weapons of Math Destruction. Fue directora del programa Lede en prácticas de datos en el Tow Center de la Escuela de Graduados de Periodismo de la Universidad de Columbia y trabajó como consultora de ciencia de datos en Johnson Research Labs.

Obtuvo un Ph.D. en Matemáticas de Harvard, fue postdoctorada en el departamento de Matemáticas del MIT y profesora en el Barnard College, donde publicó una serie de trabajos de investigación en geometría algebraica aritmética. Luego se cambió al sector privado, trabajando como experta en análisis y gestión de información cuantitativa para el fondo de cobertura D. E. Shaw en medio de la crisis crediticia, y luego para RiskMetrics, una compañía de software de riesgo que evalúa el riesgo para las tenencias de fondos de cobertura y bancos. Tras desencantarse del mundo de las finanzas, O’Neil se involucró con el movimiento Occupy Wall Street, participando en su Grupo de Banca Alternativa. Dejó las finanzas definitivamente en 2011 y comenzó a trabajar como científica de datos en el sector de start-ups de Nueva York, creando modelos que predecían las compras y los clics de las personas. Es una invitada semanal en el podcast Slate Money. Es coautora (con Rachel Schutt) de Doing Data Science: Straight Talk from the Frontline. También escribió el libro electrónico Being a Data Skeptic.

Su libro Armas de destrucción matemática fue publicado en Estados Unidos en 2016 y fue nominado para el National Book Award 2016 en la categoría de no ficción. Cathy mantiene el blog mathbabe.org, donde opina sobre todo lo cuantitativo. En él espera encontrar una respuesta mejor a la pregunta: «¿Qué puede hacer un matemático no académico para que el mundo sea un lugar mejor?

Durante la pandemia ha sido una constante el uso de modelos matemáticos y datos para analizar y explicar lo que ocurre. Y O’Neil deja clara su posición al respecto: “Aunque no son del todo inútiles, no me fío de ellos”.

Vivió el comienzo de esta crisis global en Nueva York, y desde el principio estuvo atenta a la información que se proporcionaba sobre la evolución de la covid-19: “Cualquiera que fuera el dato, se representaba con una curva de campana, y eso generó falsas expectativas en la gente: que la curva volvería a cero (cosa que no ha pasado), y que la velocidad de bajada (de contagios, hospitalizaciones, muertes…) sería tan rápida como fue la de subida” (cosa que tampoco ha sido así).

Para O’Neil, el problema está en que el uso de modelos hace callar a la gente, que siente que, si no sabe matemáticas, no tiene derecho a opinar. Por eso cree que la comunicación con los ciudadanos tendría que haber sido más sincera y directa, sin gráficos ni hojas de cálculo: “No sabemos cómo se propaga el virus ni cuál es la mejor manera de protegerse; pero pronto sabremos más cosas y se las diremos”.

Al explicar modelos abstractos y no hablar de comportamientos concretos se ha perdido la oportunidad de involucrar a la gente en cómo abordar la pandemia y se le ha quitado poder para enfrentarse a ella.

Honores y premios recibidos:
En 1993 O'Neil fue galardonado con el Premio Schafer T. Alice de la Asociación para la Mujer en Matemáticas.
En 2019 ganó el MAA 's Premio del Libro Euler por su libro Las armas de destrucción de la matemáticas.


Fuentes consultadas:

https://capitanswing.com/autores/oneil-cathy/

https://en.wikipedia.org/wiki/Cathy_O%27Neil#cite_note-ColumbiaU-1

https://mujeresconciencia.com/2021/01/08/cathy-oneil-no-me-fio-de-los-modelos-matematicos-para-explicar-la-pandemia/

https://mathbabe.org/about/

Irais Bautista Guzmán

(México)

Fotografía de Irais Bautista Guzmán

Doctora en física originaria de Puebla, la doctora Irais Bautista Guzmán es una mujer joven que ya cuenta con una trayectoria destacada en el área de física de partículas, lo que le ha valido ser una de las cinco científicas ganadoras de la beca para Mujeres en la Ciencia L’Oréal-Unesco-Conacyt-Academia Mexicana de Ciencias 2017, en el área de Ciencias Exactas.

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Fotografía de Irais Bautista Guzmán

Doctora en física originaria de Puebla, la doctora Irais Bautista Guzmán es una mujer joven que ya cuenta con una trayectoria destacada en el área de física de partículas, lo que le ha valido ser una de las cinco científicas ganadoras de la beca para Mujeres en la Ciencia L’Oréal-Unesco-Conacyt-Academia Mexicana de Ciencias 2017, en el área de Ciencias Exactas.

Su proyecto científico estudia el quark-gluon plasma, un estado de la materia generado en los primeros millonésimos de segundo después del Big Bang. Su trabajo responde a la pregunta que muchos científicos se plantean: ¿de qué estamos hechos?

“Entender fenómenos de la naturaleza por medio de descripciones matemáticas es un reto que me genera mucha satisfacción, cuando hacía mi tesis leí sobre el estado al que llaman quark-gluon plasma, un área nueva en la que se trata de explicar cómo se forma la materia más fundamental que conocemos y eso me pareció una pregunta fascinante y muy importante”, relata en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt la doctora Bautista Guzmán.

Su inclinación por las ciencias viene de familia. Dos tíos matemáticos, uno físico y su hermana dedicada a las neurociencias. Sin embargo, la influencia más cercana y fundamental para la doctora Irais Bautista fue la de su propio padre, un profesor de matemáticas de nivel preparatoria, quien le inspiró desde pequeña el gusto por las matemáticas.

De la doctora Irais Bautista se pudiera pensar que, dada su capacidad para describir fenómenos tan complejos, fue una alumna brillante en otras áreas, pero reconoce que no sobresalía en materias basadas en el método tradicional, que privilegia la memorización de lugares, fechas y nombres. En el último año de la preparatoria, la doctora Bautista perfiló su vocación al inscribirse en un concurso estatal de física y el contacto con profesores del área determinó la elección de su carrera.

Los retos para cursar la carrera no se hicieron esperar, pues advierte que el nivel de exigencia implica trabajo constante, comprensión y un nivel de resolución efectivo, aunque existe otra clase de desafíos relacionados con la condición de género.

“Hay de los dos polos, tuve en su mayoría maestros muy motivadores, pero sí, hubo alguno que comentó que como mujer sería mejor irme a cuidar hijos, pero uno debe confiar en las capacidades que tenemos, independientemente si eres hombre o mujer y perseguir lo que se quiere sin importar otros puntos de vista”.

En 2008, la doctora Bautista ingresó a la Universidad de Santiago de Compostela, en España, donde inició la primera etapa de estudios de tercer ciclo (estudios doctorales con un periodo de preparación y otro de investigación, un equivalente a la maestría en México).

Sin embargo, debido a la llamada crisis europea, el financiamiento que obtenía fue cancelado y eso la obligó en 2010 a inscribirse en la Universidad Técnica de Lisboa, gracias a una beca concedida por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y de la Fundación para la Ciencia y la Tecnología de Portugal (FCT). En Lisboa, concluyó sus estudios de doctorado en física de partículas en la línea de colisión de iones pesados.

En 2015, tras dos periodos de posdoctorado, uno en el Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y otro en la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, solicitó a Conacyt el apoyo para concursar como Cátedra e ingresó a la BUAP bajo este esquema.

Como científica joven, la doctora Irais Bautista reconoce que su pasión por la física le ha permitido pasar todos estos años preparándose y trabajando, primero, por un compromiso, pero también porque al menos para ella, su carrera ha sido como una especie de juego que inicia y continúa hasta que termina.

En el experimento ALICE del Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés), del Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN), la doctora Bautista contribuye desde hace un año con el análisis de datos de las partículas, información que usa el grupo ALICE-BUAP para determinar observables y tener información sobre las características del estado de la materia quark-gluon plasma.

Sus resultados preliminares fueron presentados en febrero de este año en la Conferencia Internacional Quark Matter 2017 y son resultado de una colaboración interinstitucional con colegas del grupo ICN-UNAM.

De acuerdo con la Red Mexicana Científica y Tecnológica para ALICE LHC, este experimento busca estudiar la materia fuertemente interactuante a densidad y energía extremas, donde se espera la formación de una fase nueva de materia, el plasma de quarks y gluones.

La investigación que propone la doctora Bautista y que le ha valido una de las becas más importantes otorgadas a científicas menores de 40 años, consiste en presentar un modelo para observar si se genera el quark-gluon plasma en las colisiones en sistemas pequeños, tratando de medir la viscosidad de ese estado creado y que simula lo que ocurrió en los primeros instantes de nuestro universo.

“El estado quark-gluon plasma se ha medido en colisiones nucleares, es decir, los átomos tienen núcleos que están compuestos por protones, neutrones, etcétera, y estos a su vez tienen partículas más fundamentales. Lo que hacemos es colisionar los núcleos primero para alcanzar densidades altas y ahí se midió y observó el estado quark-gluon plasma, pero recientemente en las colisiones de los componentes de los núcleos, digamos los protones, se midieron también señales muy parecidas a las que se encontraron en colisiones nucleares, entonces esto puede indicar un estado muy similar, pero con una colisión más simple, que es la del protón”.

Al respecto, la doctora Irais Bautista propone un modelo simple basado en la percolación, es decir, aplica la geometría de los componentes iniciales y con la teoría de percolación trata de explicar cómo se pasa de un sistema no conectado a un sistema conectado, dependiendo de la densidad. “Es como tratar de medir en un análogo lo que ocurrió en ese instante de la creación del universo. Lo que busco con el modelo es ver qué características se tenían en ese instante del universo”.

A la par de la investigación, a la doctora Irais Bautista le gusta dar clases a los estudiantes de licenciatura y posgrado. Lo mismo la complace hacer deporte, en especial atletismo, además de disfrutar el tiempo con su familia, sobre todo con su pequeño sobrino.

A la fecha, ha participado en 23 publicaciones de pocos autores de artículos y memorias que cuentan con más de 178 citas, incluyendo aquellas de las colaboraciones CMS, STAR y ALICE. En el 90 por ciento de estos artículos ha sido como primer autor y publicados en las principales revistas internacionales arbitradas del área, con un índice de alto impacto como son Phys.Lett. B, Phys.Rev. C, Phys.Rev. D, J.Phys. G, Eur. Phys.J. C y Nucl.Phys. A.


Fuentes consultadas:

http://www.pauta.org.mx/index.php/2020/03/11/mujeres-en-la-ciencia/

www.conacytprensa.mx

https://www.ecoticias.com/tecnologia-verde/174562/Irais-Bautista-y-la-pregunta-mas-fascinante-de-la-fisica

http://www.cienciamx.com/index.php/centros-de-investigacion/boletines-centros-de-investigacion-mexicanos/16173-irais-bautista-joven-investigadora-de-la-buap-en-las-ligas-mayores-de-la-ciencia

Bárbara Liskov

(Estados Unidos, 1939)

Bárbara Liskov

Especialista en ciencias de la computación. Pionera a nivel mundial en la investigación en informática, es reconocida por sus trabajos sobre programación orientada a objetos y sobre la abstracción de datos, una herramienta fundamental para la organización de programas. En 2008 recibió el premio Turing por su contribución a los fundamentos teóricos y prácticos en el diseño de lenguajes de programación y sistemas.

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Fotografía de Bárbara Liskov

Bárbara Jean Huberman nació el 7 de noviembre de 1939 en la ciudad de Los Ángeles, California. Siempre contó con el apoyo de su madre y su padre para tener un excelente desempeño académico, incluidas las matemáticas y la ciencia, que le resultaban fáciles e interesantes; la animaron a seguir sin decirle que “esos temas no eran para niñas” y sin tratar de guiarla a caminos más convencionales.

En 1961 se graduó en Matemáticas en la Universidad de Berkeley, California y trabajó como programadora de computación en Massachusetts, primero en la Corporación Mitre y después en la Universidad de Harvard. Reconoce que tomó este trabajo porque no encontró un empleo como matemática que le resultara atractivo, y así ingresó al mundo de la informática.

En 1963 retornó a California, donde realizó estudios de posgrado en Matemáticas en la Universidad de Stanford después de la negativa de la Universidad de Princeton, que no admitía mujeres en dichos estudios. En Stanford fue asistente de investigación en proyectos sobre inteligencia artificial. Obtuvo su grado de Maestría en 1965 y en 1968 se convirtió en la primera mujer en Estados Unidos en doctorarse en Ciencias de la computación por la Universidad de Stanford. El tema de su tesis doctoral era un programa de ordenador para juegos de ajedrez.

Después de doctorarse se reincorporó a la Corporación Mitre, donde formó parte del equipo de investigación hasta 1972, cuando se convirtió en catedrática del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés). Actualmente es profesora de la Escuela de Ingeniería eléctrica y Ciencias de la computación y dirige el Grupo de Metodología de la programación en el MIT, con un enfoque de la investigación actual en la tolerancia a fallos bizantinos y la computación distribuida.

La Dra. Liskov recuerda que cuando ella era joven, era inusual que las mujeres pensaran en tener una carrera profesional. Al inicio de la suya, ella pensaba trabajar en temas que fueran interesantes, pero que, al casarse, se dedicaría a formar y cuidar a su familia. Sin embargo, se dio cuenta que estaba muy comprometida con la investigación en sistemas de programación y no podía dejar de lado esta labor. Así que siguió trabajando de tiempo completo luego de casarse en 1970 con Nathan Liskov y de tener a su hijo Moses, en 1975.

Su carrera como ingeniera ha sido muy satisfactoria, pues le gusta hacer que las cosas funcionen, y encontrar soluciones elegantes y prácticas a los problemas que se le plantean. También le gusta trabajar en equipo, algo que es esencial en la ingeniería; de manera particular, le gusta trabajar con sus estudiantes en proyectos de investigación. Su trabajo como investigadora y académica se centra en cómo hacer mejores programas de computación.

Bárbara Liskov ha dirigido varios proyectos significativos, como el Sistema Operativo Venus, un sistema pequeño, de bajo costo y de tiempo compartido interactivo; el diseño e implementación del lenguaje de programación CLU, el primer lenguaje de programación que soportaba la abstracción de datos; Argus, que fue el primer lenguaje de alto nivel en soportar la implementación de programas distribuidos, y Thor, un sistema de base de datos orientado a objetos. Junto con la Dra. Jeannette Wing, desarrolló una definición particular de subtipos, comúnmente conocido como el Principio de sustitución Liskov.

Desde 1989 la Dra. Liskov es integrante de la Academia Nacional de Ingeniería de Estados Unidos, así como de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias desde 1992. En 2004 ganó la Medalla John von Neumann por "su fundamental contribución a los lenguajes de programación, metodologías de programación y sistemas distribuidos" y en 2008 se convirtió en la tercera mujer en recibir el premio Turing, considerado como el Nobel de la Informática, otorgado por Google, por "su contribución a los fundamentos teóricos y prácticos en el diseño de lenguajes de programación y sistemas, especialmente relacionados con la abstracción de datos, tolerancia a fallos y computación distribuida". En 2018 la Universidad Politécnica de Madrid la invistió como Doctora Honoris Causa.

Su consejo para las jóvenes que están pensando en ser ingenieras, es que descubran qué es lo que les interesa y en qué son buenas. Y que estén preparadas para cambiar sus metas si resulta que es lo correcto para ellas.


Fuentes consultadas:

Barbara Liskov, especialista en ciencias de la computación.

Barbara Liskov.

Barbara Liskov.

La UPM inviste doctora honoris causa a Barbara Liskov, pionera a nivel mundial en la investigación en informática.

María del Pilar Carreón Castro

(México, 1966)

Fotografía de María del Pilar Carreón Castro

Química, primera mujer y primera persona experta en química en dirigir el Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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Fotografía de María del Pilar Carreón Castro

María del Pilar nació en Ciudad Juárez, Chihuahua, el 13 de noviembre de 1966. De padre periodista y de madre ama de casa, Pili fue la mayor de las tres hijas y el hijo de esta familia, que se mudó a la Ciudad de México cuando Pilar tenía cinco años.

Recuerda que la curiosidad por investigar la tiene desde que era niña: desde los cinco o seis años le encantaba hacer mezclas en la cocina de su casa, nada más para ver qué pasaba; le gustaba ver los cambios de colores al combinar diferentes materiales. Estudió en la secundaria diurna número 34, donde afianzó su interés por la ciencia; gracias a las maestras de Química; le encantaba ir al laboratorio. Luego continuó en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), plantel Sur. Recuerda que le gustaba describir y hacer síntesis de nuevos materiales.

Estudiante en la Facultad de Química de la UNAM, nunca reprobó una materia y terminó la carrera con promedio mayor a 9.5; después de hacer estudios de maestría y doctorado en Ciencias por la misma casa de estudios. Realizó una estancia posdoctoral en el Instituto de Física y Química de Materiales de Estrasburgo, en Francia, a donde se trasladó junto con su esposo y su hija, que en ese entonces tenía menos de un año de edad.

Para la Dra. Carreón la vida personal es muy importante, con su pareja ha aprendido a compaginar y compartir las actividades de trabajo y las familiares.

Desde el servicio social Carreón ingresó al Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM, donde prevalecen físicos, químicos y matemáticos varones, quienes hacen investigaciones interdisciplinarias sobre propiedades de la materia.

Al respecto, Carreón señala que desafortunadamente, aun hoy en día se piensa que la ciencia es algo muy cerrado, para personas que tienen un coeficiente intelectual muy alto o sencillamente deducen que las mujeres van a estudiar mientras se casan o muchas otras ideas, que desalientan a las niñas, pues les dicen que no van a poder ser ingenieras o científicas, que es algo para los hombres.

Su excepcional talento científico le permitió avanzar en el escalafón institucional. En 1997 ingresó como investigadora asociada C de tiempo completo, donde actualmente es investigadora titular C, PRIDE D y del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel II. Además de consejera universitaria, en el ICN ha sido jefa del Departamento de Química de Radiaciones y Radioquímica, coordinadora de la Unidad de Docencia y Formación de Recursos Humanos y desde agosto del 2014 se desempeñaba como secretaria Académica.

Sus líneas de estudio se han centrado en el desarrollo de materiales semiconductores orgánicos para su aplicación en dispositivos optoelectrónicos, como diodos orgánicos de emisión de luz (OLED), transistores orgánicos (OFET) y celdas fotovoltaicas. También se ha enfocado a la construcción de materiales orgánicos supramoleculares autoensamblados para reconocimiento molecular en disolución y estado sólido, además de materiales biestables híbridos para el desarrollo de maquinaria molecular.

En septiembre de 2020, la Junta de Gobierno de la UNAM la designó como Directora del ICN, primera mujer en desempeñar ese cargo. Esa institución colabora con el CERN (siglas en francés de la Organización Europea para la Investigación Nuclear) y con la NASA (Agencia espacial norteamericana) para el desarrollo de nuevos materiales, entre otros campos de investigación.

La Dra. Pilar Carreón ha sido una promotora de las carreras STEM entre las niñas y las jóvenes: “lo que les digo a las niñas es que cuando tú tienes el deseo, el compromiso, la disciplina por hacer las cosas, lo puedes lograr, pero es algo que tenemos que empezar a romper”.

“Siempre cree en ti, el reto más importante es con la persona que está frente al espejo”. Lo más importante es que crean en sí mismas y nunca acepten un no por respuesta. “Siempre hay oportunidades para estudiar lo que te apasiona y te gusta”, enfatiza.

Está convencida de que cuenta con el apoyo institucional para avanzar en romper las barreras generacionales, promover las mismas oportunidades y lograr que más mujeres estudien ciencia e ingeniería y se postulen a los puestos de trabajo.


Fuentes consultadas:

Ella es la primera mujer al frente del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM.

Debemos empoderar a las niñas para que puedan elegir: María del Pilar Carreón.

CURRICULUM VITAE María del Pilar Carreón Castro.

¿Qué hacemos las Científicas?

Jennifer Doudna

(Estados Unidos, 1964)

Jennifer Doudna

Doudna ha desarrollado la técnica CRISPR/Cas9 que dota a los laboratorios de una revolucionaria herramienta para editar y conocer a fondo los genes y los sistemas biológicos. Supone un gran avance ya que gracias a este estudio se podrán investigar y conocer el origen de numerosas enfermedades.

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Fotografía de Jennifer Doudna

Doudna ha desarrollado la técnica CRISPR/Cas9 que dota a los laboratorios de una revolucionaria herramienta para editar y conocer a fondo los genes y los sistemas biológicos. Supone un gran avance ya que gracias a este estudio se podrán investigar y conocer el origen de numerosas enfermedades. Doudna es graduada en bioquímica y doctora en Química Biológica y Farmacología Molecular. Tras pasar por escuelas médicas como la de Harvard o la Universidad de Yale, actualmente ejerce como catedrática en los departamentos de Química y de Biología Molecular y Celular en la Universidad California.

Nace en 1964 en Washington, Estados Unidos. En 1985 se licencia en química en la Universidad de Pomona, eligiendo esta universidad por su ubicación y por tener un programa de bioquímica muy reputado. En 1989 termina su doctorado, bajo la supervisión de Jack W. Szostak, en la Universidad de Harvard, basando su investigación en el ácido ribonucleico (ARN), perteneciente a la familia del ADN y que está presente en todas las células y participa en la síntesis de proteínas. Doudna se centró en las ribozimas, un tipo de ARN que ayuda a catalizar las reacciones químicas de las proteínas. Una aportación que llegó en el momento justo, dado que eran muchos los investigadores que estaban estudiando el papel que desempeñan las moléculas dentro de las células.

Su trabajo postdoctoral lo desarrolla en la Universidad de Colorado junto a Thomas Cech, con quien colabora hasta 1994, cuando se marcha a la Universidad de Yale, donde ocupará un puesto de profesora asistente. En el año 2000 se convierte en profesora de biofísica molecular y bioquímica hasta que en 2002 se muda a la Universidad de California, Berkeley, donde es nombrada Profesora de Bioquímica y Biología Molecular. Allí tuvo acceso a las instalaciones del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, en el cual se encuentra un sincrotón, una máquina enorme que proporciona rayos de rayos X de alta intensidad, y que permitió a Doudna profundizar en la compleja estructura de las proteínas y otras moléculas.

En agosto de 2012, Doudna y Emmanuelle Charpentier, a quien conoce el año anterior y descubren que están trabajando en el mismo campo, publican un artículo en Science que ha transformado el campo de la genética molecular dado que mostraron que cuando las bacterias son invadidas por segunda vez por un virus, la copia de la información genética viral almacenada en las secuencias CRISPR (expresadas como el doble tracrRNA: crRNA) recluta una proteína llamada Cas9, que luego busca y destruye el ADN viral, esencialmente cortándolo. Este hallazgo ha abierto un enfoque completamente nuevo y emocionante para la edición del genoma, puesto que ofrece una técnica quirúrgica para eliminar o agregar ADN en ubicaciones específicas. La tecnología ya se está utilizando en muchos laboratorios de todo el mundo para ayudar a desarrollar nuevos tratamientos para una amplia gama de enfermedades humanas y trastornos genéticos.

En 2015, con Emmanuelle Charpentier, recibió el Premio Breakthrough en Ciencias de la Vida. En 2016, con Charpentier, Feng Zhang, Philippe Horvath y Rodolphe Barrangou, recibió el Premio Internacional Gairdner de Canadá y el Premio Heineken de Bioquímica y Biofísica. En 2018, recibió el Premio NAS en Ciencias Químicas; el Premio Pearl Meister Greengard de la Universidad Rockefeller y una Medalla de Honor de la Sociedad Estadounidense del Cáncer. En 2019 recibió el Premio Harvey del Technion/Israel junto con Emmanuelle Charpentier y Feng Zhang. En 2020 obtuvo el Premio Wolf de Medicina con Emmanuelle Charpentier.

Es miembro de la Academia Nacional de Ciencias desde 2002, de la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias en 2003, de la Academia Nacional de Medicina en 2010 y de la Academia Nacional de Inventores en 2014. Miembro Extranjero de la Royal Society (ForMemRS) en 2016. Así mismo en 2020, recibió una beca Guggenheim.

El 7 de octubre de 2020, Jennifer Doudna fue galardonada con el Premio Nobel de Química compartido con Emmanuelle Charpentier. El premio se les otorga por el desarrollo de "un método de edición de genes", con "una herramienta para reescribir el código de la vida", dijo el jurado en Estocolmo. Recibieron también el Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2015 por estos mismos logros.

La estadounidense, con 56 años, y la francesa, con 51, se convirtieron en la sexta y séptima mujeres en ganar un Nobel de química desde 1901.

Actualmente ejerce como catedrática en los departamentos de Química y de Biología Molecular y Celular en la Universidad California.


Fuentes consultadas:

https://immune.institute/

https://www.fundacionaquae.org/jennifer-doudna-referente-de-la-genetica-molecular/#:~:text=Jennifer%20Anne%20Doudna%20es%20una,1964%20en%20Washington%2C%20Estados%20Unidos.

https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/11211/Jennifer%20Doudna%20-%20Jennifer%20A.%20Doudna

Jedidah Isler

(Estados Unidos, 1982)

Fotografía de Jedidah Isler

Es la primera mujer afroamericana en obtener un doctorado en Física por la Universidad de Yale. Estudia los Blazares, agujeros negros supermasivos hiperactivos. Ha recibido becas de la NSF, la NASA y la Fundación Ford. Jedidah Isler lucha para que las mujeres tengan su hueco en las STEM y ha creado The Search Foundation en la que desarrolla una serie de charlas con mujeres centradas en materias STEM.

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Fotografía de Jedidah Isler

Isler se crió en Niagara Falls, Nueva York y luego en Virginia Beach, Virginia y tiene una hermana. Para su cumpleaños de un año, su hermana le compró un telescopio, que usaría para mirar las estrellas. Su interés por la astronomía comenzó cuando tenía 12 años y comenzó a estudiar para una carrera profesional en ciencias. El padre de Isler dejó a la familia poco antes de que ella se fuera a la universidad, lo que provocó una crisis financiera que amenazó con interrumpir sus estudios.

Dado que su institución de pregrado no ofrecía un título en astronomía, Isler decidió obtener un título en física. Durante su tiempo como estudiante, pudo tener múltiples pasantías y proyectos de investigación de verano relacionados con la astronomía. Se graduó magna cum laude con una licenciatura en ciencias del Instituto Nacional de Matemáticas y Ciencias Aplicadas (DNIMAS) Dozoretz de la Universidad Estatal de Norfolk, "... un programa destinado a cultivar científicos de minorías que quieran completar un trabajo a nivel de posgrado "

Después de obtener su licenciatura, Isler pasó a obtener primero una Maestría en Artes (MA) en Física en la Universidad de Fisk bajo la tutela de Kevin Stassun, y luego una Maestría en Ciencias (MS) en Física de la Universidad de Yale. Se convirtió en una de las primeras tres estudiantes miembros del Master-to-Ph.D de Fisk-Vanderbilt. Bridge Program, un programa diseñado para aumentar el número de mujeres y minorías subrepresentadas con títulos avanzados de STEM. A través de este programa, los estudiantes obtienen una maestría de la Universidad de Fisk y luego van a Vanderbilt para su doctorado, aunque Isler decidió ir a Yale para su doctorado.

En 2014, Isler obtuvo su doctorado en Astronomía de la Universidad de Yale, donde trabajó con sus estudios de doctorado en astrofísica, investigando blazares. Se convirtió en la primera mujer afroamericana en recibir un doctorado en astrofísica de Yale. En una entrevista de NPR, recordó un intercambio con uno de sus compañeros de clase durante su primer año en Yale. "Así que hay platos por todas partes", recuerda. "Y, de repente, [un estudiante blanco] de mi clase me entrega un montón de sus platos sucios ... y me dice: 'Aquí, ahora ve y haz lo que realmente estás aquí para hacer'". En 2014, Isler publicó su tesis doctoral, In Like a Lamb, Out Like a Lion: Probing the Disk-Jet Connection en Fermi Gamma-Ray Bright Blazars, que ganó el premio Roger Doxsey Dissertation Prize de la American Astronomical Society. En una entrevista con Vanity Fair, citó a sus modelos a seguir como la Dra. Mae Jamison, la Dra. Beth Brown y su madre.

Isler ha recibido numerosas y prestigiosas becas posdoctorales. Jedidah Isler en la segunda noche de astronomía de la Casa Blanca con los anfitriones de Mythbusters Adam Savage y Jamie Hyneman, y el administrador de la NASA Charles Bolden el lunes 19 de octubre de 2015. Después de obtener su doctorado, Isler continuó realizando su investigación a través de una serie de nombramientos de investigación postdoctoral. De 2013 a 2015, Isler "completó una beca de dos años de la Facultad del Canciller en la Universidad de Syracuse ". En 2014, Isler también recibió la beca posdoctoral Future Faculty Leaders en el Centro de Astrofísica de la Universidad de Harvard. En 2015, Isler ganó una beca posdoctoral en astronomía y astrofísica de la National Science Foundation (NSF), y realizó su investigación en el Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Vanderbilt. En 2015, Isler recibió una beca TED. Es Exploradora Emergente de National Geographic en 2016 y se convirtió en Miembro Senior de TED en 2017. En 2018, Isler se convirtió en profesor asistente de física y astronomía en Dartmouth College.

En 2015, Isler fundó Vanguard: Conversaciones con mujeres de color en STEM (VanguardSTEM). VanguardSTEM es una iniciativa emblemática de STEM en Route to Change ( SeRCH Foundation, Inc. ). Está, " una serie web mensual en vivo que presenta un panel rotativo de mujeres de color en STEM que discuten una amplia variedad de temas, incluidos sus intereses de investigación, sabiduría, consejos, sugerencias, trucos y comentarios sobre eventos actuales ". El propósito del webinar es también, " ... crear conversaciones entre mujeres de color emergentes y establecidas en STEM, donde podamos celebrar y afirmar nuestras identidades e intereses STEM en un espacio seguro". Isler modera y aloja la serie web en vivo, con aportes de los espectadores a través de las redes sociales. Junto con Isler, el seminario web cuenta con el apoyo de otras científicas.

En 2015, Isler pronunció una charla TED sobre temas de interseccionalidad, específicamente la marginación de las mujeres negras en las industrias y la educación STEM, y señaló que: Según el archivo de mujeres afroamericanas en física de la Dra. Claudia J. Alexander, solo 18 mujeres negras en los Estados Unidos habían obtenido un doctorado. en una disciplina relacionada con la física, y que la primera mujer negra en graduarse con un doctorado. en un campo relacionado con la astronomía, lo hice solo un año antes de mi nacimiento ". Isler escribió un artículo de opinión del New York Times sobre " Los 'Beneficios' de los estudiantes negros de física " en 2015. Apareció en Vanity Fair en 2016 en un perfil llamado "Saludando a una nueva guardia de estrellas STEM".

Honores y premios recibidos: Becaria senior de TED, 2017
The Root 100 Most Influential African Americans, 2016
Exploradora emergente de National Geographic, 2016
Simposio Kavli Fellow Frontiers of Science, noviembre de 2015
Curadora y anfitriona de la conferencia TED, febrero de 2016
Anfitriona TED @ IBM, octubre de 2015
Miembra de TED, 2015
Premio de disertación Roger Doxsey de la American Astronomical Society, enero de 2014
Beca de disertación de la Fundación Ford, agosto de 2012
Edward Bouchet Graduate Honor Society, marzo de 2012
Beca de investigación para personas graduadas de la National Science Foundation, junio de 2007
Beca predoctoral NASA-Harriett G. Jenkins, junio de 2007


Fuentes consultadas:

https://immune.institute/10-mujeres-que-lideran-la-educacion-stem/

https://es.qaz.wiki/wiki/Jedidah_Isler

https://www.ted.com/speakers/jedidah_isler

http://jedidahislerphd.com/

Elizebeth S. Friedman

(Estados Unidos, 1896- 1980)

Elizebeth S. Friedman

Criptoanalista autodidacta, aprendió a resolver mensajes secretos sin conocer la clave, fue pionera de la criptografía moderna. Su labor fue fundamental para luchar contra contrabandistas durante la Ley Seca y contra los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

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Fotografía de Elizebeth S. Friedman

Eizebeth nació en 1896 en un pequeño pueblo de Indiana, en el medio oeste de Estados Unidos. Fue la menor de nueve hijas e hijos del matrimonio cuáquero formado por John M. Smith y Sopha Strock Smith. Era enérgica, impaciente y obstinada. Se desempeñó como peluquera, costurera y diseñadora de moda para sus amistades.

Después de estudiar poco tiempo en el Wooster College en Ohio, se matriculó en el Hillsdale College en Michigan, donde se tituló con una especialización en literatura inglesa. Con gran interés por los idiomas, también había estudiado latín, griego y alemán. Solo ella y otro de sus hermanos tuvieron el privilegio de asistir a la universidad.

Después de ser directora de una escuela durante un año, la poeta, entusiasta de los escritores británicos William Shakespeare y Alfred Tennyson, ingresó a la Biblioteca de Investigación Newberry en Chicago, con el ánimo de poder localizar un manuscrito original de William Shakespeare, que se sabía, formaba parte del acervo de ese centro.

Y entonces, en 1916, el bibliotecario que la había contratado, quien sabía que Elizebeth era especialista en Shakespeare, le transfirió una llamada del “coronel” George Fabyan.

Con 23 años años de edad, fue contratada por este excéntrico millonario, que había montado un laboratorio privado en Illinois, llamado Riverbank, donde científicos de diferentes áreas investigaban desde manipulación genética hasta desarrollo de nuevas armas. La encomienda de Elizebeth en esta “think thank” era demostrar que muchos de los textos atribuidos a William Shakespeare habrían sido escritos por Francis Bacon; ya que Fabyan suponía que piezas teatrales como "Hamlet" y "Julio César" contenían mensajes criptográficos escondidos que lo demostraban.

Durante este trabajo Friedman aprendió a descifrar códigos. Sin proponérselo, el patrocinio de Fabyan convirtió a Riverbank en uno de los mejores centros de análisis criptográfico. Allí, Elizebeth Smith conoció a William Friedman, con quien se casaría en 1917 y formaría una revolucionaria dupla de criptógrafos. Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), ambos dirigieron el equipo no oficial de descifradores de códigos empleados por el gobierno nacional.

El matrimonio abandonó Riverbank en 1921 y se mudó a Washington, donde Elizebeth pronto fue contratada por el Departamento del Tesoro estadounidense para luchar contra el contrabando ilegal de alcohol que se había incrementado debido a la ley seca. Los contrabandistas empleaban barcos para introducir ron en el país que podían ir más rápido que los barcos de los guardacostas. La guardia costera era incapaz de detenerlos, ya que se les daba bien esconder sus operaciones usando mensajes por radio codificados. Miles de esos mensajes estaban acumulándose en las oficinas de la guarda costera, así que acudieron a Elizebeth Friedman para que les ayudara a leerlos.

Entre 1926 y 1930, Elizebeth Friedman descifró un promedio de veinte mil mensajes de contrabandistas cada año, escritos en cientos de sistemas de código diferentes. Lo hizo todo a mano, con lápiz y papel, antes de la era de las computadoras. Varias de las técnicas de criptoanálisis fueron desarrolladas por Friedman, que utilizaba un lápiz y papel para descifrar mensajes secretos escritos en clave.

Hacia finales de la década de 1920, también comenzó a testificar en juzgados en contra de los mayores gánsteres del día. Algunos de ellos eran muy peligrosos. Testificó en un caso en Nueva Orleans contra tres cabecillas de la banda de Al Capone.

Después de que Hitler invadió Polonia en 1939 y con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, el equipo de criptoanálisis que Elizebeth había formado dentro de la guarda costera comenzó a interceptar mensajes que se parecían mucho a los de los contrabandistas, pero que en realidad estaban siendo enviados por espías nazis.

Considerada una de las mejores criptoanalistas, Friedman ayudó a desbaratar una red nazi en América del Sur que planeba un ataque a Estados Unidos desde el sur del continente. "Sus habilidades eran tan inusuales que se volvió indispensable" para el gobierno estadounidense. Repetidamente era llamada para resolver problemas que nadie más podía solucionar. “Era el arma secreta a contratar, con ella, la complejidad o dificultad no importaba”.

Su trabajo tuvo carácter confidencial durante décadas y otros se atribuyeron el mérito de sus logros. Su contribución ha sido conocida a partir de una serie de documentos recientemente desclasificados por el gobierno estadounidense, como es el reporte "Actividades alemanas clandestinas en América del Sur en la Segunda Guerra Mundial", desclasificado en 2009.

Elizebeth Friedman falleció el 31 de octubre de 1980, a la edad de 88 años, en Plainfield, New Jersey.


Fuentes consultadas:

Elizebeth Friedman: la mujer que salvó a las Américas de los nazis.

Elizebeth Friedman, la criptógrafa clave para desbaratar una red nazi en América del Sur que fue "borrada" de la historia por el director del FBI J. Edgar Hoover.

Elizebeth S. Friedman.

Evangelina Villegas Moreno

(México 1924- 2017)

Fotografía de Evangelina Villegas Moreno

Bioquímica, especialista en cereales, para combatir la desnutrición desarrolló el maíz de calidad proteica (QPM). Primera mujer en recibir el Premio Mundial de la Alimentación, que le fue otorgado en el año 2000.

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Fotografía de Evangelina Villegas Moreno

Evangelina Villegas Moreno, nació en la ciudad de México el 24 de octubre de 1924. Poco se sabe de su niñez y juventud. Evangelina estudió química y biología en el Instituto Politécnico Nacional, en una época en que la educación superior para las mujeres era algo inusual.

En 1950, empezó su carrera como química e investigadora en el Instituto Nacional de Nutrición y en la Oficina de Estudios Especiales, en un programa bilateral de la Fundación Rockefeller y la Secretaría de Agricultura en el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas, que años después daría origen al Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

En 1967 se reincorporó al CIMMYT luego de concluir sus estudios de posgrado en Estados Unidos: una maestría en ciencias con especialidad en tecnología de cereales en la Universidad Estatal de Kansas y un doctorado en química de cereales y fitotecnia en la Universidad Estatal de Dakota del Norte.

Como química de cereales en el CIMMYT, ayudó a garantizar que las variedades de trigo de alto rendimiento desarrolladas por el Dr. Norman Borlaug, ganador del Premio Nobel de la Paz y científico del trigo, también tuvieran una buena calidad de uso final en diversos productos. A diferencia de otras carreras científicas que se centraban en una sola especie, la Dra. Villegas también investigó el maíz, donde hizo sus aportaciones más significativas.

En 1970, Villegas comenzó a colaborar con el genetista indio Surinder Vasal, en el CIMMYT, con el objetivo de combinar la química de cereales con diferentes técnicas de cultivo para desarrollar una variedad de maíz biofortificado con alto contenido de lisina y triptófano, aminoácidos esenciales para el ser humano, que pueden reducir la desnutrición.

Aunque desde los años sesenta del siglo XX se detectaron algunos maíces ricos en estos aminoácidos, y se empezó a trabajar para el mejoramiento genético y poder tener variedades de maíz de alto valor proteínico, en esa época los primeros cereales que se obtuvieron eran muy suaves, por lo que eran atacados fácilmente por plagas durante su almacenaje, y no lograron funcionar para el consumo.

Tras incontables horas en el laboratorio analizando muestras, a veces hasta 25 mil al año, su trabajo culminó en la creación del maíz con calidad proteica (QPM, por sus siglas en inglés), un grano con altos niveles de lisina y triptófano, y con la textura y el sabor que a los consumidores les gusta.

El maíz de alta calidad proteica revierte la desnutrición humana con gran rapidez, pues contiene el doble de lisina y triptófano que otros maíces, los dos aminoácidos más escasos en la naturaleza. Es el resultado de la combinación de maíces criollos con el gen Q20XX. Sin embargo, no es un transgénico, el germoplasma para desarrollar el QPM se ha obtenido por la cruza y selección de maíces criollos, lo que representa grandes ventajas, como son la conservación de la variabilidad natural ante posibles cambios climáticos y plagas; tampoco tiene las restricciones comerciales para su compra y reproducción. En ese sentido, la Dra. Villegas incorporó ese carácter proteínico a maíces de origen tropical y subtropical, posteriormente se empezó a trabajar también en plantas en los valles altos, que es el caso del Valle de México.

Las primeras investigaciones sobre la eficacia de la QPM se llevaron a cabo en Ghana, ampliándose después a China y México. Se ha observado que cuando se le utiliza como complemento en la alimentación de cerdos y aves de corral, los animales crecen más y no se enferman. El QPM ha mostrado ser un elemento particularmente eficaz que mejora la nutrición infantil. Los estudios realizados en África mostraron su alto valor nutricional: las y los niños que habían comido QPM había aumentado 15% en comparación con aquellos que habían comido maíz normal.

Así, Villegas ha contribuido a mejorar la nutrición en diferentes lugares del mundo y en México en entidades como Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Yucatán y Puebla. Al tipo de maíz desarrollado por Villegas, le llaman el maíz de leche, porque dos tortillas normales contienen la misma cantidad de proteína que un vaso de leche.

Durante su estancia en el CIMMyT fungió como consultora de laboratorios de calidad proteínica y calidad industrial de cereales en programas nacionales de Brasil, Argentina y Guatemala. De igual manera participó en el establecimiento de laboratorios de calidad en India, Tailandia, Egipto, Túnez, Ghana, Filipinas, Perú, Ecuador, Colombia, Bolivia y México.

La Dra. Villegas trabajó más de 20 años en el centro como química especialista en cereales y jefa del laboratorio de calidad proteica, hasta su retiro en 1989. Durante sus años de investigación creó un fondo de becas escolares para muchos jóvenes que el CIMMYT contrataba para ahuyentar pájaros del grano. Estos jóvenes eran conocidos como “pajareros” y muchos tuvieron un futuro gracias a Evangelina.

Después de jubilarse, se convirtió en asesora de Sasakawa Africa Associaton, una organización que trabaja en la mejora de la tecnología agrícola en África. También trabajó asesorando a jóvenes científicos en áreas de Asia y América.

En 2013, la Universidad Estatal de Kansas distinguió a la Dra. Villegas con el Premio al Alumno Destacado e instituyó el premio “Dra. Evangelina Villegas Travel”, que cada año otorga recursos para que científicas y científicos destacados o posdoctorantes presenten los resultados de su trabajo en una conferencia internacional de ciencia.

Villegas también recibió muchos honores de instituciones mexicanas. El Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias la honró en 1966. El Instituto Politécnico Nacional nombró a la Dra. Villegas Exalumna Distinguida en 1972, y fue honrada por la Escuela de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional en 1978. Fue Mujer del Año 2000 de la Asociación Mexicana de Mujeres. En 2001 recibió la medalla Lázaro Cárdenas del Instituto Politécnico Nacional y un doctorado honoris causa de la Universidad Autónoma Agrícola Chapingo en 2002. La Dra. Villegas también fue integrante del distinguido Grupo Politécnico Mexicano, asociación civil para promover y apoyar la ciencia y la tecnología en México.

En el año 2000 recibió el Premio Mundial de la Alimentación, otorgado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), junto con su colega, Surinder Vasal. Fue la primera mujer en el mundo en recibir esta distinción.

Evangelina Villegas Moreno falleció en la Ciudad de México el 24 de abril de 2017, a la edad de 92 años.

El QPM se siembra en millones de hectáreas en el mundo. Los métodos que la Dra. Villegas desarrolló aún son utilizados en el CIMMyT. A partir de su trabajo, otros equipos científicos mexicanos han desarrollado variedades de maíz por cruza de especies criollas, para crear variedades, como la Sac Beh y Chichén Itzá de Yucatán, que son variedades de polinización libre, las cuales se pueden —como tradicionalmente se hace— seleccionar, resguardar y usar para el siguiente ciclo. Con ello se elimina la dependencia de los agricultores de tener que comprar semilla cada ciclo. “El tener su semilla lista, le da autosuficiencia en el componente semilla para el siguiente ciclo y puede cultivar hasta cuatro ciclos conservando las características productivas de esos materiales”. Además de sus propiedades nutricionales, estos maíces son de alto rendimiento y capaces de prosperar en suelos áridos o rocosos.

Combatir el hambre y la desnutrición, preservando los saberes tradicionales y el medio ambiente, son prioridades en el mundo actual, y se requieren más científicas que lleven a cabo este trabajo.


Fuentes consultadas:

Maíces mayas con alta calidad proteínica.

SÚPERMUJER: Evangelina Villegas desarrolló maíz con calidad proteica.

Tributo a Evangelina Villegas Co-creadora del maíz con calidad proteica y correceptora del Premio Mundial de Alimentación 2000.

Evangelina Villegas Moreno: la bioquímica que desarrolló la QPM; ciencia contra la desnutrición.

María Fernanda Campa Uranga

(México, 1940- 2019)

María Fernanda Campa Uranga

Geóloga. Primera ingeniera geóloga titulada en el Instituto Politécnico Nacional. Pionera en el estudio de la estructura y evolución geológica cenozoica del sur de México.

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Fotografía de Margarita Salas Falgueras

María Fernanda nació el 22 de marzo de 1940 en la Ciudad de México, en el seno de una familia de luchadores sociales: fue hija de Valentín Campa, líder del movimiento ferrocarrilero de mediados del siglo XX. Su madre, Consuelo Uranga Fernández, luchó a favor del voto femenino, de los derechos de los desposeídos y cuestionó la sociedad patriarcal. Ella fue integrante del movimiento estudiantil del 68 y participó en numerosas movilizaciones sociales de la época.

Una vez que María Fernanda aprendió a leer en la primaria, su madre la conminaba a leer al menos quince páginas diarias. De su madre también aprendió la independencia, recuerda: “la educación que nos dio fue totalmente libre, nada aprensible pero muy responsable. Yo no me acuerdo de haber sufrido la soledad. Vivíamos solas, a veces teníamos miedos, pero a los 10 años, mi hermana y yo cargábamos la llave de la casa. Y ella nos decía: cuídense de los ladrones, si se hace noche y algo pasa griten, si se pierden pidan un taxi, le dicen donde viven y le piden dinero a algún vecino”; ya que Consuelo Uranga debía trabajar y, además, tenía actividades como activista, mientras que su padre pasó años en prisión, por su militancia sindicalista.

María Fernanda y su hermana Valentina estudiaron la primaria y secundaria en escuelas exclusivas para niñas. A partir de los 13 años María Fernanda se volvió una lectora voraz. Le gustaba leer de todo, desde novelas, poesía, textos de marxismo, y a Michel Onfray, como atea convencida. Además, le encantaba la música, la danza, escalar, los deportes, la naturaleza y las amistades, así como viajar por donde pudiera.

En 1958 ingresó a la Vocacional 1 con la idea de convertirse en arquitecta. Ya inscrita en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA), del Instituto Politécnico Nacional, optó por cambiarse a estudiar Geología, donde era la única mujer de su clase. Siempre fue una estudiante destacada y el 4 de noviembre de 1965 se convirtió en la primera mujer en recibir el título en Ingeniería Geológica por el Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Su fuerte carácter sostuvo su decisión de incursionar en una carrera que en ese entonces era exclusiva para hombres, siempre respaldada por las palabras que su madre les había dirigido desde niñas: “Estudien lo que quieran, no hay de hombres ni de mujeres”.

También con su militancia política transgredió las barreras que obstaculizaban la participación de las mujeres como líderes. Para ella eran importantes la academia y la militancia, pero finalmente optó por la primera. Después de la huelga de 1968 Fernanda se concentró en su trabajo en Pemex, donde hizo historia por sus posturas en defensa de la soberanía del petróleo. Formó parte del Instituto Mexicano del Petróleo y fundó el Laboratorio de Geología de yacimientos.

Hizo la Maestría en 1975 en la UNAM y se tituló del Doctorado en 1977 en la Facultad de Ciencias de la UNAM, mediante un examen general de conocimientos. Fue profesora universitaria, por lo que recibió múltiples reconocimientos, se involucró en más de 40 proyectos especiales y fue autora y coautora de más de 200 publicaciones.

Además de ser la primera mujer geóloga de nuestro país, descubrió un nuevo tipo de fósil de amonita, la cual fue bautizada con su nombre. La Dra. Campa fue pionera en el estudio de la estructura y evolución geológica cenozoica del sur de México. A partir de contrastes petrológicos, tectónicos y geocronológicos en las rocas del basamento de la era premesozoica, se han podido comprender aspectos de la evolución mesozoica y cenozoica del sur de México.

Con base en sus estudios, la corteza superior del sur de México ha sido subdividida en cinco terrenos tectonoestratigráficos: Oaxaca, Mixteca, Guerrero, Xolapa y Juárez, modelo en el que se han basado numerosas indagaciones, clasificación que sigue vigente en la actualidad.

Después del terremoto del 19 de septiembre de 1985 Campa Uranga empezó a marcar las grietas que surcaban la ciudad de México; lo mismo hizo después del temblor de 2017, con un equipo de ingenieras geólogas, como Dalia Ortiz, en la zona de Tláhuac e Iztapalapa, para revisar grietas y ubicar el impacto de fallas geológicas.

Campa falleció el 16 de enero de 2019, en la Ciudad de México, a los 78 años de edad, de una afección hepática.


Fuentes consultadas:

María Fernanda Campa Uranga, geóloga.

Mujeres de nuestra historia: Politécnicas que inspiran.

Fallece la investigadora María Fernanda Campa Uranga.

Fernanda Campa Uranga.

Acción política y condición femenina.

Carmen Domínguez

(España, 1969)

Fotografía de Carmen Domínguez

Matemática y experta en glaciares. Fundadora de GLACKMA (Glaciares, Criokarst y Medio Ambiente), desde 2011 estudia el calentamiento global en los glaciares a través de estaciones en la Patagonia, la Antártida, el Ártico, Islandia y al norte de los Montes Urales.

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Fotografía de Yilen Gómez Maqueo Chew

María del Carmen Domínguez nació en Oviedo, en la región de Asturias, en 1969 pero, con apenas cinco años, su familia se trasladó a la localidad de Salamanca, donde reside hasta el día de hoy.

Apasionada de la naturaleza desde niña, su familia solía salir de excursión al campo, para ella la naturaleza es lo más importante. La base para su aprendizaje es de su infancia y adolescencia, en la casa de campo de sus progenitores, el cual ha ido perfeccionando acomodándome a nuevas condiciones.

Carmen Domínguez estudió matemáticas porque eran fáciles para ella. Se matriculó en Gronigen, una de las mayores y más antiguas universidades de Holanda, cuya fundación se remonta a 1614. A esos estudios sumó el doctorado realizado en la Universidad de Salamanca, en la que actualmente es Profesora Titular. ¿Cómo llegó a los hielos y los polos?

Al terminar la carrera vio que se había creado una caja de herramientas muy importante pero artificial, pues no le llenaba la vida trabajar de esa manera, sin aplicaciones prácticas de su saber. Mientras realizaba su tesis doctoral, en la primavera del 1996, buscando en qué aplicar sus herramientas, escuchó a Adolfo Eraso en una conferencia, en la Escuela de Minas en Madrid, en la que hablaba del Perito Moreno, un glaciar de color azul profundo, más intenso a medida que se adentran en sus conductos.

Aquello la convirtió en una entusiasta de los glaciares. Desde entonces ha realizado más de 60 expediciones polares; comprometida con la investigación y la divulgación de la realidad de los glaciares. Desde entonces, periódicamente viaja a lugares como la Antártida, la Patagonia, Islandia, Svalbard (archipiélago perteneciente a Noruega) y Siberia.

La Dra. Domínguez señala que un triunfo personal fue haber tenido que convencer de sus virtudes como investigadora a un nutrido grupo de científicos, quienes miraban con recelo a una joven matemática enamorada de la glaciología.

Las condiciones de trabajo son duras, por lo que está contenta con el manejo y soltura que ha ido adquiriendo en este tipo de instalaciones y estaciones de trabajo hechas a medida. Las jornadas de trabajo pueden prolongarse dos días y medio sin descanso, apenas hay vida en miles de kilómetros a la redonda ni tiempo para el ocio.

El trabajo continuo, como de hormiguitas, nos permite conseguir lo que queremos, recalca: “En pos de los sueños, solo son necesarias tres cosas: ilusión, persistencia y paciencia”.

Carmen Domínguez es cofundadora de la asociación GLACKMA, una organización que desde el año 2001 mide cada hora, en continuo, datos de lo que se llama la descarga glaciar, es decir, el hielo fundido en ocho glaciares diferentes estratégicamente situados: cuatro en las zonas polares del Hemisferio Norte y otros cuatro en las del Sur: un método único en el mundo como indicador del cambio climático. Los glaciares son el mejor indicador de la evolución del cambio climático. Son tan sensibles ante cualquier variación de la temperatura ambiente que nos alertan de inmediato de lo que ocurre en nuestro planeta.

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Su materia de trabajo son los datos recogidos durante más de veinte años, que acreditan el deshielo de los polos, que ella ha recopilado con precisas mediciones, que empezaron en 1997 en Islandia, donde fue su primera expedición polar.

Con esas series horarias de datos que estamos registrando en estas últimas décadas, hemos encontrado que ese valor de la descarga glaciar se duplicó en 13 años. No solo eso, sino que se ha vuelto a duplicar posteriormente en tan solo 4 años y la tendencia continúa de manera creciente. Gracias a la regulación de las aguas de los océanos no hemos notado antes los efectos del calentamiento global y el cambio climático. Es un cambio cualitativo en que cambian las pautas, y ya ha ocurrido. Ahora, y cada vez con más fuerza, será la tónica general en la atmósfera.

Lo más gratificante para ella es la belleza de la inmensidad y la soledad de las regiones polares; sentir en ellas la paz del planeta: “un paraíso en el que ves muy claramente a kilómetros y kilómetros de distancia y puedes oler la pureza del ambiente y escuchar el silencio.

Lo más difícil, por el contrario, es la búsqueda continua de financiación para mantener operativo un proyecto que lo único que intenta es dejar un legado para las generaciones futuras. Gran entusiasta de la divulgación científica, para la Dra. Domínguez la última esperanza para revertir el cambio climático son las nuevas generaciones. Si la juventud crece con la sensibilidad medioambiental interiorizada, el día de mañana, cuando llegue a edad adulta, podrá actuar coherentemente en su entorno.


Fuentes consultadas:

Los secretos de los glaciares que nadie quiso conocer.

'Diario Polar': las memorias de dos científicos al límite de la aventura.

Cuando ya no esté. Parte I.

Margarita Salas Falgueras

(España 1938- 2019)

Margarita Salas Falgueras

Bioquímica, pionera de la biología molecular en España. Su descubrimiento de la ADN polimerasa del virus bacteriano Phi29 contribuyó a los conocimientos sobre el funcionamiento del ADN y permite a los oncólogos ampliar pequeñas poblaciones de células que podrían dar lugar a tumores para facilitar su análisis.

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Fotografía de Margarita Salas Falgueras

Margarita Salas Felgueras nació el 30 de noviembre de 1938 en el pueblo asturiano de Canero. Cuando contaba con un año de edad, su familia se trasladó a Gijón, donde transcurrió su infancia. La familia vivía en la primera planta del hospital psiquiátrico que dirigía su padre, que era médico. Junto con su hermano y su hermana, solía jugar en compañía de los pacientes. El edificio contaba con un jardín y una cancha de tenis, que Margarita practicó de manera regular.

Su madre y su padre estaban convencidos de que sus dos hijas y su hijo debían contar con una educación universitaria, algo que no solían considerar muchas familias de la España conservadora.

Margarita entró en un colegio de monjas a los tres años, donde prosiguió sus estudios hasta la preparatoria (bachillerato). Su escuela proporcionaba una formación muy completa tanto en humanidades como en ciencias, y ambas ramas del conocimiento le gustaban a Margarita. Sin embargo, en el curso preuniversitario que debía hacer para ingresar a la universidad, tuvo que elegir y se inclinó por las ciencias.

A los 16 años se decidió a ingresar en la facultad de Químicas, y se trasladó a Madrid, pero aun dudaba entre Ciencias Químicas o Medicina, por lo que se matriculó en materias que le permitirían decidir más adelante. Al avanzar en sus estudios, se dio cuenta que pasar horas en el laboratorio de Química Orgánica era una las actividades que realizaba con más entusiasmo. En ese sentido, solía decir: “la vocación científica no nace, se hace”.

Se licenció en Ciencias Químicas por la Universidad Complutense de Madrid en 1960, con la calificación de Sobresaliente. Tres años más tarde, obtuvo el doctorado en Ciencias en la misma casa de estudios, con la distinción de Sobresaliente Cum Laude.

En sus conversaciones con Severo Ochoa, premio Nobel de Medicina a quien conoció durante una de las visitas del investigador a Madrid, este le había aconsejado realizar una tesis doctoral bajo la dirección de Alberto Sols, excelente bioquímico, y le comentó que después podría hacer una estancia postdoctoral con él en el departamento de bioquímica de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York.

Ante la falta de financiamiento para la investigación en España, en 1964 Margarita Salas emigró a Estados Unidos junto con su marido, biólogo genetista. Con la mentoría de Ochoa, Salas realizó su tesis posdoctoral “Dirección de lectura del mensaje genético y mecanismos de iniciación de la biosíntesis de proteínas” en el Departamento Científico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, donde permaneció hasta 1967.

Entre las principales contribuciones científicas de Margarita Salas destaca la determinación de la direccionalidad de la lectura de la información genética, labor que desarrolló durante su etapa en el laboratorio de Nueva York. Gracias al financiamiento estadounidense para desarrollar la biología molecular, el matrimonio de investigadores regresó a España, para fundar el primer grupo de investigación en genética molecular del país.

Al frente del equipo de investigación del Centro de Investigaciones Biológicas, consiguió uno de los mayores logros de su carrera, el descubrimiento de la ADN polimerasa del virus bacteriófago phi29, una proteína con unas características extraordinarias: permitía que pequeñas cantidades de ácido desoxirribonucleico (ADN), que no eran suficientes para realizar un análisis genético, se amplificaran hasta hacerse posible su estudio.

Además de contribuir a la comprensión del funcionamiento del ADN: cómo sus instrucciones se transforman en proteínas y cómo estas proteínas se relacionan entre ellas para formar un virus funcional, su descubrimiento tiene muchas aplicaciones cruciales en biotecnología, ya que la ADN polimerasa del phi29 permite amplificar el ADN de manera sencilla, rápida y fiable: “Cuando uno tiene cantidades pequeñas de ADN, como un pelo hallado en un crimen o unos restos arqueológicos, esta ADN polimerasa amplifica millones de veces el (ADN) para poder ser analizado, secuenciado y estudiado”, explicaba Salas.

La Dra. Salas patentó entre 1967 y 1977 el método del ADN polimerasa phi29, que sigue siendo la más rentable que ha presentado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), agencia estatal española adscrita al Ministerio de Ciencia e Innovación. Dado que la patente expiró en 2009, el equipo de Salas siguió trabajando en mejoras que ya han sido patentadas y son explotadas por varias empresas, en materias como la forense, la arqueología y la oncología. Su labor ha permitido salvar muchas vidas, ya que las muestras de tejidos cancerosos pueden ampliarse para ser analizadas con mayor facilidad y rapidez.

Siempre defendió la ciencia como método esencial del desarrollo humano. “Lo importante es hacer investigación básica de calidad, y de esta pueden salir resultados aplicables que no son previsibles a primera vista. Y sin embargo salen y pueden ser rentables”. También era una amante de la divulgación científica y estaba obsesionada por acercar la ciencia a la sociedad.

Margarita Salas fue profesora ad honorem en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa del CSIC, del que también fue directora en 1992. Fue la primera mujer española en ingresar en la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos; recibió galardones internacionales y nacionales como la Medalla Mendel, Premio L’Oreal de UNESCO y el Premio Nacional Ramón y Cajal, entre otros.

El reconocimiento obtenido por su destacada trayectoria también permite reflexionar sobre la inclusión de las mujeres en la ciencia. Recalcaba que cuando ella era joven, "a las mujeres no se nos consideraba capacitadas para investigar”. Incluso su director de tesis era muy machista, aunque después modificó su actitud. Reconoce que esa mentalidad de 1961 ha cambiado enormemente. Al respecto señaló: "Yo no quiero cuotas, no quiero que a las mujeres se nos dé nada por el hecho de ser mujeres. Que se nos dé si lo valemos, pero que no se nos quite por el hecho de serlo".

Falleció el 7 de noviembre de 2019, debido a una cirugía para atender una afección intestinal.

Pero su legado continúa vigente, y hoy día se utiliza en investigación básica con la COVID-19. España ha puesto en marcha un proyecto de investigación que busca aplicar la ADN polimerasa del fago Phi29, para desarrollar un método de detección de extrema sensibilidad, lo que permitirá confirmar la enfermedad en pacientes asintomáticos con una carga viral pequeña del coronavirus SARS-CoV-2.

Gracias a las características de la ADN polimerasa del fago Phi29, se puede usar a temperatura ambiente sin necesidad de utilizar equipamiento especializado o personal técnico. El objetivo es contar con un dispositivo portátil, que pueda ser utilizado en centros de atención primaria, residencias de personas mayores y otros lugares, sin necesidad de enviar las muestras a un laboratorio especializado.


Fuentes consultadas:

Margarita Salas, pasión por la biología molecular.

Margarita Salas, la investigación básica y el coronavirus.

Muere Margarita Salas, una de las mayores científicas españolas del siglo XX.

Yilen Gómez Maqueo Chew

(México, 1981 aprox.)

Fotografía de Yilen Gómez Maqueo Chew

Astrónoma, especialista en la búsqueda de exoplanetas. Coordina el proyecto internacional del Telescopio SAINT-EX, en el Observatorio Astronómico Nacional de San Pedro Mártir, con el que se descubrieron dos planetas que orbitan la estrella TOI-1266.

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Fotografía de Yilen Gómez Maqueo Chew

Yilen Gómez Maqueo es originaria de Hermosillo, Sonora, donde disfrutaba recorrer las carreteras en automóvil con su familia mirando el cielo oscuro y lleno de pequeñas estrellas, que desde muy temprana edad le causaron admiración.

Con el objetivo de convertirse en astronauta, decidió enviar una petición a la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA por sus siglas en inglés) para pedir información sobre cómo ir al espacio. Para su sorpresa, la agencia espacial leyó su carta y le respondió: “si quería ser astronauta, debía saber que hay dos tipos: astronautas piloto, para lo que debes tener ciertas horas de vuelo y ciertas condiciones físicas. Pero si quería ser de los científicos que van al espacio, entonces debía tener cierto tipo de formación en las ciencias”.

Con un talento nato por las ciencias y gran curiosidad desde pequeña, Gómez Maqueo Chew ingresó a la licenciatura en Ingeniería Física Industrial en el Tecnológico de Monterrey en Nuevo León, donde se graduó con doble diploma: como ingeniera física industrial y como Maestra en Ingeniería, con especialidad en Energía y Medio Ambiente de la Escuela de Ingenieros EPF en Sceaux, Francia. Por tal motivo, debía cumplir con una estancia de tres meses en algún centro de investigación en ese país europeo.

Para destacar en el campo científico ha superado barreras: “me hubiera encantado conocer el feminismo cuando estaba en la licenciatura. Estar en el ámbito científico cuando eres diferente a todos los que te rodean es muy duro, porque te hace cuestionarte todo lo que haces. Me diría que no hay por qué tener miedo, porque es normal que tu familia te cuestione, que tus amigos te cuestionen y que te pregunten qué estás haciendo en 'una carrera de hombres'”. La Dra. Gómez Maqueo también señala, que actualmente hay más herramientas para poder darse cuenta que si tienes el gusto y la capacidad, puedes lograrlo, independientemente de que haya muchos estereotipos alrededor de nosotras.

Al concluir sus estudios en el Tec, las cosas se complicaron para Yilen, ya que en Francia la mayoría de la producción energética era nuclear y no le daban empleo en ese sector por ser extranjera. Sin pago, pudo realizar su estancia en un proyecto de investigación en el L'Institut de Mécanique Céleste et de Calcul des Éphémérides del Observatorio de París.

Fue entonces cuando su vida dio un giro, pues recordó su sueño de alcanzar las estrellas. Aunque nunca había tomado una clase de astronomía, se dedicó a reducir datos astrométricos de lunas y satélites de Júpiter y Saturno durante tres meses, y se olvidó de la energía y medio ambiente.

Durante su estancia, en las noches de divulgación organizadas por el Observatorio, ayudó a organizar y a explicar el funcionamiento de los telescopios, incluyendo la Carta del Cielo. En una ocasión, un trabajador del observatorio invitó al equipo del voluntariado a la cúpula Arago del observatorio, en donde se encuentra un telescopio refractor con lente Fresnel de aproximadamente nueve metros de largo. Emocionada, Yilen recuerda: “Vimos Saturno. En ese momento pensé que era lo más hermoso que yo había visto en mi vida. Fue uno de los momentos que más me convenció de convertirme en astrónoma”.

A su regreso a México se dedicó a investigar sobre los requisitos que necesitaba para convertirse en astrónoma profesional. Fue seleccionada para realizar una escuela de verano en el Observatorio Astronómico Nacional en San Pedro Mártir; esas cuatro semanas fueron el paso decisivo.

Fue aceptada en la Universidad Vanderbilt en Nashville, Tennessee, donde obtuvo su maestría (en 2007) y su doctorado en Física (en 2010). Para desarrollar su tesis de doctorado llevó a cabo investigación en astronomía durante dos años, en la Universidad Villanova en Pensilvania, Estados Unidos. Realizó dos estancias postdoctorales, una en la Universidad de Queen's, en Belfast, Irlanda del Norte y otra en la Universidad de Warwick en Coventry, Inglaterra, donde se mudó el equipo de investigación con el que trabajaba.

Inicialmente se dedicó a estudiar estrellas tipo M en binarias eclipsantes usando datos espectroscópicos y fotométricos para encontrar la relación de masa, radio y temperatura. Después colaboró durante dos años en la adquisición, reducción y análisis de observaciones en el espectro de luz visible y en el infrarrojo cercano de estrellas binarias eclipsantes y planetas extrasolares, misma que finalizaría en agosto de 2014, cuando obtuvo una plaza de investigadora en el Instituto de Astronomía de la UNAM, en Ciudad Universitaria.

Miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores, la Dra. Gómez tiene dos líneas de investigación: en el área de exoplanetas busca entender la formación y evolución de planetas extrasolares por medio de la detección y caracterización de sistemas planetarios transitantes. Además, utiliza sistemas de binarias eclipsantes para determinar las propiedades físicas de estrellas de baja masa y de enanas cafés con el fin de entender los procesos físicos que rigen a estos objetos a lo largo de su vida.

Desde 2016 Gómez Maqueo es Coordinadora del Proyecto SAINT-EX, el primer telescopio en México dedicado a la búsqueda y caracterización de planetas fuera del Sistema Solar, que fue instalado en 2018 en el Observatorio Astronómico Nacional (OAN) de San Pedro Mártir, en Baja California.

El telescopio óptico Search and CharacterIsation of Transiting Exoplanets (SAINT-EX por sus siglas en inglés) cuenta con un equipo colaboración de científicas y científicos de México, Suiza, Reino Unido y Bélgica. SAINT-EX inició observaciones desde marzo de 2019. Con un espejo robótico de metro y medio de diámetro, que se opera de manera remota. Aunque tuvo que cerrar sus instalaciones por la pandemia, cada atardecer un integrante del equipo, de manera virtual, decide si las condiciones de observación son adecuadas (sin nubes, lluvia o exceso de viento) y continúa el plan de observaciones.

En octubre de 2020 se dio a conocer el primer hallazgo del SAIN-EX: dos exoplanetas que forman parte del sistema planetario de la estrella roja enana TOI-1266. Gómez Maqueo explicó que, “para detectar los planetas usamos el método de tránsito, que consiste en medir la luz que emiten las estrellas y cuando vemos pasar un planeta frente al disco de la estrella hay una disminución en la luz que estamos recibiendo y eso nos indica que hay un exoplaneta”.

Los más de cuatro mil 200 exoplanetas orbitando otras estrellas que se han descubierto hasta la fecha, pueden clasificarse en dos grupos distintos: unos son pequeños, con alrededor de 1.3 veces el tamaño de la Tierra y compuestos por material rocoso; otros tienen aproximadamente 2.4 veces el tamaño de nuestro planeta y grandes atmósferas de hidrógeno y helio. Pocos tienen tamaños intermedios. Uno de los exoplanetas del sistema TOI-1266 descubierto por SAINT-EX corresponde al primer grupo y otro al segundo, por lo que poder estudiar a ambos en un mismo sistema planetario es una excelente oportunidad para avanzar en la comprensión del por qué surge esta diferencia en tamaños.

La Dra. Yilen Gómez Maqueo Chew ha arbitrado proyectos de CONACYT y de la National Science Foundation, así como artículos del Astrophysical Journal y el Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. También ha sido delegada en la International Conference on Women in Physics.

A las jóvenes les dice: “dedicarse a la ciencia es duro, pero no hay que perder la esperanza ni el gusto por ella. Si te sientes mal en algún momento no es tu culpa, hay que combatirlo, hay que plantarse fuerte y con determinación y saber que, a final de cuentas, es muy gratificante contribuir al desarrollo científico y tecnológico de un país".


Fuentes consultadas:

En suelo y cielo mexicanos, Saint-Ex busca exoplanetas.

Yilen Gómez Maqueo, la mexicana que busca planetas.

Cosas que me habría dicho a mí misma antes de decidir ser científica.

Investigadora. Dra. Yilen Gómez Maqueo Chew.

Kathryn D. Sullivan

(Estados Unidos, 1951)

Kathryn D. Sullivan

Geóloga y ceanógrafa. Es la primera mujer estadounidense en caminar por el espacio y también la primera mujer que ha descendido al punto más profundo dentro del océano, el abismo de Challenger.

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Fotografía de Kathryn D. Sullivan

Kathy Sullivan nació el 3 de octubre de 1951 en Nueva Jersey, pero a los seis años de edad, la familia se mudó a California, por lo que ella creció en Woodland Hills, en el Valle de San Fernando. Su padre era ingeniero aeroespacial, su pasión por el espacio la influyó a ella y a su hermano, pero, mientras él quería volar aviones, ella se interesaba más en los mapas y en aprender sobre los lugares plasmados en ellos.

Cuando era niña, Sullivan devoraba todos los periódicos, revistas y reportajes de televisión que podía encontrar sobre exploración: era la época en la que Jacques Cousteau hacía descubrimientos submarinos pioneros y el Mercury Seven estaba impulsando la imagen de los astronautas en Estados Unidos.

Su entusiasmo por la aventura la llevó hacia la lingüística. "Cuando estaba en la escuela secundaria creía que la mejor manera de establecer mi camino sería aprender muchos idiomas, y de alguna manera eso se convertiría en una vida en la que la gente me comprara boletos de avión para explorar todos estos lugares que quería explorar”.

Aunque las finanzas del hogar eran estrechas, su padre y su madre estaban convencidos que ella y su hermano debían asistir a la universidad. Ella era una estudiante promedio, pero una vez vio un folleto en que ofrecían estudios en un país extranjero como parte del programa universitario. Uno de los requisitos para ingresar era tener un alto promedio de calificaciones (4 puntos). Era un estándar muy alto, pero lo que ella pensó fue: “Esto es lo que se necesita para entrar en la escuela que me brindaría este tipo de oportunidad. Eso es lo que quiero hacer ". Sus calificaciones subieron a casi 4.0, porque ahora veía una correspondencia directa entre la dedicación en el salón de clases y la opción de elegir una universidad que le permitiera hacer lo que anhelaba.

Pero resultó que el folleto era de la Universidad de Stanford, algo que la economía familiar no podía costear; tampoco había sido presidenta de su clase ni pertenecía a clubes de actividades extracurriculares que frecuentemente son tomados en cuenta para la admisión. Afortunadamente, nadie sabía que aspiraba a estudiar en Stanford, por lo que tampoco nadie le dijo: “Ríndete niña, nunca entrarás allí”. Ese estándar de rendimiento y el objetivo de estudiar en el extranjero guiaron su trayectoria escolar.

Se matriculó en la Universidad de California, Santa Cruz, para estudiar lenguas extranjeras. Como alumna de primer año los requisitos de educación general obligaban a Sullivan a ampliar sus horizontes con clases de ciencias. A pesar de sus protestas de que quería estudiar idiomas y artes exclusivamente, se inscribió en ciencias de la tierra y oceanografía. "Pensé que era una idea terrible", dijo, pero "perdí todos los argumentos".

Tuvo un profesor de literatura francesa como su principal asesor, quien le recomendó tres cursos: uno era de matemáticas teóricas, que es casi como un curso de rompecabezas, un curso de topología; algo intelectualmente divertido, que tomó en el segundo trimestre del primer año. Y también cursos de ciencias oceánicas: el curso de biología marina en el primer trimestre y en el último trimestre del primer año, un amplio estudio de oceanografía general.

Esas clases la introdujeron a un lado inesperado de la ciencia, en el que los investigadores pasaban gran parte de su tiempo en el campo ensuciándose las manos. Descubrió que la investigación científica, más que los idiomas, podría ayudarla a lograr el estilo de vida que deseaba: viajar y conocer lugares interesantes con los gastos pagados.

Así, cambió su especialidad a ciencias de la tierra al final de su primer año. A pesar de cambiar de carrera y sentirse un poco intimidada por tener que concluir una carrera de cuatro años en casi tres, logró participar en el programa de estudios en Europa: asistió a la Universidad de Bergen en Noruega durante el año escolar 1971 y 1972, incluidos dos periodos de verano.

Eso fue justo en el momento en que comenzaba toda la revolución en el estudio de la tectónica de placas, cuya dinámica se genera en las profundidades del lecho marino. Sullivan regresó de la experiencia de Noruega decidida a seguir estudios avanzados en oceanografía en lugar de geología general, y dedicarse a la investigación oceanográfica. Buscó becas de posgrado en varias universidades, y optó por cursar su doctorado en geología de la Universidad de Dalhousie en Canadá.

Durante sus estudios de doctorado, Sullivan se unió a múltiples expediciones oceanográficas para estudiar la Cordillera del Atlántico Medio y otras características de las profundidades marinas. Al momento de titularse, le habían ofrecido una beca para continuar su exploración del Atlántico en sumergibles profundos.

Aunque en la década de los años 70 la geología era un campo dominado por los hombres, y su presencia constituía una perturbación en los campamentos de trabajo de campo, ella considera que nunca sufrió discriminación o bullying por ser mujer. De hecho, varios de sus profesores y compañeros la apoyaron mucho y siempre estaban de su lado: lo que ellos miraban en mí, era una colega geóloga y una tripulante del barco más, muy capaz, recuerda Sullivan.

Y entonces llegaron nuevas aventuras. A finales de la década de 1970, la NASA estaba evolucionando. Mientras que los miembros anteriores del cuerpo de astronautas eran exclusivamente pilotos de prueba militares, la agencia abrió su línea de reclutamiento para incluir investigadores civiles para trabajar en el próximo transbordador espacial.

Apenas graduada del doctorado, Sullivan se entrevistó para convertirse en astronauta y, a los 26 años, obtuvo su primer trabajo a tiempo completo. Ella aplicó para ingresar a la NASA como una forma de profundizar aún más su conocimiento de la tierra: "Mi principal motivación para postularme para ser astronauta fue, si de alguna manera superara las probabilidades y realmente me eligieran, llegar a ver la Tierra desde la órbita con mis propios ojos".

Sullivan formó parte de la promoción de 1978. Fue la primera vez que la agencia admitía mujeres en su grupo de astronautas. La octava clase de astronautas de la NASA era apodada los "Treinta y cinco nuevos chicos", pues el grupo representó el primer paso de la agencia hacia un cuerpo de astronautas más diverso, que incluía a seis mujeres, tres hombres afroamericanos y un hombre asiático americano, todos los primeros para el cuadro de élite. Es decir, diez personas interesantes, además de 25 hombres caucásicos estándar, bromea Sullivan.

Durante los siguientes seis años, Sullivan entrenó, estudió y apoyó otras misiones hasta que llegó al frente de la línea. Recientemente Sally Ride se había convertido en la primera mujer estadounidense en el espacio. A inicios de 1984, Sullivan se enteró de que ambas estaban programadas para una misión durante la cual ella realizaría una caminata espacial.

Sullivan se convirtió en la primera mujer estadounidense en caminar por el espacio en octubre de ese mismo año, cuando voló en el transbordador espacial para una misión de ocho días y probó una nueva tecnología para reabastecer un satélite en órbita, con la finalidad de prologar su vida útil.

Cuando finalmente dejó la NASA en 1993, había completado tres misiones del transbordador espacial y registrado 532 horas en el espacio, pero considera que su trabajo con el Telescopio Espacial Hubble es una de sus contribuciones más duraderas: en 1985, un supervisor de la NASA le dijo a Sullivan que se esperaba que el gran telescopio espacial, diseñado a medida para embonar con exactitud en la bahía de carga del transbordador espacial, fuera completamente útil y actualizable. Dependería de ella y de su compañero astronauta Bruce McCandless supervisar el desarrollo, instalación y puesta en órbita de la herramienta.

Al dejar la NASA, Sullivan aceptó una nominación del presidente Bill Clinton para servir como científica en jefe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), una agencia hermana de la NASA, que se enfoca en los océanos y la atmósfera de la Tierra. En este cargo, supervisó iniciativas relacionadas con la biodiversidad oceánica y el cambio climático. Después se convirtió en presidenta y directora ejecutiva del Centro de Ciencia e Industria, un museo de ciencias en Columbus, Ohio, y dirigió el Centro Battelle de Políticas de Educación en Matemáticas y Ciencias de la Universidad Estatal de Ohio.

Pero las aventuras y expediciones submarinas aún continuarían. A los 68 años de edad, Kathryn recibió una sorpresiva invitación de parte de Victor Vescovo, un explorador, inversor financiero y oficial de marina retirado de 54 años, que ha gastado años y millones de dólares en tecnología para que seres humanos puedan descender a las profundidades de nuestro planeta.

En junio de 2020, a bordo del Limiting Factor, un vehículo diseñado para grandes profundidades, pilotado por Vescovo, bajó al abismo de Challenger, el punto más profundo conocido de la Tierra, a una profundidad de casi 11 mil metros, que está situado en el Océano Pacífico, cerca de la Isla de Yap. Una vez alcanzado su objetivo, Sullivan y Vescovo tuvieron una comunicación con la Estación Espacial Internacional mientras esta se encontraba en órbita baja.


Fuentes consultadas:

Kathryn D. Sullivan.

La increíble historia de Kathryn Sullivan: del espacio al punto más profundo de la Tierra.

Kathryn Sullivan: Spacewalker and Earth Explorer.

Kathy Sullivan: The woman who's made history in sea and space

Margaret Burbidge

(Inglaterra 1919- Estados Unidos 2020)

Fotografía de Margaret Burbidge

Primera astrónoma en ser aceptada en la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos y primera mujer en dirigir el Observatorio de Greenwich. Astrónoma observacional, su área de investigación principal fueron los cuásares. Fue una gran promotora de la inclusión de las mujeres en la ciencia.

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Fotografía de Margaret Burbidge

Eleanor Margaret Peachey nació el 12 de agosto de 1919 en Davenport, Cheshire (Reino Unido). Su madre y su padre eran químicos, de quienes heredó su pasión por la ciencia y la astronomía, según las palabras de Margaret. A los 4 años de edad, en un viaje familiar en las vacaciones de verano, Eleanor Margaret Peachey vio el cielo nocturno lleno de estrellas durante la travesía en ferry de Inglaterra a Francia, y quedó "deslumbrada".

Si bien ambos progenitores le daban y leían libros infantiles sobre ciencias naturales, donde aprendía sobre las maravillas de las semillas, las flores y los árboles, su madre fue una influencia fundamental en su vida, quien siempre la apoyó y le contaba cómo incursionó en la química gracias a una de sus maestras de secundaria, que la alentó a estudiar ciencias.

Margaret estaba suscrita a una publicación semanal, The Children's Newspaper, que incluía avisos sobre fenómenos observables en el firmamento, como el brillo de Venus y las fases de la Luna, observables a simple vista, así como la ubicación de constelaciones; ella observaba la Luna y las estrellas con los binoculares de su papá, quien le regaló un microscopio y un juego de química.

A la edad de 12 años, su abuelo materno le regaló los libros escritos por un pariente lejano, Sir James Jeans, astrónomo y matemático, que Margaret leía con gran placer, pues mezclaban dos de sus pasiones: las estrellas y los grandes números. Así decidió que, “cuando fuera grande” tendría un trabajo donde midiera la distancia de las estrellas.

Margaret recuerda que en la Escuela Francis Holland para Niñas, la enseñanza de las ciencias naturales era muy general, pero había un buen plan de matemáticas, a cargo de su profesora de ciencias, Mary Pearson Barter, a quien, reconoce, debe mucho de su amor por la ciencia.

Peachey ingresó a la University College de Londres en 1936 y allí estudió astronomía, física y matemáticas, graduándose como la primera de su clase tres años después, en 1939, sin ceremonias, en una Inglaterra amenazada por la Alemania nazi. A los 21 años, Margaret tuvo oportunidad de comenzar a trabajar en astronomía. Su país, estaba en medio de la Segunda Guerra Mundial, cuando ella empezó a realizar sus primeras observaciones en el año 1940, con el telescopio reflector Wilson, de 60 cm, en el observatorio de la Universidad de Londres, donde trabajó dando mantenimiento a ese instrumento, un trabajo que habitualmente llevaban a cabo hombres. Esto le permitió realizar observaciones para sus propias investigaciones, favorecidas por la guerra: los apagones en la ciudad, ocasionados por la falta de energía y también realizados para dificultar los bombardeos, hicieron que ver las estrellas fuese más accesibles de lo que habían sido en años. Obtuvo el doctorado en la Universidad de Londres en 1943.

En búsqueda de cielos más claros donde las estrellas fuesen más visibles, en 1945 pidió una beca con el objetivo de investigar en el Observatorio de Mount Wilson, en Pasadena California, pero le fue negada pues en ese entonces no se permitía a las mujeres utilizar esos telescopios: “Los hombres que hacían esas normas tenían la idea de que a las mujeres de los astrónomos que investigaban allí no les gustaría que sus hombres trabajasen con otras mujeres durante la noche”, recuerda.

Así, se enfrentó a una situación nueva para ella, la discriminación por cuestiones de género. En su biografía, la Dra. Burbidge escribió: “En ese momento se activó un principio en mi vida: si se frustraba un empeño por un muro o cualquier tipo de obstáculo, buscaría una forma de rodearlo, otro camino hacia mi meta. Este consejo se lo he dado a muchas mujeres que se han encontrado en situaciones similares. Siempre les digo: inténtalo, ¡funciona!”.

En 1948 se casó con Geoffrey Burbidge, que también estudió en la Universidad de Londres y que cambió su campo de estudio de la física a la astronomía, siguiendo el campo de interés de Margaret. De modo que, a los 29 años, Margaret Peachey pasó a llamarse Margaret Burbidge, como es conocida desde entonces.

Durante los años 1950 y 1951, Margaret trabajó en el Observatorio de la Universidad de Londres, del cual fue directora.

Cuando en 1955, su esposo obtuvo un puesto de investigación astrofísica de la Institución Carnegie en el Observatorio de Mount Wilson, Margaret Burbidge tuvo que aceptar un puesto de investigación de menor importancia en el Instituto de Tecnología de California (CALTECH), dado que las mujeres no podían en ese momento acceder a puestos de responsabilidad. Consiguió acceder a los telescopios de Mount Wilson solo como asistente de su marido. Ambos debían alojarse en una cabaña sin calefacción en el monte donde se encontraba el observatorio, lejos de las instalaciones mejor equipadas donde residían los astrónomos hombres.

Astrónoma observacional, su trabajo se ha centrado en el estudio de las propiedades físicas, las fuentes de energía y los mecanismos de radiación de los cuásares y galaxias activas, con más de 370 artículos en revistas científicas.

Margaret Burbidge fue la primera autora del artículo "La síntesis de los elementos en las estrellas", publicado en 1957 en Reviews of Modern Physics, que argumentaba que prácticamente todos los elementos químicos que conforman el mundo en que vivimos y nuestro propio organismo provienen de las reacciones que tienen lugar dentro de las estrellas, es decir, estamos hechos de polvo de estrellas. El trabajo fue uno de los más influyentes en su época, pues demostraba una profunda relación entre la astronomía observacional y la física nuclear. Es lo que hoy se llama nucleosíntesis estelar.

Sus estudios de espectros estelares sirvieron de base a la teoría "B2FH", que explica de forma revolucionaria el origen de los elementos químicos y que recibió el nombre basado en las iniciales de quienes lo formularon: el matrimonio Burbidge, William A. Fowler y Sir Fred Hoyle.

Desde finales de los años 1960, Margaret Burbidge escogió como campo favorito de investigación a los cuásares, unos astros muy peculiares descubiertos a finales de los años 1950.

En Estados Unidos, Margaret Burbidge fue profesora de Astronomía en la Universidad de California en San Diego (UCSD) y en la Universidad de Chicago, e investigadora en el Observatorio de Yerkes, en el Instituto Enrico Fermi de Estudios Nucleares (Chicago).

En 1972, se convirtió en la primera mujer en dirigir el Real Observatorio de Greenwich, en el Reino Unido; además, fue la primera persona en sugerir que el Telescopio Isaac Newton, ubicado en Inglaterra, se trasladara a las Islas Canarias, con mejores condiciones para la observación astronómica. También fue directora del Centro de Astrofísica y Estudios Espaciales de la Universidad de California en San Diego (UCSD), donde permaneció como profesora emérita. En este centro, contribuyó al desarrollo en 1990 del espectrógrafo de objetos débiles para el Telescopio Espacial Hubble (HST), con el que ella y su equipo descubrieron que la galaxia M82 tiene un enorme agujero negro en su centro.

Margaret Burbidge presidió la Sociedad Astronómica Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS). La lista de reconocimientos a su labor es larga; entre otros, le fue concedido el Premio Warner de Astronomía en 1955 y la Medalla de la Ciencia del Premio Mundial Albert Einstein en 1988. También recibió la Medalla de Oro de la Real Sociedad Astronómica en 2005.

Falleció el 5 de abril de 2020, a los cien años de edad.


Fuentes consultadas:

Margaret Burbidge, la astrofísica que demostró que estamos hechos de polvo de estrellas.

Biografía de Margaret Burbidge astrónoma británica.

Margaret Burbidge, astrophysicist and champion of women in science, 1919–2020.

Watcher of The Skies.

Muthayya Vanitha

(India, 1964)

Muthayya Vanitha

Ingeniera en Electrónica y Sistemas de Comunicación. Directora del proyecto Chandrayaan-2 del Instituto Indio de Investigación Espacial, encabeza el equipo científico y técnico que ha lanzado misiones espaciales a la Luna y puesto en órbita centenares de satélites alrededor de la Tierra.

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Fotografía de Muthayya Vanitha

Muthayya Vanitha nació el 2 de agosto de 1964. Es originaria de la región de Chinnai, al sureste de la India. Sus progenitores tienen carreras de ingeniería: ingeniería civil e ingeniería en electrónica y comunicaciones.

Sus compañeros de estudios en la Facultad de Ingeniería de Guindy, de la generación 1985, recuerdan que Muthayya era muy estudiosa y enfocada en su carrera; pero también era divertida y amaba esas pequeñas aventuras de paseos y salidas. Seguidores de su exitosa trayectoria, también recuerdan que era una apasionada de la electrónica y las comunicaciones, y a diferencia de varias de sus colegas, mantuvo su interés en esos campos.

Con más de tres décadas de trayectoria dentro de la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO por sus siglas en inglés), Vanitha se ha esforzado para lograr que su país sea uno de los que encabeza la exploración interplanetaria.

Inició su trabajo en la agencia gubernamental en 1987, como ingeniera junior. Trabajó en el laboratorio, probando carros, fabricando hardware, diseñando, desarrollando y luego llegó a un puesto gerencial.

Como científica, también ha realizado importantes contribuciones. El sistema de manejo de datos es el corazón de los orbitadores, pues literalmente, controlan las funciones de un aparato en el espacio. Esto lo hace la parte crucial de cualquier misión espacial. Muthayya, Vanitha experta en ese tema, ha realizado investigaciones en varios campos de la comunicación satelital; entre otros logros, ha desarrollado un algoritmo para calcular funciones trigonométricas de rotación. Por sus contribuciones, en 2006, Muthayya Vanitha fue nombrada la mejor científica mujer, por la Sociedad de Astronaútica de la India.

Antes de ser directora del proyecto Chandrayaan-2, Vanitha había trabajado anteriormente en operaciones de datos para los satélites de teledetección del país y es considerada una ingeniera de sistemas electrónicos de gran reputación. Sin embargo, se encontraba reluctante a aceptar el cargo, pues su zona de confort era la comunicación satelital; en el ISRO estuvo a cargo de las Divisiones de Telemetría y de Telecomandos. También fungió como directora asociada de M. Annadurai, Director dl proyecto Chandrayaan-1, quien la convenció de dirigir Chandrayaan-2, ya que ella contaba con el perfil perfecto para encabezar dicho proyecto. Sin embargo, también tuvo que convencer al esposo de Muthayya Vanitha, ya que asumir la dirección del proyecto implicaba 18 horas diarias de trabajo en las jornadas más álgidas, así como una enorme y constante presión.

A cincuenta años del primer viaje a la Luna, Chandrayaan-2, segunda misión india a la Luna, buscaba convertir a la India en el primer país en realizar estudios en el Polo Sur del satélite natural de la Tierra. Parra lo cual, a diferencia de su antecesora, llevaba a bordo una sonda robótica.

La misión, lanzada por el ISRO el 22 de julio de 2019, no tuvo éxito debido a una falla técnica en el mecanismo para el descenso, el 20 de agosto, cuando la nave se encontraba a 2.1 Km de la superficie lunar y perdieron contacto con ella. No obstante, este proyecto representa un hito en el progreso científico y las misiones espaciales de la India. La misión tuvo un costo aproximado de 141 millones de dólares, apenas una fracción de lo gastado por otros países en misiones espaciales.

Se demostró también, la eficacia de un enfoque diferente para los viajes espaciales, utilizando cohetes más pequeños y con menor consumo de combustible, con sistemas que toman ventaja de la gravedad terrestre. El liderazgo y la innovación empleados son ejemplos a seguir por otros países.

Otro ejemplo a seguir, consiste en las posiciones que ocupan las mujeres en la agencia espacial india. La primera mujer en dirigir un proyecto es Muthayya Vanitha, en 2018 fue considerada por la revista Nature como una de las diez personas más importantes del ámbito científico a seguir durante el 2019. También, por primera vez en la historia, una expedición lunar fue dirigida por dos mujeres -la directora del proyecto en ISRO, Muthaya Vanitha y la directora de la misión, Ritu Karidhal. Otro rasgo relevante del equipo a cargo de Vanitha, es que está compuesto por 30% de mujeres. El éxito del proyecto para reclutar y mantener a las científicas se debe a un riguroso proceso de reclutamiento, con criterios iguales para todas las personas que solicitan ingresar.


Fuentes consultadas:

Vanitha: 32 years at ISRO to leading India's Chandrayaan 2 project.

Meet Vanitha Muthayya, Project Director Of ISRO Chandrayaan 2 Mission

Chandrayaan 2 Project Director Muthayya Vanitha Biography.

Fracasa Chandrayaan-2, la sonda que India pretendía aterrizar en el polo sur de la Luna.

Apollo 11 And Chandrayaan-2: Major Moon Stories, Contrasting Lessons For Career Owners.

Rosalind Franklin

(Reino Unido, 1920- 1958)

Fotografía de Rosalind Franklin

Química. Su investigación y sus fotografías moleculares resultaron fundamentales para descifrar la estructura de doble hélice del ADN.

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Fotografía de Rosalind Franklin

Rosalind Elsie Franklin nació el 25 de julio de 1920 en Londres, en el seno de una próspera y moderna familia judía, y se crió en el exclusivo barrio londinense de Notting Hill. A Rosalind le gustaba discutir sobre las cosas, de una manera lógica y exacta; “se negaba a aceptar una afirmación o una creencia para la que no hubiera una lógica o una prueba que la demostrara como válida", recordaba Jenifer, la menor de sus hermanas.

Rosalind tuvo que vencer la resistencia de su propio padre a que estudiara durante la Segunda Guerra Mundial, en lugar de sumarse a los esfuerzos de la sociedad civil en la lucha contra Hitler.

En 1941, a los 21 años de edad, Franklin concluyó sus estudios de química en la Universidad de Cambridge, y se doctoró en Física-Química en 1945, al final de la contienda, con un trabajo sobre microestructuras del carbón y del grafito. Durante la posguerra vivió cuatro años en París, donde trabajó en el Laboratorio de Servicios Químicos del Estado, y se transformó en especialista en difracción de rayos X. A su regreso a Inglaterra en 1951, empezó a trabajar como investigadora asociada en el Laboratorio John Randall, en la Universidad King´s College de Londres.

En particular, su campo era la realización de fotografías de rayos X; Rosalind Franklin empezó a experimentar con la difracción de rayos X para estudiar la molécula de ADN; en 1952, Franklin creó la icónica "Foto 51" junto a Raymond Gosling, un estudiante de doctorado que colaboraba con su departamento.

La “Foto 51” resultaría clave para demostrar por primera vez cómo debía ser la estructura del ácido desoxirribonucleico (ADN), que hasta entonces era un misterio. Pero además de la fotografía, la científica registró en sus cuadernos de investigación mediciones y observaciones precisas, que minuciosamente describían las distancias relativas de los distintos elementos repetitivos en una molécula de ADN; sus notas también sugerían que la molécula de ADN constaba de dos partes iguales y complementarias.

Franklin nunca congenió con Maurice Wilkins, otro investigador de la molécula del ADN del mismo departamento, que ya laboraba allí cuando llegó como experta en cristalografía. De personalidades opuestas, hicieron sus investigaciones de manera separada. Trabajando independientemente Franklin hizo un progreso increíble en el estudio del ADN, pero se sentía cada vez más incómoda y excluida: no le permitían acceder a la sala común de café y descanso del departamento por ser mujer, que era el lugar donde los colegas se reunían y discutían temas de trabajo en charlas informales.

Su maneras francas e incluso bruscas (para ser mujer) incomodaban a otros científicos, como Jim Watson, investigador de la Universidad de Cambridge que también estudiaba la estructura del ADN, a quien confrontó abiertamente durante una visita que él realizó al King´s College y criticó el trabajo de Franklin. Watson la subestimaba, comentando "cómo sería si se quitase las gafas e hiciese algo distinto con su cabello", y de forma condescendiente la apodaba “Rosy”, apelativo que ella nunca utilizó.

Luego de asistir a una clase de Franklin en noviembre de 1951, sobre el avance de sus investigaciones, Watson, junto con Francis Crick, se dio a la tarea de imaginar la estructura del ADN, elaborando modelos atómicos a escala. Este primer intento fue un fracaso rotundo: Watson y Crick invitaron a Franklin y Wilkins a Cambridge para darles a conocer su propuesta, que consistía en un modelo helicoidal de tres cadenas, donde los iones de magnesio mantenían unidos los fosfatos y hacia la periferia las pentosas y las bases nitrogenadas.

Rosalind Franklin pulverizó inmediatamente sus argumentos: la cantidad de agua del modelo discrepaba de los estudios de difracción; los fosfatos y, por lo tanto, el “esqueleto” de la molécula, tenían que estar en el exterior de la misma. Como resultado, el jefe del Laboratorio Sir Lauwrence Bragg, decidió prohibir a Watson y Crick que sus estudios en el ADN continuaran, por lo que Watson se dedicó al estudio del virus del mosaico del tabaco, conformado por ácido ribonucleico (ARN), como una forma subrepticia de continuar investigando el tema y profundizando sus conocimientos de cristalografía.

Lo que Franklin no supo es que, a inicios de 1953, su rival de departamento, Maurice Wilkins, compartió con Watson a escondidas los resultados de investigación que ella había logrado. Años después, Watson admitió que, al ver la Foto 51 de Franklin sin su permiso, "se me abrió la boca y se me aceleró el pulso". Era la imagen más clara que el científico había visto hasta entonces, y resultó una pista clave sobre la estructura del ADN. Así, la “Foto 51” fue usada por Watson y Crick, también investigador de Cambridge, para proponer el modelo helicoidal del ADN, a partir de los hallazgos y la interpretación realizados por Franklin.

El modelo de doble hélice del ADN y la Foto 51 aparecieron en un estudio publicado por Watson y Crick en abril de 1953, en la revista Nature, el cual se convirtió en la piedra angular para darle un giro a la Biología; solamente una nota al pie consignaba la autoría de la imagen. En ese mismo número apareció otro artículo de Franklin y Gosling. Para ese entonces la científica británica ya había abandonado el Laboratorio de Kings College y su investigación sobre esa molécula, para trabajar en la universidad Birbeck de Londres en nuevos campos, como el mosaico del tabaco y el virus de la polio.

Rosalind Franklin murió de cáncer de ovario en 1958, a la edad de 37 años, posiblemente debido a la exposición a la radiación que formaba parte de su trabajo cotidiano.

En 1962, cuatro años después del fallecimiento de la Dra.Franklin, Watson, Crick y Wilkins fueron galardonados con el premio Nobel de Fisiología y Medicina. Ninguno de los dos primeros científicos mencionó en su discurso de aceptación del galardón, que los resultados de investigación de Franklin habían sido utilizados para conseguir el logro científico por el que eran premiados; Wilkins la mencionó de una forma breve y velada.

El modelo de la doble hélice del ADN es considerado como el logro médico más importante del siglo XX, pues abrió las puertas para el desarrollo de la biología molecular y las funciones genéticas; que posibilitaron establecer la secuencia "completa" del genoma humano. La fundamental contribución de Rosalind Franklin apenas comienza a reconocerse.


Fuentes consultadas:

Mujeres y ciencia. La pionera del ADN, reivindicada.

Rosalind Franklin, la olvidada científica detrás del descubrimiento de la estructura del ADN, uno de los más importantes para la medicina moderna.

Biografía de Rosalind Franklin.

La historia de Rosalind Franklin y la fotografía 51.

Andrea Ghez

(Estados Unidos, 1965)

Andrea Ghez

Astrónoma. Cuarta mujer ganadora del premio Nobel de Física, otorgado en 2020 "por el descubrimiento de un objeto compacto supermasivo en el centro de nuestra galaxia".

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Fotografía de Andrea Ghez

Andrea Mia Ghez nació en la Ciudad de Nueva York, el 16 de junio de 1965, donde vivió los primeros años de su vida; después la familia se mudó a Chicago, Illinois. Es la mayor de tres hermanas. Su madre fue curadora en la Sociedad Renacenstista y en el Museo de Arte de Chicago. Su padre era profesor en la Universidad de Chicago.

De niña tomaba clases de ballet, quería ser bailarina y coreógrafa, pero las misiones espaciales y los alunizajes también la fascinaban; apoyada por su madre, soñaba con ser astronauta, ser la primera mujer en llegar a la Luna y poder viajar hacia lo desconocido. Con una gran curiosidad e imaginación, constantemente preguntaba y cuestionaba todo a su alrededor.

Andrea y sus hermanas Mimí y Helena eran alumnas del Colegio Laboratorio de la Universidad de Chicago. La institución tenía un enfoque educacional flexible, donde Andrea disfrutaba la creación de proyectos individuales. Al concluir la primaria, y convencerse de que la vida de una bailarina era muy dura, tomó nuevos intereses, entre ellos las matemáticas. Luego de leer un artículo que afirmaba que los niños eran mejores que las niñas en matemáticas, retó a sus compañeros de clase a demostrarlo. Fue integrante de diversos clubes de ciencias y matemáticas; aunque también formó parte de los equipos de hockey y atletismo.

Durante la preparatoria solamente tuvo una profesora de ciencias, pero su presencia bastó para convencer a Andrea Ghez de que las mujeres también pertenecen a la ciencia, lo que fijó su vocación. Se licenció en Física en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) en 1987 y obtuvo su doctorado en el Instituto de Tecnología de California (Caltech) en 1992.

Fue ganadora del premio Maria Goeppert-Mayer en 1999, por su innovador uso de la interferometría de moteado para obtener imágenes de muy alta resolución con los telescopios gemelos del Observatorio Keck (situado en Mauna Kea, Hawaii) y por sus entusiastas presentaciones a la comunidad astronómica y al público en general. Su investigación ha arrojado nueva luz sobre cómo se forman las estrellas y sobre la naturaleza del enorme agujero negro en el centro de la Vía Láctea. De esta forma obtuvo evidencia de que había estrellas orbitando el agujero negro.

Durante casi treinta años ha liderado un equipo científico dedicado a cartografiar el centro de nuestra galaxia, intentando escudriñar el enmarañado polvo estelar con técnicas cada vez más refinadas, que fue indescifrable durante mucho tiempo. En particular, durante un cuarto de siglo se enfocó en Sagitario A*, como se ha llamado al supermasivo agujero negro, localizado en el centro de la Vía Láctea, de 4.1 millones masas solares, capaz de generar el movimiento de las estrellas.

Con el avance tecnológico, el telescopio de Keck fue uno de los primeros en equiparse con la denominada óptica adaptativa. La Dra. Ghez constantemente demandaba al equipo científico y de ingeniería del Observatorio Keck que lograran mejor desempeño y mayor capacidad, a lo que el equipo respondió; y los hallazgos se tornaron estremecedores.

En enero de 2020, el equipo de Ghez reportó el descubrimiento de una nueva clase de objetos, que parecen gas y se comportan como estrellas, situados en el centro de la galaxia, no lejos del supermasivo agujero negro.

Ghez llegó a la misma conclusión a la que, de forma paralela, arribó el equipo del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre (Alemania) y la Universidad de California, Berkeley, encabezado por Reinhard Genzel: existe un objeto invisible y extremadamente pesado en el centro de la Vía Láctea que hace girar a las estrellas de forma vertiginosa. Era la mejor evidencia de que un agujero negro supermasivo domina nuestro centro estelar. Obtuvieron evidencia de cómo el espacio y el tiempo se mezclan cerca del agujero negro supermasivo.

Este hallazgo, que hizo acreedores a Ghez y Genzel de forma conjunta del Nobel de Física (la otra mitad del premio se otorgó al británico Penrose), confirmó otra de las predicciones que Albert Einstein hiciera hace más de un siglo, cuando formuló la teoría general de la relatividad. La Dra. Ghez enfatiza que, ante el avance en el conocimiento, dicha teoría muestra vulnerabilidad, por lo que es necesario desarrollar una teoría de la gravedad más comprehensiva, que pueda explicar qué son los agujeros negros.

Inició como docente en 1994 y desde el año 2000 es profesora titular en la Universidad de California (UCLA), en el departamento de Física y Astronomía, donde también imparte la Cátedra de Astrofísica Lauren B. Leichtman & Arthur E. Levine, desde 2009. Además, encabeza la Iniciativa de Órbitas del Centro Galáctico de la UCLA, que fundó en 2014. Para Ghez “es muy importante convencer a la generación más joven de que su capacidad de cuestionar y pensar es crucial para el futuro del mundo”, al tiempo que espera poder inspirar a otras jóvenes en este campo. “Es un ámbito muy placentero si te apasiona la ciencia: aquí hay mucho que hacer”, señala: “necesitamos entender, por ejemplo, cómo se formaron estos objetos supermasivos; a qué frecuencia giran (lo que se predice mediante una solución de ecuaciones de relatividad general); así como si los agujeros negros supermasivos coevolucionan con sus galaxias anfitrionas y cómo lo hacen”.

Entre los logros de Andrea Ghez destaca que, en 2004, la revista Discover la considerara dentro de los 20 científicos en Estados Unidos que "han demostrado un alto grado de comprensión en sus respectivos campos". Ese mismo año también fue elegida como miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. En 2012 se convirtió en la primera mujer que recibió el Premio Crafoord de la Real Academia Sueca de Ciencias. Además, es coautora del libro You Can Be a Woman Astronomer (“Tú puedes ser una astrónoma”).


Fuentes consultadas:

Quién es Andrea Ghez, la cuarta mujer en la historia en conseguir el Nobel de Física.

Ghez, la astrónoma que quería ser bailarina y ha acabado ganando el Premio Nobel de Física.

How Andrea Ghez Won the Nobel for an Experiment Nobody Thought Would Work.

Andrea Ghez wins 2020 Nobel Prize in physics.

Anita Yasuda (2015). Astronomy: Cool Women in Space. Nomad Press.

Jerrie Cobb

(Estados Unidos 1931- 2019)

Fotografía de Jerrie Cobb

Primera mujer aprobada para ser astronauta en la historia de Estados Unidos; pasó las pruebas físicas y psicológicas dentro del 2% más sobresaliente, y rompió records mundiales de velocidad, altitud y distancia.

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Fotografía de Jerrie Cobb

Geraldyn Cobb nació el 5 de marzo de 1931 en Norman, Oklahoma. Fue la segunda hija del Teniente Coronel William “Harvey” Cobb y de Helena Stone Cobb. A los seis años de edad se enamoró de la naturaleza y la vastedad del cielo abierto.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la familia Cobb residió en el Campo Sheppard, en Wichita Falls, Texas; fue allí donde Jerrie voló por primera vez, en el asiento trasero del biplano de cabina abierta pilotado por su padre. Al elevarse sobre la tierra, la tímida niña de doce años sintió una confianza que no sentía en el suelo. Obtuvo su licencia de piloto privado a los 16 años; tripulando una avioneta, lanzaba publicidad que anunciaba la llegada del circo. A los 18 años contaba ya con la licencia de piloto comercial y la de instructora de vuelo.

En 1948, Cobb se inscribió en la Universidad Femenina de Oklahoma (actualmente Universidad de Ciencias y Artes de Oklahoma), donde estudió durante un año; pero disfrutaba más realizando tareas de mantenimiento general en el Aeropuerto Municipal de Oklahoma, haciendo vuelos de fumigación de cultivos o patrullando oleoductos.

En 1953, con 21 años de edad, fue contratada como piloto por la compañía Fleetway, para encargarse de entregar aviones de combate a diferentes gobiernos alrededor del mundo. Ante la escasez de pilotos hombres, debido a que ellos se encontraban enrolados en la fuerza área estadounidense, Jerrie Cobb acumuló muchas horas de vuelo y ahorraba para poder comprarse su propio avión y ser su propia jefa.

Para aumentar sus ingresos, Cobb fue jugadora profesional de softball en el equipo de las Reinas de la Ciudad de Oklahoma, con lo que finalmente pudo comprar un Fairchild PT-23, excedente de la Segunda Guerra Mundial.

Después, trabajó como piloto y gerente de la compañía de Aero Diseño e Ingeniería que fabricó el avión Aero Commander, a bordo de uno de ellos, Cobb rompió tres récords mundiales para aviones ligeros: en 1959 el de vuelos de larga distancia sin escalas y el de velocidad; mientras que en 1960 rompió el récord mundial de altitud para aviones ligeros, al alcanzar los 37 mil 010 pies. También en 1959, se convirtió en la primera mujer en volar en el Show del Aire de París, la mayor exposición aérea del mundo.

En septiembre de 1959, con más de 7 mil horas de vuelo, a Jerrie Cobb se le presentó una oportunidad única en la vida: junto con otras 18 mujeres piloto, fue invitada a presentar las pruebas del programa Mujeres en el espacio por William Randolph Lovelace, un científico de la NASA, experto en medicina aeroespacial, quien encabezaba este proyecto, financiado por Jaqueline Crochan, primera mujer en romper la barrera del sonido. El propósito era encontrar mujeres que pudieran formar parte de programas espaciales.

La joven de 28 años fue seleccionada para estar entre las trece mujeres sometidas al proceso de selección de astronautas del programa Mercury, en el que Lovelace había estado a cargo de realizar los test a los candidatos hombres. Comprometida con ganarse el camino al espacio, completó con éxito las tres fases del riguroso programa. Cobb aprobó de forma sobresaliente un conjunto de rigurosas pruebas físicas y psicológicas, y rompió los récords mundiales de velocidad, altitud y distancia.

En 1961, cuando todo parecía indicar que sería parte del primer equipo estadounidense en orbitar la Tierra, el gobierno estadounidense cambió las reglas y autorizó solamente a hombres. Notificó a las y los participantes que, para ser astronautas, solamente se tomaría en cuenta a pilotos de prueba de jets militares; requisito que automáticamente excluía a las mujeres.

Esta abrupta decisión se dio a pesar de que las investigaciones mostraban que, desde un punto de vista fisiológico, las mujeres resultaban más idóneas para ser astronautas: ellas podían realizar a bordo las mismas tareas que los hombres, pero imponiendo a la limitada capacidad de carga de las naves menor tamaño y peso que el sexo masculino (más grande y corpulento), además de consumir menos oxígeno que ellos; dos aspectos cruciales en aquellos primeros viajes espaciales.

Además, debía considerarse una menor tasa de ataques al corazón en las mujeres, y aparentemente, mayor resistencia de su aparato reproductor a la radiación espacial; así como otros datos preliminares respecto a la fortaleza psicológica para soportar mejor que los hombres el aislamiento propio de un viaje espacial y la permanencia en espacios muy apretados, como era el interior de esas primeras naves espaciales. Con base en pruebas realizadas hasta entonces con hombres, se creía que el tiempo máximo que un ser humano puede permanecer dentro de un tanque de aislamiento sensorial total antes de comenzar a sufrir alucinaciones era de seis horas. Jerrie Cobb y otras dos compañeras alcanzaron cerca de diez horas en aislamiento antes de que el equipo científico pusiera fin al experimento.

Estas pruebas psicológicas eran parte de los test aplicados a las y los aspirantes a astronautas para seleccionar a la tripulación de la misión Mercury. Del conjunto de aspirantes, 68% de las mujeres superó todas las pruebas, que eran iguales a las de los aspirantes masculinos y a veces, incluso más rigurosas. En cambio, solo 56% de hombres superó el total de pruebas.

Las trece mujeres que aprobaron el programa (conocidas como el grupo Mercury 13) demostraron su capacidad de ser astronautas: todas eran aviadoras destacadas; muchas de ellas incluso tenían más horas de vuelo que sus rivales masculinos, por ejemplo, Jerrie Cobb casi duplicaba las horas de horas de vuelo de John Glenn, el hombre con más horas de vuelo del proyecto Mercury. Cobb estaba entre el 2% de quienes (tanto mujeres como hombres) habían alcanzado las mejores calificaciones de aptitud como astronauta.

Al negarse a las mujeres la oportunidad de participar en las misiones espaciales, Glenn fue seleccionado como piloto del primer lanzamiento orbital de Estados Unidos. John Glenn era integrante del denominado Mercury Seven, grupo de siete astronautas (hombres) que pilotaron las naves de las seis misiones tripuladas del programa Mercury, desde mayo de 1961 hasta mayo de 1963, además de otras misiones espaciales.

La discusión se retomó en 1962, cuando Cobb, como consultora de la NASA para promover la inclusión de las mujeres en el programa espacial, presentó su caso ante una Comisión del Congreso norteamericano, que discutía si las mujeres podían ser astronautas. Ella testificó: “las mujeres piloto que queremos ser parte de la investigación y participación en la exploración espacial no estamos tratando de unirnos a una batalla de sexos… vemos, solamente, un lugar en el futuro espacial de nuestra nación sin discriminación". Por su parte, Glenn declaró que “los hombres se van y luchan en las guerras y vuelan los aviones y regresan y ayudan a diseñarlos, construirlos y probarlos… que las mujeres no estén en este campo es un hecho de nuestro orden social”. Pasarían dos décadas más antes de que las mujeres participaran en misiones espaciales estadounidenses.

Decepcionada por la reticencia del gobierno norteamericano para permitir a las mujeres ser astronautas, Jerrie Cobb renunció a su encomienda, que llevó a cabo por casi un año. Desde entonces, se dedicó a realizar vuelos humanitarios en la selva amazónica, para repartir medicina, alimentos y ropa entre las tribus aisladas. Por esta labor fue nominada al Premio Nobel de la Paz en 1981, y recibió múltiples reconocimientos de parte de los gobiernos de Perú, Ecuador, Colombia y Brasil.

Volar al espacio fue el mayor deseo de su vida. Cuando en 1998 se planteó que el entonces senador Glenn viajara en el Discovery para investigar los efectos del envejecimiento en un ambiente de ingravidez, Cobb de 67 años en aquel entonces, también se ofreció a participar en la misión; pero su propuesta fue ignorada.

Jerrie Cobb fue admitida en el Salón de la Fama de la Aviación Nacional en 2012, como una pionera de la aviación, al trazar nuevas rutas aéreas a través de los Andes y la selva amazónica, cuando tripulaba sola su Aero Commander, usando mapas dibujados por ella misma para transitar por un vasto territorio que aún no se había cartografiado.

Cobb escribió dos autobiografías: Women into Space (Mujeres en el espacio) y Solo Pilot (Piloto en solitario). Murió el 18 de marzo de 2019 en su hogar, en Florida, a los 88 años de edad.


Fuentes consultadas:

Geraldyn M. Cobb, 88, Who Found a Glass Ceiling in Space, Dies.

El largo camino de las primeras mujeres astronauta.

How Jerrie Cobb Fought for Women to Fly in Space.

Geraldyn M. "Jerrie" Cobb, 1952-1998 papers.

Jade Raymond

(Canadá, 1975)

Jade Raymond

Informática, programadora y productora de videojuegos, es una de las figuras más importantes de la industria. Actualmente ocupa una de las vicepresidencias de Google, para estar a cargo de Stadia, su nueva división de videojuegos.

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Fotografía deJade Raymond

Nació en Montreal en agosto de 1975. Creció en un hogar donde jugar videojuegos estaba menos mal visto que ver televisión. De niña, hizo sus primeras incursiones en programación a través de Logo, para construir robots. En la escuela, sus dos materias favoritas eran arte y ciencia. En su adolescencia, se dio cuenta de que podría haber una industria en la que pudiera combinar esos intereses; su gran afición por los videojuegos era una vocación: “Después de pasar todo un verano jugando, se hizo bastante claro para mí que tenía que hacerlos”.

El primer empleo de Jade Raymond consistió en ser auxiliar telefonista en un hospital, antes de que despertara en ella su sueño profesional. Se graduó en 1998 en Ingeniería Informática en la Universidad McGill de Montreal y también obtuvo un grado en Bellas Artes. Recuerda que en las clases de computación solamente había tres mujeres, mientras que en las de historia del arte era todo lo contrario. Raymond adoraba las asignaturas relacionadas con la ciencia y el arte; la mezcla de ambas materias que se da en el desarrollo de videojuegos reforzó su deseo de trabajar en la industria. Durante uno de los cursos tenía que desarrollar un proyecto que debía ser de arquitecturas y sistemas de microcomputadoras, pero para el proyecto de desarrollo de software ella desarrolló un videojuego.

Comenzó su carrera como programadora en el desarrollo de juegos infantiles educativos en IBM y Microsoft, donde fue becaria, formando parte del Grupo de Investigación Avanzado. Su primer trabajo en la industria de los videojuegos lo obtuvo con Sony Online, donde fue programadora de la saga online Jeopardy!, basada en el concurso televisivo del mismo nombre.

Unos años más tarde, cambió su rol a productora en Electronics Arts, donde se dedicó al diseño y adaptación de Los Sims para que conservara su atractivo en sus partidas a través de Internet; desde entonces ha seguido en la producción de juegos.

Jade Raymond probó un nuevo camino en un estudio independiente con un programa de composición musical para Apple II, pero la startup no despegó por falta de financiamiento.

Así, y después de siete años trabajando en Nueva York y San Francisco retornó a Montreal, para hacer juegos en el estudio Ubisoft Montreal. Raymond recuerda que no fue la mejor oferta económica que tuvo, pero sintió que estaba tomando el camino correcto. Raymond fue la productora del videojuego Los Sims Online3, así como la principal productora del juego de acción y aventura Assassin's Creed; su videojuego más famoso, que redefinió el género de acción con un mundo abierto que permitía una libertad de movimiento casi absoluta.

Además de su exitosa carrera en la industria de los videojuegos, Raymond forma parte de la junta de administración en Quebec de LOVE, una organización sin fines lucrativos dedicada a reducir la violencia juvenil en Canadá.

Con una fuerte personalidad, Jade Raymond participó en The Electric Playground, espacio televisivo del canal G4 TechTV en el que entrevistaba a desarrolladores y productores de videojuegos. La fama obtenida se vio ensombrecida por las críticas de la comunidad, ya que consideraban que su aspecto físico pesaba más que su talento para el éxito obtenido, y que Ubisoft comercializaba la hermosura de su productora de videojuegos. A pesar del acoso mediático, prosiguió su carrera y en 2009 fue seleccionada para dirigir el nuevo estudio de la compañía en Toronto.

En 2015 regresó a Electronic Arts, donde fundó Motive Studio, que desarrolló Star Wars Battlefront II. Para Raymond, este proyecto creativo requería del talento de diferentes edades, experiencias y orígenes; al tiempo que reconocía que integrar la diversidad era un reto.

En 2018 Raymond fue galardonada con el premio a honorífico por toda su carrera en el festival Fun & Serious, que incluye las primeras entregas deAssassin's Creed, el primer Watchdogs o The Sims Online, entre otros. A inicios de 2019, también recibiría otro reconocimiento, en el marco de los New York Video Games Awards 2019. Para muchas personas, Jade Raymond es una role model, fragmentos de su discurso tuvieron buena acogida y fueron tuiteados miles de veces por sus jóvenes seguidoras, volviéndolos virales. Para ella también es inspirador que cada vez más mujeres se interesen en ser desarrolladoras de videojuegos, una de las industrias más importantes.

En marzo de 2019, Google contrató a Raymond como vicepresidenta de su nueva división de juegos online, denominada Stadia.


Fuentes consultadas:

Jade Raymond recibirá un galardón honorífico en el festival fun and serious.

Jade Raymond, de Assassin's Creed al adiós de Motive.

Taking her game to a whole new level.

Stadia Games and Entertainment es la nueva división de juegos de Google liderada por Jade Raymond.

Masako Wakamiya

(Japón, 1935)

Fotografía de Masako Wakamiya

Informática, inició como desarrolladora de aplicaciones para Smartphone a los 81 años de edad. También se dedica a promover la adquisición de habilidades digitales entre las personas mayores, y la colaboración intergeneracional.

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Fotografía de Masako Wakamiya

Masako Wakamiya nació en 1935 en Suginami, que forma parte del área metropolitana de Tokio, la capital de Japón. Se graduó de la escuela secundaria de la Universidad de Tsukuba en marzo de 1954 e ingresó al Banco Mitsubishi en abril del mismo año, donde transcurrió toda su vida laboral, hasta su retiro en 1997.

Dedicada a proveer cuidados permanentes a su madre, que enferma y de avanzada edad no podía moverse y valerse por sí misma, Masako Wakamiya pasaba gran parte de su tiempo en casa. Su primer encuentro con la informática fue a principios de los años 1990; época en que muy pocos hogares contaban con una computadora, la cual ella compró justo antes de jubilarse. Fue aprendiendo cómo usarla y navegar en internet, esta herramienta fue muy valiosa para estar conectada con el mundo y establecer relaciones con otras personas.

Esta experiencia la inspiró a contarles a los demás lo maravilloso que es para las personas mayores ser alfabetas digitales e interactuar con la comunidad online. En 1999 fue una de las fundadoras del Mellow Club, asociación formada para ayudar a las personas jubiladas a incluirse en el mundo digital.

Harta de que la mayoría de las aplicaciones para Smartphones estuvieran dirigidas al público joven, Wakamiya sintió la obligación a hacer algo cuando notó la escasez de aplicaciones divertidas para personas de su edad, pues tanto el tamaño de las imágenes como del teclado sitúa a las personas mayores en desventaja: “Es muy fácil que perdamos en las aplicaciones cuando jugamos con personas más jóvenes, debido a que la velocidad en el movimiento de nuestros dedos no puede igualar la de ellos”.

Wakamiya propuso a varios desarrolladores la idea de crear un juego para las personas mayores, pero no encontró eco. Así que decidió abordar el asunto por su cuenta y logró algo que mucha gente que tiene la mitad de su edad no ha hecho: desarrollar su propia aplicación, dirigida a despertar el interés de las personas mayores en los teléfonos inteligentes.

Hinadan es una aplicación lúdica, basada en un tradicional festival de muñecas de Japón, en el que el jugador tiene que colocar muñecas en el lugar correcto, sin límite de tiempo para no generar estrés a las personas usuarias. Su creación fue un proceso que demoró aproximadamente medio año. Para desarrollar su aplicación Wakamiya tomó clases de código Swift –lenguaje de programación de Apple-, y también de inglés, para poder entender los manuales técnicos.

Su aplicación narra la tradición del Hinamatsuri (en la que se celebra la salud y bienestar de las mujeres japonesas) a un ritmo pausado para que cualquier persona de edad avanzada pueda seguir la lectura; además de tener íconos grandes, fáciles de identificar para quienes se entretienen con este juego, que fue incluido en la tienda de Appstore. Después del lanzamiento de la aplicación para iPhone en febrero de 2017, la Sra. Wakamiya se convirtió en una celebridad instantánea.

Por este logro fue invitada a la reunión anual de Apple para desarrolladores de software, denominada Conferencia Mundial de Desarrolladores (WWDC por sus siglas en inglés), celebrada en junio de 2017 en San José, California, donde el presidente ejecutivo de Apple, Tim Cook, presentó a Masako Wakamiya ante 5 mil 300 asistentes de 75 países; entusiastamente dijo que representaba una gran inspiración para él. En una plática durante el evento, Cook le preguntó aspectos muy concretos acerca de qué había tomado en cuenta para que las personas mayores pudieran utilizar bien su aplicación: “Wakamiya le explicó que tuvo en cuenta el hecho de que los ancianos tienen la vista y el oído menguante y que sus dedos ya no se mueven con tanta soltura".

Además de numerosas entrevistas con medios nacionales e internacionales, en septiembre de 2017, fue incluida como integrante del comité del gobierno japonés dedicado a la planificación de la Sociedad de Vida de Cien Años. En febrero de 2018 fue invitada a pronunciar un discurso como oradora principal en la sesión anual de la Comisión de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social.

Ella considera que es muy importante que las personas mayores se mantengan en sincronía con los tiempos, la sociedad, la ciencia y las tecnologías de la información. Resalta, por ejemplo, la ayuda que pueden brindarles los asistentes de voz de inteligencia artificial. Es promotora de la cooperación intergeneracional, para que jóvenes desarrolladores que quieran iniciar un emprendimiento, lo hagan con base en las necesidades de las personas ancianas, quienes pueden ser inversoras en estas startups.

Masako Wakamiya actualmente es directora de la Asociación de Escuelas de Banda Ancha de NPO, Vicepresidenta del Mellow Club, además de fundadora de Excel-art. Es autora de seis libros, entre ellos el titulado "Después de los 60, la vida será cada vez más emocionante".


Fuentes consultadas:

Kanagawa computer programmer, 82, recognized worldwide for efforts to keep seniors digitally engaged.

Masako Wakamiya: Creadora de apps a los 82 años.

Masako Wakamiya, la mujer que a los 81 años que crea su primera app.

Meet the 84-year-old Japanese app developer who inspired Tim Cook.

Adriana Ocampo Uría

(Colombia, 1955)

Adriana Ocampo Uría

Geóloga planetaria colombiana, directora del programa de ciencia de la NASA. Su labor incluye el descubrimiento del cráter de impacto en Chicxulub, que pudo causar la extinción de los dinosaurios; colaborar en misiones a Marte y supervisar los primeros viajes a Plutón y Júpiter.

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Fotografía de Susana Lizano Soberón

Nació el 5 de enero de 1955 en Barranquilla, Colombia, debido a la vida de constantes cambios de residencia, por el trabajo de su padre, que formaba parte del ejército colombiano. Ella es la mayor de tres hijas; a los tres años de edad, junto con su madre, de origen argentino, se trasladaron a Buenos Aires, donde nació su interés por la ciencia, siempre fomentado por sus progenitores, quienes animaban a sus hijas a cumplir sus sueños.

Adriana Ocampo desde pequeña sintió curiosidad por lo que había fuera de la Tierra: se asomaba al balcón de su casa y miraba con curiosidad la "bóveda celeste" como prefiere llamar al cielo. Con una extraña sensación al mirar las estrellas, se preguntaba qué eran esos puntitos de luz allá arriba, y se preguntaba si podría haber gente en ellos. Recuerda que la llegada de la misión espacial a la Luna, en 1969, la hizo desear estudiar el espacio.

Siendo adolescente, Adriana y su familia se mudaron a Pasadena, California, en Estados Unidos. Durante un viaje a Los Ángeles, se enteró que cerca había un laboratorio de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés); así que en cuanto pudo, participó como voluntaria en un proyecto del Laboratorio de Propulsión a Reacción (JPL, por sus siglas en inglés). Tuvo que esforzarse mucho en aprender inglés, que nunca había practicado en Colombia ni Argentina.

En 1973, a los 17 años de edad, consiguió su primer empleo formal en la NASA, como asistente técnica, pues ni siquiera había concluido la preparatoria. Esa fue una gran oportunidad, pues el proyecto en que participaba estaba diseñado para contar con mentorías. De esta forma, su mentor le propuso liderar el proyecto que debían desarrollar, pese a sentirse intimidada, pues su no dominaba el inglés, Adriana aceptó el reto.

Ocampo estudió Geología en la Universidad Estatal de Los Ángeles, y luego obtuvo una maestría en Geología Planetaria por la misma universidad. Después se trasladó a Holanda, donde obtuvo su doctorado en 1997, por la Universidad Libre de Ámsterdam.

En 1989, al examinar imágenes satelitales de la península de Yucatán en México, Ocampo distinguió el cráter Chicxulub de 130 millas de ancho, ocasionado por el impacto de un asteroide, que pudo haber provocado la extinción los dinosaurios hace 65 millones de años. Ella continúa estudiando el cráter "para comprender cómo este evento podría haber causado no solo una extinción masiva, sino también cómo afectó la evolución de la vida", señala.

En 1992, Ocampo recibió el premio a la 'Mujer del Año en Ciencias por la Comisión Femenil en Los Ángeles'. Además, obtuvo un galardón en el Premio de Ciencia y Tecnología de la Federación Chicana en 1997.

En 2005, fue una de las científicas investigadoras a cargo del espectrómetro de Rayos Gamma de la misión Mars Odyssey; colaborando en misiones como las Viking, las primeras que aterrizaron en Marte. También ha participado en proyectos de colaboración con las agencias espaciales de Europa y Japón; además de promover cursos de ciencia en países latinoamericanos y asiáticos.

La revista Discovery la ha catalogado como una de las mujeres más influyentes de la ciencia en la actualidad mundial. También ha sido nombrada en varios libros científicos.

Desde hace varios años trabaja en la sede de la NASA en Washington D.C. en la división de Ciencias Planetarias. Como líder ejecutiva del programa de ciencia de la NASA, denominado Nuevas Fronteras, uno de los programas paraguas de la agencia espacial norteamericana, que comprende el proyecto Nuevos Horizontes, debe supervisar las tres misiones que este abarca: Juno, Júpiter y Plutón.

La nave Nuevos horizontes partió en enero de 2006 de Cabo Kennedy, rumbo a Júpiter. Esta nave, del tamaño de un piano de cola pequeño, con siete instrumentos científicos a bordo y una tecnología que, al día de hoy, resulta inferior a la que tiene un Smartphone. En 2007 sobrevoló Júpiter y después tomó rumbo hacia Plutón, planeta enano situado ya en el cinturón de Kuiper, una región en forma de disco más allá de Neptuno donde se calcula que Puede haber cientos de miles de objetos helados y un billón o más de cometas.

Plutón deparó varias sorpresas: descubrieron nuevas lunas y apareció un planeta geológicamente activo, sembrado de materia orgánica, que le confiere un color rojizo; además, con hielo de agua y un océano subterráneo ubicado en el hemisferio sur. A finales de 2019, Nuevos Horizontes pasó junto a un pequeño y frío objeto del Cinturón de Kuiper conocido como Ultima Thule, recolectando datos sobre sobre uno de los objetos más primitivos del Sistema Solar.

Hace cuatro décadas no conocíamos ningún exoplaneta, se nos ha abierto una nueva visión de nuestro sistema solar, y dentro de la próxima década, podremos corroborar y descubrir, si hay vida fuera del planeta Tierra, ya sea en nuestro sistema solar o en la galaxia. Durante su trayectoria profesional, además de grandes descubrimientos científicos, también ha sido protagonista de otros cambios: la incursión de mujeres en un campo dominado tradicionalmente por hombres, quienes lentamente, han ganado posiciones en los equipos de los que ha formado parte.

Al respecto, Ocampo comenta: "Afortunadamente las cosas están cambiando, y cada vez más veo mujeres dentro de nuestro equipo. Tenemos que hacer mucho trabajo con las familias y los padres”, quienes a veces tienen la idea de que son las carreras clásicas las que deben estudiar sus hijas, y hay muchas jóvenes con vocaciones frustradas, que hubiesen podido ser excelente científicas, ingenieras y no la han seguido por no haber tenido el apoyo de su familia y de la sociedad. “Pero las mujeres tienen que superar los obstáculos. Yo siempre digo no hay NO, más bien hay muchas maneras de llegar al SI", asegura Adriana.


Fuentes consultadas:

The 50 Most Important Women in Science.

"Simplemente respondí al llamado de las estrellas": Adriana Ocampo.

Adriana Ocampo.

“En unos meses nuestra civilización va a descubrir un nuevo mundo”.

Ingrid Daubechies

(Bélgica, 1954)

Fotografía de Ingrid Daubechies

Matemática y física belga. Sus aportaciones en el campo de las ondículas en imágenes son base de la era digital, al permitir comprimir archivos gráficos con mínima pérdida de resolución y reconstruir imágenes precisas a partir de un reducido número de datos.

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Fotografía de Ingrid Daubechies

Ingrid nación en Houthalen, Bélgica, el 17 de agosto de 1954. Su padre, ingeniero civil de minas, y su madre, criminóloga apasionada por la historia, fueron fundamentales para desarrollar su interés por la ciencia: si conocía la respuesta, su padre se esforzaba en dar respuesta a sus preguntas científicas y matemáticas. Desde niña le gustaba saber cómo funcionaban las cosas, y cómo hacerlas; a los tejidos de sus muñecas les encontraba relación con las superficies curvas. Antes de cumplir seis años, ya estaba familiarizada con conceptos matemáticos complejos y, cuando no podía dormir, calculaba mentalmente las potencias de 2.

Otra gran influencia fue su profesor de física de la preparatoria, quien siempre explicaba con gusto a sus estudiantes; quienes van más allá del libro de texto o las recetas, son quienes dejan huella en su alumnado, señala.

Daubechies ingresó a la Universidad Libre de Bruselas a los 17 años de edad. No estaba segura si estudiar matemáticas o física, pero escogió la segunda cuando asistió a un curso sobre la óptica de Fourier, algo simplemente fabuloso, recuerda. Después de completar sus estudios de licenciatura en Física en 1975, trabajó tanto en el Centro CNRS de Física Teórica en Marsella como en su propia alma mater, para desarrollar el material de su tesis de doctorado, enfocada en las matemáticas de la mecánica cuántica, grado que obtuvo en 1980. Durante los primeros años de su carrera, y hasta 1987, permaneció en la Universidad Libre de Bruselas, pero luego se dirigió a los Estados Unidos para integrarse al equipo de investigación de los Laboratorios Bell AT&T. Durante ese periodo pudo dedicarse de lleno al desarrollo de su trabajo científico, aunque extrañaba el contacto y las ideas de sus estudiantes.

Los aportes de Daubechies en la década de 1980 a la teoría de las ondículas, relacionadas con el procesamiento matemático de datos y señales, han resultado cruciales para desarrollar el sistema de imágenes comprimidas en archivos JPEG 2000 (mucho más avanzado que los JPEG originales). Dicho sistema, ideal para transferir grandes cantidades de información visual sin perder calidad, constituye la base del cine digital. Entre otras aplicaciones prácticas, ha permitido recibir en la Tierra las imágenes tomadas por el telescopio espacial Hubble, así como estudiar las ondas gravitatorias cósmicas provocadas por las colisiones de agujeros negros, captadas también por los radiotelescopios, y acelerar el diagnóstico médico por imágenes.

En 1993 se incorporó a la universidad de Princeton como profesora de matemática computacional, donde más tarde se convirtió en la primera mujer profesora de Matemáticas de tiempo completo de dicha institución, en la cual permaneció hasta 2011. Desde ese mismo año es catedrática de matemáticas en la Universidad de Duke. La Fundación Simons le otorgó una subvención de 1.5 millones de dólares para su trabajo en esa universidad, a la que considera un campo fértil para el trabajo interdisciplinario, incluso con la historia del arte, la restauración y conservación de las obras de arte.

En 2005, Ingrid Daubechies se convirtió en la tercera mujer desde 1924 en impartir la Conferencia Josiah Willard Gibbs, patrocinada por la Sociedad Matemática Norteamericana. Su charla fue sobre "La interacción entre el análisis y el algoritmo". Además, es la primera mujer en presidir la Unión Matemática Internacional (2011-2014).

En 2012, el rey Alberto II de Bélgica le otorgó el título de Baronesa, en reconocimiento de su trayectoria profesional.

Ha recibido numerosos premios, entre otros, el Premio Nemmers en Matemáticas (2012) y el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Ciencias Básicas (2012) junto a David Mumford. Su trabajo es una contribución permanente, no solo a las matemáticas, también a la ciencia y la ingeniería. Para reconocer la trascendencia de sus aportes, en junio de 2020 Ingrid Daubechies recibió el premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, junto con otros tres matemáticos.

Para Daubechies, las matemáticas son una herramienta de la física; una muy poderosa, para la que solamente se requiere el poder de la mente para plantear y resolver problemas, por lo que se requiere menos inversión de equipo y laboratorios. En ese sentido, su enseñanza puede ser más sencilla que otras ciencias, y gracias al internet, difundirse ampliamente. Por eso es importante impulsarla en los países en desarrollo, ligada a su parte aplicada; pero también, romper con mitos de que no será una carrera bien pagada, lo cual puede ser cierto, si no se le da el reconocimiento que merece, y en la cual las mujeres pueden desarrollarse a la par que los hombres, porque la capacidad es igual para unos y otras. Las barreras para que las mujeres destaquen en las matemáticas y las ciencias son de otro tipo, como la desvalorización de sus méritos, señala, respecto a los comentarios que a veces hacen sus colegas cuando se refieren al “poco interés” de las mujeres en tener una carrera científica.


Fuentes consultadas:

Otorgan el Premio Princesa de Asturias a equipo internacional de matemáticos.

Ingrid Daubechies: Especialista en Ondículas.

Maths is (also) for women.

Interview with a mathematician: Ingrid Daubechies.

Rachel Zimmerman

(Canadá, 1972)

Rachel Zimmerman

Física, a los doce años de edad inventó la impresora Blissymbols, para ayudar a las personas con discapacidad motriz a comunicarse mediante símbolos que se traducen a lenguaje escrito. Trabaja en la NASA en temas de inteligencia artificial y educación científica.

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Rachel Zimmerman

Rachel Zimmerman nació en Londres, provincia de Ontario, Canadá. Desde temprana edad era curiosa, con gran interés por el arte, la música y especialmente, la ciencia. Ella tenía un modelo a seguir en su madre, Linda Zimmerman, fundadora y presidenta de su propia compañía de software, quien le dio a Rachel inspiración para ingresar al campo de la tecnología.

Rachel considera que desde niña era una científica, pues siempre sentía curiosidad por conocer el origen de las cosas, con una capacidad de asombro sobre todo el universo, que mantiene hasta hoy día.

El punto de inflexión en su vida llegó cuando cursaba el sexto grado de primaria: debido a su interés en saber cómo se comunica la gente, mientras investigaba sobre Helen Keller y Louis Braille, encontró un libro que hablaba de los Blissymbols o símbolos Bliss. Con la idea de preparar su presentación para una feria de ciencias, se sumergió en todo sobre ese sistema de comunicación ideado para personas con discapacidad motriz grave, y decidió investigar otros métodos para mejorar su accesibilidad.

Resultado de esa inquietud, en 1984, a la edad de doce años, Rachel desarrolló un programa de software que utiliza los símbolos Bliss, los cuales consisten en un sistema de escritura ideográfica, inspirada en los caracteres chinos, concebido como un auxiliar para permitir comunicarse a las personas con dificultad o imposibilidad para hablar por la gravedad de su discapacidad física, como las personas con parálisis cerebral.

La innovación de Zimmerman consistió en que la persona usuaria de su programa se comunica señalando varios símbolos en una página o tablero mediante el uso de un panel táctil especial: al tocar un símbolo, la "Blissymbol Printer" lo traduce a un lenguaje escrito (inglés o francés). De esta manera, quienes la usan pueden registrar sus pensamientos o comunicarse por correo electrónico.

La Blissymbol printer de Zimmerman ganó el primer lugar en la Feria Regional de Ciencia del Distrito de London; en 1985 obtuvo la medalla de plata en la competencia a nivel nacional realizada en Ontario y fue a competir en la Exposición Mundial de Logros de Jóvenes Inventores (1985), realizada en Bulgaria. Posteriormente, el software también ganó el Premio Juventud de la televisora canadiense YTV Televisión.

En 1995 Zimmerman se graduó de la licenciatura en Física en la Universidad de Brandeis, en Boston, Massachusetts, después de lo cual regresó a Canadá y se matriculó en la Universidad de Ontario Occidental para estudiar una maestría en Astronomía pero, a los dos meses de haber comenzado los cursos, un automóvil la atropelló cuando ella montaba su bicicleta y tuvo que abandonar el programa. Obtuvo su maestría en Ciencias Espaciales por la Universidad Internacional del Espacio en Estrasburgo, Francia, en 1998.

Trabajó en el Centro de Investigación Ames de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA por sus siglas en inglés), la Agencia Espacial Canadiense, la Sociedad Planetaria y el Instituto de Tecnología de California (Caltech).

Desde 2003 se ha desempeñado como especialista en educación sobre tecnología y tecnología del sistema solar y divulgación pública en el Laboratorio de Propulsión a Reacción (JPL por sus siglas en inglés) de la NASA, incluida la divulgación de dos proyectos de astrobiología: Icy Worlds y el proyecto Titán como sistema químico prebiótico. También es especialista en educación formal para la misión Cassini-Huygens a Saturno y Titán y ha estado a cargo de la coordinación de los programas de pasantías de verano de Iniciativas de Educación para Minorías del JPL.

Actualmente Zimmerman trabaja en el compromiso público con el sistema de energía de radioisótopos, así como en el programa de ciencia ciudadana GLOBE Observer. Ella es la gerente del proyecto Panoptes, donde las personas construyen sus propios telescopios para la búsqueda de exoplanetas. Además, es la organizadora del concurso internacional anual "Científico por un día", para estudiantes de secundaria y preparatoria, y dirige los talleres de desarrollo profesional para maestros en las conferencias anuales de la Asociación Nacional de Maestros de Ciencias y la Asociación de Maestros de Ciencias de California.

Con su interés en la tecnología espacial e inteligencia asistencial, Rachel Zimmerman continúa con el objetivo de adaptar las innovaciones tecnológicas de la NASA a las necesidades de las personas con discapacidad.

De 2013 a 2016, presidió la junta de Educación en Ciencias para Estudiantes con Discapacidades, de la cual es integrante desde 2010. Ha recibido reconocimiento internacional por sus innovaciones en el campo de la tecnología de asistencia. Zimmerman es confundadora del Foro de Generación Espacial, del Club de Mujeres en Ciencias de la Universidad de Brandeis y de la Asociación para el Desarrollo de la Medicina Aeroespacial de la Universidad McGill de Montreal.


Fuentes consultadas:

Rachel Zimmerman Biography.

Rachel Zimmerman Brachman.

Rachel Zimmerman, la inventora de la impresora Blissymbols.

TheWIFTS - Rachel Zimmerman.

CWSF 1985 Alumna Honoured at 2011 Women in Film and Television Showcase

Susana Lizano Soberón

(México, 1957)

Fotografía de Susana Lizano Soberón

Astrofísica. Profesora emérita de la UNAM, especialista en en el estudio teórico de la formación de las estrellas del universo. Segunda mujer en presidir la Academia Mexicana de Ciencias.

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Fotografía de Susana Lizano Soberón

Estela Susana Lizano Soberón nació en la Ciudad de México el 29 de marzo de 1957. Desde pequeña sentía gran curiosidad por saber cómo era la naturaleza que la rodeaba: la escuela no se le hacía difícil, pero las clases le aburrían; solo le llamaban la atención los libros que hablaban del agua, las nubes y el cielo. Cuando era estudiante de secundaria le gustaban la física y las matemáticas, porque eran materias en las que no tenía que aprender cosas de memoria y le parecían divertidas.

En la preparatoria estaba indecisa sobre qué carrera seguir, optó por la Física, pues es una disciplina muy “elegante, con explicaciones clara y precisas de los procesos de la naturaleza”. Aunque su familia, muy tradicionalista, esperaba que estudiara otra carrera, no se opusieron a que escogiera una carrera que no era muy usual; así que en 1976 ingresó a la licenciatura en Física en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Quizás pensaban que al final de cuentas se iba a casar y dedicarse al hogar; su preocupación comenzó cuando vieron que, en lugar de ello, Susana estaba interesada en seguir estudiando.

Se decidió por la astronomía después de una clase de dinámica de gases aplicada al medio interestelar, porque con ecuaciones de dinámica de gases es posible explicar fenómenos que ocurren en las nubes del medio interestelar; así nació una pasión que no ha terminado, a la cual le ha dedicado todo su tiempo y trabajo como académica.

Cursó la maestría y el doctorado en astronomía en la Universidad de California, en Berkeley. Después de una estancia posdoctoral en el Observatorio Astrofísico de Arcetri, en Florencia, Italia, en 1988 se incorporó al Instituto de Astronomía de la UNAM y, en 1996, se trasladó al campus Morelia de la misma.

En 2006 cofundó el Centro de Radioastronomía y Astrofísica (CRyA) de la UNAM, en Morelia, Michoacán. Fue directora del CRyA de 2007 a 2015; donde estuvo a cargo de su transformación a Instituto. Durante su gestión logró que sea reconocido a nivel internacional por la calidad de sus investigaciones y formación de recursos humanos. Susana Lizano ha impartido clases de Astronomía y Física en la UNAM y en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

La doctora Lizano estudia la formación de estrellas en nuestra galaxia, campo que ha tenido un gran desarrollo durante los últimos treinta años, gracias a los poderosos radiotelescopios que pueden penetrar a las regiones donde se forman las estrellas. Sus aportaciones como investigadora han contribuido a tener una mejor comprensión del fenómeno del nacimiento estelar, tanto desde el punto de vista teórico como observacional: modelos teóricos de cómo dentro de grandes nubes galácticas de polvo y gas se forman pequeños núcleos densos, y cómo éstos se condensan y colapsan por su propia gravedad, formando en su centro una estrella o grupo de estrellas. Para ello ha planteó conjuntar los fenómenos físicos que ocurren durante la formación de las estrellas y ver el orden en que se llevan a cabo, planteando cuatro etapas del nacimiento estelar.

Lizano también ha estudiado los poderosos vientos bipolares que se producen en los soles (estrellas) en formación, mucho más potentes que los de nuestro Sol, los cuales destruyen la nube materna de la que se forman, así como la formación de los discos protoplanetarios de polvo y gas alrededor de las estrellas, a partir de los cuales se forman planetas como el nuestro.

Susana Lizano recalca que el campo de investigación es muy vasto y siempre en constante transformación. Además de abordar el estudio de los cuerpos celestes, resulta de gran interés poder detectar señales de actividad biológica fuera de nuestro planeta, o incluso pensando que hay otras bases de la vida que no sea el agua líquida.

Ha recibido numerosas distinciones nacionales e internacionales en reconocimiento a su trayectoria académica, entre los que destaca el Premio Nacional de Ciencias en 2012. Entre otras actividades a nivel internacional, de 1997 a 2003 fue integró del Grupo de Trabajo sobre Formación Estelar y de 2003 a 2003 formó parte del Comité Organizador de la División de Medio Interestelar de la Unión Astronómica Internacional. Además, ha sido integrante de instancias que agrupan a la comunidad científica mexicana: fue presidenta de la Sociedad Mexicana de Física de 2015 a 2016. En 2018 ingresó al Colegio Nacional, fue la primera mujer miembro del área de ciencias exactas. Luego de ser Vicepresidenta de la Academia Mexicana de Ciencias, desde julio de 2020 asumió la presidencia de dicha institución científica, puesto que solamente había sido ocupado por otra mujer, desde su fundación en agosto de 1959.

Respecto al dilema de combinar una carrera científica y el ser madre, Lizano señala que hay que trabajar mucho y prepararse, en primer lugar; saber que no todas las personas que estudien una disciplina científica van a trabajar en la academia, pues hay espacios de trabajo que se abren en las áreas de aplicación de la ciencia y la tecnología, en el que las mujeres se pueden desarrollar a la par que los hombres. Sin embargo, hay una presión en nuestra cultura por la que, desafortunadamente, se le delega a la mujer la responsabilidad de atender a la familia; esa es la parte que hay que combatir: si se decide tener una vida en pareja, hay que elegir a la persona adecuada y hacer acuerdos para llevar la carga doméstica y familiar como una responsabilidad compartida. Además de que es derecho del hombre poder disfrutar la crianza de sus hijas e hijos, esas son cosas que deben cambiar.

En su caso, con dos hijos y un esposo que ha asumido su tarea a la par que ella, ha sido posible superar el reto de organizar su tiempo y trabajar arduamente en dos proyectos importantes: sus hijos y la astronomía. Hay que reflexionar que “los hijos se tienen por un tiempo finito y la carrera profesional se tiene para siempre, además seguramente ellos van a estar orgullosos de tener una mamá que trabaja”. En ese sentido, recalca que si las niñas y los niños ven que su mamá y su papá trabajan y ambos son responsables de la casa y la familia, eso ya es un cambio social, pues esa igualdad es la que buscarán en su vida adulta.


Fuentes consultadas:

La ciencia, un reto constante: Susana Lizano.

Investigadora Emérita Dra Susana Lizano Soberón.

Presidente. Dra. Estela Susana Lizano Soberón.

Diana Trujillo Pomerantz

(Colombia, 1980)

Diana Trujillo Pomerantz

Ingeniera aeroespacial, jefa del equipo de ingeniería del brazo robótico del rover Perseverance, que la NASA envió en la misión Mars 2020 para rastrear indicios de vida en Marte.

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Diana Trujillo Pomerantz

Diana es originaria de Cali, Colombia. De niña solía mirar el cielo en la noche estrellada para calmarse en mitad de una situación de “mucha violencia” que vivía el país. Diana recuerda que le gustaban las clases de física y química, preguntarse sobre el universo y las estrellas.

De las mujeres de su familia, Diana heredó la fuerza y el orgullo, saber que se puede triunfar frente a todos los obstáculos. Reconoce que a ella no le satisfacía pensar que su trabajo consistía en ser una “buena chica” y casarse; quería usar su intelecto y tener una carrera. Después del divorcio de sus progenitores, Diana emigró hacia Estados Unidos a los 17 años, recién concluida la preparatoria, pues su padre le dijo que era tiempo que ella hiciera su propia vida.

Al llegar a Miami, Florida, no conocía a nadie y tampoco hablaba inglés, solamente tenía 300 dólares para afrontar los gastos de alojamiento y comida mientras conseguía un trabajo para sobrevivir y mandar ayuda a su madre. Durante tres años tuvo distintos empleos, incluso uno como trabajadora del hogar, para cubrir sus gastos y tomar cursos de inglés.

Pero un día, algo la llevó a redireccionar su vida: se encontró con una revista que exaltaba el papel de las mujeres que han trabajado en la NASA (siglas en inglés de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio), y notó que la mayoría de esas mujeres tenían carreras de ingeniería aeroespacial o medicina.

Recordando su herencia y que ella podía triunfar, decidió que eso era lo que quería hacer, y Diana tomó la segunda gran decisión de su vida: “Sabía que, aunque no hablaba bien inglés, mis matemáticas eran muy buenas”. A pesar de que se sentía vieja, pues se graduaría de 26 años, no 21 o 23, que es la edad usual al concluir la universidad en Estados Unidos, se matriculó en Ingeniería Aeroespacial en la Universidad de la Florida. Otra dificultad adicional, es que su conocimiento de las computadoras era limitado, apenas las clases de media hora a la semana que recibía en la escuela, en equipos sin internet.

Hay momentos muy difíciles señala Trujillo, “en que no sabes qué va a pasar, que tienes miedo; pero son esos mismos los que definen quién eres”. Así que siguió adelante.

Diana recuerda que, en su clase, de ochenta estudiantes, solamente había tres mujeres. Trabajando para costear sus estudios, y ya casi a punto de concluir la licenciatura, se enteró que había una pasantía en la Academia de la NASA. La solicitud era muy grande, al menos 300 palabras por pregunta.

Diana decidió rendirse, pensando que no la aceptarían porque en ese entonces su inglés no era excelente. Pero un amigo que conocía sus sueños envió la solicitud por ella. Trujillo fue seleccionada para la pasantía en 2006; fue la primera migrante latina en formar parte del programa, que la llevó a conocer a astronautas, científicos e incluso, estar presente en un lanzamiento de la NASA.

Tras graduarse de la universidad, Trujillo trabajó por ocho meses en la empresa Orbital Sciences en un proyecto que compitió contra SpaceX. Al final de 2009, Trujillo y su esposo, William, se trasladaron a Los Ángeles, a trabajar en la sede de XPrize de esa ciudad. Allí, Trujillo se presentó al Laboratorio de Propulsión a Chorro en el Instituto Tecnológico de California (Caltech), (JPL, por su sigla en inglés), donde la NASA construye la mayoría de sus naves espaciales no tripuladas. La agencia la contrató sin que ella tuviera maestría o doctorado.

Comenzó trabajando en la Misión Curiosity, para enviar un rover a Marte. Examinaba al robot durante la madrugada, en las horas en que nadie más quería acudir al laboratorio. Su esfuerzo le valió llegar a ser la número cuatro de esa misión, al mismo nivel que gente con veinte años o más de experiencia, cuando Diana llevaba seis en la NASA.

Diana Trujillo reconoce que el apoyo que le brinda su madre, con quien vive, es fundamental para compaginar su carrera y su familia. Siendo madre ya de dos niños, como líder de la Misión Curiosity, hubo multitud de retos que superar para que exitosamente llegara a Marte; no obstante, sentía que aun podía obtener nuevos logros. Por eso se cambió a la siguiente fase, un proyecto de rediseño del Curiosity, para enviar otro rover a Marte: el Perseverance.

"Nunca se me ocurrió en mi vida que yo podría moverme de limpiar casas a llegar a esta situación trabajando con Mars Rover 2020”. Diana Trujillo lidera el equipo de trabajo encargado del diseño de un brazo robótico para extraer materiales del planeta rojo, y que es uno de los instrumentos integrados en el rover Perseverance, que la NASA lanzó con éxito el pasado 30 de julio, para buscar vida microbiana en Marte. El dispositivo fue lanzado acoplado al cohete Atlas V desde la plataforma de lanzamiento 41 del Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral.

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Lograr ese objetivo implicó que, por primera vez en la historia de las misiones de la NASA, se examinaran mecánicamente componentes robóticos de manera remota: Perseverance ya se encontraba en Florida a inicios de marzo, en tanto que Trujillo y su equipo debieron corregir una filtración de aceite en el brazo robótico y enviarlo posteriormente. Debido a la pandemia de COVID-19, los traslados de personas estaban cancelados y otro equipo debió integrarlo, mientras Trujillo supervisaba vía telefónica.

El rover tendrá un largo camino de siete meses hasta llegar a la órbita del planeta Marte a inicios del 2021. Perseverance buscará investigar la geografía y el clima marcianos en busca de vida actual o pasada. Con su brazo robótico recolectará muestras que serán estudiadas y comparadas con otros materiales que han llegado a la Tierra. En total, el rover controlará siete instrumentos científicos para estudiar la superficie marciana empezando desde el cráter Jezero, llevará a bordo 23 cámaras y dos micrófonos, para captar por primera vez ruidos en la superficie de Marte. Por otro lado, está equipado con el helicóptero Ingenuity para realizar el primer vuelo de una aeronave autónoma en otro planeta en la historia; que ayudará al rover Perseverance a encontrar posibles lugares para estudiar.

Ahora, Trujillo es líder del programa de operaciones de examinación de superficie, que deberá asegurarse que todo esté listo para cuando el centro de control de la misión empiece a ejecutar las primeras tareas de Perseverance en Marte.

Como mensaje a las niñas y niños latinoamericanos, Diana plantea que dediquen tiempo a aprender sobre algo que les gusta, a saber cómo funcionan las cosas; aunque no haya oportunidades, estas salen con el tiempo, señala.

Imagen Decorativa

Y, en especial, Diana Trujillo quiere incrementar la cantidad de mujeres latinas en el espacio, que las niñas piensen que pueden hacer lo que ella hace y hasta más; solamente hay 2% de mujeres latinas en los empleos STEM, por eso debemos contar nuestras historias, recalca: “si no nos ven, seremos solo una voz que desaparece sin fuerza y sin apoyo. Es nuestro deber elevar las voces femeninas, porque no somos invisibles o menos capaces. Somos iguales de inteligentes a cualquier otro hombre”.


Fuentes consultadas:

'Es nuestro deber elevar las voces femeninas, no somos invisibles'.

Diana Trujillo Pomerantz.

Diana Trujillo, la colombiana que lidera misión de la Nasa a Marte.

Lanzamiento de la misión Marte 2020 - Diana Trujillo.

Diana Trujillo. The 2019 MAKERS Conference.

María Cumplido Cabello

(España, 1992)

Fotografía de María Cumplido Cabello

Matemática, resolvió un problema matemático planteado durante veinte años; para solucionarlo combinó los ámbitos del álgebra y la geometría. Su trabajo se empleará en la seguridad informática.

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Fotografía de María Cumplido Cabello

María nació el 25 de abril de 1992 en Córdoba, España. De niña le gustaba la literatura y escribir. Aunque se le daban bien las matemáticas, nunca les dio mayor importancia, su interés surgió a los 13 años de edad cuando, después de unos cursos, sus tutores la impulsaron a participar en competencias: acompañó a una amiga a las fases provinciales de la Olimpiada Matemática THALES y María pasó a la fase nacional. Eso le gustó, porque resolver problemas era como un juego, que al ganar da mucha satisfacción, y siguió participando en certámenes que ponían a prueba su creatividad para resolver ejercicios matemáticos.

María tuvo que enfrentar estereotipos desde niña, como escuchar que las matemáticas son difíciles: “eso es un mito”, afirma que, a fuerza de repetirlo, en el colegio te enfrentas a las matemáticas con miedo, pero después te das cuenta que hay videojuegos que son más difíciles que muchas asignaturas de la universidad. Otro mito es que las matemáticas son para gente brillante, a la par que se dice que los niños destacan en las matemáticas porque son inteligentes y las niñas porque son trabajadoras, lo que la llevó a veces a dudar de su capacidad.

Estudió el bachillerato tecnológico, con la idea de estudiar una ingeniería, pero su pasión por las matemáticas dominó. María Cumplido reconoce que su madre y su padre, ambos profesores, son la razón de sus éxitos en la vida, pues siempre le procuraron una buena educación pública y le dieron toda la libertad a la hora de elegir aficiones y preferencias académicas.

A los 18 años decidió que quería dedicarse a las ciencias, y a fuerza de perseverancia destacó en sus estudios. Se matriculó en la Universidad de Sevilla, donde descubrió que la matemática pura era su campo de interés, en particular el álgebra. El último año de la carrera lo cursó en la Universidad Pierre et Marie Curie en París; su trabajo de fin de grado consistió en programar en C++, un algoritmo que hacía cálculos con unos objetos geométricos denominados trenzas.

Cumplido Cabello, doctora en Matemáticas por la Universidad de Sevilla presentó su tesis para obtener un segundo doctorado, ahora de la Universiad de Rennes, en Francia en 2018, con el que resolvió un problema matemático planteado en 2001, obteniendo el segundo premio de la Fundación Rennes 1 a la mejor tesis en Matemáticas y Ciencias y Tecnologías de la Información y Comunicación. Por este logro también recibió uno de los premios de Matemáticas Vincent Caselles 2020 otorgados por la Real Sociedad Matemática Española.

Su doctorado implicó una labor de cinco años de trabajo, aunque para resolver el problema, Cumplido tardó casi un año y medio, pero las matemáticas no son un proceso lineal, “puedes pasarte meses encallada y avanzar más en tres días que en tres meses” apunta. El ánimo de su director de tesis fue fundamental, quien le recordaba lo valiosa que era, cuando lloraba frente a las circunstancias adversas.

La solución dada al problema ofrece una combinación de dos ámbitos mátemáticos. Como ella señala: “yo investigo la teoría de grupos, que siempre se ha enfocado desde el álgebra, pero, por otro lado, los campos en los que yo trabajo son los grupos de Artin, los grupos de Trenzas, que en cambio, tienen definiciones geométricas. Así que, creo que nuestro principal hallazgo ha sido tomar definiciones que son geométricas y llevarlas al álgebra, a los grupos de Artin. Es la unión de geometría y álgebra.”

Se conoce muy poco sobre los grupos de Artin. Ahora, hay muchas opciones por explorar, pues se ofrecen herramientas inéditas a las y los matemáticos que trabajan en teoría de grupos, así como herramientas geométricas a las y los algebristas. En términos prácticos, el trabajo de María Cumplido en matemática pura, puede tener aplicaciones en la seguridad informática, al poder desarrollarse criptosistemas. Sin embargo, es un camino largo, señala, primero hay que conocer muy bien el objeto matemático teórico, antes de poder aplicarlo en beneficio de la sociedad.

Respecto a la importancia de que el común de la gente cuente con una buena base de conocimientos matemáticos puede observarse actualmente con la pandemia de COVID-19: "A una población que no sabe matemáticas es muy fácil engañarla, basta con ponerle una estadística por delante sin analizar bien los datos, como si enseñaras un texto en un idioma que la población no conoce y te inventarás la traducción".

María Cumplido es una trotamundos, en parte, debido a la dificultad de desarrollar una carrera como investigadora científica, pues no se consiguen empleos fijos. Ha cambiado de residencia tres veces en cinco años, lo que le ha permitido conocer varios países, hablar tres idiomas y conocer diversidad de gentes, costumbres y culturas.

Ha sido alumna y docente en Francia, donde puede conseguirse un contrato para llevar a cabo investigación postdoctoral; sin embargo, en ese país la educación es elitista, pues no cuentan con universidades públicas, accesibles y de calidad, como sí ocurre en España. Señala que en su país natal hay más igualdad de oportunidades en el sistema educativo; sin embargo, como profesionistas, quienes estudian matemáticas tienen opciones para dedicarse a la docencia, pero el área de investigación es restringida.

Entre 2018 y 2019 trabajó en la Universidad de Dijon, Francia, con un contrato postdoctoral. Actualmente es investigadora postdoctoral en la Universidad Heriot-Watt en Edimburgo, con un contrato financiado por el Consejo de Investigación en Ingeniería y Ciencias Físicas de Reino Unido (EPSRC).

Espera que su trayectoria la lleve a una oportunidad para dedicarse a la investigación y la docencia en España, para alimentar el proceso de investigación con la interacción con el alumnado; eso es más estimulante, porque dan una satisfacción semanal, algo que la investigación puede denegar durante meses, porque suele ser muy frustrante y paralizante si no hay avances en una investigación o solución de un problema.

María Cumplido deja en claro que, para dedicarse a las matemáticas, se requiere dedicar mucho trabajo, basado en el esfuerzo y la curiosidad. Es un mito que para destacar hay que ser un genio distinguido y sobresaliente, lo cual también es un estereotipo, el de los “hombres brillantes”, que aleja a las niñas y las jóvenes de las matemáticas, como demuestran muchos estudios, los cuales permiten explicar por qué son tan pocas las mujeres matemáticas. Por ejemplo: cuando a estudiantes de cinco a seis años de edad se les pide que resuelvan un ejercicio y se les dice que es de matemáticas, los niños lo resuelven mejor; cuando se les dice que es un dibujo, destacan ellas, aunque la actividad es prácticamente la misma.

La razón de esas diferencias está en la socialización, a las niñas se les enseña una cosa y a los niños otra, incluso jugamos diferente, subraya. A las niñas que no siguen la tendencia y disfrutan las matemáticas se les tacha de “raras”, mientras que a los niños se les recompensa “porque tienen talento”.

Al igual que sus colegas mujeres, esta situación la padeció María, por lo que es muy importante que haya visibilización de las mujeres en la ciencia, así como medidas especiales para que avancen profesionalmente y puedan romper el techo de cristal. Sin embargo, lo más importante es romper los roles de género y cambiar la forma en que se educa a niñas, niños y jóvenes: “el problema seguirá existiendo si no lo atacamos de raíz y dejamos de lado el rosa para ellas y el azul para ellos, dejar de asociar sentimientos y comportamientos determinados a ser mujer.”


Fuentes consultadas:

María Cumplido Cabello.

María Cumplido, de las playas de Isla Cristina a obtener el segundo premio a la mejor tesis en Matemáticas de la fundación francesa de Rennes.

"Hay que desmitificar al genio": la española María Cumplido hace historia en las matemáticas.

María Cumplido, la científica que resolvió un problema matemático planteado en el 2000.

María Cumplido: la investigadora que ha ganado el premio Vincent Caselles.

Mary Sherman Morgan

(Estados Unidos, 1921- 2004)

Mary Sherman

Química. Primera mujer científica de cohetes de Estados Unidos. Experta en diseño y cálculo de propulsores, gracias a sus investigaciones en combustibles para cohetes se logró poner en órbita el primer satélite estadounidense.

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Mary Sherman

Mary Sherman Morgan nació el 4 de noviembre de 1921 en una granja de Dakota del Norte, en el poblado de Ray, que en ese entonces contaba con apenas 500 habitantes, quienes vivían de la agricultura.

Mary fue la quinta hija de los Sherman, quienes no la enviaron a la escuela, pues debía trabajar en la granja familiar, hasta que los servicios sociales del distrito obligaron a que asistiera a clases y le dieron a Mary un caballo para que se trasladara a la escuela. En aquel momento, Mary tenía ya ocho años. Sin embargo, este retraso no pareció afectarla: de ser la niña mayor incómoda en la clase, su brillantez natural y su curiosidad la convirtieron en la mejor estudiante de la clase en el momento de su graduación de la escuela secundaria. Después se inscribió en la Universidad Estatal de Minot, Dakota del Norte, para estudiar química.

Conocedores de sus habilidades en química, sus profesores le dieron su nombre a un reclutador de Plum Brook Ordnance Works, una de las principales compañías fabricantes de explosivos y otras armas para el ejército estadounidense. Durante la Segunda Guerra Mundial, los hombres se habían reclutado como soldados y las fábricas estaban desesperadas por contratar científicos e ingenieros talentosos para satisfacer las demandas de producción. Las mujeres comenzaron a ocupar muchos puestos de trabajo, ante la escasez de mano de obra.

A pesar de no haber obtenido aún su título universitario, Plum Brook contrató a Mary Sherman, quien comenzó a trabajar como analista química. Allí estuvo encargada de la fabricación de material explosivo como trinitrotolueno (TNT), dinitrotoluenes (DNT) y pentolitas. Analizar la pureza de los compuestos volátiles y tóxicos era un trabajo peligroso, pero su conocimiento de los procesos químicos y la atención que ponía en los detalles la mantenían segura y apreciada durante los largos turnos de trabajo.

Este puesto fue crucial para su carrera; por una parte, tuvo que dejar sus estudios de química en la universidad y por otra, adquirió la experiencia necesaria para obtener un nuevo empleo al final de la guerra, en la compañía fabricante de aviones llamada Aviación Norteamericana (NAA por sus siglas en inglés), lo que cambiaría la historia aeroespacial norteamericana.

El fin del conflicto armado implicó la disminución en la demanda de insumos bélicos, así como el regreso de los soldados a ocupar los puestos de trabajo, con el consiguiente despido de muchas mujeres. Ante este panorama, en 1947 Sherman hizo la transición de la industria de municiones al floreciente campo de la aeronáutica. Tras solicitar y obtener un puesto en la aviación norteamericana de California, se mudó a Canoga Park, California, donde pasó a formar parte de la División Rocketdyne, con una función principal: calcular matemáticamente el rendimiento esperado de los nuevos propulsores para cohetes.

Mary Sherman era la única mujer en un departamento de 900 ingenieros hombres, pero su experiencia durante la guerra en Plum Brook se combinó con sus habilidades para el análisis matemático, que fue desarrollando, para superar el hecho de que nunca completó formalmente la universidad. Sin embargo, debido a que carecía de un título universitario, aunque llevaba a cabo el trabajo de un ingeniero, fue designada oficialmente como analista, pues no tenía derecho a un rango más alto, por lo que tampoco obtenía el salario correspondiente al trabajo que realizaba.

Su campo de experiencia fue el análisis de propulsores: diseñaba combustibles especiales que permitieran maximizar la producción de diferentes tipos de motores. La propulsión de un motor implica la combinación de un combustible (una sustancia que se quema cuando se combina con oxígeno) con un oxidante (una sustancia que libera oxígeno); Sherman contaba con un conocimiento enciclopédico de todos los combustibles y oxidantes disponibles, tanto su disponibilidad comercial como sus propiedades químicas. Para 1957, Sherman era la analista de propulsores más preciada de NAA, por lo que ella estaría a cargo del trabajo que solicitaría el gobierno de los Estados Unidos a la NAA: una tarea aparentemente imposible.

La carrera espacial estaba candente. En el mes de octubre de 1957 la Unión Soviética consiguió poner en órbita el Sputnik, su primer satélite espacial, y Estados Unidos estaba desesperado por superar la desventaja. Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos del equipo de ingenieros del científico alemán Wernher von Braun, quien encabezaba el naciente programa de cohetes de Estados Unidos, sus cohetes no conseguían despegar con la fuerza suficiente como para ponerse en órbita.

El equipo de Von Braun sabía que, si no podían crear un propulsor que funcionara con su sistema actual, la única otra opción era un rediseño completo, que podría llevar años, y el tiempo era algo que no tenían. Dado que la agencia espacial estadounidense no conseguía dar con la clave para impulsar sus naves al espacio y la presión para mejorar rápidamente sus propulsores crecía, la North American Aviation, recibió el desafío, que a su vez recayó en Mary Sherman, su mejor diseñadora de propulsores.

Mary Sherman Morgan (después de su matrimonio con un ingeniero que trabajó con ella en la división Rocketdyne) lideró el proyecto que debía brindar una solución a un problema que los líderes mundiales en el campo no habían podido resolver; para lo cual la compañía le dio dos reclutas recién egresados de la universidad.

No solamente estaba en juego el trabajo de Sherman, también el destino del programa espacial de los Estados Unidos. Después de investigar y descartar sistemáticamente todos los combustibles conocidos, como imposibles de obtener, tóxicos o insuficientes para la tarea, se lanzó a la tarea de inventar un nuevo combustible: luego de varias semanas de ensayos, propuso diseñar una mezcla de combustible propio utilizando una mezcla de dimetilhidrazina asimétrica al 60% (UDMH), que era una opción de combustible conocida, con 40% de dietilentriamina (DETA), que era un químico nuevo y no probado con una densidad inusualmente alta. La combinación, bautizada como hydyne, resultó ser exactamente la solución necesaria para impulsar los cohetes de von Braun, y fue el propulsor que puso en órbita el primer satélite de Estados Unidos, el Explorer-I, en enero de 1958.

El propulsor fue probado en varios vuelos antes de realizar el definitivo: el 31 de enero de 1958, a las 22:48 horas, los norteamericanos lanzaron el Explorer I a bordo del cohete sonda Juno I. Este satélite estuvo en órbita hasta el 31 de marzo de 1970, fecha en la que se precipitó al océano Pacífico.

Sin embargo, mientras von Braun se convirtió en una figura mundialmente conocida, Mary Sherman Morgan y sus contribuciones nunca llegaron a recibir el reconocimiento merecido.

Después de haber diseñado el propulsor que rescató el programa espacial de Estados Unidos, Morgan se retiró silenciosamente luego del nacimiento de su segundo hijo. Privada del trabajo que desafiaba su mente privilegiada, pasó la mayor parte de las décadas siguientes en casa, donde adquirió el hábito de fumar incesantemente.

Gran parte de su trabajo se llevó a cabo durante la época de macartismo y la Guerra Fría, por lo que se clasificó como altamente secreto, y, si algún empleado daba detalles de lo que hacía, podía ser acusado de traición. Por este motivo y, según sus familiares, debido a su modestia, Mary Sherman fue hermética respecto a su trabajo y logros personales.

Tras su muerte por enfisema pulmonar el 4 de agosto de 2004, y luego de que el periódico local se negara a publicar el obituario escrito por su hijo George D. Morgan, bajo el argumento de que los datos que él daba sobre la historia y la obra de Mary Sherman no podían corroborarse, este se dispuso a rescatar del olvido la carrera de su madre. Descubrió el papel fundamental que se había mantenido oculto durante medio siglo, gracias a las pláticas que sostuvo con los excolegas de Sherman y algunos documentos que pudo recuperar.


Fuentes consultadas:

"Mi madre fue la primera científica de cohetes".

Mary Sherman Morgan, The World’s First Woman Rocket Scientist.

Mary Sherman Morgan, la primera científica de cohetes.

Shirley Ann Jackson

(Estados Unidos, 1946)

Fotografía de Shirley Ann

Física. Primera mujer afroamericana en obtener un doctorado del MIT; sus experimentos permitieron desarrollar la fibra óptica, el identificador de llamadas y la llamada en espera. Primera mujer y primera persona afroamericana en presidir la Comisión de Regulación Nuclear de los Estados Unidos.

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Fotografía de Mariel Perez

Shirley Ann nació el 5 de agosto de 1946 en Washington, D.C. Su padre fue soldado durante la II Guerra Mundial y al término del combate, trabajó como cartero y taxista; su madre era profesora y posteriormente, cuidadora de niños con discapacidad intelectual. Ambos impulsaron a Shirley Ann en sus estudios; su padre la animaba a interesarse por la ciencia y la ayudaba con sus proyectos escolares. Ann Shirley se interesaba en estudiar los ritmos circadianos de las abejas que capturaba en las flores y arbustos cercanos a su casa.

Su infancia transcurrió durante la época de la segregación racial en Estados Unidos, ella inició su educación en una escuela segregada, pero a raíz de la decisión de la Corte Suprema de 1954, que exigió la integración de las escuelas, Jackson fue incorporada a la Barnard Elementary School, para población blanca y de clase media; lo que demandó de Shirley Ann un gran esfuerzo para alcanzar el nivel formativo del resto del alumnado.

En sexto grado fue incorporada al grupo de alto rendimiento y en 1964, fue quien pronunció el discurso al concluir su educación media en la Roosevelt High School. Ese mismo año ingresó al Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés): de 900 estudiantes, solamente 43 eran mujeres, dos de ellas afroamericanas, grupo que escasamente sumaba una veintena de alumnos en el MIT; ella fue la única matriculada en Física Teórica.

Durante su estancia en el MIT se mantuvo aislada del resto de sus compañeras, ya que, cuando intentaba unirse a sus equipos para resolver los ejercicios que dejaban sus profesores, ella anunciaba que ya tenía resueltos la mitad y podía rápidamente concluir los otros, pero usualmente le decían: "Vete de aquí, no insistas, ¿que no oíste?" Entonces, ella regresaba a su habitación a llorar. Pero después de un tiempo se dijo a sí misma: "Bueno, tengo que entregar estos problemas de física, me tengo a mí misma, a terminar el trabajo". Además, los estudiantes evitaban sentarse a su lado en salas de conferencias. Si se unía a otras personas en el comedor, se apresuraban a terminar sus alimentos para alejarse de ella.

Jackson se graduó en 1968 en Física y Ciencia de los Materiales. Con una beca de la Corporación Martin Marietta, se matriculó en el posgrado. Permaneció en el MIT en parte porque reconocía el prestigio de doctorarse en esa institución, y en parte para no darle el gusto de verse derrotada a toda la gente que le hizo la vida dura allí. Al inicio de su estancia de posgrado se mantuvo como una estudiante silenciosa, dedicada a su trabajo, hasta abril de 1968, cuando asesinaron al activista Martin Luther King.

Ann Shirley se percató que se encontraba en una posición desde la cual debía incidir para lograr que el MIT tuviera una apertura hacia las minorías. Se involucró en la creación de una organización de estudiantes afroamericanos y realizó una gira por el Medio Oeste norteamericano para reclutar más estudiantes de ese grupo; también organizó un programa de verano, cuya finalidad era proveerles soportefacadémico y apoyarlos a aclimatarse al ambiente académico de la institución. En medio de un periodo de agitación y activismo político, Ann Shirley Jackson siempre proclamaba que lo importante era enfocarse en el desempeño académico y no distraerse. Concluyó su doctorado en 1973 en Física de Partículas Elementales (física nuclear). Fue la segunda mujer afroamericana que obtuvo un doctorado en Física en los Estados Unidos, y la primera en doctorarse en el MIT.

Durante dos años trabajó en el Laboratorio Nacional de Aceleradores (conocido como Fermilab) en Batavia, Illinois, donde se encontraba un potente acelerador de partículas subatómicas; en 1975 recibió una beca de la Fundación Ford para trabajar en el Consejo Europeo para la Investigación Nuclear (CERN por sus siglas en francés) de Ginebra.

En 1976 fue contratada por los Laboratorios Bell en Murray Hill (New Jersey) para investigar en Física del Estado Sólido, en Física Cuántica y Física Óptica, donde colaboró por quince años. En ese periodo fue autora o coatura de casi cien estudios sobre física teórica, física cuántica y del estado sólido, y óptica, alcanzando gran prestigio en la investigación de las propiedades ópticas y electrónicas de los materiales bidimensionales. Sus experimentos se convirtieron en importantes avances en telecomunicaciones: el teléfono de teclado, el fax portátil, los cables de fibra óptica, las células solares y la tecnología para la identificación de llamadas y la llamada en espera.

Permaneció en los Bell Lab hasta 1991, cuando se convirtió en profesora en el Departamento de Física de la Universidad Rutgers, Nueva Jersey, aunque permaneció como consultora de los laboratorios Bell de AT&T. Asimismo, en 1982 fue nombrada miembro del Comité de Recursos del Estado de New Jersey, organismo que asesoró hasta 1995; año en que el presidente Clinton la designó como presidenta de la Comisión de Regulación Nuclear de los Estados Unidos; siendo la primera mujer y la primera persona afroamericana en ocupar ese puesto, donde tuvo el control de todos los aspectos de la industria nuclear nacional fuera del ejército.

De 1995 a 1998 representó a su país en la Conferencia General de la Agencia de la Energía Atómica en Viena. En 1997 formó la Asociación Internacional de Reguladores Nucleares, de la que forman parte altos reguladores nucleares de Alemania, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Japón, Reino Unido y Suecia; instancia que presidió la Dra. Jackson durante dos años, y que se encarga de asesorar a otras naciones en asuntos de seguridad nuclear. Durante el primer año al frente de esa instancia, casi una década después del accidente nuclear de Chernóbil, ella y su equipo viajaron a Ucrania para brindar asesoría y entrenamiento técnico para manejar los altos niveles de radiactividad que aún emanaban en la zona del desastre.

En 1999 Shirley Ann Jackson renunció a ese cargo, y fue nombrada presidenta del Instituto Politécnico Rensselaer (RPI por sus siglas en inglés), la universidad tecnológica estadounidense más antigua. Convencida de que las universidades deben beneficiarse de la diversidad a su interior, promovió mayores esfuerzos para atraer y apoyar a estudiantes de minorías étnicas y aumentar la matrícula femenina en ciencias, la cual aumentó de 24%, cuando asumió la presidencia del RPI, a 32% en 2017. Durante su rectoría, que aún detenta, el número de solicitudes de ingreso se ha cuadruplicado, los fondos para investigación se triplicaron y aumentó considerablemente la diversidad del estudiantado en cuanto a género, etnicidad y procedencia geográfica.

En el año 2000 fue elegida presidenta de la Asociación Estadounidense para el Fomento de la Ciencia, desde donde se propugna la urgente necesidad de atraer a las minorías y a las mujeres a los campos de la ciencia y de la ingeniería.

Shirley Jackson fue seleccionada como miembro de la Junta Asesora de Inteligencia de Barack Obama en 2014 y en 2015 fue galardonada con la Medalla Nacional de Ciencias, la más alta distinción por la contribución a la ciencia y la ingeniería; entre otros múltiples reconocimientos a su labor.


Fuentes consultadas:

JACKSON, Shirley Ann.

Shirley Ann Jackson (1946).

The 50 Most Important Women in Science.

The Remarkable Career of Shirley Ann Jackson.

Blanca Treviño

(México, 1959)

Iba Rhodes

Licenciada en Sistemas de Computación Administrativa, precursora de la industria de soluciones tecnológicas a nivel mundial, creó el concepto de nearshore, al proveer servicios tecnológicos a clientes cercanos geográficamente. Es una de las mujeres más influyentes en el ámbito tecnológico latinoamericano.

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FIba Rhodes

Blanca Avelina Treviño de Vega nació el 8 de mayo de 1959 en Monterrey, Nuevo León. En 1977 ingresó al Tecnológico de Monterrey para estudiar Sistemas Computacionales, una carrera a la que pocas mujeres se animaban y que escogió porque era algo aventurado y retador. En esa época las computadoras eran gigantes, del tamaño de un cuarto, y ni pensar en que la gente usara cotidianamente un Smartphone. Sin embargo, un día antes de empezar las clases, cambió la solicitud a mercadotecnia; no habría otras mujeres en las aulas y eso la hizo arrepentirse de su elección. Su temor inicial desapareció cuando supo que su padre estaba orgulloso de los novedosos estudios que su hija realizaba; recuerda que, al confesarle que había optado por otra área, él le respondió: “Si te gusta, te regresas ahora mismo y lo cambias”.

Salió de la universidad en 1981 y consiguió un empleo de medio tiempo en Dinámica, una de las empresas del grupo Alfa, enfocada en tecnología. Con la crisis económica de esa época, ante una serie de despidos de personal optó por un cambio de miras

En 1982, con un pequeño grupo de colegas y amigos fundó su propia compañía, con una inversión inicial de diez mil dólares; la iniciativa se visualizaba como una proveedora de servicios tecnológicos a grandes corporativos; en 1986, con la entrada de otros cinco socios, tomó un nuevo impulso. La compañía Softtek, provee plataformas y aplicaciones a diversas compañías alrededor del mundo. A finales de la década de los noventa del siglo pasado, como team leader, Blanca Treviño introdujo el concepto de nearshore, que consiste en proveer servicios tecnológicos a clientes que se encuentran cercanos geográficamente, por medio del outsorcing, o subcontratación de personal; lo que les permitió fortalecer su presencia en Estados Unidos, país que representa dos terceras partes del mercado mundial de servicios de tecnologías de la información (TI).

Pero también por esos años la empresa había enfrentado otra crisis, que prácticamente la llevó a la quiebra. Desde el año 2000 Blanca Treviño se convirtió en la Directora General y presidenta del consejo directivo de esta empresa, que bajo su liderazgo pasó de una plantilla de mil personas, a contar con más de 12 mil colaboradores, con 30 oficinas en América, Europa y Asia y casi 500 millones de dólares anuales de ingresos. Softtek es la empresa mexicana que contrata al mayor número de profesionales en TI; también es la más importante del sector de TI de América Latina y una de las más grandes de servicios de software en el planeta. Ello sin requerir capital de riesgo, si no reinvirtiendo las ganancias que genera.

En 2009 la revista Forbes consideró a Blanca Treviño dentro de las 50 mujeres más influyentes en la tecnología a nivel mundial; quien fue la primera mujer en ser incluida en el Salón de la Fama de la Asociación Internacional de Outsourcing en 2011. También fue la primera mujer en ser parte del Consejo Mexicano de Negocios, en 2014; lo que de manera disruptiva abrió el camino a la inclusión femenina y al cambio de nombre de dicha organización (anteriormente denominada Consejo Mexicano de Hombres de Negocios). También forma parte del consejo directivo de varios consorcios nacionales.

Por sus contribuciones extraordinarias a la tecnología y la innovación, y su impacto en la sociedad de negocios, en junio de 2019 Blanca Treviño ingresó al Salón de la Fama de Mujeres en Tecnología (WITI por sus siglas en inglés), organización internacional, líder promotora de la innovación e inclusión femenina en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas y artes (STEAM).

Ella ve el ser una mujer de poder como la capacidad de transformar y trascender, de influenciar y dialogar. El consejo que da a otras mujeres que aspiren a crear una empresa tecnológica es: comienza por desarrollar una gran idea y comprométete con ella; no pierdas el tiempo pensando en los obstáculos, en cambio, concéntrate en tus fortalezas; y encuentra buenos socios. Es más fácil comenzar un negocio si comparte su sueño con otra persona. Como una mujer a menudo tiene que hacer malabarismos con el trabajo y la familia, tener un sistema de apoyo indudablemente ayuda a aumentar las probabilidades de éxito.


Fuentes consultadas:

TREVIÑO, Blanca.

La mexicana que superó el miedo y creó una empresa de 1,000 mdd.

La mexicana Blanca Treviño, CEO de Softtek, ingresa al Salón de la Fama de WITI Mujeres en Tecnología.

How the ‘Sheryl Sandberg of Mexico’ is inspiring women in tech.

Mariel Pérez Carrillo

(México, 1992 aprox.)

Fotografía de Mariel Perez

Ingeniera Bioquímica, desarrolló un dispositivo llamado Enviro, que realiza un diagnóstico agronómico y de las condiciones agroclimáticas. Fue elegida por el Instituto Tecnológico de Massachusetts en la lista de los 35 jóvenes más innovadores de América Latina del 2019.

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Fotografía de Mariel Perez

Mariel es originaria de Veracruz. Desde niña tenía vocación de emprendedora, vendía dulces a los otros niños del fraccionamiento de Infonavit, donde vivía, en la ciudad de Veracruz.

Desde pequeña se ha preguntado el porqué de las cosas. Era inquieta, y malísima para las matemáticas, que odiaba, pero muy buena para las ciencias naturales, lo que finalmente la llevó a incursionar en el desarrollo de tecnología. Su repulsión a las matemáticas lo tuvo que afrontar cuando ingresó al Instituto Tecnológico Superior de Veracruz, donde cursó la carrera de Ingeniería Bioquímica de 2011 a 2016.

En 2016 fue elegida para formar parte de un laboratorio de ideas denominado Hub iLab, ubicado en la ciudad de Xalapa, Veracruz, cuyo programa de innovación y emprendimiento se basa en la metodología del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés). Mariel fue seleccionada junto con otros 21 jóvenes de la república mexicana, líderes en temas de ciencia y tecnología, para que crearan un proyecto escalable, global, social, ambiental, y que produzca una patente.

En 2017 Fundó Innus Technologies, empresa de innovación y desarrollo tecnológico, mediante productos integrales que contemplan, hardware, software, internet de la cosas e inteligencia artificial. Dentro de la empresa se desarrolló un invento patentado: la ingeniera creó Enviro, un aparato que mide temperatura, humedad, conductividad, pH y salinidad. En 2016 comenzaron los ensayos y para 2017 estaban probando los primeros prototipos.

La idea fue tomada de un amigo suyo que platicó su experiencia en el campo veracruzano, en donde productores agrícolas desconocían los motivos que causaban la perdida de sus cultivos, así como las medidas para evitarlo. Mariel recuerda: "Me fui al campo para aprender de los agricultores y me di cuenta de que no saben cómo se encuentra su cultivo. También desconocen en qué estado se encuentra su suelo".

El dispositivo Enviro es una estaca de 1.2 metros de alto que se clava en el suelo para medir las condiciones ambientales, sus características son analizadas por algoritmos que usan estos valores para emitir recomendaciones. Al oprimir un botón comienza a generar el diagnóstico, a través de sensores que permiten conocer el estado de los cultivos por medio de una app y una plataforma web, conectando suelo, cultivo y clima en tiempo real, a fin de obtener un rendimiento eficiente de los terrenos agrícolas.

Mariel afirma que al tener una certeza sobre el método que debe emplearse para evitar afectaciones, al mismo tiempo se evitará que las tierras destinadas para agricultura sean contaminadas con pesticidas o agroquímicos; ya que “reduce la contaminación de suelos y acuíferos por el uso excesivo de agroquímicos y permite aprovechar mejor el terreno".

Su desarrollo sigue evolucionando, ha trabajado de forma experimental con agricultores dedicados al cultivo de la caña y actualmente se enfoca al café, uno de los cultivos más afectados por el cambio climático; sabe que el dispositivo debe ser resistente a las inclemencias de la intemperie y a funcionar en áreas rústicas y poco comunicadas. Espera próximamente trabajar con cafeticultores de Coatepec y Zongolica, generando datos.

Para llegar a este punto, tuvo que enfrentar la resistencia de la propia Universidad a creer que en México puede desarrollarse tecnología y que se cuenta con el capital humano para ello. "Me topé mucho con que los mismos jóvenes no podían creer que no se podía desarrollar tecnología en Veracruz, de que los maestros y las maestras en las mismas universidades no puedan creer que los jóvenes puedan desarrollar tecnología".

La falta de apoyo e interés de instituciones públicas de todos los niveles, para financiar el desarrollo de patentes y las burlas de personas cercanas fueron constantes durante todo el proceso; lo que terminó por reducir el grupo de cinco colaboradores a dos: ella y su socio Héctor Morales López, en un esfuerzo de casi cinco años de investigación y desarrollo científico.

Mariel Pérez afirma que fue necesario superar las críticas y falta de apoyo institucional, pero también la lucha personal para salir delante en momentos de depresión e impotencia. Mariel considera que un factor primordial para desarrollar emprendimientos es la resiliencia. Reponerse ante las adversidades es la clave para lograr este enorme reto que es emprender. Sin embargo, señala, “el emprendimiento, para mí, era un medio para alcanzar un fin. Quería tener acceso a la información de crear, innovar algo en temas de ciencia y tecnología.”

Nuestra cultura desprecia el fracaso, mientras que otras lo respetan. En la innovación tecnológica hay un ciclo, hay que aprender de los fracasos, cometer muchos errores para lograr hacer algo bien; experimentar mucho antes de conseguir una innovación con potencial de aplicación.

Para ella las dificultades fueron mayores: al tener que realizar visitas directamente al campo y los agricultores, el hecho de ser mujer le dificultó el contacto. “Me metí a esta área porque es de las más olvidadas, pero uno de los retos a los que me enfrenté es que por el solo hecho de ser mujer, los agricultores o campesinos no voltean a verte, no te hacen caso”, explica.

Encontró otro incentivo para perseverar al darse cuenta, al tramitar la patente de su desarrollo ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), de que solamente 1% de las patentes mexicanas eran de personas veracruzanas, y que no había ninguna mujer entre ellas.

“Es muy importante que las mujeres tengan un papel en la ciencia, tecnología, salud, política, en todos los ámbitos. Las mujeres ya estamos alzando la voz y la mano para apoyarnos entre nosotras. Somos parte fundamental de un sistema en el que no somos las más beneficiadas… La sororidad hace que la unión entre mujeres sea cada vez mayor y hará que el camino sea más corto”, asegura. En consonancia con esta postura, ha sido voluntaria en Epic Queen, iniciativa para enseñar programación a niñas y jóvenes. Actualmente es mentora en U.S.-Mexico Leaders Network, organización que ofrece programas educativos binacionales a jóvenes mexicanos y de origen mexicano.

El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) la incluyó en la lista 2019 de los 35 proyectos más innovadores pertenecientes a jóvenes de América Latina, y le otorgó un reconocimiento en la categoría Entrepreneur por la compañía que fundó y de la cual es Directora General.

Para ella este reconocimiento es muy importante porque es para una mujer mexicana, veracruzana y en un ámbito como el agrícola, en que las mujeres no son vistas: “me permite decir que las mujeres somos visibles en el desarrollo de la tecnología, que también las mexicanas podemos participar en la creación e innovación tecnológica”.

Mariel destaca no solo por ser mexicana, sino por participar con éxito en el desarrollo de un producto tecnológico catalogado por especialistas como un dispositivo que será indispensable para cambiar la industria agrícola en el mundo.


Fuentes consultadas:

Mariel Pérez Carrillo: jarocha que revoluciona la tecnología agrícola en el mundo.

Emprendedoras y extraordinarias: mujeres salidas de las filas de iLab.

#Innovadores35LaTAm.

Innovadores menores de 35. Emprendedores.

Mariel Pérez Carrillo

Susan Kare

(Estados Unidos, 1954)

Iba Rhodes

Informática gráfica, pionera del diseño gráfico de interfaces digitales. Creó interfaces intuitivas y amigables para Apple y en Microsoft colaboró para hacer más amigable el sistema operativo Windows.

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FIba Rhodes

Susan nació en Itaca, Nueva York, el 5 de febrero de 1954. De niña a menudo estaba inmersa en un mundo de dibujos, pinturas y artesanías; aspiraba a ser una artista de renombre mundial. Asistió a la Harriton High School, escuela secundaria pública de Lower Merion Township, Pensilvania, en los suburbios de la ciudad de Filadelfia. Su padre era profesor de fisiología sensorial en la Universidad Estatal de Pensilvania. Su hermano menor, Jordin Kare, fue ingeniero espacial y músico.

Susan asistió a la Universidad de Mount Holyoke, donde se graduó en Artes, con honores, en 1975. En 1978 obtuvo su doctorado en Bellas Artes por la Universidad de Nueva York. Se mudó a San Francisco, donde empezó a trabajar como curadora de arte en el Museo de Arte Moderno de San Francisco. Si bien distaba mucho del trabajo soñado de Kare, este le otorgó la posibilidad de una comisión en el museo de Arkansas, donde esculpió un cerdo de acero. Susan Kare dejó su trabajo como curadora, para ser una diseñadora gráfica independiente; además de dedicarse a la escultura.

En 1983, la joven escultora recibió la llamada de su amigo Andy Hertzfeld, diseñador de software del primer sistema Macintosh y su interfaz gráfica. Le preguntó si estaría interesada en aceptar un proyecto que consistía en crear gráficos y tipografías para la nueva computadora personal que Apple planeaba lanzar en 1984, un reto que aceptó a pesar de que nunca había diseñado tipografías ni fuentes. Así, Kare entró a trabajar en el equipo de Steve Jobs entre todo un despliegue de artistas, músicos, diseñadores gráficos y otros geeks. Se convirtió en la “artista de Mcintosh” y estaría a cargo de desarrollar la interfaz gráfica del usuario, con los íconos que formarían parte de un nuevo lenguaje gráfico.

Susan cree que muchos usuarios pueden aprender a utilizar estos equipos mediante la comprensión que dan los íconos. Siempre sintió que una Mac se debe experimentar de manera cercana y amistosa, no solo como una herramienta. Entre sus íconos se encuentran la papelera de reciclaje de la primera Macintosh, el reloj, la bomba y el “happy Mac”. “Forman parte de un tiempo pasado, pero aún son memorables por su ingenio y estilo, y lo más importante, porque aún mantienen viva su función comunicativa”. "Pienso en los íconos más como señales de tráfico que como ilustraciones", comenta. Este principio lo ha llevado a lo largo de toda su carrera en la industria digital.

Además de los íconos, diseñó tipografías y material de mercadotecnia para Apple. Su estilo, simple y sintético, fue la máxima cualidad y la clave para adaptar al mundo digital las comunicaciones gráficas de aquellos años. Las tipografías para Mac diseñadas por Susan Kare, fueron las primeras no monoespaciadas creadas para computadora. "El primer tipo de letra que diseñé fue Chicago porque necesitábamos una fuente de sistema en negrita", recuerda.

Diseñar los íconos resultó ser un desafío mayor para la artista: debía utilizar un sistema matricial de mapas de bits con puntos de luz, o pixeles, para mostrar los datos, la pesadilla de todo diseñador. Hertzfeld sugirió a Kare que consiguiera el papel cuadriculado más pequeño que pudiera encontrar. En la hoja, la diseñadora utilizó una cuadrícula de 32 por 32 cuadrados y comenzó a colorear para crear los gráficos.

Susan Kare aprendió de su madre a hacer bordados de hilos contados; estos conocimientos básicos le permitieron crear los primeros íconos para la Apple Macintosh.

Kare trabajó para Apple desde 1983 hasta 1985. Después fue la directora creativa responsable de la identidad de NeXT, la nueva empresa de Steve Jobs, fundador de Apple.

En 1988 empezó a trabajar en Microsoft, donde comenzó a introducir color en sus diseños, que hasta ese entonces sólo podían ser en blanco y negro; su trabajo fue humanizar el sistema operativo Windows 3.0 y hacerlo amigable a quienes lo usen. Allí diseñó la carcasa exterior del sistema operativo Windows 3.0 y el juego de cartas para el solitario de Microsoft.

En 2003, Susan se convirtió en miembro de la junta asesora de Glam Media, que fue una famosa y multimillonaria compañía de estilo de vida. Entre 2006 y 2010, Susan produjo íconos para la función de regalos virtuales de Facebook. Inicialmente, las ganancias de la venta de regalos fueron donadas a una fundación altruista. Después del Día de San Valentín de 2007, la selección de regalos se modificó para incluir regalos nuevos y de edición limitada que no necesariamente pertenecían a esa celebración. Uno de los íconos de regalo, titulado "Big Kiss" aún aparece en algunas versiones de Mac OS X como una imagen de cuenta de usuario.

En agosto de 2012, Kare fue llamada como testigo experta por Apple durante el juicio por infracción de patentes de la compañía contra Samsung, su competidora de la industria. En 2015, Susan fue contratada por Pinterest como líder de diseño de producto.

Al día de hoy, Kare trabaja en Susan Kare LLP, el estudio que estableció en 1989 en San Francisco, California, que trabaja con distintos tipos de clientes, grandes y pequeños. Desde allí continúa diseñando íconos e interfaces de usuario, entre sus clientes destacan AT&T, Electronic Arts, IBM, Motorola y Xerox. Además, vende impresiones artísticas firmadas de edición limitada.

Susan Kare se inspira en todo tipo de fuentes: marcas antiguas, tipografías clásicas, enciclopedias de símbolos y diagramas, las bellas artes y las artesanías tradicionales. En 2001 recibió el prestigioso Premio de Diseño Chrysler, galardón que se otorga a las personas que han influido sobre la cultura norteamericana moderna de forma significativa. En reconocimiento a su trabajo, también recibió la medalla del Instituto Americano de Artes Gráficas en abril de 2018; así como El Premio Nacional de Diseño Cooper Hewitt 2019, en reconocimiento a su trayectoria profesional.


Fuentes consultadas:

Susan Kare, la maravillosa mente detrás de los iconos visuales de Apple Macintosh

SUSAN KARE, la diseñadora gráfica que creó los ICONOS del primer Mac.

Susan Kare.

Interview with Susan Kare.

Tatyana Kanzaveli

(URSS, 1962 aprox.)

Fotografía de Ruben Murphy

Informática, fundadora y directora general de Open Health Network, una plataforma de salud digital integrada. Reconocida como una de las mujeres influyentes en TI de atención médica, Forbes considera su empresa como una de las 50 principales startups tecnológicas fundadas y lideradas por mujeres.

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Fotografía de Ruben Murphy

Informática, fundadora y directora general de Open Health Network, una plataforma de salud digital integrada. Reconocida como una de las mujeres influyentes en TI de atención médica, Forbes considera su empresa como una de las 50 principales startups tecnológicas fundadas y lideradas por mujeres

Nacida en Azerbaiyán, una de las repúblicas que formaba parte de la hoy extinta Unión Soviética, Tatyana Kanzaveli gustaba de las matemáticas desde sus primeros años escolares; su madre y su padre no tenían que forzarla a estudiar, de hecho, aprendió a leer en inglés a los cinco años de edad.

Aprendió a jugar ajedrez a los seis años y a los once participaba en torneos internacionales; destacó y llegó a ser jugadora profesional. Este juego la enseñó a ser fuerte, a enfocarse y ser competitiva. Fue campeona nacional dos veces y formó parte del mismo equipo que el campéon mundial Gari Kaspárov.

Por sus excelentes calificaciones tuvo la oportunidad de cursar sus estudios universitarios en Leningrado, pero prefirió matricularse en una institución local, e ingresó en 1979 a la Universidad Estatal del Petróleo, una de las más prestigiadas universidades públicas de Baku, la capital de Azerbaiyán, para estudiar Programación, y obtuvo su grado de maestría en Ciencias Computacionales en 1984.

En 1990 Kavanzeli llegó como refugiada a los Estados Unidos. Ella recuerda que, a diferencia de otras personas refugiadas, fue muy afortunada, pues al hablar inglés y ser programadora, pudo conseguir su primer trabajo como ingeniera de software apenas un mes después de haber llegado a la ciudad de Mountain View, California.

Tatyana trabajó para empresas importantes como Pricewaterhouse Coopers y Fujitsu y nuevas empresas en los primeros días de la Web. También ocupó puestos de dirección ejecutiva en grandes corporaciones internacionales y nuevas empresas, conocidas como startups.

En 2013 Tatyana fundó una compañía tecnológica, a raíz de ser diagnosticada con cáncer, pues buscaba respuestas a sus preocupaciones sobre el tema y no las podía encontrar: “no hay suficientes datos, solían decirle”, a lo que ella cuestionaba “¿qué tipo de datos necesitamos analizar para comprender por qué la gente enferma, por qué alguna gente sana y otra muere, o cómo van respondiendo a los tratamientos para enfermedades crónicas?” Así que creó Open Health Network, que consiste en una plataforma de intercambio de información sobre cuidado de la salud, basada en la tecnología de blockchain, la inteligencia artificial y el Big Data.

Con esta plataforma, a partir de la cual las organizaciones pueden desarrollar aplicaciones para Smartphones, para el monitoreo de la salud que incluyan chatbots personalizados y comandos de voz, Tatyana Kanzaveli busca empoderar a cada paciente, para que tenga información sobre sus padecimientos y estado de salud, pero también para fijarse metas sobre su tratamiento y progreso. Asimismo, permite a las personas cuidar sus datos personales sobre salud al proporcionarles herramientas para controlar quién y cómo tiene acceso a los mismos y, en su caso, poder recibir una remuneración al compartirlos con compañías que desarrollan fármacos y dan seguimiento a los resultados de los tratamientos.

Comenta que siempre ha sido “cerebrito”, pero no encaja en la imagen estereotipada: le gustan los vestidos bonitos y maquillarse; en sus años de ajedrecista, en los Juegos Olímpicos de la Juventud le preguntaban en qué equipo de gimnasia estaba, pues no asociaban su imagen con la de una jugadora de ajedrez. Después de treinta años de trabajar en Silicon Valley, ha tenido la misma sensación ante hombres ejecutivos, cuando bien maquillada y con atuendos de tendencia habla de inteligencia artificial, procesamiento del lenguaje natural, análisis de Big Data y blockchains. Incluso algunos inversores han sido rudos y groseros con ella, así que junto con el co-fundador de su compañía, decidió que no recibirían dinero de ese tipo de personas.

Para 2018, su plataforma era bastante rentable, con más de cincuenta mil dólares mensuales de ganancias netas, aun cuando debieron afrontar la caída en picada del valor de los bitcoins (la cara más atractiva del blockchain) y el aumento de restricciones por parte de los reguladores financieros para mejorar la seguridad de los datos; además de la competencia de otras compañías que han incursionado en el mismo campo de la salud y la tecnología.

En 2015 Tatyana Kanzaveli fue reconocida como una de las mujeres más influyentes en tecnologías de la información en el ámbito de la atención médica y en 2019 Forbes incluyó a su compañía Open Health Network dentro de las 50 principales startups tecnológicas fundadas y lideradas por mujeres. Kanzaveli también ha sido conferencista en distintos foros de las Naciones Unidas, la Casa Blanca y en diversas universidades, entre otros espacios.

Tatyana también ha participado como consejera y mentora en diversos proyectos, como Activity Hero, Octopod, Femeninas, 500Startups, ASTIA y Richard Branson Entrepreneurial Center. En definitiva, anima a todas las mujeres de cualquier edad y origen a que dejen de tener miedo a hablar y dejen de tratar de encajar en un molde: ¡Ustedes pueden ser el cambio y no deben tener miedo de iniciar sus propios negocios, construir sus empresas, sigan sus pasiones!


Fuentes consultadas:

Tatyana Kanzaveli.

Starting a Company Revolutionizing Health Care | Tatyana Kanzaveli.

Tatyana Kanzaveli.

Silicon Valley startup launches blockchain product for patients to sell their data.

Most personal post I ever did

Tatyana Kanzaveli.

Ida Rhodes

(Ucrania 1900- Estados Unidos 1986)

Iba Rhodes

Matemática estadounidense, pionera en el análisis de sistemas de programación. Se convirtió en una de las mujeres influyentes en el incipiente desarrollo informático en Estados Unidos.

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FIba Rhodes

Matemática estadounidense, pionera en el análisis de sistemas de programación. Se convirtió en una de las mujeres influyentes en el incipiente desarrollo informático en Estados Unidos.

Hadassah Itzkowitz nació el 15 de mayo de 1900 en un pueblo judío a 150 km de Kiev, la capital de Ucrania. Tenía 13 años en 1913 cuando sus progenitores, David y Bessie Sinkler Itzkowitz, la trajeron a Estados Unidos; al llegar cambió su nombre por el Ida Itzkowitz.

Seis años después de su arribo a los Estados Unidos, Ida obtuvo una beca en efectivo del Estado de Nueva York y una beca de la Universidad Cornell, donde comenzó a estudiar matemáticas entre 1919 y 1923. Durante su estancia en la universidad, trabajó como auxiliar de enfermería en el Hospital de la Ciudad de Itaca. Sus profesores organizaron sus horarios de clase para que ella pudiera asistir pues estaba muy ocupada trabajando en el hospital. En otras circunstancias, habría tomado clases de física y química, pero como tenían laboratorios por la tarde, se concentró casi por completo en las matemáticas que se enseñaban por las mañanas.

Se graduó con honores en matemáticas, en febrero de 1923 y obtuvo su Master en septiembre del mismo año. Más tarde ingresó a la Universidad de Columbia, donde estudió un año más.

Rhodes tuvo su primer encuentro con el físico alemán Albert Einstein en 1922 y lo encontró de nuevo en 1936 en la Universidad de Princeton, a donde de manera asidua, acudía con un grupo de matemáticos los fines de semana en seminarios informales.

Sin embargo, esta vinculación con la comunidad matemática no se veía reflejada en el empleo: desde el otoño de 1923 hasta 1940, Rhodes tuvo varios trabajos diferentes, pero solo uno de los cuales requirió su formación como matemática; durante los primeros tres años, ella simplemente continuó trabajando como enfermera. Luego se convirtió en maestra de matemáticas en una escuela secundaria en Houston, Texas, pero dejó esto para recurrir al control de mercancías para RH Macy and Co., la famosa tienda por departamentos de Nueva York. Eran los años de la Gran Depresión y difícilmente podría haber conseguido un trabajo como matemática. Mientras desempeñaba este empleo, estudió en el Colegio de Graduados de la Universidad de Columbia entre 1931 y 1932. En 1938 se convirtió en archivista en la Alpha Business School y luego fue secretaria en el Departamento de Trabajo del Estado de Nueva York, donde su trabajo incluía estadísticas.

En 1940 se unió al Proyecto de Tablas Matemáticas, donde trabajó bajo la dirección de la matemática Gertrude Blanch, experta en análisis numérico, quien fue su mentora y líder intelectual del proyecto; aquí inició el trabajo que la volvería famosa.

El Proyecto de Tablas Matemáticas fue un programa gubernamental iniciado en 1938, que tenía como objetivo reducir la tasa de desempleo, el cual benefició entre otras ocupaciones, a los matemáticos y otros especialistas con carreras científicas, como la física, con el objetivo de que hicieran tablas de matemáticas, para tabular funciones matemáticas superiores, en particular funciones exponenciales, logaritmos y funciones trigonométricas; solamente contaba con tres mujeres matemáticas. Muchas de las personas que laboraban en el proyecto habían pasado años en el desempleo o tenían una discapacidad física, por lo que Rhodes, con sus antecedentes de enfermería, les proporcionaba ayuda. Por ello, no podía realizar varias de las tareas de análisis numérico asignadas, las cuales realizaba por las tardes, ya terminada su jornada de trabajo.

Con la entrada de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial, el Proyecto de Tablas Matemáticas se detuvo, pues la Defensa Nacional requirió al equipo para realizar cálculos relativos a los esfuerzos bélicos, y prepararon tablas de navegación para la Armada estadounidense. Pero las tablas matemáticas tuvieron un segundo impacto, en el desarrollo de computadoras electrónicas.

Debido a que la Oficina Nacional de Normas patrocinó el Proyecto de Tablas Matemáticas en 1947, Ida Rhodes fue enviada a la Oficina Nacional de Normas, o NBS, en Washington D.C. para aprender en los Laboratorios Nacionales de Matemáticas Aplicadas sobre el trabajo que estaba haciendo la Oficina Nacional de Normas en preparación para recibir la computadora electrónica UNIVAC I, que fue la primera computadora comercial fabricada en Estados Unidos.

Sintiendo que no estaba a la altura del trabajo, Rhodes regresó a Nueva York y le dijo a su jefe que nunca debería haberla enviado. Sin embargo, este había recibido un informe de Washington elogiando el desempeño de Ida, y le pidió que volviera e intentara nuevamente. Ella regresó y pasó el resto de su carrera trabajando para la Oficina Nacional de Normas en la programación de las primeras computadoras electrónicas.

Mientras trabajaba en el NBS, también realizó trabajos originales de traducción automática de lenguas naturales: fue una de las primeras en reconocer que es más fácil traducir palabras cuando separas sus raíces de sufijos y prefijos y usarlas para traducir su lengua materna, el ruso. Además, fue asesora continua de los Laboratorios de Matemáticas Aplicadas, trabajando por un corto periodo junto a Grace Hooper.

Imagen Decorativa

Después se trasladó definitivamente al Laboratorio, destacando como pionera en el mundo de la programación por su gran capacidad de análisis. A principios de los años 1950, y junto a Betty Holberton, diseñó el lenguaje de programación C-10 para la computadora UNIVAC I para la oficina del Censo. También diseñó y programó la primera computadora original utilizada por la Administración del Seguro Social de EE. UU.

Rhodes fue responsable del algoritmo de "Jewish Holiday" (vacaciones judías) utilizado en los programas de calendario desde entonces, un caso inusual de un antiguo algoritmo especializado todavía en uso, y aún acreditado al desarrollador original.

Ida también enseñó programación y realizó clases específicas para ayudar a las y los estudiantes sordos, mudos y ciegos a aprender la codificación por computadora. Otro aspecto relevante de la carrera de Ida Rhodes fue dar conferencias a empresas privadas y agencias gubernamentales sobre la mejor manera de utilizar las computadoras electrónicas en su trabajo, tras jubilarse en 1964, y continuar como consultora de la División de Matemáticas hasta 1971, cuando se retiró completamente. Aun entonces, junto con Gertrude Blanch, escribió varios artículos científicos.

A medida que avanzaba su edad, su estado de salud se deterioró progresivamente, principalmente una afección cardíaca que demandó disminuir su actividad, por lo que redujo las llamadas telefónicas y la correspondencia. Finalmente se mudó a una casa de retiró para personas ancianas. Falleció en febrero de 1986.

El Departamento de Comercio le otorgó dos premios diferentes. La primera distinción fue la Medalla de Oro de Servicio Excepcional en 1959 por su "liderazgo pionero significativo y las contribuciones sobresalientes al progreso científico de la nación en el diseño funcional y la aplicación de equipos electrónicos de computación digital". El segundo fue un Certificado de Apreciación en 1976, año del 25 aniversario de UNIVAC I, por su contribución a la "Revolución de la Información".


Fuentes consultadas:

Ida Rhodes, el poder de la mujer-máquina.

Women in Tech, STEM, and Coding: Ida Rhodes.

Ida Rhodes.

Faces of HPC: Ida Rhodes.

Robin Murphy

(Estados Unidos, 1957)

Fotografía de Ruben Murphy

Especialista en ciencias de la computación y robótica. Profesora universitaria e investigadora en inteligencia artificial, fundadora del campo de robótica de rescate en desastres. La ciencia ficción es uno de sus métodos de enseñanza sobre inteligencia artificial y robótica.

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Fotografía de Ruben Murphy

Especialista en ciencias de la computación y robótica. Profesora universitaria e investigadora en inteligencia artificial, fundadora del campo de robótica de rescate en desastres. La ciencia ficción es uno de sus métodos de enseñanza sobre inteligencia artificial y robótica.

Robin Murphy nació en Georgia, Alabama, el 25 de agosto de 1957. De joven se preguntaba si sería física nuclear o una ingeniera mecánica como su padre; aunque no conocía qué campo de la ingeniería podría escoger, estaba convencida que la Ingeniería era la disciplina que iba a estudiar. Robin era hija única, así que por supuesto que sería ingeniera como su padre; siempre quiso serlo, recuerda.

En 1980, Murphy se graduó en ingeniería mecánica en el Instituto Tecnológico de Georgia (Georgia Tech); pero en el posgrado siguió una ruta diferente: en 1989 obtuvo un master y su doctorado en 1992, ambos en Informática y Ciencias Computacionales, después de haber trabajado varios años en esa industria. Fue la primera persona en doctorarse en Robótica en la Facultad de Computación del Georgia Tech.

Durante su posgrado se interesó en la Inteligencia Artificial (IA), aunque confiesa, al principio pensaba que ese término era una broma. La beca que había obtenido la condicionaba a colaborar con el equipo del programa de fabricación de computadoras integradas, donde había un especialista en IA para robots, que fue su mentor. Eso era algo que pensó que jamás llegaría a aplicarse para algo útil o interesante; ¡cuán equivocada estaba!, confiesa. En menos de un mes estaba fascinada con la IA, “haciendo las cosas más inteligentes, duplicando algunas de las cosas maravillosas que sabemos sobre la inteligencia biológica, combinando eso con las diferencias de los sistemas basados en silicio. Me enamoré por completo y nunca volví atrás”.

Al concluir su doctorado, Robin Murphy se integró a la Escuela de Minas de Colorado en Golden, Colorado, como profesora asistente entre 1992 y 1998. El enfoque principal de la institución se concentraba en los robots planetarios, debido a los lazos con la comunidad espacial de Colorado.

Fue en 1995 que comenzó su interés por la robótica de rescate, como una respuesta muy emocional ante la noticia del ataque terrorista en la ciudad de Oklahoma y del terremoto en la ciudad de Kobe. La mayoría de los esfuerzos por desarrollar Inteligencia Artificial (IA) y robótica, se enfocaba en robots miniatura para enviar a Marte; para ella era claro que esos mismos robots podían explorar debajo de superficies de un desastre para localizar víctimas: “es necesario que alguien plantee esta idea de robótica de rescate, además de robots planetarios y de cuidado de la salud; yo puedo ser esa persona”.

Y exactamente eso fue lo que hizo, dispuesta a hacer la diferencia, se convirtió en líder internacional en el campo de la robótica de rescate, que permite insertar sistemas no tripulados en diferentes catástrofes. Murphy y sus estudiantes ganaron la primera subvención de la Fundación Nacional de Ciencia para robots de búsqueda y rescate. Donde ella veía una carrera pionera, otras personas expertas la veían con escepticismo: algo futurístico, pero poco aplicable. Decidida a establecer un nuevo rumbo, se incorporó a la Universidad del Sur de Florida, que fue la institución que le permitió dedicarse al incipiente campo de la robótica de desastre. En esta universidad, a partir de 1999 ella y sus estudiantes tuvieron el auspicio de la Florida Task Force 3, y eventualmente se convirtieron en técnicos especialistas en búsqueda.

Tras el colapso de las Torres Gemelas por el ataque del 9/11, el equipo de Murphy representó la única institución académica que respondió al llamado de ayuda del Estado de Nueva York, formando parte de los equipos coordinados por el Centro de Búsqueda y Rescate Asistido por Robot de Texas (CRASAR por sus siglas en inglés) de Texas A&M.

Además de ser una de las personas más influyentes en este campo, es también una de las pocas mujeres involucradas en el tema, y una de las más influyentes en tecnología. La Robótica y más aún la robótica de rescate, está dominada por hombres; cuando ella asiste a un lugar de desastre, suele ser la única mujer presente. Parte de la labor de Murphy consiste en mostrar este campo a las mujeres jóvenes. Así, ha participado en videos y conferencias para alentarlas a interesarse en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas; por supuesto, es una entusiasta mentora en el campo de la robótica de rescate.

Murphy es profesora de Ciencias de la Computación e Ingeniería en la Universidad Texas A&M, donde también es Directora del Centro de Búsqueda y Rescate Asistido por Robot (CRASAR). Ha dirigido el laboratorio de inteligencia artificial de la Universidad de Texas y es fundadora de Roboticistas Sin Fronteras. Esta organización provee tecnología y robots de rescate a grupos de búsqueda que trabajan en todo el mundo, quienes cuentan con el entrenamiento y la experiencia requerida para intervenir en distintas catástrofes. Algunos ejemplos de lo realizado, ha sido el uso de robots en el Huracán Katrina o durante el accidente nuclear de Fukushima.

La Dra. Murphy también es una fundadora del campo de interacción humano-robot. La primera vez que se usaron robots en tareas de rescate y desastres fue en el 9/11 en el World Trade Center; experiencia que les dejó como aprendizaje que los robots deben ser más amigables con las víctimas, e incluso, proporcionarles algún consuelo, es decir, es necesario poder interactuar con ellas por medio del robot de rescate.

Los robots de rescate también se han utilizado como salvavidas en las costas griegas, donde arriban personas refugiadas de Siria: cuando los guardacostas detectan que hay gente en el mar, lanzan un jetski robot, al que pueden sujetarse ocho o nueve personas, lo que da tiempo a los salvavidas para atender a otras en peligro más inmediato. Con base en la experiencia, ahora saben que estos robots deben ir equipados con equipo de voz bidireccional, para poder dirigirse a la gente rescatada, y a su vez, escucharlas para saber, por ejemplo, si tienen síntomas de hipotermia. Ahora se trabaja con IA para poder establecer comunicación en diferentes idiomas, pues no todas las personas hablan la misma lengua.

Robin Murphy actualmente lidera el consorcio Robótica para Enfermedades Infecciosas (RID por sus siglas en inglés), organización creada en 2015 por médicos y expertos en robótica, para hacer frente a la epidemia de ébola en África, y que trabaja en veinte países en temas de salud pública y seguridad. Uno de sus objetivos es participar en la atención médica como apoyo al personal de salud, que se encuentra sobrecargado de trabajo, a la vez que disminuye el riesgo de contagio, ya que permite examinar e incluso proporcionar medicamentos a pacientes que han contraído alguna enfermedad infecciosa; no se trata de sustituir a los elementos humanos, sino de ayudarlos a realizar su labor y mantener el contacto con las personas que deben permanecer aisladas. Robin Murphy ha impartido talleres desde 2014, para el manejo de los robots por parte del personal de salud.

Después de dirigir el Centro de Búsqueda y Rescate Asistido por Robot (CRASAR) durante casi dos décadas, Robin Murphy está trabajando para actualizar esa experiencia y ponerla en práctica para hacer frente a la pandemia de COVID-19. Con el consorcio RID explora el papel que pueden tener los robots en esta tarea, al tiempo que abre una invitación a participar a personas expertas en robótica que deseen ayudar.

Al día de hoy, los robots son usados en los hospitales por recepcionistas, enfermeras, médicas, médicos y familiares para interactuar con pacientes de COVID-19; y se utilizan en las salas de diagnóstico, así como para desinfectar entornos, tanto al interior como en espacios públicos.

Una de las lecciones aprendidas, apunta Murphy, radica en que es mejor adaptar robots que ya han estado trabajando en otras tareas, en lugar de experimentar con prototipos, por ejemplo: los drones agrícolas diseñados para rociar pesticidas en campos abiertos se están adaptando para rociar desinfectantes en paisajes urbanos muy poblados de China e India.

En 2008, la Fundación AUVSI (que apoya a estudiantes para aprender robótica y conocer los avances en áreas STEM) le otorgó el premio lA Aube Colaborador Sobresaliente por su inserción de robots terrestres, aéreos y marítimos para búsqueda y rescate urbano en once desastres, incluido el desastre del 9/11 en el World Trade Center, Los huracanes Katrina y Charley, y el colapso de la mina Crandall Canyon en Utah. En 2014 recibió el Premio Eugene L. Lawler en el campo de Ciencias de la Computación e Informática, por sus contribuciones humanitarias.

Además, Robin Murphy es autora y editora de varios libros sobre Inteligencia Artificial y Robótica, y algunos se han convertido en best-sellers de libros de texto. Entre ellos se encuentran: Introduction to AI Robotics y Disaster Robotics, por el que fue premiada como la mejor escritora de 2015 en Ingeniería y Tecnología, así como Robotics Through Science Fiction (ed.); publicados por MIT Press.


Fuentes consultadas:

Robin Murphy: A Pioneer In Rescue Robotics.

Robin Murphy, especialista en ciencias de la computación.

Dr. Robin Murphy.

Water rescue robot EMILY gets some help from the sky - Science Nation.

Robots are playing many roles in the coronavirus crisis – and offering lessons for future disasters.

Carol Shaw

(Estados Unidos 1955)

Carol Shaw

Informática. Primera mujer diseñadora y programadora de video juegos. Una de sus creaciones es River Raid, lanzado en 1982. Fue parte de Atari durante sus primeros años, dejando una huella indeleble en esa compañía.

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Fotografía de Carol Shaw

Informática. Primera mujer diseñadora y programadora de video juegos. Una de sus creaciones es River Raid, lanzado en 1982. Fue parte de Atari durante sus primeros años, dejando una huella indeleble en esa compañía.

A Carol Shaw la programación le vino de familia, su padre era ingeniero en el Laboratorio Nacional de Aceleradores SLAC, que forma parte del Departamento de Energía de Estados Unidos y es operado por la Universidad de Stanford; su mamá era profesora, pero al casarse se dedicó al hogar. Creció en un mundo de ciencia y tecnología tradicionalmente guiado por hombres, esa familiaridad le hizo ignorar las barreras de género y tomar su camino profesional de acuerdo con sus habilidades.

Cuenta que de niña le interesaban poco las muñecas, y prefería jugar con el tren a escala de sus hermanos. Su interés en la programación y el diseño de videojuegos comenzó en la secundaria, al descubrir que se podía utilizar la computadora para jugar. Como parte del programa de matemáticas, en la escuela tenían un sistema de tiempo compartido para programar con BASIC. Recuerda que era intimidante entrar al salón de cómputo, pues prácticamente solo había chicos. Al principio no sabía qué es lo que programaba, simplemente escribía y hacía cálculos; pero pronto descubrió que tenían juegos en el sistema como Star Trek, que podía jugar y aprender de ellos. Por supuesto, eran juegos basados en texto.

Cuando era joven no había videojuegos como tales, pero fue en la universidad cuando jugó el primer videojuego el Computer Space, de la consola Arcade, que se encontraba en uno de los salones del minigolf al que iba a jugar. Además, había varias Arcades en la Unión de Estudiantes de Stanford que algunas veces utilizó; y la propia Carol Shaw tuvo un RadioShack con el que jugaba a un juego parecido al Pong.

Se matriculó en la Universidad de California en Berkeley, probando cursos en la facultad de Literatura y Ciencia, además de otros en Ingeniería Civil, pues no estaba segura sobré qué carrera seguir. Cuando tomó un curso de programación en el que utilizaban Fortran, decidió que eso era lo que definitivamente quería. Así que optó por la licenciatura en Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la Computación que ofrecía el colegio de Ingeniería. En 1977 se graduó de licenciatura y prosiguió con un master en Ciencia Computacional en la misma universidad, cuyo programa duraba un año.

Casi concluido su master, Carol entró en Atari en 1978, como programadora de videojuegos para la consola doméstica Atari 2600. Nunca había escrito un videojuego, pero la contrataron porque tenía mucha experiencia en programación en lenguaje ensamblador en algunas empresas en las que había trabajado mientras completaba sus estudios. El lenguaje ensamblador es un lenguaje de programación de bajo nivel, consistente en un conjunto de mnemónicos que representan instrucciones básicas para los computadores, microprocesadores, microcontroladores y otros circuitos integrados programables. A ella le parecía una perspectiva divertida trabajar programando y jugando a videojuegos. Una vez allí, se convirtió en la única mujer diseñadora de videojuegos de la empresa. Y la primera a nivel mundial.

Dentro del equipo de programadores de la Atari 2600, más allá de diseñar sus propios juegos, contribuyó a crear los cartuchos de las consolas de segunda generación. Recuerda que la Atari era una máquina difícil de programar, pues cada línea que se desplegaba debía escribirse, una por una; eso también la hacía muy flexible, y podían generarse acciones y efectos que era difícil creer que pudiera haberlos logrado. Su primera tarea fue crear el videojuego Polo, patrocinado por la colonia con ese nombre de Ralph Lauren, pero no llegó a comercializarse. Aun así, es el primer videojuego diseñado y programado por una mujer.

El primer videojuego diseñado por una mujer que se comercializó fue 3D Tic-Tac-Toe en 1980, también programado por Carol Shaw, un tres en raya tridimensional con cuatro tableros. En aquella época el programador también tenía que encargarse del diseño, los gráficos y el sonido. Luego hizo otros juegos como Video Checkers y un programa de cálculo para el ordenador Atari 800. Tras programar varios de los primeros juegos de la 2600, en 1980 dejó Atari, para salir un poco de los videojuegos para enrolarse en Tandem Computers, donde estuvo 16 meses trabajando en un procesador utilizando sus conocimientos de lenguaje ensamblador.

Algunos antiguos compañeros de Atari le llamaron en 1982 porque habían fundado una nueva compañía de videojuegos, Activision, y Carol aceptó la oferta. Ella quería hacer un juego con temática espacial inspirado en una máquina recreativa, pero había muchos juegos similares y sus colegas la animaron a idear algo diferente.

Así, en 1982 se lanzó River Raid con el nombre de Carol Shaw en la portada, ya que Activision quería tratar a sus programadores como a las estrellas de cine. Se trataba de un shooter con scroll vertical en el que un jet no podía salir de la zona del río y necesitaba recargar combustible. Era innovador ya que incluía novedades como movimiento en los cuatro lados de la pantalla, un motor de inteligencia artificial para que los enemigos se cruzasen en el camino en el momento oportuno o cambios de velocidad del vuelo; además, el decorado cambiaba de forma aleatoria para que ninguna partida fuera igual, y si el jugador conseguía una puntuación muy alta podía hacerse una foto y recibir un parche del videojuego.

Se vendieron más de un millón de unidades, por lo que Carol recibió un Cartucho de Platino. Shaw destacó que sin las aportaciones constructivas de sus compañeros de Activision, el éxito de River Raid no habría sido posible. El juego ganó varios premios, incluyendo el de “Mejor Videojuego de Acción” en los Premios Arkie 1984 de la revista Electronic Games.

En 1990, tras sopesar la situación bastante cambiante del sector de los videojuegos y la presión constante de fechas de entregas, decidió que podía jubilarse con lo que había ganado hasta entonces; contaba 35 años y sus ganancias de River Ride, así como sus inversiones le permitían retirarse sin preocupaciones económicas. Inició una nueva etapa como voluntaria en diferentes organizaciones. En la edición de The Game Awards de 2017, Carol Shaw recibió el galardón de “Ícono de la Industria”.

Carol Shaw comenta que la programación ahora se enseña en muchas escuelas de enseñanza básica, lo que ayuda a disminuir la brecha de género, y ya no es un campo tan masculinizado como en su juventud; pero reconoce que aún queda un largo camino por recorrer hasta que las mujeres estén igualmente representadas en campos como la ingeniería.

A las mujeres y niñas interesadas en la informática o el diseño de juegos les dice: "Si eso es algo que les gusta hacer, deberían seguir adelante, sin dejar que la gente les diga que no pueden hacerlo. Lo principal es encontrar algo que le guste hacer y que le interese ".


Fuentes consultadas:

De Polo game a River Raid. Carol Shaw, primera diseñadora de videojuegos de ordenador.

10 mujeres programadoras pioneras en informática.

Women in STEM: Carol Shaw.

Carol Shaw

Carol Shaw, Atari’s First Female Video Game Developer.

Carmen Victoria Félix Chaidez

(México,1985)

Fotografía de Margaret Domínguez

Ingeniera en Electrónica y Telecomunicaciones. Primera mexicana en graduarse del programa Científico-Astronauta PoSSUM, respaldado por la NASA.

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Fotografía de Margaret Domínguez

Ingeniera en Electrónica y Telecomunicaciones. Primera mexicana en graduarse del programa Científico-Astronauta PoSSUM, respaldado por la NASA.

Originaria de Culiacán, Sinaloa. Desde pequeña le gustaron las estrellas. A los cinco años de edad, su papá la llevó por la noche a observar las estrellas en el cielo, y encontrar constelaciones, fue cuando supo que quería dedicarse a explorar el espacio. Soñaba con viajar a las estrellas, recuerda que le daba curiosidad ver el cielo y ver cómo algunas estrellas brillaban más que otras y cómo la Luna cambiaba de media Luna a completa. “El día que conocí las historias de que el hombre había ido a la Luna, de ahí nace mi sueño de ir a la Luna yo también y dedicarme a saber más del universo”, comenta. A los doce años, la primera vez que navegó por internet, buscó el sitio de la NASA para conocer los requisitos para ser astronauta.

Cuando quiso escoger una carrera pensó en Astronomía o Ingeniería Aeroespacial, pero ninguna de esas carreras se encontraba en Culiacán. Con la curiosidad de conocer más, en 2002, a los 17 años de edad, asistió al Congreso Internacional de Astronáutica en Houston, donde pudo conversar con astronautas e ingenieros que trabajaban en el proyecto de la Estación Espacial Internacional, lo que impulsó aún más su deseo de seguir con su sueño de niña.

“Me quedé muy sorprendida de saber que el sector espacial era muy grande y no solo Estados Unidos. Había gente de todos lados. Tuve la oportunidad de escuchar una plática entre astronautas, y al final me acerqué y le conté a uno de ellos que tenía el sueño de estar cerca del espacio, pero que yo era de México y no sabía qué camino seguir. El astronauta Mike Massimino me dijo que lo que estudiara tenía que ser algo que me gustara mucho, y que el perfil que busca la NASA es de ingeniero y científico”, comenta Carmen.

Con ese objetivo en mente, estudió Ingeniería en Electrónica y Comunicaciones (IEC) en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM). Al concluir su carrera, Carmen Félix trabajó durante algunos años en AT&T y Texas Instruments mientras buscaba opciones de especialización en el área de su interés. Fue así como encontró la International Space University (ISU), en Francia, para estudiar Ciencias Espaciales, la especialización que le abriría todas las puertas y que sería la llave de su sueño.

“Metí mis papeles y me dieron una beca. Me fui a estudiar la maestría a Francia. Como parte de la maestría, nos dan la oportunidad de buscar un internado y yo tuve la oportunidad de irme a trabajar a la NASA Ames, en el Departamento de Pequeños Satélites”, narra. Para su gran fortuna, una vez que el internado terminó, la NASA Ames le ofreció trabajo para continuar con las investigaciones que había iniciado en ese entonces, y gustosamente aceptó. Específicamente su trabajo se enfocó en probar si era factible la idea de utilizar productos comerciales para implementarse en la construcción de pequeños satélites y así reducir costos a futuro. “Es muy costosa la formación de un satélite cuando sabes que todos los componentes que usas tienen que estar certificados y tener la calidad para soportar las condiciones del espacio” explica.

Sin embargo, el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el 1 de febrero del 2010 canceló el proyecto Constelación debido a recortes presupuestarios. Este proyecto, que había sido presentado por su antecesor, buscaba diseñar una nueva generación de naves para regresar al satélite terrestre antes de 2020, y desde allí viajar a Marte. Fue entonces cuando regresó a México para ayudar en la creación de la Agencia Espacial Mexicana con propuestas en base a sus conocimientos adquiridos. También participó como una de los expertos en la creación de la Agencia Espacial Mexicana, donde compartió sus ideas y propuestas para los inicios del ámbito espacial en su país.

Carmen ha continuado colaborando con la NASA, aunque no como empleada de la agencia: “He hecho proyectos con NASA, por ejemplo, simulaciones en diferentes partes del mundo. En esos proyectos NASA nos envía experimentos en los cuales nosotros los probamos durante simulaciones de exploración al planeta Marte”.

Actualmente, Carmen Félix trabaja en la Asociación Internacional por el Avance de la Seguridad Espacial, en Holanda, donde dirige el tema aeroespacial en el capítulo holandés de la Red de Talentos Mexicanos en el Exterior. También ha participado en la campaña de micro-gravedad en Canadá, probando experimentos de MIT en Cero G, trajes espaciales y la prenda de la Agencia Espacial de Canadá que será utilizada para volar al espacio y medir datos biomédicos de los astronautas en la Estación Espacial Internacional.

También ha trabajado como ingeniera en varias misiones análogas de Marte para la creación de un traje espacial específico diseñado para Marte, en conjunto con el Austrian Space Forum; además de colaborar con proyectos del Centro Espacial Kennedy de la NASA y el Instituto Tecnológico de Florida. En 2016 participó en una simulación en el Mars Desert Research Station, de Utah. En la prueba, la astronauta tuvo que estar aislada en una cápsula junto a los demás compañeros.

Es la primera mexicana en ser aceptada en el Project PoSSUM, el primer y único programa de investigación suborbital con tripulación, respaldado por la NASA; el cual es de iniciativa privada, no gubernamental. El programa busca entrenar a las y los ciudadanos científicos para poder realizar experimentos en el espacio.

En 2018 se graduó del programa Científico-Astronauta PoSSUM y continúa con su entrenamiento, el cual incluye vuelos acrobáticos, pruebas y operaciones en traje espacial, egresos de cápsulas espaciales, procedimientos de emergencias y supervivencia en mar abierto, con el ánimo de conseguir su sueño, ese programa en algún futuro lanzará vuelos con naves comerciales, con compañías Blue Origin, Virgin Galactic o SpaceX, que están desarrollando su capacidad, sin depender de las agencias gubernamentales.

El ser una mujer extranjera intentando abrirse paso en un ambiente dominado por hombres le representó una serie de limitantes, pero eso nunca fue motivo para desanimarse o bajar su ritmo de trabajo. Enfática señala: “Mi sueño es viajar al espacio algún día, pero en el camino, mientras voy aprendiendo”. Le gusta animar a las demás personas a cumplir también cualquier cosa que deseen, inspirarlas con su ejemplo, en especial, subraya: “A las niñas y jóvenes les quiero decir que se permitan pensar y soñar qué tan lejos quieren llegar y una vez que lo visualicen y lo decidan que trabajen mucho, que estudien mucho porque todo llega, todo se cumple”.

Por ello, durante la última década Carmen ha trabajado con el Consejo Asesor de la Generación Espacial, una organización que apoya el programa de aplicaciones espaciales de la ONU, encabezando eventos relacionados con el espacio para las generaciones más jóvenes alrededor del mundo. En el periodo 2009-2010 fui la única mujer en la NASA y estuvo coordinando programas para que más estudiantes pudieran realizar estancias profesionales.


Fuentes consultadas:

Carmen Félix, amor por el espacio.

Carmen Félix, astronauta.

Carmen Victoria Félix.

Ella es Carmen Félix, la primera astronauta análoga mexicana.

Las estrellas y la Luna me llevaron a la NASA

Vera Cooper Rubin

(Estados Unidos 1928 - 2016)

Vera Cooper Rubin

Astrónoma. Aportó la primera evidencia directa de la existencia de la materia oscura, que compone casi 90% del universo y cuyas propiedades apenas son conocidas por la ciencia. Por su trabajo recibió todos los honores en astronomía, salvo el premio Nobel.

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Fotografía de Limor Fried

Astrónoma. Aportó la primera evidencia directa de la existencia de la materia oscura, que compone casi 90% del universo y cuyas propiedades apenas son conocidas por la ciencia. Por su trabajo recibió todos los honores en astronomía, salvo el premio Nobel.

Vera Florence Cooper nació en Filadelfia (EEUU) en una familia judía de clase media, era la menor de dos hermanas. Su madre laboró en la compañía telefónica Bell hasta su matrimonio, empresa de la que también era parte su padre, ingeniero eléctrico. Eran los tiempos de la Gran Depresión y una serie de vaivenes llevaron a la familia a establecerse en la ciudad de Washington, cuando su padre obtuvo un puesto en el Departamento de Agricultura.

A los diez años Vera quedó fascinada por las órbitas de las estrellas cuando exploraba el cielo desde su nuevo dormitorio en Washington D.C.; su cama se situaba al lado de un gran ventanal orientado al norte. Por la noche podía contemplar las estrellas y su rotación alrededor del polo; así como la trayectoria de meteoritos y alineaciones planetarias. Así decidió dedicarse a la astronomía. Su padre ayudó a Vera a construir un telescopio de cartón y la acompañaba a las reuniones del Club de Astrónomos Amateur, a las que comenzó a asistir a los catorce años de edad. También, durante los viajes para visitar a su familia, su padre le planteaba enigmas matemáticos y ella observaba las matrículas de otros vehículos, aprendiendo sin saberlo, combinatoria de forma autodidacta. Él la animaba a estudiar y convertirse en una matemática profesional, ya que dudaba que convertirse en astrónoma pudiera ser una carrera redituable para su hija.

Desde la escuela secundaria Vera experimentó las dificultades que le acompañarían en su formación y trayectoria como mujer astrónoma.

Mientras que su profesor de matemáticas animaba a su clase a pensar por sí mismos y les planteaba problemas que no les había enseñado a resolver, para que imaginaran posibles respuestas, también contaba con un profesor de ciencias que simplemente ignoraba a las chicas.

Vera buscó inscribirse en las universidades de Pensylvania y de Swarthmore, pero las personas a cargo de las entrevistas para la admisión no se tomaron en serio su solicitud; incluso una de ellas le dijo que podría dedicarse a pintar paisajes astronómicos, ya que tanto la astronomía como la pintura se encontraban entre sus intereses. Para continuar sus estudios buscó un lugar con una atmósfera más favorable: ganó una beca para asistir al Vassar College de Nueva York, universidad que, desde su fundación en 1865, se preocupaba por la promoción de las mujeres en todos los campos del saber. Allí estudió desde 1945 hasta 1948, cuando concluyó sus estudios en astronomía.

Después quiso matricularse en Princeton, pero esa universidad no permitía mujeres en el programa de Estudios Astronómicos (restricción que la institución mantuvo hasta 1975); por lo que optó por la estudiar Física en la Universidad de Cornell, ya que su marido, que era miembro de la armada, fue destinado allí para estudiar química, y a quien Vera conoció en 1947 durante las vacaciones de verano mientras trabajaba como computadora en el Observatorio Naval de Investigación.

Bajo la supervisión del Dr. Stahr, Vera Rubin realizó su tesis de máster en dicha universidad sobre la distribución de las velocidades de las galaxias. Cuando su tutor le propuso que él presentaría su trabajo en la reunión de la Sociedad Astronómica Norteamericana, pues ella recientemente había sido madre, rechazó la oferta. Vera presentó su trabajo en dicha reunión; los resultados de su ponencia fueron tan discutidos que el Washington Post publicó “Joven madre encuentra el centro de la creación o algo parecido”.

Durante seis meses abandonó su carrera, pero no se resignaba a ser un ama de casa mientras su marido iba a trabajar, por lo que decidieron que ella siguiera su pasión por la astronomía. Con el apoyo constante de su esposo y sus progenitores, Vera Rubin se matriculó en la Universidad Georgetown, donde existía un grado en astronomía. Durante dos años su marido la acompañó a las clases nocturnas, mientras sus padres cuidaban a su hijo. En 1954 terminó su tesis doctoral en la que mostró que las galaxias se agrupaban en grandes asociaciones y no se encontraban distribuidas al azar. Este trabajo se anticipaba quince años al desarrollo científico, pero no consiguió que se publicase en la Astrophysical Journal. Vera permaneció dando clases e investigando en Georgetown durante diez años, en los que además nacieron sus otros dos hijos y su hija, quienes en su totalidad se dedican a la investigación científica: David es geólogo, Judith astrofísica, Karl matemático y Allan geólogo.

Después de su graduación, trabajó como docente en el Universidad Comunitaria del Condado de Montgomery y también en la Universidad de Georgetown como asistente de investigación y profesora asistente. Gracias a un encuentro casual de Vera con Margaret y Geoffrey Burbidge en un simposio, se trasladó en 1963 a California; al trabajar con la pareja de científicos fue la primera vez que sintió que sus ideas en astronomía eran escuchadas. En 1965 fue la primera mujer que utilizó de forma legal el telescopio de Monte Palomar, propiedad de Caltech y la Institución Carnegie. Antes de esto, las mujeres no tenían permiso ni autorización para acceder con facilidad; Vera descubrió que las instalaciones no contaban con sanitarios para mujeres, situación que solucionó con un cromo en una de las puertas de los servicios, para tapar la señalización de “exclusivos para hombres”.

A su vuelta a Washington, aceptó el trabajo que le ofrecieron en el Departamento de Magnetismo Terrestre de la Institución Carnegie donde continuó trabajando por el resto de su vida.

Allí inició su larga colaboración con el astrónomo Kent Ford, inventor de un espectómetro que sirvió a la científica para desarrollar sus estudios sobre las velocidades de rotación de las galaxias espirales. Sus resultados le llevaron a las mismas conclusiones que ya había establecido años atrás durante la realización de su tesis de máster; pero en ese entonces, el ambiente tan poco favorable y competitivo que se generó a su alrededor la motivaron a cambiar su campo de actividad hacia estudios sobre la estructura de las galaxias espirales, que culminaron con el estudio sistemático de curvas de rotación de galaxias de diferentes tipos morfológicos.

Fue así que, a finales de 1970, Vera Rubin y Kent Ford, del Instituto Carnegie de Washington miraron, confundidos, las lecturas de las tarjetas perforadas de sus observaciones de la Galaxia de Andrómeda. La gran espiral parecía estar girando mal: en contra de las expectativas, todas las curvas de rotación eran bastante parecidas y mostraban un aplanamiento hasta distancias muy lejos del centro. El material en los bordes se movía tan rápido como el material cerca del centro, violando las leyes de Newton del movimiento.

Esto representó la primera evidencia directa de la materia oscura, pero la explicación para ese comportamiento extraño no llegó a estar clara para Rubin hasta dos años más tarde: la única explicación plausible para su hallazgo es que hay diez veces más materia que la estrictamente luminosa. Se dio cuenta que este resultado apoyaba el trabajo de Zwicky de 1930 sobre la existencia de una gran cantidad de materia oscura en el universo.

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Desde 1978 Rubin y su grupo analizaron más de doscientas galaxias, estimando que aproximadamente 90% de la materia del universo se halla en forma de materia oscura. Se trata de una forma de materia que no emite luz ni interactúa con la materia común; su presencia solo puede inferirse a partir de los efectos gravitacionales que provoca sobre la materia visible (estrellas, galaxias y aglomerados de galaxias). Vera Rubin nunca dejó de explorar este importante descubrimiento para entender el universo que nos rodea. La comunidad científica sabe ahora que la materia oscura comprende alrededor del 84% del material del universo. Sus partículas invisibles pululan a través de todo el cosmos.

El descubrimiento de esta sustancia extraña merece un Premio Nobel, que para Vera Rubin, nunca llegó; falleció el 25 de diciembre de 1986, sin haber recibido esta distinción que, en opinión de sus colegas, era más que merecida por sus décadas de trabajo y de la relevancia de su investigación y sus descubrimientos, fundamentales para el desarrollo de la astrofísica y el concepto actual del universo. Quedó de manifiesto que la Física aún es un campo completamente masculinizado; solamente dos mujeres han recibido el Nobel de Física, único reconocimiento del campo astronómico que Vera Rubin no recibió.

En 1993 recibió la Medalla Nacional de la Ciencia, la más alta distinción a la ciencia que otorga el congreso de Estados Unidos; fue la segunda mujer en recibir la Medalla de Oro de la Real Sociedad Astronómica (Reino Unido), distinción que le fue otorgada en 1996; en 1994 el premio Henry Norris Russell Lectureship de la Sociedad Americana de Astronomía (USA) y el premio Jansky del Observatorio Radio Astronómico Nacional (USA), así como el premio Gruber de Cosmología (Fundación Gruber, USA) en 2002 y la Medalla Bruce en Astronomía de la Sociedad Astronómica del Pacífico (USA) en 2003.

A lo largo de su carrera, Vera tuvo que luchar para ganarse la credibilidad como astrónoma y por ello, siempre trató de ayudar y animar a las mujeres jóvenes a seguir sus sueños de investigar el universo. Junto con su mentora Margaret Burbidge, pugnó por un mayor reconocimiento de las mujeres en la ciencia, promoviendo la inclusión de más mujeres en la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, así como por su participación en conferencias y en los paneles de revisión de artículos científicos. Asimismo, se acercó a las y los niños a través de un libro titulado Mi abuela es astrónoma, para que sintieran la felicidad que ella experimentaba contemplando el cielo nocturno.


Fuentes consultadas:

Vera Rubin: La descubridora de la materia oscura.

Vera Rubin. La madre de la materia oscura.

Vera, la espía de las estrellas.

Vera Rubin in the pages of Physics Today.

Vera Rubin, Pioneering Astronomer, Dies at 88.

Margaret Domínguez Rodríguez

(México, 1986)

Fotografía de Margaret Domínguez

Física e Ingeniera Óptica, es la ingeniera a cargo del sistema óptico del telescopio Espacial Infrarrojo de Amplio Campo de Visión (WFIRST por sus siglas en inglés), proyecto de la NASA que a partir del 2025 buscará vida en otras partes del universo.

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Fotografía de Margaret Domínguez

Física e Ingeniera Óptica, es la ingeniera a cargo del sistema óptico del telescopio Espacial Infrarrojo de Amplio Campo de Visión (WFIRST por sus siglas en inglés), proyecto de la NASA que a partir del 2025 buscará vida en otras partes del universo.

Margaret Zoila Domínguez Rodríguez es originaria de Tecamachalco, Puebla y creció como la mayor de cuatro hermanas, en el seno de una familia en la cual les inculcaron la perseverancia en todos los aspectos, especialmente, en el de la educación.

A la edad de 13 años, mientras estaba en una fiesta en lugar de divertirse y salir a bailar tomó una servilleta para dibujar los patrones de distribución de la luz que se generaban con la disco ball del lugar. Para Margaret Domínguez las ciencias exactas, álgebra, física y química se convirtieron en sus materias preferidas mientras cursaba la secundaria; su madre y su padre la apoyaban mucho y la animaron a estudiar aquello que le gustara y la hiciera feliz. Estudió y concluyó su educación básica en el Instituto Atenas de Tecamachalco.

Estudiante de Física en la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), sus sueños comenzaron, primero con un intercambio de un año académico en Montreal, Canadá, en la Universidad McGill, y así cursó el 5º y 6º semestre de física entre 2006 y 2007. Recuerda que aquella fue una época difícil, “por los idiomas y porque era la primera vez que dejaba México. Obviamente el nivel es diferente, siempre piensas que estás trabajando muy duro, y te das cuenta que aún hay que trabajar más duro para ser bueno”.

La hoy ingeniera óptica en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), en Greenbelt, Estados Unidos, narra que su llegada a la NASA fue cosa del destino, pues en febrero de 2008, participó en la organización del Segundo Congreso Nacional Universitario. Uno de los ponentes invitados al encuentro fue Jonathan P. Gardner, jefe del laboratorio de Cosmología Observacional del Centro de Aviación Espacial Goddard (GSFC por sus siglas en inglés), quien invitó a la estudiante al programa de prácticas profesionales de la NASA. Domínguez aceptó la recomendación, presentó su solicitud y en abril de 2008 fue aceptada en la iniciativa de diez semanas.

Desde 2010 se incorporó de manera definitiva en la NASA, ya que mientras trabajaba se abrió una plaza para laborar de manera formal en un sistema de trabajo para estudiantes aún no graduados conocido como Undergraduate CO-OP. Después de aplicar para la plaza y tener una entrevista, regresó a Puebla a concluir su licenciatura y tesis, aunque pronto fue contactada para avisarle que había sido aceptada para el trabajo en el GSFC; lo que retrasó un poco su graduación.

La óptica estudia la luz, que está en todos lados, y es un tema intrínseco de la física. Cuando llegó a la NASA, entró al Departamento de Óptica y le gustó mucho el trabajo de laboratorio. Margaret Domínguez narra que su jefe la impulsó a postular a una maestría en la Universidad de Arizona, en la que fue aceptada para realizar un posgrado con una beca completa.

En 2013 concluyó el programa de maestría en Ciencias Ópticas y para 2019 se encontraba en el proceso de concluir el doctorado, gracias a la investigación que realiza en el GSFC de la NASA. Su tesis de doctorado se basa en su colaboración en el Telescopio Espacial Infrarrojo de Amplio Campo de Visión (WFIRST por sus siglas en inglés), para desarrollar un instrumento similar a un prisma, del tamaño de la palma de una mano, que permitirá realizar diferentes fenómenos ópticos.

Margaret comenta que uno de los objetivos científicos de la NASA es estudiar el universo, y necesita muchas disciplinas para lograrlo. Su labor en la NASA es diseñar telescopios con espejos y lentes específicos. Al describir su trabajo en el departamento de óptica del GSFC en el área de ensamblaje, integración y metrología, Domínguez detalla: “me toca recibir los componentes y los integro para que se comporten conforme lo planeado”.

Ha trabajado con varios telescopios: pudo examinar algunas de las muestras testigo colocadas a bordo del Telescopio Hubble después de una misión; así como colaborar en la calibración y mantenimiento del equipo del proyecto del Telescopio Espacial James Webb, que habrá de lanzarse en 2021 para que los astrónomos estudien la historia del universo.

Fotografía de Margaret Domínguez

Cuando Margaret Domínguez comenzó su trabajo de tiempo completo en la NASA en 2014, se incorporó al proyecto del WFIRST y actualmente es la ingeniera a cargo del sistema óptico que se instalará en este telescopio espacial, que se planea estará en órbita en 2025, para obtener información que permitirá entender de mejor forma el concepto de “masa oscura” y analizará diferentes puntos del universo en busca de pruebas sobre vida en otros planetas. En 2010 el WFIRST fue concebido como una misión para estudiar la energía oscura, anunció la NASA; Pero en 2012 sus funciones incrementaron, y ahora tiene como objetivo estudiar y medir los efectos de la materia y la energía oscura, el comportamiento de los exoplanetas y descubrir nuevas galaxias. Todo esto con la intención de saber si hay vida en otros mundos y cómo ha sido la evolución del universo desde el origen hasta nuestros días.

Este nuevo instrumento será tan grande como el telescopio Hubble, pero estará situado tan lejos como el James Webb, pues estará a 1.5 millones de kilómetros de la Tierra y tendrá un campo de visión cien veces superior al Hubble —lo que permitirá estudiar hasta diez mil galaxias al mismo tiempo— y estará dotado de un coronógrafo interno (dispositivo que bloquea la luz de un objeto central) para permitir la observación directa de exoplanetas, que son los planetas fuera del Sistema Solar.

Para Margaret la curiosidad es la clave para la vida y de la ciencia, porque permite seguir buscando respuestas y avanzar hacia metas que en un principio parecían imposibles. “Ahora trabajo con un prototipo, en un laboratorio, y la curiosidad es la clave: como en la primaria, pregunto ¿qué pasaría si hiciera esto?” Es maravilloso tener una idea y ejecutarla con apoyo de otros investigadores y diferentes recursos disponibles en los laboratorios de la NASA. “Me encanta hacer pruebas y experimentos todos los días”.

Señala que, afortunadamente, en la NASA no ha enfrentado machismo en el campo laboral. Siempre la han tratado como una profesional competente y eso le permite concentrarse en su trabajo; aunque reconoce que en el 95% de las juntas, suele ser la única mujer y la única persona hispana, ya que, entre el 5% y 10% somos mujeres en el área de la física y las matemáticas y en el área de óptica, somos entre el 15% y el 20%. Tenemos que ser muchas más en estos campos, señala.

Fomentar el interés por las carreras científicas es una de las labores desempeñadas por Margaret. En particular, es importante desmitificar estas áreas y dar a conocer a las y los jóvenes, que pueden labrarse futuros brillantes en la ciencia. Por eso, cuando no estaba haciendo su tesis, acudía como voluntaria a museos y centros de ciencias, para dar charlas a estudiantes y sus padres. Entre las recomendaciones que da a las y los jóvenes para completar sus objetivos de estudio se encuentra: “busca y define lo que te gusta, ya sea la ciencia o cualquier otra profesión; busca los recursos para que puedas ser exitoso (becas, foros, programas de ayuda, etc.) y tener presente que tendrás que trabajar muy duro, todo es el resultado del esfuerzo y sacrificio”.

Su mensaje específico es para las niñas, y principalmente para sus profesores, madres y padres: “Si a una niña le gustan las matemáticas o las ciencias, ¡por favor no la desanimen! Va a poder estudiar un área muy demandada y bien pagada”.

Durante las pláticas que imparte durante sus visitas a México, a las jóvenes les dice: “Si te graduaste de bachillerato y tienes entre 25 y 64 años, y te dedicas a cualquier área profesional, existe un 85% de que estés trabajando, pero si te dedicas a alguna área de ciencia y tecnología la probabilidad es más elevada”. Margaret declaró que este tipo de áreas tiene proyección y demanda en México, además de ser muy bien pagadas. También comparte “las mujeres que estudian profesiones relacionadas a la ciencia y tecnología perciben un salario 33% mayor a quienes se dedican a la docencia y enfermería” e hizo énfasis en que menos del 1% de las mujeres en el mundo estudian ciencias computacionales.

Como mexicana, latina e hispanoparlante, piensa que hay muy pocas personas, hombres y mujeres, en el campo científico, y su responsabilidad y pasión es mostrar un camino como el que a ella se le presentó, que siempre la hicieron sentir cómoda con sus capacidades y habilidades, y con la posibilidad de un gran futuro en la aventura de las ciencias.


Fuentes consultadas:

Margaret Domínguez conquista la NASA.

Ingeniera poblana busca vida en otros planetas desde la NASA.

“Hoy sabemos que el universo se está expandiendo de forma acelerada”.

Margaret Domínguez, la mexicana que conquistó la NASA de la mano de la óptica.

La ciencia abre futuros brillantes.


Maryam Mirzakhani

(Irán 1977- Estados Unidos 2017)

Limor Fried

Matemática iraní, fue la primera mujer en recibir la medalla Fields, distinción equivalente al Nobel de las Matemáticas.

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Fotografía de Limor Fried

Maryam nació el 12 de mayo de 1977 en Teherán, la capital iraní, donde también transcurrió su infancia. Cuando le preguntaban sobre las dificultades que enfrentó por ser mujer en un país musulmán, ella siempre respondía que en realidad no habían sido tantas como la gente se imaginaba. Nació un par de años antes del triunfo de la Revolución Islámica y se crio en el Irán de Jomeini. En esa época los colegios estaban segregados por sexos, pero las niñas podían estudiar. “En muchos sentidos fue un buen entorno para mí, aunque durante la guerra de Irán-Irak hubo épocas difíciles”, aseguraba. Tenía tres hermanos y su madre y padre eran comprensivos y les animaban a dedicarse a algo significativo y que les llenara de verdad, aunque el éxito no era algo que les preocupara.

Le dolía que las personas jóvenes no dieran a las matemáticas una auténtica oportunidad, que su aparente aridez les desmotivara a la primera de cambio. A eso se refería cuando hablaba de la paciencia necesaria para descubrir su belleza. Entendía que niñas y niños las vieran como algo frío y poco práctico. Sin sentido. A ella misma le había pasado. De pequeña le encantaba leer, quería ser escritora y sus notas en matemáticas eran bastante mediocres.

Durante la adolescencia tampoco destacó en esa área, aunque aprobó el examen de admisión para entrar en la Escuela Farzanegan para niñas, administrada por la Organización Nacional para el Desarrollo de Talentos Excepcionales. Recordaba que una de sus maestras no la consideraba talentosa en matemáticas y perdió interés, hasta que, al cambiar de profesora, mejoró considerablemente su desempeño.

Pero fue su hermano mayor quien le contagió la pasión de las matemáticas. “Mi hermano mayor fue el que me interesó en las ciencias. Solía contarme lo que había aprendido en la escuela”. “Mi primer recuerdo sobre las matemáticas probablemente sea el de la vez en la que me habló sobre el problema de la suma de números del 1 al 100. Creo que él había leído en una revista científica la anécdota de cómo un Gauss de diez años descubrió la simetría de las progresiones aritméticas durante un castigo en el colegio. La solución para resolver un problema matemático me fascinó. Fue la primera vez que disfruté de la belleza de una solución, aunque no la hubiera encontrado yo misma”.

Solía comentar que, junto con su amiga Roya, pidió a la directora que en su colegio les impartieran cursos de matemáticas como los que había en los colegios masculinos, pues deseaban prepararse para participar en contiendas matemáticas, entusiasmadas por haber logrado resolver la mitad de los problemas planteados en un concurso de informática.

En el último año de instituto, a los 17 años, ganó la medalla de oro en la Olimpiada Nacional Iraní de Matemáticas y fue la primera joven en representar a su país en la Olimpiada Internacional de Matemáticas; ganó medallas de oro en las competiciones de 1994 y 1995, en la cual obtuvo una puntuación perfecta.

Su ascenso fue después imparable: en 1999 concluyó su licenciatura en matemáticas en la Universidad Sharif de Tecnología de Irán y su genialidad la llevó a la Universidad de Harvard a pesar de casi no hablar inglés. En su tesis doctoral del 2004 resolvió dos intrincados problemas de geometría hiperbólica que impresionaron a la comunidad. De ahí ingresó a Princeton como profesor asistente, después trabajó como investigadora en el Instituto Clay de Matemáticas y en 2008 consiguió una plaza de catedrática en Stanford.

Resulta paradójico que la persona detrás de esta meteórica carrera se definiera a sí misma como una matemática “lenta: decía que “hay que dedicar esfuerzo y energía para ver la belleza de las matemáticas”. “Tu problema evoluciona como un personaje vivo. Y debes ser muy preciso en lo que dices, todo debe encajar como los engranajes de un reloj”. “Es divertido, es como hacer un puzzle o resolver un misterio de asesinato”, comentaba.

En 2009 ganó el Premio Blumenthal de la American Mathematical Society y en 2013 el Ruth Lyttle Satter, que premia el trabajo de las mujeres en ciencia. Aceptaba premios y reconocimientos con la esperanza de que otras jóvenes se animaran a seguir su camino.

Especializada en matemáticas teóricas, en particular se interesó en las superficies hiperbólicas, que son, por decir, objetos con forma de donuts, con uno o más hoyos. En tales superficies el camino más corto entre dos puntos puede ser una curva (conocida como geodésica); contar los posibles trayectos, era un problema que por décadas había permanecido irresuelto.

Maryam logró resolver ese problema y relacionarlo con dos importantes preguntas de la geometría a las que también dio solución: el cálculo del volumen (denominado de Weil-Petersson) del conjunto que permite distinguir entre dos superficies hiperbólicas (el llamado espacio de moduli). Además, aplicó estas ideas para demostrar de forma alternativa la famosa conjetura de Witten, inicialmente probada por el matemático ruso Maxim Kontsevich, también medalla Fields.

Cuando trabajaba, Maryam hacía garabatos, dibujando formas y superficies para ayudar a concentrarse. Al pensar en un problema complicado, Maryam no se distraía en pequeños detalles. Daba grandes saltos de idea en idea, como un saltamontes, entre las hojas. Su pequeña hija decía “la mamá está dibujando, también está comprobando un teorema”.

Ella demostró un talento único para relacionar ideas provenientes de distintas áreas de las matemáticas. Desarrolló su carrera en los campos del espacio de Teichmüller, la geometría hiperbólica, la teoría ergódica y la geometría simpléctica. Sus estudios abarcan impactantes y originales investigaciones sobre geometría y sistemas dinámicos, con implicaciones para la física y la teoría cuántica de campos. Su trabajo en superficies de Riemann y sus modelos espaciales conectan varias disciplinas matemáticas, como álgebra, cálculo, análisis complejo y geometría hiperbólica e influyen en todas ellas. Su obra se conecta con el estudio de los números primos y la criptografía.

El jurado de la medalla Fields reconoció con el premio su contribución a la comprensión de la simetría de las superficies curvas, que ganó en 2014 a sus 37 años de edad, cuando ya su estado de salud era delicado, debido al cáncer de mama que se le había diagnosticado un año antes, el cual fue invadiendo también sus huesos. Aun así, dejó algunos testimonios inspiradores ante los medios, que estaban ansiosos por entrevistar a la primera mujer en obtener dicho reconocimiento, y que además de todo, era iraní. “Seré feliz si esto anima a las mujeres científicas y matemáticas jóvenes. Estoy segura de que habrá muchas más mujeres que ganen este tipo de premio en los próximos años”, explicaba la galardonada.Imagen Decorativa

La matemática no solo franqueó muros de género y culturales. La lucha que emprendió contra el agresivo cáncer de mama que acabaría con su vida en julio de 2017 —con 40 años— la convirtió también en un referente.

En honor a Maryam Mirzakhani, en el Congreso Internacional de Matemáticas, celebrado en Río de Janeiro en 2018, se instituyó el 12 de mayo como el Día Internacional de las Mujeres Matemáticas, a celebrarse a partir de 2019, con el objetivo de inspirar a las mujeres matemáticas de todo el mundo, encomiar sus logros y fomentar un ambiente de trabajo abierto, acogedor e inclusivo para toda la comunidad matemática.


Fuentes consultadas:

La ingeniosa Maryam Mirzakhani.

Maryam Mirzahkani y la belleza de las matemáticas.

Maryam Mirzakhani, la matemática iraní que dedicó su vida a la belleza de las matemáticas.

En recuerdo de Maryam Mirzakhani, la exploradora de superficies.

Maryam Mirzakhani: “Dibujar garabatos ayuda a mantenerse conectada al problema”.

12 de mayo el "Día Internacional de las Mujeres Matemáticas".

Eva Galperin

(Letonia – 1978 aprox.)

Fotografía de Priya Lakhani

Experta en seguridad digital, se ha dedicado a la defensa de las libertades en internet y proteger la privacidad y seguridad de poblaciones vulnerables; apoya a mujeres contra el acoso cibernético, en particular, a las víctimas de violencia doméstica.

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Fotografía de Priya Lakhani

Nacida en Letonia y de ascendencia judía, su familia huyó a inicios de la década de 1980 de la Unión Soviética y llegó como refugiada política a California. En aquella década, Silicon Valley ya estaba creciendo y su madre, que era biotecnóloga, así como su padre, que era informático, encontraron allí un lugar para prosperar.

"Me criaron en una casa con muchos ordenadores", recuerda Galperin sobre aquella época. Se crió tecleando con el sistema operativo Unix y se pudo maravillar con la World Wide Web (red informática mundial) siendo una preadolescente, cuando todavía era algo que muy pocas personas disfrutaban. Muy probablemente, era la única que a los doce años de edad navegaba en internet.

Con sus antecedentes familiares y viviendo en Silicon Valley, a mediados de los 90’s del siglo veinte comenzó sus estudios de ingeniería en informática, que dejó inconclusos, para trabajar como consultora de seguridad, administrando sistemas informáticos.

A inicios del siglo XXI, el mercado colapsó: eran los tiempos de la burbuja de las puntocoms y Eva regresó a la Universidad de San Francisco para estudiar Ciencias Políticas a la par que Relaciones Internacionales, dos carreras en las que se graduó. También comenzó a aprender chino. Trabajó en el Instituto de Política China- Estados Unidos, donde ayudaba a organizar conferencias e investigaba sobre la política energética china.

En 2007 y mientras esperaba para entrar a la facultad de Derecho, Galperin comenzó a trabajar en el equipo jurídico de la Fundación Frontera Electrónica (EFF por sus siglas en inglés), para después pasar al área de activismo en la misma organización, que desde 1990 ha defendido las libertades civiles en internet. Como coordinadora internacional de libertad de expresión, Eva Galperin participó en algunas campañas, como las protestas contra las leyes estadounidenses SOPA y PIPA o contra la censura en el norte de África y Oriente Medio; también elaboró informes, por ejemplo, sobre la situación en Siria.

Desde 2017, Eva es directora de ciberseguridad en la EFF, sus principales preocupaciones o prioridades, son la privacidad y la seguridad de las personas que usan las tecnologías de la información y comunicación (TIC). Gran parte de su trabajo se enfoca en defender la privacidad y la seguridad en internet como derechos de la ciudadanía. Para conseguir su objetivo, Galperin ha aplicado una combinación de la ciencia política y su bagaje de conocimientos tecnológicos.

La fundación a su cargo también apoya a activistas de derechos humanos, periodistas o abogados ante el ciberespionaje que realizan los gobiernos, así como a otras poblaciones vulnerables. Al respecto, señala que muchas investigaciones sobre ciberseguridad se centran en el espionaje entre naciones y no se preocupan por la ciudadanía de a pie, que no tiene las mismas armas para enfrentar intrusiones informáticas; además de otros tipos de riesgos en la Red, como es el acoso digital por parte de actores no estatales: los denominados haters o trolls.

Eva colabora en el desarrollo de materiales con consejos sobre seguridad y privacidad online, que ayudan a la gente a detectar una contraseña débil y elegir una robusta, a protegerse del phishing (robo de identidad) y el malware (o códigos maliciosos), a utilizar la verificación en dos pasos o a instalar Signal, la aplicación para hacer llamadas y mandar mensajes cifrados. Galperin considera que una de las labores fundamentales es ayudar a las víctimas de ciberacoso a protegerse a sí mismas.

Su labor con mujeres víctimas de abuso doméstico surgió en una entrevista, en que una joven expresó que estaba aterrada, pues alguien que había sido colaborador de Eva, había abusado sexualmente de ella, e intervenía su teléfono celular y otros dispositivos, para espiarla, controlarla y amenazarla. Eso la hizo enojar mucho, nadie debe pasar por esas situaciones. Como desafortunadamente supo Galperin después, ella no había sido la primera ni la única víctima de ese agresor; tampoco era un problema de un solo individuo.

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El abuso y la violencia doméstica, de los que son parte el acoso y el espionaje de actividades, no son problemas nuevos, pero se han agudizado con el desarrollo tecnológico, por ejemplo: rastrear las actividades (tener acceso a contactos, mensajes, correos electrónicos, imágenes) y ubicación de una mujer al introducir programas maliciosos en su smartphone, sin que ella haya dado su autorización, ni sepa que está siendo espiada.

En enero de 2018, Galperin lanzó por medio de Twitter un mensaje, para que la contactaran mujeres que hubieran sufrido acoso sexual por medios digitales, y sospecharan o supieran que un hacker había comprometido sus dispositivos; ella les ofrecía realizar un minucioso análisis forense para identificar las intrusiones. Nueve mil retuits después, tenía un proyecto, y aun hoy día, le siguen llegando dos o tres reportes diariamente de personas que han sufrido este tipo de acoso; en su mayoría mujeres por parte de sus parejas o ex parejas.

Dave Maass, colaborador de investigación de Galperin en EFF, señala que quienes acuden en busca de ayuda no comienzan a contar su historia con “mi teléfono está actuando raro”; ellas cuentan historias terribles como: “fui golpeada”, “sufrí una violación”, “alguien me está amenazando con lastimar a mis hijos”. Tener la fuerza emocional para escuchar tales historias, y recabar evidencia para probarlas, es una de las verdaderas fortalezas de Eva.

A instancias de la propia Eva Galperin, una compañía de antivirus encontró que, en el año previo a 2018, en Estados Unidos 50 mil personas tenían infectado su smartphone con un programa comercial de espionaje o vigilancia, un stalkerware. Otros estudios realizados en noviembre de 2019, mostraron que en el último año se dio un incremento de 35% en el número de dispositivos con estas intrusiones, y se identificaron más de 2 mil 500 aplicaciones de stalkerware

Además de brindar asesoría a quienes sospechan que sus dispositivos electrónicos han sufrido alguna intrusión, también realiza análisis y denuncia públicamente las aplicaciones que se ofertan en el mercado: algunas se promueven como opciones para seguridad de niñas y niños o como herramientas de rastreo en caso de robo o extravío; pero otras, explícitamente se anuncian como herramientas para corroborar las sospechas de infidelidad que puedan tener acerca de su pareja (spouseware). Galperin es enfática al señalar que, aunque la sociedad considera legítima esa vigilancia, ¡puede ser ilegal!, y por supuesto, es falta de ética e inmoral. Tener acceso al smartphone de una persona equivale a tener acceso a su mente.

Ante la magnitud del problema y la permisividad respecto al stalkerware, se decidió a promover acciones en un ámbito más amplio. Recomienda a las compañías que tomen en consideración los posibles usos de las aplicaciones que desarrollan, las cuales pueden derivar en un incremento de la violencia de pareja que sufren las víctimas. Advierte a las compañías de antivirus, que muchas de esas aplicaciones no las etiquetan como maliciosas o sospechosas, y las conmina a que las consideren como posibles malware, para que sean detectadas automáticamente. A los entes reguladores del sector, los insta a que promuevan leyes más duras contra el ciberacoso y que realicen una supervisión más cercana de las compañías que desarrollan u ofertan stalkerware.

A las jóvenes que desean desarrollarse en el ámbito de la ciberseguridad, las anima a que lo hagan, hay muchos campos de investigación, como son las intrusiones en el blockchain o criptomonedas; además de buscar proteger a las poblaciones vulnerables de diversos países, que pueden ser los suyos propios, y también, como ella ha hecho, por la seguridad de las mujeres. Resulta fundamental en los procesos de desarrollo de herramientas digitales pensar en las necesidades de las personas usuarias, así como en evitar posibles sesgos discriminatorios. Sin embargo, quienes desarrollan software en su mayoría son hombres caucásicos, de allí la necesidad de que más mujeres incursionen en estas áreas.

Para adentrarse en tales campos, Eva expresa que la industria de la ciberseguridad necesita hackers y tecnólogas con ética, así como creatividad y empatía, para enfocarse en causas sociales: necesitamos a quienes puedan sostener la mano de las personas que han sido abusadas y acosadas, ya sea por otras personas o por los propios gobiernos; algo que no puede obtenerse simplemente con un título de ciencia computacional.

Cuando no está recopilando nuevos y exóticos malwares, Eva Galperin practica danza área y aprende nuevos idiomas.


Fuentes consultadas:

La 'hacker' nieta del Ejército Rojo que protege a los activistas de los Gobiernos.

Hacking the hacker. 44Profile: Eva Galperin.

Why should you care about stalkerware.

Cybersecurity Workers Need to Learn From Those They’re Trying to Protect.

Lo que debemos saber sobre los softwares de vigilancia.


Limor Fried

(Estados Unidos - 1979)

Limor Fried

Ingeniera eléctrica, pionera del movimiento maker; es considerada una de las mujeres más importantes en el mundo de la tecnología, por su contribución al uso de software y hardware libres. Con su compañía Adafruit Industries, promueve la educación STEM.

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Fotografía de Limor Fried

Limor Fried creció en un lugar cercano a Boston, Massachusetts. Desde la infancia construía, ajustaba y modificaba dispositivos electrónicos, a veces creaba sus propios dispositivos. Le gustaban los programas de TV donde explicaban ciencia, cómo funcionan las cosas y crear artefactos. Su pasión siempre ha sido “jugar con la tecnología”, por eso se decidió a estudiar ingeniería, y a compartir sus conocimientos con otras personas.

Fried ingresó al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) en 1999, donde se graduó en Informática e Ingeniería Eléctrica en 2003 y continuó sus estudios de máster de Ingeniería, que concluyó en 2005. Fue becaria de EYEBEAM, una plataforma que relaciona artistas, sociedad y tecnología.

Como uno de sus trabajos para graduarse en el MIT, creó un proyecto llamado Social Defense Mechanisms: Tools for Reclaiming Our Personal Space. Parte de su tesis consistió en diseñar un bloqueador de teléfono celular / GPS / WiFi de bajo poder, que impide a los teléfonos celulares operar en el espacio personal de un usuario. Limor no quiere, ni ha necesitado, un teléfono celular. Tampoco es partidaria de manejar todas sus cuentas online en una sola compañía (por ejemplo, Google).

Fue en 2005 cuando Fried empezó su proyecto en la habitación de la residencia del MIT, vendiendo a sus conocidos los kits electrónicos que ella misma elaboraba. De día, era una estudiante en el Departamento de Ingeniería Eléctrica e Informática, de noche, era una emprendedora esperanzada; lo cual compaginaba con el espíritu de su alma mater.

Muchos de sus experimentos tuvieron lugar en MITERS, un laboratorio dirigido por estudiantes con equipos de ingeniería eléctrica y "un gran recurso para la ingeniería creativa", dice Fried. Allí, desarrolló algunos de sus primeros dispositivos comerciales, como el MiniPOV, cuya pantalla LED hace que las palabras parezcan flotar en el aire, y el reproductor de MP3 Minty, que cabe dentro de una lata de Altoids.

La ingeniera tenía en mente crear un espacio online para que personas aficionadas, de todas las edades y distintos conocimientos, aprendieran electrónica y pudieran fabricar por sí mismas los productos que diseñaban. Así nació Adafruit Industries, con la idea de ‘hazlo tú mismo’ que es la base del movimiento maker. Adafruit vende principalmente kits de dispositivos electrónicos con licencias de código abierto, animando a sus clientes a modificar los productos finales; ella comparte en línea los planos de diseño de sus productos. Su objetivo principal es la enseñanza de la ingeniería mundial. En este sentido, Fried se refiere a su negocio como “una empresa educativa con una tienda de regalos en la salida”.

En 2006, Limor se mudó a la ciudad de Nueva York para asentar allí su compañía, cuya misión se extiende a la promoción de la educación STEM, que integra la electrónica en el aprendizaje, y la cultura maker. A través de su compañía, Fried está involucrada en el sector educativo, pues trabaja con escuelas, bibliotecas y laboratorios con el fin de acercar la ingeniería a las personas comunes, inspirarlas a usar la tecnología y aprender electrónica, sin mayores complicaciones.

En 2010 la compañía tenía ocho empleados y había enviado más de 3 millones de dólares en productos. Adafruit ahora opera desde un espacio industrial de 50 mil pies cuadrados en el Bajo Manhattan, desde el cual envía cientos de productos por día; para 2018, empleaba a más de cien personas. Tan solo en 2012, la start up ubicada en el bajo Manhattan, facturó casi 10 millones de dólares gracias a sus famosos kits de ‘hágalo usted mismo’. Con más de 50 mil unidades vendidas, el producto líder de Adafruit es el Kit MintyBoost (un cargador a base de estaño Altoids para dispositivos portátiles), una versión mejorada y más reciente del Minty creado en sus tiempos en el MIT. En total, su compañía ha enviado más de millón y medio de kits a personas aficionadas de todas las edades, y cuenta con el mayor acervo de tutoriales de electrónica en línea, gratuitos.

Imagen de Limor Fried

Limor Fried, alias Ladyada (en honor a Ada Lovelace, la primera mujer programadora), cuenta con millones de seguidores en línea. Recibió el Pioneer Award de la Electrónica Frontier Foundation en 2009, por su participación en la comunidad del hardware y software libre. En 2011 se convirtió en la primera mujer ingeniera en aparecer en la portada de la prestigiosa revista Wired y fue incluida en la lista de Fast Company de “las mujeres más influyentes en tecnología”. Un año más tarde la revista Entrepreneur la nombró emprendedora del año 2012, convirtiéndola en una de las jóvenes más exitosas de Estados Unidos. También recibió el premio O'Reilly Open Source en 2013, y recientemente, en mayo de 2019, ganó el Women in Open Source Community Award, por su contribución a la comunidad con proyectos y metodologías innovadoras de código abierto.

Si hay una cosa que me gustaría ver, sería que niñas y niños se digan a sí mismos "yo podría hacer eso" y comiencen el viaje para ser la y los futuros ingenieros y emprendedores, que planteen nuevos problemas y nuevas soluciones. “Cualquier persona que quiera ayudar a enseñar a la gente la electrónica; es posible hacer una buena causa y tener un buen negocio”, dice Fried.


Fuentes consultadas:

Limor Fried, Founder & CEO, Adafruit Industries | MAKERS.

Limor Fried.

El Software Libre, un juego de niñas.

Meet the maker.

Limor Fried.

Priya Lakhani

(Reino Unido- 1981)

Fotografía de Priya Lakhani

Pionera en el campo de las tecnologías educativas. Fundó una compañía que utiliza la inteligencia artificial y la neurociencia para mejorar las experiencias de aprendizaje escolar y disminuir la sobrecarga de trabajo del profesorado.

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Fotografía de Priya Lakhani

Nació en Inglaterra en mayo de 1981. Hija de una familia india proveniente de los asentamientos de esa población en el sudeste de África, que se trasladó al Reino Unido para crear nuevas empresas.

Su padre era emprendedor y tanto ella como su hermano desde pequeños incursionaron en los negocios, vendiendo chocolates en la escuela. Recuerda que sus ganancias eran buenas, pues vendía gran volumen a bajo precio. Convenció a su madre de que le abriera una cuenta bancaria, en la que invertía las ganancias obtenidas, que le dio jugosos dividendos años más tarde.

Cuando era niña, en su escuela la desalentaron a seguir su verdadera pasión e intereses. “Es muy duro cuando eres niña, escuchar que en una reunión escolar dicen a tus padres que no cubres el estándar académico”. Pero también desde temprana edad se dispuso a marcar la diferencia. Leía muchas noticias, y después de sus visitas al África Oriental durante las vacaciones, en su hogar en Chesire pensaba en la pobreza que había visto. Para ayudar a cambiar el mundo se propuso ser abogada.

Pero ingresar a la escuela de leyes fue un logro de su determinación: adolescencia en el colegio privado al que asistía le dijeron que sería imposible para ella ingresar a la universidad, por lo que su padre le pagó una tutoría de seis días a la semana para mejorar su gramática, y finalmente aceptaron que llenara el formato para proseguir su educación a nivel superior. Cuando la Universidad Queen Mary en Londres rechazó su solicitud para estudiar economía y leyes, de inmediato condujo su automóvil junto con su madre, desde Manchester a Londres. No estaba dispuesta a aceptar un no por respuesta. Fue aceptada en la institución después de negociar que ella jugaría hockey y tenis para la universidad durante su primer año de estudios.

De manera similar, a los 21 años consiguió su primer trabajo en un bufete jurídico, que implicaba presentar documentos en la corte. Siguió ejerciendo como abogada especializada en difamación.

Después de una ardua jornada laboral, aunque era una buena chef, no tenía tiempo para cocinar, por lo que debía confiar en las salsas del supermercado en lugar de preparar la suya propia. Vio una brecha en el mercado: no había salsas étnicas frescas en los estantes de los supermercados. Si el curry es el plato favorito de la nación, ¿dónde está la compañía de esa salsa de curry?

Así, en 2008 abandonó la carrera de leyes para crear Masala Masala, su propia marca de salsas indias, en un momento en que la comida premium y saludable contaba con gran demanda, y la empezó a distribuir en supermercados a un costo más bajo que la mayoría de productos de este tipo. Su trayectoria como empresaria demuestra que los propósitos sociales pueden ir de la mano del éxito y la sostenibilidad de las empresas.

A medida que crecieron las ventas, la compañía también desarrolló un brazo solidario, financiando comidas calientes para las personas sin hogar en la India, así como programas de vacunación y edificios escolares en África e India. En 2009 recibió el premio de Emprendedora de Negocios del Año y la inclusión en la lista de Mujeres menores de 35 años de Management Today. El incremento en el precio de los insumos la llevó a detener este emprendimiento en 2012.

Al tiempo que Masala Masala crecía, fue madre de dos hijos; para entretenerlos escribió El mundo perfecto de Zarin, una serie de libros ilustrados que también publicó y han sido traducidos a varios idiomas. ¡Qué paradoja ser autora de libros infantiles, cuando sus profesores de literatura le decían que no era brillante! Señala que, si iba a escribir para preescolares debía conocer cómo aprenden a leer. Así, leyó artículos sobre neurociencia y se admiraba de la plasticidad del cerebro, su anatomía y funcionamiento.

Por su trayectoria, fue invitada a unirse a la junta asesora del Departamento de Negocios, Innovación y Habilidades del Reino Unido (BIS), lo que marcaría un giro en su carrera. A partir de sus funciones en la junta asesora descubrió una realidad desalentadora: en el Reino Unido había 1.8 millones de niñas y niños con bajo rendimiento escolar. Si había ayudado a mejorar la educación en otros países, ¿por qué no hacerlo en el suyo?

Para recabar información al respecto, visitó varias escuelas como cualquier madre preocupada por la educación de sus hijos. Y encontró dos problemas principales. El primero de ellos le recordó su propia historia escolar: un solo tipo de educación en el que deben encajar todas y todos. Por otra parte, fue consciente de la sobrecarga de trabajo que afecta al profesorado y que repercute en las y los alumnos: grandes grupos (27 estudiantes en promedio) y 60% del tiempo dedicado a manejar datos y registros administrativos, no a enseñar.

Decidió incursionar en las tecnologías educativas, en un campo donde es pionera, al visualizar un área de gran potencial, tanto por sus beneficios para alumnos como profesores. Después de hablar con especialistas para conocer los avances mundiales en ese campo y tomar cursos de inteligencia artificial en la Universidad de Stanford y también sobre neurociencia, fundó CENTURY Tech en 2013, a fin de crear modelos educativos que puedan individualizar la enseñanza para cada niño y niña.

La plataforma en línea desarrollada utiliza las interacciones de cada estudiante con esa herramienta, para identificar sus conocimientos, habilidades, brechas, ritmo de aprendizaje y cuándo la información ha pasado de su memoria a corto y largo plazo. Esto se utiliza para crear una "ruta individualizada" para cada estudiante, compuesta de 10 micro lecciones, con una serie de preguntas que las evalúan constantemente y brindan comentarios.

Se trata de saber cuándo una alumna o alumno tiene dificultades, y principalmente, el por qué, para abordar el problema, pues brinda información en tiempo real que muestra cómo se desempeña cada estudiante, lo que permite que al profesorado saber "en quién enfocarse, quién necesita recesos, a quién alabar por el compromiso y quién necesita hacer más esfuerzo".

Priya Lakhani fue honrada como Oficial de la Orden del Imperio Británico (OBE) en 2014; entre otros reconocimientos, ha sido nombrada Emprendedora emergente del año en los prestigiosos premios Enterprise Awards 2019, conocidos como "los Oscar a los emprendedores tecnológicos" del Reino Unido y en abril de 2019 ganó el Premio Capgemini Women in AI, otorgado a las fundadoras de nuevas empresas europeas que utilizan la inteligencia artificial (AI por sus siglas en inglés) en el centro de su propuesta.

Imagen de Priya Lakhani

En ese mismo año, la plataforma educativa de CENTURY Tech comenzaría a ser usada en Egipto y en Bélgica, así como en Líbano con niñas y niños refugiados de Siria, además de funcionar en 150 planteles educativos del Reino Unido. Su compañía, que durante los dos primeros años tenía una plantilla de doce personas, ahora cuenta con sesenta integrantes, y sigue creciendo. Con la contingencia del COVID-19, la plataforma ha comenzado a usarse en más de 200 escuelas de Hong-Kong y China que siguen la currícula escolar británica; lo que permitirá a las y los estudiantes continuar con los contenidos, pero también, permitirá identificar quienes requerirán apoyo personal al retornar a clases.

Como mujer emprendedora y perteneciente a un grupo étnico, reconoce que falta impulsar a las mujeres a buscar recursos para establecer sus propias empresas (solamente 4% de quienes consiguen financiamiento de inversionistas son mujeres, proporción similar entre quienes solicitan dichos recursos para iniciar sus empresas). Sin minimizar una problemática real, comenta que resulta peligroso centrar las explicaciones sobre el éxito y fracaso de las personas en aspectos como el color de la piel y otras características inmutables, ya que eso predispone a niñas y niños a actitudes de desaliento: es mejor plantear cambios.

En particular, señala que debemos inculcar en las niñas que se aventuren a tomar riesgos, en lugar de fomentar en ellas actitudes pasivas y demasiado cautas, que son reforzadas por padres, madres y educadores (contrario a cómo se cría y socializa a los niños). Además, se debe enseñar a las niñas cómo afrontar el fracaso o las fallas, aprender y mejorar a partir de sus experiencias no exitosas. Así podrán ser más las mujeres que incursionen en negocios, y sean emprendedoras exitosas.


Fuentes consultadas:

How AI can cut workload and create 'super-teachers'.

Changing the world, through a premium food brand and an AI platform for education.

Study: Women founders face challenges, but investor bias is rare.

Century AI educational platform introduced in Egypt.

Artificial Intelligence arrives to 700 schools in Belgium.

Students Continue Learning Through Coronavirus School Closures with AI-Based Tech.

Jasmine Anteunis

(Francia 1990 aprox.)

Fotografía de Jasmine

Especialista en Inteligencia artificial, es una de las creadoras de los chatbots, tecnología que comprende el lenguaje humano para ofrecer un servicio automatizado de asistencia al cliente.

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Fotografía de jasmine

Especialista en Inteligencia artificial, es una de las creadoras de los chatbots, tecnología que comprende el lenguaje humano para ofrecer un servicio automatizado de asistencia al cliente.

Hija de un ingeniero y una ceramista, que además tocan el acordeón y la flauta, Jasmine Anteunis jamás se imaginó que llegaría a ser una referencia mundial sobre la comprensión del lenguaje natural por parte de las computadoras: creció en un ambiente artístico y de niña organizaba comedias musicales donde participaban su hermano, su hermana y sus amistades.

Se matriculó en la Escuela Superior de Arte de Aix en Provenza en 2010. Comenta que distaba de ser una fanática de la computación, pero uno de sus profesores de temas multimedia la inició en la programación de código y se reconcilió con la informática.

Al concluir sus estudios se trasladó a París con el propósito de estudiar escenografía, cuando uno de sus amigos le habló de una nueva escuela, con novedosos métodos pedagógicos: sin profesores, sin libros y un riguroso proceso de selección. Al principio se interesó por mera curiosidad, pero al aprobar las pruebas en línea y las primeras fases de selección, se dio cuenta que era una oportunidad única en la vida; debía vencer los miedos y estar segura que las habilidades técnicas las iba a adquirir en la escuela.

En 2013 ingresó como parte de la primera generación a École 42, escuela gratuita financiada con fondos privados, especializada en formar programadores y desarrolladores en informática: participó durante el mes de selección, partiendo de cero, con un mes intensivo de ejercicios, en que al final, se puede codificar una calculadora.

En su último año de estudios, Anteunis estuvo a cargo de la parte de experiencia del usuario (XU) y el diseño web de una aplicación para Danone. Poco después se convirtió en cofundadora de Recast.AI, una plataforma colaborativa permanente para construir, entrenar, implementar y monitorear bots inteligentes: fue la primera empresa que pudo proponer chatbots políglotas que funcionan en todas las lenguas del mundo.

La creación de Recast.AI tuvo lugar dentro de Station F, una de las mayores incubadoras de negocios en Europa, que es dirigida por Roxane Varza; quien ha incorporado una cultura de “role models” como una de sus estrategias para lograr un reclutamiento de 40% de mujeres en proyectos de emprendimiento. El proyecto fue propuesto por Jasmine Anteunis y dos de sus compañeros de estudios en École 42: Julien Blancher, y Paul Renvoisé; también se integró al equipo Patrick Joubert, emprendedor con experiencia exitosa en desarrollar modelos de negocio de empresas basadas en TIC o Startups.

Con un creciente interés en la inteligencia artificial (AI), con base en el procesamiento del lenguaje natural (NLP por sus siglas en inglés) el equipo desarrolló una tecnología del lenguaje y una plataforma colaborativa en que las interfaces conversacionales pueden desarrollarse fácilmente y adaptarse a necesidades específicas de las empresas para brindar una atención al cliente de forma automatizada. Hasta entonces, las tecnologías disponibles para desarrollar una interfaz que comprenda y simule una conversación en lenguaje humano eran muy complicadas de usar.

En 2015 se lanzó la versión beta de Recast.AI y, para junio de 2016 la versión definitiva; para la cual ya habían recaudado dos millones de euros con inversores privados. Para 2017 la startup tenía un equipo de 25 personas y facturaba por 835 mil euros anuales.

A inicios de 2018 fue adquirida por la multinacional alemana SAP, con lo cual la plataforma de chatbots se proyectó internacionalmente. Tres años después de su lanzamiento, rivalizaba con gigantes de la industria informática como IBM o Microsoft, al tener cerca de 30 mil usuarios, entre ellos grandes compañías europeas de telecomunicaciones o la empresa nacional de ferrocarriles de Francia.

Anteunis toma inspiración de su propio equipo y la gente que la rodea; es importante seleccionar bien a la gente con la que vas a trabajar, señala. También considera que es importante abrir la puerta a la diversidad en los equipos de trabajo: una persona que viene de la India verá un problema de forma distinta a una de Alemania; seguramente propondrán soluciones distintas y así es como se puede avanzar e innovar.

En 2018, a los 28 años de edad, Jasmine Anteunis fue considerada por Forbes como una de las mujeres más influyentes del ámbito tecnológico a nivel mundial. Anteunis permaneció como propietaria del producto dentro de SAP y actualmente encabeza la oficina de inteligencia artificial conversacional de dicha firma.

Fuentes consultadas:

Jasmine Anteunis, des Beaux-Arts aux chatbots intelligents.

La recette de Station F pour recruter 40% de femmes.

Women's Day : Meet six incredible female-entrepreneurs at STATION F.

Meet 6 Inspiring Women in Tech during our Monthly Facebook Live.

Jasmine Anteunis.

Los alumnos de École 42 hablan de su experiencia.

Victoria Navarro Franco

(México, 1989)

Fotografía de maru_niho

Ingeniera en software y especialista en telecomunicaciones. Obtuvo la patente de una aplicación para trenes rápidos, para una empresa alemana líder en el ramo. Entusiasta participante en programas de divulgación de la ciencia y la tecnología entre niñas, niños y adolescentes.

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Fotografía de Valentina Tereshkova

Ingeniera en software y especialista en telecomunicaciones. Obtuvo la patente de una aplicación para trenes rápidos, para una empresa alemana líder en el ramo.

Originaria de Nuevo León, Victoria, que es hija de una químico bióloga parasitóloga (QBP) y de un ingeniero, reconoce que su contacto con la ciencia y su formación técnica proviene de su madre y su padre. Recuerda que en la secundaria nadie hubiera pensado que se dedicaría a la informática; sus profesores le recomendaban que estudiara arquitectura y en su casa que optara por la lingüística, ya que tenía facilidad para los idiomas. Aunque su contacto con la informática y las tecnologías de la información y comunicación (TIC) fue tardía, su trayectoria es por demás sobresaliente.

Antes de ingresar a la universidad no estaba segura de qué carrera escoger; optó por la informática porque una de sus tías, también informática, la animó a inscribirse en esa área. Estudió ciencias computacionales en la Universidad Autónoma de Nuevo León, y recién graduada comenzó a trabajar como asistente de investigación en el área de óptica y fotónica, en el Centro de Investigación de Ciencias Físico Matemáticas de la misma universidad; al mismo tiempo laboraba en el área de tecnologías de la información para la iniciativa privada, donde debía programar. Al principio estaba abocada al área de telecomunicaciones, y después se interesó por los nuevos lenguajes de programación. Durante ese tiempo se dio cuenta que quería ampliar sus conocimientos.

Luego de concluir la maestría en ingeniería de software avanzado en la Universidad de Sheffield (Reino Unido), en 2014 se fue a radicar a Alemania, y formó parte del proyecto OurFutureWorld, iniciativa que congregó la participación de más de 25 mil niñas y niños de más de 35 países, sobre su visión del futuro.

Victoria comenta que, siendo estudiante de maestría, tuvo la oportunidad de viajar por Europa y visitó la ciudad de Munich: le gustó tanto que a los seis meses buscó una pasantía, con la cual colaboró nueve meses en Attocube Systems GmbH. Sus colegas la ayudaron mucho a adaptarse, pues no hablaba alemán y desconocía mucho de la cultura de ese país; ese apoyo fue muy importante, pues en seis meses debía mejorar su dominio del idioma. Actualmente, además del español, domina el inglés y el alemán y posee un grado avanzado en chino mandarín.

Desde 2016, trabaja en Siemens, en la rama de Movilidad GmBh, donde es desarrolladora de aplicaciones y tecnología de la información para vehículos ferroviarios, como son los trenes, metro y tranvías. En 2017, con la colaboración de Navarro, la compañía patentó una aplicación que recaba información en tiempo real, que puede ser útil para las personas que viajan como para quienes conducen los trenes, desde diferentes plataformas tecnológicas.

Su trabajo consiste en encontrar soluciones enfocadas en clientes y el personal que se encuentra a cargo de los vehículos. La apasiona contar con herramientas y recursos para hacer pruebas y crear las mejores soluciones para sus clientes. Está en un área donde el avance tecnológico tiene un gran impacto y es muy dinámica: siempre hay algo nuevo que hacer, algo nuevo que aprender, señala.

Al recordar cómo en su niñez se sentía abrumada por la cantidad de información que se podía consultar en internet, aunque no era fácil, enfatiza que todo fue cambiando con el surgimiento de los dispositivos móviles, que llegan a ser tan potentes como una computadora, así como al incrementarse la velocidad para descargar información de una página web. También han sido muy importantes los servicios online, que antes no podían imaginarse. Y el avance es enorme cada día.

A Navarro la emociona ser parte de ese desarrollo tecnológico, en el cual incursionan pocas mujeres: si bien hay un papel importante en las diferencias culturales entre países, una constante es que la representación de las mujeres es minoritaria. Por eso es importante la labor de acercar a las niñas a la ciencia y la tecnología. Ella lo ha hecho tanto en organizaciones como dentro de su familia, ya sea difundiendo oportunidades de trabajo en el área de las TIC, como acercándolas a proyectos de “Házlo tú misma” (DIY), para que se involucren en procesos de aprendizaje y creación.

Reconoce que la falta de referentes que inspiren a las niñas a seguir una carrera vinculada con la tecnología es parte de ese rezago. Para ella, además de su familia, algunas de las figuras que la inspiraron las encontró en su propio trabajo. En Siemens Movilidad la directora ejecutiva es una mujer, y quien encabeza el área de ciberseguridad es otra mexicana.

A nivel profesional Victoria Navarro también ha contribuido a crear redes de profesionistas y un grupo de mujeres mexicanas que radican en el extranjero; entre sus objetivos se encuentra atraer más mujeres al área de tecnología, pero también impulsar que ellas escalen niveles en la jerarquía laboral.

En su tiempo libre se dedica a impartir conferencias y participar en eventos de innovación y desarrollo, como una forma de compartir conocimientos e impulsar a que más jóvenes se incorporen a proyectos de desarrollo tecnológico.


Fuentes consultadas:

Alcanza éxito mexicana en Alemania al crear tecnología que mejora la movilidad ferroviaria.

Victoria Navarro.

Victoria Navarro – Software Engineer at Siemens.

Interview mit Victoria Navarro.


Adhara Pérez Sánchez

(México, 2011)

Fotografía de Adhara

Adhara es una niña mexicana que ha causado furor recientemente por ser considerada una niña genio. Con 8 años ella se encuentra ya estudiando en la Universidad y su capacidad es tal que se ha decidido estudiar dos carreras

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Fotografía de Adhara

Adhara es una niña mexicana que ha causado furor recientemente por ser considerada una niña genio. Con 8 años ella se encuentra ya estudiando en la Universidad y su capacidad es tal que se ha decidido estudiar dos carreras de forma simultánea, Ingeniería Industrial en Matemáticas e Ingeniería en Sistemas.

En los medios destacan su coeficiente intelectual que alcanza un impresionante punteo de 162, actualmente estudia Ingeniería Industrial, y tiene el sueño de convertirse en Astronauta.

Cuando era pequeña, en edad preescolar, sus maestros se quejaban porque Adhara se comportaba diferente a los demás niños, no parecía estar interesada y era frecuente que se quedara dormida en clase, la realidad era que ella encontraba aburrida la escuela porque mientras sus compañeros estaban aprendiendo a leer y escribir, ella ya estaba interesada en materias como álgebra o química.

Sin embargo, la vida de la menor no ha sido fácil, pues desde muy pequeña fue víctima de bullying por parte de sus compañeros de escuela quienes calificaban su comportamiento como raro. Según comentó su madre, Nallely, al portal de noticias Infobae, Adhara fue diagnosticada a los tres años con Síndrome de Asperger, una condición que lejos de limitar su desarrollo intelectual, lo impulsaba. Adhara terminó la primaria a los 5 años, a los 6 y medio la secundaria y a los 8 concluyó el bachillerato.

Nacida en la Ciudad de México, en la Alcaldía de Tlahuac, Adhara proviene de una familia de recursos limitados, aun así sus padres están haciendo todo lo posible por ayudar a su hija a que cumpla sus sueños de estudiar Astrofísica y poder así convertirse en astronauta.

Fotografía de Nora Stanton Blatch

Fuentes consultadas:

El Siglo de Torreon “Adhara Perez, la niña genio mexicana que posee un IQ superior al de Einstein”

Excelsionr “Adhara, la niña mexicana que es más inteligente que Einstein”

El Universal “Adhara Pérez, la niña genio mexicana y el misterio del coeficiente intelectual”

Five Fast Facts about Nora Stanton Blatch Barney.

Infobae “Adhara Pérez: la mexicana de ocho años que cursa dos carreras universitarias y tiene un coeficiente superior al de Einstein”

Dorothy Ruiz Martínez

(EEUU, 1978)

Fotografía de maru_niho

Dorothy Ruíz Martínez es una ingeniera aeroespacial de la NASA en el Centro Espacial Lyndon B. Johnson, especialista en operaciones espaciales para la Estación Espacial Internacional (ISS) realizadas en el Centro de Control de las Misiones (CCM) en Houston.

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Fotografía de Valentina Tereshkova

Dorothy Ruíz Martínez es una ingeniera aeroespacial de la NASA en el Centro Espacial Lyndon B. Johnson, especialista en operaciones espaciales para la Estación Espacial Internacional (ISS) realizadas en el Centro de Control de las Misiones (CCM) en Houston.

Desde su niñez, a Dorothy le gustaba ver las estrellas en la casa de sus abuelos en México, pero que nunca se imaginó donde la llevaría esta pasión, ni cómo su profesión estaría tan ligada a ellas. Aunque nació en Estados Unidos, creció en Matehuala, San Luis Potosí, hasta los 16 años. Ella recuerda que su primer acercamiento con la ciencia y la tecnología fue un evento sin precedentes que la marcaría: el accidente del transbordador Challenger. Fue el 28 de enero de 1986, el día que su vida cambió al ver en la televisión el accidente, así lo comentó en una entrevista para Cienciamx “fue un momento clave en mi vida, pues en ese instante, todo pareció congelarse en el tiempo. Mi mente se llenó de preguntas: ¿cómo funciona un cohete?, ¿cómo va el hombre al espacio?, ¿por qué la explosión?”.

En la década de 1960, Milhon fue organizadora de una de las marchas de Selma a Montgomery en Alabama, en pro del derecho constitucional de la población afroamericana de ejercer el voto, desafiando la resistencia y la represión segregacionista, desatada tras la aprobación de leyes federales que reconocían este derecho para toda la ciudadanía. Más tarde participó en la protesta de Jackson, Mississippi, realizada con el mismo fin, y para animar a las y los afroamericanos del estado a registrarse para votar. Jude fue arrestada nuevamente por desobediencia civil. Después de salir de la cárcel, mantuvo su activismo, pero como defensora de los derechos civiles en el plano digital, que recién tomaba ímpetu en la sociedad.

A pesar de su corta edad, Dorothy bombardeó a sus familiares con preguntas, pero las respuestas que le dieron no la dejaron satisfecha y, desde entonces, decidió que ella las buscaría. Ahí nació su vocación por la exploración del espacio.

Por cuestiones familiares, al terminar la secundaria emigró a Houston, Texas, en Estados Unidos y se enfrentó al difícil reto de adaptación a la cultura, al idioma y a la sociedad. El idioma y la cultura asociada a los migrantes en ese país, representaron para ella su principal barrera por el estigma y prejuicios que tienen contra esta población. En su experiencia, en la escuela a la que ingresó, recibió un trato diferenciado, pensaban que no podría con ciertas materias.

“Recuerdo que les dije algo así como que el hecho de no saber inglés no significaba que no tenía capacidad (…) En este sentido, me identifico con muchos paisanos que pasan por lo mismo en este país. Es muy triste pero algunas personas por ignorancia, piensan que por el hecho de venir de un país que ellos consideran ‘en vías de desarrollo’ y por no dominar el idioma, uno no tiene capacidad según sus estándares”.

Por supuesto que esta historia de discriminación y prejuicios, tuvo un final aleccionador para todos, ya que Dorothy demostró, no solo que podía con los cursos más avanzados, sino que perfeccionó su inglés y se ganó el reconocimiento de sus compañeros y profesores.

Al concluir sus estudios de nivel bachillerato, Dorothy tenía muchas dudas si debía estudiar astronomía, física o ingeniería aeroespacial. Tuvo la suerte de poder acercarse a personas que se desempeñaban en estas áreas, pero al final todas le sugerían que siguiera sus pasiones. Cuando ella reflexionaba sobre lo que más le apasionaba, siempre aparecía en su mente la noticia del accidente del transbordador Challenger, así que decidió estudiar ingeniería aeroespacial.

Para cualquier ingeniera aeroespacial, el lugar soñado para trabajar es la NASA, esto no era diferente para Dorothy, por eso al terminar sus estudios mandó una solicitud para hacer una pasantía en el programa de investigación académica Langley Aerospace Research Summer Scholars (LARSS), del Langley Research Center, de la NASA, ubicado en Virginia.

“Tuve muchas dudas de mi capacidad. No sabía si mandar la solicitud. Sin embargo, un buen amigo me ‘jaló’ las orejas y me dijo: ‘No tienes nada que perder’. Eso me animó y mandé la solicitud”.

Fotografía de Dorothy

A pesar de que en una primera instancia fue rechazada, un golpe de suerte le permitió llegar al programa de pasantía; gracias a que uno de los 200 aceptados, (de más de cuatro mil solicitantes) había rechazado la oferta, Dorothy pudo cumplir su máximo sueño de trabajar en la NASA.

Hoy, todos los días acude a su trabajo pensando en aquel día en que decidió dedicarse a las estrellas. Dorothy se dedica a operar desde la base de control de misiones espaciales en Houston el sistema denominado ground control o control en tierra o de base y dicho sistema consiste en mantener conectada la base de control de misiones con el vehículo espacial, por medio de señal de satélite. Además, son la interfaz de todos los centros espaciales que colaboran con la Estación Espacial Internacional.

Para Dorothy, el mayor logro alcanzado no es trabajar en la NASA ni capacitar a un astronauta, sino poder responder a las dudas que surgieron en su niñez respecto al transbordador Challenger.

Recordó su experiencia y curiosidad con el accidente del Challenger; y decidió que trataría de emocionar a niñas, niños y jóvenes, así como fomentarles que, si tienen un interés, algo que realmente los apasione, que lo sigan, porque los sueños sí se pueden alcanzar. Por lo tanto, Dorothy Ruiz Martínez, además de su agotador trabajo en la NASA, también invierte mucho tiempo en hacer divulgación científica.

Para esta ingeniera aeroespacial, capacitadora de astronautas y operadora de estaciones espaciales, la divulgación científica debe ser proyectada de manera simple, explicar lo técnico en términos sencillos y fáciles de entender para mantener la atención y el interés de los oyentes.

La exitosa científica y madre de tres pequeños, da charlas a jóvenes latinas para animarlas a ir a la universidad y cursar una carrera que les ayude a mejorar su nivel de vida.

Fotografía de Dorothy

Fuentes consultadas:

El Financiero “La mexicana que siguió su sueño y ahora es científica de la NASA”

Cienciamx “Dorothy Ruiz Martínez, una mexicana en la NASA”

Wikipedia “Dorothy Ruiz Martínez”

Barrio “#Galáctica: Le hicieron el “feo” por no hablar inglés, pero hoy esta mexicana brilla en la NASA”


Nora Stanton Blatch

(Inglaterra 1883- Estados Unidos 1971)

Fotografía de Nora Stanton Blatch

Ingeniera civil, arquitecta y sufragista norteamericana, cuyas actividades se basaron en la tradición de su familia de líderes feministas. Fue la primera mujer en graduarse en Ingeniería en los Estados Unidos.

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Fotografía de Nora Stanton Blatch

Ingeniera civil, arquitecta y sufragista norteamericana, cuyas actividades se basaron en la tradición de su familia de líderes feministas. Fue la primera mujer en graduarse en Ingeniería en los Estados Unidos.

Fotografía de Nora Stanton Blatch

Nora Stanton Blatch nació en Hampshire, Inglaterra el 30 septiembre de 1883. Era la nieta de Elizabeth Cady Stanton, quien fue una de las organizadoras de la Convención de Seneca Falls (la primera convención por los derechos de la mujer en Estados Unidos, realizada en 1848). Su madre fue Harriot Eaton Stanton Blatch, matemática y líder del movimiento sufragista en Estados Unidos a inicios del siglo XX.

La familia de Nora vivió en Inglaterra durante casi veinte años, donde su padre, William Henry Blatch, era gerente de una cervecería y su madre trabajaba en un estudio estadístico de las condiciones de trabajo de las mujeres rurales en el país. En 1897 Nora comenzó sus estudios de latín y matemáticas en la escuela Horace Mann en Nueva York, y pasaba los veranos en Inglaterra.

La familia se trasladó definitivamente a los Estados Unidos en 1902, cuando Stanton Barney inició sus estudios en la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York. Fue aceptada en la Escuela de Ingeniería Sibley (ahora la Escuela de Ingeniería Mecánica y Aeroespacial de Sibley) como parte de la primera oleada de estudiantes mujeres. Alguna vez comentó que había elegido la ingeniería civil como su especialidad porque era el campo más dominado por hombres que pudo encontrar.

Nora participó activamente en la universidad como manager del Club de Esgrima Femenina y formó parte de la hermandad femenina Kappa Kappa Gamma; además de ser aceptada en la Sociedad científica honoraria Sigma Xi. Resolvió un problema clave en hidrodinámica durante la elaboración de su tesis "Un estudio experimental del flujo de arena y agua en tuberías bajo presión". En 1905 obtuvo su título en Ingeniería civil por la Universidad de Cornell, con lo que se convirtió en la primera mujer en graduarse como ingeniera en Estados Unidos.

En ese mismo año fue aceptada como miembro junior de la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles (ASCE por sus siglas en inglés), e inició su vida profesional en la American Bridge Company, compañía constructora de puentes en la que trabajó durante casi un año. También se abocó a la construcción de túneles del metro neoyorquino al ingresar a la Junta de Abastecimiento de Agua de la Ciudad de Nueva York.

Más tarde se matriculó en cursos de matemáticas y electricidad en la Universidad de Columbia; ya que también trabajó como asistente de laboratorio para Lee de Forest (inventor del tubo de radio vacío conocido como triodo) en su compañía de condensadores, y buscaba tener una mejor contribución a esta labor. En 1908, se casó con de Forest, y ayudó a gestionar algunas de las empresas que él había fundado para promover su invención y la nueva tecnología de conexión inalámbrica: la radio.

Era reconocida como una experta en comunicaciones inalámbricas, campo de la ingeniería eléctrica en el que se desempeñó junto con su esposo; que además de inventor y fabricante de radios, incursionó en la naciente empresa de la radiodifusión. Pero su matrimonio duró apenas un año (realizado en 1908), pues él insistía en que Nora Stanton dejara su profesión y se comportara como cualquier ama de casa convencional. Su esposo no concebía que Nora quisiera trabajar después de ser madre, y que tuviera “una mentalidad ambiciosa y calculadora” y pretendiera “ocupar el lugar de un hombre, y sobrepasarlo en su propia esfera”.

Fotografía de Nora Stanton Blatch

Nora se separó de su esposo estando embarazada, y ahora era una ingeniera y madre soltera, que valoraba tanto su trabajo como su familia: en 1909, año en que nació su hija Harriot, Nora comenzó a trabajar como ingeniera asistente para la Radley Steel Construction Company. En 1911, después de lograr el divorcio, prosiguió su carrera en la Comisión de Administración Pública de Nueva York, y posteriormente pasó a la Administración de Obras Públicas en Connecticut y Rhode Island desempeñándose como arquitecta, inspectora de ingeniería y diseñadora de acero estructural.

Al cumplir 32 años de edad, no podía continuar como miembro junior de la ASCE, que le revocó la membresía, aun cuando cubría todos los requisitos para convertirse en miembro asociado y contaba con experiencia en empresas de puentes e hidráulicas y en el gobierno, incluida la supervisión de dibujantes. Su solicitud fue denegada, debido a su género. En 1916 Stanton llevó su caso a la corte, para que la admitieran en dicha asociación y perdió. Fue hasta 1927 que la ASCE otorgó membresías completas a las integrantes mujeres, una década después de su demanda.

Fotografía de Nora Stanton Blatch

Pero además de su carrera como ingeniera, Stanton Barney fue una gran activista del feminismo. En 1907 su madre, Harriot Stanton, fundó la Liga de Igualdad de Mujeres Autosuficientes, que incorporó a miles de mujeres trabajadoras al movimiento por los derechos de las mujeres, quienes no se habían sentido atraídas con anterioridad por las organizaciones sufragistas; lo que inyectó vitalidad a la causa. En 1910, esta organización se transformó en la Unión Política de Mujeres (WPU por sus siglas en inglés); en 1915 Nora Stanton sucedió a su madre en la presidencia de esta organización, que en 1916 se fusionó con la Unión Congresista, para más tarde formar el Partido Nacional de la Mujer [1].

Sin frenarse ante nada, continuó trabajando para conseguir la paz y la igualdad de derechos para las mujeres. En 1944 escribió el libro La paz mundial a través de un Parlamento Popular (World Peace Through a People’s Parliament) y Mujeres como seres humanos (Women as Human Beings) en 1946.

Trabajó como desarrolladora de bienes raíces y activista política hasta su muerte, ocurrida en Greenwich (Connecticut, EE.UU) el 18 de enero de 1971, a los 87 años de edad. En 2015, de manera póstuma, la Asociación de Ingenieros Civiles de Estados Unidos la reconoció como una de sus miembros.

En 2017, el Departamento de Protección Ambiental de la Ciudad de Nueva York nombró “NORA” a su máquina perforadora de túneles de 30 millones de dólares, en honor a las extensas contribuciones de Stanton Blatch a sus instalaciones de suministro de agua. La máquina, considerada "una de las excavadoras de túneles más avanzadas del mundo", fue construida para reparar el túnel más largo del mundo: el acueducto de Delaware de la ciudad de Nueva York.

Darmouth College Library. Guide to the Collection of the Women's Political Union, 1912. https://ead.dartmouth.edu/html/ms1107_useaccess.html.


Fuentes consultadas:

Nora Stanton Blatch Barney, la ingieniera sufragista.

Nora Stanton Blatch Barney. La primera ingeniera civil de los Estados Unidos de América.

Happy birthday Nora Stanton Blatch Barney.

Five Fast Facts about Nora Stanton Blatch Barney.

Nora Stanton Blatch, engineer and feminist.

Jude Milhon

(Estados Unidos 1939-2003)

Fotografía de maru_niho

Programadora, pionera del movimiento hacker, feminista y activista, defendió el uso público del internet y fundó un movimiento de protección de la privacidad de las personas usuarias. Incesantemente promovió la participación activa de las mujeres en la red.

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Fotografía de Valentina Tereshkova

Programadora, pionera del movimiento hacker, feminista y activista, defendió el uso público del internet y fundó un movimiento de protección de la privacidad de las personas usuarias. Incesantemente promovió la participación activa de las mujeres en la red.

Jude Milhon nació el 12 de marzo de 1939 en Washington, DC. Creció en Indiana, donde pasó gran parte de su niñez y adolescencia. Fue también allí donde comenzó a participar en varias manifestaciones a favor de los derechos civiles; fue encarcelada varias veces por desobediencia civil, ya que desde temprana edad fue defensora de los derechos civiles.

En la década de 1960, Milhon fue organizadora de una de las marchas de Selma a Montgomery en Alabama, en pro del derecho constitucional de la población afroamericana de ejercer el voto, desafiando la resistencia y la represión segregacionista, desatada tras la aprobación de leyes federales que reconocían este derecho para toda la ciudadanía. Más tarde participó en la protesta de Jackson, Mississippi, realizada con el mismo fin, y para animar a las y los afroamericanos del estado a registrarse para votar. Jude fue arrestada nuevamente por desobediencia civil. Después de salir de la cárcel, mantuvo su activismo, pero como defensora de los derechos civiles en el plano digital, que recién tomaba ímpetu en la sociedad.

Fue una verdadera autodidacta. Sus primeros pasos en el mundo cibernético llegaron en 1967, cuando aprendió a programar luego de leer un libro sobre el lenguaje Fortran, la guía Teach Yourself Fortran, que es un lenguaje de programación por medio de las matemáticas. Poco tiempo después fue contratada como programadora en la empresa de máquinas expendedoras Horn & Hardart.

Pero empezó a reflexionar que el mundo cibernético era hermético, dirigido por militares y centros académicos. Ante este panorama, Milhon comenzó a organizar junto a Lee Felsenstein, Efrem Lipkin, Ken Colstad, y Mark Szpakowski, la primera comunidad digital del mundo, el proyecto Comunidad de Memoria en 1973; que se convirtió en el primer sistema público de tablones de anuncios informatizados, que luego se transformó un sistema de compartición de información digital sin precedente para toda la comunidad de usuarios.

Con el avance de la tecnología informática, las aportaciones de Milhon fueron cada vez más relevantes. Al salir los primeros sistemas BSD en 1977, ella fue una de las coders referentes en el desarrollo comunitario del mismo. Su trabajo en la Comunidad de Memoria, le ofrecía las habilidades necesarias para programar para BSD.

Para ella, el ‘hackeo’ era “la evasión inteligente de límites impuestos, ya sea por el Gobierno, por nuestras propias habilidades o por las leyes de la física”. Explicaba que hackear tiene que ver con trascender límites, con cuestionar el statu quo, y va mucho más allá de las computadoras y las redes. "Cada revolucionario es un hacker, que hackea el sistema social"; para mejorarlo. El mundo se puede optimizar cuando se analiza con el fin de actualizar y mejorar el desempeño de los sistemas, ya sean los de una computadora, los de una sociedad, los de la psiquis humana.

Fue la primera en utilizar el término cypherpunk que combina "cypher" por "cifrado" y "punk", el movimiento contracultural que surgió en los 70. Diversas organizaciones, entre las que estaba el grupo de Cypherpunks fundado por Jude, defendían la privacidad y la comunicación segura; ya que entendían que nadie se las iba a proporcionar. Por eso, crearon los códigos de seguridad a través de la criptografía, comunicación secreta que trataba de garantizar la privacidad digital. En definitiva, apostaron por un mundo en el que la huella digital de cualquier usuario fuera rastreada solo si éste así lo permitía. Los integrantes de este movimiento estaban preocupados por la preservación de seguridad y privacidad de las comunicaciones en la web; así como la responsabilidad social que conlleva su uso.

En 1982, Jude Milhon se unió a Profesionales Informáticos pro-Responsabilidad Social (CPSR por sus siglas en inglés), organización interesada en educar sobre el impacto de las tecnologías de la información y comunicaciones (TIC) en la sociedad. Allí jugó un papel importante como activista, abogando por la apertura del conocimiento de la informática y de las redes del ciberespacio. Las participaciones de Milhon en este grupo se centraron en los proyectos Privaterra y CFP.

Durante su vida escribió diversos libros y artículos sobre el tema para convencer a toda una generación de que el hacking no forzosamente se utiliza para hacer el mal. Creía firmemente que Internet debía estar disponible para todos, no solo para el gobierno y entidades privilegiadas.

Era una época en la que la informática estaba dominada por los hombres y por eso, Jude, tuvo que abrirse paso e incentivar a otras mujeres a unirse al conocimiento de la cultura cibernética. Para St. Jude era fundamental que las mujeres se interesaran en formar parte del ámbito digital; creía en el placer de experimentar con la tecnología, en huir de la imagen que la sociedad exigía de ellas por el hecho de ser mujeres. Para ella, el uso de la web era algo muy importante porque “cuando estás en el ciberespacio nadie sabe cuál es tu género”.

En 1994 publicó un libro dirigido a las mujeres, con el fin de incentivarlas a que se adentraran en el mundo de la programación y la web, titulado Hackeando a las personas: El libro de cabecera de las Nerd; su objetivo era que el tema del hacking interesara a las mujeres. Insistía en que, para ser alguien, no se necesitaba un gran físico o mucha belleza, sino un buen cerebro y la mejor actitud. En ese texto incentiva a las mujeres a aprender a defenderse ante la hostilidad que puedan enfrentar en el mundo físico y real. "Odio todo este concepto de ´soy una pobre mujer débil y sensible, protégeme'; pues ese tipo de cosas genera más hostilidad ante las mujeres".

St. Jude también escribió los libros El manual del Cyberpunk y Cómo mutar y apoderarse del mundo. Además, fue fundadora y redactora jefa de la revista de tecnología Mondo 2000.

Murió el 19 de julio de 2003 en San Francisco, California, víctima del cáncer de mama. El día que murió, muchos periódicos escribieron que los hackers perdían a su "santa protectora". Así comenzaba la leyenda de Santa Jude, una mujer que buscó hackear el sistema social a través de su lucha por los derechos civiles, el mundo de las computadoras y la incursión de las mujeres en el mundo tecnológico.


Fuentes consultadas:

Quién fue Jude Milhon, la "santa protectora de los hackers".

Jude Milhon, programadora y hacker.

Quién es Jude Milhon, alias Santa Jude.


Emmy Noether

(Alemania 1882-1935)

Fotografía de Katherine Johnson

Matemática y física alemana. Primera conferencista plenaria en un Congreso Internacional de Matemáticos y artífice de un teorema que resultó clave para entender la teoría de la relatividad. Se le considera la fundadora del álgebra moderna.

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Fotografía de Julieta Fierro

Matemática y física alemana. Primera conferencista plenaria en un Congreso Internacional de Matemáticos y artífice de un teorema que resultó clave para entender la teoría de la relatividad. Se le considera la fundadora del álgebra moderna.

Emmy Amalie Noether nació el 28 de marzo de 1882 en Erlangen, provincia de Baviera; recibió desde pequeña el amor por las matemáticas por influencia de su padre, Max Noether, quien era profesor de Álgebra en la prestigiosa Universidad de Erlangen-Nuremberg. Su madre, Ida Kauffmann, pertenecía a una rica familia de Colonia. Ambos progenitores eran de origen judío.

Emmy formaba parte de una familia que contaba diez matemáticos en tres generaciones, pero durante su niñez y juventud no mostró un especial interés por las ciencias. Estudió en la escuela Höhere Töchter Schule en Erlangen de 1889 a 1897. Allí estudió alemán, inglés, francés, aritmética y recibió lecciones de piano. Sus aspiraciones se centraban en ser profesora de idiomas. Al acabar la enseñanza secundaria en 1900, a los 18 años, obtuvo el certificado que la capacitaba para enseñar inglés y francés en colegios femeninos del estado de Bavaria.

No obstante, decidió solicitar el ingreso en la universidad de su ciudad natal para estudiar historia e idiomas en la misma universidad donde impartía cátedra su padre, aun cuando las mujeres tenían vetado el acceso formal a la universidad. La normativa de la época no reconocía la matrícula oficial en los estudios universitarios para las mujeres y únicamente se les permitía la asistencia como oyentes, y debían solicitar permiso a cada profesor de cátedra para asistir a sus clases. En el año 1901, cuando ingresó en la universidad de Erlangen, fue una de las dos únicas alumnas oyentes, frente a los 984 hombres matriculados.

Noether fue cambiando poco a poco sus intereses, pues también asistía a las clases de su padre y en el invierno de 1903-1904, después de presentar sus exámenes en Nürnberg, va a la Universidad de Göttingen también en calidad de alumna oyente. Primero, comenzó a asistir a clases de astronomía, A partir de 1904 ya estaba matriculada oficialmente en estudios de Matemáticas, lo que ocurrió después de un programa de formación intenso, y una vez que hubo un cambio en la legislación pertinente. Cuatro años después defendió su tesis doctoral (que fue dirigida por Paul Gordan) sobre el cálculo de invariantes en álgebra.

El álgebra es una de las disciplinas fundamentales de las matemáticas, dedicada al estudio de los conjuntos (es decir, colecciones de elementos), sus operaciones y sus propiedades; hoy en día abarca numerosos enfoques, pero fue desde hace siglo y medio que tuvo lugar su mayor desarrollo, gracias al trabajo de muchos matemáticos, y en especial, al impulso de Emmy Noether.

Entre 1908 y 1915, Noether trabajó en el Instituto de Matemáticas de Erlangen, pero sin remuneraciones ni nombramiento oficial: aunque disponía de un título de doctorado, por el hecho de ser mujer no podía impartir clases a nivel universitario, y los estudiantes que empezaron a trabajar con ella, formalmente eran alumnos de su padre. A partir de la defensa de su tesis, Noether rápidamente fue considerada una experta en el campo de las invariantes, en boga en ese entonces, pues ayudaban a entender las nuevas ideas de física que se estaban desarrollando en aquellos años.

Los resultados de su investigación se publicaron en revistas especializadas de prestigio y comenzó a adquirir notoriedad en el ámbito académico. Colaboró con el matemático algebrista Ernst Otto Fischer; también trabajó con los prominentes matemáticos Hermann Minkowski, Felix Klein y David Hilbert, quien le propuso unirse al grupo de investigación que lideraba en Gotinga (Göttingen en alemán), en ese entonces el centro más prestigioso del mundo en lo referente a las matemáticas. Era una invitación sin contrato, pues no se permitía que las mujeres formasen parte del profesorado.

Pese a ello, allí hizo algunas de sus aportaciones más relevantes. A partir de incorporarse en 1915 al Instituto de Matemáticas de Göttingen, comenzó a trabajar con Klein y Hilbert en las ecuaciones de la teoría de la relatividad general de Einstein, en un momento en que los investigadores aun no conseguían establecer de manera satisfactoria la ley de conservación de la energía dentro del marco de la Relatividad General.

En 1918, Emmy Noether demostró dos teoremas básicos, tanto para la relatividad general como para la física de partículas elementales. Uno de ellos es conocido como el «Teorema de Noether», con el cual pudo establecer un puente entre una noción geométrica, casi estética, con una de índole físico; esa formalización matemática permitió entender la teoría de la relatividad y, por tanto, nuestra actual visión del universo.

Gracias a estos trabajos en 1919 se le concedió permiso para dictar una conferencia y obtuvo la habilitación como docente en la Universidad de Gotinga, pero sin más remuneración que la que sus estudiantes quisieran darle. En 1922 fue designada como profesora adjunta, ya con un pequeño sueldo, categoría docente que mantuvo durante toda su estancia en Göttingen; nunca fue promovida al puesto de Ordentlicher Professor (catedrática), no sólo por los prejuicios que existían entonces contra las mujeres, sino también por su condición de judía, socialdemócrata, y pacifista.

Durante sus años en Gotinga Nother realizó sus estudios fundamentales sobre álgebra abstracta: “Teoría de ideales en anillos” en 1921, y “Desarrollo abstracto de la teoría de ideales en cuerpos de números algebraicos y cuerpos de funciones” en 1927. En estos trabajos formalizó una definición de gran relevancia en álgebra, conocida como anillo noetheriano. Además atrajo a numerosos estudiantes y colaboradores, dando impulso al desarrollo de esta disciplina y sus progresos resultaron de gran utilidad para los físicos y cristalógrafos. Los conceptos algebraicos que ella desarrolló condujeron a un grupo de principios que unificaban álgebra, geometría, álgebra lineal, topología, y lógica.

En 1932 Emmy Noether fue reconocida como una experta mundial en el campo de las matemáticas al obtener de manera conjunta con el Premio Ackermann-Teubner Memorial; tras lo cual fue invitada a impartir una de las 21 charlas plenarias del Congreso Internacional de Matemáticos en Zúrich. Esto fue un hecho histórico: fue la primera mujer seleccionada como conferencista de dicho congreso, y tuvieron que pasar 58 años para que interviniera la segunda, Karen K. Uhlenbeck, recién nombrada premio Abel (considerado el premio Nobel de las matemáticas).

Tras el ascenso al poder de Adolfo Hitler en Alemania en 1933, el auge de la ideología nazi llevó a la prohibición del ejercicio de funcionarios, y en particular profesores, de condición judía. Emmy Noether fue despedida, junto con otros 18 miembros del departamento de matemáticas de Gotinga.

Sin más remedio que la emigración, y con la ayuda del matemático alemán Hermann Weyl, recibió una oferta del prestigioso Colegio de mujeres de Bryn Mawr en Pensilvania (EE.UU), país al que se trasladó ese mismo año, donde combinó su tarea docente con la investigación en la Universidad de Princeton, donde también comenzó a impartir clases en 1934.

Esta nueva etapa de su vida en la que, según las propias palabras de Emmy Noether, nunca fue más feliz y finalmente se sintió apreciada, fue muy breve: apenas año y medio más tarde, debido una intervención quirúrgica que no presentaba inicialmente un riesgo fatal; tras tres días de convalecencia, súbitamente sobrevino un colapso y falleció el 14 de abril de 1935.

Fue considerada por muchos destacados personajes como la mujer más importante en la historia de las matemáticas, pues revolucionó la teoría de anillos, la teoría de cuerpos y la de K-álgebras. Albert Einstein expresó en un obituario: “murió la mejor investigadora universitaria de la historia”.

Sin duda, gracias a Emmy Noether el álgebra alcanzó el nivel de las otras áreas clásicas de las matemáticas y hoy en día, además del importante desarrollo teórico, tiene importantísimas aplicaciones en otras áreas como la estadística, la robótica o la biología.


Fuentes consultadas:

Emmy Noether y las matemáticas para entender la Relatividad

Emmy Noether, la fundadora del álgebra moderna.

Emmy Amalie Noether. Matemática (Erlangen, Alemania, 1882-Bryn Mawr, EE UU, 1935).

Emmy Noether.

Gladys West

(Estados Unidos 1930)

Fotografía de maru_niho

Matemática estadounidense. Dedicada a desarrollar modelos matemáticos de la forma de la Tierra; su investigación en geodesia satelital estableció los fundamentos de los Sistemas de Posicionamiento Global, conocidos como GPS.

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Fotografía de Valentina Tereshkova

Matemática estadounidense. Dedicada a desarrollar modelos matemáticos de la forma de la Tierra; su investigación en geodesia satelital estableció los fundamentos de los Sistemas de Posicionamiento Global, conocidos como GPS.

Gladys West nació el 1 de junio de 1930 en el condado rural de Dinwiddie, Virginia. Su madre laboraba en una factoría de tabaco y su padre, que era granjero, también trabajaba para el ferrocarril. Muchas de las familias que los rodeaban eran aparceros, es decir, arrendaban una granja y tenían que entregar una parte de sus cultivos a los terratenientes. Su familia era propietaria de una pequeña granja, y debía trabajar en el campo; pero las aspiraciones de Gladys eran distintas: no quería quedarse recogiendo tabaco, maíz o algodón como las personas que veía a su alrededor.

Tampoco quería dedicarse trabajar en una fábrica cercana, despedazando a golpes las hojas de tabaco para ser usado en cigarros y pipas.

Recuerda que en ese entonces las escuelas eran segregadas y las escuelas para población negra no tenían libros nuevos, como las escuelas para gente blanca; eso la animó a esforzarse y trabajar para alcanzar una meta: su escuela ofrecía una beca para asistir a la universidad local a los dos estudiantes que obtenían las mejores calificaciones de su clase.

Cuando llegó el momento de ingresar a la universidad, aun no sabía qué estudiar; pero le aconsejaban que, como era buena en todas las materias, debía graduarse en ciencias o matemáticas, o algo más difícil, que no estudiara tanta gente. West asistió a la universidad en el Virginia State College, donde era una de las pocas mujeres que estudiaban matemáticas. Obtuvo su título de bachelor en 1952 y el de maestría en 1955. En ese lapso fue maestra durante dos años en las escuelas públicas de Sussex y Martinsville, Virginia.

Tras graduarse aplicó para conseguir un trabajo en el gobierno. En 1956, ingresó al Laboratorio de Armas Navales de Dahlgren, Virginia, en la División de Astronáutica y Geodesia de la Marina estadounidense, donde se integró a un equipo de trabajo para analizar datos satelitales, lo que significaba realizar cálculos de forma manual; antes de que debieran trabajar con una de las nuevas computadoras: nadie había usado computadoras, por lo que tuvieron que aprender a programar y codificar.

Cuando Gladys West comenzó su carrera, fue la segunda mujer afroamericana contratada en la base naval; eran un total de cuatro personas negras en ese entonces. Una de ellas era el también matemático Ira West, con quien se casó en 1957. Señala que su compromiso era para con ella misma, pero también "para dar ejemplo a otras personas que venían detrás de mí, especialmente las mujeres”. También estaba satisfecha, pues se dedicaba a hacer cosas nuevas y completaba metas de vida.

Fotografía de Glady

Si bien Gladys West formó parte de un estudio astronómico sobre el movimiento relativo de Plutón respecto a Neptuno, su trabajo en las décadas de 1950 y 1960 se concentró en desarrollar modelos matemáticos para procesar los datos recopilados por los satélites artificiales. Fue líder del proyecto SEASALT-1 para el procesamiento de datos de altimetría por radar satelital. Los cálculos permitían generar bases de datos de las órbitas satelitales sobre la superficie de agua, los cuales se convirtieron en la base del Sistema de Posicionamiento Global (GPS por sus siglas en inglés).

Además de ser la madre de dos hijos y una hija; obtuvo una maestría en Administración Pública en 1973, por la Universidad de Oklahoma, también prosiguió sus estudios en el Instituto Politécnico de Virginia y en la Universidad Estatal de Virginia a través del programa de extensión académica del Centro Dahlgren.

En las décadas de 1970 y 1980 se dedicó a programar una computadora IBM 7030 para obtener un modelo más preciso de la forma de la Tierra, un elipsoide con irregularidades conocido como geoide; lo que requirió manejar complejos algoritmos que tuvieran en cuenta las variaciones en las fuerzas gravitacionales, de marea y otras que distorsionan la forma de la Tierra. En 1979 publicó un artículo en el Journal of Geophysical Research. En 1986, West publicó “Especificaciones del sistema de procesamiento de datos para el altímetro de radar por satélite Geosat”, una guía ilustrada cuyo objetivo era explicar cómo aumentar la exactitud de la estimación de "alturas de geoide y reflexión vertical" a través de datos obtenidos del satélite Geosat, que entró en órbita en marzo de 1984. En 1998 se retiró, con una carrera laboral de 42 años durante la cual realizó grandes aportaciones a la ciencia que estudia la forma del globo terráqueo.

Como jubilada, no permaneció inactiva: West decidió dedicar un tiempo a viajar, pero su pasión por la ciencia nunca la abandonó, ha sido conferencista y activa participante en asociaciones cívicas y de profesionales. También inició un doctorado que tuvo que interrumpir al sufrir un derrame cerebral; pero ni eso ni el cáncer de mama que padeció la detuvieron. En 2018 concluyó su doctorado en Administración Pública en Virginia Tech, con un programa de educación a distancia. Ese fue un objetivo que se fijó mientras se recuperaba del derrame cerebral: “No puedes quedarte en la cama, tienes que levantarte de aquí y obtener tu doctorado”, se decía a sí misma.

El 6 de diciembre de 2018, West fue premiada por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos e ingresó a su Salón de la Fama de los Pioneros Espaciales y de Misiles, por sus "décadas de contribuciones al programa espacial de la Fuerza Aérea", entre otras, la mejora en la precisión del GPS y la medición de los datos satelitales. La tecnología GPS creada con fines militares dio paso al desarrollo de aplicaciones civiles, que incrementaron la productividad en la aviación, el espacio, la seguridad pública, la agricultura y la atención de desastres.

Difícilmente la vida actual puede imaginarse sin los sistemas de geolocalización, usados para manejar autos, para dar la ubicación de las fotografías que se comparten en redes sociales, por mencionar solamente algunas de sus aplicaciones. Ella nunca imaginó la forma en que su labor impactaría al mundo en las décadas posteriores, “simplemente trataba de hacer un buen trabajo”.


Fuentes consultadas:

100 Women: Gladys West - the 'hidden figure' of GPS.

La Dra. Gladys West y su indudable contribución al desarrollo del GPS.

B Dr. Gladys West: The "Hidden Figure" Who Pioneered GPS Technology.

Navy Hidden Hero: Gladys Mae West and GPS.


Ana Cecilia Noguez Garrido

(México, 1966)

Fotografía de Katherine Johnson

Ana Cecilia Noguez estudió Física, es catedrática, académica y divulgadora de ciencia mexicana. Desde este año ha sido designada como Directora del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

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Fotografía de Julieta Fierro

Ana Cecilia Noguez estudió Física, es catedrática, académica y divulgadora de ciencia mexicana. Desde este año ha sido designada como Directora del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

Nació en la Ciudad de México el 17 de julio de 1966. Estudió la carrera de Física en la UNAM, así como la maestría y el doctorado en Ciencias. Es reconocida por sus aportes fundamentales en la física computacional, en los campos de la plasmónica, la actividad óptica y la física de superficies. En sus aportes a la física computacional se destacan sus investigaciones teóricas y computacionales que han permitido el desarrollo de tecnología como sensores, espectroscopías aumentadas y catálisis asimétrica, así como otras aplicaciones en la industria farmacéutica. También impulsó que esta materia fuera obligatoria en la licenciatura de Física en la UNAM y la creación del Laboratorio de Computación en el Instituto de Física.

Ana Cecilia Noguez es considerada una de las pioneras en el estudio de nanopartículas plasmónicas, que permitieron establecer nuevos conceptos y líneas de investigación. La nanotecnología está enfocada al estudio de la materia al nivel de átomos o moléculas. Noguez relata que a través de sus investigaciones estudia la interacción de la luz con la materia, en sus palabras: “Hay quien estudia luz y materia para tratar de moldear la luz, por ejemplo para hacer los láseres. En cambio yo trato de usar la luz y las propiedades de su interacción con la materia para entender las propiedades de la materia. Esto me ha llevado a estudiar cuestiones de plasmónica, que es manipular la luz a escala nanométrica” [1]. En sus investigaciones observa que propiedades como la luz y la brillantes puede variar en un elemento si es observado al nivel de las nanopartículas. A este nivel se puede observar como la luz al ser una onda electromagnética ejerce una fuerza sobre los electrones de la nanopartícula, provocando que estos se exciten colectivamente y se muevan hacia un lado determinado de la partícula, dejando los iones con cargas positivas al otro lado. Lo cual produce diferentes arreglos de las cargas positivas y negativas, dando lugar a densidades de carga. En sus investigaciones en el campo de la plasmónica considera que una de sus contribuciones más importantes, de la mano de sus colegas y estudiantes, ha sido demostrar que la interacción de la luz y la materia depende de la forma de las partículas. Lo cual puede tener distintas aplicaciones. Por ejemplo, se observa que iluminar una partícula llevaría a quemarla, por lo que esta acción se podría utilizar para quemar células enfermas.

Es una entusiasta promotora de la Nanociencia en México. En 2003 organizó la primera red de nanociencias en la UNAM (REGINA, Red de Grupos de Investigación en Nanociencias) y es una de las fundadoras de la Red Nacional de Nanociencia y Nanotecnología del CONACYT, así como de la División de Nanociencia de la Sociedad Mexicana de Física. Ha impulsado la creación de nuevos laboratorios en esta área y promovido la Nanociencia en diferentes foros.

Además, tiene un gran compromiso con la divulgación y difusión de la ciencia, forma parte de la iniciativa «Niñas STEM, pueden», para promover la ciencia y la tecnología, también ha participado en diversos foros como museos, radio, televisión y medios impresos. Es miembro del comité editorial de la revista de divulgación Ciencia de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y de la revista de investigación internacional Journal of Nanoparticle Research.

Por sus aportes y trabajo, Ana Cecilia Noguez ha recibido diversos reconocimientos, entre los que destacan, el Premio Wizmann en Ciencias Exactas, que otorga la Academia Mexicana de Ciencias, y la medalla Gabino Barreda, ahora Alfonso Caso, a la mejor estudiante del Doctorado en Ciencias (Física) que otorga la UNAM. Otros reconocimientos que ha recibido son: el Reconocimiento del Instituto Nacional de Física de la Materia de Italia en 1997 y de la Fundación Ricardo J. Zevada en 1999, la Distinción Universidad Nacional a Jóvenes Académicos en Investigación en Ciencias Exactas en 2006, además de dos reconocimientos a la dirección de la mejor tesis doctoral de Ciencia e Ingeniería de Materiales del Certamen Nacional IIM-UNAM en 2006 y 2008. En septiembre de 2009 recibió el reconocimiento de Thomson Reuters (Institute for Scientific Information) y del CINVESTAV al artículo más citado desarrollado en México en el área de Química. En 2018, la Universidad Autónoma del Estado de México le otorgó el Doctorado Honoris Causa por sus aportes al área de la física, que la ubicaron en 2011 en el 1 por ciento de investigaciones que registran un mayor número de citas y referencias dentro de su especialidad en todo el mundo (de acuerdo al Council of Canadian Academies).

[1] Guerrero, Ana Luisa (3 febrero 2016) “Cecilia Noguez Garrido, investigadora de excelencia”, CIENCIAMX NOTICIAS, Disponible en: http://www.cienciamx.com/index.php/sociedad/personajes/5189-cecilia-noguez-garrido-investigadora-de-excelencia-entrevista-semblanza


Fuentes consultadas:

Semblanza Ana Cecilia Noguez Garrido. Fuente: UNAM

Boletín de la Sociedad Mexicana de Física “Premio de la Academia Mexicana de Ciencias” , Volumen 24, número 1, enero-marzo de 2010 pag. 3

Wikipedia “Cecilia Noguez”

La Razón “Seis académicos de la UNAM obtienen el Premio de Ciencia; Artes y Literatura 2016”, 15 de diciembre, 2016

CCO Noticias “Distinguirá UAEM con Doctorado Honoris Causa a física Ana Cecilia Noguez Garrido”, 28 de febrero, 2018.

Consejo Consultivo de Ciencias “Ana Cecilia Noguez Garrido”

Valentina Tereshkova

(Rusia, 1937)

Fotografía de maru_niho

Cosmonauta y política. Fue la primera mujer en volar al espacio.

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Fotografía de Valentina Tereshkova

Cosmonauta y política. Fue la primera mujer en volar al espacio.

Nació en una familia proletaria de la URSS de la posguerra. Tereshkova asistió a la escuela hasta la edad de 8 años y poco más tarde abandonó su formación académica para trabajar en una fábrica textil. Manifestó un especial interés por el paracaidismo, uniéndose al Aeroclub de la localidad. Posteriormente, se unió al Partido Comunista.

Fue la primera mujer en volar al espacio. Fue piloto del Vostok 6, lanzado el 16 de junio de 1963. Completó 48 órbitas alrededor de la Tierra en sus tres días en el espacio. Para unirse al Cuerpo de Cosmonautas, Tereshkova fue incorporada de manera honoraria a la Fuerza Área Soviética, siendo así la primera civil en volar al espacio.

Cuando la URSS lanzó el programa Vostok, Tereshkova reunía todas las cualidades necesarias y por ello fue seleccionada.   Su capacitación incluyó vuelos de ingravidez, pruebas de aislamiento, pruebas en centrifugador, teoría de cohetes, naves espaciales de ingeniería, 120 saltos en paracaídas y formación de pilotos en aviones de combate MiG-15UTI.


Fuentes consultadas:

Valentina Tereshkova.

Valentina Tereshkova, la primera mujer en el espacio.

Valentina Tereshkova.


Maria Goeppert-Mayer

(Alemania, 1906 – EUA, 1972)

Fotografía de Katherine Johnson

Maria Goeppert-Mayer fue una física alemana, nacida en la actual Polonia, y nacionalizada americana, a causa de la Segunda Guerra Mundial

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Fotografía de Julieta Fierro

Maria Goeppert-Mayer fue una física alemana, nacida en la actual Polonia, y nacionalizada americana, a causa de la Segunda Guerra Mundial, ya que tuvo que emigrar a Estados Unidos junto con su marido, el químico Joseph Mayer. Como Física Teórica ganó el Premio Nobel en Física por su modelo de coraza de un núcleo atómico y sus hallazgos sobre la estabilidad del mismo. Esto la convirtió en la segunda mujer en la historia en ganar dicho premio; la primera fue Marie Curie.

María Goeppert fue una mujer que luchó contra las convenciones sociales de su época y los prejuicios contra las mujeres que tenían el sueño de convertirse en investigadoras y académicas. Un claro ejemplo de esto es el hecho de que no recibió pago por su trabajo académico hasta que tuvo 54 años, aunque esto nunca la detuvo, y contribuyó continuamente al campo de estudios de la Física.

Debido a las leyes de segregación racial, en su natal ciudad solo se ofrecía educación a la población negra hasta los catorce años de edad. Pero su padre (agricultor y leñador) y su madre, que era maestra, preocupados por la educación de sus cuatro hijos, procuraron que asistieran a la escuela secundaria en Institute, donde permanecían durante el ciclo escolar y en verano regresaban a White Sulphur Springs.

Nacida el 28 de junio de 1906 en Kattowitz, una provincia del antiguo imperio Aleman Prusiano, Maria representa la séptima generación de académicos en su familia. A temprana edad, su familia tuvo que mudarse debido a que su padre fue nombrado profesor de Pediatría en la Universidad de Göttingen en Alemania. Este ambiente familiar jugó un importante rol en la formación de su carrera, siempre estuvo rodeada de estudiantes y profesores de la universidad, así como de intelectuales como Enrico Fermi, Werner Heisenberg o Wolfgang Pauli. Asistió tanto a escuelas públicas como a privadas, y complementó su aprendizaje con la tutela de buenos e inspiradores maestros. En aquellos tiempos no existían muchas oportunidades para que las niñas pudieran continuar sus estudios en una universidad, pero gracias a su perseverancia y determinación, Maria Goeppert se enroló en una escuela privada que estaba de acuerdo en preparar a mujeres para el examen de ingreso a la universidad.

Ya en la universidad, su primera pasión fueron las matemáticas; sin embargo, cuando tomó clases con Max Born, quien la introdujo a las materias de mecánica cuántica y física, decidió hacer un cambio en su campo de estudio. María completó su doctorado en 1930 en la Universidad de Göttingen.

Después de sus estudios, ella y su esposo se mudaron a Baltimore en Estados Unidos, donde logró conseguir una posición dentro del Departamento de Química de la Universidad John Hopkins. Eran principios de siglo, en la época de la gran depresión, que efectivamente redujo mucho las oportunidades laborales para las personas; sin embargo, también se atribuye al sexismo y al nepotismo el que María enfrentara grandes dificultades para tener oportunidades en su carrera. Luego de no lograr conseguir un trabajo de tiempo completo en la universidad John Hopkins, decidió trabajar sin recibir paga o como voluntaria en las universidades donde trabajaba su esposo, únicamente para poder mantener su conocimiento al día. Así colaboró en la Universidad de Columbia de 1940 a 1946 y después en la Universidad de Chicago.

Fue en la Universidad de Chicago, donde al establecerse el Laboratorio Nacional Argonne en 1946, a Goeppert-Mayer le ofrecieron un trabajo de medio tiempo como física senior en la división de Física Teórica. Ahí donde comenzó a trabajar activamente en los usos de la energía nuclear en tiempos de paz y se convirtió en la primera en usar una computadora para trabajar en el crítico problema de un reactor generado de metal líquido.

A la edad de 54 años, en 1960, María Goeppert-Mayer aceptó una plaza de profesora de tiempo completo en la Universidad de California. Su gran trabajo en el campo de la física no solo la hizo la séptima generación de académicos y profesores en su familia, sino también la hizo ganar el Premio Nobel de Física en 1963. Esta impresionante científica murió en California en el año de 1972.

Su legado es tan importante que la Sociedad Americana de Física nombró un premio, que honra a jóvenes mujeres físicas en los inicios de su carrera, con el nombre de Maria Goeppert-Meyer. La Universidad de Chicago entrega cada año un premio en su memoria a mujeres científicas o ingenieras y la Universidad de California realiza cada año el simposio Maria Goeppert-Mayer en el que se reúnen investigadoras jóvenes para discutir sobre temas científicos actuales.


Fuentes consultadas:

Joseph, Ferry (2003) “Maria Goeppert Mayer”. Recuperado de:

Wikipedia Maria Goeppert-Mayer. Recuperado de:

Maria Goeppert, la Premio Nobel que no cobró nada durante 50 años. Recuperado de:

Biografía de Maria Goeppert-Mayer. Recuperado de:

Mary Jackson

(Estados Unidos, 1921 - 2005)

Fotografía de maru_niho

Nació el 9 de abril de 1921 y creció en Hampton, Virginia. Se graduó de la escuela George P. Phenix con los mayores honores.

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Fotografía de Dorcas Muthoni

Nació el 9 de abril de 1921 y creció en Hampton, Virginia. Se graduó de la escuela George P. Phenix con los mayores honores.

Jackson durante más de 30 años fue dirigente de un grupo femenino Scout y se distinguió por ayudar a jóvenes negras de su comunidad a crear un túnel de viento en miniatura en los años 1970.

Jackson enseñó matemáticas en una escuela negra en el Condado de Calvert, Maryland.

En 1951 comenzó a trabajar para el Comité Consejero Nacional para la Aeronáutica (NACA) y, de esta manera, empezó su carrera como matemática de investigación y computista, en el Centro de Investigación de Langley en su ciudad natal de Hampton, Virginia.

En 1953 aceptó una oferta de trabajo en el Túnel de Presión Supersónico, un túnel de viento de 1.2 por 1.2 metros y 45,000 kilovatios, usado para estudiar las fuerzas sobre un modelo al generar vientos de casi dos veces la velocidad del sonido. A partir de esta experiencia, Jaskson se preparó para ascender a ingeniera. Czarnecki animó a Jackson a prepararse para ascender a ingeniera, para la cual tuvo que cursar la licenciatura en matermáticas y física.

Una vez concluida su preparación, fue promovida a ingeniera aeroespacial en 1958 siendo la primera mujer negra que alcanzó el grado de ingeniera en la NASA. Trabajó en el análisis de datos de los experimentos del túnel de viento y también de datos obtenidos con vuelos de naves reales en la Sección de Aerodinámica Teórica de la División de Aerodinámica Subsónica y Transónica en Langley. Su objetivo era entender el flujo de aire, incluyendo las fuerzas de empuje y arrastre.

Durante su tiempo como ingeniera en NASA, trabajó en varias divisiones: la División de Investigación de la Compresibilidad, División de Investigación a Escala Real, División de Aerodinámica de la Alta Velocidad, y la División de Aerodinámica Subsónica-Transónica.

A los 24 años de edad fundó Openworld. Su compañía es actualmente una de las principales empresas del sector de internet en África, que se ha posicionado como una pionera en el empleo de software libre para aplicaciones que van del gobierno electrónico a la digitalización de los negocios. En el primer campo, los trámites electrónicos son un gran auxiliar en el combate a la corrupción, así como en aminorar el tiempo para abrir un negocio, por ejemplo.

Durante su vida, trabajó para ayudar a mujeres y otras minorías para mejorar sus oportunidades de asenso. Fue directora de dos programas relevantes para la promoción de la contratación de mujeres en el ámbito de la ciencia, la ingeniería y las matemáticas: Women’s Program en la oficina de Igualdad de Oportunidades, y del Affirmative Action Program.


Fuentes consultadas:

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Katherine Johnson

(Estados Unidos 1918)

Fotografía de Katherine Johnson

Matemática, física y científica espacial estadounidense, trabajó realizando los cálculos necesarios para llevar a cabo el procedimiento para enviar una nave tripulada en vuelo a la Luna en julio de 1969. Era una de las “computadoras humanas”, como se denominaba a las encargadas de descifrar ecuaciones numéricas complejas en la NASA.

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Fotografía de Julieta Fierro

Matemática, física y científica espacial estadounidense, trabajó realizando los cálculos necesarios para llevar a cabo el procedimiento para enviar una nave tripulada en vuelo a la Luna en julio de 1969. Era una de las “computadoras humanas”, como se denominaba a las encargadas de descifrar ecuaciones numéricas complejas en la NASA.

Katherine Coleman Johnson nació el 26 de agosto de 1918 en White Sulphur Springs, Virginia Occidental. Hija de Joshua y Joylette Coleman, desde muy temprana edad demostró su talento para las matemáticas. Lo contaba todo: los pasos necesarios para cruzar la calle o para llegar a la iglesia, los platos lavados, las estrellas que veía en el cielo… en fin, todo a su alrededor. La gran curiosidad y brillantez de Katherine Johnson con los números hicieron que adelantara varios cursos en la escuela.

Debido a las leyes de segregación racial, en su natal ciudad solo se ofrecía educación a la población negra hasta los catorce años de edad. Pero su padre (agricultor y leñador) y su madre, que era maestra, preocupados por la educación de sus cuatro hijos, procuraron que asistieran a la escuela secundaria en Institute, donde permanecían durante el ciclo escolar y en verano regresaban a White Sulphur Springs.

Con apenas diez años, Katherine fue admitida en el West Virginia Colored Institute para afroamericanos, adelantándose en nada menos que cuatro años a los estudios normales. A los trece años ya asistía al campus del histórico West Virginia State College, donde terminó la educación media (High school) a los catorce años de edad.

A los quince años prosiguió con sus estudios superiores en la denominada West Virginia State College, donde rápidamente concluyó la currícula de matemáticas. Sus mentores fueron la química y matemática Angie Turner King y el matemático W.W. Schieffelin Claytor, el tercer afroamericano en obtener un doctorado en matemáticas, quien, viendo el potencial de Katherine, creó asignaturas de geometría analítica y aeronáutica específicamente para ella.

En 1937, Katherine se graduó con los más altos honores (summa cum laude) con el doble grado de matemáticas y francés. Enseguida encontró trabajo como profesora en una escuela pública para niños afroamericanos en Marion (Virginia), donde enseñaba matemáticas, francés y música. Recuerda que en ese entonces tomó conciencia de las consecuencias del racismo y la segregación racial, que sufría en carne propia; pero también, fue allí donde empezó a romper tales barreras.

Uno de los muchos hechos notables dentro de la larga y destacada trayectoria de Katherine Johnson, es que ella fue la única mujer en el grupo de tres estudiantes afroamericanos con que inició la integración de las escuelas de postgrado de Virginia Occidental, al ingresar en 1938 a la Universidad de Virginia Occidental, luego de un fallo de la Corte Suprema de los Estados Unidos, que consideraba como una discriminación anticonstitucional que en ese estado hubiera escuelas de leyes exclusivas para la población negra.

Debido a problemas familiares no concluyó esta fase de su formación y, aunque Katherine aspiraba a desarrollar una carrera como investigadora en matemáticas, siempre le ofrecían trabajos como docente; renunció a la investigación y se dedicó a su familia durante casi quince años.

Desde la Segunda Guerra Mundial, las agencias gubernamentales estadounidenses contrataron a miles de mujeres para realizar diferentes actividades, política que continúo aplicando el Comité Asesor Nacional para la Aeronáutica (NACA por sus siglas en inglés), especialmente cuando la Unión Soviética encabezaba la carrera espacial, preparando el lanzamiento del primer satélite espacial, el Sputnik 1.

Así, Katherine tuvo la oportunidad de su vida: durante una reunión familiar se enteró que el NACA (ente predecesor de la NASA), solicitaba matemáticas afroamericanas; aunque no pudo conseguir el trabajo en 1950 por estar lleno el cupo de contratación, en 1952 Katherine obtuvo un puesto en el Laboratorio de Aeronáutica de Langley, y en 1953 comenzó a trabajar en el Departamento de Navegación y Guiado.

Fotografía de Katherine

A partir de entonces y hasta 1958, Katherine trabajó como “calculadora” en la sección de Colored Computers (literalmente, calculadoras de color), conformada por mujeres matemáticas que se ocupaban de la tediosa labor de realizar todas las operaciones y comprobaciones de cálculo que requerían los ingenieros aeronáuticos; contando tan solo con lápiz, papel y calculadoras mecánicas.

Debido a las leyes de segregación racial, las matemáticas afroamericanas debían trabajar y comer en sitios separados de sus colegas caucásicos, además de usar sanitarios distintos. Aunque sabía que era segregación, no la percibía como tal, posiblemente debido a su carácter y su capacidad para las matemáticas, especialmente para la geometría analítica, su cualidad de plantear las preguntas adecuadas y su liderazgo, que pronto la llevaron a convertirse en una pieza importante dentro de la NASA.

Cuando Katherine recibió una solicitud para ayudar al equipo masculino de investigación (todos ellos blancos), su dominio de la geometría analítica hizo aliados a sus jefes y sus colegas, quienes “olvidaron” enviarla de vuelta con las calculadoras de color. En un mundo dominado por hombres, y además blancos, con gran asertividad Johnson pedía que la incluyeran en las reuniones importantes, a las que nunca antes habían integrado a mujeres: “Yo he hecho el trabajo que me han pedido y tengo derecho a estar presente”.

El papel desempeñado por Katherine Johnson fue crucial en muchos aspectos. Entre otras cosas, calculó la trayectoria del vuelo espacial de Alan Shepard el 5 de mayo de 1961. Para este primer vuelo espacial humano de Estados Unidos, ella verificó las ecuaciones orbitales para el control de la trayectoria de la cápsula de la misión Freedom 7, desde el despegue hasta la descarga.

En 1962, la NASA se preparaba para que un estadounidense orbitara por primera vez alrededor de la Tierra: la complejidad del vuelo orbital había requerido la construcción de una red mundial de comunicaciones que conectaba estaciones de rastreo por todo el mundo con ordenadores IBM en Washington, DC, Cabo Cañaveral y las Bermudas; pero el equipo constantemente presentaba fallas y apagones, lo que sembraba la desconfianza entre la tripulación que debía efectuar esta misión espacial.

El reconocimiento a la exactitud y precisión de los cálculos de Katherine quedó de manifiesto cuando la NASA comenzó a realizar los cálculos para la misión orbital de John Glenn, empleando calculadoras electrónicas: el astronauta solicitó que Johnson comprobara los números obtenidos por el ordenador, negándose a volar, sin que ella hubiera verificado el cálculo. Katherine Johnson también produjo cartas de navegación espacial para esta misión, por si acaso ocurriera alguna falla electrónica y sus integrantes tuvieran que orientarse manualmente.

Katherine Johnson trabajó más tarde con ordenadores y los resultados obtenidos electrónicamente eran validados inicialmente frente a los resultados que ella obtenía. De manera natural, su talento la condujo a embarcarse en el proyecto Apolo 11, que llevaría a Neil Armstrong a la Luna en 1969.

La matemática trabajaba más de catorce horas diarias en el programa denominado Lunar Orbit Rendezvous, que era el procedimiento para enviar una nave tripulada en vuelo a la Luna. Este método, empleado en las misiones Apolo, consistía en que dos vehículos despegaban en el mismo cohete y viajaban unidos; uno para ir y volver de la Luna, y otro más pequeño para alunizar.

Katherine Johnson calculó el momento en el que el módulo lunar Eagle del Apolo 11, del que descenderían los astronautas, debía abandonar el satélite para que su trayectoria coincidiese con la órbita que describía el módulo de mando nombrado Columbia y pudiera así acoplarse para regresar a la Tierra. Ella reconoció su nerviosismo durante aquel alunizaje histórico, pues a pesar de que “había hecho los cálculos y sabía que eran correctos”, explicaba, “podía pasar cualquier cosa”.

Katherine trabajó también en la misión Apolo 13, misión en que el alunizaje fue abortado debido a un tanque de oxígeno que explotó dos días después del despegue. Las cartas de navegación elaboradas por Johnson y sus informes de protocolos de seguridad en caso de fallos electrónicos ayudaron a la tripulación para regresar sana y salva a la Tierra.

Posteriormente, Katherine se incorporó al proyecto del transbordador espacial y el Landsat 1, y fue autora o coautora de 26 trabajos de investigación. Trabajó en el Centro de Investigación Langley de la NASA desde 1953 hasta que se jubiló en 1986, después de treinta y tres años.

Fotografía de Katherine

En 2015, a los 97 años de edad, el presidente Barack Obama le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad, como mujer afroamericana pionera en STEM (acrónimo para ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Hasta la fecha, Johnson es la única mujer de la NASA que ha recibido este reconocimiento. Katherine comentaba que "las mujeres son capaces de hacer todo aquello de lo que los hombres son capaces de hacer. A veces, ellas tienen más imaginación que los hombres".

Tras conmemorar el 55 aniversario del lanzamiento de Alan Shepard, en mayo de 2016, la NASA le puso el nombre de Katherine G. Johnson a uno de sus más potentes centros de cálculo el “Centro de Investigación Computacional Katherine G. Johnson”.

En 2017, Katherine estuvo presente en la gala de los Oscar, donde compitió la película “Talentos ocultos”, basada en el trabajo de Johnson y sus compañeras afroamericanas en la NASA.


Fuentes consultadas:

Katherine Johnson y los cálculos que hicieron posible la llegada a la Luna.

Katherine Johnson y las figuras ocultas de la NASA.

Katherine Johnson: “La calculadora humana”.

Katherine Johnson, la calculadora que ayudó al ‘Apolo 11’ a llegar a la luna

Katherine Johnson: física, científica espacial y matemática afroamericana.

Dorcas Muthoni

(Kenia, 1979)

Fotografía de maru_niho

Una de las primeras quince mujeres en graduarse como ingeniera informática en Kenia. Emprendedora y activista, promueve la digitalización de las empresas en África mediante plataformas de código abierto y anima a las niñas a estudiar en áreas STEM.

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Fotografía de Dorcas Muthoni

Una de las primeras quince mujeres en graduarse como ingeniera informática en Kenia. Emprendedora y activista, promueve la digitalización de las empresas en África mediante plataformas de código abierto y anima a las niñas a estudiar en áreas STEM.

Nació en el poblado de Nyeri, situado a 150 kilómetros al norte de Nairobi (la capital de Kenia), en el África Oriental, entre reservas naturales y montañas.

Estudió en la preparatoria femenil Obispo Gatimu, escuela pública de buena reputación atendida por misioneros combonianos. En ese entonces le interesaba el diseño y pensaba estudiar arquitectura, aunque su padre quería que fuera médica. Tuvo un profesor de física que hablaba mucho de internet y su hermano le daba consejos, mientras leían la versión online de un periódico. Fue así que intuyó que el futuro sería computarizado o no sería, y fue cuando se inclinó por la informática.

En la Universidad de Nairobi estudió Ciencias de la Computación y se especializó en redes inalámbricas, radio comunicaciones y planificación tecnológica estratégica. Recuerda que le decían que no obtendría un buen trabajo con esa carrera.

Muthoni fue una de las primeras quince mujeres en graduarse como ingenieras informáticas. Aunque en la universidad donde estudiaba ni siquiera había lavabos para las mujeres, el panorama ha comenzado a cambiar; ahora las jóvenes se sienten más seguras al escoger carreras científicas y tecnológicas. Hay toda clase de grupos y asociaciones de programadoras, y más mujeres están alcanzando posiciones de responsabilidad.

Muy pronto comenzó a brindar consultorías, con su oficina en su propia recámara. “Mi primer trabajo fue llevar internet a las universidades de Kenia.

Descubrí el software libre para hacer funcionar los servidores. Cuando hablaba de ello, de la posibilidad de tener correos electrónicos o programas sin que mediara un pago, notaba gran sorpresa y emoción. Ella trabajó en la creación de la red de educación de Kenia; es pionera en la investigación y la enseñanza en África (KENET) y ha brindado infraestructura digital común a más de treinta universidades e instituciones de investigación en su país.

A los 24 años de edad fundó Openworld. Su compañía es actualmente una de las principales empresas del sector de internet en África, que se ha posicionado como una pionera en el empleo de software libre para aplicaciones que van del gobierno electrónico a la digitalización de los negocios. En el primer campo, los trámites electrónicos son un gran auxiliar en el combate a la corrupción, así como en aminorar el tiempo para abrir un negocio, por ejemplo.

Su compañía brinda asesoría para digitalizar pequeños negocios en una región donde 90% operan manualmente, a la par que las Pymes generan 45% de los puestos de trabajo y aportan 33% del Producto Interno Bruto (PIB) de toda África. Por medio de una aplicación de Android, un empresario africano puede acceder desde su tienda o sofá a millones de clientes. La tecnología está cambiando el mundo: también puede marcar un cambio en cómo abordamos la pobreza, señala, pues hasta ahora, los esfuerzos no han logrado lo que se esperaba.

Cuenta con un apasionado convencimiento de que los actuales retos, ya sea a nivel local, regional o global, pueden resolverse con la tecnología. Dorcas Muthoni forma parte de una oleada de jóvenes emprendedores que están convirtiendo a Kenia en una potencia regional en materia de innovación. La ubicuidad de los teléfonos móviles, el internet de alta velocidad y la inversión gubernamental se han conjugado para que en ese país se ubique “Silicon Savannah”, uno de los mayores centros urbanos del continente, que atrae millonarias inversiones para el florecimiento de las TIC.

En este boom también intervienen las sinergias derivadas del comercio de países de la región con el Reino Unido y a su inclusión dentro de la iniciativa comercial china denominada la Nueva Ruta de la Seda. La conectividad y el desarrollo de infraestructura resulta fundamental para las rutas comerciales.

Dorcas apuesta al uso de la tecnología para transformar de forma positiva a la sociedad africana a través de la vida de su gente ordinaria. Aunque no se le concede gran relevancia a nivel internacional, resalta que la tecnología ha cambiado profundamente África: En Kenia se inventó l’M-pesa, el pago por medio de móviles: la gente no usa tarjetas de crédito, sino que se intercambia dinero por medio del móvil; lo que ha incrementado las transacciones. “Puedes transferir dinero en tres segundos”, comenta.

Considera que la capacidad de escribir código es fundamental en la cuarta revolución industrial. La escasez de mujeres en las carreras científicas en África hará que su futuro sea aún más difícil que su presente. Uno de los obstáculos es la falta de modelos. Muchas chicas, como ella, crecen en entornos rurales, “en los cuales no tienes idea de lo que es un ingeniero, y aún menos una mujer ingeniera. Por eso ella continúa visitando escuelas, para animar a las niñas y a otras jóvenes africanas a que se dediquen a la ciencia y a la tecnología.

Fundó la organización AfChix6 para proporcionar asesoramiento y orientación a mujeres y niñas en las TIC, que desde 2004, realiza congresos y encuentros, además de contar con un proyecto colectivo de formación continua. Recalca que, “si no hay tecnólogas, se hacen productos no alineados con las necesidades de las mujeres". Al animar a las niñas y las jóvenes africanas a estudiar ingenierías, para que más mujeres incursiones en las áreas TIC, sabe que también se favorece la diversidad, necesaria para que las empresas sean más sostenibles. AfChix6 cuenta con 17 capítulos y acciones en 25 países, para ayudar a formar una masa crítica de habilidades computacionales entre las mujeres africanas.

Subraya que “para que África pueda prosperar de manera sostenible es necesario hacer uso completo de los talentos y habilidades de todos los ciudadanos, incluidas las mujeres, para transformar sus economías y sus sociedades”.

Para el diario inglés The Guardian, Dorcas Muthoni se encuentra entre las diez mujeres modelo en tecnología (junto con Ada Lovelace), pues Dorcas “está detrás de algunas de las aplicaciones online más ampliamente usadas en África, transformando gobiernos y sociedades a lo largo del continente”.

Ha recibido múltiples reconocimientos, tanto por su trayectoria como por el impulso que ha dado a la incursión de niñas y mujeres en las TIC, entre los que destaca el recibido en 2013, por parte del Foro Económico Mundial, que la reconoció como Young Global Leader y la incluyó en un panel de líderes mundiales con menos de 40 años de edad. También es integrante del Salón de la Fama de Internet, en la categoría de Global Connectors.

En 2017 recibió el doctorado Honoris causa por la Universitat Pompeu Fabra por su tarea en la promoción de los estudios de ingeniería entre las jóvenes de África, su labor de mentoría entre las y los jóvenes, así como su compromiso social en la lucha contra la pobreza.


Fuentes consultadas:

El País. Dorcas Muthoni, la pionera mujer que lucha para digitalizar África.

Magis. La pasión de Dorcas Muthoni.

Reuters. Digital revolution in Africa sparks global opportunities for entrepreneurs.

El Periódico. Dorcas Muthoni: "La tecnología ha cambiado profundamente África".


Julieta Fierro

(México, 1948)

Fotografía de Karen Keskulla Uhlenbeck

Julieta Norma Fierro Gossman es una reconocida divulgadora de la ciencia, en particular, de la astronomía. Inició su carrera como divulgadora con la serie de televisión llamada “Más Allá de las Estrellas".

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Fotografía de Julieta Fierro

Julieta Norma Fierro Gossman es una reconocida divulgadora de la ciencia, en particular, de la astronomía. Inició su carrera como divulgadora con la serie de televisión llamada “Más Allá de las Estrellas".

Nacida en la Ciudad de México el 24 de febrero de 1948, desde pequeña demostró grandes aptitudes para el estudio científico. Realizó sus estudios elementales en el Liceo Franco Mexicano y la preparatoria en la Universidad Motolinia. Posteriormente realizó la licenciatura en física y la maestría en astrofísica en la UNAM.

En una entrevista realizada en 2019, Julieta Fierro se autodefinió como “la astrónoma que deseaba ser cirquera”, dando a entender que su labor de divulgadora tiene un amplio sentido y relación con cierta forma de entretenimiento, y como una forma de acercar la ciencia a todo el mundo, en especial a los niños y jóvenes.

La serie que realizó, “Más Allá de las Estrellas”, fue premiada con el primer lugar de video científico en México en 1998. También su alma mater reconoció su vocación al asignarle el puesto de Directora General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM entre el 2000 y el 2004 y ha ocupado otros cargos dentro de centros de difusión de la ciencia, museos y organizaciones científicas.

Ha escrito alrededor de cuarenta libros, de los cuales la mitad son de divulgación científica, así como decenas de artículos en publicaciones diversas. Entre sus obras destacan: La familia del sol, 1990; La astronomía de México, 2001; Lo grandioso del tiempo. Gran paseo por la ciencia, 2005; Cartas Astrales, Un romance científico del tercer tipo, con Adolfo Sánchez Valenzuela, 2006; Galileo y el telescopio, 400 años de ciencia, y Newton, la luz y el movimiento de los cuerpos, ambos con Héctor Domínguez, 2007; y Las nebulosas planetarias, 2009.

Además de sus publicaciones como investigadora, también ha dictado centenares de conferencias, y diseñado numerosos talleres de ciencia para niños, con el propósito de hacer llegar el mundo de la ciencia a un gran número de personas. Diversas bibliotecas, planetarios y laboratorios llevan su nombre. La Sociedad Astronómica de San Luis Potosí lleva su nombre desde 2004 y pretende continuar su labor de divulgación científica.

Convencida de la importancia de la inclusión, promovió que uno de sus artículos fuera publicado en lengua maya. Participó en la realización de la sala de astronomía de Universum, Museo de las Ciencias, del cual también fue directora, y el Museo Descubre, de Aguascalientes. Colaboró en la creación de un museo de ciencias en Puerto Rico y de los observatorios Mc Donald, en Estados Unidos, y Suderland en Sudáfrica.

Como catedrática, Julieta Fierro opina que los estudiantes enseñan a los profesores, pues "lo más importante de dar una clase es escuchar con atención lo que preguntan los jóvenes, porque es cuando uno aprende. Ellos hacen las preguntas más fundamentales que se ha hecho la humanidad durante la historia".

Actualmente es investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM y profesora de tiempo completo de la facultad de ciencias de esta misma universidad. Fue elegida miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua el 24 de julio de 2003, y tomó posesión de la silla XXV el 26 de agosto de 2004. Igualmente, seleccionada miembro correspondiente de la Real Academia Española el 21 de abril de 2005.

En su labor como investigadora, la maestra Fierro enseña "a otras personas lo maravilloso que es la ciencia, lo bonita, lo divertida". Al hacer ciencia ella siente satisfacción y plenitud, como cuando explica que "la presión del aire de la secadora mantiene el globo suspendido. Es decir, hay una fuerza que atrae el globo hacia abajo y con la presión hacia arriba el globo no se cae. Esto sucede en las estrellas. La fuerza de atracción jala hacia el centro y la presión hacia afuera".

Además de su importante carrera profesional, Julieta Fierro es madre. Considera que la vida les puede dar muchas posibilidades a las mujeres, lo que nunca imaginó cuando era niña, pues creía "que lo único que podían hacer era atender una casa y ahora he visto que podemos hacer mucho más". Dice que es una ama de casa a quien le gusta tener su casa bonita, cortar flores, tejer, bordar manteles y hacer su propia ropa. Cocinar no le gusta tanto, aunque lo hace casi todos los días. "Me gusta llegar a mi casa y verla bonita", expresa. Como madre, cuyos hijos ya son mayores, le encanta platicar con ellos: "hablar sobre la vida. Ya los retos de ellos son muy grandes. Son problemas de qué pasa cuando se enamoran, qué pasa con la soledad, qué pasa con la muerte, qué significa ser amigos. Entonces, pues me gusta mucho pasar horas platicando con mis hijos".


Fuentes consultadas:

Resumen curricular Dra. Julieta Fierro Gossman.

Wikipedia, Julieta Norma Fierro Gossman

Julieta Fierro: Una vida dedicada a la Ciencia.

Julieta Fierro, la astrónoma que deseaba ser cirquera

Maru Nihoniho

(Nueva Zelanda, 1972)

Fotografía de maru_niho

Primera mujer maorí desarrolladora de videojuegos. Sus aplicaciones son auxiliares en el tratamiento de la depresión y fortalecen las habilidades STEM; también contribuyen a preservar la cultura de su pueblo entre las generaciones más jóvenes. Es considerada una de las mujeres con mayor influencia en la tecnología.

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Fotografía de maru_niho

Primera mujer maorí desarrolladora de videojuegos. Sus aplicaciones son auxiliares en el tratamiento de la depresión y fortalecen las habilidades STEM; también contribuyen a preservar la cultura de su pueblo entre las generaciones más jóvenes. Es considerada una de las mujeres con mayor influencia en la tecnología.

Maru Nihoniho es originaria de Chistchurch, la tercera área urbana más grande de Nueva Zelanda. De niña creció entre esa ciudad y Tuahiwi, un pequeño poblado rural de la comunidad maorí, donde estudió la primaria en una escuela comunitaria. Si bien ella prefería estudiar en Tuahiwi, nunca pudo aprender a hablar la lengua del pueblo originario del que forma parte.

Desde pequeña, su madre, Maruhaeremuri (Kui) y su padre, Rongotehengia Nihoniho, quien fue ingeniero aeronáutico, la habían impulsado a ser creativa. Acompañaba a su papá a su trabajo en el aeropuerto: jugaba en el avión que él arreglaba y le pasaba las herramientas, incluso tenía su propio overol. Su padre murió cuando ella tenía seis años de edad y su mamá nunca volvió a casarse.

Recuerda que sus años escolares no fueron gratos: también asistió a la Primaria Sydenham. En esa escuela no se sentía a gusto, pues prácticamente era la única alumna maorí y, por ejemplo, nadie pronunciaba su nombre correctamente, situación que continuó durante la secundaria en el Colegio Cashmere High.

Cuando su mamá fue transferida a Wellington por su trabajo en la Oficina de Asuntos Maoríes, ingresó al Colegio Taita en Lower Hutt, donde nuevamente estaba en su zona de confort, rodeada de niñas y niños maoríes, así como de otras poblaciones polinesias.

Aunque era una buena escuela, solamente se involucró en las materias prácticas, y si bien le gustaba la clase de ciencias y el dibujo técnico, las calificaciones de su certificado escolar no lo reflejaban y de hecho obtuvo mejores resultados en materias que no le gustaban.

En general, su desempeño académico no fue el adecuado y a los 15 años decidió abandonar la escuela. No había sido una alumna desordenada; simplemente había estado mirando por la ventana, soñando despierta y deseando estar en otra parte; además de que prefería cosas más prácticas.

Nihoniho incursionó en los videojuegos a los once años: en la tienda de la esquina, además de comida para llevar tenían juegos Arcade como Moon Patrol, Galaga, Defender y Space Invaders; los viernes ella comía pescado y papas fritas y usaba lasmonedas sobrantes para jugar en las consolas.

Después de dejar la escuela pasó varios años trabajando en el ramo de la hostelería. Cumplió su sueño de ser una desarrolladora de videojuegos en 2003, cuando decidió iniciar su propia compañía de videojuegos. Maru considera que tras esa iniciativa se encuentra que para ella era muy grato jugarlos, y acostumbraba preguntarse cómo los habían hecho. También veía en las revistas las listas de las mujeres que encabezaban el área de tecnología y comenzó a inquirir cómo realizaban su trabajo.

Aunque tenía las ideas y la pasión, así como una experiencia de 14 años administrando negocios, no la tenía en materia de desarrollo de videojuegos, por lo que se inscribió en un curso de un año para adquirir conocimientos relevantes. Al término de su instrucción fundó Metia Interactive, la compañía que también dirige y que fue la primera compañía neozelandesa encabezada por una mujer.

El primer año viajó a Estados Unidos para asistir a las exposiciones de entretenimiento electrónico y conferencias de desarrolladores de juegos; tenía que aprender rápidamente cómo funcionaba esa industria. Comprendió que debía estar preparada para cambiar cursos de acción y ser muy flexible para modificar su idea original, algo que no todos los creativos están dispuestos a hacer.

Dos años después, lanzó el juego Cube para el PlayStation portátil, que tuvo éxito internacional. Esta aplicación de rompecabezas 3D, que estimula las habilidades de dominio espacial y pensamiento computacional en niñas y niños de tres años en adelante, recibió un premio en la Cumbre de las Naciones Unidas en 2009.

Nihoniho recuerda que, en esos primeros años, estaba orientada a consolas (PlayStation, Xbox y Nintendo) y ahora se enfoca a las pantallas pequeñas. La aparición de smartphones cada vez más potentes y las ventas en línea, impulsaron el mundo de los videojuegos, lo que también cambió a sus clientes potenciales: antes eran los publicistas de videojuegos, ahora lo son los institutos educativos, las empresas y las propias personas que juegan en sus teléfonos.

Comprender y aprovechar estos cambios en el mercado implicó analizar muchos datos, no solamente desarrollar aplicaciones. En ese entonces, apenas tenía tiempo para ella misma jugar un poco en su Smartphone.

Pero su ritmo de vida apenas ha cambiado: además de estar al frente del estudio creativo, administra el restaurant de su marido en Auckland y dirige Circle of Care Ltd, organización dedicada a crear redes de apoyo, enfocada en el bienestar mental y emocional de las y los jóvenes maoríes (Rangatahi).

Fotografía de maru_niho

También se hace cargo del cuidado de tres hijos y dedica algo de tiempo para unas cuantas aficiones: reconstruir artefactos y muebles, como puede ser un reloj o una mesa; así como recorrer senderos nativos y escuchar el canto de los pájaros. Ser mamá y estar al frente de los negocios puede ser pesado, pero se adquieren múltiples habilidades, señala Nihoniho. Además, recurre a su cultura para obtener inspiración y fortaleza.

Esta combinación de intereses y recursos se ve reflejada en sus videojuegos: después de vender su primer juego a Playstation, Maru se embarcó en un proyecto internacional liderado por la Universidad de Auckland, para desarrollar un videojuego basado en terapia cognitiva, que proporciona a la gente joven técnicas y habilidades para hacer frente a la depresión y la ansiedad. El éxito de SPARX se comprueba por todos los países e idiomas a los que llegó; y su trabajo fue publicado en una revista científica, el British Medical Journal. Esta aplicación 3D para teléfonos móviles obtuvo el Premio de United Nations World Summit Award 2011 y otro de la UNESCO Net Explo en 2013.

En el “boom” de desarrolladores que posiciona a Nueva Zelanda en la escena tecnológica mundial Maru Nihoniho destaca, pues se enfoca a cubrir las necesidades de las generaciones maoríes más jóvenes, tanto de bienestar como de posibilidades de insertarse en el mercado laboral en mejores condiciones.

En 2017 concluyó el programa de maestría Futuros Tecnológicos en Tech Futures Lab, con la finalidad de propulsar su negocio al siguiente nivel y también para formalizar su rica experiencia profesional. Aunque dudó en inscribirse, la modalidad de enseñanza la convenció de que podía estudiar y trabajar al mismo tiempo.

Como parte de la obtención de su grado, desarrolló el proyecto Tākaro, que literalmente significa “juego” en la lengua maorí, el cual enseña habilidades de programación en un ambiente 3D. Esta plataforma interactiva ayuda a las y los Rangatahi (jóvenes maoríes) a fortalecer sus destrezas y estrategias que crean confianza para manejar las áreas STEM.

El juego también se basa en una referencia espacial llamada Matariki, que es el nombre maorí para el conglomerado de estrellas conocido en occidente como Las Pléyades. Lanzado en 2017, este videojuego contribuyó a que su creadora recibiera el reconocimiento como Innovadora del Año en los premios de la conferencia Women in Games, organizada por MCV Pacific y Microsoft Xbox. Entre otros múltiples premios y reconocimientos, en 2016 fue nombrada integrante de la Orden del Mérito de Nueva Zelanda, por sus contribuciones a la industria de los videojuegos y a la salud mental.

Su más reciente juego desarrollado es Guardian Maia, que consiste en una aventura fantástica, basada en la cultura y tradiciones maoríes. Además, tiene como protagonista a una mujer, que es la heroína de las aventuras. Para desarrollar este personaje, Maru Nihoniho pidió ayuda a su mamá, quién le sugirió llamarla Maia, que en maorí significa valiente, intrépida y sin miedo. Y le dijo, “ella es como tú”. Así que en Maia se refleja la propia historia de su creadora.

En 2017 Metia Interactive obtuvo ingresos por 300 mil dólares y su fundadora está incluida en la lista Forbes de las 50 mujeres más influyentes en el ámbito tecnológico mundial. Al reflexionar sobre sus logros en una industria dominada por hombres, Maru Nihoniho comenta que, al principio, pensaba que cualquier persona podía dedicarse a desarrollar videojuegos, pero en muy poco tiempo pudo constatar que en los eventos de la industria a los que asistía, de mil participantes 990 eran hombres. Entonces fue todo un reto para ella plantearse cómo interactuar, pues uno de los fines de asistir es crear redes de negocios y colaboraciones creativas: ¿cómo comenzar, si solo había dos o tres mujeres en todo el salón?

Maru considera que si una mujer tiene suficiente confianza en sí misma y está convencida de lo que hace, puede triunfar en los videojuegos y en otras carreras vinculadas con la tecnología. Enfatiza que el acceso a las tecnologías y plataformas de aprendizaje es variado, y no siempre implica la educación formal, algo que deben aprovechar las y los jóvenes en su beneficio.

El apoyo desde edades tempranas es fundamental, por eso madres y padres deben alentar la confianza en sus hijas y motivarlas a desarrollar su imaginación y sus habilidades. Ahora niñas y niños pequeños aprenden fácilmente a manipular los smartphones y a navegar en internet. Entonces también hay que animar a las niñas a preguntarse cómo funcionan los dispositivos. Así ocurrió con ella, cuando entraba a los aviones y se imaginaba que arreglaba los instrumentos electrónicos junto con su padre. Nunca la forzaron a tomar un camino determinado, pero siempre la animaron a desarrollar su creatividad. Hay que decirles a las niñas que ellas pueden hacer y ser lo que ellas decidan.

Fotografía de maru nihoho

Ser guardián (kaitiakitanga) es un aspecto importante de la cultura maorí. Representa una visión de proteger y preservar, tanto el mundo natural como las relaciones humanas de parentesco y amistad. Ser reconocida en tu comunidad como guardián significa que tienes un área asignada para defender y practicar estos valores. Maru Nihoniho busca difundir estos aspectos de la cultura maorí en Nueva Zelanda y el resto del mundo con Guardian Maia.


Fuentes consultadas:

Maru Nihoniho discusses Màori culture, New Sealand’s gaming industry, Metia Interactive and her latest game “Guardian Maia”

Maru the Maori heroine of video games

How The Award-Winning Creator Of Cube And Tākaro Is Bringing Māori Culture To Video Games.

Maru Nihoniho and levelling up business

Maru Nihoniho: How years of playing spacies finally paid off.

Maru Nihoniho: Bringing Gaming Heroines to Life.


Sally Ride

(Estados Unidos, 1951-2012)

Fotografía de Karen Keskulla Uhlenbeck

Física y astronauta. Fue la primera mujer norteamericana en viajar al espacio exterior. También fue tenista profesional. Después de su carrera aeroespacial se dedicó a promover el interés de las niñas por la ciencia.

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Fotografía de Sally Ride

Física y astronauta. Fue la primera mujer norteamericana en viajar al espacio exterior. También fue tenista profesional. Después de su carrera aeroespacial se dedicó a promover el interés de las niñas por la ciencia.

Sally Kristen Ride nació el 26 de mayo de 1951 en Los Ángeles California. Fue la mayor de las dos hijas de Carol Joyce Anderson y Dale Burdell Ride, de ascendencia noruega. Él era profesor de ciencias políticas y ella consejera. Dejaban a sus hijas en libertad de explorar y desarrollarse a su propio ritmo.

Su padre y su abuelo eran muy aficionados a los deportes; esa fue una influencia importante para Sally a quien, siempre activa y curiosa, le gustaba pasar tiempo al aire libre. Comenzó a jugar tenis a los diez años de edad y su padre la llevaba a todos los torneos. También era una gran aficionada a la lectura, incluida la ciencia ficción.

Su rendimiento atlético le favoreció para obtener becas e ingresar a distintos colegios y universidades. Respecto a su interés por la física, reconoce la influencia de Elizabeth Mommaerts, su profesora de ciencia en sus primeros años de secundaria. Hasta entonces, las clases de matemáticas le habían parecido áridas, pero al poder aplicarlas y comprender su importancia, se enamoró de esas materias.

Durante sus primeros años universitarios era la número uno en el equipo de tenis, también formaba parte de los equipos de basquetbol y de hockey. A los veinte años consiguió un empleo de verano como maestra de tenis en Lake Tahoe en la escuela fundada por Billie Jean King; quien vio su talento y la alentó a proseguir para convertirse en profesional de este deporte. Después de año y medio en la Universidad de Swarthmore, en Pensilvania, decidió cambiarse a Stanford donde estudió Física. Su investigación se centraba en la astrofísica y en el láser de electrones libres.

Sally Ride pensaba convertirse en investigadora y profesora de física en alguna universidad de California, pero un año antes de terminar su doctorado, leyó un artículo en el periódico universitario The Stanford Daily, respecto a que, por primera vez en su historia, la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA por sus siglas en inglés) estaba reclutando mujeres. Reconociendo que para el éxito de su programa espacial las habilidades científicas y tecnológicas de la tripulación eran tan importantes como ser buen piloto, la agencia comenzó la búsqueda de jóvenes científicos y científicas para futuros vuelos espaciales.

Sally respondió al aviso con una corta misiva: “Soy una candidata al doctorado en Astrofísica en la Universidad de Stanford y estoy interesada en el programa de transbordadores espaciales. Por favor envíenme los formularios necesarios para postularme como candidata a especialista en misiones.” Eso cambió la dirección de su vida: entre más de mil aspirantes, Ride fue seleccionada para formar parte del cuerpo de astronautas a finales de 1977, al que ingresó recién concluida su disertación doctoral.

Fotografía de Sally Ride

Comenzó su instrucción en 1978, en un grupo de 35 integrantes en el cual seis eran mujeres: aprendían geología, meteorología, computación, a conocer cada parte de una nave espacial, a tripular un jet, a saltar en paracaídas, técnicas de sobrevivencia, entre muchas otras habilidades y conocimientos, así como un entrenamiento para soportar la fuerza gravitacional que se experimenta durante los despegues. Su habilidad atlética fue invaluable para destacar; así como su don para resolver rápidamente problemas de ingeniería y ser buena con el trabajo en equipo.

El 18 de junio de 1983, a bordo del transbordador espacial Challenger, Sally Ride pasó a la historia como la primera norteamericana en viajar al espacio, así como la persona más joven de esa nacionalidad en abandonar la atmósfera terrestre. Como la ingeniera de vuelo de la misión STS-7, que tuvo una semana de duración, además de realizar diversos experimentos, desplegó dos satélites de comunicación y operó el brazo mecánico del transbordador, que había ayudado a desarrollar. Con ello culminaban décadas de lucha y adversidades para que la NASA permitiera a las mujeres ocupar un puesto específico y ser astronautas, que representaban veinte años de atraso respecto a su contrincante soviética en la carrera espacial, ya que en 1963 la URSS había enviado a Valentina Tereshkova a bordo del Vostok 6, en una misión de tres días orbitando alrededor de la Tierra.

Su segundo vuelo espacial fue en 1984, también a bordo del Challenger, con lo que acumuló 343 horas en el espacio. Llevaba ocho meses de entrenamiento para realizar su tercera misión como astronauta cuando en 1986, el transbordador espacial se desintegró 73 segundos después de su lanzamiento. Ride fue asignada como parte de la comisión presidencial para investigar los detalles del accidente. Se determinó que la cultura organizacional de la NASA y el sistema de toma de decisiones habían contribuido sustancialmente a la tragedia que costó la vida a toda la tripulación de la misión STS-51-L.

Fue destinada a la Oficina Central de la NASA con sede en Washington, D. C., donde elaboró un informe sobre “El liderazgo y el futuro de Estados Unidos en el espacio” que constituyó el primer esfuerzo de planificación estratégica de la NASA; también fundó la Oficina de Exploración de esa agencia. Aunque en 1987 Sally Ride dejó la NASA para incorporarse al Centro Internacional para la Seguridad y Control de Armamentos en la Universidad de Stanford, fue la única persona que actuó en los comités que investigaron los accidentes del Challenger y del Columbia, ocurrido en 2003 durante su reingreso a la atmósfera terrestre. A partir de 1989 dirigió el Instituto de Ciencia Espacial de California y también fue profesora de Física en la Universidad de California en San Diego.

En 2001 fundó Imaginary Lines, compañía dedicada a alentar a las niñas y las jóvenes a interesarse en la ciencia. También fue coautora de dos libros infantiles sobre ciencia: To Space and Back (dedicado a su profesora Mommaerts) y Voyager. Este interés le surgió a raíz de sus visitas a las librerías, pues observaba que la sección infantil contaba con muchos libros de ciencia ficción, pero muy pocos sobre temas científicos.

Entre los reconocimientos que recibió Sally se encuentran el Premio Jefferson de Servicio Público, el Premio Von Braun, el Eagle Lindbergh, y el premio del NCAA Theodore Roosevelt. Es parte del Salón de la Fama Nacional de la Mujer y del Salón de la Fama de Astronautas; además recibió dos veces la Medalla de Viajes Espaciales de su país.

Tras su muerte en 2012, a la edad de 61 años y, a pesar de la gran contribución a su país, su pareja sentimental durante 27 años y socia de negocios, junto a quien escribió varios libros infantiles sobre ciencia, no tuvo ningún beneficio federal o en la Seguridad Social, como sí ocurre con las parejas heterosexuales.

Fotografía de Sally libertad

Además de ser la primera estadounidense en el espacio, también es la primera astronauta que abiertamente reconoció ser gay; aunque mantuvo los aspectos de su vida personal bajo reserva, durante sus últimos años abordó este tema de manera abierta. En 2013, el presidente Obama le rindió un homenaje póstumo, con la Medalla Presidencial de la Libertad; que recibió su pareja Tam O’Shaughnessy.


Fuentes consultadas:

National Women’s History Museum. Sally Ride.

Business Insider. Read the 40-word letter astronaut Sally Ride wrote to NASA that led to her becoming the 1st American woman in space.

PBS News Hour. The life of Sally Ride, America’s first woman astronaut, in pictures.

Encyclopedia of World Biography. Sally Ride.

Principia. Cultura en diversidad.

Melania Guerra

(Costa Rica, 1979 aprox.)

Fotografía de Melani_Guerra

Ingeniera, oceanógrafa y científica apasionada por la exploración de ambientes extremos. Especialista en bioacústica marina, ha viajado al Ártico y la Antártida. Actualmente se aboca a la diplomacia científica.

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Fotografía de Melania Guerra

Ingeniera, oceanógrafa y científica apasionada por la exploración de ambientes extremos. Especialista en bioacústica marina, ha viajado al Ártico y la Antártida. Actualmente se aboca a la diplomacia científica.

Nacida en San José de Costa Rica, es hija de Jorge Guerra, ingeniero industrial, y de Marcela Carrillo, maestra de escuela. Cuando tenía seis o siete años, su abuelo le regaló un libro sobre Heinrich Schliemann, el famoso arqueólogo que descubrió la ciudad de Troya. Fue así que Melania supo que las personas tienen trabajos en los cuales no están sentadas en una oficina ocho horas al día, sino que pueden estar repletos de aventuras y en contacto con la naturaleza; con descubrimientos, inventos y viajes.

Así decidió que, “cuando fuera grande”, tendría una profesión con todos esos elementos. Pasó desde querer estudiar dinosaurios, hasta soñar con convertirse en astronauta. Aunque no lo sabía entonces, la curiosidad científica era la base común de sus deseos por ser exploradora: esa misma curiosidad de saber cómo funcionan las cosas, innata en las niñas y niños; recuerda que uno de sus profesores la alentaba a abrir los aparatos y ver cómo funcionaban. Respecto a cómo ha logrado realizar aquello que se planteó desde pequeña, Guerra reconoce que tuvo la suerte de que su familia la impulsara a soñar en grande, a creer en ella y a siempre seguir adelante. Su mamá fue una influencia muy fuerte en su educación: le daba muchos libros, incluidos los de ciencia.

De niña Melania admiraba el trabajo que científicas como Jane Goodall y Dian Fossey hacían con gorilas y chimpancés en África. Veía el programa El Planeta Azul y seguía las aventuras de Jaques Cousteau bajo el mar, quien viajaba mucho a Costa Rica para hacer filmaciones de sus expediciones. Además, estaba muy informada sobre el primer viaje que iba a hacer el astronauta costarricense Franklin Chang en 1986: siempre estaba al pendiente de las noticias sobre su próximo viaje en el transbordador espacial Columbia, por lo que también supo que las mujeres estaban siendo seleccionadas por la NASA para ser astronautas.

Así nació su interés por investigar los ambientes extremos, como el Polo Norte, el Polo Sur, el fondo del mar, el espacio, los volcanes… todos esos lugares donde las condiciones son muy diferentes a las que soportan nuestra vida. Le atraía conocer cómo la tecnología y el ingenio humano habían resuelto los problemas para poder visitarlos y, en algunos casos habitar, para estudiarlos y protegerlos. Se dio cuenta que la ciencia era un medio para tener grandes aventuras.

Estudió en el Colegio Humboldt desde preescolar y allí obtuvo el bachillerato alemán. A punto de concluir su enseñanza secundaria, Guerra quería como profesión una carrera aeroespacial, por lo que analizó los perfiles de otras personas que habían logrado ese sueño: ser ingeniera mecánica (como Franklin Chang), era una buena opción para entender cómo son las máquinas y manejar los instrumentos que nos permiten visitar el espacio y el fondo del mar.

En 1997 ingresó a la Universidad de Costa Rica (UCR) para estudiar ingeniería mecánica. Señala que esta carrera suele considerarse para hombres, ya que solo eran cuatro mujeres de 360 estudiantes. Aunque no sintió discriminación o algún tipo de incomodidad, fue cuando se percató que los estereotipos sociales impactan de una manera que hasta entonces había logrado evadir.

En 2002 llegó a colaborar con Franklin Chang, quien ya había llevado a otros estudiantes de la UCR a trabajar a Houston como pasantes en su laboratorio de propulsión avanzada en la NASA; dos de ingeniería eléctrica y otro de ingeniería mecánica. Guerra se puso en contacto con uno de ellos, para establecer un primer acercamiento y manifestarle a Chang su interés por laborar con él. Después de una entrevista preliminar para corroborar que estaba preparada adecuadamente, viajó a Houston, donde realizó una pasantía de un año.

Antes de su estancia en la NASA, empezó a trabajar en el laboratorio de física nuclear de la UCR, en una investigación en la que se empleaba un espectómetro de masas (que permite identificar gases presentes en una mezcla), para realizar esa misma labor Houston. Al participar en diversos proyectos de la NASA se abrieron otras oportunidades de vida, como interactuar con la tripulación con la que viajó el Dr. Chang, con estudiantes y otros astronautas: además de realizar investigación de laboratorio, pudo cultivar relaciones humanas y aprender sobre robótica.

Durante ese periodo tomó la decisión de estudiar el doctorado en oceanografía, un área para realizar innovaciones tecnológicas que ampliaba sus posibilidades de desarrollo profesional, pues las misiones espaciales de la NASA atravesaban por un estancamiento. En una de las reuniones con Megan McArthur, astronauta que también es oceanógrafa, le contó su interés en los ambientes extremos y ambas coincidieron en que hay muchos paralelos entre estudiar el espacio y las profundidades marinas. La oceanografía satisfacía su anhelo de explorar, poder diseñar y probar los instrumentos en un ambiente extremo.

La Dra. Guerra subraya que la ingeniería está alrededor de nosotros todos los días, no es solo para “nerds” interesados en las matemáticas: la ingeniería busca resolver problemas y trata de crear una mejor calidad de vida. Es conversar con los biólogos sobre qué mediciones están tratando de realizar y crear los instrumentos que les permitan allegarse esos datos: ¿cómo construyo instrumentos que me permitan tener esa información? luego diseñar y probarlos primero en un tanque y después en el fondo del mar.

Estudió su Máster y Doctorado en Oceanografía en el Instituto Scripps de Oceanografía en San Diego, California. Hablar español fue algo que le abrió las puertas para participar en proyectos que marcaron su trayectoria: un investigador, que estudiaba los mamíferos marinos que llegan a Baja California, buscaba a alguien que le acompañara a México, para comunicarse con los pescadores. Recuerda que emplearon un día y medio atravesando el desierto para llegar al lugar donde desarrollarían su proyecto de dos semanas: solo contaban con paneles solares y trabajaron muchos días acampando a la orilla de la laguna, sin señal para comunicarse. Desde entonces se enamoró de los océanos.

Durante su posgrado la física teórica le costó trabajo y otro reto superado fue estudiar en un idioma que no era el suyo; pero uno de los principales obstáculos que enfrentó es el síndrome del impostor: después de presentar su tesis y realizar su disertación doctoral exitosamente, tardó dos años en subir el archivo de la tesis a la plataforma de la universidad para recibir su título; pues dudaba de sus méritos para haberlo obtenido. Al continuar participando en proyectos científicos, se dio cuenta que tenía los conocimientos y estaba cualificada como el resto de integrantes. Melania reconoce que este es un sesgo de género, pues afecta más a las mujeres y frena sus aportes a la ciencia; además de otras barreras para avanzar y participar al mismo paso que los científicos hombres

Se especializó en acústica submarina, que combina la ingeniería con la física, la biología y la ecología. Como investigadora en la Universidad de Cornell (Ithaca, Nueva York) y en la Universidad de Washington (Seattle, Washington) se enfocó en el estudio de los sonidos que producen los mamíferos marinos y los impactos que sufren por las actividades humanas en los mares.

El ecosistema acústico es la principal vía de comunicación en el mar, pero la contaminación acústica de las actividades industriales afecta a las ballenas y otras formas de vida marina (entre otros impactos, las obligan a tomar rutas diferentes y viajar más en busca de alimento, lo que las debilita y pone en riesgo su sobrevivencia); además de repercutir en las actividades económicas que tradicionalmente llevan a cabo las poblaciones que habitan las costas, y que tienen el derecho a decidir sobre las actividades de exploración y explotación industrial en zonas de delicado equilibrio ecológico.

En el año 2005 inició su expedición en cruceros oceanográficos y pudo viajar por primera vez al Ártico. Su labor consistía en aplicar la ingeniería para elaborar instrumentos que localizaran mamíferos y, mediante dispositivos llamados hidrófonos o micrófonos acuáticos, grabar los sonidos que emiten. “Íbamos año tras año a recuperar instrumentos que habíamos puesto el año anterior, les sacábamos la memoria, la batería y los volvíamos a tirar al año siguiente”.

Tras un año de preparación, en enero de 2019 Melania zarpó de Argentina a bordo del MV Ushuaia rumbo a la Antártida, como representante de Costa Rica en la tercera expedición Homeward Bound, programa de liderazgo femenino para científicas, que anualmente se lleva a cabo. El programa surgió como una respuesta al sesgo de género en la formación de líderes: fue creado por una empresa de couching y liderazgo corporativo al notar que, recurrentemente, la mayoría de sus clientes eran hombres. La iniciativa aspira a formar una red de mil mujeres científicas a lo largo de diez años y potenciar sus roles en la toma de decisiones e implementación de políticas públicas que combatan problemáticas globales, como el cambio climático y el desarrollo sostenible

Fotografía de Melania Guerra en el artico

Melania ya tenía cumplido el sueño de ir al Ártico, pero le quedaba pendiente ver el otro extremo del planeta, cuando tuvo esta oportunidad: una gran lección de resiliencia en la que, durante un viaje de tres semanas, ochenta mujeres recibieron cursos de liderazgo y cómo ser más eficientes como científicas, para que la ciencia tenga un papel en la toma de decisiones de nuestros países y de nuestro planeta.

Melania anima a las jóvenes a tomar retos y salir de su zona de confort, habilidad muy importante para las mujeres, pues no nos enseñan a tomar riesgos ni la sociedad nos provee de confianza. Por eso hay que visibilizar mujeres que hacen cosas un poco peligrosas o que implican un riesgo, puede ser tirarse al vacío a hacer una empresa propia, irse a vivir del campo a la ciudad o salir a buscar oportunidades en otro país: “Podemos educar a más mujeres de cómo se hace eso de una manera más inteligente, más sabia y de cuáles riesgos vale la pena tomar y cómo prepararse para aumentar las oportunidades de que nos vaya bien cuando tomamos esos retos.”

Fotografía de Melania Guerra en el artico

Es una de las dos costarricenses que ha pisado el Polo Norte y el Polo Sur. Conoce las profundidades de los océanos y la inmensidad de las masas continentales polares. Después de varios años de investigación y exploración, Guerra cerró ese ciclo y durante 2017 formó parte de la delegación costarricense en la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, conocida como COP23.

En 2018 laboró en la División de Asuntos Marinos de la Organización de las Naciones Unidas, especializándose en la gobernanza de los océanos y derecho multilateral, en un ámbito llamado diplomacia científica, que consiste en incidir entre políticos y gobernantes para que el conocimiento científico se utilice en la toma de decisiones internacionales.

Se interesó en este campo pues las investigaciones científicas en las que ha participado son realizadas en conjunto por equipos internacionales, pero también, porque los polos y muchas de las zonas marítimas son internacionales: el conocimiento, uso y preservación de los mares involucra esfuerzos en común por parte de los países que realizan investigación científica, a la par que persiguen objetivos geopolíticos. Actualmente es consultora independiente en diplomacia científica. Busca que las relaciones entre los países permitan alcanzar un objetivo global: la conservación de los polos y del medio ambiente.

Guerra nos recuerda que el océano produce la mitad del oxígeno que respiramos y, junto con los vientos, es la vía para regular la temperatura del planeta, entre otros procesos vitales. En suma, debemos ser conscientes que el planeta es un sistema conectado: todo tiene una función y cumple un papel a la hora de regular y mantener a la Tierra entera como un lugar habitable.


Fuentes consultadas:

El País CR. Melania Guerra: científica tica portavoz de los océanos polares.

El Financiero. Investigadora del ruido subacuático.

Caminos en ciencia. Temporada 2. Episodio 10: Melania Guerra, PhD.

TEDxPuravida. Charlas. El corazón azul del planeta.

Ojo al Clima. Ochenta científicas recorren la Antártida para afinar su esperanza.

Perfil. Melania Guerra: la oceanógrafa tica que deja huellas por el mundo.


Katie Bouman

(Estados Unidos 1989)

Fotografía de Katia Bouman Uhlenbeck

Ingeniera Eléctrica e informática, diseña sistemas y algoritmos integrados para ampliar los límites de la obtención multidisciplinaria de imágenes. Integrante de un proyecto científico de más de 200 personas, lideró la primera visualización de un agujero negro utilizando el Telescopio Horizonte de Eventos.

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Fotografía de Katia Bouman

Ingeniera Eléctrica e informática, diseña sistemas y algoritmos integrados para ampliar los límites de la obtención multidisciplinaria de imágenes. Integrante de un proyecto científico de más de 200 personas, lideró la primera visualización de un agujero negro utilizando el Telescopio Horizonte de Eventos.

Katherine Louise Bouman nació el 9 de mayo de 1989 en West Lafayette, Indiana, donde también estudió la secundaria (High school); ya desde entonces se interesó en el proyecto del Telescopio Horizonte de Eventos (EHT por sus siglas en inglés), que consiste en una red de radiotelescopios ubicados en diferentes puntos del planeta para conformar un telescopio milimétrico del diámetro de la Tierra, con la finalidad de captar imágenes de los agujeros negros.

Katie Bouman estudió Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Michigan Ann Arbor donde se graduó en 2011; en 2013 concluyó su posgrado en Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la Computación en el Instituto Tecnológico de Massachusets (MIT), donde también cursó un doctorado. Durante su estancia en el MIT fue integrante del Observatorio Haystack de Harvard; una beca de la Fundación Nacional para la Ciencia proveyó los recursos para su proyecto. Katie Bouman también recibió el premio Ernst Guillemin otorgado a las mejores tesis de maestría, lo que le permitió formar parte del proyecto EHT. En diversos foros ha dado pláticas y conferencias sobre cómo obtener imágenes de los agujeros negros, temática en que ha centrado sus investigaciones.

El EHT requiere cielos claros de forma simultánea en los distintos continentes donde se ubican los telescopios de la red, así como una precisa coordinación de ocho equipos de investigación, que usan relojes atómicos para asegurar la exacta sincronización de los datos generados. Durante abril de 2017 las condiciones atmosféricas permitieron obtener buenos resultados: los datos recopilados durante cinco noches de observaciones equivalían a más de media tonelada de hardware para almacenarse, por lo que reunirlos precisó su traslado físico. Se tuvo que esperar casi medio año para el arribo de los datos procedentes del Polo Sur, hasta que concluyó el invierno antártico.

Siendo estudiante de doctorado del MIT, Katie Bouman encabezó uno de los equipos que desarrolló los algoritmos para procesar imágenes obtenidas por medio de la interferometría de base muy larga (VLBI, por sus siglas en inglés). A partir de ese algoritmo, el proyecto EHT desarrolló el que finalmente captaría la primera imagen real de un agujero negro.

Para asegurarse de que la imagen no estuviera basada en una reconstrucción errónea, el Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, basado en la Universidad de Harvard (Massachusetts), formó cuatro equipos diferentes. Cada equipo utilizó el algoritmo para obtener una imagen. Después de un mes de trabajo, los cuatro grupos presentaron sus resultados a los restantes: todos los equipos tenían imágenes muy similares.

Katie lideró uno de estos grupos, encargados de realizar una serie de pruebas para garantizar que la imagen del agujero negro no fuera el resultado de algún tipo de fallo técnico o casualidad, y también dio forma al artículo científico publicado el 10 de abril de 2019, donde se dieron a conocer los principales resultados del proyecto EHT.

El astrofísico Andrew Chael, otro de los integrantes del proyecto EHT, reconoce que ella tuvo un papel relevante para lograr este avance científico, llevado a cabo como un proyecto colectivo de alcance global; por lo que no debe demeritarse la contribución de Bouman con críticas sexistas que se oponen a que una mujer sea el rostro de este descubrimiento, las cuales inundaron las redes sociales a raíz de la presentación mundial de la imagen.

La histórica imagen es la combinación de imágenes producidas por múltiples métodos; la cual muestra un halo de polvo y gas, trazando el contorno de un agujero negro colosal, en el corazón de la galaxia Messier 87 (M87), a 55 millones de años luz de la Tierra.

Para obtenerla se requirió el increíble talento de un equipo de más de 200 científicas y científicos de todo el mundo y años de arduo trabajo para desarrollar el instrumento, el procesamiento de datos, los métodos de obtención de imágenes y las técnicas de análisis necesarias para lograr esta hazaña aparentemente imposible. En el proyecto EHT participan científicas y científicos mexicanos y el Gran Telescopio Milimétrico ubicado en Puebla forma parte de la red.

Actualmente, la Dra. Bouman es profesora asociada en el Departamento de Matemáticas y Ciencias Computacionales del Instituto de Tecnología de California (Caltech).


Fuentes consultadas:

https://people.csail.mit.edu/klbouman/

https://www.theguardian.com/science/2019/apr/10/black-hole-picture-captured-for-first-time-in-space-breakthrough

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2019/04/14/troleo-machista-proposito-agujero-negro/00031555259316648225373.htm

https://www.theatlantic.com/science/archive/2019/04/katie-bouman-black-hole/587137/

https://aussiecelebs.com.au/katie-bouman-wiki-age-husband-black-hole/

https://historia-biografia.com/katie-bouman/

https://www.inaoep.mx/noticias/?noticia=476&anio=2017

Radia Joy Perlman

(Estados Unidos, 1951)

Fotografía de Radia Joy Uhlenbeck

Es diseñadora de software e ingeniera de redes, y se le conoce como la “madre del Internet” por sus contribuciones en materia de protocolos y redes.

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Fotografía de Radia Joy

Es diseñadora de software e ingeniera de redes, y se le conoce como la “madre del Internet” por sus contribuciones en materia de protocolos y redes.

Radia Perlman nació el 18 de diciembre de 1951 en Portsmouth, Virginia, Estados Unidos. Realizó sus estudios en el MIT (Massachusetts Institute of Technology) desde la carrera para luego realizar una maestría en Matemáticas y un doctorado en Ciencias de la Computación. Su tesis doctoral se enfocó en temas de ruteo ante la presencia de fallas maliciosas en las redes.

El Foro Histórico de las Telecomunicaciones reconoce a Radia como la creadora del Spanning-Tree-Protocol, que transformó Ethernet -de una tecnología limitada a unos pocos cientos de nodos confinados en un edificio- a una tecnología que permitió crear grandes redes con cientos de miles de nodos dispersos a lo largo de un gran área. Este invento es por el cual se le conoce como la “madre del Internet”.

La historia de Radia no es común para la época; sus padres tuvieron mucho que ver en sus futuras decisiones de carrera. Ambos eran ingenieros que trabajaban para el gobierno de los EEUU, él en radares y su madre como programadora de ordenadores, profesión poco común para mujeres en la época de los años cincuenta.

Desde pequeña, demostró gran interés por las matemáticas, las ciencias, la música y el arte. Su forma de pensamiento lógico la hacían destacar en estas materias, y en otras, como historia, geografía o gramática, no manifestó tanto interés, aunque siempre mantuvo promedios de estudiante destacada.

En la época en que ella decidió irse a estudiar al MIT, en la década de los sesenta, solo había en dicha universidad 50 mujeres por cada 1000 estudiantes, cosa que no la detuvo. Desde sus primeras clases, contó con profesores que, al notar su avidez e inteligencia, la motivaron a incursionar en actividades nuevas que ella desconocía pero que la fueron llevando a descubrir su vocación. En un curso de física, su profesor le propuso que fuera su programadora, actividad que por supuesto Radia desconocía, pero que se atrevió a aprender y descubrir, con gran determinación.

Antes de terminar sus estudios, Radia ya se encontraba colaborando como diseñadora de software en los laboratorios de inteligencia artificial del MIT, desarrollando lenguajes de robótica educativa, entre otros proyectos. Para 1973, fecha en que se graduó de la carrera en matemáticas, fue invitada a colaborar en BBN Technologies (Bolt Beranek and Newman), donde aprendió a diseñar protocolos de red, actividad que para 1980 la llevaría a Digital Equipment Corp, empresa con la que desarrollaría sus más importantes invenciones, el Spanning Tree Protocol (STP).

Radia Perlman continuó estudiando y en 1988 recibió su doctorado en Ciencias Computacionales por el mismo MIT. Su tesis continúa siendo, hoy en día, material base para la mayoría de los trabajos en el campo de enrutamiento en entornos con fallos maliciosos de red y de seguridad de redes.

Su carrera profesional, desde los años noventa, incluye colaboraciones con empresas de importancia histórica en el campo, como Novell, Sun Microsystems, Oracle e Intel Corporation. También ha dedicado parte de su vida a la academia, impartiendo clases en el MIT y en las universidades de Harvard y Washington. Es autora de “Interconnections: Bridges, Routers, Switches and Internetworking Protocols”; y coautora de “Network Security: Private Comunication in a Public World” y “RFC2902”.

Durante su carrera ha recibido diversos premios y distinciones, entre los que  se encuentran un Doctorado Honoris causa por parte del Real Instituto de Tecnología de Suecia en el 2000, el nombramiento como Inventor del Año por parte de la Asociación de Propiedad Intelectual de Silicon Valley en 2004, el premio “Mujeres con Visión para la Innovación” del Instituto Anita Borg en 2005, su incorporación al Salón de la Fama de Internet en 2014 y al Salón Nacional de la Fama de los Inventores en Internet en 2016.


Fuentes consultadas:

Rosa Jiménez Cano, Radia Perlman: “No me gustan los ordenadores, son complejos y frágiles”, El País, 29 enero 2009

Joel Dalmau, Radia Perlman, la madre de Internet: “A todo el mundo le gusta culpar a los usuarios”, One, El País, 4 septiembre 2015

Wikipedia Radia Joy Perlman

Margaret Hamilton

(Estados Unidos, 1937)

Fotografía de Karen Keskulla Uhlenbeck

Sus aportes en temas de ingeniería de software, hoy se reconocen como parte fundamental de uno de los mayores hitos del siglo XX, la llegada del ser humano a la Luna. Por ella se reconoce el término “ingeniería de software”, y se le reconoce como la primera en ostentar ese título.

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Fotografía de Karen Keskulla Uhlenbeck

Sus aportes en temas de ingeniería de software, hoy se reconocen como parte fundamental de uno de los mayores hitos del siglo XX, la llegada del ser humano a la Luna. Por ella se reconoce el término “ingeniería de software”, y se le reconoce como la primera en ostentar ese título.

Margaret Hamilton nació el 17 de agosto de 1937 en Paoli, Indiana, Estados Unidos. Inició sus estudios en matemáticas en la Universidad de Míchigan y posteriormente se trasladó al Earlham College, donde se convirtió en licenciada en Matemáticas (con diplomatura en Filosofía) en 1958. Como muchas otras mujeres en la historia, a pesar de su incansable deseo de seguir estudiando, tuvo que dejar de hacerlo y trabajar como profesora de matemáticas y francés en un instituto para apoyar a su marido en su carrera en Harvard. Más tarde, siguiendo su sueño, se mudó a Boston para estudiar matemáticas abstractas en la Universidad Brandeis.

Cuando entró a trabajar al Departamento de Meteorología del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en 1960, su vida dio un giro de 180. Con la guía de su mentor, el profesor Edward Norton Lorenz, y gracias a sus conocimientos en matemáticas, se esforzó para aprender varios lenguajes de programación por sí misma y gracias a esto, fue una de las encargadas en diseñar el software que permitía predecir el tiempo utilizando los ordenadores LGP-30 y PDP-1.

Entre 1961 y 1963 perteneció al proyecto SAGE, nacido como un proyecto de predicción del clima, que rápidamente pasó a ser un proyecto militar. En aquel proyecto, Margaret fue la encargada de desarrollar el software para el primer ordenador AN/FSQ-7 que buscaba aviones “no-amigos” en el espacio aéreo norteamericano. Después de participar en esta misión con éxito, fue invitada a unirse al Laboratorio Charles Stark Draper del MIT, en el cual se estaba trabajando en lo que definitivamente cambiaría la vida de Margaret: el Programa Apolo. Gracias a sus conocimientos y experiencia con la programación, Margaret rápidamente destacó. Ella y un selecto equipo, se encargaron de diseñar parte del software que hacía funcionar el Módulo de Mando y el Módulo Lunar, y fue Hamilton probablemente, la persona que evitó el fracaso de la misión. Margaret recuerda como, minutos antes de que el módulo Lunar alunizara, hubo un fallo que hizo saltar todas las alarmas. Ella misma explicó que gracias a que el software estaba diseñado para priorizar funciones imprescindibles y descartar las que no lo eran mediante la detección precoz de errores, se evitó una sobrecarga en el sistema. En sus palabras “Si el ordenador no se hubiera diseñado para recuperar errores, dudo que el Apolo hubiera aterrizado en la Luna”.

Esta experiencia tuvo frutos, ya que, aprovechando los conocimientos adquiridos en la detección de errores de aquella misión, en 1976 cofundó la empresa Higher Order Software (HOS). Más tarde, en 1986 creó Hamilton Technologies, también dirigido a la prevención de errores de software.

Antes de Margaret Hamilton la programación no era ni siquiera considerada ciencia, fue una auténtica pionera. Sus logros los alcanzó con determinación, y en contra de lo establecido, aprendiendo lenguajes informáticos de forma autodidacta. Sus contribuciones ayudaron a crear lo que serían las bases de la programación, las bases de la ingeniería de software, término que ella misma acuñó. Según cuenta, muchos compañeros de la NASA se burlaron de ella cuando utilizó aquel término por primera vez, y lo siguieron haciendo hasta que un día un “gurú” de la programación le dio la razón: aquel término era correcto y la ingeniería de software una nueva rama de la ciencia.

Margaret Hamilton ha recibido diversos premios y distinciones a lo largo de su vida. Además del Exceptional Space Act Award de la NASA, recibió la Medalla Presidencial de la Libertad en 2006, el mayor reconocimiento concedido a un civil en Estados Unidos.

El legado más importante de Margaret Hamilton ha sido su entusiasmo para animar a las niñas y jóvenes a estudiar carreras científico-técnicas. Destaca con palabras que han inspirado a muchas generaciones: Uno no debería tener miedo a decir “no lo sé” o “no lo entiendo”, o incluso de hacer “preguntas tontas”. Ninguna pregunta es tonta. Aunque las cosas puedan parecer imposibles, aunque los expertos digan que algo es imposible, aunque haya que seguir el camino sola, no hay que tener miedo a estar equivocada, a admitir errores; aquellos que sepan fallar de forma estrepitosa son los que pueden conseguir cosas grandiosas.


Fuentes consultadas:

Luke Kingma, Margaret Hamilton: The Untold Story of the Woman Who Took Us to the Moon, Futurism, 2016

Robert McMillan, Her code got humans on the moon –and invented software itself, Wired, 2015

Jaime Rubio Hancock, Margaret Hamilton, la pionera de la programación que llevó el Apolo a la Luna, Verne, El País, 2014

Ivonne Lara, Margaret Hamilton: gracias a una mujer el hombre pudo aterrizar en la Luna, Hipertextual, 2015

Margaret Hamilton, Mujeres con Ciencia, Efemérides, 17 agosto 2016

Margaret Hamilton, Wikipedia

Jocelyn Bell Burnell

(Irlanda 1943)

Fotografía de Karen Keskulla Uhlenbeck

Nació el 15 de julio de 1943 en Belfast, Irlanda, la mayor de cuatro hermanos. Su infancia transcurrió en ‘Solitude’, su casa de campo, junto con sus tres hermanos, su madre y su padre, arquitecto que participó en los trabajos de ampliación del observatorio de Armagh; Jocelyn tenía oportunidad de visitarlo, por lo que pasó su infancia rodeada de libros de Astronomía; la lectura de autores como Fred Hoyle, la hizo una apasionada del tema

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Fotografía de Karen Keskulla Uhlenbeck

Nació el 15 de julio de 1943 en Belfast, Irlanda, la mayor de cuatro hermanos. Su infancia transcurrió en ‘Solitude’, su casa de campo, junto con sus tres hermanos, su madre y su padre, arquitecto que participó en los trabajos de ampliación del observatorio de Armagh; Jocelyn tenía oportunidad de visitarlo, por lo que pasó su infancia rodeada de libros de Astronomía; la lectura de autores como Fred Hoyle, la hizo una apasionada del tema.

En 1956, después de cursar la enseñanza primaria en Irlanda del Norte, sus padres la enviaron al internado cuáquero femenino de Mount School, en la ciudad inglesa de York. Al cumplir 14 años ya estaba segura que quería estudiar Física y, de ser posible, Astronomía. En 1961 envió una carta al astrónomo inglés Bernard Lovell, del radiobservatorio de Jodrell Bank de Cheshire, para solicitarle orientación sobre qué hacer para ser radioastrónoma. Lovell le sugirió estudiar Física o Electrónica.

Siguiendo este consejo, se matriculó en la Universidad de Glasgow, donde era la única mujer en su grupo de 50 estudiantes, aunque en otros cursos más avanzados llegaba a haber hasta tres mujeres por grupo; en 1965 se graduó en Física. Posteriormente, ingresó al doctorado en Cambridge; donde se incorporó a un equipo formado por otros cinco investigadores, encabezado por Anthony Hewish.

Reconoce que sufrió el denominado “síndrome del impostor” que frecuentemente aqueja a las mujeres: sentía que no merecía formar parte de ese selecto grupo, pues no se consideraba lo suficientemente inteligente y pensaba que en cualquier momento la echarían. Pero decidió que trabajaría con ahínco cada día.

Su proyecto de doctorado consistía en construir un radiotelescopio para estudiar los recién descubiertos cuásares. Jocelyn elaboró de forma manual ese instrumento, que logró una resolución asombrosa. Pasó los dos primeros años construyendo un radiotelescopio; el tercero, operando y analizando datos. Se aseguraba revisar cada detalle y de analizar cuidadosamente cada ínfima señal para no perder alguna información relevante.

Solo había una computadora en toda la universidad, y las cartas astronómicas de su radiotelescopio, eran tiras de papel que medían casi 100 metros; los seis meses de mediciones representaban cerca de 6 kilómetros de papel, que pacientemente estudiaba e interpretaba. En 1967 Bell, al revisar los datos tomados por el radiotelescopio notó unas señales de radio muy regulares y rápidas como para provenir de cuásares, que en aquella época generaban gran interés y se habían conocido muy pocos. Sin darse cuenta, había construido un telescopio con tanta resolución como para medir las señales emitidas por los púlsares.

Un análisis realizado en conjunto con Hewish les permitió descartar que las radiaciones captadas fueran de procedencia terrestre o de satélites artificiales o que, en un caso dado, fueran emitidas por civilizaciones extraterrestres inteligentes. Determinaron entonces que las señales provenían de estrellas muy masivas que rotaban a gran velocidad, a las cuales llamaron púlsares o pulsares: estos cuerpos son estrellas de neutrones que giran sobre sí mismas y son los únicos objetos donde la materia puede ser observada a nivel nuclear. El primero de ellos se conoce como CP 1919, aunque debería llamarse estrella Bell, en honor a su descubridora.

En febrero de 1968, la noticia del descubrimiento realizado por Jocelyn Bell fue publicada en la revista científica Nature; se trataba de un artículo sobre la medición de una radiación muy particular proveniente del espacio estelar, posiblemente producida por otra forma de vida inteligente. La atención de los medios se enfocó en la joven y atractiva estudiante de doctorado involucrada en el descubrimiento. Impartió diversas conferencias y presentaciones donde hablaba sobre el universo y los agujeros negros con un entusiasmo contagioso y un profundo conocimiento del tema.

Al concluir su doctorado en radio astronomía en 1968, contrajo matrimonio; el nacimiento de su hijo complicó su carrera. En esa época, en Gran Bretaña era mal visto que una mujer casada trabajara, pues significaba que su marido no ganaba lo suficiente, especialmente si se trataba de mujeres con hijas o hijos: se creía fehacientemente que si las madres trabajaban las criaturas se volvían delincuentes. No le resultó fácil seguir trabajando, pero lo hizo, tomando trabajos de media jornada para poder cuidar a su hijo; que también siguió la carrera de Física.

Ello implicó que abandonara su primera línea de investigación. Pero el hecho de que su esposo fuera diplomático y constantemente cambiaran de residencia, le permitió participar en diversos proyectos de investigación de las universidades de las ciudades donde vivió y se convirtió en una experta en distintos campos de la Astrofísica, como la astronomía de rayos gama, la astronomía de rayos X, la astronomía de infrarrojo y la astronomía submilimetrada.

En 1974 Anthony Hewish y Sir Martin Ryle recibieron en conjunto el premio Nobel en Física, el primero dado a un trabajo de Astrofísica, por el descubrimiento hecho por Bell de los Pulsares. La exclusión de la Dra. Bell causó una gran polémica y decepción en la comunidad científica.

Sin embargo, ha recibido muchos otros reconocimientos a su labor: en 1973 le otorgaron la medalla Albert A. Michelson del Instituto Franklin de Filadelfia; en 1982 fue nombrada investigadora del observatorio de Edimburgo, donde se dedicó a estudiar galaxias con la ayuda del satélite EX0SAT, entre otras distinciones. También asumió la dirección del telescopio James Clerk Maxwell, de Hawai. En 1989 recibió la medalla Herschel de la Real Sociedad Astronómica de Londres por su descubrimiento de los púlsares. A propuesta de la comisión Mujeres y Ciencia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), recibió en el año 2015 la Medalla de Oro de la mayor institución científica española.

Respecto a los recientes descubrimientos, la Dra. Bell subraya que la física que hoy conocemos solo se puede aplicar a una fracción muy pequeña del universo, aproximadamente 5% de la energía y de la materia; el resto es energía y materia oscura, de las cuales sabemos casi nada, y aun no se han desarrollado los conocimientos que permitan explicar esta parte del universo.

También apunta que actualmente, la forma de generar conocimiento científico es distinto: antes los equipos estaban encabezados por un investigador senior, el resto solo seguía sus instrucciones; mientras que hoy día, son grupos de personas que trabajan juntas y piensan juntas. Considera que, contrario a lo que los prejuicios y estereotipos sugieren respecto a la capacidad de las mujeres para desempeñar investigaciones científicas, ellas tienen un papel muy importante, ya que el desarrollo de modelos e hipótesis proviene de la creatividad de las personas, y el cerebro de las mujeres es más creativo. La diversidad en todos sus sentidos es importante: mujeres, hombres, diferentes nacionalidades y orígenes étnicos, permiten abordar un problema científico desde diferentes ángulos y visiones. Un equipo así conformado es más robusto, más flexible y más exitoso.

En septiembre de 2018, Jocelyn Bell Burnell fue elegida como la ganadora del Premio Breakthrough otorgado por la Universidad de Oxford, que es el más lucrativo de la ciencia, pues el reconocimiento viene acompañado de 3 millones de dólares; monto que, de manera íntegra, donará para crear becas destinadas a financiar a mujeres, comunidades étnicas minoritarias y estudiantes refugiados para que puedan convertirse en investigadores en física.


Fuentes consultadas:

https://starchild.gsfc.nasa.gov/docs/StarChild_Spanish/docs/StarChild/whos_who_level2/bell.html

https://www.astromia.com/biografias/susanbell.htm

https://mujeresconciencia.com/2014/12/03/el-universo-de-jocelyn-bell-burnell/

https://www.bbc.com/mundo/noticias-45434384

Tu Youyou

(China 1930)

Fotografía de Karen Keskulla Uhlenbeck

Médica y química farmacéutica, en 2015 recibió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina por descubrir la artemisinina, el principal y más eficaz tratamiento que hay en la actualidad frente al paludismo (malaria); con la cual se han salvado millones de vidas.

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Fotografía de Karen Keskulla Uhlenbeck

Médica y química farmacéutica, en 2015 recibió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina por descubrir la artemisinina, el principal y más eficaz tratamiento que hay en la actualidad frente al paludismo (malaria); con la cual se han salvado millones de vidas. Su investigación se basó en la exploración de textos antiguos sobre medicina tradicional china.

Nació el 30 de diciembre de 1930 en Ningbó, Zhejiang, República Popular China. De 1951 a 1955 asistió a la Escuela de Medicina de la Universidad de Pekín, en el Departamento de Ciencias Farmacéuticas.

Después de graduarse en 1955, durante dos años y medio se dedicó a estudiar la medicina tradicional china y trabajó como investigadora en la Academia de Medicina China (hoy Academia china de Ciencias Médicas de China) en Beijing. Tu Youyou se enfocaba a buscar cómo curar la esquistosomiasis, causada por gusanos parásitos que infectan el tracto urinario o los intestinos; enfermedad que en la primera mitad del siglo XX estaba ampliamente extendida en el sur de China.

Durante la época de la llamada “revolución cultural”, en que se cerraron universidades y se denigraba a la comunidad intelectual, el presidente Mao promovió en 1967 un programa secreto de investigación farmacológica para encontrar un tratamiento contra la malaria, que ayudase a las tropas del aliado Ho Chi Minh (Vietnam del Norte) en su guerra contra Vietnam del Sur.

Tu Youyou se unió al proyecto a los dos años de iniciado y lideró una de las líneas de investigación basada en los remedios tradicionales contra las fiebres. Ella y su equipo consultaron con sanadores rurales, leyeron textos antiguos de medicina china y analizaron la efectividad de extractos herbáceos utilizados desde miles de años atrás para tratar la malaria. Para 1971 Tu y su equipo habían analizado, con un método científico, más de 2000 recetas y 380 extractos de plantas. Entre estos tratamientos tradicionales se encontraba el ajenjo dulce (Artemisia annua). Después de varios experimentos para probar su eficacia y aislar sustancias, consiguieron extraer la artemisinina.

Tu Youyou se ofreció para ser la primera persona en probar su descubrimiento: «Como jefe de este grupo de investigación, tenía la responsabilidad». Además de la eficacia, el equipo de Tu estudió la química y la farmacología de la artemisinina y preparó un fármaco con ella.

Las pocas investigaciones que se les permitió publicar, se realizaron en revistas chinas; por lo que no fueron conocidas en el mundo científico occidental, que tiene el idioma inglés como lenguaje universal: después de la muerte de Mao Tse Tung, ocurrida en 1976, los trabajos de investigación fueron dados a conocer y la estructura química de la artemisinina fue publicada en 1977, de forma anónima en una revista china y en chino.

En 1981 Tu Youyou presentó el hallazgo ante la OMS; pero fue hasta 1985 que, en un artículo en inglés publicado en la revista Science, se habló ampliamente del descubrimiento llevado a cabo en 1971 por un equipo de químicos chinos; aunque sin mencionar que la línea de investigación estaba encabezada por la Dra. Tu Youyou. El contexto político de aquellos años y la deficiente atención con que la comunidad internacional recibió el hallazgo, relativo a una enfermedad de países pobres, como es la malaria, fueron en parte los motivos por los que las investigaciones sobre la artemisinina recibieron amplio respaldo hasta casi entrado el nuevo siglo.

La farmacéutica Novartis adquirió la patente china de una mezcla de artemeter (derivado de la artemisinina) y lumefantrina (otro fármaco desarrollado en el país asiático) a finales de la década de 1990, y se impulsaron los tratamientos antimalaria en el mundo. A partir de entonces, algunos investigadores supervivientes del proyecto inicial y otros extranjeros comenzaron a disputarse los créditos intelectuales del importante hallazgo. Sin embargo, la Fundación Lasker de Estados Unidos reconoció el papel principal de Tu Youyou en este hallazgo y le otorgó su premio anual en la categoría de Investigación Médica Clínica; lo que allanó el camino de la investigadora china hacia el Nobel.

En 2015, a sus casi 85 años, Tu Youyou se convirtió en la primera científica china en ser galardonada con el premio Nobel de Medicina, que le fue otorgado “por sus descubrimientos de una nueva terapia contra la malaria”; premio que compartió el con William C. Campbell y Satoshi Omura, que también realizaron trabajos de parasitología.

Ella es una de las 19 mujeres científicas que, hasta la edición 2018 del premio, han recibido este reconocimiento (Marie Curie obtuvo dos Nobel). Es también el primer premio en ciencias para la República Popular China. Además, su descubrimiento constituye el primer fármaco chino con patente occidental, y ha servido de inspiración para que las compañías farmacéuticas chinas inviertan recursos en la innovación (química o biotecnológica) basada en la medicina tradicional china.

En cuanto a su vida personal; se casó Li Tingzhao, un ingeniero metalúrgico que fue compañero de clase en la escuela. Es madre de dos hijas, la mayor de ellas trabaja en la Universidad de Cambridge. Las personas describen a Tu Youyou como una mujer llena de pasión por su trabajo, a veces insociable, terca, perseverante y muy directa.


Fuentes consultadas:

https://aquicoral.blogspot.com/2013/01/hypatia-personajes.html

https://ancientimes.blogspot.com/2010/04/were-hypatias-astrolabes-among-first.html

https://mujeresconciencia.com/2015/06/15/hipatia/

Hipatia de Alejandría

(Alejandría, Egipto 355 - 415)

Fotografía de Karen Keskulla Uhlenbeck

Filósofa y maestra griega, natural de Egipto, integrante y cabeza de la Escuela neoplatónica de Alejandría a comienzos del siglo V D.C., donde era maestra de Filosofía y Matemáticas.

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Fotografía de Karen Keskulla Uhlenbeck

Filósofa y maestra griega, natural de Egipto, integrante y cabeza de la Escuela neoplatónica de Alejandría a comienzos del siglo V D.C., donde era maestra de Filosofía y Matemáticas. Realizó importantes contribuciones en los campos de las matemáticas y la astronomía; también desarrolló varios inventos, como un astrolabio y el primer aparato para medir la densidad de los líquidos. Se considera una de las primeras mujeres científicas.

Su padre y maestro fue el matemático y astrónomo Teón, profesor en la Biblioteca de Alejandría (la del Serapeo), fundada por la dinastía de los Ptolomeos con el propósito de crear una de las mayores y mejores bibliotecas del mundo.

Muchos aspectos de la vida de Hipatia son un misterio y la principal fuente de información fueron los escritos de sus discípulos, donde se le describía como una mujer hermosa y como una maestra de mucho carisma, gran elocuencia y sabiduría, que nunca se casó y prefirió dedicarse al trabajo académico.

Sócrates de Constantinopla, historiador griego de la iglesia cristiana también conocido como Sócrates Scholasticus, en su Historia Eclesiástica escribió sobre ella:

“Hubo en Alejandría una mujer de nombre Hypatia. Ésta alcanzó tanto saber que superó en mucho a todos los filósofos de su tiempo, sucedió a Plotino en la escuela platónica por él fundada y expuso a sus oyentes todas las ramas de la filosofía. Por eso, a ella acudían de todas partes los estudiosos de la filosofía. Además, a pesar de la confianza en sí misma y de la autoridad que le confería el saber, también con singular modestia aceptaba a veces las críticas. Y no tenía pudor de presentarse a menudo entre los hombres.”

Gracias a los escritos de sus discípulos, sabemos que confeccionó un planisferio celeste y un hidroscopio para pesar los líquidos. Su alumno Sinesio de Cirene, quien más tarde se convertiría en obispo, escribió que fue ella quien le enseñó a construir un astrolabio, aparato astronómico antiguo que sirve para medir el tiempo y la posición del Sol y otros cuerpos celestes en el firmamento. El astrolabio de Hipatia debe ser uno de los primeros modelos, que datan del siglo IV D.C.

Se ha conservado parte de la correspondencia de Sinesio con Hipatia, este material permite situar a Hipatia dentro de la escuela neoplatónica, cuyas ideas parten de los pitagóricos; el desarrollo de estas constituyó una importante aportación al conocimiento. Su principal contribución a la cosmología fue desplazar la Tierra del centro del universo para colocarla, como un planeta más, alrededor del Sol (teoría heliocéntrica). Aunque esta visión del universo no era nueva (Aristarco de Samos la había propuesto en el siglo III A.C.), suponía un paso colosal para las concepciones predominantes en ese momento histórico, en que el debate acerca de la posición de la Tierra en el universo era uno de los principales temas de discusión y confrontación.

La relación entre quienes integraban la comunidad pitagórica se establecía a partir de la amistad, por lo que no había una estructura jerarquizada. También admitían bajo las mismas condiciones a mujeres y hombres, pues sostenían que todas las personas eran capaces de llegar a conocer el mundo perfecto, dado que todas poseen la misma alma. Como filósofa neoplática, Hipatia defendía la razón pura; es decir, el pensamiento y no la observación, era el método de conocer la verdad y ampliar el conocimiento.

Hipatia fue también una astrónoma experta y colaboró con su padre, Teón, en varios tratados sobre el tema; resulta difícil distinguir las aportaciones de cada uno a los documentos, se considera que llegaban a realizar un trabajo conjunto. Por ejemplo, en matemáticas, Teón profundizó en Los Elementos de Euclides, que fue la base de la geometría desde la Antigüedad hasta el siglo XIX. En su revisión de esta obra, mencionó a Hipatia como discípula y asociada, lo que indica que probablemente, la elaboraron juntos.

Hipatia es autora del Comentario de la Aritmética de Diofanto, uno de sus matemáticos favoritos, dando un impulso decisivo al álgebra con la creación de unos signos matemáticos que simplificaban y agilizaban las operaciones y los cálculos. También se interesó por Apolonio de Pérgamo, introductor de la geometría de las figuras cónicas, que resultaba crucial para el posicionamiento de los cuerpos celestes.

Diversas fuentes refieren que Hipatia sobrepasó a su padre en talento y logros científicos y que, a la muerte de éste, continuó sus investigaciones sin más colaboradores.

Durante la vida de Hipatia la escuela de Alejandría transmitió el espíritu integrador pitagórico, sin realizar separaciones según la religión que profesaran sus integrantes, constituía un modelo de diversidad cultural, religiosa y étnica; lo que resultaba muy atrayente para que acudieran intelectuales de diferentes partes del mundo antiguo. Las clases de Hipatia consistían en diálogos en los que ella discutía con sus alumnos sobre filosofía, matemáticas, astronomía, ética y religión.

Partidaria de la distinción entre religión y filosofía, Hipatia era invitada frecuente de su amigo y ex alumno Orestes, prefecto romano de la ciudad que era cristiano y defendía la convivencia pacífica de todas las culturas y religiones. Por sus valores éticos y su sabiduría, también gozaba de gran prestigio en los círculos políticos y la alta aristocracia; frecuentemente era requerida tanto por paganos y cristianos para darles consejos.

Después del nombramiento de Cirilo como obispo de Alejandría, quien atacaba a todos los colectivos religiosos que no aceptasen el cristianismo, la ciudad se sumergió en un clima de extrema violencia, y continuamente ocurrían asesinatos entre grupos de creencias diferentes. El prestigio social y la influencia política de Hipatia representaban una amenaza para este jerarca, que comenzó una campaña de difamación en su contra.

Argumentando que por sus conocimientos de astronomía era una bruja peligrosa y que su magia negra había embrujado a Orestes, en marzo de 415 algunos partidarios del obispo la llevaron por la fuerza a una iglesia, la despojaron de sus vestidos y con fragmentos de cerámica la torturaron hasta matarla; después trasladaron sus restos desmembrados a otro sitio y los quemaron.

Su asesinato fue consecuencia del conflicto entre el poder civil de Orestes y el eclesiástico de Cirilo, más que debido a las pugnas religiosas. Sus asesinos quedaron impunes: a pesar de que Orestes informó a Roma para que se iniciara una investigación, ésta fue pospuesta en repetidas ocasiones.

En contraposición a la escuela neoplatónica en que el fuego y no la tierra era el centro del universo y, a pesar de las dificultades para sostenerla, la concepción geocéntrica finalmente se impuso; ya que contaba con la influencia de la escuela aristotélica, adoptada por una iglesia que contaba cada vez con más poder, ya que el geocentrismo se adecuaba a las explicaciones bíblicas. La escuela neoplatónica alejandrina, progresivamente cristianizada, floreció hasta pleno siglo VII.

Su carácter singular de mujer entregada al pensamiento y la enseñanza, así como su muerte a manos de cristianos en una época de ascenso del catolicismo como nueva religión del Estado romano, han convertido a la figura de Hypatia en un símbolo del fin del pensamiento clásico ante el avance del cristianismo y la entrada al oscurantismo, que resultó característico del periodo medieval.


Fuentes consultadas:

https://aquicoral.blogspot.com/2013/01/hypatia-personajes.html

https://ancientimes.blogspot.com/2010/04/were-hypatias-astrolabes-among-first.html

https://mujeresconciencia.com/2015/06/15/hipatia/

Erna Schneider Hoover

(Estados Unidos, 1926)

Fotografía de Karen Keskulla Uhlenbeck

Matemática e informática estadounidense. Diseñó un sistema automatizado de conmutador telefónico por el que obtuvo la primera patente de software otorgada en la historia.

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Fotografía de Karen Keskulla Uhlenbeck

Matemática e informática estadounidense. Diseñó un sistema automatizado de conmutador telefónico por el que obtuvo la primera patente de software otorgada en la historia. Inventora de la digitalización de la conmutación telefónica, revolucionó el mundo de las comunicaciones.

Erna Schneider nació en Irvington (Nueva Jersey) el 19 de junio de 1926. Hija de un dentista y de una maestra, desde niña se interesó en la ciencia, al leer la biografía de Marie Curie, la primera persona en recibir dos premios Nobel (Física y Química) por sus investigaciones sobre la radiactividad, a principios del siglo XX.

Erna estudió filosofía e historia clásica y medieval en el Wellesley College, donde se graduó en 1948. Después se doctoró en Filosofía y Fundamentos de las Matemáticas en la Universidad de Yale en 1951, año en que comenzó a trabajar como profesora de Filosofía y Lógica en la Universidad de Swarthmore (Pensilvania). En 1953 se casó con Charles W. Hoover (1926-2017), físico en Bell Telephone Laboratories, Inc., más conocida como “Bell Labs”, una de las principales compañías mundiales dedicadas a la investigación en telecomunicaciones y electrónica.

En 1954 empezó a trabajar en Bell Labs, donde recibió capacitación en ciencias computacionales y rápidamente fue ascendida de puesto. Era la época en que se investigaba cómo dar el salto de los sistemas de conmutación telefónica puramente electromecánicos hacia los electrónicos. En 1960 la compañía ya había puesto en marcha una primera central telefónica completamente electrónica; sin embargo, las centrales colapsaban pues los circuitos se saturaban ante la avalancha de cientos de miles de llamadas entrantes en un pequeño lapso.

Gracias a sus conocimientos en lógica simbólica y en teoría de realimentación, Erna programó mediante un algoritmo los dispositivos de control de una central telefónica, de manera que pudieran usarse los datos de las llamadas entrantes para imponer orden a todo el sistema y diseñó una computadora para monitorear los procesos de entrada y salida de llamadas. Mientras estaba en el hospital, después del nacimiento de la segunda de sus tres hijas, ideó un innovador sistema de conmutador telefónico que contaba con un sistema automático computarizado para tomar las llamadas.

En 1965 la Bell Company dio a conocer su más ambicioso proyecto, el denominado Number One Electronic Switching System (1ESS), cuyo método usaba un ordenador para monitorear el tráfico en los centros de llamadas: tras supervisar las llamadas entrantes, se ajustaba automáticamente la aceptación de la llamada, dando prioridad a las tareas en los sistemas de cambios de los teléfonos (y dejaba de lado la facturación o el mantenimiento de registros), lo que permitía un servicio más robusto durante los momentos con más tráfico de llamadas e impedía el colapso de las redes en las horas pico. Este sistema representa la base para que hoy podamos mandar miles de millones de correos electrónicos al día.

Erna Schneider Hoover no sólo revolucionó las comunicaciones con su conmutador al introducir la informática en ese campo; también consiguió la primera patente de software que se otorgó en la historia: en 1971, junto con Barry J. Eckhart recibió la patente estadounidense registrada en 1967 bajo el nombre de Feedback Control Monitor for Stored Program Data Processing System, cuyos principios se siguen utilizando hoy día. La patente canadiense de 1970 para la misma invención, obtenida por la compañía que construyó el 1ESS (la Western Electric Company), consignaba a Scheneider y Eckhart como sus autores. Este invento en poco tiempo dejó obsoletos los tradicionales conmutadores electromecánicos.

La larga y fructífera carrera de la Dra. Hoover en las telecomunicaciones abarcó diversos campos. A inicios de 1970 estuvo encargada de supervisar los programas de control de radar del sistema de misiles anti balísticos estadounidense “Safeguard Program”. En 1978, fue la primera mujer en encabezar un departamento técnico en Bell Labs, donde pasó la siguiente década trabajando en aplicaciones de software, enfocadas a la inteligencia artificial, grandes bases de datos y software para redes telefónicas.

En 1987, tras 32 años de trabajo en la compañía Bell, se retiró. Desde entonces se ha dedicado a difundir la importancia de la educación en todos sus niveles, denunciado la escasez de mujeres científicas entre el profesorado y promoviendo la educación pública superior. En 2008 ingresó al Salón de la Fama de los Inventores Nacionales de Estados Unidos.


Fuentes consultadas:

http://historico.oepm.es/museovirtual/galerias_tematicas.php?tipo=MUJER&xml=Hoover,%20Erna%20Schneider.xml

https://www.pgi.com/blog/2017/03/women-history-dr-erna-hoover/

http://forohistorico.coit.es/index.php/personajes/personajes-internacionales/item/hoover-schneider-erna

Karen Keskulla Uhlenbeck

(Estados Unidos, 1942)

Fotografía de Karen Keskulla Uhlenbeck

Una de las fundadoras del área del análisis geométrico por sus trabajos en aplicaciones armónicas, que representan importantes avances en el campo de las ecuaciones en derivadas parciales geométricas, la teoría gauge y los sistemas integrables.

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Fotografía de Karen Keskulla Uhlenbeck

Una de las fundadoras del área del análisis geométrico por sus trabajos en aplicaciones armónicas, que representan importantes avances en el campo de las ecuaciones en derivadas parciales geométricas, la teoría gauge y los sistemas integrables.

Nació en Cleveland 1942. Su padre era ingeniero y su madre artista. Desde temprana edad empezó a interesarse en la ciencia. Estudió física en la Universidad de Michigan para después centrarse en los estudios de las matemáticas en el Instituto Courant de Ciencias Matemáticas de la Universidad de Nueva York. Además, tiene un doctorado en la Universidad Brandeis.

Trabajó como profesora universitaria en el Massachusetts Institute of Technology en 1968 y al año siguiente fue contratada en Berkeley en la Universidad de California, donde se enfocó al estudio de relatividad general y geometría del espacio tiempo, trabajando en la regularidad de soluciones de sistemas de ecuaciones en derivadas parciales elípticas. La discriminación de género le dificultó obtener una posición permanente, por lo que en 1971 aceptó el cargo de profesora asistente en la Universidad de Illinois (Urbana-Champaign).

En 1982 obtuvo una beca MacArthur y en 1983 consiguió una plaza de profesora en la Universidad de Chicago. En 1988 se trasladó a la Universidad de Austin, donde ocupó la cátedra de matemáticas de la Fundación Sid W. Richardson. Forma parte de los fundadores del Instituto de Matemáticos de Park City.

Participó como oradora en el Congreso internacional de Matemáticos de 1990 en Kioto, siendo la segunda mujer en la historia en dar una conferencia plenaria, y en el que tuvo lugar en Varsovia en 1983. Recibió la Medalla Nacional de la Ciencia de Estados Unidos en 2000 y el premio American Mathematical Society Steele Prize en 2007.

En marzo de 2019 recibió el premio Abel 2019, considerado el “Nobel de las matemáticas”, convirtiéndose en la primera mujer ganadora de esta distinción que se otorga desde 2003.

Uhlenbeck es considerada una de las fundadoras del área del análisis geométrico por sus trabajos en aplicaciones armónicas, que han tenido una gran influencia en el campo de las ecuaciones en derivadas parciales geométricas, la teoría gauge y los sistemas integrables.

En la actualidad es catedrática emérita de la Universidad de Texas en Austin y Senior Research Scholar en la Universidad de Princeton y en el Instituto de Estudios de Estudios Avanzados (EE. UU.). Es doctora honoraria por las universidades de Brandeis, Illinois (Champaign), Ohio, Michigan, y Harvard, y por el Konox College de Illinois.

Además, se ha caracterizado por ser una líder en alentar a las jóvenes a estudiar matemáticas.


Fuentes consultadas:

Mujeres con ciencia / Karen Keskulla Uhlenbeck

Wikipedia


Olga Aleksándrovna Ladýzhenskaya

(Rusia 1922 - Rusia 2004)

Fotografía de Olga_Ladyzhenskaya

Matemática especializada en ecuaciones diferenciales parciales, ecuaciones hiperbólicas y ecuaciones diferenciales generadas por funciones simétricas de los valores propios.

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Fotografía de Olga Ladyzhenskaya

Matemática especializada en ecuaciones diferenciales parciales, ecuaciones hiperbólicas y ecuaciones diferenciales generadas por funciones simétricas de los valores propios.

Olga Aleksándrovna Ladýzhenskaya nació en 1922 en Kologriv, una pequeña ciudad en Rusia. Fue hija de un profesor de matemáticas y la menor de tres hermanas.

Su padre fue encarcelado y condenado a muerte por las autoridades soviéticas en 1937, acusándosele de ser “enemigo del Estado” en el régimen de Stalin. La escuela permitió a Olga terminar sus estudios de secundaria, pero la Universidad Estatal de Leningrado le negó su admisión por el apellido. Así, se dedicó por varios años a dar clases de matemáticas a estudiantes de secundaria, hasta que, finalmente, le dieron oportunidad de asistir a la Universidad Estatal de Moscú, donde inició sus estudios en matemáticas.

En 1954 fue nombrada profesora titular de la Universidad de Leningrado y en 1961, directora del Laboratorio de Física Matemática del Departamento de San Petersburgo del Instituto de Matemáticas Steklov. También se desempeñó como integrante de la Academia de Ciencias de Rusia y Presidenta de la Sociedad Matemática de San Petesburgo.

Ladýzhenskaya es autora de más de 250 artículos sobre métodos para resolver ecuaciones diferenciales parciales que, a la fecha, siguen teniendo una fuerte influencia. Sus obras abordan desde ecuaciones diferenciales parciales, ecuaciones hiperbólicas, hasta las ecuaciones diferenciales generadas por funciones simétricas de los valores propios. Sus estudios han contribuido a las investigaciones de otros campos científicos, como los pronósticos meteorológicos, la aerodinámica, la oceanografía y la medicina cardiovascular.

Entre sus reconocimientos, destaca su nombramiento como oradora en 1994 en la Emmy Noether Lecture de Zúrich, la medalla de oro Lomonosov, la medalla Loffe y la medalla de la Universidad de San Petersburgo. También fue candidata a la medalla Fields, una de las máximas distinciones matemáticas. Olga Aleksándrovna Ladýzhenskaya murió en 2004 a los 81 años.


Fuentes consultadas:

Wikipedia

El País

Milenio

Hedy Lamarr

(Austria 1914 - E.U. 2000)

Fotografía de Hedy Lamarr

Inventora y actriz austriaca que dio los primeros pasos para el desarrollo de la tecnología en la que se basan las comunicaciones inalámbricas con Bluetooth y WIFI.

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Fotografía de Hedy Lamarr

Hedy Lamarr fue el nombre artístico de Hedwing Eva Maria Kiesler nacida en Viena el 19 de noviembre de 1914. Provenía de una familia judía de clase alta, su padre era banquero y su madre era pianista. A los 16 años inició estudios de ingeniería los cuales interrumpió para perseguir su carrera como actriz en la que desde muy temprana edad cosecho grandes éxitos. En el año de 1933 Hedy protagonizó una película Éxtasis en la que ella es la primera mujer en aparecer desnuda y simular un orgasmo en la historia del cine. Ese mismo año sus padres arreglaron un matrimonio para ella con el emlrés por la ingeniería y tuvo contacto de primera mano con los problemas científicos relacionados con la industria armamentística a través de los clientes cercanos y proveedores de su marido. Este matrimonio no fue recordado por Hedy cómo satisfactorio y en 1937 huyo primero a Paris y de allí se trasladó a Londres y después a Estados Unidos para continuar su carrera como actriz en Hollywood. Realizó una treintena de películas durante su carrera artística.

Las personas cercanas a Lamarr siempre reconocieron su inventiva e inteligencia. Su invención de mayor relevancia fue el espectro ensanchado por salto de frecuencia el cual patentó junto con el compositor George Antheil en agosto de 1942. Lamarr y Antheil se dieron cuenta de que las señales que guiaban por radio los misiles de Estados Unidos eran muy fáciles de interferir, lo que producía que fueran desviados de su objetivo inicial. El sistema de comunicación ideado por Lamarr y Antheil tenía como objetivo que los misiles pudieran ser teledirigidos por radio sin que fueran detectados por sus enemigos, lo cual ya había sido intentado. Su innovación fue que las frecuencias se podían cambiar constantemente tanto en el transmisor como en el receptor, inspirados por los cambios de frecuencia al tocar el piano. Esta versión temprana del salto de frecuencia consistía en una técnica de modulación de señales en espectro expandido a través de un par de tambores perforados y sincronizados al modo de una pianola para cambiar entre 88 frecuencias. Al principio su idea no se puso en práctica, pero en 1957 la empresa Sylvania Electronics lograron implementar un sistema de comunicación basado en el invento de Lamarr y Antheil. Los primeros usos de esta tecnología fueron militares, durante la crisis de los misiles en cuba de 1962 se utilizaron los primeros sistemas de control remoto de boyas rastreadoras marinas. Esta técnica también se utilizó en Vietnam y después en el sistema estadounidense por satélite Milstar. A partir de la década de los 80s el sistema de espectro expandido comenzó a utilizarse en la ingeniería civil y sirvió de base para implantación de las redes móviles y dispositivos Bluetooth y WIFI.

Lamarr murió a los 85 años en Florida, Estados Unidos el 19 de enero del año 2000, su última voluntad fue que su hijo esparciera sus cenizas en un bosque de Viena. El gobierno de su país de origen erigió una tumba en su honor en el Cementerio Central de Viena.

Esta frase de Heddy Lamarr nos inspira a innovar: “La esperanza y la curiosidad sobre el futuro me parecían mejores que lo seguro del presente. Lo desconocido simpre fue tan atractivo para mí… Y todavía lo es”.


Fuentes consultadas:

https://www.hedylamarr.com/

https://elpais.com/especiales/2018/mujeres-de-la-ciencia/hedy-lamarr.html

https://www.muyhistoria.es/contemporanea/articulo/hedy-lamarr-reconocida-actriz-e-inventora-del-wifi-141475066500

https://en.wikipedia.org/wiki/Hedy_Lamarr

https://es.wikipedia.org/wiki/Hedy_Lamarr


Ada Lovelace

(Reino Unido 1815 -1852)

Fotografía de Ada Lovelace

Conocida como la primera persona que diseño un algoritmo para programar una computadora, ella se definía a sí misma como científica, poeta, analista y metafísica.

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Fotografía de Ada Lovelace

Su nombre de nacimiento fue Augusta Ada Byron. Sus padres fueron el reconocido poeta inglés Lord Byron y de la matemática, antiesclavista y promotora de la educación en las clases populares y activista por los derechos de las mujeres Anne Isabella Noel Byron. Al poco tiempo de su nacimiento sus padres se separaron y su madre se preocupó de proporcionarle una educación de calidad a Ada con especial énfasis en las matemáticas y la lógica. Su madre prohibió que viera a su padre, pero Ada conservo una comunicación por correspondencia hasta la muerte de él cuando ella tenía 8 años.

En 1933 Ada conoce al matemático Charles Babbage quien se encontraba trabando en su proyecto de la maquina analítica, la cual sería capaz de realizar las cuatro operaciones aritméticas, además de las comparaciones y las raíces cuadradas por sí sola. Entablan una relación estrecha y Ada propone sustanciales mejoras al diseño de la maquina analítica. Inspirada por el telar mecánico inventado por Joseph Marie Jacquard el cual permitía dirigir el diseño de la tela a través de tarjetas perforadas Ada pensó que la maquina analítica podía ser programada mediante la introducción de tarjetas perforadas para realizar operaciones más complejas de las que se proponía Babbage.

Esto se lograría empleando un algoritmo, por lo que se considera que Ada sentó las bases para crear el primer lenguaje de programación. Además, definió conceptos que ahora son esenciales para la programación como bucle (es una sentencia que ejecuta repetidas veces un trozo de código, hasta que la condición asignada a dicho bucle deja de cumplirse) y subrutina (un trozo de programa que puede ser invocado cuando se lo necesita).

En 1935 Ada se casa con William King y ella toma el apellido de su marido y pasa a Llamarse Augusta Ada King. En 1938 su marido gana el título de conde de Lovelace por lo que ella pasa a ser la Condesa de Lovelace. Es con su nombre medio y el del condado de Lovelace como más se le recuerda y conoce (Ada Lovelace). También fue madre de tres hijos.

Las aportaciones de Ada quedaron registradas en una traducción de una conferencia dictada por Babbage, la cual ella complementa con unas notas. En la que en la nota G ella describe por primera vez un lenguaje de programación. Ella publica estas notas bajo sus iniciales AAL, ya que no era bien visto en la época que una mujer fuera científica.

La máquina analítica de Babbage no llego a desarrollarse en su época, pero Babbage y Lovelace sentaron las bases para la computación moderna que serían retomadas 100 años después para la construcción de las primeras computadoras.

Murió a los 36 años, el 27 de noviembre de 1852 dejando un enorme legado para el mundo y pidió que se le enterrara en la misma tumba que su padre, quien falleció cuando tenía la misma edad.

En 1979 el Departamento de Defensa de Estados Unidos inventa el “Lenguaje de programación ADA” el cual buscaba superar a sus predecesores en seguridad y fiabilidad para ser utilizado en ámbitos como la aeronáutica y la gestión del tráfico aéreo. Recibió su nombre en honor de las contribuciones de Ada Lovelace a la programación.

Otros reconocimientos póstumos son:

  1. La creación de la medalla Lovelace desde 1998 por la Bristish Computer Society (Sociedad Británica de Computación) para reconocer a las mujeres destacadas en informática.
  2. También en Reino Unido, el establecimiento de la conferencia anual para universitarias en temas relacionados con la computación, la “BCSWomen Lovelace Colloquium”.

Fuentes consultadas:

https://loff.it/society/efemerides/ada-lovelace-la-primera-programadora-222379/

https://lapasiondepensar.wordpress.com/2016/10/08/ada-lovelace-informatica/

https://es.wikipedia.org/wiki/Ada_Lovelace

https://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%A1quina_anal%C3%ADtica

https://es.wikipedia.org/wiki/Anna_Isabella_Noel_Byron

Joan Clarke

(Reino Unido 1917 – 1996)

Fotografía de Joan Clark

Destacada matemática británica quien colaboró con el equipo de criptoanalistas en Bletchly Park durante la segunda guerra mundial para descifrar el código Enigma de los alemanes contribuyendo a acortar la guerra y por esta razón a salvar miles de vidas humanas.

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Fotografía de Joan Clark

Nacida el 24 de junio de 1917 Joan Elisabeth Lowther Clarke fue la hija menor del clérigo William Kemp Lowther Clarke y Dorothy Elisabeth Clarke. Desde muy joven Joan destacó en las matemáticas lo que le permitió en 1936 obtener una beca para estudiar matemáticas en el Newnham College de la Universidad de Cambridge, un centro universitario para mujeres fundado en 1871 y uno de los primeros centros de Cambridge en admitir mujeres. Estudio en el Newnham College de 1936 a 1939 obteniendo dos titulaciones en matemáticas, sin embargo, por su condición de mujer no podía obtener el grado completo, lo cual fue posible en Cambridge hasta 1948.

Uno de sus profesores de geometría en Cambridge, quien sabía del talento de Clarke para las matemáticas, Gordon Welchman la reclutó en junio de 1940 para formar parte del Governement Code and Cypher School (GCCS, Escuela Gubernamental de Descifrado de Códigos) instalado en 1939 en Blechley Park. El propósito del GCCS era descifrar el código Enigma, un código secreto que Alemania utilizaba para enviar sus comunicados militares. En su momento se llegó a considerar que este código era indescifrable. Welchman era el responsable del Hut 6 encargado de descifrar Enigma de la fuerza aérea.

En Blechley Park, Clarke, se integró al equipo Hut 8 encargado de descifrar Enigma naval dirigido por Alan Turing y con la participación de Tony Kendrick and Peter Twinn. En las diferentes áreas del Blechley Park trabajaron algunas de las mentes más brillantes de la época, Clarke incluida. Clarke fue una de las pocas mujeres en trabajar como criptoanalista en Blechley Park. De acuerdo a William F. Friedman, fundador de la criptología moderna en Estados Unidos, las cualidades que una persona criptoanlista debe tener son las siguientes: una inusual capacidad de razonamiento inductivo y deductivo, mucha concentración, perseverancia y una gran imaginación.

El puesto de criptoanalista o descifrador de código estaba planteado como un puesto masculino, por esta razón Clarke aunque realizaba el mismo trabajo que sus colegas masculinos ganaba menos que ellos. Su primer ascenso fue cuando la nombraron Lingüista, para compensar económicamente el trabajo que realizaba. Clarke afirmaba con ironía que disfruto contestando un cuestionario con: “Posición: lingüista; Idiomas: ninguno”. Otras mujeres descifradoras de código que trabajaron en Blechley Park fueron Margaret Rock, Mavis Lever and Ruth Briggs. Numerosas mujeres trabajaron en Blechley Park realizando trabajos de oficina rutinarios a las cuales se les refería como “niñas”. En la actualidad se considera incorrecto referirse a mujeres mayores de 18 años como “niñas” o con diminutivos que tiendan a infantilizarlas.

La máquina “Enigma” era una máquina que a través de un avanzado mecanismo de cifrado rotatorio, transformaba letra por letra en un código con miles de posibilidades de significados. Debido a que todas las comunicaciones militares se enviaban cifradas a través de Enigma, descifrar los códigos de esta máquina era indispensable para vencer al ejército alemán. El proceso habitual de descifrar códigos resultaba demasiado lento e ineficiente para la creciente cantidad de posibilidades de significados encriptados por Enigma. Por esta razón el equipo de Alan Turing se dio a la tarea de crear una máquina que hiciera posible decodificar Enigma de una forma más eficiente. Esta máquina tuvo el nombre de “bomba”. Gracias al descifrado del código Enigma se pudo reducir de manera sustancial el número de barcos hundidos por la marina alemana y se considera que gracias a ello se pudo ganar la guerra contra los Nazis más pronto y reducir en número de muertes a causa de la guerra.

En 1944 Clarke se convirtió en jefa adjunta del Hut 8 y continuó trabajando en él hasta el fin de la guerra. En 1947, Clarke fue nombrada Miembro del Imperio Británico (MBE) por su habilidad para descifrar códigos durante la guerra. Ese mismo año la GCCS cambió de nombre a Government Communications Headquarters (GCDQ, Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno) y fue transladada a Eastcote.

Durante su tiempo en Blechley Park Joan Clarke y Alan Turing se volvieron amigos cercanos, e incluso Turing le propuso matrimonio. El compromiso se rompió más adelante de mutuo acuerdo pues Turing le contó a Clarke que él tenía tendencias homosexuales y que su matrimonio no iba a funcionar. Ellos siguieron siendo amigos hasta la muerte de Turing quien fue condenado por su homosexualidad en 1952 tipificada como “asquerosa indecencia” (gross indencency) y obligado a tomar un tratamiento médico hormonal. Poco después de esto Turing se suicidó.

Mientras trabajaba en el GCDQ Clarke conoció al Teniente Coronel John Kenneth Ronald Murray, un oficial retirado del ejército británico quien había estado en la India, con el que se casó en 1952. Clarke y su esposo no tuvieron hijos. Poco después del matrimonio Clarke y Murray se trasladaron a Escocia en donde ella desarrollo su afición por la Historia, en especial la numismática o historia de las monedas, sobre la que publicó textos relevantes sobre la historia de las monedas del siglo 16 y 17. En 1987 Clarke fue reconocida con la Sandford Saltus Medal por sus aportaciones al campo de la numismática.

En 1962 Clarke regresó a trabajar al GCHQ en donde laboro hasta los 60 años, en 1977, cuando se retiró. El trabajo de Clarke y de los otros y otras criptoanalistas fue poco conocido hasta la década de los 70s porque tuvieron el carácter de secreto de Estado. Ahora se sabe más del trabajo de los descifradores de códigos hombres y falta mayor investigación sobre las colaboraciones de las mujeres.

Algunas producciones culturales que retoman el rol de Clarke son el libro de Andrew Hodges, “Alan Turing, the Enigma” publicado en 1983. Clarke colaboró directamente con Hodges mientras él investigaba y escribía este libro. En 1987 el libro es convertido en obra de teatro por Hugh Whitmore, activista por los derechos de las personas homosexuales. En 2015, Clarke fue interpretada por la actriz Keira Knigtley en la película El código Enigma (The Imitation Game) de 2014.

Joan Clarke falleció el 4 de septiembre de 1996. Su obituario establece:

Ella es recordada como “una de las mejores criptonalistas” del GCHQ quien era querida y admirada por sus colegas a de principio a fin en su larga y dedicada carrera.


Fuentes consultadas:

https://en.wikipedia.org/wiki/Alan_Turing#Bombe

https://en.wikipedia.org/wiki/Gordon_Welchman

https://es.wikipedia.org/wiki/Joan_Clarke

Lord, L. A. (2008) Joan Elisabeth Lowther Clarke Murray. University of St. Andrews. Accedido 3 de septiembre 2018. Disponible en: http://www-history.mcs.st-and.ac.uk/Biographies/Clarke_Joan.html

Miller, J. (10 noviembre 2014) Joan Clarke, woman who cracked Enigma cyphers with Alan Turing. BBC. Accedido 3 de septiembre 2018. Disponible en: https://www.bbc.com/news/technology-29840653


Xóchitl Guadalupe Cruz López

(México 2009)

Fotografía de Xóchitl Guadalupe Cruz López

Xochitl es una joven investigadora y científica mexicana, la primera en recibir un reconocimiento del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM por la elaboración de un calentador solar de agua construido con materiales reciclados.

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Fotografía de Xóchitl Guadalupe Cruz López

Xóchitl Guadalupe Cruz López nació el primero de enero de 2009 en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Cuando estaba en preescolar ingresó al Programa Adopte un Talento (PAUTA) de la UNAM. PAUTA se propone identificar talento científico en niñas, niños y jóvenes de México y generar las redes de apoyo para que lo puedan desarrollar. En tercero de kínder Xóchitl llevó a cabo su primera investigación documental, que trataba sobre “los perros,” primero en general y después se enfocó específicamente en el xoloitzcuintle. Con esta primera experiencia descubrió su gusto por la investigación y ganó un diploma. En el año 2016 desarrolló un proyecto titulado “La esencia de Xóchitl” para el cual monto ella misma un mini laboratorio en casa con el propósito de extraer la esencia de algunas flores, entre ellas nardo, floripondio y rosas. Xóchitl buscaba hacer perfumes naturales que no irriten la piel. Con este proyecto participo en la feria estatal de PAUTA y ganó el primer premio en su categoría y un pase al concurso nacional en la Ciudad de México. En el concurso nacional no ganó ningún premio, pero regresó a San Cristóbal de las Casas muy motivada de conocer a otras niñas, niños y jóvenes trabajando en proyectos científicos y a las personas fundadoras de PAUTA.

En 2017 desarrollo su proyecto “baño calientito” en el cual con materiales reciclados elaboró un calentador solar de agua, que fuera accesible para las personas de bajos recursos económicos y así prevenir la tala de árboles. Con este proyecto de impacto ambiental ganó la feria estatal de su categoría y su pase a la feria nacional en la ciudad de México donde obtuvo el primer lugar en su categoría, así como un premio especial del Instituto de Ciencia Nuclear (ICN) de la UNAM a la Mujer. La entrega del premio del ICN estaba programado para agosto de 2017, pero Xóchitl no pudo acudir a recibirlo por falta de recursos económicos. Por esa razón la entrega oficial de este premio se realizó en febrero de 2018 en un panel para celebrar a las niñas y las mujeres científicas en San Cristóbal de las Casas. Con el proyecto “baño calientito” también participó en la Expociencias de Chiapas ganando un pase para la Expociencias Nacional. La cual se llevó a cabo en La Paz, Baja California en diciembre de 2017, donde obtuvo un reconocimiento de proyecto destacado. Por este proyectó ha recibido varios reconocimientos por parte de La Secretaría de Educación, el Senado de la República, la facultad de derecho de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) y el Consejo de Ciencia y Tecnología de Chiapas (COCYTECH), entre otros. Actualmente se encuentra trabajando en mejorar su proyecto de calentadores de agua con el apoyo de su hermano Edwin Alejandro Cruz López, de 12 años, quien es también integrante de PAUTA. Sus padres Alma Irene López Gómez y Lucio Guadalupe Cruz Bolón apoyan incondicionalmente a Xóchitl y a Edwin para que desarrollen sus habilidades en la ciencia y a través de sus proyectos contribuyan a resolver los grandes problemas de nuestro país.

El 26 de abril de 2017 Xóchitl fue invitada de honor al evento conmemorativo del día internacional de las niñas en las TIC organizado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones compartiendo sus experiencias como científica e investigadora con otras niñas motivándolas a interesarse por estas áreas de conocimiento.


Fuente:

Entrevista con Alma Irene López Gómez, mama de Xóchilt en abril de 2018.

Ali Guarneros Luna

(México 1973)

Fotografía de Ali Guarneros Luna

Destacada ingeniera aeroespacial de origen mexicano quien trabaja en la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés). Se especializa en el desarrollo de cohetes suborbitales y satélites de órbita inferior y actualmente trabaja en un proyecto para llevar la realidad virtual al espacio.

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Fotografía de Ali Guarneros Luna

Ali Guarneros Luna nació en la Ciudad de México en 19731 , siendo la mayor de cuatro hermanos. Cuenta que descubrió su vocación de manera fortuita cuando era muy joven. A su mamá, quien no tuvo oportunidad de terminar la secundaria, le apasionaba leer y por esa razón compraba enciclopedias. Cuando Ali tenía 7 años comenzó a leer una de esas enciclopedias que trataba sobre ciencia, en dónde había un capítulo sobre ingeniería aeroespacial. Ali supo en ese momento que a eso quería dedicarse. Pero su camino a la ingeniería aeroespacial no fue en línea recta.

Cuando tenía 12 años ocurrió el sismo de 1985 en la Ciudad de México en el cual Ali Guarneros y su familia perdieron vecinos, amigos y familiares entre las víctimas del terremoto. Ali recuerda este sismo como un evento impresionante y traumático. Poco después su madre decidió migrar con sus cuatro hijos e hijas y sin pareja a los Estados Unidos. La familia de Guarneros se instaló en San José, California.

Cuando Guarneros cumplió 18 años de edad la situación económica no le permitía pensar en estudiar, puesto que debía de apoyar económicamente a su familia.

Poco después Ali Guarneros también se convirtió en madre de 4 hijos y sentía que su sueño de ser ingeniera aeroespacial se hacía más lejano. Se dedicó 5 años de forma exclusiva al trabajo del hogar y a los cuidados de la crianza de sus hijos.

Después de este periodo se separó de su pareja y también dos de sus hijos fueron diagnosticados con necesidades especiales de cuidado. Aunque el reto parecía muy grande decidió inscribirse a la Universidad de San José. A su deseo de ser ingeniera aeroespacial ahora se sumaba el de ofrecerle a su familia una mejor vida. Cuenta que ella era la alumna de mayor edad en la universidad y a menudo iba acompañada de alguno de sus hijos/as.

Siendo estudiante, su profesor de ingeniería aeroespacial le comunicó que había una posibilidad de realizar una pasantía de 3 meses en la NASA. Guarneros pensó que le iban a rechazar, puesto que era mayor de 30 años en ese momento, pero decidió inscribirse, obtuvo la pasantía y desde ese momento continúo trabajando para la NASA.

Actualmente trabaja en el centro Ames en Sillicon Valley de la NASA en el cuál las mujeres latinas representan solo el 4% su personal. En la NASA Guarneros construye satélites en miniatura, como el que tiene en sus manos en la foto, con los cuales contribuye a futuras misiones espaciales y al desarrollo de procesos en la Estación Espacial Internacional (EEI). Guarneros cuenta que algunas de las ventajas de los satélites en miniatura es que usan tecnología de bajo costo, pueden construirse de manera más rápida y probarse antes de enviarlos al espacio para prever si funcionarán una vez enviados a las misiones en Marte.

Ali Guarneros quiere que las personas vayan a Marte y se encuentra trabajando en tecnologías que funcionen allí y permitan conocer más del “Planeta Rojo”. Ella y su equipo se encuentran trabajando para conocer un área específica de ese planeta, llamada Hellas Planitia.

En su proyecto más reciente, está diseñando junto con estudiantes de la Universidad Estatal de San Diego, un prototipo para utilizar la realidad virtual en el espacio. El dispositivo debe de ocupar sólo 10 centímetros cúbicos y se espera que pueda reproducir un video en 360 grados con la posibilidad de ser visto desde un Smartphone. Se espera que esta tecnología sirva para monitorear satélites desde la tierra en caso de que éstos presenten fallas.

Ali Guarneros no solo es una excelente ingeniera aeroespacial, también realiza acciones para que más mujeres se integren a trabajar en la NASA. En reconocimiento a esta labor en 2015 ganó el NASA Honor Award por su aporte para crear oportunidades equitativas de empleo dentro de la agencia. Ali dice:

“Si una niña quiere ser ingeniera, hay que darle todas las herramientas que necesita para lograrlo. Dejarle que deshaga, que construya”.

1 Calculado en base a que tenía 12 años cuando ocurrió el terremoto de 1985 en la Ciudad de México


Fuentes consultadas:

Pixel, M. (15 de enero de 2018). Ali Guarneros Luna, la ingeniera mexicana que tendrá la misión de llevar la realidad virtual al espacio. Xataca Mexico. Accedido 3 de septiembre 2018. Disponible en: https://www.xataka.com.mx/investigacion/ali-guarneros-luna-la-ingeniera-mexicana-que-tendra-la-mision-de-llevar-la-realidad-virtual-al-espacio

Sulbarán Lovera, P. (9 de octubre de 2017). Madre soltera y latina en EE. UU.: los desafíos que superó la mexicana Ali Guarneros Luna para convertirse en ingeniera aeroespacial de la NASA. BBC Mundo. Accedido 3 de septiembre de 2018. Disponible en:https://www.bbc.com/mundo/noticias-41547843


Julia Carabias Lillo

(México 1954)

Fotografía de Julia Carabias Lillo

Julia Carabias es una destacada bióloga mexicana quien a lo largo de su vida ha combinado la investigació n, el activismo y el trabajo en la administración pública enfocada en el conocimiento y protección de los ecosistemas de México.

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Fotografía de Julia Carabias Lillo

María Julia Carabias Lillo nació en la Ciudad de México el 14 de agosto de 1954. Estudió la licenciatura de Biología en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y posteriormente la maestría en Biología y Ciencias también por la UNAM. Desde 1987 se desempeña como profesora en el Laboratorio de Ecología de la Facultad de Ciencias de la UNAM. Es integrante del Sistema Nacional de Investigadores, con categoría III.

Sus principales temas de investigación son la regeneración de selvas tropicales, restauración ambiental, manejo de recursos naturales, ecología y sistemas productivos, cuentas patrimoniales, cambio global, pobreza y medio ambiente y política ambiental.

Entre las funciones que Carabias ha desempeñado se destacan:

  1. De 1984 a 1994 fue coordinadora del Programa de Aprovechamiento Integral de Recursos Naturales en Áreas de Subsistencia (PAIR) dirigido a campesinos y campesinas en extrema pobreza con el objetivo de encontrar alternativas de aprovechamiento de los recursos naturales para mejorar la calidad de vida la población cuidando que no se generen impactos negativos para el medio ambiente.
  2. Fue presidenta del Instituto Nacional de Ecología en 1994, organismo descentralizado de la Secretaría de Desarrollo Social.
  3. De 1994 al 2000 fue Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca.
  4. Participó como miembro de la Comisión sobre los Países en Desarrollo y el Cambio Global la cual elaboró el reporte “For Earth’s Sake” para la Conferencia de Naciones Unidas de Medio Ambiente y Desarrollo, realizada en Brasil en 1992.
  5. Es parte del Consejo Directivo de Natura y Ecosistemas Mexicanos, A.C., que lleva a cabo el Programa de Conservación y Manejo de Recursos Naturales en la Selva Lacandona, Chiapas.
  6. Es vicepresidenta del Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente (CEIBA).
  7. Desde 2017 forma parte de Evaluación Global Ambiental de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES) de la ONU.

También ha recibido múltiples premios y reconocimientos por su labor:

  1. En el año 2000 recibió el Premio Getty otorgado por el World Wildlife Fund.
  2. En 2004 recibió el Premio Internacional Cosmos 2004 por sus logros en la defensa del medio ambiente.
  3. En 2005 fue ganadora del Premio Campeones de la Tierra concedido por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
  4. En mayo de 2006 le fue otorgado el Premio Héroes de la Conservación 2006 por The Nature Conservancy.
  5. En 2011 la Universidad de Guadalajara le entrego el reconocimiento Naturaleza, Territorio y Sociedad: Alexander Von Humboldt.
  6. En 2013 la Universidad Autónoma de Nuevo León le otorgó el doctorado honoris causa.
  7. En 2017 recibió por parte del Senado de la República la medalla Belisario Domínguez, considerada la más alta distinción civil otorgada por el Estado Mexicano. En la entrega se destacó su distinguida contribución al cuidado del medio ambiente y la divulgación científica.

En reconocimiento a su amplia trayectoria y contribuciones a la sociedad como bióloga y por el cuidado del medio ambiente, el 27 de agosto de 2018 Julia Carabias ingresó como miembro de El Colegio Nacional, institución creada por decreto presidencial en 1943 por el presidente Manuel Avila Camacho con el objetivo de agrupar a las figuras más destacadas en los campos científicos, artísticos y literarios de México 1. En su lección inaugural dicto la conferencia titulada: “Sustentabilidad ambiental y calidad de vida”, la cual fue contestada por el biólogo José Sarukhán.

1 Recientemente el Colegio Nacional ha sido señalado por su falta de equidad de género, puesto que una abrumante mayoría de sus miembros son hombres. De cuarenta miembros, solo tres mujeres además de Julia Carabias son miembros del Colegio Nacional. Se trata de María Elena Teresa Medina-Mora Icaza (psicóloga), Linda Rosa Manzanilla Naim (arqueóloga y Concepción María del Pilar Company (lingüista).


Fuentes consultadas:

(s/f) Julia Carabias Lillo. Miembros El Colegio Nacional. Accedido: 3 de septiembre de 2018. Disponible en:http://colnal.mx/members/julia-carabias-lillo

Arvizu, J. y Morales, A. (30 noviembre 2017). Perfil. Julia Carabias, la ambientalista y mujer de ciencia. El Universal. Accedido: 3 de septiembre de 2018. Disponible en: http://www.eluniversal.com.mx/nacion/politica/perfil-julia-carabias-la-ambientalista-y-mujer-de-ciencia

Redacción (6 de junio de 2018). Julia Carabias es la nueva integrante de El Colegio Nacional. El Universal. Accedido: 3 de septiembre de 2018. Disponible en: http://www.eluniversal.com.mx/ciencia-y-salud/ciencia/julia-carabias-es-la-nueva-integrante-de-el-colegio-nacional

María de la Luz Jimena de Teresa de Oteyza

(México 1965)

Fotografía de María de la Luz Jimena de Teresa de Oteyza

Destacada matemática mexicana quien ha dedicado sus investigaciones al control de ecuaciones diferenciales parciales. Su pasión por las matemáticas la ha llevado a hacer una gran labor de difusión y promoción de las matemáticas para que las nuevas generaciones se interesen por ellas.

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Fotografía de María de la Luz Jimena de Teresa de Oteyza

María de la Luz Jimena de Teresa de Oteyza nació en la Ciudad de México en 1965. Al terminar su educación media superior no tenía tan claro a qué quería dedicarse, pues le apasionaban el teatro, la historia, la música, la literatura y las matemáticas. Al pedir consejo a su padre, físico de profesión, éste le aconsejo que hiciera lo que más la divirtiera. Fue entonces que tuvo muy claro que quería dedicarse a las matemáticas, dice: “Me di cuenta que no podía permitirme dejar de ver integrales en mi vida, eso sería una ausencia horrible”.1

Aunque su pasión por las matemáticas continua también recomienda tener una mirada abierta y conocer de otras ciencias y artes. La siguiente frase expresa bien esta idea: “Las matemáticas son mi mundo, no puedo, no me imagino vivir sin hacer matemáticas. Aunque tampoco soy obsesiva de las matemáticas y no es lo único que me gusta”.

De Teresa Estudió la licenciatura en matemáticas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) obteniendo su título en abril de 1990. Ese mismo año inició el doctorado en Matemáticas Aplicadas en la Universidad Complutense de Madrid con beca de DGAPA-UNAM. Obtuvo su título de doctora en 1995 con la tesis: Control de algunas ecuaciones de la física matemática: ecuación de ondas, del calor y sistema de la termoelasticidad, la cual fue dirigida por el Dr. Enrique Zuazua Iriondo. Esta tesis se enfocó en la teoría del control, con algunas ecuaciones de la física matemática aplicadas a ondas, al calor y a sistemas de termoelasticidad.

Al terminar su doctorado volvió a México y se integró desde abril de 1995 como investigadora asociada C, en el Instituto de Matemáticas de la UNAM donde trabaja hasta la fecha. Las investigaciones de la Dra. De Teresa se han enfocado en problemas de controlabilidad, es decir, actuar con un control en una ecuación o sistema y obtener que la solución en un determinado tiempo T > 0 alcance un objetivo predeterminado. La Dra. De Teresa Considera que sus aportes más destacados al campo de las matemáticas están relacionados con el control de sistemas de ecuaciones parabólicas aplicadas. Desde 2017 es investigadora Nivel III en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Ha sido invitada como ponente a un gran número congresos nacionales e internacionales y cuenta con más de treinta publicaciones indexadas

Desde su época de estudiante De Teresa se integró a la Sociedad Matemática Mexicana, asociación civil fundad en 1943 dedicada a promover un mayor conocimiento, desarrollo y difusión del estudio de las matemáticas. De Teresa recuerda: “Para mí como estudiante, fue fundamental ser miembro de la SMM. A mí me descubrió el mundo.” A lo largo de su vida profesional ha continuado participando activamente en la SMM, fue parte de la junta directiva en los periodos de 2012 a 2014 y de 2014 a 2016. En 2018 asumió como presidenta de la SMM para el periodo 2018-2010, siendo la tercera mujer presidenta de esta asociación desde su creación.

Algunos de los objetivos que la Dra. De Teresa pretende alcanzar como presidenta de la SMM son reforzar la divulgación de las matemáticas para todo público, contribuir a la profesionalización de quienes ejercen las matemáticas, coordinar los trabajos de divulgación en la materia que se realizan en el país y motivar que más niñas, niños y jóvenes se motiven a estudiar matemáticas.

Como presidenta de la SMM De Teresa quiere crear condiciones para que no haya barreras para que a las niñas que les gusten las matemáticas continúen con sus estudios en esta materia. En su opinión: “No hay trabajos femeninos o masculinos: un hombre puede ser un excelente bailarín y una mujer una magnífica ingeniera, solo hacen falta dos ingredientes: pasión y trabajo. Claro, ayuda el respeto en la familia por las decisiones que uno toma, el respeto de los colegas y colaboradores y el apoyo de las instituciones para financiar el arte y la ciencia tan relegados generalmente”.

De Teresa considera que es importante trabajar para lograr la equidad de género, en las ciencias y en todo el país. En este sentido promovió la creación de una comisión de equidad de género en la SMM. De hecho, comenta, que una de sus motivaciones para asumir como presidenta de la SMM fue que “para las futuras generaciones es importante que vean mujeres ocupar puestos directivos de liderazgo, considero que me toca dar ese ejemplo en este momento”.

1 Todas las citas textuales provienen de (González, 30 enero de 2018).


Fuentes consultadas:

De Teresa de Oteyza, M. de la L. J. (s/f) Semblanza. Compartida por la autora en marzo de 2018.

González, A. (30 de enero de 2018) La mujer que sueña con ecuaciones. Conacyt Prensa. Accedido: 3 de septiembre de 2018. Disponible en: http://www.conacytprensa.mx/index.php/sociedad/personajes/20083-la-mujer-que-suena-con-ecuaciones

San Martín, J. y Lekuona, I. (2 de mayo de 2018) “No tener integrales en mi vida sería una ausencia horrible,” Mujeres con ciencia. Accedido: 3 de septiembre de 2018. Disponible en: https://mujeresconciencia.com/2018/05/02/no-tener-integrales-en-mi-vida-seria-una-ausencia-horrible/


Helia Bravo Hollis

(México 1901 - 2001)

Fotografía de Helia Bravo Hollis

Primera bióloga titulada de México, elaboró la clasificación más completa de las cactáceas de nuestro país y contribuyó a la investigación biológica en los campos de la protozoología, la flora acuática, la flora y la vegetación de las zonas tropicales y áridas.

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Fotografía de Helia Bravo Hollis

Helia Bravo Hollis nació en Villa de Mixcoac, actual Ciudad de México, el 30 de septiembre de 1901. Desde su educación primaria destacó como estudiante cuando recibió en 1907 un reconocimiento firmado por el entonces presidente Porfirio Díaz y por el Secretario de Justicia e Instrucción Pública y Bellas Artes, Justo Sierra. Su padre participó de manera activa en la Revolución como maderista, motivo por el cual fue fusilado en 1914.

A pesar de la convulsa situación social y de que en esa época eran pocas las mujeres que tenían acceso a educación media superior y superior, Helia Bravo Hollis continúo sus estudios. Ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria en 1919 donde tuvo profesores como: Vicente Lombardo Toledano, Sotero Prieto, Erasmo Castellano, Antonio Caso e Isaac Ochoterena. Este último fue uno de los primeros biólogos y botánicos de nuestro país, quién logró trasmitir a Bravo Hollis su pasión por la investigación científica en dichos campos.

La carrera de Bravo Hollis en Biología, se podría decir, se desarrolló al mismo tiempo que esta disciplina en el país. Al terminar sus estudios de preparatoria, Bravo Hollis ingresó como estudiante a la Facultad de Medicina, ya que aún no existía la carrera de Biología en la Universidad Nacional, nombre con el que fue fundada la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 1910. Un año después de su ingresó a la Facultad de Medicina se fundó la carrera de Biología; dependiente de la Escuela de Altos Estudios, razón por la cual Bravo Hollis pidió su cambio a la recién creada carrera. Como estudiante trabajó de la mano del profesor Ochoterena, quien la motivo al estudio de los prozoarios, a los que la joven científica dedicó sus primeras publicaciones de 1921 a 1929.

En 1927 Bravo Hollis fue la primera bióloga titulada de México. En 1929 la Universidad alcanzó su autonomía y su nombre actual. El profesor Ochoterena fue nombrado encargado del futuro Instituto de Biología de la INAM, y le asignó a Bravo Hollis la tarea de formar el herbario y el estudio de las cactáceas. Las cactáceas, unas de las plantas más características de México -compuestas por una gran variedad de catus, chollas, nopales entre otras se convirtieron en el gran tema de investigación de Helia Bravo, lo que le ganó reconocimiento nacional e internacional.

Escribió la tesis “Contribución al conocimiento de las cactáceas de Tehuacán” con la que obtuvo su título como maestra en Ciencias Biológicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM en 1931. y en 1937 publicó el libro pionero “Las cactáceas en México”.

En 1951 Bravo Hollis fue cofundadora de la Sociedad Mexicana de Cactología (SMC) junto con Hernando Sánchez Mejorada, Eizi Matuda, Dudley Gold y Jorge Meyrán. La maestra Bravo Hollis fungió como presidenta en dicha organización. Desde ahí se impulsó la creación de la revista Cactáceas y Suculentas Mexicanas y sus integrantes contribuyeron a la creación de lo que hoy es el Jardín Botánico de la UNAM. A 2001 la SMC contaba con 350 miembros y sociedades filiales en nueve estados de la República Mexicana (Jalisco, Querétaro, Hidalgo, Estado de México, Oaxaca, San Luis Potosí, Puebla, Hidalgo y Tamaulipas).

Bravo Hollis tuvo una larga y dedicada carrera profesional, publicó cerca de 170 artículos, dos libros, describió 60 clasificaciones científicas y realizó 59 revisiones de nomenclatura. Recibió numerosos premios y reconocimientos, entre los que destacan el Cactus D’Or de la Organización Internacional de Suculentas, fue nombrada Doctora Honoris Causa por la UNAM y también Profesora Emérita por la misma casa de estudios. Adicionalmente, varias especies y subespecies de cetáceas tienen nombres en honor de la Maestra Bravo, que era como le gustaba que la llamaran. También, el Jardín del Desierto dentro del Jardín Botánico de la UNAM lleva su nombre.


Fuentes consultadas:

Espinosa, P. y Vargas, A. (2002). Helia Bravo, pionera e inolvidable maestra. CONABIO. Biodiversitas. 40:1-3.

https://es.wikipedia.org/wiki/Helia_Bravo_Hollis

Lopez, A. (30 de septiembre 2018). Helia Bravo Hollis, la reina de los cactus. El País. Accedido 19 de septiembre 2018. Disponible en: https://elpais.com/elpais/2018/09/30/ciencia/1538301356_920676.html

Marie Curie

(Polonia 1867 – Francia 1934)

Fotografía de Marie Curie

Destacada científica y primera mujer en recibir el Premio Nobel de física por su descubrimiento del polonio en 1903. En 1911 recibió también el Premio Nobel de química por el descubrimiento del radio y por sus investigaciones sobre la radioactividad, término acuñado por ella. Fue la primera persona en recibir dos Premios Nobel en distintas especialidades.

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Fotografía de Marie Curie

Destacada científica y primera mujer en recibir el Premio Nobel de física por su descubrimiento del polonio en 1903. En 1911 recibió también el Premio Nobel de química por el descubrimiento del radio y por sus investigaciones sobre la radioactividad, término acuñado por ella. Fue la primera persona en recibir dos Premios Nobel en distintas especialidades.

Marie Curie no fue el nombre de nacimiento de esta célebre científica, quien nació el 7 de noviembre de 1867 en Varsovia, Polonia como Maria Salomea Skłodowska. Fue la quinta de cinco hijos de una familia educada que había perdido gran parte de sus bienes materiales a causa de los vaivenes políticos de su país. Su padre Władysław Skłodowski, era profesor de enseñanza media en física y matemáticas, disciplinas por las que María desarrollo un temprano interés y talento. Su madre, Bronisława Boguska, fue una maestra, pianista y cantante.

Al llegar a la edad universitaria, Maria Skłodowska sabía que quería estudiar física y matemáticas como su padre, pero las universidades regulares en Polonia no admitían mujeres. Tanto Maria como su hermana Bronisława ingresaron en la clandestina “Universidad Flotante”, una institución patriótica de educación superior que sí admitía mujeres.

A principios de 1890, Bronisława, quien recientemente se había casado con un médico polaco y mudado a París, invitó a María para que se les uniera. El objetivo de María era inscribirse en la Universidad de París para estudiar física, química y matemáticas, pero tuvo que trabajar año y medio como institutriz en Polonia para completar la matrícula universitaria con algo de ayuda por parte de su padre. A finales de 1891 llega a París y al inscribirse a la universidad cambia su nombre por Marie. Obtuvo su licenciatura en física e 1893 y comenzó a trabajar en el laboratorio industrial del profesor Gabriel Lippmann, a la par que continuaba con sus estudios en la Universidad de París, en donde obtuvo un segundo título en matemáticas en 1894.

En 1894 Marie conoció a Pierre Curie, quien se desempeñaba como instructor de la Escuela Superior de Física y de Química Industriales (ESPCI) de París. Un conocido los presentó porque sabía que Marie estaba a la búsqueda de un laboratorio en donde poder desarrollar sus propias investigaciones. Pierre le consiguió un espacio en la ESPCI, aunque no se trataba de un laboratorio sino de un cobertizo para que pudiera trabajar. Tenían en común su pasión por la investigación científica y en 1895 decidieron casarse en una boda sencilla y sin ceremonia religiosa.

Marie Curie continuó sus estudios de doctorado en la Universidad de París. Escogió como tema las recientes investigaciones del físico Henri Becquerel en las cuales demostraba que las sales de uranio emitían unos rayos de naturaleza desconocida. Marie Curie utilizó un método desarrollado por Pierre Curie y su hermano Jacques para medir las radiaciones que provenían del uranio. Uno de los primeros aportes de Marie Curie fue la hipótesis de que los rayos del uranio dependían solamente de la cantidad de este elemento. Refutó la idea de la radiación provenía de la interacción de las moléculas y afirmó que venía del propio átomo, cuestionando así, la idea vigente entonces de que los átomos eran indivisibles. En 1897, mientras hacía el doctorado, nació su primera hija, Irène.

Marie Curie sistematizó el estudio de varios minerales que contenían uranio, como la pechblenda y la torbenita. Encontró que la pechblenda emitía una mayor radiación que el uranio. También comparó la radiación que emitía la torbenita sintética y la natural, descubriendo que la segunda emitía una mayor radiación. Concluyó que estos dos minerales contenían pequeñas cantidades de otras sustancias que eran más radioactivas que el uranio. Sus investigaciones se centraron en descubrir estas sustancias radioactivas.

En 1898 Pierre y Marie Curie publicaron un artículo en el que anunciaron la existencia de un nuevo elemento, el polonio, nombrado así en honor al país de origen de Marie. Por esta investigación obtuvieron en 1903 el Premio Nobel de física junto con Henri Becquerel. Después del Nobel la Universidad de París le ofreció a Pierre Curie una plaza de profesor y la catedra de Física, oportunidades que no fueron otorgadas a Marie por el hecho de ser mujer. Marie continuó trabajando como catedrática en la Escuela Normal Superior, donde fue la primera mujer en ocupar dicho puesto. En 1904 los Curie tuvieron a su segunda hija, Ève.

Los Curie continuaron trabajando en el estudio de un nuevo elemento al que llamaron “radio” derivado de un vocablo latino que significa rayo. Aunque sabían de su existencia, lo difícil era poder aislarlo. En 1902 de una tonelada de pechblenda lograron obtener un decigramo de cloruro de radio. En 1906 Pierre tuvo un accidente que le causa la muerte, siendo una pérdida muy sensible para Marie, quien sin embargo logró reponerse y continuar con sus investigaciones. Tras la muerte de Pierre, la Universidad de Paris le ofreció el puesto que había ocupado su esposo, lo que hizo que Marie fuera la primera mujer en integrarse como profesora en dicha universidad y la primera directora de un laboratorio.

En 1909 el Instituto Pasteur y la Universidad de París ayudaron a Marie Curie a crear el Instituto del Radio (ahora Instituto Curie), que se convertiría en un laboratorio adecuado en donde ella pudiera continuar sus investigaciones.

En 1911 la Academia de Ciencias de Francia (ACF) discutió si Curie ocuparía el puesto del fallecido Désiré Gernez. Al final la ACF reafirmó su tradición de no admitir miembros femeninos, siendo esta la razón por la que no la admitieron. Ese mismo año, en 1911, la Academia de Ciencias Sueca le otorgó el Premio Nobel de Química por su descubrimiento del polonio y el radio y por el aislamiento del radio y sus investigaciones sobre este elemento.

Marie Curie también tuvo un rol destacado durante la Primera Guerra Mundial. Propuso al gobierno francés el uso de la radiografía móvil cerca de las líneas del frente para ayudar a los equipos médicos de los campos de batalla. Diseñó unidades móviles de radiografía a las que llamó “ambulancias radiológicas” pero que también fueron conocidas como “pequeñas Curie”. En esta empresa la ayudo su hija Irène, entonces de 18 años, y un médico militar. Curie se convirtió en la Directora del Servicio de Radiología de la Cruz Roja de Francia, el cual operó a finales de 1914. Dirigió la instalación de unas 20 unidades móviles de radiología y de unas doscientas más en hospitales provisionales. En 1916 fue una de las primeras mujeres en obtener un carné de conducir con el objetivo de manejar ella misma las unidades móviles. Se estima que más de un millón de soldados heridos fueron tratados con las unidades móviles de rayos X instaladas por Curie.

En 1932 Curie fundó un Instituto del Radio en Varsovia, que luego paso a llamarse Instituto Curie, al igual que el ubicado en Francia. El Instituto Curie sigue funcionando como un centro líder de investigación, medica, biológica y biofísica en el mundo. Es importante recordar que uno de los usos que desde una época temprana se le dio a la radioactividad fue el tratamiento en contra del cáncer.

Marie Curie murió el 4 de julio de 1934 a los 66 años de edad, en Passy, Francia, a causa de una anemia aplásica, la cual, es posible que haya contraído por las radiaciones a las que estuvo expuesta durante sus investigaciones. Dejó un gran legado para la humanidad en los campos de la física y la química. También, en una época en la que se cuestionaba si las mujeres tenían la capacidad de incursionar en las ciencias, dejó demostrado que no había ninguna característica biológica que limitara el potencial de las mujeres.


Fuentes consultadas:

Baraldo, Luis M. (s/f). Marie Curie y el descubrimiento del radio. Educar. Accedido el 8 de octubre de 2018. Recuperado de: https://www.educ.ar/recursos/113670/marie-curie-y-el-descubrimiento-del-radio

https://es.wikipedia.org/wiki/Marie_Curie

Valdés, Isabel y Rubio Isabel (2018) Mujeres en la Ciencia. Marie Curie. El País. Accedido el 8 de octubre de 2018. Recuperado de:https://elpais.com/especiales/2018/mujeres-de-la-ciencia/marie-curie.html


Donna Strickland

(Canadá 1959)

Fotografía de Donna Strickland

Ingeniera física, especialista en óptica y ganadora del Premio Nobel de física 2018 por crear pulsos de láser ultracortos y de alta intensidad, los cuales han revolucionado el conocimiento sobre los rayos laser, con aplicaciones en medicina y procesos industriales.

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Fotografía de Donna Strickland

Ingeniera física, especialista en óptica y ganadora del Premio Nobel de física 2018 por crear pulsos de láser ultracortos y de alta intensidad, los cuales han revolucionado el conocimiento sobre los rayos laser, con aplicaciones en medicina y procesos industriales.

Donna Theo Strickland nació el 27 de mayo de 1958 en Ontario, Canadá. Sus padres son Edith J., maestra de inglés y Lloyd Strickland, ingeniero eléctrico. Desde joven Strickland tuvo interés por la ingeniería y al escoger sus estudios universitarios, optó por la carrera de ingeniería física en la Universidad de McMaster, interesada en el estudio de los rayos láser y la electro-óptica que esta carrera ofrecía. Durante sus estudios universitarios, Strickland, fue una de las 3 mujeres que integraron su generación.

Después de concluir sus estudios de grado, Strickland se mudó a Nueva York para estudiar un doctorado en el Instituto de Óptica de la Universidad de Rochester, el cual obtuvo en 1989. Realizó su investigación doctoral en el Laboratorio de Energía Láser (Laboratory for Laser Energetics) bajo la supervisión de Gérard Mourou, con el cual siguió investigando y con quién obtuvo el Premio Nobel de física, de manera conjunta, en 2018.

Las investigaciones de Strickland y Mourou llevaron a la creación de los pulsos de láser más cortos e intensos hasta ahora conocidos. La técnica creada por Strickland y Mourou se llama “amplificación de pulso gorjeado”, “chirped pulse amplification” o CPA, la cual transformó rápidamente la forma de obtener rayos láser cortos de alta intensidad. La noción de “corto” aquí se refiere a femtosegundos (milbillonésima parte de un segundo): “el tiempo que le lleva a la luz recorrer una distancia menor que un cabello humano”. Este tipo de láser ha sido usado ampliamente en cirugías de ojos y en otras cirugías sin implicar la pérdida de sangre, además de usos industriales.

El Premio Nobel en física solo lo han recibido otras dos mujeres en la historia, Marie Curie en 1903 –con su esposo Pierre Curie y con Antoine Henri Becquerel– por sus investigaciones sobre radioactividad; y la científica estadounidense, nacida en Alemanía, Maria Goeppert-Mayer en 1963 por sus descubrimientos sobre el núcleo de los átomos. Este premio en 2018, también incluyo a Arthur Ashkin por el desarrollo de “pinzas ópticas” y su aplicación a sistemas biológicos. Ashkin tiene 96 años de edad, lo que lo convierte en la persona de mayor edad en recibir el Premio Nobel.

Strickland ha dedicado su carrera profesional al estudio de los pulsos láser. De 1988 a 1991 colaboró como investigadora asociada en el Consejo Nacional de Investigación de Canadá, donde trabajo en la sección de fenómenos ultra-rápidos, que en ese momento tenía la reputación de haber producido los pulsos de laser más cortos y de mayor intensidad en el mundo. De 1991 a 1992 trabajó en el Laboratorio Nacional de Lawrence Livermore. En 1992 se unió al equipo técnico del Centro de Tecnología Avanzada especializado en fotones y materiales electro-ópticos de la Universidad de Princeton. En 1997 se unió a la Universidad de Waterloo en Canadá donde sigue trabajando actualmente como docente e investigadora, y donde lidera un equipo que desarrolla sistemas de láser de alta intensidad e investigaciones no lineares en óptica.

Previo al Nobel, Strickland recibió los siguientes premios y reconocimientos:

  1. En 1988 obtuvo la Beca Alfred P. Sloan, otorgada a promesas de la investigación científica con la intención de que se conviertan en los líderes de la siguiente generación.
  2. En 1999 recibió el Premio “Premier's Research Excellence Awards” otorgado por la Universidad de Waterloo, que busca colocar recursos para que investigadores destacados puedan atraer talento e innovar en sus campos de estudio.
  3. En el año 2000 ganó el “Cottrell Scholars Award” otorgado por la Corporación de Investigación para el Avance de la Ciencia (Research Corporation for Science Advancement, RCSA) de Estados Unidos. Este premio es entregado a personas profesoras investigadoras reconocidas por la calidad e innovación de sus investigaciones por la comunidad científica, así como su capacidad de liderazgo en la investigación.
  4. En 2008 se convirtió en becaria (Fellow) de la Sociedad Óptica (The Optical Society), una sociedad científica en Estados Unidos dedicada a la promoción del estudio de la luz (la óptica y los fotones).

Durante su carrera, Strickland, ha buscado acercar a más jóvenes al estudio de la física. Considera que algunos de los estereotipos que más afectan el bajo interés por la física son, por un lado, la idea de que es un campo solo apto para “nerds” y, por el otro, que la física no es cosa de mujeres, pues en Canadá ellas representan solo el 10 por ciento de quienes se dedican a este campo. Por esta razón a Strickland le gusta definirse a sí misma como una “atleta del láser” en contraposición a una “nerd del láser”.

Sobre su pasión por la física, menciona que la primera vez que visitó un laboratorio de láser pensó que “los colores se asemejan a un árbol de navidad”. Ahora, después de dedicar su carrera a la investigación y la docencia sobre láser, dice que le sigue pareciendo de lo más divertido, y afirma que lo que más le gusta en su día es cuando tiene la oportunidad de jugar con sus láseres. En este campo, en constante innovación, refiere que siempre se trata de ver quién tiene “el pulso más corto, de mayor energía e intensidad”.


Fuentes consultadas:

Dr. Donna Strickland. (4 de diciembre 2011). Science, University of Waterloo. Accedido el 8 de octubre de 2018. Recuperado de:https://uwaterloo.ca/science/news/dr-donna-strickland

https://en.wikipedia.org/wiki/Donna_Strickland

Physics is fabulous, says UW’s ‘laser jock’. (23 de noviembre de 2010). The Record. Accedido el 8 de octubre de 2018. Recuperado de: https://www.therecord.com/news-story/2559142-physics-is-fabulous-says-uw-s-laser-jock-/

Quién es Donna Strickland, la primera mujer en ganar el Nobel de Física en 55 años. (2 octubre 2018). BBC Mundo. Accedido el 8 de octubre de 2018. Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-45718940

Katie Moussouris

(Estados Unidos 1974 aprox.)

Fotografía de Katie Moussouris

Katie Moussouris es una de figuras líderes en ciberseguridad: trabaja con gobiernos como el de Reino Unido y la Secretaría de Defensa de Estados Unidos; maneja la coordinación de vulnerabilidades de distintas compañías y también colabora con los equipos de respuesta a emergencias cibernéticas (CERT) de diferentes países.

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Fotografía de Katie Moussouris

Katie Moussouris es una de figuras líderes en ciberseguridad: trabaja con gobiernos como el de Reino Unido y la Secretaría de Defensa de Estados Unidos; maneja la coordinación de vulnerabilidades de distintas compañías y también colabora con los equipos de respuesta a emergencias cibernéticas (CERT) de diferentes países.

Katie nació y creció en el área de Boston. Recuerda que en su casa era imparable haciendo disecciones de los aparatos eléctricos y mecánicos; por eso, su mamá optó por adquirir un teléfono con cubierta transparente. Pero todo inició a los ocho años, cuando tuvo su primera computadora: una Commodore 64, que tenía el juego de Pac-Man; cuando se aburrió del juego, su mamá le pasó el libro de programación en BASIC que venía junto con el equipo. De forma autodidacta aprendió el lenguaje BASIC y comenzó su pasión por leer manuales técnicos; poco después escribió su propio programa para que un cohete despegara en la pantalla de su computadora.

En su escuela secundaria (high school) fue la primera chica en tomar la asignatura de Ciencias de la Computación, así como en formar parte del equipo escolar de Computación. Aunque también estaba interesada en matemáticas, sus profesores la desanimaron a tomar cálculo, porque su desempeño no fue bueno en las primeras pruebas. Si bien en sus primeros años universitarios (college) sacó notas sobresalientes en esa materia, decidió estudiar bioquímica y biología molecular; estaba dispuesta a descubrir la cura a diversas enfermedades.

Eso marcó una pausa en su interés en la informática, aun cuando su adolescencia la pasó inmersa en la cultura hacker: a los 15 años participaba en foros de internet, como el famoso L0pht, y como pasatiempo pasaba mucho tiempo en línea aprendiendo sobre cibervulnerabilidades. Al paso de los años, varios de sus anteriores compañeros del grupo fundaron compañías de ciberseguridad.

A finales de la década de los noventa del siglo pasado, mientra aún era estudiante en el Simon College, comenzó a trabajar en el Proyecto del Genoma Humano, en el departamento de bioinformática –uno de los primeros equipos a nivel mundial en esa disciplina- y ahí resurgió su pasión por la computación y la ciberseguridad. En el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) fue administradora de sistemas en el Centro de Investigación Genómica durante tres años y después en el departamento de Aeronáutica y Astronáutica, donde ayudó a diseñar un sistema computacional para un nuevo laboratorio, que comenzó a funcionar a inicios del 2000. Para 1999, ella era administradora de sistemas en Harvard, en la División de Ingeniería y Ciencia Aplicada. Parte de su labor durante estos años consistió en detectar y reparar las vulnerabilidades de los sistemas informáticos a su cargo.

Posteriormente se fue a San Francisco, como desarrolladora de Linux. Se dio cuenta que era muy buena rompiendo códigos, por lo que decidió ser una profesional de pruebas de penetración, es decir, encontrar fallos de seguridad y mostrar cómo arreglarlos. Se dedicó a esta actividad por siete años y después fue contratada por Microsoft como estratega de seguridad, donde trabajó de 2007 a 2014, periodo en el que diseñó y lideró el primer programa de recompensas a personas externas por reportes de fallas de seguridad. Después tuvo a su cargo la política de seguridad en Hacker One, compañía que atiende los reportes de seguridad de Facebook, entre otros.

En 2015, Katie encabezó una demanda grupal por discriminación de género, debido a que Microsoft paga menos a las ingenieras y las especialistas en tecnología de la información, y ellas tienen menos promociones que sus colegas hombres; incluso su política de evaluación del desempeño rutinariamente situaba en peor posición a las mujeres, con base en criterios subjetivos. En particular, Moussouris expuso que su propia maternidad supuso un obstáculo a la hora de conseguir un ascenso, que fue otorgado a un compañero con mucha menos experiencia que ella. Un juez federal determinó en 2018 que las demandas podían proseguir de manera individual, pero no como demanda colectiva.

En los documentos presentados ante la corte, esa empresa dejó asentado que casi 26% de su fuerza laboral a nivel global está conformada por mujeres, quienes ocupan 19% de los puestos técnicos, así como una de cada cinco posiciones de liderazgo. Durante el proceso salió a la luz que, de 2010 a 2016, sus empleadas en Estados Unidos habían presentado 238 demandas internas por discriminación de género o acoso sexual, de las cuales solamente una se había considerado fundada; también se mostró que las ingenieras se concentraban en las bandas salariales más bajas.

Katie considera que los programas de mentorías para las jóvenes son muy importantes para que ellas se interesen en carreras de computación y ciencias. Reconoce que un factor primordial para el éxito es estar dispuesta a aprender, así como contar con apoyo para desarrollar potencialidades; en su caso, varios de sus mentores fueron sus jefes.

Ella aconseja a las mujeres ser asertivas y reconocer sus propios logros: los hombres acostumbran decir “yo lo hice”, mientras que las mujeres tienden a decir “lo hicimos”; lo cual está bien, pero es conveniente ser las primeras en expresarlo. También es importante aprovechar las oportunidades y los retos, sin temer “tomar bocados más grandes de los que se puede masticar”. Es enfática al recalcar que no hay diferencias en la capacidad entre mujeres y hombres: “lo único que cuenta es tu cabeza y qué tan bien haces las cosas”. Considera que las disparidades en los salarios de unas y otros en la industria informática son resultado de una menor valoración del trabajo de las mujeres; problema endémico que, al parecer, lentamente comienza a cambiar.

Además de haber creado y dirigido los programas de investigación de cibervulnerabilidades en Symantec y Microsoft, Moussouris es coautora de estándares internacionales sobre vulnerabilidades y las políticas para su divulgación una vez que han sido detectadas y resueltas. Es pionera y una de las principales promotoras de los programas de recompensas para quienes investigan y reportan fallas de seguridad.

Con Luta Security, la compañía que fundó en 2016 y la cual dirige, brinda asesoría a empresas y gobiernos para hacer frente a ataques cibernéticos, encontrar fallas de seguridad, lograr códigos más seguros y evitar futuras vulnerabilidades. A los 44 años de edad, es considerada por Forbes como una de las 50 mujeres con mayor influencia a nivel mundial en el área de la tecnología.


Fuentes consultadas:

“GirlGeek of the Week”. Nota publicada en julio de 1999 en: http://www.girlgeeks.org/innergeek/gkwk/gkwk_moussouris.shtml (consultada el 23 de enero de 2019).

“Presentan una demanda colectiva por discriminación sexual contra Microsoft”. Nota de Verónica Mellado publicada en Evolución el 18 de septiembre de 2015 en: http://www.e-volucion.es/2015/09/presentan-una-demanda-colectiva-discriminacion-sexual-microsoft (consultada el 22 de enero de 2019).

“Sisters in Security: Katie Moussouris' Leaps of Faith”. Artículo de Fahmida Y. Rashid publicado en PC Mag UK el 15 de agosto de 2017 en: https://uk.pcmag.com/opinion/34954/sisters-in-security-katie-moussouris-leaps-of-faith(consultado el 23 de enero de 2019).

“Judge denies former Microsoft employees’ bid to expand gender discrimination suit against tech giant”. Nota de Nat Levy publicada en GeekWire el 25 de junio de 2018 en: https://www.geekwire.com/2018/judge-denies-former-microsoft-employees-bid-class-action-gender-discrimination-suit-tech-giant/(consultado el 23 de enero de 2019).

“The hackers getting paid to keep the internet safe”. Artículo de Jack Morse, publicado el 01 de noviembre de 2018 en Mashable en: https://mashable.com/article/bug-bounty-hackers/#ky4CVXlPDsqY (consultado el 23 de enero de 2019).

“The World’s Top 50 Women In Tech”. Artículo y listado de Helen Popkin, et al. Publicada en Forbes el 12 de diciembre de 2018 en: https://www.forbes.com/top-tech-women/#a8067504df03 (consultado el 22 de enero de 2019).


Evelyn Berezin

(Estados Unidos, 1925-2018)

Fotografía de Evelyn Berezin

Ingeniera informática, especialmente conocida como la madre de los procesadores de textos, porque desarrollo en 1968 la idea de un programa que permitía almacenar y editar textos.

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Fotografía de Evelyn Berezin

Ingeniera informática, especialmente conocida como la madre de los procesadores de textos, porque desarrollo en 1968 la idea de un programa que permitía almacenar y editar textos.

Nacida el 12 de abril de 1925 en la ciudad de Nueva York, Evelyn es una de las muchas mujeres que se mencionan poco en la historia de la tecnología, a pesar de su enorme aportación a las ciencias de la computación. El pasado 8 de diciembre falleció en su ciudad natal, a los 93 años de edad.

Hija de inmigrantes judíos de Rusia, Evelyn creció junto con sus hermanos, Sidney y Nelson, en un departamento debajo de las vías elevadas del tren en el Bronx. Desde pequeña le gustaba leer historias de ciencia ficción y fue una precoz estudiante. Después de graduarse de la preparatoria, empezó a asistir a clases nocturnas en el Hunter College, que era un colegio solo para mujeres en aquella época, pero gracias a un programa promovido por la II Guerra Mundial, que permitió la admisión de mujeres a un colegio solo de varones, pudo transferirse al Instituto Politécnico de Brooklyn para estudiar cálculo y otras materias especializadas. Obtuvo su título en física por la Universidad de Nueva York en 1946 y posteriormente el doctorado en física, el cual no concluyó.

Su trayectoria laboral inició en 1951 cuando se incorporó a la Corporación de Computadoras Electrónicas, como la única mujer en un grupo de ingenieros. “Me pidieron que diseñara una computadora” contó en alguna ocasión Evelyn, “yo no había visto nunca una computadora, difícilmente alguien lo había hecho. Así que tuve que resolver como hacerlo. Fue muy divertido, cuando no estaba aterrada”. Una de las primeras computadoras que diseño, fueron para el Departamento de Defensa de los EEUU, era para hacer cálculos para que la artillería y otras armas grandes alcanzaran sus objetivos. Cuando las maquinas Underwood compraron la corporación de Computadoras Electrónicas, Evelyn fue asignada a otra área donde diseño una computadora de oficina que tenía el objetivo de mantener libros y cuentas, entre otras tareas relacionadas con el sistema bancario. Más adelante desarrollo el primer sistema computarizado de reservaciones de avión en el mundo para United Airlines, su sistema permitía vincular a los pasajeros con el avión, la disponibilidad de asientos y las oficinas de la aerolínea en 60 ciudades, con un segundo de tiempo de respuesta.

En los tiempos en los que las computadoras estaban iniciando, hubo pocas mujeres que estuvieron involucradas en su desarrollo; Berezin además de diseñar el primer procesador de texto, en 1969 fundó y presidio la empresa Redactron, que fue la primera compañía exclusivamente enfocada a la manufactura y venta de máquinas revolucionarias.

Fotografía de Evelyn Berezin y su computadora Data Secretary

Su invento, diseñado pensando en el trabajo de las secretarias que en aquel entonces constituían 6 por ciento de la fuerza laboral norteamericana, los procesadores de textos Redactron, vino lleno de trucos revolucionarios, liberando a las usuarias y usuarios de las dificultades que presentaban las máquinas de escribir. Las maquinas Redactron eran grandes, lentas y ruidosas, pero permitían editar, borrar, cortar y pegar texto. El nombre con el que bautizó su computadora fue Data Secretary (Secretaria de datos en español).

Evelyn Berezin nunca pensó que su invento afectaría el trabajo de las mujeres, declaró en una entrevista en 2017, y aunque no se consideraba una feminista, el primer anuncio publicado en Ms. Magazine en 1971 sobre el procesador Redactron, establecía que era “la muerte para la secretaria sin salida”1

Es importante señalar que, desde aquellas épocas, la compañía Redactron no estuvo sola en el mercado, su principal competidor era International Business Machines (o IBM), competidores que poco a poco fueron alcanzando la tecnología que Berezin desarrollo. En una publicación de 2010, Gwyn Headley, escritor y empresario británico, aseveró que sin Berezin “no hubieran existido Bill Gates, Steve Jobs, ni el internet, ni los procesadores de palabras, ni las hojas de cálculo; nada de lo que conecta a los negocios con el siglo 21 existiría”, así de relevante es su aportación.

Además de innovadora, fue una activa empresaria, además registró nueve patentes relacionadas con computadoras. Su Data Secretary forma parte de la colección histórica que conserva el Museo de Historia de la Computación en California.

En 2011, Evelyn Berezin ingresó al Women in Technology International Hall of Fame, salón de la fama de las mujeres en tecnología a nivel internacional.


1 “The death of the dead-end secretary”


Fuentes consultadas:

Evelyn Berezin (2011). WITI Hall of Fame. Recuperado de:http://www.witi.com/center/witimuseum/halloffame/303047/Evelyn-Berezin-Management-Consultant-Brookhaven-Science-Associates/

https://es.wikipedia.org/wiki/Evelyn_Berezin

Evelyn Berezin. La madre de los procesadores de textos. Recuperado de: http://iesvilladevicar.es/index.php/es/departamentos-didacticos/informatica/diaadalovelace/189-evelyn-berezin-la-madre-de-los-procesadores-de-textos

Evelyn Berezin, 93, Dies; Built the First True Word Processor (10 de diciembre 2018). The New York Times. Recuperado de: https://www.nytimes.com/2018/12/10/obituaries/evelyn-berezin-dead.html

Alejandra Jáidar

(México, 1938-1988)

Fotografía de Alejandra Jáidar

Mexicana nacida en Veracruz, Alejandra Jáidar Matalobos fue la primera mujer que obtuvo el título de “físico” en México, y se le conoce como la fundadora de la colección de libros del Fondo de Cultura Económica originalmente llamada “La ciencia desde México”, hoy conocida como “La ciencia para todos”.

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Fotografía de Alejandra Jáidar

Mexicana nacida en Veracruz, Alejandra Jáidar Matalobos fue la primera mujer que obtuvo el título de “físico” en México, y se le conoce como la fundadora de la colección de libros del Fondo de Cultura Económica originalmente llamada “La ciencia desde México”, hoy conocida como “La ciencia para todos”.

El mundo la recibió en el seno de una familia de origen libanés en Veracruz, México, el 22 de marzo de 1938. Como muchas otras mujeres, Alejandra es poco conocida en la historia de nuestro país a pesar de su amplia trayectoria científica y de sus esfuerzos por divulgar materiales y temas científicos. Murió el 22 de septiembre de 1988 a la edad de 50 años.

Hija de padre libanés y madre veracruzana, Alejandra, desde temprana edad, mostró dotes e inteligencia para el mundo científico. Estudió la secundaria y la preparatoria en la ciudad de México, en la Universidad Femenina de México, donde tuvo la fortuna de encontrarse con una maestra que la motivó a perseguir una carrera fuera de los cánones de la época. Así fue que se decidió a ingresar a la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para estudiar la carrera de física. Se graduó en 1961, presentando una investigación de física nuclear experimental titulada “Determinación de las energías de excitación de los núcleos ligeros y los primeros intermedios a través de reacciones (d,p) y (d, alfa)”.

Quienes conocieron a Alejandra cuentan que, cuando recibió su título profesional, estuvo inconforme por tener escrito el nombre de “Físico” y solicitó que se cambiara por “Física”. Aunque no se supo si su petición particular fue atendida, seguramente si generó un debate y abonó a que, hoy en día, dicha Universidad sí haga la distinción de género en los títulos.

Desde antes de terminar sus estudios, se unió a la plantilla universitaria como coordinadora de laboratorios de física, en la Facultad de Ciencias de la UNAM, y para 1963 se integró como profesora de dicha Facultad, cargo que ocuparía hasta 1971. Durante su periodo como académica publicó varios artículos de investigación y presentó ponencias en congresos nacionales e internacionales. Su carrera continuó en el campo de la investigación, integrándose al Instituto de Física, en el cual llegó a ocupar el puesto de jefa del Departamento de Física Experimental en 1985, especializándose en la aplicación de técnicas de la física nuclear.

A pesar de haber iniciado estudios de posgrado, no pudo concluirlos en gran parte por apoyar y acompañar a su esposo, el doctor Edmundo de Alba, a realizar estancias en otros países. Sin embargo, Alejandra nunca se alejó de su interés y aprovechó las oportunidades para aprender técnicas nucleares que aplicaría en el Instituto de Física de la UNAM.

Una de las grandes aportaciones de Alejandra Jáidar a México fue su gran ilusión de que el país contara con una ciencia nacional fuerte. Un problema que ella encontró fue la falta de textos científicos en español, y que consideró que era obligación de las universidades editar este tipo de libros. Así fue como se propuso la idea de incursionar en la divulgación científica.

Alejandra fue una amante de la ciencia, y por ello buscó siempre la forma de que sus colegas mexicanos tuvieran la misma vocación, que les llevara a compartir su conocimiento. Para ella la ciencia debía llegar a todos los sectores de la población y, para lograrlo, la comunidad científica debía ser divulgadora activa, como parte fundamental de su función.

Esta vocación hacia la divulgación científica, llevó a Jáidar a participar en diversos proyectos, como ferias de ciencias en preparatorias, la creación de la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia (SOMEDICyT), y a coordinar la colección “La ciencia desde México”, actualmente conocida como “La ciencia para todos”, publicada por el Fondo de Cultura Económica.

Su participación en el origen y conformación de esta colección fue fundamental, ya que se dio a la tarea de convencer a un buen número de colegas nacionales para que escribieran sobre los campos de su especialidad y, no solo eso, una vez que aceptaban, continuaba al pendiente, haciendo llamadas frecuentemente para ver si ya tenían el material terminado. La colección logró forjar una tradición entre la comunidad científica: escribir a un nivel accesible a un público amplio. En palabras de María del Carmen Farías, Alejandra “educó a la comunidad científica mexicana a escribir divulgación científica”, lo cual representa un gran mérito.

Uno de los proyectos importantes desde el inicio de su carrera, fue la construcción del acelerador de partículas Van de Graaff, que se logró gracias a su intervención y esfuerzo por promover la colaboración de las empresas privadas con la universidad. El acelerador había sido donado por la Universidad de Rice, en Houston, Texas y el proyecto se terminó gracias a la incansable labor de Alejandra Jáidar, quien convenció a la compañía Ingenieros Civiles Asociados a participar en la construcción del edificio que lo alojaría, ya que la UNAM no contaba con recursos para hacerlo.

Esta científica mexicana siempre buscó que sus colegas que habían contribuido al desarrollo de la ciencia en México, recibieran algún tipo de reconocimiento, por lo que promovió que auditorios, salones de seminarios, laboratorios y bibliotecas llevaran sus nombres.

Alejandra Jáidar falleció el 22 de septiembre de 1988, cuando el edificio del acelerador de partículas Van de Graaff ya estaba construido, pero poco antes de que empezara a funcionar el 2 de febrero de 1989. Continuando con su propia tradición, el edificio construido, que todavía funciona hoy en el Instituto de Física de la UNAM y que se considera el más grande de América Latina, lleva su nombre. También lleva su nombre la actual sede de la biblioteca del Instituto.


Fuentes consultadas:

Ramos Lara, María de la Paz “Alejandra Jáidar y su contribución a la divulgación científica”, Revista Ciencia, Academia Mexicana de las Ciencias 59 (2008) 78-85.

Pérez Benavente, Rocío “Alejandra Jáidar, la primera física de México, empeñada en contagiar la ciencia a todo el mundo”, Mujeres en la Ciencia.https://mujeresconciencia.com/2018/07/26/alejandra-jaidar-la-primera-fisica-de-mexico-empenada-en-contagiar-la-ciencia-a-todo-el-mundo/.

Ayala, Evelyn C. “En memoria de la primera física mexicana”, Instituto de Física de la UNAM, Noticias 28 junio 2018. http://www.fisica.unam.mx/noticia_En_memoria_de_la_primera_fisica_mexicana_062018.php.

Trujillo Villa, Claudia “Conociendo a..”. Hypatia, Revista de Divulgación Científico-Tecnológico del Gobierno del Estado de México No. 16. https://revistahypatia.org/conociendo-a-revista-16.html.

Farías, María del Carmen (coordinadora) (2002), La ciencia para todos, 17 años de una aventura científica, México, Fondo de Cultura Económica.

Mujeres STEM IFT


Antecedentes:

El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) ha asumido el compromiso institucional de impulsar y promover la participación de mujeres y niñas en los ámbitos de la Ciencia, Tecnologías, Ingeniería y Matemáticas (STEM), en el marco de las obligaciones en materia de derechos humanos, recogidas en instrumentos internacionales, tales como la Convención Internacional para Prevenir todas las formas de Discriminación contra la Mujer y el propio texto constitucional que establece la prohibición de discriminación, así como la legislación nacional que garantiza la igualdad entre hombres y mujeres.

Para alcanzar este objetivo, el IFT ha buscado alianzas con organizaciones y redes que promuevan una mayor presencia de las mujeres en los campos STEM. De esta manera, desde 2018 el Instituto forma parte de INWES, una red global de organizaciones de mujeres STEM, que busca visibilizar y dar voz a las mujeres en temas como medio ambiente, desarrollo sostenible, tecnologías de la información y comunicación, con una perspectiva de igualdad de género.

Misión:

Promover y fomentar la participación de niñas y adolescentes en carreras STEM, mediante acciones específicas, intercambio de experiencias y buenas prácticas y la difusión y visibilización del trabajo de las mujeres en estos campos, buscando incrementar la participación efectiva y en igualdad de condiciones de mujeres con carreras STEM en el desarrollo tecnológico.

Visión:

Lograr la participación igualitaria de mujeres, niñas y adolescentes en las carreras STEM, así como su incorporación al mercado laboral de la investigación y el desarrollo de ciencia y tecnología en condiciones de igualdad, posicionándolas como agentes de cambio.

Objetivos:

  • Impulsar un cambio cultural a favor de la igualdad entre hombres y mujeres, así como la eliminación de estereotipos de género que obstaculizan la participación de las mujeres en los ámbitos STEM.
  • Promover el interés de niñas y adolescentes por estudiar carreras STEM.
  • Difundir la experiencia de mujeres STEM del IFT con el fin de captar el interés de niñas y adolescentes en este campo.
  • Posicionar al IFT como una institución de vanguardia en el impulso a la participación de las mujeres en los ámbitos STEM.

Integrantes